¿Cómo leer el reloj?

El reloj es un instrumento que mide el tiempo y nos permite saber a qué hora ir a la escuela, cuánto dura un partido de fútbol o cuánto tardamos en ir de un lugar a otro. Conocer lo que significa la información de este instrumento es fundamental para que podamos controlar las actividades diarias. ¡Aprendamos a leer la hora en un reloj!

El tiempo es una magnitud que mide cuánto dura un evento. Podemos medir unidades de tiempo mayores al día, como las semanas, los meses y los años; y menores al día, como la hora, el minuto y el segundo.

Horas, minutos y segundos

Medimos el tiempo que transcurre en un día en horas, minutos y segundos. Es importante saber que:

  • 1 día tiene 24 horas.
  • 1 hora tiene 60 minutos.
  • 1 minuto tiene 60 segundos.

el reloj analógico

Es un tipo de reloj circular que está dividido en 12 partes numeradas. Tiene manecillas o agujas que miden las horas, los minutos y los segundo.

  • La manecilla corta se llama horario y señala la hora. Tarda 24 horas (1 día) en dar una vuelta.
  • La manecilla larga se llama minutero y señala los minutos. Tarda 60 minutos (1 hora) en dar una vuelta.
  • La manecilla más delgada y corta de todas se llama segundero y mide los segundos. No todos lo relojes la tienen y tarda 60 segundos (1 minuto) en dar una vuelta.

Los números grandes indican las horas (1, 2, 3, 4, …), mientras que los minutos se cuentan de 5 en 5 (5, 10, 15, 20, …). Muchos relojes no tienen los números de lo minutos, sino que colocan pequeñas rayas entre las horas para poder identificarlos.

¿Qué hora es?

Para leer la hora en un reloj analógico seguimos estos pasos:

  1. Vemos la manecilla de las horas (horario) y decimos el número que esta señala seguido de “y”.
  2. Vemos la manecilla de los minutos (minutero) y decimos el número que esta señala.

Ejemplo:

     Son las dos y cinco.

     Son las ocho y veinte.

 

Hora en punto

Cuando el minutero marca los 60 minutos decimos la hora seguida se la expresión “… en punto”.

     Son las nueve en punto.

Hora y cuarto

Cuando el minutero marca los 15 minutos decimos la hora seguida de la expresión “… y cuarto”.

     Son las nueve y cuarto.

Hora y media

Cuando el minutero marca los 30 minutos decimos la hora seguida de la expresión “… y media”.

     Son las nueve y media.

Un cuarto para …

Cuando el minutero marca los 45 minutos decimos la expresión “un cuarto para…” seguida de la próxima hora a marcar por el horario.

      Un cuarto para las diez.

¿De la mañana o de la tarde?

Un día tiene 24 horas, así que un reloj analógico debe dar 2 vueltas enteras para cubrir las horas del día. Por lo general, al final de la hora añadimos la frase “de la mañana” si la hora corresponde a antes de mediodía o “de la tarde” si la hora corresponde a después de mediodía.

Son las siete en punto de la mañana. Son las siete en punto de la tarde.
Todo reloj que tenga manecillas y esté dividido en 12 horas será llamado reloj analógico, no importa si el funcionamiento es mecánico, eléctrico o electrónico.

El reloj digital

Es un tipo de reloj que muestra la hora directamente con los números en una pantalla. Son dispositivos electrónicos que pueden dar la hora en dos formatos: de 12 horas o de 24 horas.

Formato de 12 horas

Este formato es similar al que usamos en los relojes analógicos, pues divide al día en dos ciclos de 12 horas cada uno. La numeración inicia en el 12 y sigue sucesivamente de 1 en 1 hasta el 11. Para diferenciar los ciclos usamos las abreviaturas a. m. y p. m. En un reloj digital, el número que está antes de los dos puntos corresponde a la hora y el que está después corresponde a los minutos.

¿Sabías qué?
La abreviatura a. m. significa “antes del mediodía” y la abreviatura p. m. significa “después del mediodía”.

Ejemplo:

     Son las cinco y veinticinco de la tarde. 

     Son las diez en punto de la mañana.

