Sistema reproductor masculino y sistema reproductor femenino

La reproducción es un proceso biológico que permite la formación de nuevos seres vivos, puede ser de tipo sexual o asexual. En el caso del ser humano, es de tipo sexual y existe dimorfismo, es decir, el aparato reproductor femenino es diferente al masculino. 

Sistema reproductor masculino Sistema reproductor femenino
Órganos sexuales Testículos, vesícula seminal, próstata, glándula bulbouretral, epidídimo y pene.  Ovarios, trompa de Falopio, útero, vagina y clítoris.
Órganos y estructuras externas Testículo, epidídimo, escroto y pene.  Vulva, labios genitales, clítoris y el meato de la uretra.
Órganos internos  Próstata, vesícula seminal y glándula bulbouretral.  Ovarios, trompas de Falopio, útero y vagina.
Ubicación Pelvis. Pelvis.
Gametos  Espermatozoides. Óvulos.
¿Qué órgano produce los gametos? Testículos. Ovarios.
Función
  • Producir gametos.
  • Segregar hormonas.
  • Producir gametos.
  • Alojar y dar nutrientes al embrión, luego de la fecundación.
  • Segregar hormonas.
Hormona  Testosterona. Estrogeno y progesterona.
Anatomía 

 

Células madre

El cuerpo humano tiene más de 200 tipos de células y las células madre se destacan. Las habilidades regenerativas únicas de estas células permiten que sean usadas en diversos tratamientos y se estudia la posibilidad de emplearlas en la cura de enfermedades degenerativas.

Cada tipo de célula tiene su propio tamaño y estructura apropiada para su trabajo. Las células de la piel, por ejemplo, son pequeñas y compactas, mientras que las células nerviosas que permiten mover los dedos de los pies tienen fibras nerviosas largas y ramificadas llamadas axones, que conducen impulsos eléctricos.

Las células con funcionalidad similar forman los tejidos y los tejidos se organizan para formar órganos.

Cada célula tiene una función particular dentro del tejido en el que se encuentra, y todas las células trabajan juntas para asegurarse de que cada tejido y órgano funcionen correctamente.

¿Qué son las células madre?

Son células que tienen el potencial de convertirse en otro tipo de célula del cuerpo.

Las células madre tienen el notable potencial de desarrollar tipos diferentes de células en el cuerpo durante la vida temprana y el crecimiento. Además, en muchos tejidos sirven como una especie de sistema de reparación interno que se divide sin límite para reponer otras células mientras el ser viva.

¿Sabías qué...?
Las células madre cambian a medida que envejecemos, por ejemplo, las de nuestra piel a la edad de 20 años no serán exactamente las mismas que a los 80 años.

Comúnmente provienen de dos fuentes principales:

  • Los embriones formados durante la fase de blastocisto del desarrollo embrionario, también llamadas células madre embrionarias.
  • Tejido adulto, conocidas como células madre adultas.

Cuando una célula madre se divide, cada nueva célula tiene el potencial de permanecer como una célula madre o convertirse en otro tipo con una función más especializada, como por ejemplo, un glóbulo rojo, una célula muscular o una cerebral.

 

En los seres humanos hay muchos tipos de células madre que vienen de diferentes lugares del cuerpo o se forman en diferentes momentos de nuestras vidas.

Tipos de células madre según su fuente

Células madre embrionarias

Se derivan de un embrión humano de cuatro o cinco días de edad que se encuentra en la fase de desarrollo del blastocisto; este presenta una masa celular interna y una masa celular externa, la externa se convierte en parte de la placenta y la interna es el grupo de células que se diferenciarán para convertirse en todas las estructuras de un organismo adulto.

Las células madre embrionarias son pluripotentes, lo que significa que pueden dar lugar a cualquier tipo de células en el cuerpo completamente formado, menos la placenta y el cordón umbilical. Estas células son increíblemente valiosas, ya que proporcionan un recurso para estudiar el desarrollo normal, las enfermedades, la prueba de drogas y otras terapias.

