¿Estás seguro?

Intercambiar imágenes, videos y opiniones en internet permite el acceso a un mundo de relaciones que también exige cierta precaución. Hoy, lo que decimos y mostramos en las redes sociales se expande a gran velocidad y tiene alcances que no podemos controlar. Por eso, antes de compartir alguna información, conviene reflexionar para luego, sí, dar un clic seguro. Sobre esto y mucho más nos habla Sergio Balardini, un especialista.

Por Educ.ar

¿Quién es Sergio Balardini?

Sergio Balardini es psicólogo y trabaja, hace años, en temas relacionados con la juventud. Para ello se vincula constantemente con adolescentes de todo el país. Actualmente, se interesa en las subjetividades que surgen a partir de las tecnologías que utilizan los jóvenes cada vez con más naturalidad. Trabaja para la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y la Fundación Friedrich Ebert (FES).

Según las investigaciones, ¿cuáles son los comportamientos más comunes de los adolescentes en relación con la tecnología?

 La primera cuestión que hay que tener en cuenta es que ya no hay un adentro y un afuera de la tecnología. Los chicos usan internet como un continuo de sus vidas reales. Por esta vía, siguen haciendo cosas que ya venían haciendo, como por ejemplo escuchar música. Además, ven videos y buscan mucha información. Los chicos se informan, prácticamente, a través de internet y la televisión. Otra cosa, por supuesto, es permanecer conectados por medio del chat. Está naturalizado que los jóvenes que tienen las condiciones materiales para hacerlo –es decir, que cuentan con computadora en sus casas– llegan y encienden la computadora, y dejan el chat permanentemente abierto. Las nuevas tecnologías facilitan estar conectados permanentemente.

En las redes sociales, ¿también se ve ese continuo entre el afuera y el adentro? 

Las redes sociales son la frutillita de un postre que ya se venía preparando. Los chicos ya se comunicaban mucho vía chat. Ya enviaban plurimensajes a través del celular. Ya existía la base sobre la cual funciona esto de estar conectados, enredados, comunicados todo el tiempo. Las redes sociales desarrollaron una plataforma para eso que ya estaba facilitado, potenciado, expandido, y ese es uno de los elementos de su éxito.

¿Cuál es la actividad más común de los jóvenes en las redes sociales?

Hay que pensar las redes sociales como la plaza pública: un lugar de encuentro, que ofrece muchas más posibilidades que el chat. La inclusión de imágenes, por ejemplo, es muy significativa en esta época, y para los adolescentes en particular. Por supuesto que hay otras cuestiones que tienen que ver con la posibilidad de armar grupos de interés, la pertenencia, la identidad. Las redes sociales son una plaza pública para estar, pero que permite diferentes modos de estar. Y esto se vuelve funcional al continuar la vida por fuera de internet.

¿Este tipo de actividades supone riesgos?

Siempre hay riesgos. Hay riesgos por fuera de internet, por supuesto. En otros tiempos, uno trataba de ser cuidadoso como adulto y, a su vez, trataba de educar a los chicos para que aprendieran a cuidarse en la calle. Pero internet y la tecnología producen fenómenos nuevos. Antes, si uno decía algo oralmente, eso no quedaba documentado en ningún sitio. Entonces, al día siguiente uno se podía olvidar y nadie podía hacerte rendir cuentas, salvo la persona a la que se lo habías dicho. Era algo que tenía vida efímera. Lo que cambia ahora es la temporalidad y la extensión espacial de este tipo de fenómenos. Cuando subís una foto o un video, no depende solo de vos a quién le va a llegar. Es algo prácticamente inabarcable hasta dónde puede llegar o cuánto tiempo pueden permanecer los efectos de estas acciones.

Después, hay otros temas. Como en la vida real, en internet también hay gente que vive buscando de qué manera puede apropiarse indebidamente de algo. Al subir una foto que dice “Nos fuimos de vacaciones”, “Vamos a estar quince días afuera”, “Qué linda la playa” y poner la foto de la casa de la que te fuiste y el teléfono fijo de ese lugar o la dirección, estás avisando que no hay nadie en tu casa. Esto también les llega a otras personas, más allá de las que uno conoce. En general, los chicos construyen sus propios sistemas de cuidado, entonces, por ejemplo, dicen: “Yo, antes de aceptar a alguien que no conozco que me pide ser su amigo, miro cuántos de mis amigos lo tienen y a quién le puedo preguntar por él”. Pero también sucede que aparece la foto de una chica o un chico lindos y se los acepta por eso.

