Fue un militar y héroe patriota de la Nueva Granada que luchó en las fuerzas independentistas lideradas por Simón Bolívar. Participó en batallas cruciales como la batalla de Miñarica y su destacada actuación le valió varios reconocimientos, incluyendo la Medalla de Tarqui.
PARTICIPACIÓN EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
Se unió al ejército a una temprana edad y ascendió rápidamente de rango por su valentía y lealtad, convirtiéndose en uno de los hombres de confianza de Antonio José de Sucre. Participó en importantes batallas como la de Carabobo en 1821, la de Ayacucho en 1824, y el Portete de Tarqui en 1829, en ellas fue reconocido por su heroísmo.
Más tarde, se originó una crisis política en Ecuador entre Vicente Rocafuerte y el doctor José Félix Valdivieso, a quien Barriga apoyó dirigiendo el ejército del interior del gobierno de Quito en la batalla Miñarica en 1834, la cual perderían ante las tropas de Rocafuerte a pesar de su sacrificado patriotismo.
RECONOCIMIENTOS
Isidoro Barriga y López de Castro recibió varios reconocimientos por su notorio desempeño en el campo militar. Algunos de ellos son:
• Medalla de Tarqui.
• Medalla de Ayacucho.
• Escudo de Junín.
• Escudo de Carabobo.
• Estrella de los Libertadores de Venezuela.
• Busto del Libertador.
¿Sabías qué?
El 16 de julio de 1831, Isidoro Barriga y Mariana Carcelén, la marquesa de Solanda y Villarocha, se casaron, a pesar de que ella había enviudado. Esta unión fue considerada por muchos como un adulterio moral, ya que en esa época era costumbre seguir la castidad en respeto a la memoria del difunto conyugue, o esperar al menos cinco años antes de volver a casarse.
Fue un destacado político y prócer de la independencia ecuatoriana, que participó en la Revolución del 9 de octubre de 1820. Además, ocupó diversos cargos públicos, como diputado, senador, ministro, vicepresidente y encargado del poder ejecutivo. Defendió los intereses y la autonomía de su ciudad natal y de su país.
1819
Obtuvo un doctorado en Jurisprudencia en la Universidad de Santo Tomás en Quito.
1820
Participó en la Revolución de 9 de octubre, que llevó a la independencia de Guayaquil y la firma el Acta de la Independencia, y fue nombrado secretario de la Primera Junta Suprema de Gobierno.
1822
Se opuso a la anexión de Guayaquil a la Gran Colombia por orden de Simón Bolívar, lo que lo llevó a exiliarse en Perú junto a otros miembros de la Junta de Gobierno.
1830
Asistió como diputado a la Asamblea Constituyente de Riobamba, que estableció el Estado de Ecuador y redactó su primera Constitución.
1831–1845
Ocupó roles importantes en el gobierno ecuatoriano, incluyendo la presidencia del Congreso Nacional, el cargo de ministro de Relaciones Exteriores y la vicepresidencia de la República.
1850
Participó en una revolución de Guayaquil que proclamó la Jefatura Suprema de Diego Noboa.
1851–1852
Representó al gobierno ecuatoriano como encargado de Negocios y ministro plenipotenciario en Bogotá.
INDEPENDENCIA
De Marcos fue uno de los firmantes del Acta de la Independencia, el documento que declaró la soberanía de Guayaquil y su anhelo de formar parte de una república sudamericana. Participó activamente en la vida política del Ecuador como defensor de los derechos y libertades de los guayaquileños y de la autonomía del Ecuador frente a la Gran Colombia. Es por ello que Francisco de Marcos es considerado uno de los próceres de la independencia ecuatoriana y un ilustre ciudadano de Guayaquil. Su nombre está inscrito en el Panteón Nacional y en el Salón de la Ciudad.
¿Sabías qué?
Francisco de Marcos fue el primer vicepresidente del Ecuador nacido en Guayaquil. Su mandato es notable por haber ejercido el poder ejecutivo en tres ocasiones diferentes debido a las ausencias del presidente Juan José Flores, y se convirtió en el único vicepresidente en hacerlo.
José Mejía Lequerica fue un político, médico, orador y abogado quiteño que brilló por su defensa de los derechos de América en las Cortes de Cádiz. Su elocuencia, su erudición y su visión liberal lo convirtieron en uno de los próceres de la independencia ecuatoriana.
