Programar no es sólo para los programadores

Saber programar, hoy en día, es como saber leer y escribir. ¿Te parece muy difícil? Vas a ver que no.

Por Educ.ar

Seguramente, usás mucho la computadora y los programas que vienen cargados o que le cargaste vos. Ahora, el desafío es dar un paso más: que puedas programar para producir cosas nuevas tales como historias interactivas, juegos, animaciones y simulaciones.

Quizá pienses que programar es muy difícil, y que es algo para pocos que saben mucho. Pero, en verdad, es tan sencillo como aprender a «decirle» a la computadora qué querés que haga. Es enseñarle a hacer algo y después pedirle que lo realice. Una vez que lo sepas, vas a poder poner en práctica tus ideas, convertirlas en realidad y compartirlas.

Si sabés programar, la computadora te abre la puerta a un mundo sin límites y lleno de posibilidades para expresarte y crear.

Atención: no quiere decir que todos tengamos que ser programadores, sino que tener algunos conocimientos pueden resultar muy importantes para cualquier área o carrera en la que elijas especializarte en el futuro.

¿Qué aprendemos cuando programamos?

Los expertos cuentan que aprender a programar es algo muy parecido a aprender un idioma nuevo. Por ejemplo, para que una persona maneje bien el español, tiene que aprender no solo a leer, sino también a escribir. De la misma manera, para manejar la tecnología, hay que aprender a «escribir» en su lenguaje y crear con ella.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?id=120954&referente=estudiantes

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Pedaleando en red

En esta nota, te presentamos algunas ideas para pensar y descubrir todas las formas en que la bicicleta e internet pueden relacionarse, ¿te parece raro? Si tu respuesta es sí, entonces… ¡te vas a sorprender mucho!

Por Sebastián Friedman

Podemos pensar que la bicicleta nos hace libres, porque cuando pedaleamos vamos a nuestro propio ritmo y tenemos tiempo para disfrutar el camino, elegir el recorrido y cambiarlo todos los días para no aburrirnos. Con la bici, podés parar, dar vueltas, seguir y todo esto sin contaminar. También, ejercitás tu cuerpo y hacés muy poco ruido.

Para empezar, si querés tunear tu bicicleta sin gastar mucha plata, te contamos que hay un montón de sitios con ideas piolas para que hagas accesorios usando objetos que en general van a parar al tacho de basura y otros materiales de bajo costo. Por ejemplo, en la foto de abajo, vemos el canasto bidón ideado por Dina Stasta para su proyecto 2.° Ciclo Producción Sustentable. El canasto fue realizado con un típico bidón de lavandina de 10 litros y los cierres y las tiras fueron recuperadas de una mochila vieja.

Está bueno que sepas que hay muchísismos materiales para usar como accesorios de la bici. Otro ejemplo es el caso de las bambucicletas, que se fabrican en Rosario, provincia de Santa Fe, y que están hechas con caña de bambú. Si vivís cerca de una zona donde tenés acceso a la caña de bambú, podés empezar con esta sencilla idea para reemplazar el manubrio de tu bici por esta flexible y liviana opción, mirá la foto.

Además de muchas ideas para tunearla, hay muchas otras formas de conexión entre la bici y la web. En el barrio de Villa Urquiza, en la ciudad de Buenos Aires, funciona La Fabricicleta, un espacio recuperado por los vecinos, donde se organizan salidas, encuentros y talleres para aprender a arreglar tu bici. Entre todas las movidas que proponen, hicieron una guía para armar un taller popular de bicicletas en tu barrio. Imaginate qué genial sería organizar un taller de bicis en cada barrio, por todo el país, en donde cualquier persona pueda ir gratuitamente a aprender y compartir experiencias y conocimientos sobre el universo de la bicicleta. Así que, si te das maña con las herramientas y te animás, podés juntarte con otros, arrancar uno en tu lugar y contarnos cómo te está yendo.

Andar en bicicleta es también una forma de pensar y circular por la ciudad, así lo pensó, allá por el año 1992 en la ciudad de San Francisco en Estados Unidos, un grupo de ciclistas que se reunieron para protestar por los problemas del tránsito. El encuentro se llamó Masa Crítica y fue una experiencia tan poderosa que decidieron repetirla una vez al mes, en el mismo lugar y a la misma hora. Con el tiempo, la movida creció y se multiplicó en distintos lugares del mundo gracias a las redes sociales. El nombre, Masa Crítica, representa la idea del poder que se puede generar cuando las personas se juntan con una idea en común. Date una vuelta y chusmeá un poco su blog (Masa Crítica versión Buenos Aires), vas a encontrar muchas fotos y videos muy divertidos.

Así que si no hay Masa Crítica en tu lugar, y te parece una buena idea, ¡podés empezar una!

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes%20&id=%20121139&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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Compartir

Hoy en día, compartir es una acción que tiene nuevos significados gracias al desarrollo de la tecnología. ¿Cómo compartís tus archivos? ¿Qué sitios usás? Acá te dejamos algunos datos que pueden servirte.

Por Giulia Santantonio

Viste un video que te gustó, escuchaste una canción de la que hablaron con tus amigos o leíste que salió una nueva peli, y lo publicás en tu muro de Facebook para compartirlo con tu entorno, es decir, con gente con la que tenés intereses en común. Seguro que, de la misma manera, estas personas también comparten información que a vos te gusta o te parece interesante. ¡De eso se trata compartir y hay un montón de maneras de hacerlo!

Compartir también es muy útil a la hora de hacer trabajos o producciones en grupo. Por ejemplo, si tenés que hacer un trabajo grupal en la compu y cada uno tiene que hacer una parte, van a tener que compartirlo de alguna manera para después juntarlo, imprimirlo y entregárselo a la profe, ¿no es cierto?

Antes, cuando no existía internet, estaban los disquetes: se guardaba todo ahí y se abrían en cualquier computadora. Así se pasaron muchos archivos hasta que llegó el CD y después el pendrive.

Con la aparición de internet, se empezó a mandar todo por correo electrónico: nunca se perdía nada y siempre se podía volver a las versiones anteriores. De todas maneras, que a menudo las casillas no tuvieran la capacidad suficiente para mandar archivos grandes podía ser un problema. Actualmente, mucho se comparte por Facebook, aunque sobre todo de una manera pública y abierta.

