La contaminación es el proceso que consiste en alterar las condiciones naturales del suelo, el agua, el aire u otras partes del medioambiente y que no es seguro o adecuado para su uso o permanencia. Esto se puede suceder mediante la introducción de algún contaminante, que necesariamente no tiene que ser tangible.
Contaminación del suelo
Contaminación acuática
Contaminación sonora
Tipos de fuentes
Puntuales y no puntuales.
Puntuales y no puntuales.
Puntuales.
Fuentes de contaminación
Defecación al aire libre, letrinas de pozo y basura.
Todas las sustancias físicas, químicas o biológicas que cambien las cualidades del agua.
Sonido proveniente de aviones, industrias u otras fuentes que generen altos niveles de ruido.
Afecta
La superficie terrestre.
Las aguas superficiales como ríos y lagos, la humedad del suelo, las aguas subterráneas y los océanos.
Todo el ambiente.
Contaminantes biológicos
Microorganismos.
Bacterias, virus, protozoos y helmintos (gusanos).
No.
Contaminantes químicos
Fertilizantes e insecticidas.
Metales pesados y pesticidas.
No.
Enfermedades
Larva migrans cutánea, anquilostomiasis, ascaridiasis, tétanos, esporotricosis y tungiasis, entre otras.
Cólera, fiebre tifoidea, poliomielitis, meningitis, hepatitis y diarrea, entre otras.
Estrés, hipertensión, disfonía y la pérdida auditiva.
Teníamos todas nuestras cosas para la playa pero unas nubes nos anuncian la lluvia. Salimos a la mañana con frío abrigados pero a la tarde nos encontramos acalorados. De esto se trata el clima, un factor que afecta cada día de nuestras vidas.
Probablemente el clima es uno de los temas que más ocupa al ser humano de forma cotidiana ¿Por qué?: la respuesta es simple, saberlo nos previene de estar enfermos, sufrir algún accidente, pérdidas económicas o, incluso, vernos afectado por algún desastre. Sin embargo, también afecta nuestro carácter e incluso puede definir personalidades entre aquellos que disfrutan del sol al aire libre y aquellos que prefieren la lluvia. El clima además define nuestros hábitos y acomoda nuestra rutina cuando vemos que quizá ese plan que proyectábamos hacía un mes no se puede hacer por tormenta o creíamos que nos íbamos a quedar todo el día encerrados pero vemos que sale el sol y podemos salir. Veamos entonces como funciona un factor tan importante para nuestras vidas.
TEMPERATURA Y CLIMA
• La temperatura atmosférica es uno de los elementos constituyentes del clima y hace referencia al calor específico que tiene el aire, tanto en un momento como en un lugar determinado. Esto es lo que habitualmente se nos informa en los noticieros al indicarnos que hacen 5, 10 o 20 grados centígrados.
• El clima incluye a la temperatura como un elemento más junto a la presión, los vientos, la humedad y las precipitaciones. Sintéticamente, con presión entendemos al peso de las masas de aire; con viento entendemos al desplazamiento de las masas de aire; con humedad a la cantidad de agua presente en el aire y con precipitación a cualquier tipo de hidrometeoro (lluvia, granizo, nieve, etc.) que caiga desde la atmosfera a la superficie terrestre. Un ejemplo de estado completo del clima sería: 17 grados centígrados, con una presión atmosférica de 1010 hectopascales, vientos del Nornoroeste de 22 km/h y una humedad del 80 %.