Formato de 24 horas

Este formato toma en cuenta las 24 horas del día. La numeración comienza en 0 (medianoche) y continua de forma sucesiva hasta el 23. En este formato no es necesario el uso de las abreviaturas a. m. y p. m. La relación respecto al sistema horario de 12 horas está en la siguiente tabla:

Formato 24 horas Formato 12 horas
00:00 h 12:00 a. m.
01:00 h 01:00 a. m.
02:00 h 02:00 a. m.
03:00 h 03:00 a. m.
04:00 h 04:00 a. m.
05:00 h 05:00 a. m.
06:00 h 06:00 a. m.
07:00 h 07:00 a. m.
08:00 h 08:00 a. m.
09:00 h 09:00 a. m.
10:00 h 10:00 a. m.
11:00 h 11:00 a. m.
12:00 h 12:00 m.
13:00 h 01:00 p. m.
14:00 h 02:00 p. m.
15:00 h 03:00 p. m.
16:00 h 04:00 p. m.
17:00 h 05:00 p. m.
18:00 h 06:00 p. m.
19:00 h 07:00 p. m.
20:00 h 08:00 p. m.
21:00 h 09:00 p. m.
22:00 h 10:00 p. m.
23:00 h 11:00 p. m.

Ejemplo:

 Son las veinte horas o las ocho en punto de la tarde.

 Son las catorce horas o las dos en punto de la tarde.

El reloj solar

Uno de los primero relojes usados por el hombre fue el reloj solar, el cual medía las horas y los minutos del día por medio de la sombra generada por la posición del Sol sobre un estilo o pieza triangular colocada sobre una superficie con marcas.

¡A practicar!

¿Qué hora es?

a)

b)

 

c)

 

d)

 

f)

 

g)

 

Respuestas:

a) Son las seis y veinte.

b) Son las doce y media.

c) Son las ocho y cuarto de la mañana o las ocho y quince de la mañana.

d) Es un cuarto para las tres de la tarde o las dos y cuarenta y cinco de la tarde.

e) Son las once horas.

f) Son las dieciocho horas.

La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson

Las historias de piratas no han sido jamás lo mismo gracias a esta obra de Robert Louis Stevenson. Escrita en 1883, es imposible pensar la representación de un pirata sin remitirnos a este libro de aventuras que ha cautivado la imaginación de generaciones.

La importancia de esta obra no se advierte solamente en el nombre o el de su autor, Robert Louis Stevenson. No es cuestión de analizar sus meritos literarios, que los tiene, sino de visualizar lo influyente y fundamental que resulta La isla del tesoro para comprender toda la mitología que se ha despertado en torno a la piratería, en particular en los últimos años con el boom comercial que implicó la saga cinematográfica de Piratas del Caribe. Poco se sabe que varias de las imágenes icónicas que se asocian a la piratería tienen a menudo más que ver con la rica imaginación de Stevenson que con crónicas reales.

Veamos: piratas con pata de palo, loros como mascotas, ron y whisky, la tradicional bandera de Jolly Roger y mapas del tesoro con una X marcando el ansiado hallazgo, son algunos de los rasgos que, basándose en pocas fuentes reales y mucho en su creatividad, llevaron al escritor de origen escocés a lograr una obra que ha marcado la forma en que aparecen representados los piratas bajo nuestra percepción y encendió un romanticismo por esta forma de vida que hasta entonces apenas se insinuaba en la literatura.

¿Sabías qué...?
Stevenson tenía 30 años cuando comenzó a escribir La isla del tesoro.

El camino de la aventura

La isla del tesoro es una novela que podemos enmarcar como una novela dentro del género de aventuras. Cuando hablamos de una novela de aventuras, estamos hablando de un relato que consta de andanzas protagonizadas por uno o más héroes. En este género se suele buscar la máxima atención de los lectores, prolongando situaciones peligrosas y posponiendo una solución. Los personajes arquetípicos de la aventura (los pioneros y descubridores, los soldados heroicos, forajidos y piratas, etc.), recrean el juego romántico, el compromiso con los valores morales y la lucha por restaurar la justicia.

