Teoría de la relatividad

¿Qué conceptos asocias con teoría de la relatividad? … Veamos de qué se trata: fue formulada por el físico alemán Albert Einstein a principios del siglo XX, con el tiempo incluiría dos teorías: la de la relatividad especial y la de la relatividad general. Fueron desarrolladas para explicar cuestiones confusas en el concepto de “movimiento relativo”, pero resultaron ser la base de las ciencias físicas y el punto de partida para que los físicos explicaran conceptos fundamentales.

Albert Einstein.

Albert Einstein fue un físico alemán que nació el 14 de marzo de 1879 en el seno de una familia judía y resolvió una serie de incongruencias que se detectaron en los pilares de la ciencia del siglo XX, es decir, entre la mecánica Newtoniana y la Teoría del Electromagnetismo.

Vayamos paso a paso: ¿De qué se trataban los pilares
de la ciencia de aquella época?

Teoría Mecánica: hoy en día es más conocida como Mecánica Newtoniana. Sirve para explicar eventos físicos de la vida diaria, describe con gran exactitud sistemas como cohetes, movimiento de automóviles, moléculas orgánicas, planetas, etc. Fue desarrollada a partir de los conocimientos de cinemática y dinámica aportados desde Aristóteles hasta Galileo.

Teoría del Electromagnetismo: explica efectos magnéticos y eléctricos conocidos desde los griegos hasta los últimos avances de Oersted, Faraday y Lenz. Fue desarrollada por el científico inglés James Maxwell.

¿Qué ocurría con estas teorías en el siglo XX?

Algo parecía no tener lógica, estas teorías no lograban dar respuesta a nuevos cuestionamientos. Los científicos de la época decidieron reformular conceptos y seguir investigando.

¿Cuáles eran esos nuevos cuestionamientos que quedaban sin respuesta?

En el siglo XX comienzan a preguntarse qué medio utiliza la luz para moverse. La primera hipótesis fue decir que existía un medio transparente, fijo en todo el Universo y de baja densidad que inundaba todos los huecos del espacio. Lo llamaron éter y para comprobar su existencia dos físicos, Michelson y Morley, desarrollaron una prueba: emitir dos rayos de luces en sentido opuesto. Uno fue emitido en sentido al movimiento de la Tierra y el otro en sentido contrario. De este modo, se suponía que el que giraba en sentido al movimiento de la Tierra debía llegar más rápido; pues de acuerdo a la teoría de la época, para determinar la velocidad real de este rayo había que sumar la velocidad propia del rayo más la de la Tierra. En cambio, para obtener la velocidad del rayo que iba en movimiento contrario al de la Tierra había que restar la velocidad de la Tierra a la velocidad del rayo.

Para sorpresa de todos, los haces de luz llegaban en el mismo momento al espejo, que se había dispuesto como meta para que rebotaran y volvieran al punto inicial al cual también debían llegar en el mismo momento.

El experimento lo hicieron una y otra vez, ya que estaban convencidos de que un rayo debía tardar más que otro en hacer el recorrido. Pero no encontraron diferencia. En consecuencia, entró en crisis la teoría del éter y volvió a surgir la incógnita: ¿en qué se apoyaba la luz para trasladarse? ¿Por qué la velocidad no variaba a pesar de todos los experimentos?

La velocidad de la luz es 300.000 km/h. La luz del Sol tarda 8 minutos en llegar a la Tierra.

 

Albert Einstein revela el misterio

Un joven alemán que estudiaba ciencias físicas en Zurich formula una explicación al gran interrogante de la época reformulando toda la física clásica de Newton que se estudiaba en aquel momento. A partir de las teorías de Einstein, la mecánica clásica comienza a considerarse como un caso particular de una mecánica más amplia y general. Con el tiempo, la denominan Física Relativista y la aplican para explicar el movimiento de partículas que se mueven a grandes velocidades, como las de la luz.

Einstein sustentó su teoría física en dos postulados que, con el tiempo, sirvieron para explicar la naturaleza del universo.