¿Cuál debería ser entonces el rol de los adultos?

A mí me resulta muy interesante que haya adultos tensionando una conversación, porque el adulto siempre, para bien o para mal, tiene más experiencia. Eso permite hablar, sin ponerse en el lugar de maestro ciruela, y entablar cierto diálogo que ayuda a los chicos a pensar dos veces, tres veces, antes de subir una foto, un video o una opinión comprometedora.

Es importante que los adultos asuman ese rol, porque en esta sociedad, tan parecida al Gran Hermano, la cuestión de la privacidad, que es el otro gran tema, está muy diluida. Cuestiones que en otros casos uno diría: “Bueno, estas son fotos del orden de lo íntimo” hoy ocupan el espacio de lo público, legitimado por lo que se ve en los medios masivos, fundamentalmente en la televisión.

En tiempos de exposición, cuando la imagen tiene mucho que ver con la construcción de la identidad y el reconocimiento, con una cierta gratificación emocional, la imagen expuesta es un bien valorado. Uno podría pensar y estar de acuerdo con que lo público y lo privado no siempre fueron lo mismo, pero eso puede cambiar; las nuevas tecnologías empujan en esa dirección. Ahora, como adulto, entre los roles de protección y de cuidado, aparece alertar sobre las posibles consecuencias de algunas cosas que, al menos hasta hace muy poco, operaban negativamente si se hacían públicas. Ciertas acciones pueden tener un efecto no benéfico en la historia futura. Entonces, como adultos, tenemos que alertar y decir: “Mirá, sería conveniente que pienses dónde está el límite, en mi opinión está acá, yo creo que debería ser este”.

¿Los jóvenes perciben los riesgos?

Yo creo que sí, la mayoría de los jóvenes tienen idea de estas cosas. Lo que no tienen es la perspectiva, porque esto es algo que da el tiempo. Por eso, es necesaria la presencia de un adulto. Lo que pasa es que cuando los adultos solamente censuran, los adolescentes prefieren la ausencia del adulto. Por ejemplo, muchos adolescentes refieren que han pasado por situaciones incómodas, pero no le han contado a ningún adulto. Dicen que no entienden: “Lo que van a hacer es apagarme la computadora, decirme que no me conecte más, me van a sacar el Facebook, entonces prefiero no decirles”. Por lo tanto, no solo se necesita, a mi juicio, un adulto que pueda intervenir, sino un adulto que pueda dialogar.

¿Existe un uso responsable de internet?

El uso responsable de internet, en realidad, es cierta traducción de las conductas responsables que uno lleva en la vida. Existe toda una serie de herramientas, recursos y propuestas para actuar en internet. Lo interesante es cuando este tipo de propuestas son conversadas con los adolescentes. Cuando se puede construir en conjunto. Cuando uno propone debatir ciertas cuestiones, eso genera finalmente las mejores medidas, decisiones o modos de hacerlas cosas, a partir de la apropiación de los adolescentes. Si los adolescentes no participan en la discusión, es muy difícil que luego se apropien de esos modos de hacer. Muchas veces, los adultos no hablamos con claridad y firmeza a partir de nuestras convicciones, porque tememos quedar como autoritarios. Pero argumentar a favor de lo que realmente creemos es un muy buen punto de partida para establecer un diálogo sensato. Cuando nos cerramos al diálogo, los adultos solemos dar respuestas para un mundo que ya no existe más, que quedó en el pasado, y eso los jóvenes lo perciben.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes%20&id=%20117938&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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El periodista sos vos

Lejos quedaron los tiempos en que todos los periodistas eran personas famosas, productores de información que encontrábamos en la pantalla del televisor y en el espectro radiofónico. Hoy, las nuevas tecnologías ponen toda la información a tu alcance, en variados soportes y formatos, y el periodista podés ser vos.