Cuenta con un protagonista que al emprender la aventura, debe enfrentar distintos desafíos y cuando regresa de su aventura lo hace con una visión diferente de la vida, transformado, maduro, con un mayor conocimiento de sí mismo; es el camino del héroe. En este caso podríamos hablar de un camino heroico e iniciático por parte de nuestro protagonista, Jim Hawkins, que siendo apenas un niño presencia en su aventura actos que lo llevan a tomar parte de suplicios, conquistas, perdidas y victorias que modificaran para siempre su tranquila vida trabajando en la posada de sus padres.

El autor

Robert Louis Stevenson nació el 13 de noviembre de 1850 en la ciudad de Edimburgo en Escocia, abarcando un amplio espectro de obras de géneros dispares como poesías, novelas, autobiografías y ensayos. Hijo único de un ingeniero acaudalado que se desempeñaba como constructor de faros, Stevenson se abocó desde muy joven a estudiar la misma profesión que su padre, pero luego se especializó en el estudio de leyes. Sin embargo, desde su niñez se había sentido especialmente inclinado a la actividad literaria, que enriquecía gracias a sus incontables horas de lectura y los relatos de su niñera “Cummy”, que le producían tanto espanto como fascinación.

Sin embargo, su educación primaria no fue regular debido a que fue afectado por numerosas enfermedades respiratorias que lo llevaron a abandonar sus estudios. Los primeros síntomas de tuberculosis hicieron que buscara lugares del mundo donde pudiera resguardar su delicado estado de salud. Su primera obra data del año 1866 y contenía un estilo en la tradición de los trabajos de Sir Walter Scott, siendo apenas vendida y representando un fracaso que, veinte años después, sería reeditada valiendo precios impensables para el joven autor en ese momento de su trayectoria. Los viajes que realizó a lo largo de todo el mundo para encontrar lugares propicios, lo llevaron a escribir en esta primera etapa diarios de viaje entre los cuales se destacan Viaje tierra adentro (1878) y Viajes en burro por las Cevannes (1879). Tras conocer a la norteamericana Fanny Osbourne en Francia, viajó a Estados Unidos para convivir con ella y se casó en el año 1880 a los 30 años, asentándose en la zona del Lejano Oeste para continuar escribiendo historias donde abundaba la aventura.

En el año 1881 comienza a escribir su obra consagratoria, La isla del tesoro, cuya historia fue publicada como folletín en la revista “Young folks”. Pero el reconocimiento definitivo llegaría tras su edición definitiva en formato de libro en 1883, ganándose el elogio de intelectuales como Henry James o Gerard Manley Hopkins por su capacidad para cautivar y relatar la aventura. En 1886 publica su otra obra clave, El extraño caso del doctor Jeckyll y mister Hyde, una historia de misterio donde el contenido moral se manifiesta alegóricamente en el Trastorno disociativo de la identidad. Otros trabajos destacados son las novelas Las aventuras de David Balfour y Weirde (1886) y La flecha negra (1888); el volumen de cuentos Nuevas noches árabes (1882); el volumen Jardín de verso para niños (1885) en el campo de la poesía y en el ensayo Estudios familiares de hombres y libros (1882) y Memorias y retratos (1887). Por otro lado, en colaboración con su hijastro, el escritor estadounidense Lloyd Osbourne, realizó Las aventuras de un cadáver (1889) y La resaca (1892).

En los últimos años de su vida el autor decidió vivir en las Islas Samoa debido a sus buenas condiciones para sobrellevar su deteriorada salud, permaneciendo allí en una relación amistosa con los nativos, que lo llamaron Tusitala (el que cuenta historias). Murió allí en el año 1894 a los 44 años, dejando uno de los legados literarios más importantes de fines del siglo XIX y el siglo XX.

El camino al tesoro

El relato cuenta como la vida del hijo de taberneros de un pequeño pueblo, Jim Hawkins, se ve trastornada cuando irrumpe allí un marinero llamado Billy Bones que se aloja en la posada Almirante Benbow, con tan solo la posesión de un cofre. Inmediatamente aparecen figuras extrañas en la taberna que tratan de forma amenazante a Bones, pidiéndole el contenido de su cofre. Sin embargo Bones muere de apoplejía al día siguiente y para evitar ser atacados nuestro protagonista y su madre huyen con el cofre mientras observan que los extraños marineros eran en verdad piratas que destruyen la taberna donde trabajaban. Al abrir el paquete que hay dentro del cofre Jim encuentra el llamativo plano de un tesoro que, según le había confiado Bones, pertenecía al legendario y temido pirata Flint. Sabiendo que ahora de seguro sería perseguido incansablemente, decide emprender un viaje en una goleta para encontrar el tesoro ayudado por dos compañeros, el doctor David Livesey y el caballero John Trelawney, quien se encarga de conseguir una tripulación competente para la embarcación. Sin embargo la tripulación no es lo que parece y se trata de una banda de piratas capitaneada por Long John Silver, que planea amotinarse y sustraer el mapa para encontrar el tesoro.

