Niveles tróficos y cadenas alimenticias

Decir nivel trófico equivale a decir nivel alimentario, ya que trofo, en griego, significa “alimento”, y lo mismo ocurre cuando se habla de cadenas y pirámides tróficas o alimentarias. Si en un ecosistema se hace un seguimiento del camino por donde fluye la energía química almacenada durante la fotosíntesis por los organismos productores hasta que se disipa por completo, se observa que esta energía viaja por una serie de compartimentos. Por ejemplo, una hierba puede ser consumida por un saltamontes, este puede ser devorado por un pájaro y el pájaro a su vez puede ser víctima de la voracidad de un ave rapaz.

Según la eficiencia de la digestión, una parte más o menos importante de la energía del alimento retorna al ambiente como energía no digerida que queda a disposición de otros organismos descomponedores y desintegradores, los cuales también aprovecharán la energía que todavía contienen los cuerpos muertos hasta reducirlos a pura materia orgánica.

Cada uno de los compartimentos o eslabones por los que fluyen la energía y los materiales nutritivos recibe el nombre de nivel trófico, y a la vía lineal por la que viajan pasando de un nivel trófico al siguiente se denomina cadena trófica o alimentaria. Todo organismo utiliza parte de la energía del alimento en procesos respiratorios, liberando de nuevo gas carbónico y agua al ambiente. La energía restante puede ser almacenada para utilizarla como fuente de energía para el propio organismo, para sus descendientes o para los predadores que se alimentan de él.

Se le llama nivel trófico a cada uno de los compartimientos o escalones por los que fluye la energía y los materiales nutritivos.

Las cadenas alimentarias en ocasiones suelen ser más cortas o con menos niveles tróficos que las acuáticas, esto se debe a que en la superficie terrestre existe una mayor cantidad y variedad de plantas que en el océano.  Pero el alimento básico del océano es el plancton, compuesto principalmente de algas microscópicas, protozoos, larvas y crustáceos microscópicos que flotan libremente en el agua.

El plancton, que varía en cantidad y composición de especies según las estaciones, es el alimento de innumerables y pequeños invertebrados (sobre todo crustáceos) y de las larvas de los moluscos, gusanos y erizos. La fracción fotosintética del plancton, las algas microscópicas y ciertas bacterias, constituyen el primer nivel trófico de todas las demás cadenas alimentarias oceánicas; los otros componentes del plancton formarían el segundo nivel y así hasta los peces (o el hombre), pasando por numerosos invertebrados acuáticos. Tanto los carroñeros (cangrejos, erizos de mar) como las bacterias desintegradoras hay que buscarlos en el fondo, adonde van a parar todos los detritos y cadáveres.

Redes tróficas

El nivel trófico de un organismo es su posición respecto a la entrada inicial de energía a través de los productores. Naturalmente, la mayoría de las plantas se encuentran en el primer nivel trófico; pero, fuera de este nivel, no es posible situar con rigidez a un gran número de especies. Por ejemplo, el oso pardo come vegetales, animales herbívoros e incluso carnívoros, y entre estos carnívoros se incluyen insectívoros y piscívoros, además de los carnívoros propiamente dichos.

En la práctica son muy pocos los ecosistemas naturales que se organizan en simples cadenas alimentarias, ya que la mayor parte de los animales se alimentan en diferentes niveles tróficos y de especies diferentes dentro de cada nivel trófico. Al mismo tiempo, hay especies que se desplazan de un nivel a otro estacionalmente, o en distintas fases de su ciclo vital, o de modo oportunista cuando el alimento está disponible. Así pues, las cadenas tróficas existentes en un ecosistema suelen encontrarse entrelazadas formando lo que se ha llamado red trófica o alimentaria.

Todas las cadenas alimentarias existentes en un ecosistema forman una red trófica.

Relaciones energéticas

En sus relaciones energéticas, todas las cadenas y redes tróficas están sujetas a uno de los principios básicos que rigen los flujos de energía, según el cual en cada paso de transferencia de energía parte de esta se degrada de una forma química muy organizada a una forma altamente dispersa como es el calor, que ya no puede reciclarse ni transformarse en otro tipo de energía, sino que se irradia hacia el espacio y lo pierde el ecosistema. Por lo tanto, en cada nivel trófico tiene lugar una conversión en calor, lo que significa que menos energía se convierte en biomasa (masa biológica) en el nivel trófico siguiente. En la obtención de alimento de un animal herbívoro, una porción de su energía se gasta en encontrar más energía, siendo el gasto más significativo si el herbívoro es de sangre caliente y tiene que consumir energía para mantener una temperatura corporal constante. Un carnívoro puede verse obligado a consumir una gran cantidad de energía para capturar su presa, por lo que muchos carnívoros, como los leones o las serpientes, están adaptados a comer a intervalos relativamente espaciados.

