El planeta Tierra es un sistema a gran escala, complejo y dinámico en el que se producen muchos fenómenos naturales. Está compuesto por 4 subsistemas: atmósfera, litósfera, hidrósfera y la biósfera. Todos ellos se encuentran relativamente equilibrados y relacionados entre sí.
Atmósfera
Litósfera
Hidrósfera
Definición
Es la capa gaseosa que rodea al planeta, se extiende desde el océano y la corteza terrestre hasta el espacio exterior, cubre a todo el planeta.
Es la capa rígida de la Tierra, se extiende hasta una profundidad de aproximadamente 100 km.
Capa discontinua de agua que se encuentra en contacto con la superficie terrestre, incluye tanto aguas superficiales, como aguas profundas y congeladas, las lluvias y las nubes.
Tipo de capa
Gaseosa.
Sólida.
Líquida, solida o gaseosa.
Composición
21 % de oxígeno.
78 % de nitrógeno.
1 % de otros gases.
Corteza: rocas basálticas y de granito.
Manto: silicatos de magnesio, hierro, calcio y de aluminio.
Núcleo: hierro metálico fundido.
Hidrógeno, oxígeno, sodio, cloro, calcio y otros 77 elementos.
Divisiones
Tropósfera
Estratósfera
Mesósfera
Termósfera
Exósfera
Corteza
Manto
Núcleo
Agua dulce (lagos, lagunas, ríos y quebradas).
Agua salada (mares y océanos).
Origen
Se formó por los gases que se desprendían de la corteza terrestre. Esta atmósfera estaba cargada de mucho vapor de agua, dióxido de carbono y nitrógeno.
Se formó al enfriarse el material incandescente que conformaba la Tierra primitiva.
El vapor de agua en la atmósfera de la Tierra primitiva se condensó y luego precipitó, lo que dio paso a los océanos y los mares.
Funciones
Proteger a los seres vivos de los rayos solares.
Permite conservar la temperatura de la Tierra por acción del efecto invernadero.
Permite la acumulación de gases necesarios para que se den ciertos procesos vitales.
Distribuye el calor por toda la superficie del planeta.
Permite el desarrollo de muchos seres vivos.
Se llevan a cabo distintos procesos geológicos, como la formación de montañas y valles.
Su elevación permite que el agua fluya de los continentes hacia los mares y océanos.
Regula la temperatura de la Tierra.
Es fundamental para que se desarrolle la vida.
Funciona como ecosistema para muchas plantas y animales.
Muchas reacciones químicas importantes son llevadas a cabo gracias al agua.
Los ciclos en los ecosistemas son de vital importancia para su funcionamiento, y es que cada ser vivo depende de los nutrientes que éstos le aportan para realizar sus funciones vitales; por lo que una variación en ellos generaría cambios drásticos a corto y largo plazo.
Un ciclo es definido por la Real Academia Española como una “serie de fases por las que pasa un fenómeno periódico”; por lo que al aplicarlo a los ciclos de la naturaleza podemos decir que son eventos o procesos naturales que ocurren continuamente.
Los seres vivos, tanto plantas como animales, están formados por elementos químicos (oxígeno, fósforo, carbono, entre otros) que funcionan como nutrientes esenciales para su funcionamiento normal y además el del ambiente circundante.
Dichos nutrientes se encuentran en las capas de la Tierra (atmósfera, hidrósfera y geósfera) durante un período de tiempo, pero pronto siguen una trayectoria hasta la superficie terrestre (suelo, agua) y a los individuos que en ella se encuentran, para posteriormente regresar a las capas de la Tierra y continuar el ciclo, formando lo que se conoce como ciclos biogeoquímicos.
Ciclos biogeoquímicos
“bio”: organismos vivos.
“geo”: capas de la Tierra (rocas, aire, agua).
“químicos”: elementos químicos.
Si decimos que los nutrientes siguen un ciclo constante en la Tierra, podemos calificarla entonces como un sistema cerrado, en el que los nutrientes están siendo aprovechados primero por los organismos y luego por los ecosistemas o viceversa.
Los ciclos biogeoquímicos de los nutrientes que circulan constantemente en la naturaleza son:
Ciclo del Carbono (C): El carbono es, si se quiere, el elemento principal del esqueleto de las biomoléculas (carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos) que constituyen a los seres vivos; lo encontramos en el aire, en el suelo o disuelto en el agua.
Atmósfera: capa de gas que rodea la Tierra.
Hidrósfera: capas de agua que se encuentran debajo o cubriendo la superficie de la Tierra.
Geósfera: capa de rocas (sólidas o fluidas) que se encuentra en la Tierra.
El dióxido de carbono (CO2) que se encuentra en la atmósfera es utilizado por las plantas para realizar la fotosíntesis. De igual forma, durante la respiración éstas tomarán oxígeno para convertirlo en moléculas de CO2 que serán devueltas a la atmósfera.
La superficie terrestre, específicamente el suelo, presenta grandes cantidades de carbono producto de la descomposición de los desechos orgánicos de plantas y animales (excremento, hojas secas, etc.); de este proceso de descomposición realizado principalmente por bacterias, se produce CO2.
