La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La tríada ecológica es uno de los modelos tradicionales desarrollados por científicos para estudiar condiciones relacionadas con la salud, está compuesta por el agente causal, el huésped y el ambiente. Para la OMS, una enfermedad es “la alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”. Las enfermedades, según su propagación, pueden ser epidemias, endemias o pandemias.
Prevención primaria
La prevención primaria tiene como objetivo prevenirenfermedades o lesiones antes de que ocurran. Esto se hace cuando se previene la exposición a peligros que causan daños a la salud. El periodo prepatogénico es la etapa de incubación de la enfermedad, hay síntomas aparentes, pero se encuentra condicionada por el agente, el huésped y el medio ambiente. Se llaman hábitos saludables aquellas acciones que los especialistas de la medicina recomiendan implementar para mantener una óptima salud. Es importante destacar que en la nutrición y la salud actúan en conjunto los sistemas respiratorio, digestivo, circulatorio y excretor.
Prevención secundaria
La prevención secundaria tiene como objetivo reducir el impacto de una enfermedad o lesión que ya ha ocurrido, esto se hace cuando se detectan y se tratan enfermedades o lesiones lo antes posible para detener o retrasar su progreso. El período patogénico es la etapa de la aparición de la enfermedad, en este lapso de tiempo, el paciente presenta los síntomas comunes causados por el agente que ha invadido su cuerpo. El diagnostico precoz se realiza cuando no hay síntomas aparentes de la enfermedad. El tratamiento se define como el cuidadodiario que el paciente debe recibir bien sea con medicamentos o medidas de higiene para mejorar su estado de salud.
Prevención terciaria
La prevención terciaria apunta a suavizar el impacto de una enfermedad o lesión en curso que tiene efectos duraderos. Esto se hace para ayudar a las personas a manejar lesiones y problemas de salud a largo plazo, a menudo complejos (por ejemplo, enfermedades crónicas, discapacidades permanentes) para mejorar tanto como sea posible su capacidad para funcionar, su calidad y su esperanza de vida. La OMS define la fisioterapia como: “El arte y la ciencia del tratamiento por medio del ejercicioterapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad”. Se considera actividad física a cualquier movimiento corporal que implique como resultado un gasto de energía mayor a la tasa de metabolismo basal.
Manténgase al día de la información más reciente sobre el brote de COVID-19, a la que puede acceder en el sitio web de la OMS y a través de las autoridades de salud pública pertinentes a nivel nacional y local.
La mayoría de las personas que se infectan padecen una enfermedad leve y se recuperan, pero en otros casos puede ser más grave. Cuide su salud y proteja a los demás a través de las siguientes medidas:
Lávese las manos frecuentemente
Lávese las manos con frecuencia con un desinfectante de manos a base de alcohol o con agua y jabón.
¿Por qué? Lavarse las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón mata el virus si este está en sus manos.
Adopte medidas de higiene respiratoria
Al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo; tire el pañuelo inmediatamente y lávese las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón.
¿Por qué? Al cubrir la boca y la nariz durante la tos o el estornudo se evita la propagación de gérmenes y virus. Si usted estornuda o tose cubriéndose con las manos puede contaminar los objetos o las personas a los que toque.
Mantenga el distanciamiento social
Mantenga al menos 1 metro (3 pies) de distancia entre usted y las demás personas, particularmente aquellas que tosan, estornuden y tengan fiebre.
¿Por qué? Cuando alguien con una enfermedad respiratoria, como la infección por el 2019-nCoV, tose o estornuda, proyecta pequeñas gotículas que contienen el virus. Si está demasiado cerca, puede inhalar el virus.
Evite tocarse los ojos, la naríz y la boca
¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus. Si se toca los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, puedes transferir el virus de la superficie a si mismo.
Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, solicite atención médica a tiempo
Indique a su prestador de atención de salud si ha viajado a una zona de China en la que se haya notificado la presencia del 2019-nCoV, o si ha tenido un contacto cercano con alguien que haya viajado desde China y tenga síntomas respiratorios.