Por Conectar Igualdad

En el viejo periodismo, los lectores —¡cómo no!— leían. Pero se limitaban a eso: compraban el diario y leían. O miraban televisión y, en el mejor de los casos, comentaban las noticias con amigos y colegas. O escuchaban la radio, que hasta hace un tiempo fue el más interactivo de los medios, en tanto te permitía comunicarte de una manera más o menos inmediata… siempre que tuvieras la suerte de poder comunicarte.

Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, todo cambió. De pronto, los lectores se convirtieron también en productores de información y comenzaron a interactuar con las noticias de nuevas formas. Simultáneamente empezaron a cuestionar el rol de los grandes medios, obligándolos a adecuar sus contenidos a los gustos y necesidades de los nuevos consumidores.

Primero fueron los blogs

Durante los primeros años de internet, no era sencillo para los usuarios producir contenidos. Servicios como el de GeoCities —que ya no existe— o cualquiera que ofreciera páginas personales resultaban revolucionarios, pero en verdad publicar información en tiempo real y actualizarla era bastante complicado.

Con la aparición de la web 2.0 y los servicios de blogging, las cosas cambiaron radicalmente. Crear un blog en WordPress o Blogger, entre muchas herramientas más, es muy fácil, y configurarlo toma unos segundos. Ni siquiera hace falta saber de programación o diseño: el sistema ofrece plantillas prediseñadas y simplemente podés elegir la que más te guste… y publicar, publicar, publicar. Sin demoras.

Esa extrema facilidad de uso y su inigualable capacidad para publicar información instantánea hicieron que la aparición de los blogs realmente revolucionara el mundo del periodismo. Incluso iniciativas estéticamente muy simples, que utilizaron únicamente las opciones predeterminadas del sistema, como Blog de Viajes, lograron una repercusión altísima. En muchos casos, estos proyectos se convirtieron en un buen negocio o una buena plataforma de lanzamiento para sus jóvenes creadores.

Y llegaron las redes sociales

El fenómeno que las redes sociales produjeron en el periodismo es muy interesante. Si los blogs dieron, tanto a los lectores como a los periodistas por fuera del circuito de los grandes medios, la ocasión de publicar, las redes sociales —en particular, Facebook y Twitter— aportaron la posibilidad de que la información circulara a una escala hasta hace un tiempo impensada para quien no contara con la estructura mecánica de un medio masivo.

La mezcla de consumo de medios, publicación en blogs y réplica en redes sociales ha sido explosiva. No solo democratizó muchísimo el acceso a la información; también dio lugar a una nueva generación de periodistas que pueden pensarse como tales al margen de su inserción en un medio masivo. Periodistas que pueden ejercer su profesión de manera completamente independiente. Y en cualquier momento, desde cualquier lugar, con equipamiento accesible.

Fuente:http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/verreferente=estudiantes%20&id=%20114712&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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Día internacional del libro: el rol y el futuro de los E-books

“Leer o no leer”, esa es la cuestión. ¿Qué es más importante: la lectura o los libros? El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y, en pleno siglo XXI, asistimos al surgimiento de nuevas formas de lectura (muchas veces potenciadas por las TIC). A continuación presentaremos cómo las nuevas tecnologías, a través de e-readers y tablets, están en condiciones de imponer –luego de 500 años del legado de Gutenberg– un nuevo lenguaje corporal de lectura en la educación.

Por Educ.ar

A partir del momento en que Johannes Gutenberg inventó la imprenta, las formas de comunicación se transformaron para siempre. ¿Qué pasará con la aparición de los libros electrónicos? Hace una década era inimaginable pensar una situación de lectura con un e-reader asociada a una novela de, por ejemplo, 1000 páginas. Sin embargo, las mejoras tecnológicas, desarrolladas a partir de los requerimientos de los usuarios, hicieron de los e-books una alternativa válida para que más de un lector se encuentre cómodo disfrutando de un cuento, un ensayo o un artículo periodístico digital.