LAS CLAVES DEL CLIMA
Las diversas zonas climáticas de nuestro planeta se conforman en base a distintos factores que varían la condición de los elementos del clima que mencionamos. Aquí veremos de cuales se trata:
• Latitud: en este factor incide la forma de nuestro planeta, que al contar con una mayor extensión en el Ecuador garantiza que el calentamiento en esa franja sea mayor que en las zonas de los trópicos hacia los polos, donde las masas de aire son más frías. • Altitud: es la distancia en sentido vertical hasta un origen determinado, considerando como nivel cero al nivel medio del mar. Su importancia radica en que conforme aumenta o disminuye la altura en el relieve se puede determinar lo que se ha llamado como pisos térmicos, es decir, franjas climáticas que de acuerdo a la altura propician una determinada temperatura. • Relieve: este factor puede verse en la disposición de la cordillera respecto a los rayos solares. Por otro lado, aquellas regiones protegidas de los vientos por el relieve tendrán un clima más árido, mientras que de lo contrario será más húmedo. • Ubicación geográfica: en las regiones próximas al mar las temperaturas extremas suelen moderarse gracias a la incidencia de las brisas marinas y la humedad. Por otro lado, cuanto más nos internamos en el continente nos encontraremos con una mayor amplitud térmica, que es la diferencia entre la temperatura más baja y más alta en una determinada zona. • Corrientes oceánicas: si la corriente es fría da lugar a climas secos y enfría las temperaturas de los lugares ubicados sobre las costas, mientras que si la corriente es cálida el clima será más cálido y lluvioso.
TIPOS DE CLIMAS
Si bien existen distintos tipos de clasificaciones, la más simple y descriptiva es la que corresponde a Arthur Newell Strahler (1918 – 2002), que además resulta lo suficientemente descriptiva como para tener una breve noción biogeográfica de las zonas donde ocurren estos climas.
• Clima ecuatorial: se encuentra situado en torno al paralelo del Ecuador y de ahí su nombre. Se caracteriza por ser cálido, lluvioso y, por lo tanto, húmedo. La temperatura mantiene su uniformidad a lo largo de todo el año con un promedio que suele rondar los 27°. Las precipitaciones pueden llegar a los 2500 mm anuales aunque pueden presentarse estaciones más secas. Un ejemplo de ciudad con este clima es Quito, en Ecuador.
• Clima monzónico: situado entre los 5 y los 25° de latitud norte y sur, se caracteriza por contar con una masa de aire tropical marítimo que es cálida y húmeda. Es un clima muy lluvioso alcanzandolos 2500 mm anuales y oscilando entre los 25 y los 27° centígrados. Además cuenta con una marcada estación seca. Un ejemplo de este clima es Nueva Delhi, en India.
• Clima tropical: está en las regiones entre los 5 y los 20° de latitud norte y sur, aunque en el continente asiático se encuentra entre los 10 y los 30° de latitud norte. Es un clima afectado por masas de aire de origen ecuatorial y tropical. Prima la estación seca. En promedio las temperaturas se encuentran entre los 23 y los 24°, siendo siempre superior a los 18°. Un ejemplo es la ciudad de Yamena, en Chad.
• Clima tropical seco – desértico: situado entre los 15 y los 25° de latitud norte y sur, se trata de regiones donde se originan las masas de aire tropical en el continente, siendo entonces un clima cálido. Pero además resulta seco, con precipitaciones que pueden alcanzar a ser apenas 250 mm anuales. Las temperaturas tienen un promedio entre los 28 y los 30°, con una marcada amplitud de entre 10 y 15° respecto al mes más frío. Un ejemplo es la ciudad de In Salah, en Argelia, ubicada en la región del desierto del Sahara.
• Clima subtropical seco: se sitúa entre los 25 y los 35° de latitud norte y sur. Presenta varias semejanzas con el clima tropical seco, pero el cambio en las latitudes lleva a que sea un clima donde también inciden las masas de aire frío. Esto lleva a que tenga más precipitaciones –aproximadamente los 350 mm- a pesar de tratarse de un clima seco y contar con una amplitud térmica que puede llevar a temperaturas frescas por debajo de los 15°. Un ejemplo es la ciudad de Orán, también en Argelia.
• Clima subtropical húmedo o clima chino: se sitúa en la zona oriental continental, entre los 25 y los 35° de latitud tanto al norte como al sur. Dominan este clima las masas de aire tropical marítimo y las masas de aire polar continental. La temperatura promedio es cálida, con un promedio que se encuentra entre los 15 y los 23°, aunque puede bajar hasta los 0°, en ciertos meses. Las precipitaciones son abundantes, con un promedio que va de los 800 a los 2000 mm anuales. Un ejemplo es la ciudad de Houston, en Estados Unidos.