1796
Contrajo matrimonio con Manuela Espejo, la hermana de Eugenio Espejo, quien fue precursor de la independencia ecuatoriana.
1805
Obtuvo los títulos de bachiller en Medicina y Leyes, a pesar de los obstáculos que enfrentó debido a su origen.
1809
Participó en la Revolución de Quito.
1810
Fue electo como diputado por el Virreinato de Nueva Granada para ir a las Cortes de Cádiz, junto con otros representantes americanos.
1811
Llegó a Cádiz y se incorporó a las Cortes, donde destacó por su elocuencia y sus ideales liberales.
1812
Pronunció su famoso discurso sobre la libertad de imprenta, en el que criticó la censura y la Inquisición.
CORTES DE CÁDIZ
Fue un destacado representante del Virreinato de Nueva Granada en las Cortes de Cádiz, que se reunieron entre 1810 y 1813 para redactar una constitución liberal para España y sus colonias. Desde su asiento, Mejía Lequerica abogó por los derechos y las necesidades de América, la libertad de expresión y de imprenta, y criticó enérgicamente a la Inquisición en discursos rebosantes de brillantez y pasión, lo que le valió los apodos de “Mirabeau americano” y “rival del divino Argüelles”. También previó la caída del imperio español y la independencia de sus territorios americanos.
Su intervención en las Cortes de Cádiz lo convirtió en uno de los héroes de la independencia ecuatoriana, aunque nunca pudo regresar a su tierra natal.
¿Sabías qué?
José Mejía Lequerica fue reconocido como el primer botánico ecuatoriano, que catalogó nuevas especies de plantas y publicó un libro llamado Plantas Quiteñas, donde destaco las propiedades curativas de las plantas. Además, mantuvo amistad con científicos vinculados a la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, que buscaba estudiar las quinas de Loja. Previo a su labor como diputado en España, Lequerica llevó a cabo investigaciones botánicas en su país natal.
“Pueblo donde la libertad es efecto de las leyes y las leyes son sagradas, por fuerza es pueblo libre”. Juan MontalvoLa Primera Constitución de Ecuador aparece en 1830, cuando el país se desligó de la Gran Colombia y formó una república independiente. Se hizo necesario, entonces, contar con una Ley de Leyes que norme la forma de gobierno que asumiría y cómo serían las relaciones del Estado con el ciudadano.
¿Qué es una constitución?
La constitución es la ley fundamental de un Estado soberano, establecida o aceptada como guía para su gobernación, y puede ser escrita u oral. Su objetivo es establecer los límites y definir las relaciones entre los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial, y garantizar los derechos ciudadanos. Casi la totalidad de los países poseen constituciones escritas.
¿Sabías qué...?
La Constitución de 1830 en Ecuador contiene el Preámbulo, 75 artículos, divididos en 9 títulos, 2 artículos transitorios y la Disposición Final.
República: Estado y ciudadanos
La República es un sistema político fundamentado en el poder de la constitución y la igualdad ante la ley. En ella se respetan los derechos de los ciudadanos y las libertades civiles y se escogen los gobernantes bajo el principio de legitimidad y soberanía.
Constitución y república
Las repúblicas requieren, para su funcionamiento, de las constituciones, ya que debe existir una norma jurídica que regule aspectos esenciales como la forma de gobierno, el mecanismo para su elección, las personas con derecho al voto, la definición de ciudadano y sus derechos y obligaciones con relación al Estado, así como otros aspectos esenciales para mantener la soberanía.
La gran Colombia
Con la unión, en 1819, de Ecuador a Colombia y Venezuela se conformó la Gran Colombia. Once años después se separó Guayaquil y se formó y consolidó la República de Ecuador, mediante su anexión a Quito y Cuenca. Para ello fue necesario conformar una Asamblea Constituyente y elaborar la carta magna que regiría los destinos de la naciente República del Ecuador.
1830: La nueva República
Lo que es el actual territorio de Ecuador formaba parte del Distrito Sur de la Gran Colombia, que se separó y conformó el nuevo país. En la ciudad de Riobamba, por espacio de 45 días, se reunió el Congreso Constituyente, que inició sus funciones a partir del 14 de agosto, con la presencia de 21 diputados, o sea siete representantes por cada uno de los departamentos que conformaron el territorio (Cuenca, Guayaquil y Quito).