Hoy también existen sitios específicos que hacen que toda esa información que se quiere compartir quede en la nube (ese espacio virtual donde está todo). Lo bueno de esto es que no hay que acordarse de llevar ni CD ni pendrive y que se puede abrir desde cualquier compu con conexión a internet.

Por ejemplo, en muchos lugares se usa Dropbox: solo te registrás y pasa a ser una carpeta más de la compu, pero que ¡podés abrir desde cualquier compu!

También se usa Google Drive, donde con una cuenta de Gmail, además de compartir archivos, vas a poder chatear sobre lo que estás haciendo con tus compañeros.

Otra manera de hacerlo es a partir de una red. Esto significa que sos parte de un conjunto de compus que están conectadas entre sí. Se suben los archivos a una carpeta en red y se comparten. Y para esto no es necesario tener internet, sino solo pertenecer a este grupo de compus.

Si usás Huayra y pertenés a una red en la escuela, hay una opción mucho más específica: Huayra Compartir. Por un lado, podés usar la carpeta Compartir Web y todo lo que guardes allí lo vas a poder descargar usando el navegador web. Pero también podés usar IpTux, un chat que detecta automáticamente todas las netbooks conectadas a la misma red y con las que podés chatear y compartir archivos.

¿Conocías estos programas para compartir tus archivos/material? Y, si no, ¡probalos y contanos cómo te fue! ¿Qué beneficios les descubriste, en qué te ayudaron?

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes&id=123027&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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¿Estás seguro?

Intercambiar imágenes, videos y opiniones en internet permite el acceso a un mundo de relaciones que también exige cierta precaución. Hoy, lo que decimos y mostramos en las redes sociales se expande a gran velocidad y tiene alcances que no podemos controlar. Por eso, antes de compartir alguna información, conviene reflexionar para luego, sí, dar un clic seguro. Sobre esto y mucho más nos habla Sergio Balardini, un especialista.

Por Educ.ar

¿Quién es Sergio Balardini?

Sergio Balardini es psicólogo y trabaja, hace años, en temas relacionados con la juventud. Para ello se vincula constantemente con adolescentes de todo el país. Actualmente, se interesa en las subjetividades que surgen a partir de las tecnologías que utilizan los jóvenes cada vez con más naturalidad. Trabaja para la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y la Fundación Friedrich Ebert (FES).

Según las investigaciones, ¿cuáles son los comportamientos más comunes de los adolescentes en relación con la tecnología?

 La primera cuestión que hay que tener en cuenta es que ya no hay un adentro y un afuera de la tecnología. Los chicos usan internet como un continuo de sus vidas reales. Por esta vía, siguen haciendo cosas que ya venían haciendo, como por ejemplo escuchar música. Además, ven videos y buscan mucha información. Los chicos se informan, prácticamente, a través de internet y la televisión. Otra cosa, por supuesto, es permanecer conectados por medio del chat. Está naturalizado que los jóvenes que tienen las condiciones materiales para hacerlo –es decir, que cuentan con computadora en sus casas– llegan y encienden la computadora, y dejan el chat permanentemente abierto. Las nuevas tecnologías facilitan estar conectados permanentemente.

En las redes sociales, ¿también se ve ese continuo entre el afuera y el adentro? 

Las redes sociales son la frutillita de un postre que ya se venía preparando. Los chicos ya se comunicaban mucho vía chat. Ya enviaban plurimensajes a través del celular. Ya existía la base sobre la cual funciona esto de estar conectados, enredados, comunicados todo el tiempo. Las redes sociales desarrollaron una plataforma para eso que ya estaba facilitado, potenciado, expandido, y ese es uno de los elementos de su éxito.

¿Cuál es la actividad más común de los jóvenes en las redes sociales?

Hay que pensar las redes sociales como la plaza pública: un lugar de encuentro, que ofrece muchas más posibilidades que el chat. La inclusión de imágenes, por ejemplo, es muy significativa en esta época, y para los adolescentes en particular. Por supuesto que hay otras cuestiones que tienen que ver con la posibilidad de armar grupos de interés, la pertenencia, la identidad. Las redes sociales son una plaza pública para estar, pero que permite diferentes modos de estar. Y esto se vuelve funcional al continuar la vida por fuera de internet.

¿Este tipo de actividades supone riesgos?

Siempre hay riesgos. Hay riesgos por fuera de internet, por supuesto. En otros tiempos, uno trataba de ser cuidadoso como adulto y, a su vez, trataba de educar a los chicos para que aprendieran a cuidarse en la calle. Pero internet y la tecnología producen fenómenos nuevos. Antes, si uno decía algo oralmente, eso no quedaba documentado en ningún sitio. Entonces, al día siguiente uno se podía olvidar y nadie podía hacerte rendir cuentas, salvo la persona a la que se lo habías dicho. Era algo que tenía vida efímera. Lo que cambia ahora es la temporalidad y la extensión espacial de este tipo de fenómenos. Cuando subís una foto o un video, no depende solo de vos a quién le va a llegar. Es algo prácticamente inabarcable hasta dónde puede llegar o cuánto tiempo pueden permanecer los efectos de estas acciones.

Después, hay otros temas. Como en la vida real, en internet también hay gente que vive buscando de qué manera puede apropiarse indebidamente de algo. Al subir una foto que dice “Nos fuimos de vacaciones”, “Vamos a estar quince días afuera”, “Qué linda la playa” y poner la foto de la casa de la que te fuiste y el teléfono fijo de ese lugar o la dirección, estás avisando que no hay nadie en tu casa. Esto también les llega a otras personas, más allá de las que uno conoce. En general, los chicos construyen sus propios sistemas de cuidado, entonces, por ejemplo, dicen: “Yo, antes de aceptar a alguien que no conozco que me pide ser su amigo, miro cuántos de mis amigos lo tienen y a quién le puedo preguntar por él”. Pero también sucede que aparece la foto de una chica o un chico lindos y se los acepta por eso.

¿Cuál debería ser entonces el rol de los adultos?

A mí me resulta muy interesante que haya adultos tensionando una conversación, porque el adulto siempre, para bien o para mal, tiene más experiencia. Eso permite hablar, sin ponerse en el lugar de maestro ciruela, y entablar cierto diálogo que ayuda a los chicos a pensar dos veces, tres veces, antes de subir una foto, un video o una opinión comprometedora.