Como resultado de todo esto, la disponibilidad neta de energía en un ecosistema se hace cada vez menor a medida que nos alejamos del nivel trófico de los productores, ya que la mayor parte de la energía asimilada por los organismos no se almacena en biomasa y, por consiguiente, está solo parcialmente disponible para el nivel trófico siguiente. Debido a esta drástica reducción de la energía disponible en cada nivel trófico de los consumidores, un predador de otro predador se verá obligado a aumentar enormemente el área de caza para obtener la energía necesaria y mantener una población estable. De aquí que, en casi todos los ecosistemas naturales, la densidad de los grandes predadores sea muy baja.

Por último, para los ecólogos son muy interesantes las interrelaciones entre los diferentes tipos de consumidores y descomponedores, por su dependencia común de la única fuente de energía, los productores. Cada organismo consumidor influye en la energía disponible en niveles tróficos superiores y en los descomponedores, tanto por sus propias necesidades energéticas, como por su eficiencia en la utilización de energía. De modo que resulta muy arriesgado predecir el efecto que tendría sobre todo el ecosistema un cambio en la densidad de población en algunas especies. Y en este sentido el hombre ha obrado de forma irresponsable en muchas ocasiones, por ejemplo eliminando el predador de una especie cinegética o introduciendo un parásito de alguna plaga agrícola que forma parte de ecosistemas próximos.

Los descomponedores son aquellos organismos que obtienen su energía de seres vivos muertos. Son fundamentales en una cadena o red alimenticia.

Pérdida de energía

Además de la pérdida de energía en forma de calor a través de los procesos respiratorios que tienen lugar de modo general en los seres vivos, en todo ecosistema existen una serie de vías por las cuales la energía va desperdiciándose desde un nivel trófico a otro. Ya la energía ingerida representa un porcentaje pequeño de la disponible, por ejemplo, no todas las partes de ciertos vegetales o animales son ingeridas por el consumidor (cuernas, pieles, aguijones, esqueletos); así como una parte de la energía ingerida no es asimilada (como la celulosa de los vegetales, que no es digerible para numerosos herbívoros y omnívoros) y vuelve al ambiente.

La energía asimilada se emplea para tratar o procesar la nueva energía ingerida, para mantener la respiración del organismo, para reparar tejidos, para formar nuevos tejidos y para producir descendencia. Por último, si se trata de analizar un determinado ecosistema, no se puede olvidar la posibilidad de que parte de la energía producida sea exportada a los límites exteriores, como ocurre en muchas lagunas litorales sometidas a la acción de las mareas.

Quino

Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, es un dibujante nacido el 17 de julio de 1932 en la ciudad de Mendoza, Argentina. Hijo de emigrantes andaluces, aprendió los primeros rudimentos del dibujo junto a su tío Joaquín Tejón, pintor y diseñador gráfico.

Inició estudios de Bellas Artes en su ciudad natal, pero marchó a Buenos Aires antes de acabarlos, en 1950. Cuatro años después debutó como dibujante en el semanario bonaerense Esto es. Durante su juventud colaboró en las principales revistas de humor argentinas (Rico Tipo, Tía Vicenta) y algunas españolas (Triunfo).

Además de la argentina, Quino posee la nacionalidad española.

Mafalda

En 1962, Quino creó su personaje de cómic más famoso, aparecido por primera vez en el semanario de Buenos Aires Primera plana: se trata de Mafalda, la niña lúcidamente analítica que junto a su pandilla de amigos pondrá en clave de humor, con una inocencia demoledora, profundas reflexiones y duras críticas a la sociedad. Surrealista a veces, siempre inteligente y con un estilo de líneas sencillas, su contundente sátira le supuso graves problemas durante la dictadura argentina, hasta el punto de que acabó por abandonar el personaje en 1973. Sin embargo, la fama del personaje perduró internacionalmente, y en 1993 Mafalda protagonizó una serie de dibujos animados de 104 episodios de un minuto de duración, que recreaban sus tiras de prensa.