Una Constitución efímera
La primera Constitución de Ecuador o Constitución de 1830 tuvo una duración corta: fue sustituida por la de 1835.
Juan José Flores
La principal figura en todo este proceso lo constituyó Juan José Flores, natural de Puerto Cabello, en Venezuela, nacido el 19 de julio de 1800. Desde muy joven se vinculó a la figura de Simón Bolívar, al que le demostró confianza extrema. Entró al ejército español a la temprana edad de 15 años, pasando luego a servir en las filas insurrectas por la causa de la libertad. Se destacó en la Batalla de Tarqui, donde obtuvo el grado de general de división. Murió el primero de octubre de 1864, en la isla Puná, perteneciente al territorio actual de Guayaquil.
Un mérito de Flores
En el año 1832, bajo el gobierno de Juan José Flores se incorporan las Islas Galápagos al territorio de Ecuador, que se conservan como parte de la nación hasta el momento.
La primera Constitución
La primera constitución de Ecuador se aprobó en la Asamblea Constituyente que sesionó en la ciudad de Riobamba, entre los días 14 de agosto y 11 de septiembre de 1830, fecha en que se promulgó la Carta Magna. Los criterios fueron encontrados y las discusiones se prolongaron al debatir temas controversiales como la forma que tendría el gobierno, las características y requisitos para ser elegido presidente, los ciudadanos que tendrían derecho al voto y la relación del Estado con la Iglesia.
¿Sabías qué...?
La inestabilidad política del Ecuador ha sido la causa de la existencia de 20 constituciones en su historia republicana.
En el nombre de Dios
La nueva constitución adoptada se inició con un Preámbulo en el que se invocó a Dios, como autor y legislador de la sociedad. Su artículo 8 expresó textualmente:
“La Religión Católica, Apostólica y Romana es la Religión del Estado. Es un deber del Gobierno, en ejercicio del patronato, protegerla con exclusión de cualquiera otra”.
La forma de Gobierno
La nueva República significó un logro en la conformación del Estado Nacional, al agrupar bajo una misma bandera los departamentos de Azuay, Guayas y Quito, con lo que se consolidó la unidad política y territorial de una nación que perdura hasta la actualidad. El Estado de Ecuador, mediante el Artículo 2 de la Constitución, formó parte de la República de Colombia. El Gobierno adoptó las características de popular, representativo, alternativo y responsable.
Nacionalidad y ciudadanía
Para los legisladores y según el Artículo 9, se consideraron ciudadanos ecuatorianos:
Los nacidos en el territorio y sus hijos.
Los naturales de los otros Estados de Colombia, avecindados en el Ecuador.
Los militares que estaban en servicio del Ecuador al tiempo de declararse en Estado independiente.
Los extranjeros, que eran ciudadanos en la misma época.
Los extranjeros, que por sus servicios al país obtengan carta de naturaleza.
Los naturales, que habiéndose domiciliado en otro país, vuelvan y declaren ante la autoridad que determine la ley, que desean recuperar su antiguo domicilio.
La Constitución, en este y en otros aspectos, siguió los principios esbozados en la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano, que resultó de la Revolución Francesa.
Las elecciones
Las elecciones adoptaron la forma de la representatividad, o sea los elegidos en los diferentes cantones concurrirían a la Asamblea Provincial, siendo elegidos por un período de cuatro años. Las diferentes Asambleas eligen a los Diputados de las Provincias y los suplentes.
La división de poderes
La nueva nación surgió bajo el principio de la división de poderes. Se conformó un poder ejecutivo, con un Jefe de Estado, denominado Presidente del Estado del Ecuador, elegido por un periodo de cuatro años; el Vice-Presidente; los ministros de Estado, de Hacienda y de Guerra y Marina y el Consejo de Estado, que auxiliaría al Presidente en la administración y estaría compuesto por el Vice-Presidente, el Ministro Secretario, el Jefe de Estado Mayor General, un Ministro de la Alta Corte de Justicia, un eclesiástico respetable y tres vecinos de probada conducta.
El poder legislativo, estaría compuesto por el Congreso de Diputados (10 por cada departamento, hasta que se definiera si este número sería fijo o dependería de la cantidad de habitantes).