En el subsuelo, por su parte, existen los llamados combustibles fósiles, que no son más que yacimientos de carbón, gas natural y petróleo. Al extraerlos del suelo y realizar la combustión desprenden CO2 como un subproducto.
Las rocas, la acción de las industrias, los vehículos, las erupciones volcánicas y los incendios son fuentes de carbono, que es liberado a la atmósfera para que continúe el ciclo.
Ciclo del Oxígeno (O2): Este ciclo va de la mano del ciclo del carbono, ya que, producto de la fotosíntesis, a pesar de que se invierte CO2, se produce oxígeno que es liberado a la atmósfera. Caso contrario al proceso de respiración, donde se consume oxígeno por los animales y plantas.
¿Sabías qué...?
El dióxido de carbono representa el 0,03% de los compuestos gaseosos que están presentes en la atmósfera.
El oxígeno es indispensable para los seres vivos, debido a ello lo podemos encontrar como parte de las siguientes moléculas:
Ciclo del agua o ciclo hidrológico: El 71 % de la superficie terrestre y el 65-75 % del peso corporal del hombre está formado por agua, por lo que la circulación de esta molécula es de gran importancia en los ecosistemas.
En la Tierra la podemos encontrar en forma líquida, sólida (glaciares, iceberg) o en forma de vapor, dependiendo de la fase del ciclo en la que se encuentre.
En la atmósfera el agua se encuentra en forma de vapor (gas) proveniente de la transpiración de las plantas, animales y de la evaporación de esta en los océanos. Cuando desciende la temperatura, este vapor de agua se condensa y se forman las nubes, las cuales llegado el momento precipitan a la superficie terrestre (ríos, lagos, mares, suelo) en forma de granizo, nieve o lluvia.
En este punto el agua presente en la superficie se infiltra en el subsuelo, originando depósitos de aguas subterráneas, también puede evaporarse por el calor generado por acción del sol a medida que sigue su trayectoria hacia los océanos.
Ciclo del Nitrógeno (N): El nitrógeno es uno de los componentes principales de los aminoácidos, constituyentes de las proteínas de todos los seres vivientes; aunque este elemento se encuentra en gran abundancia en la atmósfera no es tan sencillo de aprovechar por los organismos vivos, debido a su carácter inerte (no es químicamente reactivo puesto que posee sus capas de valencia saturadas).
Sin embargo, para poder emplearlo, la naturaleza ha evolucionado de tal forma que el nitrógeno atmosférico debe fijarse en el suelo con otros elementos, ya sea por acción de un grupo de bacterias especializadas (de vida libre o asociadas a raíces de las plantas) o en menor medida por acción de los relámpagos.
Para esto las bacterias presentes en el suelo convierten parte del nitrógeno que se encuentra en los desechos de los animales y plantas (excremento, hojas secas, etc.) en proteínas, y los restos de nitrógeno lo liberan al suelo en forma de amoniaco (NH3) o amonio (NH4+), proceso conocido como amonificación; o como nitrato (NO3–) , generando la nitrificación.
En dicho caso, el nitrato es absorbido por las plantas para formar las proteínas que servirán de alimento a los animales. Posteriormente este nitrógeno regresa al suelo a través de los desechos de los animales o al morir éstos, y vuelven a la atmósfera producto de la desnitrificación, proceso en el que las bacterias transforman el nitrato en nitrógeno gaseoso.
Ciclo del Fósforo (P): El fósforo a diferencia de los elementos químicos anteriores, no se encuentra en la atmósfera sino más bien en el suelo, específicamente en las rocas o sedimentos en forma de fosfato inorgánico (Pi). Allí, como producto de la erosión por el agua, es liberado y tomado por los productores primarios (plantas, bacterias) para formar biomoléculas, las cuales servirán de alimento para organismos superiores, que podrán incorporar de esta forma el fósforo a su sistema, el cual posteriormente regresará al suelo cuando estos organismos mueran.
Sedimento: partículas de rocas o suelo que son arrastrados por el agua y que tienden a depositarse en ríos, lagos, mares, océanos.
En la naturaleza, los nutrientes nunca se encuentran distribuidos de forma homogénea ni se encuentran presentes en la misma forma química en todo el ecosistema; he aquí donde radica la importancia de los ciclos para el ecosistema y para los seres vivos que lo componen.
Actualmente los avances en las actividades humanas han generado desequilibrios en la proporción de estos elementos y sus diferentes formas químicas presentes en los ecosistemas, trayendo como consecuencia el calentamiento global, que no es más que el aumento de la temperatura de la Tierra.
¿Sabías qué...?
La mayor cantidad de agua en la Tierra se encuentra en los mares y océanos (95 %).
Las actividades humanas que contribuyen con el desequilibrio en la dinámica de los ciclos biogeoquímicos son: la deforestación, algunas actividades agrícolas (principalmente por el uso de fertilizantes), emanación de gases por las industrias y los automóviles, vertidos de aguas contaminadas (sin tratamiento) a los ecosistemas acuáticos, entre otras.
Estas actividades no sólo causan variaciones en los ciclos, sino también en los organismos (plantas, animales, bacterias) que los necesitan para realizar sus funciones vitales.