Prevención terciaria
La prevención terciaria tiene como objetivo reducir el impacto de enfermedades con efectos a largo plazo. De este modo, se ayuda a las personas a manejar sus problemas de salud y lesiones para mejorar, en lo posible, su calidad de vida y su esperanza de vida.
Fisioterapia
Hacia 1958, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refirió a la fisioterapia como “el arte y la ciencia del tratamiento por medio del ejercicio terapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad”. Además, el organismo establece que la fisioterapia “incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el valor de la afectación, la fuerza muscular, las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular y las medidas de la capacidad vital, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución”.
Es una ciencia y técnica que utiliza tanto agentes físicos como naturales para curar, prevenir o tratar diferentes enfermedades. Para lograr el objetivo se practican pruebas eléctricas y manuales que determinan el alcance de la lesión y la fuerza muscular, pruebas que determinan las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución. También se sirve de ejercicios terapéuticos, como masoterapia, hidroterapia, mecanoterapia, ultrasonoterapia o electroterapia que permiten prevenir una enfermedad.
Actividad física
Se considera actividad física a cualquier movimiento corporal que implique como resultado un gasto de energía mayor a la tasa de metabolismo basal. Ahora bien, muchas veces se utiliza este concepto como sinónimo de ejercicio físico, que es una forma de actividad física planificada y repetitiva con la finalidad de mejorar o mantener uno o varios aspectos de la condición física. Por ello, suele decirse que la actividad física es “cualquier actividad que involucre movimientos significativos del cuerpo o de los miembros”, y también “todos los movimientos de la vida diaria, incluyendo el trabajo, la recreación, el ejercicio, y actividades deportivas”.
Efectos de la actividad física
Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos:
- Reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebro-vascular, diabetes, cáncer de mama, de colon y depresión.
- Mejora la salud ósea y funcional.
- Es un determinante clave del gasto energético, fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.
Recomendaciones sobre la actividad física
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente ha elaborado un estudio denominado Recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud con el objetivo general de proporcionar orientación sobre la frecuencia, duración, intensidad, tipo y cantidad total de actividad física, y prevención de las enfermedades no transmisibles. Así, las recomendaciones que figuran en ese documento distinguen tres grupos de edad:
- Niños y jóvenes (5 a 17 años): para quienes integran este grupo, la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones cardio-respiratorias, las musculares y la salud ósea, además de reducir el riesgo de enfermedades, se recomienda que:
- Inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa.
- La actividad física superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud.
- La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen los músculos y huesos.
- Adultos (18 a 64 años): consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. En ellos se recomienda que:
- Dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana. Lo ideal sería una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
- La actividad aeróbica debe practicarse en sesiones de 10 minutos de duración, como mínimo.
- Es necesario, a fin de obtener mayores beneficios para la salud, aumentar hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 minutos semanales de actividad física intensa aeróbica, aunque también es recomendable una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
- Dos o más veces por semana se deberían realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.
- Adultos mayores (de 65 años en adelante): la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, caminatas o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. Por ello, se recomienda que:
- Dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
- La actividad se debe practicar en sesiones de 10 minutos, como mínimo.
- Con el fin de obtener mayores beneficios para la salud, deberían dedicarse hasta 300 minutos semanales a la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien 150 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
- Aquellos que se encuentran con movilidad reducida deberían realizar actividades físicas tres días o más a la semana para mejorar su equilibrio e impedir las caídas.
- Realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de músculos dos o más días a la semana.
- Aquellos que no puedan realizar la actividad física recomendada debido a su estado de salud, deben mantenerse físicamente activos en la medida en que se lo permita su estado.
Beneficios de la actividad física
La actividad física es muy importante para la salud. En este sentido, la práctica sistemática y de forma regular tiene un gran valor para la prevención de enfermedades y para rehabilitarse en casos de problemas de salud. Estos son los importantes beneficios de realizar actividades físicas:
- A nivel cardiovascular:
- Mejora el rendimiento del corazón y reduce las necesidades energéticas para un determinado grado de esfuerzo. Además, la frecuencia cardíaca y la presión arterial experimentan un incremento más suave.
- Aumenta la frecuencia cardíaca sobre aquellos valores normales en condiciones de sedentarismo.
- Reduce la frecuencia cardíaca de reposo en relación con la población sedentaria.
- Contribuye al control de la presión arterial en reposo y durante el esfuerzo en individuos con hipertensión.
- Aumenta el número y la densidad de los capilares sanguíneos.
- Favorece la circulación y reduce el riesgo de desarrollar várices y trombosis.
- Favorece una mayor irrigación del miocardio.
- A nivel respiratorio:
- Aumenta la capacidad de ventilación y reduce la frecuencia respiratoria en cada esfuerzo físico realizado.
- Aumenta el tono de los músculos respiratorios y les confiere más resistencia a la fatiga.
- A nivel metabólico:
- Aumenta la capacidad aeróbica y la potencia de los sistemas de oxidación de las células musculares, especialmente de aquellas de contracción lenta.
- Reduce la producción de ácido láctico durante la realización de un ejercicio físico.
- Potencia la utilización de ácidos grasos como sustrato energético y permite estabilizar el glucógeno contenido en los músculos que abastecen de energía el proceso de contracción muscular.
- Incrementa la actividad metabólica general tanto durante la realización del esfuerzo físico como durante las horas y días posteriores.
- Aumenta la tolerancia a la glucosa. Además, mejora la sensibilidad de los receptores insulínicos de los músculos y los tejidos grasos, lo que favorece una mejor y más rápida utilización de glucosa.
- Reduce los niveles de triglicéridos y, en menor grado, del colesterol ligado a las lipoproteínas de baja y de muy baja densidad.
- Contribuye a controlar el peso, evita el exceso de la reserva adiposa y favorece a la distribución o ubicación de grasa corporal.
- A nivel osteoarticular:
- Mejora la estructura y las funciones de los ligamentos, los tendones y las articulaciones.
- Aumenta la actividad de los procesos implicados en el cuidado de los huesos y reduce el ritmo de desgaste óseo asociado con el paso de los años y con ciertos cambios hormonales.
- Incrementa el contenido mineral de los huesos, por lo que disminuye la velocidad de pérdida de densidad ósea.
- A nivel mental:
- Aumenta la sensación de bienestar.
- Reduce la tensión y el estrés emocional.
- Disminuye la ansiedad.
- Mejora las funciones intelectuales de las personas sedentarias de mediana edad.
- Se lo utiliza como soporte en programas de desintoxicación de la drogodependencia y el alcoholismo.