Este es el disparador con el que se inicia esta novela que pone más de un obstáculo a nuestro héroe, mientras intenta sobrevivir a enfrentamientos con piratas sanguinarios y las condiciones adversas y desoladas de la Isla Calavera. En su trayecto Hawkins interactúa con una serie de personajes que le permitirán esbozar un recorrido tanto físico como espiritual, siendo Long John Silver el gran antagonista y un personaje complejo que mantiene en la intriga sus acciones hasta la última página del libro.

Influencia

El imaginario y la mitología de La isla del tesoro, llevo a la popularidad una imagen de la piratería que apenas se había insinuado en obras de Daniel Defoe, Edgar Allan Poe y Washington Irving, de quien Stevenson admitió haber tomado elementos para la introducción de la novela. Está popularidad resonó en la influencia que tuvo La isla del tesoro sobre obras posteriores tan fundamentales como Las minas del rey Salomón (1885), de H. Rider Haggard, La isla de coral (1871), de Micahel Ballantyne, y la obra teatral Peter Pan (1904), de James Matthew Barrie. Pero además ha sido una obra que dio lugar a un incontable número de precuelas y secuelas, llevadas a cabo por distintos autores para profundizar en otro personaje de la novela o especulando sobre el destino de los protagonistas de La isla del tesoro.

El escarabajo de oro de Edgar Poe es una de las posibles influencias de Stevenson.
H. Rider Haggard realizó su obra Las minas del rey Salomón para empatar o superar las virtudes literarias de La isla del tesoro.

A lo largo del siglo XX se emprendieron varias adaptaciones destinadas a promover el contenido del texto desde diferentes formatos. En el cine se realizaron adaptaciones directas de la obra en todo el mundo, desde la prematura etapa silenciosa en 1918 hasta la notable incursión de Disney en la década del ´50, con las actuaciones de Bobby Driscoll y Robert Newton, pasando por obras realizadas en la Unión Soviética, Italia o Alemania, e incluso un título de animación japonesa dirigido por Hiroshi Ikeda en 1971, que contó con la colaboración de Hayao Miyazaki. En televisión las adaptaciones han sido igual de numerosas con series y unitarios donde a menudo el contenido recibió una mayor cantidad de modificaciones e interpretaciones, como es el caso de The Adventures of Long John Silver, que en 26 capítulos se describen las aventuras del antagonista e incluso, nuevamente, una serie animada de animación japonesa de 1978.

Como no podía faltar, la saga de Disney Piratas del Caribe tiene a lo largo de su tetralogía numerosas referencias a la obra que hablan de la importante influencia que ejerce el texto de Stevenson hasta la actualidad.

No todo es fantasía

A pesar de que mucho de lo que Stevenson es ficticio, existen a lo largo de su relato varios elementos tomados de la vida real y referencias a figuras y lugares de su tiempo. Veamos algunos:

• El nombre de la posada de Jim Hawkins, Almirante Benbow, tiene el nombre del Almirante John Benbow, un oficial de la Marina Real que vivió entre 1653 y 1702.
• Hubo un pirata que se desempeñó como corsario que realmente enterró su tesoro. Se trata del corsario William Kidd, que lo escondió en Gardiners Island hasta que fue desenterrado.
• Existen varias especulaciones en torno a un pozo que se cree que tiene un tesoro enterrado en la Isla del Roble o Oak Island en Canadá de figuras como el mencionado William Kidd o el pirata Barbanegra (1680 – 1718)

El corsario negro, por Emilio Salgari

Novela de aventuras que mezcla historia y leyenda, El Corsario Negro posiblemente sea la más representativa de la prolífera obra de su autor. Emilio Salgari supera en este relato defectos de estilo y de construcción en los que incurre en obras anteriores, y nos introduce vertiginosamente en su encanto por el mar y la jungla.

