Proletariado y burguesía

El nacimiento del capitalismo a finales del siglo XV y su fortalecimiento al concluir la Revolución francesa dejaron como resultado dos grupos: quienes producen, y los dueños de lo que es producido. Ambos conjuntos fueron popularizados por el marxismo como proletariado y burguesía, respectivamente.

Proletariado Burguesía
Descripción Término utilizado para referirse a la clase social baja que ofrece su trabajo físico a cambio de un salario en un lugar que no es de su propiedad. Término utilizado para referirse a la clase social alta que posee tierras y propiedades, pero no trabaja en ellas personalmente para obtener aquello que estas produzcan.
Nombre alternativo Clase obrera. Clase media alta.
Origen del término Antigua Roma. Término asignado a los ciudadanos pobres que solo podían contribuir con la ciudad mediante su prole, es decir, sus hijos. Francia medieval, término asignado a los comerciantes, artesanos y profesionales libres adinerados que surgieron en el recién instaurado feudalismo.
Origen de la clase social Revolución Industrial. Feudalismo medieval. Recobra mayor fuerza e importancia durante el siglo XIX y la Revolución Industrial.
Sistema económico y político en el que se refleja Capitalismo. Capitalismo.
Poder adquisitivo Bajo. Alto.
Bienes que puede vender y ofrecer Esfuerzo. Bienes materiales, terrenos y propiedades.
Cantidad de personas con este título entre los medios de producción Mayoría. Minoría.
Tipos
  • Proletariado urbano.
  • Proletariado rural.
  • Lumpemproletariado.
  • Alta burguesía.
  • Burguesía media.
  • Burguesía ilustrada.
  • Burguesía agraria.
  • Baja burguesía.
Visión según el marxismo Clase social explotada, pues no tienen libre acceso a los bienes que producen bajo su propia mano, de los que en cambio reciben bajos sueldos. Clase social explotadora, pues son los dueños de los medios de producción y de ellos acumulan grandes riquezas a expensas del trabajo duro de otras personas.

La primera revolución industrial

Durante la segunda mitad del siglo XVIII se iniciaría en Inglaterra un proceso de profundas transformaciones económicas y sociales, conocido como Revolución Industrial. Al principio, los cambios fueron lentos y pasaron inadvertidos para la mayor parte de la población, pero tiempo después se consideraron revolucionarios por la profundidad de las transformaciones que impulsaron en la organización del trabajo, las relaciones sociales, la relación con la naturaleza, la ideología y los sistemas políticos. Así, este movimiento tecnológico y científico permitió al ser humano entrar en posesión de nuevos medios y elementos, que hicieron más viable la producción, el desarrollo y superación cultural y económica del hombre y de la sociedad en general.

Los trabajos agrícolas se optimizaron mediante la implementación de nuevas tecnologías. La máquina comienza a reemplazar al hombre y éste migra a la ciudad para emplearse en la industria.

CAUSAS

En este proceso de cambio constante y crecimiento continuo intervienen varios factores que se combinan y potencian entre sí, por lo que no puede hablarse de un único hecho. Así, las invenciones técnicas y los descubrimientos teóricos, el adelanto en el comercio internacional, la expansión colonial durante el siglo XVII, la creación de nuevos mercados financieros y la acumulación de capital son fuertes catalizadores de un tiempo en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad.

La existencia de controles fronterizos más intensos evitó la propagación de enfermedades, disminuyendo así la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. De esta manera, hubo un considerable aumento de la población que permitió mayor eficacia en la producción de alimentos y alentó a aquellos que no pudieron encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria. Por ende, se originó un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas.

CARACTERÍSTICAS

La primera Revolución Industrial se caracterizó por lo siguiente:
A) La mecanización de la industria y de la agricultura.
B) La aplicación de la fuerza motriz en la industria.
C) El desarrollo del sistema fabril.
D) El aceleramiento de los transportes y las comunicaciones.
E) El aumento notable del dominio capitalista en toda la actividad económica.

DEL TALLER A LA FÁBRICA

Los primeros cambios se registraron en la actividad manufacturera, sobre todo en la producción de textiles. Los modestos instrumentos empleados para el hilado o el tejido, en una por entonces insignificante producción, fueron reemplazados por telares mecánicos impulsados por energía hidráulica. Así fue como surgió el primer instrumento hábil, la denominada Spinning Jenny, una potente máquina inventada en 1765 por James Hargreaves que reproducía mecánicamente los movimientos del hilador utilizando una rueca con la que podía trabajar con varios husos al mismo tiempo. De esta manera, la combinación de la máquina de vapor con los telares mecánicos permitió aumentar notablemente el volumen de producción y la productividad del trabajo.