¿Cuál es la potencialidad del libro electrónico? En una entrevista con educ.ar, el responsable del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de Chile, Gonzalo Oyarzún, señaló que “el e-book es un libro como cualquier otro”, aunque agregó que “la gracia del e-book es la capacidad de compartir”. En ese sentido, los libros electrónicos abren la posibilidad de compartir anotaciones de manera amplia, inmediata y colectiva, lo que los diferencia de los comentarios manuscritos que suelen poblar el margen de los libros impresos. ¿Es entonces el e-book un cambio trascendental? Es probable que aquí y ahora no se perciba como algo histórico, pero sin dudas deja en evidencia una manera diferente de leer que repercutirá en las nuevas generaciones.

¿Y en la escuela? En los países desarrollados, los e-readers llegaron al aula. El uso de las nuevas tecnologías en la escuela es cada día menos extraño, puesto que la brecha digital se acorta en forma permanente. En la Argentina, la Biblioteca de Libros Digitales de educ.ar ofrece textos, manuales y libros de distintas disciplinas para descargar en PDF o en e-pub para e-books. En línea con el Programa Conectar Igualdad, el objetivo es crear un banco ilimitado de recursos para que docentes y alumnos puedan, a través de sus netbooks, acceder a material educativo multimedia.

¿Esto significa que van a desaparecer las bibliotecas con libros impresos?

Es difícil pensar en esa posibilidad puesto que el universo digital llegó con una idea de convergencia; es decir, para complementar un ecosistema con recursos que existen en la actualidad. De esta manera, los libros digitales llegan al mundo educativo y cotidiano no para reemplazar lo existente, sino para construir el lenguaje de las nuevas tecnologías, en el que el conocimiento ya no se adquiere solo mediante los libros de papel. A partir de esta premisa, podemos observar las ventajas de accesibilidad y contenidos multimedia que ofrecen tanto los e-readers como las tablets.

E-books, e-readers y tablets

En lo cotidiano, muchas personas suelen referirse al término e-book sin diferenciar la obra del soporte o artefacto (algo similar a lo que sucede con el “libro” y la “obra”). Sin embargo, lo correcto sería hablar de e-book cuando se habla del contenido y de e-reader cuando se habla del gadget o “cacharro” (al decir de los españoles).

Otro tanto suele darse entre las tablets y los e-readers. La diferencia principal entre ambos dispositivos está en la facilidad de lectura que brinda la pantalla de los e-readers, dado que la tinta electrónica no cansa la vista. De esta manera, se diferencia de la pantalla LCD que poseen las tabletas, las cuales permiten comprar libros, cómics y revistas. Sin embargo, técnicamente, la tablet no es un e-reader, sino una computadora con la que se pueden realizar operaciones más sofisticadas además de leer.

Preparación cultural más allá de la escuela

Históricamente, la tecnología se desarrolló como consecuencia de hábitos y costumbres. En su libro Técnica y civilización (Madrid, Editorial Alianza, 1982), Lewis Mumford plantea cómo los monasterios fueron la base para la regularización de la vida cotidiana en la Edad Media; en ese momento la creación del reloj mecánico permitió el establecimiento de una rutina formal de plegarias y devociones. En esa línea, el e-book nació a partir de las nuevas formas de consumo en la era digital, en la cual la lectura (de libros, de sitios de noticias y en las redes sociales) se ofrece a manera de pequeñas cápsulas.

Roberto Igarza, en su libro Burbujas de ocio, nuevas formas de consumo cultural (Buenos Aires, Editorial La Crujía, 2009) explica el surgimiento de lo que denomina “cápsulas” de consumo, que se presentan como pequeños espacios de disfrute que hay entre una actividad y otra. Tal consumo es propio de un cuerpo que ya no se sienta toda una tarde en un sillón con un libro en la mano, sino que lee pequeñas dosis en distintos momentos del día (en la oficina, en el transporte público o en diferentes espacios del hogar).

De esta manera, y teniendo como marco el Día Internacional del Libro, estamos en condiciones de decir que los e-readers llegaron para darles comodidad a los cuerpos que quieren leer muchas cosas al mismo tiempo y en cualquier lugar. El libro electrónico llegó para complementar el universo de dispositivos móviles que permiten leer y compartir en pequeñas dosis; ya no trasladando en la mochila o en la cartera solamente un libro, sino la infinidad de lecturas que ofrece internet.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=103424&referente=estudiantes