¿Por qué? Siempre que tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, es importante que busque atención médica de inmediato, ya que dichos síntomas pueden deberse a una infección respiratoria o a otra afección grave. Los síntomas respiratorios con fiebre pueden tener diversas causas, y dependiendo de sus antecedentes de viajes y circunstancias personales, el 2019-nCoV podría ser una de ellas.
Manténgase informado y siga las recomendaciones de los profesionales sanitarios
Manténgase informado sobre las últimas novedades en relación con la COVID-19. Siga los consejos de su dispensador de atención de salud, de las autoridades sanitarias pertinentes a nivel nacional y local o de su empleador sobre la forma de protegerse a sí mismo y a los demás ante la COVID-19.
¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada acerca de si la COVID-19 se está propagando en su zona. Son los interlocutores más indicados para dar consejos sobre las medidas que la población de su zona debe adoptar para protegerse.
Medidas de protección para las personas que se encuentran en zonas donde se está propagando la COVID-19 o que las han visitado recientemente (en los últimos 14 días)
Siga las orientaciones expuestas arriba.
Permanezca en casa si empieza a encontrarse mal, aunque se trate de síntomas leves como cefalea y rinorrea leve, hasta que se recupere.
¿Por qué? Evitar los contactos con otras personas y las visitas a centros médicos permitirá que estos últimos funcionen con mayor eficacia y ayudará a protegerle a usted y a otras personas de posibles infecciones por el virus de la COVID-19 u otros.
Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque rápidamente asesoramiento médico, ya que podría deberse a una infección respiratoria u otra afección grave. Llame con antelación e informe a su dispensador de atención de salud sobre cualquier viaje que haya realizado recientemente o cualquier contacto que haya mantenido con viajeros.
¿Por qué? Llamar con antelación permitirá que su dispensador de atención de salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto ayudará también a prevenir la propagación del virus de la COVID-19 y otros virus.
Preguntas a la OMS
P: ¿Debo evitar dar la mano a las personas por el nuevo coronavirus?
R: Sí. Los virus respiratorios pueden transmitirse al darse la mano y tocarse los ojos, la nariz y la boca. Es mejor saludar con un gesto de la mano, una inclinación de la cabeza o una reverencia.
P: ¿Cómo debo saludar a las personas para evitar contagiarme del nuevo coronavirus?
R: Para prevenir la COVID-19, lo más seguro es evitar el contacto físico al saludarse. Algunas formas seguras de saludo son un gesto de la mano, una inclinación de la cabeza o una reverencia.
P: ¿Usar guantes de goma cuando se está en público es una forma eficaz de prevenir la infección por el nuevo coronavirus?
R: No. Lavarse las manos con frecuencia proporciona más protección frente al contagio de la COVID-19 que usar guantes de goma. El hecho de llevarlos puestos no impide el contagio, ya que si uno se toca la cara mientras los lleva, la contaminación pasa del guante a la cara y puede causar la infección.
Cómo ayudar a los niños a gestionar el estrés durante el brote de COVID-19
Los niños pueden responder al estrés de diversas formas, por ejemplo, mostrándose más dependientes, preocupados, enfadados o agitados, encerrándose en sí mismos o mojando la cama.
Muéstrese comprensivo ante las reacciones de su hijo, escuche sus preocupaciones y ofrézcale más amor y atención.
Los niños necesitan el amor y la atención de los adultos en los momentos difíciles. Dedíqueles más tiempo y atención.
Acuérdese de escuchar a sus hijos, hablarles con amabilidad y tranquilizarles.
Cuando sea posible, organice momentos de juego y relajación con su hijo.
En la medida de lo posible, trate de mantener a los niños cerca de sus padres y familia y evite separarlos de las personas que se encargan de su cuidado. En caso de separación (por ejemplo, por hospitalización), asegúrese de mantener el contacto frecuente (por ejemplo, a través del teléfono) y de ofrecer consuelo.
Mantenga las rutinas y los horarios habituales en la medida de lo posible, o ayude a crear otros diferentes en el entorno nuevo, en particular actividades escolares y de aprendizaje, así como momentos para jugar de forma segura y relajarse.
Explique lo que ha pasado y cuál es la situación actual y dé a los niños información clara sobre cómo pueden reducir los riesgos de contraer la enfermedad; utilice palabras que puedan entender en función de su edad.