Mafalda apareció por primera vez en 1962

Otros títulos

Ha recopilado su obra en los libros Mundo Quino (1967), Bien gracias, ¿y usted? (1976), Hombres de bolsillo (1977), Gente en su sitio (1978), Déjenme inventar (1983), Humano se nace (1991), ¡Qué mala es la gente! (1996), Esto No es Todo (2001), ¡Qué presente impresentable! (2004), La aventura de comer (2007) y ¿Quién anda ahí? (2012), entre otros títulos. En 2014 fue merecedor del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

La monarquía constitucional española

La monarquía española nació con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, fruto del matrimonio de los Reyes Católicos y, salvo breves períodos de tiempo, ha logrado permanecer hasta nuestros días. Por eso se la considera el símbolo de la permanencia y continuidad del Estado. El restablecimiento de las instituciones democráticas en el año 1978 supuso la restauración de la monarquía después de la experiencia republicana (1931-1939) y de la dictadura franquista (1939-1975), durante la cual España se reconocía oficialmente como un reino aunque la jefatura del Estado la asumiera y ejerciera el general Franco, quien, incumpliendo la normas de sucesión dinástica, designó a Juan Carlos de Borbón como sucesor al trono.

Durante la elaboración de la Constitución de 1978 se plantearon dos cuestiones: resolver el problema de la legitimidad de un nombramiento realizado al margen de las normas de sucesión dinástica y adaptar la institución monárquica al sistema democrático.

Desde la promulgación de la Constitución, España se configura como una monarquía parlamentaria enlazando con la tradición española y, más concretamente, con la Constitución de 1876. El Rey, como personificación de la Corona, recibe sus atribuciones de la Constitución, pero se reconoció a Don Juan Carlos la legitimidad dinástica para ocupar el trono como consecuencia de la renuncia a los derechos sucesorios efectuada por su padre, Don Juan de Borbón, a quien, según las normas de sucesión dinástica, correspondía el trono.

La continuidad de la monarquía se asegura mediante la aplicación de las reglas clásicas sobre sucesión al trono del sistema castellano. En definitiva, la monarquía en España se asienta sobre una doble legitimación: por un lado, la legitimidad democrática que le otorga la Constitución y, por otro, la legitimidad histórica que le confiere el sistema de sucesión dinástica, tras la renuncia de Don Juan de Borbón.

El 2 de junio de 2014, el Rey Juan Carlos I anunció que abdicaba en favor de su único hijo varón, Don Felipe de Borbón, tal como está previsto por las disposiciones sucesorias de la Constitución. La ley orgánica de abdicación fue aprobada el día 11 del mismo mes en el Congreso de los Diputados, por 299 votos a favor, 13 en contra y 23 abstenciones. Tras la asunción del nuevo rey bajo el nombre de Felipe VI (19 de junio), se abrió una nueva etapa en el Reino de España, con la segunda generación de monarcas tras la recuperación de la democracia.

Don Felipe de Borbón es el actual Rey de España. Asumió el trono el 19 de Junio de 2014

Funciones del Rey

La Constitución española señala que el Rey ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes. El artículo 56.1. de la Constitución de 1978 concibe la figura del Monarca en un triple sentido: como símbolo de la unidad y permanencia de España, como árbitro y moderador del funcionamiento regular de nuestras instituciones y como el más alto representante del Estado en las relaciones internacionales. Ahora bien, dichas funciones sólo podrán ser ejercidas mediante los mecanismos que la propia Constitución establece, y por tanto la actuación del Rey se debe ceñir a las atribuciones que la ley le otorga.

La mayor parte de las atribuciones del Rey son actos debidos, es decir, actos establecidos por la ley en los que el Monarca no expresa su voluntad. Así, el Rey debe sancionar las leyes aprobadas por las Cortes, convocar las Cortes al comienzo de cada legislatura, disolverlas y convocar elecciones a petición del Presidente del Gobierno, nombrar y separar a los ministros a propuesta de su presidente, expedir los decretos aprobados por el Consejo de Ministros, nombrar los altos cargos a propuesta del Gobierno o de las Cortes, declarar la guerra o la paz, previa autorización de las Cortes, o prestar consentimiento para la firma de tratados internacionales.

En todos estos casos, el Rey no actúa por iniciativa propia sino por mandato de la ley o por indicación de alguno de los poderes democráticamente elegidos, sean las Cortes o el Gobierno.