Es importante que los adultos asuman ese rol, porque en esta sociedad, tan parecida al Gran Hermano, la cuestión de la privacidad, que es el otro gran tema, está muy diluida. Cuestiones que en otros casos uno diría: “Bueno, estas son fotos del orden de lo íntimo” hoy ocupan el espacio de lo público, legitimado por lo que se ve en los medios masivos, fundamentalmente en la televisión.

En tiempos de exposición, cuando la imagen tiene mucho que ver con la construcción de la identidad y el reconocimiento, con una cierta gratificación emocional, la imagen expuesta es un bien valorado. Uno podría pensar y estar de acuerdo con que lo público y lo privado no siempre fueron lo mismo, pero eso puede cambiar; las nuevas tecnologías empujan en esa dirección. Ahora, como adulto, entre los roles de protección y de cuidado, aparece alertar sobre las posibles consecuencias de algunas cosas que, al menos hasta hace muy poco, operaban negativamente si se hacían públicas. Ciertas acciones pueden tener un efecto no benéfico en la historia futura. Entonces, como adultos, tenemos que alertar y decir: “Mirá, sería conveniente que pienses dónde está el límite, en mi opinión está acá, yo creo que debería ser este”.

¿Los jóvenes perciben los riesgos?

Yo creo que sí, la mayoría de los jóvenes tienen idea de estas cosas. Lo que no tienen es la perspectiva, porque esto es algo que da el tiempo. Por eso, es necesaria la presencia de un adulto. Lo que pasa es que cuando los adultos solamente censuran, los adolescentes prefieren la ausencia del adulto. Por ejemplo, muchos adolescentes refieren que han pasado por situaciones incómodas, pero no le han contado a ningún adulto. Dicen que no entienden: “Lo que van a hacer es apagarme la computadora, decirme que no me conecte más, me van a sacar el Facebook, entonces prefiero no decirles”. Por lo tanto, no solo se necesita, a mi juicio, un adulto que pueda intervenir, sino un adulto que pueda dialogar.

¿Existe un uso responsable de internet?

El uso responsable de internet, en realidad, es cierta traducción de las conductas responsables que uno lleva en la vida. Existe toda una serie de herramientas, recursos y propuestas para actuar en internet. Lo interesante es cuando este tipo de propuestas son conversadas con los adolescentes. Cuando se puede construir en conjunto. Cuando uno propone debatir ciertas cuestiones, eso genera finalmente las mejores medidas, decisiones o modos de hacerlas cosas, a partir de la apropiación de los adolescentes. Si los adolescentes no participan en la discusión, es muy difícil que luego se apropien de esos modos de hacer. Muchas veces, los adultos no hablamos con claridad y firmeza a partir de nuestras convicciones, porque tememos quedar como autoritarios. Pero argumentar a favor de lo que realmente creemos es un muy buen punto de partida para establecer un diálogo sensato. Cuando nos cerramos al diálogo, los adultos solemos dar respuestas para un mundo que ya no existe más, que quedó en el pasado, y eso los jóvenes lo perciben.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes%20&id=%20117938&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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La computadora no reemplaza los instrumentos, ¡pero facilita muchas cosas!

Compositor, docente e investigador, Martín Liut comenzó su carrera como músico tradicional, pero esa carrera dio un vuelco cuando empezó a trabajar con la computadora. Hoy, asegura, puede componer con la armónica de sus hijos, papel y lápiz o el software más sofisticado. ¿De qué manera se vinculan en su vida la música y la tecnología?

Por Educ.ar

Comencemos por definir tu campo profesional: ¿música o arte sonoro? Y, en cualquier caso, ¿cuáles son las diferencias entre estas dos disciplinas?

Esa es una pregunta que nos hacemos incluso quienes estamos metidos en esto. Digamos que la primera definición que uno suele escuchar sobre la música es que “es el arte de organizar sonidos en el tiempo”. El término arte sonoro fue cobrando fuerza en los últimos años, supongo que para diferenciarse del campo de la música. El problema es que, cuando se habla de interpretar música, son muchos los que esperan encontrarse un instrumento o un grupo de instrumentos interpretados por personas en un escenario, y las nuevas tecnologías habilitaron, sobre todo en estas últimas décadas, nuevas maneras de jugar con los sonidos que no se parecen mucho a eso. Arte sonoro apareció, entonces, como un concepto comodín para definir todas esas otras cosas que no son música, pero que apelan al sentido de la escucha. Los primeros que comenzaron a usarlo fueron los artistas visuales que sumaban sonidos a muchas de sus instalaciones, pero el término se fue haciendo cada vez más frecuente. Para responder a la pregunta, podría decir que me dedico tanto a la música como al arte sonoro: no es fácil establecer dónde está, exactamente, el límite entre estos campos.

¿Qué transformaciones trajo la aparición de la computadora personal en el universo del sonido?

Muchísimas. La computadora habilitó muchas transformaciones en la manera de crear. Al principio era ciega, sorda y muda: solo tenía un teclado a partir del cual uno ingresaba información. Hoy, las computadoras ven —a través de las camaritas que tienen incorporadas—, oyen —a través del micrófono—, y pueden grabar y emitir sonidos. Para quien tenga ganas de explorar, un primer ejercicio puede ser grabar la propia voz y jugar con ella como si fuese plastilina: cortarla y convertirla en muchos pedacitos, pegarla a otros sonidos, grabar frases y luego mezclar una palabra con otra, o superponerlas, o cambiarlas de lugar hasta darles un sentido completamente nuevo a las oraciones, hacer un coro… Una puerta de entrada un poco más compleja, pero apasionante, que nos ofrece la computadora tiene que ver con los editores de partituras, que permiten escribir música. También están los secuenciadores, que permiten enganchar un teclado vía midi y generar secuencias de sonidos, grabarlas y luego editar las de la manera que uno quiera. Lo divertido de esta técnica es que permite crear una banda virtual: uno le puede asignar a cada evento un sonido de instrumento distinto y componer canciones, imaginándose desde el principio cómo sonarían tocados por un grupo completo.

¿Es lo mismo componer con una guitarra que componer delante de la computadora? 

No, claro que cada herramienta tiene una especificidad. La computadora es una herramienta que no reemplaza a los instrumentos, pero facilita muchas cosas. Yo, por ejemplo, compongo a través de todos los medios según mis ganas y mis necesidades: uso papel y lápiz, pruebo cosas en el piano, uso la armónica de mis hijos, y me grabo o me siento delante de la computadora para hacer cosas que de otra manera no podría hacer.