Facilite también información sobre situaciones hipotéticas (por ejemplo, un miembro de la familia y/o el niño empiezan a encontrarse mal y tienen que ir al hospital durante un tiempo para que los médicos puedan ayudarles a recuperarse).
Conflictos en el ámbito escolar, laboral o familiar; preocupaciones por alcanzar las metas, por la seguridad, por los problemas económicos, por la salud y dificultades para relacionarse son problemáticas habituales del mundo de hoy que conducen a muchas personas a experimentar depresión o ansiedad. No hay límite de edad, todos nos podemos ver afectados por estos trastornos emocionales, por eso, es importante someternos a un tratamiento temprano y acorde a nuestras necesidades.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de la enfermedad. Siguiendo tal definición podemos advertir que los trastornos emocionales, como la depresión o la ansiedad, afectan considerablemente nuestro propio bienestar. Recibir ayuda de profesionales de la salud nos permitirá afrontar nuestro problema para poder superarlo con éxito.
Clínicamente no es tarea fácil distinguir estos trastornos: los síntomas y características son similares y habitualmente coexisten ambos cuadros.
La depresión es un estado emocional que afecta al cuerpo, los pensamientos y el ánimo. Quienes la padecen sienten desesperanzada, se ven encerrados en un laberinto que pareciera no tener salida, quieren escapar de la realidad, no tienen ganas de emprender proyectos ni de realizar actividades. Lo importante en estos casos es buscar ayuda porque con tratamiento hay posibilidades de lograr una vida plena.
Además se debe tener en cuenta que la depresión es una enfermedad como puede ser la diabetes o la artritis, y no es sólo una sensación de tristeza o de desánimo. Mientras la persona no recibe la atención medica necesaria, esta enfermedad puede progresar día a día afectando los pensamientos, sentimientos, su salud física y su forma de comportarse.
De acuerdo a numerosas investigaciones se sabe que las enfermedades depresivas son trastornos del cerebro. Gracias a las tecnologías que permiten obtener imágenes del cerebro, como las imágenes por resonancia magnética, se ha demostrado que el cerebro de las personas que sufren depresión luce diferente. Las zonas del cerebro encargadas de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito, y comportamiento no funcionan con normalidad. Además, hay importantes neurotransmisores, sustancias químicas que las células del cerebro utilizan para comunicarse, que parecen no estar en equilibrio.
Las personas idóneas para diagnosticar un cuadro de depresión son los profesionales de la salud, ellos pueden determinar qué tipo de depresión sufre la persona, qué nivel de gravedad tiene y qué tratamiento se puede implementar.
Con un diagnóstico acertado el paciente puede ser tratado de diversos modos; los tratamientos más frecuentes son la medicación y la psicoterapia. Recibir ayuda a tiempo es importante porque la depresión se puede volver crónica o recurrente y afectar notablemente el desempeño en el trabajo o en la escuela y la capacidad de afrontar los problemas en la vida cotidiana. Cuando la depresión llega al extremo puede conducir al suicidio.
Por su parte, la ansiedad es también un estado emocional; en este caso quienes la padecen sienten que no pueden esperar el resultado de una situación, se irritan fácilmente y no logran la calma en medio de una situación incierta. Habitualmente este cuadro se acompaña con depresión.
Hay que diferenciar entre miedo y ansiedad. En el primer caso el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder; en cambio cuando experimenta ansiedad, el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta.
Según La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, la ansiedad se expresa a tres niveles:
• Cognitivo-subjetivo (la vivencia)
• Fisológico (signos y síntomas corporales)
• Motor (comportamiento)
Los trastornos de ansiedad pueden volverse crónicos si seguimos expuestos a acontecimientos estresantes o no los enfrentamos desde una óptica más relajada. Es por eso que es aconsejable desestimar los pensamientos negativos que ocasionan un temor a la presentación de los síntomas.
Las investigaciones en torno a los trastornos de ansiedad han aumentado en los últimos años y se ha descubierto que los niños también pueden padecerlo. Si bien se cree que los niños están menos expuestos a situaciones de presión, se ha detectado en ellos cuadros de depresión y de trastornos de conducta. Las causas pueden ser varias, tales como: problemas familiares, mala relación con sus amigos, etc.