Spinning Jenny.

Los dueños de las nuevas máquinas eran, en su mayoría, comerciantes que abastecían los mercados europeos y coloniales y controlaban la fabricación de paños en las áreas rurales. Hacia las últimas décadas del siglo XVIII, estos burgueses comenzaron a construir edificios de gran tamaño, denominados fábricas. Allí instalaron los nuevos telares mecánicos y concentraron todo el proceso de producción de textiles. Los trabajadores concurrían a las fábricas y cumplían largas jornadas de trabajo; como pago, recibían un salario. Así, las fábricas constituyeron la base de la nueva organización económica.

¿Sabías qué...?
Los romanos conquistaron a Bretaña en el año 43.

La invención de la máquina de vapor por James Watt en 1712, posiblemente fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución Industrial. Al funcionar continuamente, no era necesario que estuviera ubicada cerca de un río o un arroyo, tal como los molinos que funcionaban gracias a la energía hidráulica, ni tampoco dependía de las condiciones climáticas, como los molinos de viento. De hecho, hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal al reemplazar el carbón vegetal por el coque -un combustible sólido formado por la destilación de carbón calentado a grandes temperaturas sin contacto con el aire- como reductor y fuente de energía en los altos hornos, lo que facilitó el desarrollo de la industria siderúrgica.

James Watt.

Fue durante la Revolución Industrial que nuevos métodos para la utilización del mineral de hierro se generalizaron. De este modo, la abundancia de carbón mineral en Inglaterra posibilitó a ese país el poder sustituir las máquinas hechas de madera por las de material de hierro. No obstante, sería recién en la llamada Segunda Revolución Industrial que Henry Bessemer crearía un método innovador de transformación del hierro en acero. Así, debido a su resistencia y su bajo costo de producción, el acero logró sustituir al hierro, transformándose en un metal básico para la fabricación de herramientas.

Por otra parte, hacia la primera mitad del siglo XIX los sistemas de transporte y de comunicación desencadenaron las primeras innovaciones. Así fueron surgiendo los primeros barcos a vapor (creado por Robert Fulton en el año 1807) y la locomotora de vapor (creada por George Stephenson en el año 1814), el recubrimiento de piedra en las carreteras (John Loudon McAdam), el telégrafo (inventado por Samuel Morse en el año 1836). Con todo, también se fueron instaurando las primeras iniciativas en el campo de la electricidad, como el descubrimiento de la ley de corriente eléctrica o ley de Ohm (experimentada por Georg Simon Ohm hacia 1827), y el estudio del electromagnetismo (descubierto por Michael Faraday en el año 1827), que fueron clave para el desarrollo de la Revolución Industrial.
En el sector textil la competencia entre ingleses y franceses permitió el perfeccionamiento de los telares. Así, el tejedor y comerciante francés Joseph Marie Jacquard participó en el desarrollo y dio su nombre al primer telar programable con tarjetas perforadas, mientras que Josue Heilmann inventó la primera máquina para el peinado de algodón. Por lo demás, el acero se convertiría en una de las más valorizadas materias primas. Hacia 1856, en los hornos de Siemens-Martin se llevó a cabo el proceso inventado por Sir Henry Bessemer para la transformación de hierro en acero. Así pues, la industria bélica presentó avances significativos.

APOGEO DEL CAPITALISMO

A medida que se desarrollaban las nuevas industrias, también se fueron sentando las bases de un modo distinto de organización de la producción y del trabajo, al que se lo conoce como capitalismo. Las antiguas sociedades integradas con capitales familiares fueron cediendo ante la aparición de las grandes sociedades anónimas, indispensables para costear los gastos que demandaban los medios necesarios para la producción. De este modo, se fue afirmando progresivamente un sistema económico en el que se diferenciaron dos nuevas clases sociales: los obreros industriales asalariados, que aportaban su fuerza de trabajo, y la burguesía, integrada exclusivamente por los propietarios del capital, es decir, de los medios necesarios para la producción: fábricas, máquinas, herramientas, tierras y dinero.
Con todo, colaboraron en ello diversos factores, como la libertad de enriquecimiento que benefició a quienes poseían la capacidad empresarial, así como la economía de mercado basada en el libre juego de la oferta y la demanda en la fijación de precios y salarios. De hecho, en los primeros tiempos de la industrialización, una parte de las ganancias de los capitalistas resultaba de la diferencia entre el costo de la producción y el precio de venta.

REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

A partir del primer tercio del siglo XVIII, los sistemas de explotación tradicional de la tierra fueron modificándose como consecuencia de la aparición paulatina de innovaciones técnicas y de cambios en la distribución de la propiedad. Estas novedades se experimentaron por primera vez en el condado de Norfolk, ubicado al este de Inglaterra, difundiéndose luego hacia los demás países mediterráneos, en los que las innovaciones fueron más tardías y consistieron, sobre todo, en una mejora, diversificación y ampliación de los regadíos. De hecho, en aquellas zonas de Europa con mayor densidad de población se fueron generando nuevas técnicas, por lo que suele decirse que la creciente demanda de productos agrícolas llevó a una intensificación de los cultivos y a la concentración de la propiedad de la tierra.

El progreso técnico agropecuario se basaba ahora en la rotación de cultivos, que abarcaba tres o cuatro años, sin dejar en barbecho. Es decir que se plantaban cereales en años alternos y plantas forrajeras en los años intermedios. De esta manera, la rotación continuada implicó la inclusión de nuevos cultivos en el ciclo, en los que la tierra se regeneraba sin necesidad de dejar de producir. La incorporación del hierro mejoró de forma progresiva al utillaje agrícola, perfeccionando tanto forma como estructura. Con estas innovaciones la Revolución Industrial posibilitó cambios y ofreció nuevos recursos técnicos.

Este conjunto de innovaciones perjudicó notablemente a los campesinos, sobre todo a jornaleros y pequeños propietarios. Suprimidas las zonas comunales de pastos, reducido el bosque e incapaces de hacer frente a la competencia de las máquinas, sus posibilidades de subsistencia eran mínimas. En muchos casos, la única solución posible era la venta de propiedades a los terratenientes y el éxodo rural hacia las ciudades, que dio lugar a su proletarización. Este fue el precio de la modernización de las explotaciones.

Fábrica de rieles de acero.

TRANSFORMACIONES SOCIALES

La industrialización no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como el traspaso de la población del campo a la ciudad y el crecimiento sostenido de la población. No obstante, también se fueron generando serias consecuencias ambientales, ejemplificadas con el deterioro del ambiente y la degradación del paisaje y con la explotación irracional de la tierra.

Así las cosas, la concentración de las fábricas en las ciudades provocaría el crecimiento de los centros urbanos, adonde muchos campesinos y artesanos se dirigieron en busca de empleo. Por ello, el crecimiento de las ciudades inglesas de Londres, Manchester y Liverpool fue una de las consecuencias más significativas de la industrialización inglesa del siglo XIX.

NACIMIENTO DEL PROLETARIADO

Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades. El campesino se fue desvinculando del señorío feudal y se convirtió en un jornalero cuyo trabajo se retribuyó con un salario, mientras que el artesano que trabajaba su propio taller se trasladó a las fábricas en calidad de obrero asalariado y pasó a depender del propietario de las máquinas. De esta manera, la concentración de industrias en las ciudades provocó el crecimiento de los centros urbanos como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de nuevos contingentes.

Londres en el siglo XIX.

Estos nuevos obreros industriales se establecieron en los alrededores de las fábricas, generalmente ubicadas en los suburbios de las ciudades. No obstante, la carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada socialmente, a tal punto que debían vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene; aumentando así el hacinamiento y las malas condiciones de vida, y favoreciendo la propagación de epidemias y enfermedades contagiosas.

A ello también se sumaban sus propias condiciones laborales, en donde las jornadas de trabajo eran muy extensas, llegando a veces a más de 14 o 15 horas diarias y en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción.

CRECIMIENTO DE LA BURGUESÍA

Como contraste, al proletariado industrial fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado de acuerdo con la oferta y la demanda. En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente, logrando que su situación de privilegio social se basara fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre.

Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica, estos empresarios obtenían grandes riquezas no sólo como resultado de la diferencia entre el costo de la producción y el precio de venta sino, además, pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros. En consecuencia, el principal conflicto de esa época fueron los reclamos para obtener salarios más altos y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo.