Un avance inesperado

Uno de los avances imprevistos de la década pasada fue el descubrimiento de células madre pluripotentes inducidas (iPS). Se trata de células madre adultas que han sido tratadas o inducidas para regresar a un estado embrionario o pluripotente. Mediante esta creación existe mayor posibilidad de tratar con éxito enfermedades degenerativas.

Las células madre embrionarias humanas se han derivado principalmente de blastocistos creados por fertilización in vitro (FIV).

Células madre adultas

Las células madre específicas de tejidos, también denominadas células madre adultas o somáticas, son más especializadas que las embrionarias. Típicamente, estas pueden generar diferentes tipos de células para el tejido u órgano específico en el que viven.

Estas células madre se han encontrado en tejidos como el cerebro, la médula ósea, la sangre, los vasos sanguíneos, los músculos esqueléticos, la piel y el hígado.

Estas células permanecen en un estado de reposo o de no división durante años hasta que se activan por enfermedad o lesión en los tejidos y pueden dividirse o autorenovarse indefinidamente, lo que les permite generar un rango de tipos de células del órgano de origen o incluso regenerar todo el órgano original.

En general se piensa que tienen limitada su capacidad de diferenciarse en función de su tejido de origen, pero hay algunas pruebas que sugieren que pueden diferenciarse para convertirse en otros tipos de células.

Tipos de las células madre según su potencial

Las células madre se clasifican por su potencial para diferenciarse en otros tipos de células. La clasificación completa incluye:

  • Totipotentes: poseen la capacidad de diferenciarse en todos los posibles tipos de células.
  • Pluripotentes: tienen la capacidad de diferenciarse en casi todos los tipos de células.
  • Multipotentes: adquieren la capacidad de diferenciarse en una familia de células estrechamente relacionada.
  • Oligopotentes: capaces de diferenciarse en algunas células.
  • Unipotentes: tienen la capacidad de producir solo células de su propio tipo, pero tienen la propiedad de autorenovación necesaria para ser etiquetadas como una célula madre.

Un ejemplo de célula madre totipotente lo constituye el cigoto, es decir, la estructura que se forma cuando un espermatozoide fecunda el óvulo.

Regeneración de órganos y tejidos

La regeneración del tejido es probablemente la aplicación más importante de la investigación con células madre. Actualmente, los órganos deben ser donados y trasplantados, pero la demanda de órganos excede con creces la oferta. Las células madre podrían ser utilizadas potencialmente para cultivar un tipo particular de tejido u órgano.

Las células madre que se encuentran justo debajo de la piel se han utilizado para diseñar nuevos tejidos que pueden ser injertados en las víctimas de quemaduras.

 

La fecundación en los animales

Cada animal utiliza distintos tipos de fecundación. La fecundación puede ser externa o interna, dentro del óvulo de la hembra o fuera. Uno de los aspectos que más determina el tipo de fecundación de cada animal es su propio hábitat.

En la mayoría de los animales que viven en el agua, la unión del espermatozoide con el óvulo se realiza en el agua, fuera del cuerpo de la hembra. Este tipo de fecundación recibe el nombre de fecundación externa.

Un ejemplo bien conocido es el de los peces gregarios, como las sardinas. Cuando llega la época de la reproducción, las hembras desovan millones de huevos que quedan flotando en el agua. Los machos sueltan entonces su esperma y se produce la fecundación.

Debido a que la mayoría de los animales pueden moverse, cuando los machos y las hembras han de llevar a cabo la fecundación se aproximan, con el fin de que ésta se realice más fácilmente. Pero, a pesar de ello, muchas células sexuales se pierden en el agua.

Este inconveniente no ocurre en los animales cuyo sistema reproductor se basa en la fecundación interna, en la que los espermatozoides se unen con los óvulos dentro del sistema reproductor de la hembra. En los animales que poseen este tipo de fecundación, los individuos que se aparean entran en contacto físico, y el macho posee órganos especiales que expulsan directamente los espermatozoides dentro del sistema reproductor de la hembra.

