Tener rendimiento físico es sumamente importante para cualquier deportista, pues le permite cumplir sus metas en un período de tiempo determinado. Este concepto engloba aspectos como la salud, el estado físico y la producción de energía de los músculos, además de otros factores físicos y psicológicos.
¿Qué es?
Es el logro que puede llegar a obtener un deportista en relación al gasto de energía. Para tener un buen rendimiento se debe tener una buena rutina y alimentación en conjunto con disciplina y dedicación. También es necesario el apoyo de entrenadores físicos, psicólogos y nutricionistas, entre otros, con el fin de explotar al máximo las cualidades de cada atleta. De igual forma, es necesario tomar en cuenta que el rendimiento de cada persona es variable y puede depender de factores como:
- Funcionalidad del sistema inmune.
- Contracción muscular.
- Capacidad cardiocirculatoria y cardiorespiratoria.
- Factores del entorno, como la temperatura y disponibilidad de oxígeno.
- Factores de salud.
- Factores psicológicos y de personalidad.
- Condición física.
- Coordinación neuromuscular.
- Factores morfológicos.
¿Cómo mejorar el rendimiento físico?
1. Establecer una rutina de ejercicio. Para obtener buenos resultados, es necesario tener una rutina que se ajuste a las capacidades de cada persona, esta debe constar de una breve actividad de cardio junto con ejercicios de fuerza. Es importante no extralimitarse ni saltarse el descanso, ya que esto solo trae consecuencias como el cansancio, las lesiones y la fatiga muscular.
2. Tener un buena alimentación. Tener una dieta balanceada que contenga frutas, verduras, minerales, proteínas, carbohidratos y lípidos, en especial ácidos grasos como el omega 3, es beneficioso para aumentar el rendimiento. Una buena alimentación ayuda a controlar el peso, reducir la fatiga muscular y evitar el desgaste de los mismos. Adicionalmente, los complementos alimenticios pueden ser utilizados, en especial en aquellas personas que tienen inconvenientes para absorber nutrientes.
3. Determinar horarios de comida y de entrenamiento. Para que el proceso digestivo no intervenga con la práctica deportiva, es necesario adaptar los horarios de comida a los de entrenamiento. Se debe esperar de 2 a 3 horas para ejercitarse, de acuerdo con los últimos alimentos consumidos. En caso de que se necesite comer muy cerca del horario de la actividad física, se pueden consumir alimentos fáciles de digerir, como las frutas o las carnes magras.
4. Fijar horarios de descanso. Es indispensable tener buenos períodos de descanso ininterrumpidos para que los músculos puedan recuperarse luego del entrenamiento y se adapten a la tensión del ejercicio. Lo recomendable es dormir alrededor de 8 horas diarias, sin embargo, esto puede variar de acuerdo con cada persona.
5. Hidratarse. La deshidratación provoca cansancio, calambres, falta de concentración, disminución de energía y aumenta el riesgo de sufrir lesiones. De manera que, cualquier persona que vaya a realizar una actividad física debe hidratarse antes, durante (en caso de que dure más de una hora) y después de iniciarla, esto con el fin de recuperar el agua y las sales que se pierden durante el ejercicio. Igualmente hay que tener una buena hidratación en el día para mejorar la recuperación de los músculos.
6. Fijar objetivos. Para evitar el desánimo que surge de no poder alcanzar rápidamente el rendimiento deseado, lo mejor es plantear objetivos realistas a corto, mediano y largo plazo, de acuerdo con el estado físico de cada persona.
7. Ser constante. Es de gran importancia seguir las rutinas de ejercicios para poder alcanzar los objetivos deseados. Es imposible ganar un torneo o competencia sin haber entrenado o practicado continuamente.
8. Escuchar a tu cuerpo. “Escuchar” lo que dice el cuerpo durante la realización del entrenamiento, así como en los días siguientes, permite una mejoría en el progreso, ya que es una manera de conocer hasta donde se puede llegar durante las rutinas, para evitar sobrecargas y fatiga muscular.
Es uno de los atletas más famosos del mundo, considerado por muchos el mejor de todos los tiempos. Por supuesto, su éxito se ha debido a la constancia y disciplina que ha aplicado durante años para conseguir ganar 8 medallas de oro en los Juegos Olímpicos.