¿Qué cosas, por ejemplo?

Te doy un ejemplo, para que se entienda de manera fácil: yo no soy bandoneonista, por lo que, si quisiera componer una canción para bandoneón –o, aún más difícil: una canción en la que un bandoneón toca muy, muy rápido–, me sería imposible hacerlo con el instrumento en la mano y determinar si eso que estoy escuchando suena bien. Pero con la computadora, puedo tocar “en cámara lenta” y luego reproducir de manera rápida para darme cuenta de si eso que compuse funciona con los tiempos que imagino. Eso es fantástico, porque antes un músico hacía todo eso en su cabeza y ahora puede experimentar y escuchar en el acto. La computadora te permite hacer cosas que vos físicamente no podrías hacer. Claro que no sirve para todo. Por ejemplo, la computadora puede hacer que una flauta suene más fuerte que una trompeta, pero eso en la realidad no sucede. Por eso, es importante tener noción de que, en vivo y con instrumentos reales, las cosas pueden resultar distintas.

Hablemos de la música electrónica…

La primera vez que se usó el concepto de música electrónica fue alrededor de 1950, en Alemania. Karlheinz Stockhausen fue un compositor de música radicalmente abstracta, compleja y no bailable, que pasó a la historia como el primer compositor con medios electroacústicos, y su música no se parecía en nada a lo que hoy masivamente se entiende por música electrónica. Hoy, en las carreras que yo dicto en la Universidad de Quilmes (licenciatura en Composición con Medios Electroacústicos y licenciatura en Música y Tecnología), hay chicos que son DJ y chicos que no se desarrollan en el campo de la música bailable y cuya investigación va por otro lado. Hay quienes, por ejemplo, usan samplers, entre otras muchísimas prácticas y herramientas, pero no hacen “música electrónica de boliche”. Sin embargo, esto también es música electrónica.

¿Qué salida laboral tienen las carreras que relacionan música y tecnología?

La Universidad de Quilmes tiene dos licenciaturas vinculadas a la producción musical: Composición con Medios Electroacústicos y la otra, más reciente, Música y Tecnología. La primera comenzó a dictarse hace veinte años, cuando se creó la universidad, y la novedad que introdujo respecto de otras carreras musicales fue su especificidad: muchas carreras enseñaban a componer, pero ninguna hasta entonces proponía hacerlo específicamente con medios electroacústicos. En otras palabras: con un sintetizador, un sampler, la computadora o cualquier sonido atravesado de alguna manera por la computadora. Los alumnos que egresan de esta carrera están capacitados para escribir música para instrumentos tradicionales —por ejemplo, para orquestas—, pero también pueden combinar esos conocimientos con el uso de una computadora en vivo, hacer montajes de sonido para cine o componer música para internet usando, por ejemplo, Adobe Flash. La carrera está compuesta por materias de música y materias de tecnología aplicada a la música: Computación Aplicada a la Música, Taller de Sonido, Acústica, por un lado; Composición, Orquestación, Audioperceptiva, por otro. La licenciatura en Música y Tecnología comparte los dos primeros años con la carrera anterior, pero libera a sus alumnos de componer música durante los últimos dos. En ella, se anotan los alumnos que quieren trabajar con la computadora y desarrollar software o instrumentos electrónicos que transformen el sonido, pero no necesariamente quieren ser músicos. Ellos, por lo general, se dedican a trabajar desarrollando software, plataformas multimedia, y seguramente el campo se abrirá en los próximos años:todavía es muy difícil conocer el perfil del egresado no solo porque la carrera es muy nueva, sino porque los conocimientos y la práctica irán para donde vaya la tecnología, ¡que avanza a pasos agigantados!

Buenos Aires Sonora: una nueva manera de escuchar la ciudad

Buenos Aires Sonora es un grupo formado por egresados, profesores y estudiantes de la Universidad de Quilmes. Comenzamos a trabajar juntos en 2003, con la premisa de sacar a la calle nuestra formación musical, para salir del espacio académico que avalaba nuestro trabajo y probar qué pasaba si hacíamos sonar lo nuestro en un contexto diferente. Lo distinto del caso es que no salimos a la calle a tocar el piano, sino a hacer algo que ni siquiera sabíamos cómo llamar: creo que entonces todavía no conocíamos el concepto de arte sonoro o recién empezábamos a descubrirlo. Una de nuestras intenciones, en principio, fue trabajar con los sonidos de la ciudad. En ese sentido, nuestra obra más importante fue ‘Mayo, los sonidos de la Plaza (1945-2001)’, que consistió en de volverle a la Plaza de Mayo los sonidos de su historia, que en definitiva son los sonidos de la historia de la Argentina. Rescatamos sonidos documentales, los reconstruimos y los hicimos sonar; todo lo que pasó en la Plaza entre 1945 y 2001 volvió a sonar ahí, en el lugar de los hechos: Perón hablándole a la gente el 17 de octubre de 1945, el Bombardeo del 55, Evita, las represiones, la dictadura, Galtieri hablando de Malvinas, el regreso de la democracia… Para un argentino que conoce la historia y sus sonidos, volver a escucharlos ahí fue muy fuerte.
En otro sentido, también trabajamos con el concepto de paisaje sonoro de Raymond Murray Schafer. Nos preguntamos: ¿qué pasa si transformamos en instrumentos musicales cosas que no están pensadas como instrumentos? Por ejemplo, una escalera o un puente. Entonces, probamos con el Puente de la Mujer, que está en Puerto Madero y que, visto de lejos, parece un arpa. Claro que, cuando uno va y lo golpea, el puente no suena, pero sus tensores vibran. Los alumnos de la carrera pusieron micrófo nos para captar esas vibraciones y lograron que se escuchen. Así fue que hicimos un concierto con el Puente como instrumento. En eso estamos, hace casi diez años: inventando performances o intervenciones para escuchar Buenos Aires de otra manera.

¿Quién es Martín Liut?

Compositor, docente e investigador en música, egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) con el título de profesor en Armonía, Contrapunto y Morfología Musical. Es autor de obras de cámara, electroacústicas puras y mixtas, y de obras de arte radiofónico. Es fundador y director de Buenos Aires Sonora, grupo que se dedica a la realización de intervenciones sonoras a gran escala en espacios públicos urbanos. Se destacan: “Mayo, los sonidos de la Plaza (1945-2001)”, intervención sonora de la Plaza de Mayo de Buenos Aires, y “El Puente suena”, intervención sonora del Puente de la Mujer, ubicado en Puerto Madero, Buenos Aires. Además, es profesor en las licenciaturas en Composición con Medios Electroacústicos y en Música y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. También enseña Acústica Musical en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Entre 1992 y 2005, se desempeñó como periodista especializado en música, primero en la revista La Maga y, luego, en el diario La Nación.

