El ambiente

Estudiar no es difícil, la clave está en la voluntad, la perseverancia y la concentración. Luego, cada estudiante aplicará diferentes técnicas de estudio para fijar los contenidos que necesita aprender.

Continuamente estamos aprendiendo ya sea por medio de la observación, la experiencia, la lectura o lo que nos transmiten nuestros maestros, padres y amigos. Y este proceso de aprendizaje, que se puede dar consciente o inconscientemente, nunca se termina. Incluso aquellas personas que llegan a obtener un título universitario, o más aún un máster o doctorado, siempre seguirán aprendiendo. Piensen en un médico, cuando se descubre una nueva vacuna; en un abogado, cuando se sanciona una nueva ley; en un periodista, cuando se desarrolla un nuevo medio de comunicación; etc.

El ambiente de estudio

Cuando nos disponemos a estudiar necesitamos estar en un entorno que nos facilite esta actividad. Por ello lo conveniente es buscar un sitio de nuestra casa que no sea ruidoso y por donde no circule gente que nos pueda distraer.

Para evitar distracciones te recomendamos que antes de comenzar a estudiar verifiques que tengas todo lo que necesitas: libros, útiles escolares, borradores, agua, etc. Por otro lado, asegúrate de mantener lejos de tu alcance aquel elemento que te pueda distraer: celular, televisión, consola de juegos, etc.

Nos puede pasar que no encontremos un lugar para estudiar en nuestra propia casa, en esos casos podemos recurrir a alguna biblioteca cercana, donde dispondremos de un lugar silencioso y equipado con material de consulta.

También nos puede suceder que comenzamos a leer un texto, y por más que nos encontremos en el mejor ambiente de estudio, perdemos interés sobre lo que estamos leyendo y no retenemos las ideas principales porque no comprendemos. En estos casos hay que asegurarse de estar entendiendo lo que se lee. Una buena forma es leer de a un párrafo, hacer una pausa y fijarse si todas las palabras contenidas en ese fragmento las entendemos. En el caso que haya una palabra que desconocemos, debemos buscar su significado en el diccionario. Además, podemos titular cada párrafo con una o dos palabras, de este modo, cuando releamos vamos a saber anticipadamente de qué se trata ese párrafo.

Estudiar con tiempo nos permite estar mejor preparados y relajados al momento de rendir. Además nos da la posibilidad de hacerle consultas al maestro.

Desaprobé ¡me siento mal!

Los exámenes que nos toman, tanto en el colegio como en la facultad, son para evaluar cuánto aprendimos. Nunca te desanimes por una baja nota, sigue esforzándote, investigando, preguntando y leyendo. Muchas veces nos ponemos nerviosos y no conseguimos demostrar todo lo que sabemos o simplemente no comprendimos bien el tema. Por eso, a no desanimarse nunca y a seguir intentándolo. Luego, la satisfacción será doblemente reconfortante.

Cuando sabes que la profesora explicará un tema complejo, te recomendamos que leas el día anterior algún texto relacionado con ese tema. De este modo, ya conocerás los conceptos básicos, podrás participar en la clase y además hacer consultas.

Recursos mnemotécnicos

Si bien cuando estudiamos debemos comprender lo que estamos leyendo, para luego poder transmitirlo con nuestras propias palabras, a veces es necesario memorizar ciertos conceptos tales como: definiciones, porcentajes, clasificaciones, características, fórmulas, nombres, apellidos, fechas, etc.

Recursos mnemotécnicos

Estos recursos se basan en la asociación, es decir, en la relación de un concepto con una imagen, una letra, otro concepto, un ejemplo, etc.

• Recurso gráfico: es asociar un tema o concepto a imágenes. Por ejemplo: si estamos estudiando el proceso de fotosíntesis podemos buscar alguna infografía, incluso, también podemos dibujar nosotros mismos y con flechas señalar las partes de la ilustración.