En general las manifestaciones de ansiedad en los niños son similares que la de los adultos, destacándose las fobias como temor a la oscuridad, a los animales y a la soledad. También es frecuente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
La Federación Mundial de Salud Mental inició en 1992 la celebración del Día Mundial de la Salud Mental (10 octubre), que sirve a muchos países y organizaciones para concientizar a la población de los problemas de salud mental y fomentar un debate abierto sobre los trastornos mentales, así como las inversiones en servicios de prevención, promoción y tratamiento.
SÍNTOMAS GENERALES
DEPRESIÓN
ANSIEDAD
Tristeza, pesimismo, insomnio, sentimiento de culpa, desesperanza. Cansancio, falta de energía.
Desgano, falta de interés para realizar actividades.
Alteraciones de la conducta, adicciones.
Problemas para concentrarse y dificultades con la memoria. Empeoramiento de enfermedades crónicas que coexisten (como la diabetes) y pérdida o aumento del apetito.
Problemas en el sistema nervioso autónomo: aumento de latidos cardíacos, alteraciones en la presión arterial o en la respiración, náuseas, vómitos, pérdida o aumento del apetito.
Ansiedad, agitación, irritabilidad. Pensamientos negativos, de suicidio, de muerte.
Hiperactividad, evitación de la situación temida, temblores, llanto, etc.
MÉTODOS DE PREVENCIÓN
• Establecerse e integrase a un grupo para generar nuevas amistadas, mantenerse con actividades y compartir momentos de ocio. Es importante que todas las personas mantengan buenas relaciones con el entorno, ya sea la escuela, el ámbito laboral, la familia, etc.
• Tener objetivos y perseverancia para cumplirlos. Es importante aprender a desarrollar nuevos objetivos, proyectos o sueños cuando uno de ellos se frustra.
• Mantenerse activo: realizar actividad física, programarse tareas en los tiempos libres, romper la rutina, aprender cosas nuevas, etc.
• Considerar tiempo para uno mismo, para descansar y hacer realmente lo que nos da placer, ya sea mirar una película, caminar, dormir, cocinar, etc.
• Rodearse de mensajes positivos y procurar adoptar una visión optimista de la vida.
• Ocuparse del cuidado físico y el aspecto personal.
• Conversar los problemas, exteriorizar los sentimientos.
Ni niños ni adultos, los adolescentes se encuentran en una etapa de transición en la cual la sexualidad cobra significación por los múltiples y complejos cambios físicos, cognitivos y psicosociales que ocurren en este periodo.
La adolescencia se define como la etapa de la vida que se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Se prolonga desde que comienza a producirse la madurez sexual hasta que el sujeto alcanza la condición social de adulto e independiente. Dada la vaguedad y arbitrariedad del término, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone los 20 años como final de la adolescencia. Su comienzo coincide con la pubertad, tiempo en el cual las características físicas y sexuales de un niño maduran.
En esta etapa, la sexualidad cobra gran significación y se manifiesta de diferentes formas, producto de los propios cambios que vivencia el adolescente. Surge el interés por el atractivo físico del otro, también por resaltar y cuidar el propio aspecto; el cuerpo toma la función psicológica del impulso sexual, muchas veces, se inician las relaciones sexuales; aparece un interés creciente por saber de sexo y se consolida la identidad.
MADUREZ SEXUAL Y PUBERTAD
Cuando el organismo obtiene la capacidad de llevar a cabo la reproducción, significa que ha alcanzado la madurez sexual. El proceso que lleva a la madurez sexual se llama pubertad y es el que da inicio a la adolescencia.
La pubertad es el tiempo en el cual las características físicas y sexuales de un niño maduran debido a cambios hormonales.
Uno de los primeros cambios que experimentan los niños se dan en los genitales. En una primera fase, se observa un aumento de tamaño de los testículos y la aparición de arrugas en el escroto. También se evidencia un crecimiento progresivo del vello del pubis el cual es claro y escaso. Uno o dos años más tardes suele verificarse un crecimiento progresivo del pene, que incrementa tanto su longitud como su diámetro.