Publicada en 1898, un año después de haber sido nombrado caballero por la casa de Saboya, reinante por entonces en Italia, aparentemente como gesto de agradecimiento Salgari centra la historia en un personaje italiano (algo poco habitual en él), señor de Ventimiglia, emparentado justamente con los Saboya. Incluso nombra a los hermanos de este personaje, que se da a conocer como el Corsario Negro, con los colores de la bandera de Italia: uno es el Corsario Verde y el otro el Rojo. Los personajes vivirán sus aventuras entre el mar y la jungla caribeña, en un periplo en el que el autor nutre a los lectores no solo con el entretenimiento de las acciones, sino también con las descripciones realistas del territorio marítimo y terrestre en que suceden.

El estilo

Nacido en 1862, Salgari construye su obra adscribiendo a un romanticismo que sus pares ya habían abandonado. Sin duda sus novelas evocan los tiempos de los espadachines de Alejandro Dumas, y sus personajes están construidos con los mismos valores que los galantes hombres de capa y espada que protagonizan Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, novelas emblemáticas del escritor francés.

El ritmo cinematográfico y el dramatismo de sus escenas, son el fuerte de sus narraciones, poco rigurosas en cambio en lo que hace a sus descripciones. En cuanto al contenido, los valores y virtudes que resalta, como la voluntad y el coraje, dan relieve a personajes que dejan una huella paradigmática en los lectores.

El Corsario Negro aparece primero por entregas, y luego en un volumen que publica la editorial Donath de Génova. Es la primera obra de su Ciclo de los corsarios, donde luego incluirá La reina de los caribes (1901); Yolanda, la hija del Corsario Negro (1905); El hijo del corsario Rojo (1905-1907) y Los últimos filibusteros (1908).

Tiempo de piratas

La obra se sitúa hacia fines del siglo XVII, puntualmente en el año 1696, época de apogeo de piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros. Salgari nos ubica en el tiempo con constantes referencias a personajes y hechos: Luís XIV, Víctor Amadeo de Saboya, España como potencia colonial, su disputa con Francia por la hegemonía tanto en Europa como en América.

LA TRAMA

Un corsario italiano perteneciente a la nobleza a quien se conoce como Corsario Negro, se entera de que su hermano, el llamado Corsario Rojo, ha sido ahorcado en la plaza pública de Maracaibo, Venezuela, donde aún cuelga su cuerpo sin vida. La orden de ejecución fue dada por el gobernador de la ciudad, Wand Guld, noble holandés que traicionando a los suyos se pasó al bando español, justamente cuando corsarios ingleses, franceses y oriundos de su país, atacan permanentemente a los barcos españoles y a sus ciudades costeras para debilitar su poderío.

Emilio di Roccanera, el Corsario Negro, consigue después de innumerables peripecias, para las que cuenta con la ayuda de sus fieles amigos Carmaux y Wan Stiller, recobrar el cadáver de su hermano y darle digna y tradicional sepultura en el mar.

Pero esto no calma la sed de venganza que se ha apoderado del protagonista de esta historia, quien jura vengarse de Wand Guld, matando a él y a toda su familia.

Decidido a cumplir su juramento, comienza su asecho a naves españolas hasta capturar un navío de esta nacionalidad, reteniendo a sus pasajeros. En estas circunstancias se enamora de una prisionera, joven noble que lo impacta por su belleza. Sin embargo se niega a reconocerlo para evitar que el amor atempere sus ansias de venganza.
Para conseguir su objetivo, desembarca en la isla Tortuga, refugio de piratas y corsarios, y allí traza un plan para terminar con su enemigo. Pero el destino le mostrará una vez más su cara trágica.

El Corsario Negro y sus hombres toman por asalto la ciudad de Maracaibo y persiguen al gobernador holandés para darle muerte. Durante la persecución, el señor de Ventimiglia se entera que su enamorada no es otra que la hija de su antagonista. La contradicción entre el amor y el odio se muestra de manera descarnada acentuando la tensión y obligando al Corsario a elegir. Pone a la joven en un bote y la abandona en el medio del mar. ¿Vale la venganza la desazón que lo embarga?