La función más importante atribuida al Rey es la de proponer a las Cortes un candidato a Presidente del Gobierno para su aprobación. Después de la celebración de elecciones generales, el Rey deberá recibir a los representantes de todos los grupos parlamentarios antes de proponer un candidato. La finalidad de este trámite es conocer qué candidato tendría mayores posibilidades de ser elegido en la votación de investidura del Congreso.

Si hay un partido con mayoría absoluta en el Congreso, la discrecionalidad del Rey queda anulada, ya que deberá proponer al líder de dicho partido. Si, en cambio, no hay ningún partido con mayoría absoluta, deberá proponer al candidato de la lista más votada, a no ser que de sus consultas dedujese que un candidato de otro partido pudiera aglutinar el resto de las fuerzas políticas representadas y ser elegido. En definitiva, el Rey deberá optar por la solución que, según su criterio, proporcione mayor estabilidad gubernamental. En la práctica, son los propios partidos los que proporcionan al Monarca la solución apropiada y no le corresponde a él promover acuerdos entre ellos.

Aunque el Rey goce de mayores atribuciones en la elección del candidato a Presidente del Gobierno, en última instancia serán los partidos políticos con representación parlamentaria los que tomen la decisión. No existe por tanto peligro alguno de que el Monarca asuma arbitrariamente un protagonismo que la Constitución no le otorga; más bien al contrario, su función va destinada a asegurar el normal funcionamiento de las instituciones y a procurar una mayoría parlamentaria que permita un gobierno estable.

Juegos Olímpicos de Londres 2012

Entre los días 27 de julio y 12 de agosto de 2012 tuvieron lugar en Londres, la capital del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, los Juegos Olímpicos de Verano correspondientes a la XXX Olimpiada de la era moderna. Era la tercera vez que la ciudad británica acogía este evento mundial, como ya hizo en 1908 y 1948.

El Comité Olímpico Internacional adjudicó a Londres la organización de los Juegos en su 117ª sesión, reunida en Singapur en julio de 2005. Las candidaturas desestimadas en su beneficio correspondieron a las ciudades de Moscú, Nueva York, Madrid y París.

La preparación del evento corrió a cargo de un Comité Organizador, encargado de la planificación general y la recaudación de fondos, y de la Oficina de Proyectos de las Olimpiadas, que asumió la realización de las obras y la provisión de servicios. También se contó con la colaboración y patrocinio material de distintas entidades privadas y públicas.

Los JJOO de Londres fueron la trigésima edición de las Olimpiadas.

La municipalidad londinense aprovechó las inversiones estatales recibidas en proyectos de renovación urbanística de importantes zonas de la capital. También se mejoraron las condiciones urbanas de sostenibilidad, con la apertura de nuevas zonas verdes, mejoras en el transporte público, y la renovación del servicio de recogida y procesamiento de basuras.

El capítulo de seguridad fue cubierto, a escala nacional, por un impresionante dispositivo conjunto de la policía y el ejército, que movilizó a cerca de 50.000 efectivos (17.000 de ellos militares, más de los que el Reino Unido tenía desplegados en Afganistán).

Como prolegómeno a los Juegos, el peregrinaje de la antorcha olímpica tuvo ese año una modificación sustancial en su acostumbrada travesía, pues fue trasladada directamente desde Grecia al Reino Unido, por cuya geografía realizó el tradicional periplo previo a su triunfal entrada en el Estadio Olímpico londinense, al término de la gala inaugural del evento.

El principal escenario deportivo fue el Parque Olímpico de Londres, construido sobre 200 hectáreas de antiguo uso industrial en el distrito de Stratford, al este de la ciudad. Allí estaban la Villa Olímpica, el Estadio Olímpico, el pabellón Arena de baloncesto, el Centro Acuático y el Velódromo, entre otras instalaciones. Sin embargo, la competición no se ciñó en exclusiva al citado Parque, pues buena parte de ella se desarrolló en equipamientos deportivos o de esparcimiento ya existentes antes de la aprobación de la candidatura, por ejemplo el estadio de Wembley, el club de tenis de Wimbledon o Hyde Park.

El conjunto residencial que albergó a los atletas se convertirá en un nuevo barrio londinense, que pasará a denominarse East Village.

Participaron en los Juegos de Londres las delegaciones de 204 estados (alrededor de 10.500 atletas). Entre ellos figuró un representante de Sudán del Sur, el país de más reciente creación, si bien acudió a título de Participante Olímpico Independiente, por no haberse creado aún el Comité Olímpico de la joven nación.