CONSECUENCIAS

Tal como vimos, la Revolución Industrial tuvo importantes consecuencias en el mundo. Ahora bien, si bien es cierto que otorgó enormes ventajas en el incremento de la producción, también es cierto que ocasionaron problemas de orden socioeconómico que, más tarde, darían carácter fundamental a las luchas sociales y a las reivindicaciones del trabajador asalariado. Por ello, podemos mencionar como consecuencias de este proceso las que siguen a continuación:

A) El desplazamiento del hombre por la máquina, que realiza la labor en menos tiempo y a menor costo.
B) El abaratamiento de los costos de producción y de transporte.
C) La creación de empresas monopólicas: las nuevas técnicas industriales, a diferencia de las antiguas, necesitaron de la creación de empresas de gran envergadura y la concentración de la población en extensas aglomeraciones urbanas.
D) La aparición, por consiguiente, de grandes centros fabriles. En este sentido, las grandes metrópolis se convirtieron en lugar de cita de la sociedad industrial.
E) La construcción y exportación de maquinarias propias de los países más industrializados hacia aquellos que buscan incrementar su desarrollo mejorando su infraestructura y desarrollando vías de comunicación.
F) El nacimiento de lo que se constituirá en el proletariado industrial.
G) La aparición de un mercantilismo impuesto con notable rapidez. Se hizo necesario que cada país industrial desarrolle su imperio colonial que dependiese de sí mismo y formase una extensa y compleja unidad comercial autosuficiente, protegida, en caso de ser necesario, por barreras aduaneras contra la competencia exterior.

Las polis griegas

Grecia estaba formada desde el período arcaico por una serie de ciudades-estado independientes, gobernadas democráticamente por oligarquías aristocráticas. La defensa exterior frente a las invasiones quedaba asegurada por la constitución de una liga entre varias de ellas, dentro de la cual la más importante acababa por imponerse. La polis era una entidad soberana y autárquica, y los ciudadanos griegos lo eran de su ciudad, pues to que Grecia sólo existía como unidad cultural y comercial. Las dos polis griegas más importantes fueron Esparta y Atenas.

Esparta se preocupó sobre todo del desarrollo de su poderío militar, dejando en segundo plano las ciencias, las artes y las actividades económicas. Fundada por los dorios, disputó con Argos la hegemonía del Peloponeso y se extendió a costa de sus vecinos, hasta que en el siglo V a.C. se convirtió en la ciudad-estado más fuerte de Grecia. Los ciudadanos espartanos gozaban de enormes privilegios sobre los indígenas sometidos (ilotas y periecos). Estaban gobernados por reyes, de familias diferentes, que se transmitían el cargo por herencia, aunque los monarcas compartían el poder con el Consejo de Ancianos, los cinco éforos y una asamblea popular. Atenas, la capital del Ática, se convirtió en el motor del mundo griego. Desarrolló el modelo más perfeccionado de democracia censitaria y puso las bases de la sociedad occidental. En los primeros siglos del I milenio, Atenas tuvo un papel secundario, con una economía basada en la agricultura y el pastoreo, pero, a partir del siglo VI a.C., el desarrollo del comercio hizo posible su importancia futura. Así, cuando Atenas inició su decadencia, Esparta no pudo sustituirla.

Las polis eran ciudades-estado independientes, gobernadas democráticamente por oligarquías aristocráticas.

Junto a estas dos grandes ciudades destacaron también Samos, Mileto, Delos, Argos, Epidauro, Corinto, Egina, Calcis, Eritrea y Tebas.

El gobierno de los mejores

Los reyes perdieron el poder en favor de la aristocracia. Este fenómeno se extendió por toda el área griega, a excepción de Argos y Esparta. La palabra “aristocracia” es la fusión de dos vocablos griegos: aristos, el mejor, y kratein, gobernar. Así, el aristócrata gobernó porque era el más capacitado para hacerlo. Y era el mejor por ser el más poderoso, ya que poseía más tierras y podía adquirir las armas imprescindibles para defender la ciudad.

Los miembros de la aristocracia que ostentaban el poder se llamaban arcontes. En un principio su cargo era vitalicio, hasta que en el siglo VIII a.C. vieron limitado su gobierno a una década. Un siglo más tarde, los arcontes eran nueve y se elegían anualmente. El primero se llamaba epónimo, el que daba nombre al año; el segundo, el basileos, el rey, dirigía las ceremonias religiosas; el tercero, el polemarca, era el jefe militar; los otros seis, los tesmotetes, se encargaban de velar por el cumplimiento de la ley. Antiguos arcontes de conducta irreprochable formaban el areópago, un tribunal que juzgaba causas civiles y militares. Las otras dos instituciones eran la boulé, de carácter legislativo, formada por cuatrocientos ciudadanos elegidos anualmente, y la ecclesia, constituida por todos los ciudadanos y que votaba las leyes presentadas por la boulé.