Personajes

El héroe del relato es Emilio di Roccanera, señor de Ventimiglia, pequeña población del Mediterráneo, en la frontera entre Italia y Francia.

Su origen noble le da al Corsario Negro los valores de un caballero. Su conducta se rige por los códigos del honor que hacen que luche limpiamente. Y del mismo modo en que sostiene la conducta intachable de un caballero, hace propias las reglas de honor de los hombres de mar, reglas que le dan derecho al saqueo, pero que también le imponen el reparto justo del botín, la solidaridad con los compañeros, y hasta las supersticiones. El respeto a ultranza de estas reglas es lo que lleva al Corsario a renunciar al amor para dar cumplimiento a la palabra empeñada.

El personaje comparte sus aventuras con Carmaux y Wan Stiller, el primero francés y el otro holandés. Ambos muestran una fidelidad inquebrantable hacia su capitán, sostenida por la admiración y no por el servilismo. Audaces y valientes, solo alguien más audaz y valiente que ellos, como El Corsario Negro, puede convertirse en su referente.

Emilio Salgari

Nació en Verona el 25 de agosto de 1862, hijo de Luigi Salgari y Luigia Gradara. Cursó sus primeros estudios en su ciudad natal, para luego ingresar en la Escuela Técnica Municipal y posteriormente en el Instituto Técnico y Náutico Paolo Sarpi de Venecia, en 1878, institución que abandonó en 1882 sin haber completado sus estudios para convertirse en capitán de cabotaje. Aunque siempre se sintió un marino, según se sabe solo realizó un viaje por mar en su vida, en 1880 y por el Adriático, de Venecia a Brindisi.

En 1882 comienza a colaborar con La Nuova Arena, de Verona. En los años siguientes y pese a la muerte de su madre de meningitis en 1887, y el suicidio de su padre en 1889, realiza una copiosa producción literaria que sostiene ininterrumpidamente hasta 1892, año en que conoce a la que sería su esposa, la actriz aficionada Ida Peruzzi, a quien llama Aida. Ese mismo año contraen matrimonio, felicidad a la que se suma el paso que da Salgari en su carrera literaria al comenzar a editar en Treves, la editorial más importante de Milán, y el nacimiento de su hija Fátima. En 1894 nació su hijo Nadir, en tanto su éxito continúa en crecimiento y en 1897 recibe de la Casa Real el nombramiento de caballero. Ese año se traslada a Milán, ciudad donde traba amistad con Giuseppe Gamba, su principal ilustrador, y nace su segundo hijo varón, Romeo. En pleno éxito regresa a Turín donde nace su hijo Omar (1900). A pesar del reconocimiento con que cuenta su producción, su retribución económica es escasa, lo que lo obliga a firmar un contrato cuyo cumplimiento exige la entrega de tres títulos anuales, además de dirigir el semanario genovés Per tierra e per mare. Sin embargo y a pesar de sus esfuerzos su situación económica se ve complicada por la salud de su esposa que empieza a manifestar problemas mentales. Firma un nuevo contrato editorial con la casa Bemporad, editando 19 novelas entre 1907 y 1911. Pero la salud de su esposa empeora y debe ser internada en un manicomio. Abrumado por las circunstancias, Emilio Salgari se suicida en Turín el 25 de abril de 1911.

Método E.P.L.E.R.

Existe un método denominado E.P.L.E.R, por las iniciales de las cinco fases a seguir, que permite mejorar nuestra capacidad de comprensión lectora.

Método E.P.L.E.R

Las cinco fases que dan nombre a este método son: Exploración o pre-lectura, Preguntas, Lectura, Exposición, Revisión y repetición.

Exploración o prelectura

Es la primera lectura para saber cómo está estructurado el texto, qué complejidad tiene el tema y cuáles son los tópicos principales que aborda.

En esta primera exploración debemos fijarnos sobre todo en los títulos y subtítulos, uso de negrita y cursiva, esquemas o recuadros, etc.

En este paso podremos ganar tiempo evitando regresiones innecesarias, y lo que es muy importante, adquiriremos una visión global de todo el material.

Preguntas

Se trata de transforma los títulos y subtítulos en preguntas teniendo en cuenta que debemos conocer las respuestas al terminar de estudiar. Estas preguntas nos ayudan a marcarnos los objetivos del estudio.