En Londres participaron delegaciones de 204 países distintos.

Cabe destacar que todas las delegaciones nacionales de atletas incluyeron al menos una mujer, primera ocasión de la historia del olimpismo en que así ocurría; en total, el 46 % de los participantes correspondió al sexo femenino, sensible avance con respecto a los Juegos de Pekín (2008), donde este porcentaje se situó en un 42 %. La delegación que Estados Unidos contaba en Londres con mayoría de mujeres.

La competición sumó 26 deportes olímpicos, que abarcaron las 39 disciplinas siguientes: atletismo, bádminton, baloncesto, balonmano, boxeo, ciclismo (en sus especialidades de BMX, montaña, pista y ruta), deportes acuáticos (natación, natación sincronizada, saltos y waterpolo), equitación, esgrima, fútbol, gimnasia (artística, rítmica y acrobática), halterofilia, hockey sobre hierba, judo, lucha (grecorromana y libre olímpica), piragüismo (en eslalon y en aguas tranquilas), pentatlón moderno, remo, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tiro olímpico, triatlón, vela y voleibol (voleibol y voleibol playa).

Las grandes favoritas para la cabeza del medallero eran las delegaciones de Estados Unidos y China, triunfadoras en Pekín 2008, donde la primera obtuvo el mayor número de preseas de oro, y la segunda, el monto superior de insignias de las tres categorías (oro, plata y bronce). No decepcionaron las expectativas: Estados Unidos ocupó el primer puesto con 104 preseas (46 de oro, 29 de plata y 29 de bronce), seguida de China, con 88 metales (38 de oro, 27 de plata y 23 de bronce); a la zaga quedaron Reino Unido con 65 (29 de oro, 17 de plata y 19 de bronce), y Rusia con 82 (24 de oro, 26 de plata y 32 de bronce). España ocupó el puesto 21 de la clasificación con 17 medallas (3 de oro, 10 de plata y 4 de bronce). Países latinoamericanos con presencia en el podio de los triunfadores fueron: Brasil, con 17 preseas (3 de oro, 5 de plata y 9 de bronce); Colombia, con 8 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); México con 7 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); Argentina con 4 (1 de oro, 1 de plata y 2 de bronce); República Dominicana con 1 de oro y 1 de plata y Venezuela con 1 de oro.

EEUU lideró el medallero con 46 preseas doradas. Phelps (foto) aportó 6 de ellas.

Para los anales del deporte olímpico quedarán los triunfos del jamaicano Usain Bolt, ganador del oro en las pruebas reinas de la velocidad, los 100 y 200 m lisos, además de la prueba de relevos de 4×100 m lisos, con lo que se convertía en el primer velocista de la historia que sumaba seis oros olímpicos; la victoria del keniano David Rudisha en los 800 m, cuya plusmarca mundial batió holgadamente; los seis metales -cuatro oros y dos platas- con los que alcanzó 22 preseas olímpicas el estadounidense Michael Phelps, el mejor nadador de todos los tiempos; y cómo no, la meritoria participación en la prueba de los 400 m del sudafricano Oscar Pistorius, primer campeón paralímpico que accedía a la palestra de los Juegos, inconfundible por las prótesis de fibra de carbono que sustituían a sus pies amputados.

Concluidos los Juegos de verano, el 12 de agosto, el espíritu de la Olimpiada perduró durante los Juegos Paralímpicos, que también se disputaron en Londres, entre los días 29 de agosto y 9 de septiembre de 2012.

Principios y leyes paleontólogos

Se trata de enunciados que han de tenerse en cuenta a la hora de realizar estudios paleontológicos. No son conceptos basados en una teoría o una hipótesis sino en una realidad que ha ido revelando poco a poco el estudio práctico de los fósiles.

Todos estos principios y leyes siempre se cumplen.

Cuvier anunció los primeros principios que dieron forma a la paleontología actual; algo más tarde Darwin y Wallace añadieron otros nuevos, pero fue a mediados del s. XVIII cuando el suizo Pictet estableció de una manera definitiva estos enunciados tal como los conocemos hoy.

Principio del actualismo

El actualismo paleontológico establece que los organismos fósiles se regían por las mismas leyes biológicas que los seres vivos actuales. Las leyes físicas y químicas no han cambiado a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, el proceso fotosintético era el mismo entre las plantas del Devónico que entre las actuales, o si se encuentra un hueso fosilizado se podrá deducir que correspondía a un animal y no a una planta.

