Mapa mental y mapa conceptual

A la hora de estudiar un tema concreto, no siempre basta con leer un texto para memorizarlo. En ocasiones es necesario aplicar ciertas estrategias que nos ayuden a organizar la información y así lograr un aprendizaje más amigable. Dos de estas estrategias son los mapas mentales y conceptuales, formas similares pero diferentes de estructurar dicha información, y herramientas fundamentales para el estudiante moderno.

Mapa mental Mapa conceptual
Definición Técnica de estudio utilizada para ordenar y clasificar de forma gráfica la información e ideas principales que se tienen de un tema. Técnica de estudio utilizada para ordenar y clasificar de forma gráfica la información e ideas principales que se tienen de un tema.
Herramientas características Texto e ilustraciones. Texto.
Tipo de estructura e información general Subjetiva. Promueve el pensamiento creativo. Objetiva. Promueve el pensamiento crítico.
Objetivo Desglosar de forma creativa e ilustrativa, según nuestras propias reflexiones, la información que se tiene sobre un tema. Organizar y resumir la información teórica que se tiene sobre un tema.
Idea principal o título Ubicado en el centro de la hoja. Ubicado en la parte superior de la hoja.
Organización de ideas En forma de red. Las ideas suelen interconectarse entre sí. Jerarquización. Se parte desde la idea más general hasta las más específicas.
Nodos Cuadrados, rectángulos, círculos, flechas, imágenes y/u otras figuras varias. Cuadrados, rectángulos o círculos.
Ejemplo de estructuras

 

 La intertextualidad

Cuando hablamos de intertextualidad nos referimos a la incorporación de otros textos en un texto. Esta conexión entre textos diferentes se extiende a producciones literarias y no literarias. Un texto puede hacer bis recordar temas, frases, rasgos estructurales o de género de otros textos. Existen tres tipos de intertextualidad muy comunes.

La cita

Entre los tipos de intertextualidad que investigamos, es uno de los más comunes. Todos sabemos lo que es una cita literaria. ¿Qué escritor no ha citado alguna vez a otro, de una u otra forma?

La intertextualidad se refiera a la incorporación de otros textos en un mismo texto.

La cita es una referencia explícita de otro texto. Además, es literal (o al menos, debería serlo). Es decir, por un lado ponemos la cita y por otro la fuente (autor, obra, año, etc.). Y lo hacemos de manera literal, tal como escribió ese fragmento su autor (de ser posible, en la lengua en la que fue escrito). Si está traducido, hay que procurar citar la editorial, el año de la traducción, el traductor, etc.

Claro está que no siempre es así. A veces, los escritores incorporan una cita al comienzo de cada capítulo y sólo incluyen, como fuente, al autor original. Depende siempre del contexto de lo que estamos haciendo, no es lo mismo una cita en un ensayo, donde se requieren todas las fuentes de información posibles, que la cita en una narración.

El plagio

Otro de los tipos de intertextualidad presentes en muchos textos, aunque a veces los autores no especifican la fuente, y por eso se habla de plagio. Es decir, no es necesario que el plagio sea literal; por ejemplo, se puede plagiar una idea, un argumento, un personaje, etc. Solo hablamos de plagio cuando el escritor no hace referencia a su fuente original.

Los tres tipos de intertextualidad más comunes son la cita, el plagio y la alusión.

La alusión

En cambio, si en el texto encontramos una referencia, por vaga que sea, a otro texto, estamos ante una alusión, otro de los tipos de intertextualidad más habituales, puede que el más frecuente.