• Clima mediterráneo: se encuentra situado entre los 30 y los 45° de latitud norte y sur, principalmente al oeste de las masas continentales. Confluyen e inciden en este clima las masas de aire tropical marítimo, las de aire tropical continental y las de aire polar marítimo; aunque las continentales pueden hacer su aparición en invierno modificando sustancialmente el clima. La temperatura es de un promedio entre los 5 y los 18°, con una amplitud térmica moderada. Las precipitaciones son irregulares y se distribuyen a lo largo del año con un promedio que se encuentra entre los 400 y los 1000 mm anuales. Un ejemplo es Sevilla, en España.
• Clima oceánico o clima marítimo de la costa oeste: está situado entre los 35 y los 60° de latitud norte y sur, en la zona occidental de los continentes. Las masas de aire que inciden en este clima son la polar marítima y la tropical marítima; incidiendo de forma determinante la de aire polar continental durante el invierno. Las precipitaciones se encuentran distribuidas de una forma mucho más equitativa que en el clima mediterráneo, sin meses de aridez, con un promedio que se encuentra entre los 800 y los 1500 mm anuales, aunque excepcionalmente puede haber 2000 mm. Aunque es un clima fresco, en promedio resulta agradable con una temperatura de 15°, alcanzando picos que superan los 25° en verano y descienden a unos pocos grados bajo 0° en invierno. Un ejemplo es la ciudad de Mar del Plata, en Argentina.
• Clima seco de las latitudes medias: se encuentra exclusivamente entre los 35 y los 55° de latitud norte, hacia el interior de los continentes. Dominan este clima las masas de aire polar continental y en verano las masas de aire polar marítimo. La amplitud térmica es pronunciada, con un clima invernal que habitualmente se encuentra por debajo de los 0° pero con veranos cálidos que pueden superar los 25°. Se trata de un clima seco debido a que las precipitaciones son escasas, con entre 200 y 500 mm anuales.Un ejemplo es la ciudad de Praga, en República Checa.
• Clima continental húmedo: de este a oeste se encuentra entre los 30 y los 35° de latitud norte, abarcando en el continente europeo desde los 45 a los 55°. Este clima se da por la confluencia de masas de aire polar marítimo, aire polar continental y en el verano el aire tropical marítimo. Se trata de un clima húmedo con un promedio de entre 800 y 1000 mm anuales de precipitaciones y con una amplia oscilación térmica que va de los menos de 10° bajo cero en invierno a los más de 15° en verano. Un ejemplo es la ciudad de San Petersburgo, en Rusia.
• Clima de los bosques boreales: se encuentra ubicado en una región entre los 50 y los 70° de latitud norte. Confluyen en este caso las masas de aire polar continental, las masas de aire polar marítimo y las masas de aire ártico. Las precipitaciones son escasas y se encuentran principalmente en la estación del verano, cuando habitualmente caen en forma de nieve o aguanieve con un promedio entre los 350 y los 500 mm. La amplitud térmica es la más pronunciada de todos los climas, con entre 15 y 20° en verano y temperaturas que pueden descender hasta 10° bajo cero y alcanzar los 30° bajo cero en invierno. La media apenas supera los 0°. Un ejemplo es la ciudad de Verjoyansk, en Rusia, célebre por haber alcanzado los 69,8° bajo cero en 1892.
• Clima de tundra: ubicado en la latitud entre los 60 y los 75° tanto sur como norte. Las masas de aire que predominan en este clima son la polar marítima, la polar continental y la ártica o antártica, que es la que abarca la mayor cantidad del año. Las precipitaciones son escasas y apenas alcanzan los 300 mm anuales. Hay una gran amplitud térmica que va de los 5° en las estaciones más cálidas hasta los 20/25° bajo cero en los meses más fríos. Un ejemplo es la ciudad de Qaanaaq, en Groenlandia.
• Clima del casquete polar: situado entre los 65 y los 90° de latitud tanto sur como norte. Al ser su origen, las masas de aire que dominan este clima son las árticas y antárticas. En esta región apenas hay precipitaciones que caen en forma de nieve. Las temperaturas nunca superan los 0° con temporadas en las que puede llegar a los 60° bajo cero. Estas zonas se encuentran prácticamente deshabitadas, con la excepción de las bases de investigación.