Ellos son:
1. La luz se mueve siempre a velocidad constante de 300.000 Km/seg, independientemente de la velocidad de la fuente emisora.
2. No existe ningún experimento posible en una nave que nos permita saber si nos estamos moviendo.

Albert Einstein tenía 26 años cuando publicó la teoría de la relatividad.

 

Como podemos ver, estos postulados rompen con los conceptos establecidos en la época. Por ejemplo, es ignorado el principio de la relatividad establecido por Galileo, donde se indica que hay que sumar las velocidades. Si desde un automóvil emitimos un haz de luz, Galileo hubiese dicho que para determinar su velocidad habría que sumar la velocidad del haz, más la velocidad del automóvil; Einstein estableció que la luz siempre se mueve a velocidad constante de 300.000 Km/seg, independientemente de la velocidad de la fuente emisora. Además, Einstein afirmó que la luz no necesita ningún medio de transporte ya que simplemente se mueve a través del vacío.

La teoría de la relatividad introduce el concepto de tiempo relativo. Los fenómenos físicos tienen asociado un tiempo. Si un astronauta realiza un viaje por el espacio a la velocidad de la luz no notará nada particular en su reloj, pero al regresar a la Tierra se dará cuenta que no coincide con los relojes que se quedaron en ella. Adicional a esto, Einstein predice que la masa y la energía de un cuerpo están relacionadas con la velocidad de la luz elevada al cuadrado, E = mc². Esta fórmula afirma que en un solo kilogramo de materia esta almacenada toda la energía que consume la Tierra. Para ese momento, en el año 1905, se pensó que era imposible extraer esa energía pero la situación cambió 30 años después con la bomba que destruyó Hiroshima.

 

E=mc² es la ecuación más famosa del mundo desde que apareció en la portada de la revista Times de 1946.

Depresión y ansiedad

Conflictos en el ámbito escolar, laboral o familiar; preocupaciones por alcanzar las metas, por la seguridad, por los problemas económicos, por la salud y dificultades para relacionarse son problemáticas habituales del mundo de hoy que conducen a muchas personas a experimentar depresión o ansiedad. No hay límite de edad, todos nos podemos ver afectados por estos trastornos emocionales, por eso, es importante someternos a un tratamiento temprano y acorde a nuestras necesidades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de la enfermedad. Siguiendo tal definición podemos advertir que los trastornos emocionales, como la depresión o la ansiedad, afectan considerablemente nuestro propio bienestar. Recibir ayuda de profesionales de la salud nos permitirá afrontar nuestro problema para poder superarlo con éxito.

Clínicamente no es tarea fácil distinguir estos trastornos: los síntomas y características son similares y habitualmente coexisten ambos cuadros.

La depresión es un estado emocional que afecta al cuerpo, los pensamientos y el ánimo. Quienes la padecen sienten desesperanzada, se ven encerrados en un laberinto que pareciera no tener salida, quieren escapar de la realidad, no tienen ganas de emprender proyectos ni de realizar actividades. Lo importante en estos casos es buscar ayuda porque con tratamiento hay posibilidades de lograr una vida plena.

Además se debe tener en cuenta que la depresión es una enfermedad como puede ser la diabetes o la artritis, y no es sólo una sensación de tristeza o de desánimo. Mientras la persona no recibe la atención medica necesaria, esta enfermedad puede progresar día a día afectando los pensamientos, sentimientos, su salud física y su forma de comportarse.

De acuerdo a numerosas investigaciones se sabe que las enfermedades depresivas son trastornos del cerebro. Gracias a las tecnologías que permiten obtener imágenes del cerebro, como las imágenes por resonancia magnética, se ha demostrado que el cerebro de las personas que sufren depresión luce diferente. Las zonas del cerebro encargadas de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito, y comportamiento no funcionan con normalidad. Además, hay importantes neurotransmisores, sustancias químicas que las células del cerebro utilizan para comunicarse, que parecen no estar en equilibrio.

Las personas idóneas para diagnosticar un cuadro de depresión son los profesionales de la salud, ellos pueden determinar qué tipo de depresión sufre la persona, qué nivel de gravedad tiene y qué tratamiento se puede implementar.