Fósil de un pez.

Principio de la anatomía comparada

Los estudios de anatomía comparada en los animales y vegetales actuales permiten establecer diferencias y analogías entre ellos o entre sus partes constituyentes. De igual manera, estos estudios son aplicables a sus antecesores fósiles. Por ejemplo, si encontramos dos conchas fosilizadas, estudiando sus similitudes o sus diferencias podremos llegar a deducir si pertenecían o no a una misma especie.

Principio de la correlación orgánica

Existe una relación constante entre los diversos órganos, piezas y estructuras que forman un ser vivo. A partir de un único elemento de ese organismo es posible deducir el orden y la disposición de los restantes. Por ejemplo, estudiando los huesos de una pata de dinosaurio ha sido posible reconstruir el aspecto que tenía el animal cuando estaba vivo y entero.

¿Lo sabías? Con un solo fósil de un animal se puede reconstruir todo su aspecto.

Principio de cronología relativa

El orden de superposición de los estratos corresponde al orden cronológico en que se depositaron, los más antiguos debajo de los más modernos. No obstante, hay que tener cuidado con esto, pues hay estratos que han invertido su posición, estando los más modernos por debajo de los antiguos.

Primera Ley

La duración de las especies de las épocas geológicas ha sido limitada. Esto quiere decir que todas las especies han aparecido en algún momento, han perdurado durante un cierto tiempo y después se han extinguido. No obstante, hay algunas especies muy antiguas que mantienen características arcaicas y que todavía no se han extinguido: son los llamados fósiles vivientes.

Segunda Ley

Las diferencias existentes entre las faunas fósiles y los animales actuales son tanto más acusadas cuanto más antiguas sean. Así, un fósil de hace 1.000 millones de años se diferencia de una especie actual mucho más que otro de hace solo 300 millones de años.

Tercera Ley

Los animales de faunas más recientes tienen formas más variadas que las de las faunas antiguas. Dicho de otro modo, a partir de una especie antigua han podido surgir dos o más especies actuales.

Alexander Oparín fue un bioquímico ruso, pionero en el desarrollo de las teorías sobre el origen de la vida en la Tierra.

Cuarta Ley

Los animales más perfectos, de organización más compleja, son relativamente más recientes. En este enunciado hay que tener en cuenta que en el curso de la evolución muchas estructuras se han simplificado o han desaparecido como resultado de una mejor adaptación al medio. Por ejemplo, los animales cavernícolas suelen carecer de ojos y de pigmentación.

Quinta Ley

Desde el momento de la aparición de un grupo biológico hasta su extinción, no ha tenido interrupción en su existencia. Esto quiere decir que cualquier organismo procede de otro anterior y similar a él. Los “eslabones perdidos” no son más que esos pasos intermedios entre dos etapas en la evolución de un grupo y de los que no se han encontrado restos fósiles.

Sexta Ley

Cada especie ha llegado a la existencia coincidiendo en el espacio y en el tiempo con otra preexistente, estrictamente próxima. Esto quiere decir que lo mismo que existe una secuencia en el tiempo en cuanto a las diferencias entre los organismos, también la hay en el aspecto geográfico. Por lo general, especies emparentadas aparecerán también en áreas cercanas.

Séptima Ley o Ley de la Recapitulación

El orden de aparición de los representantes de un cierto tipo de animales se reproduce en las fases por las que pasa el desarrollo individual de los más recientes del mismo grupo. Esto quiere decir que, por ejemplo, el embrión de un mamífero va pasando por etapas en las que presenta diversas características de los grupos antecesores en su evolución: primero un equinodermo, luego un pez, más adelante un anfibio.

La Ley de la recapitulación fue planteada por Ernst Haeckel en 1866.

Métodos anticonceptivos fisiológicos

Los métodos anticonceptivos fisiológicos son 4: el DIU, los anticonceptivos hormonales, la interrupción voluntaria del embarazo y la esterilización.

El dispositivo intrauterino o DIU

El dispositivo intrauterino, o DIU, también conocido como “espiral”, es un elemento de pequeñas dimensiones que se inserta dentro del útero y que impide que el embarazo prospere.

Todavía no se conoce con total exactitud el mecanismo de acción del DIU. Sin embargo, al parecer, el DIU actúa como un cuerpo extraño dentro de la cavidad uterina, frente al cual la mucosa de este órgano reacciona mediante una inflamación que no ocasiona molestias a la portadora, pero impide que la célula huevo se implante.