• Recurso topográfico: se trata de colocar en algún lugar visible (puerta, pared, techo, piso) una lámina que ejemplifique lo que necesitamos recordar. Por ejemplo: puede ser un mapa en el cual marcamos los ríos que debemos memorizar o la ubicación de los países.

• Recurso numérico – verbal: se basa en asociar los números a palabras o a otros hechos. Por ejemplo: si tenemos que recordar el año de la independencia Argentina (1810), podemos asociar cada número a una palabra: 1 caramelo, 8 turrones, 1 caramelo, 0 golosinas.

Otro recurso es asociar de modo fragmentado el número, por ejemplo: 18 años tiene mi hermano y 10 años mi prima. Entonces cuando debes escribir la fecha en el examen piensas primero en la edad de tu hermano y luego en la de tu prima.

• Recurso verbal: es la utilización de rimas, frases ya hechas, palabras inventadas a lo que debemos memorizar. Por ejemplo: si tenemos que estudiar las letras del alfabeto podemos recurrir a alguna canción que haga referencia a ello.
También nos puede suceder que debemos memorizar una clasificación o las características de algo. Por ejemplo: flexible, elástico, blando, transportable. En este caso podríamos utilizar la primer letra de cada palabra F, E, B, T y recordar febt como ayuda memoria para no olvidar esas características que debemos memorizar.

Para una mejor comprensión del tema, es importante estudiar relacionando los nuevos conceptos con temas que hayamos aprendido en otra oportunidad. Además, mirar documentales, imágenes, infografías, realizar cuadros conceptuales y escribir en un block de notas las ideas principales nos ayudarán a recordar el tema de un modo más fácil.

 

 

Motivación

En el proceso de aprendizaje es importante tener en mente un conjunto de razones que nos sirvan de guía y entusiasmo para conseguir nuestros objetivos. A ello llamamos tener motivación; es decir, tener motivos que nos muevan a actuar en función a lo que queremos conseguir.

La motivación

La motivación se basa en buscar una razón por la cual hacer las cosas, en el ámbito del aprendizaje nos podríamos preguntar ¿por qué o para qué estudiar?

Vamos a distinguir dos tipos de motivación, la interna y la externa. La interna hace referencia a los gustos personales, es decir, cuando realizamos algo porque nos resulta placentero. Por ejemplo: leer un libro de nuestro autor favorito.
La motivación externa tiene que ver con la realización de una actividad para conseguir un fin. Por ejemplo: capacitarse para conseguir un trabajo bien remunerado.

Así, nos puede suceder que estemos más motivados por un factor externo, por ejemplo, aprobar todos los exámenes para tener unas buenas vacaciones, y que finalmente ese motivo externo se transforme en interno. Por ejemplo: en el momento de estudio descubrimos un tema que nos resultó apasionante; entonces, en un futuro emprendamos un estudio relacionado a ello por simple gusto personal.

Cuando existen mayores motivos internos nos puede resultar más ameno cumplimentar la obligación A su vez la motivación está estrechamente relacionada con el estudio efectivo y el rendimiento. Entonces, cuando estamos motivados por aprender algo, rendimos bien y, a su vez, cuando obtenemos buenos resultados, más motivación sentimos. Si todo ello lo acompañamos con un estudio efectivo, el proceso de aprendizaje lo transitaremos con éxito.

Factores para conseguir un estudio efectivo

¿Por qué?
Debemos plantearnos objetivos a corto y largo plazo con el fin de establecer motivos que nos muevan a estudiar.

¿Cuándo?
Elegir momentos del día donde estemos descansados.

¿Dónde?
En un lugar donde existan pocas distracciones.

¿Qué?
Es conveniente estudiar sobre todo aquello que nos permita cumplimentar nuestros objetivos. No obstante capacitarse en diferentes áreas o informarse sobre diferentes temas nos permiten tener una visión más amplia e incluso podemos descubrir que existen más temas que nos interesan.