Con un diagnóstico acertado el paciente puede ser tratado de diversos modos; los tratamientos más frecuentes son la medicación y la psicoterapia. Recibir ayuda a tiempo es importante porque la depresión se puede volver crónica o recurrente y afectar notablemente el desempeño en el trabajo o en la escuela y la capacidad de afrontar los problemas en la vida cotidiana. Cuando la depresión llega al extremo puede conducir al suicidio.

Por su parte, la ansiedad es también un estado emocional; en este caso quienes la padecen sienten que no pueden esperar el resultado de una situación, se irritan fácilmente y no logran la calma en medio de una situación incierta. Habitualmente este cuadro se acompaña con depresión.

Hay que diferenciar entre miedo y ansiedad. En el primer caso el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder; en cambio cuando experimenta ansiedad, el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta.

Según La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, la ansiedad se expresa a tres niveles:
• Cognitivo-subjetivo (la vivencia)
• Fisológico (signos y síntomas corporales)
• Motor (comportamiento)

Los trastornos de ansiedad pueden volverse crónicos si seguimos expuestos a acontecimientos estresantes o no los enfrentamos desde una óptica más relajada. Es por eso que es aconsejable desestimar los pensamientos negativos que ocasionan un temor a la presentación de los síntomas.

Las investigaciones en torno a los trastornos de ansiedad han aumentado en los últimos años y se ha descubierto que los niños también pueden padecerlo. Si bien se cree que los niños están menos expuestos a situaciones de presión, se ha detectado en ellos cuadros de depresión y de trastornos de conducta. Las causas pueden ser varias, tales como: problemas familiares, mala relación con sus amigos, etc.

En general las manifestaciones de ansiedad en los niños son similares que la de los adultos, destacándose las fobias como temor a la oscuridad, a los animales y a la soledad. También es frecuente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

La Federación Mundial de Salud Mental inició en 1992 la celebración del Día Mundial de la Salud Mental (10 octubre), que sirve a muchos países y organizaciones para concientizar a la población de los problemas de salud mental y fomentar un debate abierto sobre los trastornos mentales, así como las inversiones en servicios de prevención, promoción y tratamiento.
SÍNTOMAS GENERALES
DEPRESIÓN ANSIEDAD
Tristeza, pesimismo, insomnio, sentimiento de culpa, desesperanza. Cansancio, falta de energía. Irritabilidad, insomnio, preocupación, miedo, inseguridad, alarma exagerada.
Desgano, falta de interés para realizar actividades. Alteraciones de la conducta, adicciones.
Problemas para concentrarse y dificultades con la memoria. Empeoramiento de enfermedades crónicas que coexisten (como la diabetes) y pérdida o aumento del apetito. Problemas en el sistema nervioso autónomo: aumento de latidos cardíacos, alteraciones en la presión arterial o en la respiración, náuseas, vómitos, pérdida o aumento del apetito.
Ansiedad, agitación, irritabilidad. Pensamientos negativos, de suicidio, de muerte. Hiperactividad, evitación de la situación temida, temblores, llanto, etc.

MÉTODOS DE PREVENCIÓN

• Establecerse e integrase a un grupo para generar nuevas amistadas, mantenerse con actividades y compartir momentos de ocio. Es importante que todas las personas mantengan buenas relaciones con el entorno, ya sea la escuela, el ámbito laboral, la familia, etc.
• Tener objetivos y perseverancia para cumplirlos. Es importante aprender a desarrollar nuevos objetivos, proyectos o sueños cuando uno de ellos se frustra.
• Mantenerse activo: realizar actividad física, programarse tareas en los tiempos libres, romper la rutina, aprender cosas nuevas, etc.
• Considerar tiempo para uno mismo, para descansar y hacer realmente lo que nos da placer, ya sea mirar una película, caminar, dormir, cocinar, etc.
• Rodearse de mensajes positivos y procurar adoptar una visión optimista de la vida.
• Ocuparse del cuidado físico y el aspecto personal.
• Conversar los problemas, exteriorizar los sentimientos.