En una segunda etapa de la pubertad se puede apreciar que el vello del pubis adopta una forma romboidal característica, el vello axilar y facial también cambia. También tienen lugar un notable crecimiento esquelético y muscular, que acabará dando al cuerpo el típico aspecto de la silueta masculina, y un cambio progresivo de la voz, que se va haciendo más grave. Todos éstos son los denominados caracteres sexuales secundarios masculinos.
Al mismo tiempo, los órganos genitales internos van madurando. Los testículos comienzan a secretar hormonas y a elaborar espermatozoides, y las erecciones espontáneas se hacen frecuentes. Las primeras eyaculaciones suelen presentarse uno o dos años después de observado el crecimiento de tamaño del pene; en general, ocurren de forma inconsciente, durante el reposo nocturno: son las llamadas poluciones nocturnas.
Por su parte, uno de los primeros cambios que experimentan las niñas es el aumento del tamaño de las mamas y la aparición de vello en el pubis. En una segunda fase se aprecia que el vello del pubis adopta una disposición triangular característica, y se observa el crecimiento de vello en las axilas. También tiene lugar un crecimiento generalizado del cuerpo: las caderas y los muslos se ensanchan y se van formando los depósitos de grasa, en especial en las nalgas y en los senos, que dan la forma característica a la silueta femenina. Éstos son los caracteres sexuales secundarios femeninos.
Paralelamente se producen los cambios en los órganos genitales, que aumentan de tamaño y maduran. La maduración de los ovarios conduce a la instauración de los ciclos menstruales. La primera menstruación, también llamada menarquía, suele producirse unos dos o tres años después del aumento inicial del tamaño de las mamas.
Los primeros ciclos sexuales suelen ser irregulares, tanto en lo que hace al volumen del líquido que se expulsa como en su frecuencia. No obstante, se van haciendo progresivamente más regulares.
EL TRABAJO DE LAS HORMONAS
Los cambios que se producen durante la pubertad son causados por el trabajo que realizan las hormonas. Las hormonas son sustancias secretadas por células especializadas, localizadas en glándulas. Una glándula es un conjunto de células cuya función es sintetizar sustancias químicas, como las hormonas, para liberarlas, a menudo en la corriente sanguínea y en el interior de una cavidad corporal o su superficie exterior.
Durante la pubertad, la glándula pituitaria (una glándula en forma de guisante situada en la parte inferior del cerebro) comienza a segregar unas hormonas especiales. En los niños, esas hormonas viajan por la sangre hacia los testículos para que estos comiencen a fabricar testosterona y semen. La testosterona es la hormona que produce la mayoría de los cambios en el cuerpo de los niños durante la pubertad, y los hombres necesitan semen para poder reproducir.
Por su parte, en las niñas, las hormonas se dirigen hacia sus dos ovarios que son dos órganos internos ubicados en la pelvis, uno a cada lado del útero. Estas hormonas hacen que los ovarios comiencen a fabricar otra hormona, llamada estrógeno. Juntas, estas hormonas preparan el cuerpo de la niña para comenzar la menstruación y poder quedar embarazadas en el futuro.
LA MENSTRUACIÓN
Las hormonas que intervienen en la mayoría de los cambios sufridos durante la pubertad, son también las responsables de preparar al cuerpo todos los meses para un posible embarazo. Esto se llama ciclo menstrual. Las hormonas provocan que el revestimiento del útero (órgano de la gestación y el mayor de los órganos del aparato reproductor femenino) se vuelva más grueso y se llene de sangre y tejido. Uno de los ovarios entonces libera un óvulo. Esto se llama ovulación. El óvulo se traslada hacia las trompas de Falopio (canales que conectan el útero con los ovarios) para alcanzar el útero. Si el espermatozoide del hombre no fertiliza al óvulo, no ocurre un embarazo. Por consiguiente, el revestimiento del útero se desintegra y fluye hacia fuera del cuerpo a través de la vagina. La secreción de sangre y tejido del revestimiento del útero es el período menstrual, que también se le llama menstruación. Por lo general, las menstruaciones duran de 3 a 4 días, durante los cuales se evacua un total de unos 70 ml de líquidos y sangre.
¿Qué otros cambios experimenta el adolescente?
Cambios fisiológicos: se desencadena una intensa actividad hormonal que se manifiesta a través de cambios físicos y de conducta.