En animales terrestres como los mamíferos, las aves, los insectos y los reptiles la fecundación es interna. Los peces cartilaginosos, como por ejemplo los tiburones, también tienen este tipo de fecundación.

 

Todos los animales terrestres poseen fecundación interna.

La fecundación interna surgió como necesidad imperiosa al conquistar los animales el medio terrestre, pues las condiciones aquí impiden el traslado del espermatozoide hasta el óvulo fuera del cuerpo. Además, resultó ser un método muy beneficioso que permitía reducir el número de óvulos necesarios, ahorrando de este modo el animal una gran energía que podía emplear en otras funciones.

Oviparismo y viviparismo

Así como la fecundación puede realizarse dentro o fuera de la hembra, el óvulo fecundado puede desarrollarse también dentro o fuera de la misma.

En los animales de fecundación externa, el cigoto se desarrolla en el exterior del cuerpo de la madre y en muchos animales de fecundación interna el cigoto se desprende de la madre poco después de ser fecundado, de modo que el desarrollo tiene lugar asimismo en el exterior, ya sea en el suelo o en el agua. Este es el caso de los insectos, los reptiles y las aves.

Todos los animales en los que el desarrollo del cigoto se realiza fuera del cuerpo de la madre, tanto si su fecundación es externa como si es interna, se llaman ovíparos (que literalmente significa “que paren huevos”). En estos animales, el cigoto suele rodearse de una o varias envolturas que lo protegen; el conjunto formado por el cigoto y tales envolturas se denomina huevo.

 

El ornitorrinco es un ejemplo de un animal ovíparo.

En los mamíferos y en algunos otros animales basados en el sistema de fecundación interna, el embrión se desarrolla dentro del cuerpo de la madre. Estos animales son denominados vivíparos, porque paren crías que nacen “vivas”. Los embriones de los animales vivíparos están mucho más protegidos que los de los ovíparos, y además el cuerpo de la madre les proporciona las sustancias nutritivas que necesitan para desarrollarse antes de nacer.

 

La gacela es un animal vivíparo.

El organismo materno durante el embarazo

Durante la gestación, el organismo materno experimenta una serie de modificaciones y trastornos. Dichos cambios son provocados, básicamente, por dos circunstancias que explicaremos a continuación.

En primer lugar, los cambios se producen por el aumento de la secreción de estrógenos y progesterona, unas hormonas que fabrican los ovarios y la placenta, y que tienen la misión de adaptar el organismo a la gestación y prepararlo para la lactancia, pero que producen, asimismo, una serie de alteraciones en diversos aparatos y sistemas. La otra circunstancia que provoca estos cambios y trastornos es el propio crecimiento del feto dentro del útero.

Una de las modificaciones más evidentes que se producen durante la gestación es el aumento de peso. El resto de las modificaciones podrían muy bien clasificarse como trastornos, ya que ocasionan molestias objetivas o subjetivas a la embarazada.

 

Durante el embarazo la mujer experimenta un aumento de peso considerable.

 

Entre los trastornos digestivos cabe destacar las náuseas, vómitos, exceso de salivación, estreñimiento, flatulencia y rechazo a ciertos gustos y olores. Entre los trastornos cardiovasculares, son frecuentes los edemas o hinchazones de miembros inferiores, las varices o dilataciones de las venas de los miembros inferiores, y las hemorroides o varices de las venas situadas alrededor del ano.

 

El embarazo suele provocar un aumento del apetito en la mujer.

Las alteraciones cutáneas más características son la aparición de manchas oscuras en la piel de la cara y un exceso de pigmentación alrededor de los pezones, en la línea media del abdomen, en la vulva, en el ano y en las cicatrices. En las mamas, a parte de su aumento de volumen y sensación de peso y tirantez, pueden producirse emanaciones espontáneas de leche a través de los pezones, aumento de la sensibilidad e, incluso, dolor, y formación de estrías. Otros trastornos frecuentes son anemia, cansancio, necesidad de orinar con excesiva frecuencia y dolor en la parte baja de la espalda.