Por su parte, el poder judicial, regulado en el Título V de la Carta Magna, que en su Sección I estableció lo relativo a las Cortes de Justicia, las Cortes de Apelación y los demás tribunales y juzgados.
Requisitos para ser elector
1. Ser sufragante parroquial.
2. Haber cumplido veinticinco años.
3. Ser vecino de una de las parroquias del Cantón.
4. Gozar de una renta anual de doscientos pesos que provenga de bienes raíces, o del ejercicio de alguna profesión o industria útil.
Artículo 33
Requisitos para ser Presidente:
1. Nacer en Ecuador o ser colombiano al servicio del país al tiempo de declararse Estado independiente, prestando al Estado del Ecuador grandes servicios, casado con una ecuatoriana de nacimiento y que tenga propiedades raíces valoradas en más de treinta mil pesos.
2. Tener treinta años de edad.
3. Gozar de reputación general por su buena conducta.
Libertad de expresión
El artículo 64 se refirió a que todo ciudadano puede expresar y publicar libremente sus pensamientos por medio de la prensa, respetando la decencia y moral pública, y sujetándose siempre a la responsabilidad de la ley.
Aunque la lucha iniciada el 10 de agosto de 1809 en Ecuador no culminó con el triunfo definitivo de los independentistas, constituyó el primer intento por derrocar al sistema colonial español. El ejemplo de los precursores de la independencia fue seguido por otros patriotas que dieron nacimiento al Estado Ecuatoriano.
Antecedentes
En 1808 reinaba en España Carlos IV, quien el siete marzo de ese año, se vio obligado a renunciar al trono en favor de su hijo Fernando VII. Napoleón, emperador francés, con ambiciones de dominar los territorios coloniales españoles, hizo prisionero al monarca. Este hecho provocó la organización de las Juntas Supremas Provinciales que establecieron la lucha del pueblo hispano contra la Francia imperial.
Las noticias de lo acontecido en Europa llegaron con rapidez a América, inquietando a los habitantes de Quito. El 25 de diciembre de 1808, Juan Pío Montúfar, rico hacendado del Valle de Los Chillos, convocó para su hacienda “El Obraje”, a influyentes vecinos de la ciudad. El tema de discusión era la búsqueda de una solución para evitar que los franceses dominaran el país. La conclusión fue imitar a España, creando la Junta Soberana.
Por la fecha en que se desarrolló la reunión se le llamó “La Conspiración de la Navidad”.
Primeros pasos de la conspiración
En los meses que siguieron a la convocatoria del Marqués de Selva Alegre se sumaron otros conspiradores. El gobierno colonial descubrió sus intenciones y apresó a la mayoría de los participantes.
La posición privilegiada de los acusados y el robo de pruebas documentales permitió que, los excelentes abogados contratados, lograran la libertad de los reos.
No hay apoyo para Quito
Cuenca, Guayaquil y Pasto no apoyaron el movimiento quiteño del 10 de Agosto.
La rebelión
Los conspiradores liberados se reorganizaron y, en la noche del 9 de agosto, se reunieron en la casa de la patriota quiteña Doña Manuela Cañizares. En la madrugada del siguiente día quedó conformada la Junta Soberana de Gobierno.
¿Sabías qué...?
Manuela Cañizares arengó a los quiteños el 10 de agosto con una dura frase: “Cobardes…hombres nacidos para la servidumbre, ¿de qué tenéis miedo…? ¡No hay tiempo que perder…!”.
Composición de la Junta
Presidente: Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre.
Vicepresidente: Obispo José Cuero y Caicedo.
Secretario de Estado: Doctor Juan de Dios Morales.
Secretario de Despacho: Doctor Manuel Rodríguez de Quiroga.
Secretario de Interior: Doctor Juan Larrea.
Los marqueses y el pueblo
Los cabecillas del movimiento del 10 de agosto en Quito fueron los dueños de latifundios, la mayoría de ellos con nombramientos nobiliarios de marqueses y condes, que se separaron de la burocracia colonial y la sustituyeron. Entre las medidas tomadas estaban la supresión de los impuestos de los blancos y no de los indios y el perdón de las deudas que tenían con la Corona por la compra de tierras. Los activistas y organizadores de la Junta eran intelectuales, abogados, medianos terratenientes y algunos sacerdotes. Más tarde, no lograrían despertar entusiasmo por su gobierno, ni en el pueblo de la ciudad ni en los indígenas ya que no los beneficiaron en nada. Sin embargo, el 2 de agosto, cuando estos habían sido perseguidos y apresados, artesanos, vendedores, tenderos y el pueblo urbano se habían levantado para defenderlos sufriendo la represión y la muerte. A pesar de luchar por sus intereses, los actores de la Revolución de Quito fueron verdaderos patriotas, porque se levantaron contra las autoridades coloniales y establecieron un gobierno, se sacrificaron por mantenerlo y muchos de ellos perdieron la vida por defenderlo.