Cambios psicosociales: el adolescente experimenta tres duelos; uno es por la pérdida del cuerpo infantil; otro, por el rol y la identidad infantil perdidos; y el otro, por el cambio en el rol de los padres quienes dejan de ser sus protectores, pues ahora es el adolescente el responsable y el que debe cuidarse. En este marco, la gama de actitudes y comportamientos que puede adoptar el adolescente son diversas y dependen de su contexto.
Cambios cognoscitivos: el adolescente adquiere una nueva forma de pensar, comienza a poner todo en tela de juicio y a rechazar los viejos límites y categorías. Una de las capacidades cognoscitivas que adquieren es la de reflexionar sobre el pensamiento, lo que le permite examinar y modificar intencionalmente su pensamiento.
Según la OMS “La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.”
EDUCACIÓN SEXUAL
En la adolescencia surgen los primeros enamoramientos y, muchas veces, las primeras relaciones sexuales. Pero ocurre que no siempre se posee el criterio y la responsabilidad que habitualmente se tienen en las relaciones sexuales adultas. El adolescente frecuentemente quiere dictar la ley que regula su conducta, suele rechazar a la autoridad y sentir “que a él nada le puede pasar”.
Cuando se actúa sin responsabilidad o con desconocimiento; luego, llegan las consecuencias. Es frecuente ver a adolescentes atravesando embarazos no deseados, practicando el aborto o sufriendo algún tipo de enfermedad de transmisión sexual (ETS) que podría haber evitado.
En este marco, se vuelve esencial instruir al adolescente sobre la sexualidad así como también estimularlo a que realice visitas al médico. Él es quien le podrá controlar su proceso de crecimiento, evacuar dudas y recomendarle el mejor método de anticoncepción de acuerdo a sus características.
A modo de introducción en el tema, desterraremos algunos mitos relacionados con la sexualidad. Porque aunque algunos adolescentes sostienen que lo saben todo, muchas veces consideran información inexacta. Por ejemplo:
“Las mujeres en la primera relación sexual no quedan embarazadas”
Esto es totalmente falso, las probabilidades de embarazo son las mismas que en el resto de las ocasiones.
“Cuando la mujer está menstruando no es posible que quede embarazada”
Falso porque puede existir ovulación en cualquier día del ciclo, es decir, también durante los días de la menstruación; por lo que existen posibilidades de embarazo si se mantienen relaciones sexuales durante esos días.
“Las pastillas anticonceptivas protege a las mujeres de las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) y SIDA”
Incorrecto porque las pastillas anticonceptivas son un método químico que impiden la ovulación. Son recetadas por el médico de forma que el tratamiento sea adecuado para cada mujer, recomendándose revisiones periódicas. El preservativo correctamente utilizado es el único que protege, tanto a las mujeres como a los hombres, frente a las ETS y SIDA.
“Durante la menstruación la mujer no debe practicar deportes, o lavarse el pelo”
Esto es una vieja creencia totalmente falsa. La mujer puede llevar a cabo todas las actividades que realiza siempre. Sólo en caso de que sienta molestias específicas, puede disminuir la actividad deportiva y tomar algún analgésico.
“Lavar la vagina después de la relación sexual o eyacular fuera de la vagina son métodos eficaces para evitar el embarazo”
Falso y Falso. Por más lavado vaginal que se haga, los espermatozoides pueden llegar hasta el óvulo. Por otro lado, eyacular fuera de la vagina no es un método seguro ya que antes de la eyaculación, sale por el pene un líquido lubricante que facilita la penetración y puede tener espermatozoides.
Desde que nacemos somos capaces de interactuar con el mundo que nos rodea y esta capacidad se va incrementando a medida que crecemos. En este proceso vamos desarrollando más habilidades, no solo motrices sino también comunicacionales, pues aprendemos el idioma de nuestra cultura, pensamos en abstracto y somos capaces de resolver situaciones más complejas. Es así que la inteligencia ha sido un concepto definido desde varías ópticas y estudiada por diferentes ámbitos de la ciencia.
Según la Real Academia Española, la inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Esta palabra proviene del latín intellegere, es un término compuesto de inter “entre” y legere “leer, escoger”, por tanto se puede deducir que la inteligencia alude a la correcta elección entre las mejores opciones para resolver una cuestión.
