Estructura y función del tríceps braquial

Los músculos de nuestros brazos son los que nos permiten flexionar y extender el antebrazo, movimientos de gran importancia en actividades cotidianas, como abrazar, vestirnos o levantar pesas. El tríceps braquial es uno de estos músculos, es de gran tamaño y permite la extensión de la articulación del codo.

Estructura

El tríceps braquial es un músculo ubicado en la parte dorsal y superior del brazo. Está formado por tres segmentos o cabezas: una larga, una lateral y una medial. Todas ellas se unen para formar un solo tendón que se inserta en la prominencia ósea del codo.

¿Sabías qué?
El término “tríceps” proviene del latín triceps, que significa “tres cabezas”.
Huesos y músculos del brazo (parte superior).
  • La cabeza larga se origina en el tubérculo infraglenoideo de la escápula. Se inserta en el olécranon del cúbito.
  • La cabeza medial se origina en el húmero dorsal, inferior al surco radial y se conecta con el tabique intermuscular. Se inserta en el olécranon del cúbito.
  • La cabeza lateral se origina en el húmero dorsal, superior al surco radial, y se conecta con el tabique intermuscular lateral. Se inserta en el olécranon del cúbito.

¿Sabías qué?
La inervación del tríceps la proporciona el nervio radial, que se origina en el cordón posterior del plexo braquial en la axila anterior.

FUNCIONES

Tanto el tríceps como el bíceps braquial son responsables de controlar los movimientos de la articulación del codo. El tríceps braquial, específicamente, participa en la extensión activa del antebrazo a nivel de dicha articulación y permite acciones de empuje y soporte de carga corporal sobre las manos.

Estiramiento del tríceps

Los estiramientos son fundamentales, pues ayudan a prevenir lesiones. Algunas técnicas para estirar nuestros tríceps braquiales son los siguientes:

  • Cruza el brazo por delante del pecho, debajo del cuello, y presiona con el otro brazo para empujarlo hacia el cuerpo.
  • Estira el brazo sobre la cabeza y flexiona hasta tocar el hombro contrario. Puedes usar el otro brazo para estirar el tríceps mientras se empuja hacia abajo.
  • Extiende el brazo como si fuera a tocar el techo y dobla hasta tocar el hombro del mismo brazo.

Fractura del pie

El pie humano consta de veintiséis huesos distribuidos en el tarso, el metatarso y las falanges. Tras una caída o un accidente, cualquiera de estos huesos puede romperse o fracturarse, lo que se traduce en una lesión traumática que, con el diagnóstico y tratamiento adecuado, pueden curarse.

primero, ¿cuáles son los huesos del pie?

El pie es la extremidad inferior distal a la articulación del tobillo. Su compleja estructura, compuesta de huesos, articulaciones, ligamentos, músculos y tendones, soporta el peso del cuerpo y permite los movimientos coordinados durante la marcha, así como la capacidad de mantenernos de pie.

Los huesos del pie se dividen en tres grupos:

  • Las falanges, agrupación de huesos en cada dedo. Cada dedo tiene tres falanges: proximal, intermedia y distal (excepto el dedo gordo que tiene dos falanges). Son catorce huesos en total.
  • El metatarso, grupo de cinco huesos alargados, uno por cada dedo.
  • El tarso, conjunto de siete huesos cortos de forma irregular ubicados en la parte proximal del pie.
Huesos del pie.

¿Sabías qué?
El hueso calcáneo es el de mayor tamaño en el tarso. Está debajo del astrágalo y juntos constituyen el talón. Cuenta con dos articulaciones: la subastragalina (entre el calcáneo y el astrágalo) y la calcaneocuboidea (entre el calcáneo y el cuboides).

causas y síntomas

Las fracturas de pie son lesiones que ocurren con frecuencia, pues los pequeños huesos del pie pueden dañarse fácilmente, especialmente si se realiza alguna actividad de gran impacto. La causa más común es un golpe directo sobre la zona, pero también puede ocurrir luego de tropezar, caer o tener un accidente en un vehículo.

Algunos de los síntomas más habituales son los siguientes:

  • Hematomas.
  • Hinchazón.
  • Sensibilidad.
  • Dificultad para caminar o soportar el peso del cuerpo.
  • Problemas para mover el pie.
  • Falta de equilibrio.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Por lo general, el diagnóstico de este tipo de fracturas requiere radiografías. El especialista médico será el responsable de determinar la ubicación de la rotura, ya sea por palpación o por otras pruebas por imágenes, como la gammagrafía ósea, la tomografía computarizada o la resonancia magnética.

Los tratamientos varían en función del hueso que se haya fracturado y la gravedad de este, incluyen medicamentos, terapias, cirugías y otros procedimientos.

Se debe buscar atención médica si se tiene un hueso del pie fracturado, pero, mientras se espera la consulta médica, lo indicado es mantener el pie inmóvil, con aplicaciones de hielo cada 20 minutos, envuelto en un vendaje suave y compresivo, y siempre ligeramente elevado por encima del corazón.