¿Cómo?
La organización es la base del éxito, por lo tanto debemos planificar en tiempo y espacio el desarrollo de nuestras actividades.

Leer información complementaria
sirve para comprender de un modo más fácil un tema. Por eso, si en el colegio estás estudiando la economía de los países desarrollados, puedes ampliar el contenido buscando imágenes de esos países, su cultura, etc.

Trabajo en grupo

En ciertas oportunidades los maestros proponen que los alumnos trabajen en grupo con el objetivo de promover el aprendizaje cooperativo.

Utilidad del trabajo en grupo

Cuando se forman equipos para estudiar o realizar trabajos prácticos, los alumnos no sólo tienen la oportunidad de sociabilizar sino también de conocer las opiniones y lógicas de estudio de sus compañeros. De este modo, se desarrolla la capacidad de cooperación, intercambio, responsabilidad, autonomía y creación. Esta metodología también contribuye a que cada uno venza sus temores e inhibiciones, y cree sentimientos de seguridad y una actitud favorable a la adaptación en grupo.

La cooperación estimula la solidaridad y es por ello que en los diferentes niveles de estudio se proponen trabajos grupales que dejen a un lado la competitividad y el individualismo. Cuando los miembros comienzan a interactuar se estimula la curiosidad y la motivación aumenta. Los posibles errores se depuran debido a que en grupo cada uno puede ver los fallos de los demás e indicarlos a modo de mejorar el resultado final.

Puntualmente el contraste de los puntos de vista estimula a que cada integrante revise sus propias aportaciones otorgando mayor seguridad en la postura a adoptar.

Algunas claves

A la hora de participar en un grupo es bueno tener en cuenta los siguientes aspectos:

• Dividir roles
La división de roles no sólo permitirá que todos los integrantes trabajen de un modo más ordenado sino también que cada uno de ellos se sienta que está haciendo una tarea que realmente vale la pena.

• Estimular la comunicación
Dejar en claro los objetivos y los procedimientos que se adoptarán para alcanzarlos permitirán mayor cohesión grupal. Asimismo escuchar a los demás y crear espacios de debate son esenciales para enriquecer no sólo los conceptos teóricos sino también los argumentos.

• Trabajar sin miedo a equivocarse
Durante el proceso de aprendizaje los errores y problemas deben ser vistos como situaciones favorables, dado que permiten aprender, mejorar y desarrollar nuevas estrategias que en un futuro serán necesarias para afrontar otros obstáculos.

Consejos para estudiar en grupo

Cuando se decide estudiar en grupo es necesario planificar el mecanismo que se llevará cabo. Dependiendo de la cantidad y complejidad del tema a estudiar es conveniente que a la hora de reunirse cada miembro haya leído la bibliografía previamente. De este modo, los intercambios serán más enriquecedores e incluso si alguien no entendió algún tema tendrá la oportunidad de exponer su dificultad a fin que sus compañeros lo ayuden o que en forma conjunta pidan ayuda al docente.

Una forma, que incluso puede llegar a ser divertida, es llevar a cabo un ping pong de preguntas. Se designa a uno para realizar preguntas y el resto debe responder en forma ordenada. Esta metodología permitirá conocer qué temas se deben abordar con mayor profundidad.

Lectura

Uno de los momentos más importantes en el proceso de estudio es la lectura. Es en esa instancia en donde nos aproximamos de modo más profundo al contenido. Los conocimientos previos y las explicaciones de los maestros nos servirán de base para comprender mejor los temas.

La lectura

Cuando comenzamos con la lectura nos pueden surgir ciertos inconvenientes relacionados con la dificultad de los conceptos y ello nos puede llevar a una mala interpretación del contenido. Por ello es importante que tengamos en cuenta los siguientes aspectos:

  • Buscar el significado de aquellas palabras que se desconozcan.
  • Comprender la relación entre los conceptos.
  • Contrastar el pensamiento del autor con otros o con la propia opinión personal.
  • Realizar un resumen de lo leído con conceptos claves.