Otra definición fue propuesta por el filósofo francés y premio Nobel de Literatura en 1927 Henri Bergson (1859-1941): “La inteligencia se caracteriza por el poder ilimitado de descomponer según una ley cualquiera y reorganizar según cualquier sistema”. Desde esta perspectiva, la inteligencia se ubica en la dimensión mental, en la red de conexiones neuronales de nuestro cerebro recorrido por complejas tormentas eléctricas y señales químicas. Pues, así es la suma total de esos procesos cognitivos que activan la atención, planifican y codifican.
El cerebro
El cerebro es el órgano más complejo, en él se pueden diferenciar dos partes o hemisferios con funciones distintas: el hemisferio izquierdo controla mayormente parte del lenguaje y los números, mientras que el derecho se encarga de la imagen y los colores.
Ambos hemisferios son importantes para el proceso de aprendizaje. Aunque en cada uno prevalecen funciones diferentes, muchas de las actividades cotidianas requieren del uso de los dos al mismo tiempo. Así, recordar a una persona es recordar su cara, que se almacena en el hemisferio derecho, y también su nombre, que se guarda en el izquierdo.
Encontramos también en el cerebro miles de millones de neuronas. Estas solo se reproducen durante el desarrollo embrionario; a partir de entonces, su número permanece prácticamente estable. Normalmente dos neuronas no están en contacto directo, sino separadas por un pequeño espacio llamado espacio sináptico.
Cada una de ellas puede a su vez establecer hasta 30.000 conexiones con las otras neuronas, mediante enlaces conocidos como sinapsis y que se disparan por señales químicas y eléctricas. Las sinapsis son cruciales para los procesos biológicos que subyacen bajo la percepción y el pensamiento. También son el sistema mediante el cual el sistema nervioso conecta y controla todos los sistemas del cuerpo.
El desarrollo de la inteligencia y la nutrición
A medida que crecemos vamos adoptando más habilidad, lo que nos permite interactuar en mayor grado con la sociedad: empezamos a caminar, a hablar y a tener una visión crítica. Sin embargo, en el proceso muchos factores pueden influir.
En lo referente a la psicología cognitiva, el psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980), propuso las etapas del desarrollo neurobiológico -desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia- con la evolución de la inteligencia humana e integró en ellas la influencia del medio, es decir, de la sociedad como transmisora de cultura y valores. La clave fundamental de su concepción reside en que todos estos factores están interrelacionados en un proceso evolutivo que busca permanentemente el equilibrio en una sucesión de estadios y períodos.
Piaget distingue cuatro períodos: el sensoriomotor, del nacimiento hasta los 2 años; el preoperacional, hasta los 7 años; el de las operaciones concretas, hasta los 11 años, y el de las operaciones formales, hasta el final de la adolescencia. Solo en este último período de desarrollo evolutivo alcanzamos el pensamiento complejo que caracteriza la inteligencia humana.
En el período del pensamiento formal, según Piaget, puede reflexionarse sobre lo que se piensa, es decir, sobre el propio proceso de pensamiento. Pues existe un conocimiento metacognitivo gracias al cual se puede pensar más sistemáticamente y adoptar perspectivas diferentes de la propia. Al concluir este período, que coincide con el final de la adolescencia en su desarrollo físico, el individuo cuenta ya con todas las herramientas necesarias para los procesos de la inteligencia.
En relación a los condicionamientos de la inteligencia, estudios de diferentes áreas han establecido varios factores, entre ellos hereditarios y ambientales. Sin embargo, la nutrición se presenta como un factor importante ya que se puede controlar con un buen plan de alimentación, evitando así problemas posteriores de difícil o nula reversión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una mala nutrición, además de reducir la inmunidad y aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, puede alterar el desarrollo físico y mental.
En el mismo sentido, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indica que el período que transcurre desde la concepción hasta los tres años de edad es una etapa de crecimiento rápido, en la cual se forman la sangre, el cerebro, los huesos y la mayor parte de los órganos y tejidos, así como el potencial físico e intelectual de cada persona.