• Clima de montaña: esta denominación es cuestionada, pero hace referencia a la variable climática que se presenta en estos terrenos. Habitualmente las temperaturas descienden a medida que se sube en altitud, al mismo tiempo que aumentan las precipitaciones.
Los ciclos en los ecosistemas son de vital importancia para su funcionamiento, y es que cada ser vivo depende de los nutrientes que éstos le aportan para realizar sus funciones vitales; por lo que una variación en ellos generaría cambios drásticos a corto y largo plazo.
Un ciclo es definido por la Real Academia Española como una “serie de fases por las que pasa un fenómeno periódico”; por lo que al aplicarlo a los ciclos de la naturaleza podemos decir que son eventos o procesos naturales que ocurren continuamente.
Los seres vivos, tanto plantas como animales, están formados por elementos químicos (oxígeno, fósforo, carbono, entre otros) que funcionan como nutrientes esenciales para su funcionamiento normal y además el del ambiente circundante.
Dichos nutrientes se encuentran en las capas de la Tierra (atmósfera, hidrósfera y geósfera) durante un período de tiempo, pero pronto siguen una trayectoria hasta la superficie terrestre (suelo, agua) y a los individuos que en ella se encuentran, para posteriormente regresar a las capas de la Tierra y continuar el ciclo, formando lo que se conoce como ciclos biogeoquímicos.
Ciclos biogeoquímicos
“bio”: organismos vivos.
“geo”: capas de la Tierra (rocas, aire, agua).
“químicos”: elementos químicos.
Si decimos que los nutrientes siguen un ciclo constante en la Tierra, podemos calificarla entonces como un sistema cerrado, en el que los nutrientes están siendo aprovechados primero por los organismos y luego por los ecosistemas o viceversa.
Los ciclos biogeoquímicos de los nutrientes que circulan constantemente en la naturaleza son:
Ciclo del Carbono (C): El carbono es, si se quiere, el elemento principal del esqueleto de las biomoléculas (carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos) que constituyen a los seres vivos; lo encontramos en el aire, en el suelo o disuelto en el agua.
Atmósfera: capa de gas que rodea la Tierra.
Hidrósfera: capas de agua que se encuentran debajo o cubriendo la superficie de la Tierra.
Geósfera: capa de rocas (sólidas o fluidas) que se encuentra en la Tierra.
El dióxido de carbono (CO2) que se encuentra en la atmósfera es utilizado por las plantas para realizar la fotosíntesis. De igual forma, durante la respiración éstas tomarán oxígeno para convertirlo en moléculas de CO2 que serán devueltas a la atmósfera.
La superficie terrestre, específicamente el suelo, presenta grandes cantidades de carbono producto de la descomposición de los desechos orgánicos de plantas y animales (excremento, hojas secas, etc.); de este proceso de descomposición realizado principalmente por bacterias, se produce CO2.
En el subsuelo, por su parte, existen los llamados combustibles fósiles, que no son más que yacimientos de carbón, gas natural y petróleo. Al extraerlos del suelo y realizar la combustión desprenden CO2 como un subproducto.
Las rocas, la acción de las industrias, los vehículos, las erupciones volcánicas y los incendios son fuentes de carbono, que es liberado a la atmósfera para que continúe el ciclo.
Ciclo del Oxígeno (O2): Este ciclo va de la mano del ciclo del carbono, ya que, producto de la fotosíntesis, a pesar de que se invierte CO2, se produce oxígeno que es liberado a la atmósfera. Caso contrario al proceso de respiración, donde se consume oxígeno por los animales y plantas.
¿Sabías qué...?
El dióxido de carbono representa el 0,03% de los compuestos gaseosos que están presentes en la atmósfera.
El oxígeno es indispensable para los seres vivos, debido a ello lo podemos encontrar como parte de las siguientes moléculas:
Ciclo del agua o ciclo hidrológico: El 71 % de la superficie terrestre y el 65-75 % del peso corporal del hombre está formado por agua, por lo que la circulación de esta molécula es de gran importancia en los ecosistemas.