Las preguntas pueden indicar lo que se debe buscar en cada tema, subtema o párrafo. También facilitan concentrar la atención en lo que se lee, ya que indican lo que hay que precisar a lo largo del estudio.

Lectura

En la instancia de lectura ya conocemos el texto y su dificultad, por lo tanto podremos leerlo con mayor comprensión. Por tanto, es conveniente que realicemos un subrayado indicando las ideas principales, que tomemos nota y/o hagamos un resumen que pueden incluir cuadros sinópticos.

Una segunda lectura en voz alta, facilita la asimilación.

Exposición

Consiste en armar una exposición del tema con los conocimientos adquiridos. Para ello se puede delinear en forma escrita la estructura del discurso y luego practicarla en forma verbal.

Revisión y repetición

Se trata de repasar el tema leído, en este caso se puede recurrir directamente a los resúmenes. Volver a leer el tema una vez ya aprendido puede servirnos para fijar nuevos conceptos y así ampliar nuestro conocimiento.

Recuerda siempre

  • Buscar en el diccionario las palabras desconocidas.
  • En caso de duda, consultar varias fuentes para corroborar los datos.
  • Estudiar con tiempo a fin de poder fijar de modo correcto los conocimientos.
  • Leer y releer el tema las veces que sea necesario.
  • Armar un resumen con letra clara y en forma dinámica. Pueden incluir cuadros conceptuales y/o comparativos.
  • Practicar frente a un espejo la lección oral para autoevaluarse.

Maculopatía

Es una enfermedad que afecta la mácula, la parte central de la retina, generando pérdida de la visión central. La mácula tiene un tamaño un poco mayor que una cabeza de alfiler. Allí se concentran un tipo de células denominadas conos que permiten distinguir los detalles finos, leer y percibir los colores. Si bien no conduce a la ceguera absoluta, la maculopatía, produce severa incapacidad para la lectura o para ver nítidamente los objetos.

La maculopatía puede ser:

-Seca: se denomina así porque no genera hemorragias ni acumulación de líquido. Corresponde al 80% de los casos.

-Húmeda: se caracteriza por el crecimiento y sangrado de vasos por debajo de la retina. Corresponde al 20% de los casos.

¿A quiénes afecta?

Se manifiesta alrededor de los 60 o 65 años y pueden desarrollarla tanto hombres como mujeres. La maculopatía húmeda se observa más frecuentemente en pacientes diabéticos o con trastornos vasculares.

¿Cuál es el tratamiento?

La maculopatía seca no tiene tratamiento. Es un proceso degenerativo, que progresa pero que con el tiempo se autolimita. Para las húmedas se han propuesto distintos tratamientos orientados a cerrar los vasos sanguíneos patológicos e impedir que crezcan nuevos.

Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina)

http://msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48-temas-de-salud-de-la-a-a-la-z/329-maculopatia-#sthash.bX6uP63s.dpuf

Día internacional del libro: el rol y el futuro de los E-books

“Leer o no leer”, esa es la cuestión. ¿Qué es más importante: la lectura o los libros? El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y, en pleno siglo XXI, asistimos al surgimiento de nuevas formas de lectura (muchas veces potenciadas por las TIC). A continuación presentaremos cómo las nuevas tecnologías, a través de e-readers y tablets, están en condiciones de imponer –luego de 500 años del legado de Gutenberg– un nuevo lenguaje corporal de lectura en la educación.

Por Educ.ar

A partir del momento en que Johannes Gutenberg inventó la imprenta, las formas de comunicación se transformaron para siempre. ¿Qué pasará con la aparición de los libros electrónicos? Hace una década era inimaginable pensar una situación de lectura con un e-reader asociada a una novela de, por ejemplo, 1000 páginas. Sin embargo, las mejoras tecnológicas, desarrolladas a partir de los requerimientos de los usuarios, hicieron de los e-books una alternativa válida para que más de un lector se encuentre cómodo disfrutando de un cuento, un ensayo o un artículo periodístico digital.