Existe un método clásico que contribuye a conseguir una mejor comprensión lectora, se llama el SQ3R (en inglés: Survey, Question, Read, Repite, Review). Veamos brevemente en qué consiste cada fase:

1. Examinar (Survey): se trata de conseguir una visión general del conjunto. El examen debe ser rápido, sin tener en cuenta detalles, para conseguir alcanzar una idea general.

2. Preguntar (Question): realizar preguntas favorecen el aprendizaje.

3R: Read, Repite, Review (Leer, Repetir, Repasar)

3. Leer (Read): leer en forma activa y completa. Esto significa fijarse en los términos importantes, en los términos nuevos, en lo subrayado, etc. Es necesario leer todo: texto, citas, recuadros, gráficos, ilustraciones, etc.

4. Repetir (Repite): cerca del 50% de la lectura se olvida.

5. Repasar (Review): hay que comprobar que se ha entendido y asimilado todo el material que interesa. Para ello es necesario releer y aprovechar las notas, esquemas o resúmenes que se hayan realizado. Asimismo es importante volver a realizar una lectura crítica, extrayendo conclusiones, relacionando y contrastando conceptos.

Fichas técnicas o conceptuales

Además de comprender un tema siempre es necesario memorizar ciertos datos o conceptos. Una técnica que contribuye a ordenar la información para facilitar su memorización es mediante la confección de “fichas técnicas o conceptuales”.

Cada ficha debe contener sólo un tema o concepto clave. Se le pueden añadir datos relacionados para enriquecer la información. Por ejemplo: supongamos que se deben estudiar las características de los mamíferos, se puede dedicar una ficha a cada animal; incorporando datos claves como hábitat, tipo de alimentación, tiempo de reproducción y características anatómicas.

Mapa conceptual

Durante el proceso de aprendizaje a los estudiantes se les puede presentar un sentimiento de inseguridad relacionado a la dificultad para recordar o comprender un tema. Al respecto, los mapas conceptuales se presentan como una técnica apropiada para identificar ideas principales, establecer relaciones y afianzar conceptos claves.

¿Cómo realizar un mapa conceptual?

Los mapas conceptuales también son llamados organigramas, son una alternativa para representar de modo gráfico ideas y conceptos vinculados a cierto tema. No deben emplearse para sustituir la confección de un resumen o la lectura de un tema sino para complementar el proceso de aprendizaje.

También son un recurso útil al momento de exponer una lección oral y explicar de modo dinámico y ordenado un tema. Si bien cada persona los elabora de un modo diferente, es conveniente seguir ciertos pasos para obtener un mapa correcto.

1. Leer el texto e identificar las ideas y palabras claves.
2. Repasar las palabras claves y en el caso de no tener seguridad sobre los conceptos elegidos, volver a leer el tema.
3. Escribir el tema principal en la parte superior o en el centro de una hoja y encerrarlo con un óvalo o rectángulo. Un tema principal puede ser: los medios de comunicación.
4. Identificar las ideas que constituyen los subtemas. Para ello deben preguntarse ¿qué dice el texto del tema principal? Por ejemplo: el texto puede hablar del desarrollo de los medios de comunicación. En ese caso podrían incluir en orden cronológico la aparición de cada medio.
5. Trazar las conexiones correspondientes entre el tema principal y los diferentes subtemas. Incluso si dos subtemas o más se relacionan por algún aspecto puedes encerrarlos en una llave y marcar su conexión.
6. Colocar los aspectos específicos de cada idea o subtema, encerrarlos en óvalos o rectángulos. Por ejemplo: podrías incorporar las características de cada medio. Incluso si una característica es compartida por más de uno, la podrías resaltar o relacionar a cada medio.

Recomendaciones

• Revisar el mapa con el texto para verificar que no falte ninguna idea principal y evitar errores de interpretación.

• Tener en cuenta que cada persona puede diagramar un mapa conceptual de modo diferente. Ello no significa que uno es correcto y el otro no.