La fundación británica Food for the brain, en español “Alimento para el cerebro”; ha realizado un estudio en el 2007 que confirma que el rendimiento escolar está muy relacionado con la alimentación, y que una dieta sana y equilibrada fomenta la concentración y el aprendizaje.
Tanto para el crecimiento físico como intelectual, los nutrientes tienen un papel fundamental. Estudios al respecto han revelado que el DHA, un ácido que compone el Omega-3, es un nutriente que el cerebro necesita para desarrollarse, pero que nuestro cuerpo no fabrica por sí mismo y por eso es tan importante incluirlo en nuestra dieta.
El Omega-3 está en el grupo de “grasas saludables” y es uno de los nutrientes que contribuye al desarrollo intelectual, al igual que el fósforo, el calcio, el hierro o las vitaminas; elementos que se encuentran en alimentos como la carne, el pescado, los huevos, la fruta y la verdura, de ahí la importancia de tener una alimentación variada desde pequeños.
Existen otros factores, como la falta de líquidos, de sueño o el estrés excesivo, que influyen en el rendimiento intelectual. Aquellas personas que se encuentran sometidas a una gran presión pueden presentar bloqueos mentales, pues las hormonas del estrés entorpecen la capacidad para razonar.
¿Sabías qué...?
A medida que el cerebro envejece, le resulta más fácil controlar las emociones.
¿Sabías que se han identificado diferentes tipos de inteligencias?
El doctor Howard Gardner, psicólogo norteamericano de la Universidad de Harvard, desarrolló la “Teoría de las inteligencias múltiples”; en ella plantea que las personas poseemos nueve tipos de inteligencia que nos relacionan con el mundo. A grandes rasgos, estos tipos de inteligencia son la lingüística, la lógico-matemática, la espacial, la corporal-kinestésica, la musical, la interpersonal, la intrapersonal, la naturalista y la existencial.
La inteligencia lingüística
Es la capacidad de utilizar y usar las palabras eficazmente, sea de manera oral o escrita. Se tiene en cuenta también la habilidad de manipular la sintaxis o estructura, la fonética o sonidos, la semántica o significados de las palabras y las dimensiones pragmáticas o usos prácticos del lenguaje.
La inteligencia lógico-matemática
Es la capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. Dentro de ella se contempla la sensibilidad a los esquemas y las relaciones lógicas, las afirmaciones, las proposiciones, las funciones y otras abstracciones relacionadas.
La inteligencia espacial
Es la habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual-espacial y para ejecutar trasformaciones sobre esas percepciones. Las personas con marcada tendencia espacial tienden a pensar en imágenes y fotografías, visualizarlas, diseñarlas o dibujarlas.
La inteligencia corporal-kinestésica
Es la capacidad de unir el cuerpo y la mente para lograr el perfeccionamiento del desempeño físico y así expresar ideas y sentimientos con el cuerpo. Se manifiesta principalmente en los atletas, los bailarines, los cirujanos y los artesanos.
La inteligencia musical
Es la capacidad de discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Esta inteligencia incluye habilidades en el canto, la sensibilidad al ritmo, el tono, la melodía, el timbre o el color tonal de una pieza musical.
La inteligencia interpersonal
Es la capacidad que nos permite entender a los demás. Es decir, de percibir y establecer distinciones en los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones y los sentimientos de otras personas.
La inteligencia intrapersonal
Es la habilidad de la introspección, es decir, del reconocimiento de sí mismo y la habilidad para adaptar las propias maneras de actuar a partir de ese conocimiento.
La inteligencia naturalista
Es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Consiste en el entendimiento del mundo natural y en la interacción con las criaturas vivientes y el discernimiento de patrones de vida y fuerzas naturales.
La inteligencia existencial
Luego de investigaciones, Gardner incorporó esta inteligencia en 1999 y se refiere a la capacidad de preguntarnos sobre la existencia del mundo, la existencia humana, la vida, la muerte y el origen del hombre.
Según Gardner, todos los tipos de inteligencia revisten la misma importancia. Por tanto, constituye un error medir la inteligencia considerando solo algunos de los tipos, como es el caso de los test de coeficiente intelectual, que tienen en cuenta mayormente los tipos de inteligencia lógico -matemática y lingüística.