Martín Liut: http://martinliut.blogspot.com.ar/

Universidad Nacional de Quilmes: http://www.unq.edu.ar/

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes%20&id=%20118578&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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El periodista sos vos

Lejos quedaron los tiempos en que todos los periodistas eran personas famosas, productores de información que encontrábamos en la pantalla del televisor y en el espectro radiofónico. Hoy, las nuevas tecnologías ponen toda la información a tu alcance, en variados soportes y formatos, y el periodista podés ser vos.

Por Conectar Igualdad

En el viejo periodismo, los lectores —¡cómo no!— leían. Pero se limitaban a eso: compraban el diario y leían. O miraban televisión y, en el mejor de los casos, comentaban las noticias con amigos y colegas. O escuchaban la radio, que hasta hace un tiempo fue el más interactivo de los medios, en tanto te permitía comunicarte de una manera más o menos inmediata… siempre que tuvieras la suerte de poder comunicarte.

Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, todo cambió. De pronto, los lectores se convirtieron también en productores de información y comenzaron a interactuar con las noticias de nuevas formas. Simultáneamente empezaron a cuestionar el rol de los grandes medios, obligándolos a adecuar sus contenidos a los gustos y necesidades de los nuevos consumidores.

Primero fueron los blogs

Durante los primeros años de internet, no era sencillo para los usuarios producir contenidos. Servicios como el de GeoCities —que ya no existe— o cualquiera que ofreciera páginas personales resultaban revolucionarios, pero en verdad publicar información en tiempo real y actualizarla era bastante complicado.

Con la aparición de la web 2.0 y los servicios de blogging, las cosas cambiaron radicalmente. Crear un blog en WordPress o Blogger, entre muchas herramientas más, es muy fácil, y configurarlo toma unos segundos. Ni siquiera hace falta saber de programación o diseño: el sistema ofrece plantillas prediseñadas y simplemente podés elegir la que más te guste… y publicar, publicar, publicar. Sin demoras.

Esa extrema facilidad de uso y su inigualable capacidad para publicar información instantánea hicieron que la aparición de los blogs realmente revolucionara el mundo del periodismo. Incluso iniciativas estéticamente muy simples, que utilizaron únicamente las opciones predeterminadas del sistema, como Blog de Viajes, lograron una repercusión altísima. En muchos casos, estos proyectos se convirtieron en un buen negocio o una buena plataforma de lanzamiento para sus jóvenes creadores.

Y llegaron las redes sociales

El fenómeno que las redes sociales produjeron en el periodismo es muy interesante. Si los blogs dieron, tanto a los lectores como a los periodistas por fuera del circuito de los grandes medios, la ocasión de publicar, las redes sociales —en particular, Facebook y Twitter— aportaron la posibilidad de que la información circulara a una escala hasta hace un tiempo impensada para quien no contara con la estructura mecánica de un medio masivo.

La mezcla de consumo de medios, publicación en blogs y réplica en redes sociales ha sido explosiva. No solo democratizó muchísimo el acceso a la información; también dio lugar a una nueva generación de periodistas que pueden pensarse como tales al margen de su inserción en un medio masivo. Periodistas que pueden ejercer su profesión de manera completamente independiente. Y en cualquier momento, desde cualquier lugar, con equipamiento accesible.

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Ecología mediática, evolución e interfaces

¿Qué y cómo abordar una ecología mediática? ¿Qué cambios traen aparejados los “nuevos” medios en los dispositivos de comunicación tradicionales? ¿Por qué los conceptos de interfaz,evolución, coevolución e hibridación son necesarios para pensar la convergencia de medios en el siglo XXI? Estos y otros interrogantes son abordados en esta nota del especialista en comunicación Carlos Alberto Scolari. 

Por Carlos Scolari

Cuando terminé la universidad a fines de los años ochenta, no había “nuevos” medios: todo se reducía a radio, diarios, televisión y cine. A partir de 1992, ya radicado en Italia, comencé a interesarme por las interfaces, los hipertextos y las interacciones entre los humanos y las máquinas digitales. Este interés por lo digital me llevó al tema de mi tesis, la semiótica de las interfaces, un trabajo de investigación que se expresó en mi libro Hacer clic (Gedisa, 2004). Para entonces todos mis colegas me identificaban como un “investigador de los nuevos medios” que se interesaba por los gadgets digitales…

Hace ya casi una década tomé conciencia del gran cambio que estaban viviendo los “viejos” medios: la televisión que producía series como 24 o Lost no era la misma que hacía Columbo, y los diarios de la década del 2000 adoptaron un diseño que los alejaba de las viejas publicaciones impresas. Hoy los diarios no son diarios: son páginas web impresas. Los investigadores de lo “nuevo” estábamos tan concentrados frente a la pantalla interactiva que no supimos interpretar lo que pasaba en los “viejos” medios; de la misma manera, los investigadores de la televisión o el cine detectaron cambios, pero no supieron ver la conexión entre esas mutaciones y los “nuevos” medios. Y aquí tenemos una primera conclusión: más allá de la eventual miopía de los investigadores, los “nuevos” medios están modificando a los “viejos”. Podemos decir que la llegada de nuevas especies mediáticas está transformando el ecosistema, obligando a las especies que lo habitaban a adaptarse para sobrevivir.

Hablar de Media Ecology significa sumergirse en las fascinantes obras de Marshall McLuhanNeil Postman,Walter Ong o Robert K. Logan. En estos últimos años fui profundizando un recorrido teórico de investigación que ya está dando sus primeros frutos. En el 2010 publiqué en Quaderns del CAC el artículo “Ecología de los medios. Mapa de un nicho teórico”, un primer mapa descriptivo del territorio de la Media Ecology. A este artículo le siguió “mCommunication. The emergence of mobile communication within the media ecosystem“, un texto que escribimos con Bob Logan publicado en Explorations in Media Ecology (EME), vol. 2010, pp. 169–184.