• Tener confianza en el mapa elaborado.

• Consultar un diccionario específico en el caso de no comprender uno o varios conceptos.

• Escribir las palabras con letra clara y con suficiente espacio entre cada una de ellas. Muchas veces en la relectura se pude advertir que faltó información y será necesario espacio para poder incorporar el concepto de modo ordenado y claro.

Subrayar ideas principales

Señalar las ideas principales de un texto permite al estudiante obtener un resumen preliminar para luego memorizar los conceptos claves, confeccionar un resumen por escrito o armar un mapa conceptual o línea de tiempo dependiendo la temática.

Subrayar las ideas principales

Subrayar o resaltar las ideas principales del texto facilitan el proceso de estudio, memorización y posterior repaso. La correcta realización del subrayado, que puede incluir notas al margen e introducción de títulos por párrafos, permite ahorrar mucho tiempo de estudio. Mientras que una mala señalización de las ideas principales puede llevar a una superficial o mala interpretación del tema.

El subrayado requiere de una lectura pausada y de concentración ya que hay que diferenciar lo fundamental de lo accesorio. La extensión del subrayado dependerá de lo novedoso que resulte el tema. Cuando se aborda una materia conocida es probable que la señalización sea escueta.

Es un error subrayar prácticamente todo el texto porque se corre el peligro de realizar una memorización literal, mecánica, sin distinguir cuales son las ideas principales. Lo recomendable es marcar conceptos claves y si es necesario hacer llaves en los párrafos indicando con una o dos palabras qué explica esa porción de texto.

Reglas para el subrayado

1. Empezar a marcar las ideas principales tras una lectura comprensiva. Es un error frecuente comenzar a marcar mientras se lee por primera vez.
2. Subrayar párrafo a párrafo. Es decir, primero se lee el párrafo y a continuación se subraya la idea principal.
3. Emplear más de un color para señalar las ideas en caso que sea necesario. Así, se puede marcar con azul el concepto y con amarillo el ejemplo. Sin embargo, no resulta práctico emplear más de dos colores ya que puede prestar a confusión u olvidar qué color se utilizó para qué.
4. No limitarse al subrayado, se pueden emplear círculos, flechas para señalar ideas claves. Incluso, en el caso de no entender algo, se puede marcar con un signo de pregunta para no olvidar consultar al maestro.

Frente a un tema desconocido se debe mantener concentración y recurrir a la relectura en caso de no comprender. Muchas veces los conceptos claves pueden ser desestimados en la primera lectura por falta de entendimiento.

Si se mencionan palabras desconocidas, es necesario buscar su significado en el diccionario y no suponerlo. Incluso se puede copiar su significado en el texto dado que puede ser útil en el repaso final.

Memoria

Es sabido que no se debe estudiar de memoria sino con la memoria. Interpretar lo que se lee y poder reproducirlo con palabras propias, incluso con un punto de vista particular, es signo de un aprendizaje exitoso. Sin embargo, en el camino ciertos datos, definiciones, nombres, etc., deben ser recordados con el objetivo de expresar una idea en forma concreta.

Mejorar la memoria

Como dijimos, memorizar un texto completo para exponer una lección oral o para realizar un examen no es útil. Quienes estudian todo de memoria no comprenden el tema y no adquieren una visión crítica; por tanto, no son capaces de responder preguntas abiertas, de comparación u opinión.

Lo que sí es importante en el proceso de aprendizaje es memorizar ciertos datos. Por ejemplo: si se estudia historia, será necesario recordar fechas de sucesos, nombres de países, sucesión de batallas, entre otros.

Se puede desarrollar y mejorar la memoria. Para ello se pueden emplear técnicas de memorización.

– Asociación: se trata de relacionar conceptos nuevos con otros ya conocidos. Para ello se puede recurrir a la comparación o al contraste. Recordamos mejor algo cuando es parecido o diferente a otro. Por ejemplo: el hombre llegó a la Luna el mismo año que nació mi padre.