¿Cuál es la potencialidad del libro electrónico? En una entrevista con educ.ar, el responsable del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de Chile, Gonzalo Oyarzún, señaló que “el e-book es un libro como cualquier otro”, aunque agregó que “la gracia del e-book es la capacidad de compartir”. En ese sentido, los libros electrónicos abren la posibilidad de compartir anotaciones de manera amplia, inmediata y colectiva, lo que los diferencia de los comentarios manuscritos que suelen poblar el margen de los libros impresos. ¿Es entonces el e-book un cambio trascendental? Es probable que aquí y ahora no se perciba como algo histórico, pero sin dudas deja en evidencia una manera diferente de leer que repercutirá en las nuevas generaciones.

¿Y en la escuela? En los países desarrollados, los e-readers llegaron al aula. El uso de las nuevas tecnologías en la escuela es cada día menos extraño, puesto que la brecha digital se acorta en forma permanente. En la Argentina, la Biblioteca de Libros Digitales de educ.ar ofrece textos, manuales y libros de distintas disciplinas para descargar en PDF o en e-pub para e-books. En línea con el Programa Conectar Igualdad, el objetivo es crear un banco ilimitado de recursos para que docentes y alumnos puedan, a través de sus netbooks, acceder a material educativo multimedia.

¿Esto significa que van a desaparecer las bibliotecas con libros impresos?

Es difícil pensar en esa posibilidad puesto que el universo digital llegó con una idea de convergencia; es decir, para complementar un ecosistema con recursos que existen en la actualidad. De esta manera, los libros digitales llegan al mundo educativo y cotidiano no para reemplazar lo existente, sino para construir el lenguaje de las nuevas tecnologías, en el que el conocimiento ya no se adquiere solo mediante los libros de papel. A partir de esta premisa, podemos observar las ventajas de accesibilidad y contenidos multimedia que ofrecen tanto los e-readers como las tablets.

E-books, e-readers y tablets

En lo cotidiano, muchas personas suelen referirse al término e-book sin diferenciar la obra del soporte o artefacto (algo similar a lo que sucede con el “libro” y la “obra”). Sin embargo, lo correcto sería hablar de e-book cuando se habla del contenido y de e-reader cuando se habla del gadget o “cacharro” (al decir de los españoles).

Otro tanto suele darse entre las tablets y los e-readers. La diferencia principal entre ambos dispositivos está en la facilidad de lectura que brinda la pantalla de los e-readers, dado que la tinta electrónica no cansa la vista. De esta manera, se diferencia de la pantalla LCD que poseen las tabletas, las cuales permiten comprar libros, cómics y revistas. Sin embargo, técnicamente, la tablet no es un e-reader, sino una computadora con la que se pueden realizar operaciones más sofisticadas además de leer.

Preparación cultural más allá de la escuela

Históricamente, la tecnología se desarrolló como consecuencia de hábitos y costumbres. En su libro Técnica y civilización (Madrid, Editorial Alianza, 1982), Lewis Mumford plantea cómo los monasterios fueron la base para la regularización de la vida cotidiana en la Edad Media; en ese momento la creación del reloj mecánico permitió el establecimiento de una rutina formal de plegarias y devociones. En esa línea, el e-book nació a partir de las nuevas formas de consumo en la era digital, en la cual la lectura (de libros, de sitios de noticias y en las redes sociales) se ofrece a manera de pequeñas cápsulas.

Roberto Igarza, en su libro Burbujas de ocio, nuevas formas de consumo cultural (Buenos Aires, Editorial La Crujía, 2009) explica el surgimiento de lo que denomina “cápsulas” de consumo, que se presentan como pequeños espacios de disfrute que hay entre una actividad y otra. Tal consumo es propio de un cuerpo que ya no se sienta toda una tarde en un sillón con un libro en la mano, sino que lee pequeñas dosis en distintos momentos del día (en la oficina, en el transporte público o en diferentes espacios del hogar).

De esta manera, y teniendo como marco el Día Internacional del Libro, estamos en condiciones de decir que los e-readers llegaron para darles comodidad a los cuerpos que quieren leer muchas cosas al mismo tiempo y en cualquier lugar. El libro electrónico llegó para complementar el universo de dispositivos móviles que permiten leer y compartir en pequeñas dosis; ya no trasladando en la mochila o en la cartera solamente un libro, sino la infinidad de lecturas que ofrece internet.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=103424&referente=estudiantes