Sin embargo, como ya comenté varias veces en otras publicaciones, llegó la hora de ir más allá de la mera descripción y comenzar a desarrollar instrumentos teóricos y metodológicos para estudiar a fondo la ecología mediática. El resultado de esta profundización teórica es el artículo “Media Ecology: Exploring the Metaphor to Expand the Theory”, que acaba de publicar la prestigiosa revista Communication Theory después de un riguroso proceso de evaluación (el texto pasó por cinco revisiones a lo largo de un año y medio). A continuación el abstract del artículo y una síntesis en formato Power Point:

This article introduces media ecology and reflects on its potential usefulness for gaining an understanding of the contemporary mutations of the media system. The first section maps the origins of the field, specifically the development of the ecological metaphor. The second section explores the metaphor by including the concepts of evolution, interface, and hybridization in the media ecology discourse. The concept of evolution creates a theoretical framework for studying the history of media and suggests new concepts and questions about media extinction, survival, and coevolution. The concept of interface focuses on the media, subject, and social interactions. Finally, the analysis of media hybridizations is basic for understanding the appearance of new media that combine different devices, languages, and functions. (1)

Como se puede ver, el artículo se propone expandir la teoría ecológica de los medios a través de la incorporación de conceptos como interfazevolucióncoevolución e hibridación. Por un lado, presento la necesidad de complementar la mirada ecológica (sincrónica/espacial) con la mirada evolutiva (diacrónica/temporal): de esta manera podemos comprender las dinámicas del ecosistema en su complejidad. Por otra parte, el concepto de “interfaz” es la clave para analizar los espacios donde se expresan las diferentes relaciones entre los sujetos y los medios, y los medios entre sí. Es en las interfaces donde se pone en juego la evolución de todo el ecosistema mediático.

Actualmente tengo en evaluación otro artículo –”The Echoes of McLuhan: Media Ecology, Semiotics and Interfaces“– y antes de fin de año espero tener otra contribución teórica dedicada a detallar con minuciosidad los cambios que están generando los “nuevos” medios en las “viejas” especies mediáticas. ¿Por qué las comillas? Porque, como escribí en Hipermediaciones (Gedisa, 2008), la diferencia entre viejo y nuevo medio no es un dato teóricamente importante: todos los medios convienen en la misma ecología, algunos llegaron antes y otros después, pero nunca hay que olvidar que los “nuevos” medios de hoy serán los “viejos” de mañana. La televisión era un new media en los años 1950, y los blogs, hasta hace poco un exponente de los new media, cada día se consolidan como una forma poco novedosa respecto a otras experiencias de comunicación como Twitter o Foursquare.

(1) Este artículo introduce el concepto de ecología mediática y focaliza en su uso potencial en la comprensión de las mutaciones contemporáneas del sistema de medios. La primera sección mapea los orígenes del campo de estudio, en especial el desarrollo de la metáfora de la ecología. La segunda sección explora la metáfora al incluir el concepto de evolución, interfaz e hibridación en el discurso sobre ecología mediática. El concepto de evolución crea un marco conceptual para estudiar la historia de los medios y sugiere nuevos conceptos y preguntas sobre la extinción, supervivencia y coevolución de los medios. El concepto de interfaz se focaliza en las interacciones sociales, mediáticas y de sujeto. Finalmente, el análisis de la hibridación mediática es fundamental para entender la aparición de nuevos medios que combinan diferentes dispositivos, lenguajes y funciones.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=109018&referente=docentes

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Las nuevas tecnologías, herramientas para potenciar la mente

Que las nuevas tecnologías se conviertan en verdaderas herramientas de transformación social y que el acceso a ellas sea posible para todos es el desafío que se planteó Alberto Croce, director de la Fundación SES (Sustentabilidad, Educación y Solidaridad). Los especialistas que trabajan en la Fundación creen que en los movimientos juveniles está la clave para contribuir al crecimiento y al bienestar de las comunidades.

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¿Por qué nos agrupamos en comunidades?

Los seres humanos nacemos en comunidad. Nacemos de una madre, en una familia, con un entorno. Si el ser humano se queda solo, muere. Eso nos hace formar grupos y no vivir solos. Las comunidades nos ayudan a desarrollar nuestras capacidades y nos transfieren la cultura, elementos constitutivos de nuestra identidad, que superan lo biológico. Necesitamos vincularnos e interactuar, enriquecer la comunidad en la que vivimos y ser parte de ella.

¿Qué es un movimiento juvenil?

Hay organizaciones sociales con distintas finalidades. Algunas están formadas exclusivamente por jóvenes, que tienen algún tipo de interés común y que sostienen una causa en particular; hoy en día, pueden estar ligados a algún activismo social, desde lo ambiental, lo educativo, lo social, lo económico, lo artístico, lo deportivo… Además, hay organizaciones juveniles en los barrios, en los clubes, con fuerte participación social. En los últimos años, estamos viendo un reflorecimiento de la participación de los jóvenes en la política, porque la ven como una herramienta de transformación y de mejoras.

¿Qué encuentran los jóvenes al formar parte de un movimiento?

Una de las cuestiones se vincula con la formación de la identidad. La identidad se construye en interacción con otros, y los movimientos juveniles les permiten a los jóvenes reconocerse a partir de cómo son reconocidos por otros. Este tipo de identidad fortalece la posibilidad de ser y de canalizar energía… Eso después se convierte en acciones concretas de transformación, mejoras sociales, propuestas, denuncias, críticas, compromiso con la realidad…

¿Qué aportan las nuevas tecnologías al desarrollo de las comunidades?

En el contexto actual, tienen un lugar cada vez más retroalimentador. No solo sirven de soporte a cosas nuevas, sino que se generan a partir de las cosas nuevas que pasan. Los usuarios son activos, y las redes son producto de lo que la gente hace. Tienen una enorme potencialidad de desarrollo. Es tan fuerte que pone en juego y en discusión otras cosas, como el uso que se hace de la tierra para estar comunicados: no logramos resolver aún cómo cuidar este mundo y evolucionar, sin dañarlo.

¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en la organización de los movimientos juveniles?

Hoy, es casi imposible imaginar un movimiento juvenil que no tenga soporte en las nuevas tecnologías. Creo que Facebook es la red más usada. Es el espacio en el que se les dio lugar a grupos, comunidades, anuncios, que permiten que los jóvenes generen sus propios espacios.

¿Cómo pueden las nuevas tecnologías generar nuevos contenidos?