El sistema feudal

El sistema feudal es la organización social, política y económica basada en los feudos que se extendió por Europa tras la caída del Imperio romano de occidente y que predominó en los siglos IX-XV.

En los primeros siglos de la Edad Media, Constantinopla era el centro de la economía mediterránea. En el siglo VIII, el núcleo del Mediterráneo oriental se trasladó a las ciudades musulmanas de Damasco, primero, y Bagdad, después, mientras que la economía occidental se orientaba hacia un reforzamiento de los contactos con los germanos del norte. Dado que escaseaba el dinero y la agricultura era pobre, la ganadería constituía la principal fuente de riqueza.

La base de la nueva estructura económica fue el latifundio, laico o eclesiástico. Los pequeños propietarios cedían sus tierras a cambio de protección, lo cual solía comportar la pérdida de su libertad. Así aparecieron los siervos, que constituían la gran masa de la población campesina y estaban sujetos a las cargas y las reglas que les imponía el señor. De éstas, las dos más características eran la capitación, impuesto personal, y el formariage, prohibición de contraer matrimonio sin el permiso señorial. Más tarde, se les consideró también adscritos al predio en que trabajaban. Esta categoría servil estaba compuesta por los pequeños propietarios libres, los antiguos colonos y los esclavos.

Los villanos pagaban al señor un censo o renta fija por la tierra que cultivaban bajo contrato. En teoría eran libres, aunque estaban sujetos a muchas de las prestaciones de trabajo, monetarias o en especie de los anteriores. La nobleza constituía la cima de la pirámide jerárquica de la sociedad. Por encima de ella sólo se hallaba, aunque a menudo sólo fuera nominalmente, el rey.

Se les llamaba ‘siervos’ a los campesinos sujetos a las tierras en las que trabajaban. No podían desplazarse de la misma y la gran parte de su cosecha iba a parar a las manos del señor feudal

Evolución del feudalismo

A lo largo del siglo IX, el sistema de relaciones feudales empezó a evolucionar y a extenderse a todas las capas sociales. La debilidad progresiva del poder central facilitó la adquisición de prerrogativas por parte de los señores y vasallos y los beneficios tendieron a convertirse en bienes hereditarios. Los condes dividieron el honor o alodio, en tenencias, repartiéndolas entre sus vasallos. Y éstos, convertidos a su vez en señores, pudieron procurarse sus propios vasallos concediéndoles en feudo una parte de sus tenencias.

Los reyes o las personas con mayor poder (señores feudales) eran los dueños de las tierras y se quedaban con la mayor parte de su producción

Señores y vasallos

Desde los tiempos merovingios, los pequeños propietarios (hombres libres) buscaron la protección de un señor feudal poderoso. De este modo, y gracias al juramento de fidelidad en el que le ofrecían sus servicios, se convertían en sus vasallos, a cambio de lo cual el señor los ponía bajo su protección y les otorgaba un feudo o beneficio (homenaje). Los vasallos reales, hombres libres, debían servir ante todo como caballeros en las huestes del señor, aunque además solían prestar servicios administrativos y judiciales. Era costumbre que algunos vasallos prestaran servicios domésticos y el incumplimiento de este uso podía acarrearles la reducción a la esclavitud. El señor quedaba obligado a proteger y mantener a sus vasallos, hacerles justicia y garantizar la integridad de los bienes que les cedía en feudo.

Hundimiento del sistema feudal

La multiplicación de relaciones entre señores feudales y vasallos modificó sus respectivas obligaciones y a la larga originó el hundimiento del sistema feudal. El deseo de poseer más beneficios llevó a algunos a hacerse vasallos de varios señores y a subinfeudar luego las tierras conseguidas. El establecimiento de vasallos en los lugares donde se requería mayor vigilancia fue una de las consecuencias más importantes del feudalismo, contribuyó a la expansión del sistema y significó la aparición de variantes o peculiaridades locales. A partir del siglo XI, el sistema feudal empezó a desintegrarse.