En la Tierra la podemos encontrar en forma líquida, sólida (glaciares, iceberg) o en forma de vapor, dependiendo de la fase del ciclo en la que se encuentre.
En la atmósfera el agua se encuentra en forma de vapor (gas) proveniente de la transpiración de las plantas, animales y de la evaporación de esta en los océanos. Cuando desciende la temperatura, este vapor de agua se condensa y se forman las nubes, las cuales llegado el momento precipitan a la superficie terrestre (ríos, lagos, mares, suelo) en forma de granizo, nieve o lluvia.
En este punto el agua presente en la superficie se infiltra en el subsuelo, originando depósitos de aguas subterráneas, también puede evaporarse por el calor generado por acción del sol a medida que sigue su trayectoria hacia los océanos.
Ciclo del Nitrógeno (N): El nitrógeno es uno de los componentes principales de los aminoácidos, constituyentes de las proteínas de todos los seres vivientes; aunque este elemento se encuentra en gran abundancia en la atmósfera no es tan sencillo de aprovechar por los organismos vivos, debido a su carácter inerte (no es químicamente reactivo puesto que posee sus capas de valencia saturadas).
Sin embargo, para poder emplearlo, la naturaleza ha evolucionado de tal forma que el nitrógeno atmosférico debe fijarse en el suelo con otros elementos, ya sea por acción de un grupo de bacterias especializadas (de vida libre o asociadas a raíces de las plantas) o en menor medida por acción de los relámpagos.
Para esto las bacterias presentes en el suelo convierten parte del nitrógeno que se encuentra en los desechos de los animales y plantas (excremento, hojas secas, etc.) en proteínas, y los restos de nitrógeno lo liberan al suelo en forma de amoniaco (NH3) o amonio (NH4+), proceso conocido como amonificación; o como nitrato (NO3–) , generando la nitrificación.
En dicho caso, el nitrato es absorbido por las plantas para formar las proteínas que servirán de alimento a los animales. Posteriormente este nitrógeno regresa al suelo a través de los desechos de los animales o al morir éstos, y vuelven a la atmósfera producto de la desnitrificación, proceso en el que las bacterias transforman el nitrato en nitrógeno gaseoso.
Ciclo del Fósforo (P): El fósforo a diferencia de los elementos químicos anteriores, no se encuentra en la atmósfera sino más bien en el suelo, específicamente en las rocas o sedimentos en forma de fosfato inorgánico (Pi). Allí, como producto de la erosión por el agua, es liberado y tomado por los productores primarios (plantas, bacterias) para formar biomoléculas, las cuales servirán de alimento para organismos superiores, que podrán incorporar de esta forma el fósforo a su sistema, el cual posteriormente regresará al suelo cuando estos organismos mueran.
Sedimento: partículas de rocas o suelo que son arrastrados por el agua y que tienden a depositarse en ríos, lagos, mares, océanos.
En la naturaleza, los nutrientes nunca se encuentran distribuidos de forma homogénea ni se encuentran presentes en la misma forma química en todo el ecosistema; he aquí donde radica la importancia de los ciclos para el ecosistema y para los seres vivos que lo componen.
Actualmente los avances en las actividades humanas han generado desequilibrios en la proporción de estos elementos y sus diferentes formas químicas presentes en los ecosistemas, trayendo como consecuencia el calentamiento global, que no es más que el aumento de la temperatura de la Tierra.
¿Sabías qué...?
La mayor cantidad de agua en la Tierra se encuentra en los mares y océanos (95 %).
Las actividades humanas que contribuyen con el desequilibrio en la dinámica de los ciclos biogeoquímicos son: la deforestación, algunas actividades agrícolas (principalmente por el uso de fertilizantes), emanación de gases por las industrias y los automóviles, vertidos de aguas contaminadas (sin tratamiento) a los ecosistemas acuáticos, entre otras.
Estas actividades no sólo causan variaciones en los ciclos, sino también en los organismos (plantas, animales, bacterias) que los necesitan para realizar sus funciones vitales.