Las nuevas tecnologías no generan contenidos, sino que permiten el acceso a ellos y su difusión. En la educación popular, sabemos que el método es parte del contenido; por eso, el proceso de aprender con las nuevas tecnologías también es un contenido. La computadora es una herramienta que prolonga la mente, donde está la verdadera potencialidad.

¿Se abren nuevos espacios para la expresión y el arte a partir de las nuevas tecnologías?

Por supuesto, porque estamos hablando de la expansión de la mente, y las computadoras también ayudan a expresar sentimientos, afectos. El tema es que la potencialidad es muy fuerte. Se abre una cultura nueva a partir de todo esto, que requiere una manera distinta de pensar. Hay un campo gigantesco para explorar…

¿Qué competencias deben tener los jóvenes para desarrollarse en el siglo XXI?

Competencia para trabajar en equipo, para ejercer la ciudadanía, los derechos… El espíritu crítico es importante. Es tanta la información que se recibe, que se vuelve fundamental la capacidad de distinguir entre la información relevante y la que no lo es. Otra capacidad es la de pensar con lógica de red. Tenemos que enseñarles a los jóvenes el recorrido mental para buscar datos o información, y que no existe un solo camino o resultado, sino que siempre puede ser diverso.

La Fundación SES es una organización sin fines de lucro que trabaja por la inclusión educativa, social, política y económica de los jóvenes con menores oportunidades. Así, incide en la transformación del sistema educativo e impulsa procesos de participación juvenil en las políticas públicas. La Fundación SES trabaja en tres ámbitos: educación, buscando repercutir en los planes educativos –en la actualidad, implementa el programa nacional “Todos a Estudiar” con el Ministerio de Educación–; trabajo, desarrollando estrategias para la inclusión laboral y económica; y protagonismo juvenil, impulsando acciones para la formación de jóvenes, y apoyando iniciativas y programas que fortalecen las redes juveniles.

Fuente: http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/ver?referente=estudiantes%20&id=%20117455&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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De la ficción a la realidad

La robótica tiene siglos de desarrollo, pero ahora, además, se la estudia en facultades y laboratorios. Desde sus inicios hasta la actualidad, ha habido un desarrollo muy variado en la materia. Marcela Riccillo explica los distintos aspectos de una disciplina que parece pasar de las pantallas del cine a la vida real al ritmo de los avances tecnológicos.

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Marcela Riccillo es investigadora en robótica humanoide. Tiene un doctorado de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, y le encanta investigar y actualizarse en materia de robots, en un momento en que todos los días hay alguna noticia al respecto. Siempre la atrajo ver cómo encienden las máquinas y, entre risas, recuerda uno de los primeros objetos que evidenciaron ese interés: una cartuchera de la Mujer Biónica, aquel personaje ya mítico que, con la ayuda de la ciencia, potencia y trasciende sus aspectos humanos con partes del cuerpo mecánicas que la hacen muy fuerte, rápida y ultrasensible a los sonidos.

¿Qué es la robótica?

La robótica es un área interdisciplinaria, bastante divertida, que tiene un montón de posibilidades. Básicamente, es el desarrollo de entes que poseen cierta autonomía. Hay distintos grados, depende de la inteligencia que se le va dando a cada uno de esos entes; puede ser desde un brazo robot, que originalmente era “la robótica” y al que actualmente encontramos, por ejemplo, en empresas automotrices, hasta los humanoides.

¿Y qué es la inteligencia artificial?

Hay muchas definiciones de lo que es inteligencia. Una de ellas es “reaccionar con el medio ambiente”. Por ejemplo, si yo tengo una grúa que va y levanta cosas según la voy moviendo desde un comando, no tiene inteligencia. Antiguamente, se podía llamar robot a eso, pero no tiene inteligencia. Sin embargo, si tengo un robot y puede no chocarse con la mesa o puede aprender, por ejemplo, la ubicación de las cosas, reaccionar con lo que una persona le habla y contestarle, a eso lo llamamos inteligencia. Dentro de la inteligencia, encontramos distintos métodos para aprender y para hacer las cosas.

¿Cuáles son los usos de la robótica? 

Hasta ahora, básicamente, se pensaba que la robótica podía aplicarse en la construcción de prótesis para personas discapacitadas que no pueden caminar. Desde ASIMO, el robot humanoide de la empresa Honda, desarrollado en el año 2000, la idea es que el robot mismo ayude a la persona. Que el robot le diga “Tome un medicamento”, que el robot le lleve cosas, y en esa idea están trabajando los japoneses. Ellos tienen una gran cantidad de gente de edad avanzada, mayor de 100 años, y la idea es que ayuden a ese tipo de personas. Entonces, actualmente están los robots industriales, como los brazos robot para fabricar autos, y los que tienen otros usos, como por ejemplo la aspiradora robot, que va por la casa limpiando y reconoce los objetos, no se choca, uno la deja y puede programarla para determinada hora, para determinadas habitaciones. Posee sensores que captan si hay una escalera, una pared o determinados obstáculos, y los evita. O tenemos el Da Vinci para hacer cirugía, que representa una evolución en lo que es laparoscopia. En lugar de abrir, mirar al paciente, sacar órganos y coserlo, permite hacer pequeñas incisiones en el abdomen. Al paciente le queda una cicatriz más chica, tiene menos tiempo en el hospital, menos posibilidad de infecciones, y el médico está sentado en una consola y dirige la operación como si fuera con un joystick. Los últimos cuentan con cuatro brazos, tres son las pinzas –para cortar o suturar– y el otro es la cámara, que generalmente entra al nivel del ombligo y ahí el médico puede elegir ver en 2D o en 3D. En la Argentina, hay tres de estos robots, uno en el Hospital Italiano y dos en el Malvinas Argentinas. 

¿La robótica plantea una “competencia” entre el hombre y el robot, o está claro cuál es el límite? 

Hay una teoría occidental y una teoría oriental. La teoría occidental considera al robot como máquina, como herramienta, y está siempre el miedo a que saque el trabajo. También se pensaba eso de las computadoras: se creía que iban a sacar el trabajo a la gente, y lo único que hicieron fue abrir nuevos campos. Algunos trabajos sí fueron reemplazados, pero la computadora abrió muchos campos de investigación, muchas áreas de estudio, muchos trabajos. Yo creo que va a pasar lo mismo con los robots. Se cree que, ahora, la robótica es como la computación en sus inicios, pero en un momento se van a abrir todos esos campos de estudio. La teoría oriental, en cambio, plantea que el robot es un compañero. Están inspirados en lo que es Astroboy, un robot de historietas, un chico bueno, fuerte, que ayuda, y así ven a los humanoides. Por otro lado, están los androides: los androides tienen piel sintética, como los humanos, y parecen humanos.