– Dividir información: para recordar una palabra larga o un número de muchas cifras se lo puede dividir e ir memorizándolo de forma fragmentaria.

– Agrupar información: en caso que la información a retener sea fragmentada, se la puede agrupar. Por ejemplo: en cifras, en una clasificación, cuadro comparativo, etc.

– Dibujar y hacer mapas conceptuales: muchas personas tienen memoria visual, esto significa que recuerdan de modo más fácil un concepto si lo relacionan a un dibujo o cuadro conceptual. Ejemplo: si se debe memorizar el proceso de fabricación de un producto, se pueden dibujar las instancias del proceso. En el caso de tener que memorizar una ruta, se puede recurrir a un mapa y marcar el recorrido.

Muchas veces los nervios y la ansiedad juegan en contra al momento de realizar un examen. Lo importante es no perder la calma, en el caso de los exámenes escritos, es conveniente leer las preguntas con detenimiento y antes de escribir las respuestas pensar cómo se las puede estructurar. Si algún dato no se recuerda, se puede pensar en su contexto o reemplazar esa información con un ejemplo.

El contexto

Sabemos que estudiar es una tarea que debemos llevar a cabo con regularidad, pero… ¿sabemos cómo hacerlo mejor y más eficazmente? El contexto en el que llevemos a cabo esta práctica, influirá notablemente en nuestro desenvolvimiento. Para ello hoy nos prepararemos para hacer del lugar de estudio, un sitio propicio.

FACTORES DEL CONTEXTO DE ESTUDIO

Nuestro rendimiento psíquico y físico se ve, en gran parte, influido por todas aquellas características del ambiente que nos rodea. Factores como la iluminación, el soporte o mueble sobre el que estudiamos, el sonido, la compañía, y las condiciones generales del entorno, entre otras cosas, son claves para el correcto desarrollo de la sesión de estudio.

Iluminación: Siempre es preferible la iluminación natural para una mejor concentración. Si necesitas artificial, debes evitar los grandes resplandores y contrastes. Puedes iluminar directamente tu objeto de estudio con una lámpara. Si eres zurdo, es aconsejable que la luz entre por la derecha, y si eres diestro, por la izquierda.

Soporte de estudio: Lo ideal es que puedas ubicarte en un escritorio o mesa amplia para desplegar todos tus materiales sobre la misma, evitando demoras en la búsqueda. También es práctico tener a mano otros libros y/o apuntes que puedan resultar necesarios al momento de estudiar, por ejemplo, un diccionario si es que surge alguna duda con lo que se lee, o un bolígrafo por si se termina la tinta del que se está utilizando en ese momento.

La posición del cuerpo es muy importante. Estar derecho y con los pies sobre el suelo ayuda a evitar dolores de cabeza y espalda.

Sonidos: Para poder concentrarse, es importante permanecer en un lugar silencioso que nos mantenga al margen de timbres, conversaciones, o programas televisivos con audio que nos lleve a perder el hilo del estudio. También es recomendable apagar o dejar en silencio los dispositivos (celulares, tabletas digitales) para no desconcentrarte con facilidad.

TIP

¿Quieres saber cuál es el lugar por excelencia para estudiar? ¡La biblioteca! Así es. Si dispones de una en tu escuela, barrio o universidad, no dudes en acercarte y llevar a cabo tus sesiones de estudio allí. Tendrás a tu disposición libros, cómodas mesas y un ambiente silencioso, muy propicio para estudiar.

La compañía: Para ciertas materias o trabajos prácticos resulta muy enriquecedor trabajar en grupo, consultando las dudas y debatiendo sobre los conceptos que se leen. Pero también en ciertas ocasiones, como cuando debemos afrontar un difícil examen en el que la memoria y la concentración son claves, es importante poder dedicar un tiempo en soledad para el estudio, evitando así distracciones.