A finales del siglo VII a.C. se promulgó la primera legislación de la ciudad de Atenas, el Código de Dracón, y, a principios del siglo siguiente, Solón llevó a cabo una serie de reformas que podrían considerarse como el intento de organizar una democracia de amplia base social para poner fin a los enfrentamientos entre las clases sociales que desgarraban a la ciudad. Suprimió la esclavitud por deudas, puso fin a la lucha entre los grandes propietarios y la burguesía, y fomentó los oficios artesanales, lo que impulsó un gran desarrollo del comercio.

Imagen de la actual ciudad de Atenas.

Pero estas reformas no fueron duraderas. Atenas, al igual que otras muchas ciudades-estado griegas, ante la crisis del poder aristocrático y el empuje de las clases populares facilitó la subida al poder de un tirano. Paradójicamente, los tiranos abrieron el paso a la democracia. El más importante de los tiranos de Atenas fue Pisístrato (600-527 a.C.), quien hizo posible el poderío posterior de la polis ateniense, ya que acató las leyes y mantuvo la magistratura. Sin legitimación pública su gobierno tiránico gozó de prestigio popular por sus medidas encaminadas a proteger a los más pobres.

La estructura social

Tradicionalmente, se articulaba en distintos niveles: el oikos, que era la unidad familiar básica; seguía un nivel superior, el genos o clan, que era la agrupación de diversos oikos descendientes de un antepasado común; la fratría, que en su origen fue una agrupación defensiva de diversos clanes, tomó en la Atenas clásica el carácter de asociación religiosa que permitía el acceso a la ciudadanía de individuos de diversas clases sociales; la phylé o tribu, que era la asociación de varias fratrías, ocupaba el nivel superior de la organización social, disponía de un santuario y un héroe, y funcionaba como marco político de la comunidad en las elecciones, el reclutamiento militar y los rituales litúrgicos. Las reformas anteriores al siglo V a.C. sirvieron para liberar al individuo de la solidaridad demasiado estrecha con el grupo en el que había nacido. En adelante, el Estado, se relacionó con el hombre como ciudadano y no como miembro de una familia.

Las clases sociales

A grandes rasgos, la sociedad griega estaba dividida en hombres libres y esclavos. La población libre comprendía dos categorías: los ciudadanos y los metecos. Pero también existían diferencias en el conjunto de ciudadanos. Así, existía una aristocracia formada por nobles de nacimiento, los genoi, primero militares y después terratenientes, que ostentaban los títulos de eupátridas (bien nacidos) y hippeis (caballeros). Con la evolución comercial de la polis, la aristocracia de sangre se convirtió en una plutocracia del dinero, enfrentada a los representantes de la demos, artesanos, comerciantes y campesinos libres.

Las reformas militares desempeñaron un papel esencial en la quiebra del poder aristocrático en favor de la demos. Así, al imponerse las formaciones de hoplitas por su superioridad bélica respecto a la guerra aristocrática, permitieron el acceso al arte militar de ciudadanos que no pertenecían al estamento nobiliario, pero que tenían posibilidades económicas de adquirir armamento y ausentarse de su ciudad para prestar el servicio militar.

Los ciudadanos eran divididos en diacros, pobladores de la montaña; paralios, navegantes de la costa; y pedios, campesinos. Los metecos eran extranjeros que vivían en el país; estaban excluidos de los derechos políticos y de la propiedad inmobiliaria, pero soportaban las mismas cargas militares y fiscales que los ciudadanos, aunque podían practicar sus cultos y estaban protegidos por la ley. En último lugar quedaban los esclavos. Estos no poseían ningún derecho y eran empleados en los trabajos domésticos y en el campo.

Después de la Ley de Ciudadanía de Pericles (451 a.C.), la categoría de ciudadanos se extendió a todos aquellos individuos cuyos progenitores eran naturales del Ática, pues, anteriormente, bastaba con que lo fuera uno de ellos para que el hijo, habitante también del Ática, pudiera ser considerado ciudadano. Esta ley provocó la pérdida de los derechos civiles de numerosos atenienses de madre extranjera y reportó ventajas económicas para una minoría.