Los occidentales consideran a los robots como máquinas. Los orientales, en cambio, los valoran como compañeros

¿Qué es la robótica humanoide?

El estudio de la robótica humanoide trabaja en cómo hacer para que los robots parezcan simpáticos y amigables, y los que son realistas parezcan cada vez más reales, pero no generen impresión o una reacción negativa en las personas. Se ocupa de la interacción humano-robot. Tiene una interrelación con lo que es mecánica, computación, electrónica, pero también con la sociología y la psicología. Por ejemplo, hay un robot en España que atiende a las personas cuando llegan a un hotel. Y los investigadores me cuentan que los adultos le tienen como miedo, pero los chicos tocan al robot, no tienen ningún problema. Las personas deberán acostumbrarse si eso sigue evolucionando. En este momento, por ejemplo, hay robots pensados para cuidar chicos en una casa; son como una camarita móvil que va por la casa y vigila a los chicos. Desde el trabajo, los padres pueden ver lo que está pasando. Es más que una cámara, porque el robot podría llamar a emergencias o, si es una persona anciana, ayudarla a levantarse. Todavía hoy la idea está en un plano académico, pero está evolucionando rápidamente. Corea y Japón esperan, para el 2020, que haya robots en las casas ayudando a las personas en su vida cotidiana.

¿Cuáles son los límites actuales del robot? 

Antiguamente, los laboratorios se preocupaban más por desarrollar una cara, una mano o una pierna. Hoy, la idea es el robot en conjunto; hacer un robot completo que tenga manos específicas, cara, y en los casos de los androides, que tengan piel sintética. Entonces, hay quienes se dedican a la inteligencia y quienes se dedican al “envase”. Por ejemplo, hay chicas-robots que hablan y pueden llevar adelante una conversación; pero es una conversación pobre, que Iroshi Ishiguro, un especialista de la Universidad de Osaka, dice que es como de alguien de 5 años. Todavía no ha evolucionado para que sea muy fluida. Eso es un límite. Otro ejemplo es el Nao, que es un robotito francés; tiene bastante inteligencia para adaptarse, para caminar, aunque no parece un humano. Es un robotito más humanoide. La inteligencia de los robots todavía es limitada, pero se está avanzando. La apariencia está notablemente más adelantada. Sí se logró bastante autonomía: por ejemplo, robots que juegan al fútbol, con otros robots. Antes eran como autitos, ahora hay humanoides, como los robots CHARLI y DARWIN de Virginia Tech, que dirige el doctor Dennis Hong, uno de la liga “adulta” y el otro de la “infantil”, que ganaron el año pasado la RoboCup, el mundial de fútbol de robots. Estos juegan solitos, solitos buscan la pelota, tratan de hacer goles. Entonces, hay distintos grados de desarrollo y de cosas que están faltando.

¿Se supone que en algún momento los robots van a poder igualar la capacidad de pensar y de sentir que tienen los humanos? 

Todavía, los robots no tienen sentimientos. Los expresan. Puede parecer que el robot tiene sentimientos, pero lo que no existe es la conciencia. El robot, por ejemplo, no puede dejar de hacer algo porque no tiene ganas, pero sí se puede expresar. Hay varios experimentos de laboratorio que están tratando de llegar a la conciencia del robot. Yo estoy totalmente en contra de la conciencia de los robots. Pienso que un robot con conciencia sufriría ante ciertas situaciones, por ejemplo, si sale un robot más nuevo y su dueño lo reemplaza. Sin embargo, lo veo posible. La tecnología avanza muy rápido, y cuando los investigadores se proponen un objetivo, lo más probable es que lo consigan.

Robótica lúdico educativa

El desarrollo científico que la robótica ha alcanzado en la actualidad se aplica principalmente a la medicina y la industria automotriz. Muchísimos profesionales de la ciencia están dedicados al estudio de robots. ¿Te interesa saber cómo se podría aplicar en tu escuela?

La robótica educativa tiene su origen en los trabajos de investigación de Seymour Papert y otros científicos del Laboratorio de Medios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) durante la década del 60. Estos investigadores desarrollaron dispositivos tecnológicos para que los niños construyeran edificios y máquinas. Luego, durante la década del 80, estos juguetes formaron parte del programa educativo en las escuelas.

En los últimos años, esta disciplina se ha ido desarrollando en todo el mundo, cada vez con más intensidad. Es, sin duda, una interesante vía de motivación para el aprendizaje de distintas áreas del conocimiento, tales como la matemática, la física, la ingeniería, la lógica, el diseño industrial y la electrónica.

Experimentar, construir, armar y desarmar 

Existen varios centros de estudio que disponen de talleres para niños y adolescentes en los que se enseña cómo diseñar y construir diferentes tipos de robots.

A través del juego, los alumnos desarrollan diversas capacidades, tales como la motricidad, la creatividad, la lógica y el trabajo en equipo. Se trata de una actividad proyectual que combina la planificación del robot y su realización. En una primera instancia, se diseña el prototipo de manera virtual mediante interfaces digitales, se testea y, de ser necesario, se corrige el modelo a desarrollar.

Finalizada esta etapa, se procede a la construcción física del robot con dispositivos específicos como interfaces de control, sensores, microcontroladores y motores, aunque también es posible usar elementos más accesibles, como cajas de cartón y circuitos en desuso. En esta actividad pedagógica, el error es parte del proceso de aprendizaje. El alumno experimenta, construye, arma y desarma, desplegando todo su capital creativo.

Con la incorporación de las nuevas tecnologías en las escuelas, se fomenta la innovación en el desarrollo del conocimiento, y se genera un ambiente de aprendizaje multidisciplinario en donde el alumno adquiere conocimientos de manera natural y entre tenida.

Los estudiantes se enfrentan a distintos desafíos, y en cada resolución van desarrollando, casi sin darse cuenta, una estructura de pensamiento metódica, lógica y conceptual.

Fuente:http://www.educ.ar/sitios/educar/blogs/verreferente=estudiantes%20&id=%20113643&cat=ed_blogs_cat_estudiantes

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