De la Real Audiencia a la Junta de Gobierno
El mismo 10 de agosto, en horas tempranas, el Secretario General de la Junta, Doctor Antonio Ante, como comisionado se dirigió al despacho del Don Manuel Urriez, Conde de Castilla y Presidente de la Real Audiencia de Quito, para informarle la decisión de ser relevado en su cargo por la Junta de Gobierno. Por su parte el Coronel Juan de Salinas, Jefe Máximo de las fuerzas militares, juró lealtad a la Junta y al Rey.
Con la toma del poder, la Junta inició las primeras acciones ejecutivas y legislativas.
El 16 de agosto se convocó a un Cabildo Abierto que se efectuó en la sala capitular del Convento de San Agustín, donde se ratificó lo acordado seis días antes.
Reacción en la Península
Las autoridades coloniales reaccionaron enviando tropas desde Guayaquil, Pasto y otros lugares para reconquistar Quito y tomar el control apresando a los sublevados.
Por su parte, la Junta organizó un ejército de 3.000 colaboradores bajo las órdenes de Ascázubi y Zambrano, con la misión de avanzar al Norte y frenar el avance de los realistas comandadas por Miguel Tacón, en ese momento Gobernador de Popayán.
Combates de Sapuyes y Cumbal
La falta de disciplina e inexperiencia de los milicianos hizo que, luego de cruzar el río Carchi y adentrarse en Pasto, fueran diezmados en los combates de Sapuyes, en el caso de Juan Ascázubi y de Cumbal, en el de Manuel Zambrano. El primero hecho prisionero y el segundo escapó con lo que quedó de su tropa.
Quito volvió al pasado
Los quiteños al conocer de la derrota de sus combatientes reaccionaron con discusiones inútiles y divisionismo. Pío Montúfar renunció al cargo de presidente. Juan José Guerrero y Mateu lo sucedió en el cargo. Su postura fue buscar acercamiento con el conde Ruíz de Castilla hasta llegar la capitulación, el 24 de octubre, bajo la promesa de olvido del pasado y la inmunidad de los miembros de la Junta.
El engaño
Los primeros días que siguieron a la rendición resultaron normales y la Junta de Gobierno continuó en su actividad. Sin embargo, con la llegada de las tropas guayaquileñas y cuencanas, del Batallón Real de Lima y de los vencedores de Sapuyes y Cumbal las cosas cambiaron. El conde ordenó restablecer la Real Audiencia y perseguir a los que apoyaron la sublevación. Uno de los pocos en escapar fue Juan Pío Montúfar.
El proceso
El fiscal actuante en el proceso seguido contra los rebeldes pidió la pena de muerte para más de cuarenta acusados. Le tocó al virrey de Santa Fe dictar sentencia.
Se busca un caudillo
El grito libertario del 10 de Agosto constituyó un movimiento débil, frágil, desarticulado y carente de un verdadero líder.
El pueblo quiteño organizó el rescate que terminó en la matanza del 2 de agosto de 1810.
Las causas de la derrota
La ausencia de un verdadero líder con conocimientos militares, las contradicciones internas, la falta de respaldo popular al movimiento, especialmente en las ciudades de Cuenca y Guayaquil, y la falta de unidad fueron las causas del fracaso.
Más allá del fracaso
Para Ecuador y América el 10 de agosto de 1809 constituyó un hecho trascendental a pesar de los errores cometidos en su organización. Para los organizadores estaba claro el interés de tomar el poder en medio de los complejos procesos que se estaban dando en la metrópoli para así delimitar mejor los territorios ocupados por los virreinatos vecinos.
Esa fecha significó el inicio de una lucha que no terminaría hasta conquistar la independencia de la patria y el continente.
¿Sabías qué...?
Los sucesos del 10 de Agosto constituyeron el Primer Grito de la Independencia de Ecuador.