El DIU se coloca dentro de la cavidad uterina e impide que el embarazo prospere.

La colocación del DIU es un procedimiento muy sencillo que lleva a cabo el especialista. No obstante, antes de recurrir a este método anticonceptivo, la mujer ha de someterse a un examen ginecológico, en el que se descartan diversos trastornos que podrían contraindicarlo, como infecciones, hemorragias o tumores.

El DIU no está indicado en todas las mujeres. En general, es más recomendable en las que ya han tenido hijos, porque lo toleran mejor. Sin embargo, hay una gran diversidad de modelos, algunos de ellos especialmente recomendados para mujeres que aún no se han quedado embarazadas.

Entre las ventajas del DIU destaca que es un método anticonceptivo de acción muy prolongada, ya que solo debe sustituirse cada dos a cinco años, que no actúa fuera del útero, a diferencia de los anticonceptivos hormonales, y que no es un método anticonceptivo irreversible, a diferencia de la esterilización. Por otra parte, el DIU obliga a las mujeres portadoras a someterse a controles ginecológicos periódicos y, en muy contados casos, da lugar a complicaciones de cierta gravedad. El DIU está considerado como el método anticonceptivo más eficaz, después de la esterilización y los anticonceptivos hormonales.

Los anticonceptivos hormonales

Los anticonceptivos hormonales son fármacos sintéticos de efectos similares a las hormonas, que inhiben la ovulación, la fecundación o el desarrollo del embarazo.

Los anticonceptivos hormonales más utilizados son los anovulatorios. Estos fármacos inhiben la ovulación, un proceso merced al cual, durante cada ciclo menstrual, un óvulo madura, se desprende del ovario y se introduce en la trompa de Falopio. Al inhibir este proceso, la fecundación resulta imposible.

Los anovulatorios contienen diversas combinaciones y dosis de sustancias de efectos similares a los estrógenos y la progesterona. Durante el ciclo sexual, la ovulación se produce por los efectos de dos hormonas que secreta la hipófisis, que son la FSH o foliculoestimulante, y la LH o luteinizante. Sin embargo, cuando los niveles de estrógenos y progesterona son muy elevados, como sucede cuando se producen la fecundación y el embarazo, estas hormonas se secretan en menor cantidad y, en consecuencia, la ovulación no tiene lugar. Los anovulatorios actúan de forma similar: mediante su administración se consiguen niveles elevados de sustancias de efectos similares a los estrógenos y la progesterona, de manera que las hormonas FSH y LH se secretan en menores cantidades de las normales, y por lo tanto no se produce la ovulación.

Además de inhibir la ovulación, los anovulatorios tienen otros efectos anticonceptivos, tales como hacer que las secreciones del cuello uterino resulten más infranqueables para los espermatozoides o modificar las características de la mucosa uterina, de forma que la implantación de la célula huevo sea imposible.

Existen diversos tipos de anovulatorios. Los más empleados son los anticonceptivos orales, también conocidos como píldoras anticonceptivas, que se administran por vía oral. La frecuencia de las tomas depende de su composición. La mayor parte se administran diariamente, durante los primeros 21 días de cada ciclo menstrual. Sin embargo, algunos se toman una sola vez al mes.

Las píldoras anticonceptivas son uno de los métodos más utilizados en el mundo. Suelen estar en dosis de 21 o 28 pastillas.

Los anovulatorios inyectables se administran mediante una inyección intramuscular y, según su composición, pueden administrarse una o varias veces al mes.

Otro tipo de anticonceptivo hormonal de uso relativamente común es la minipíldora, un fármaco que está compuesto por una sustancia de efecto similar al de la progesterona, y que se administra diariamente por vía oral. La minipíldora actúa alterando las características de las secreciones mucosas del cuello uterino, haciéndolas infranquebles para los espermatozoides.

Por último, otro anticonceptivo hormonal que se emplea con cierta frecuencia es el anticonceptivo poscoital, que se presenta en forma de comprimidos de composición similar a los anovulatorios, pero con un contenido superior de hormonas. Los anticonceptivos poscoitales no se administran de forma continua y regular, sino de forma excepcional, como una alternativa de urgencia, cuando se ha realizado un coito vaginal y no se han empleado otros métodos anticonceptivos o bien se sospecha que estos han fallado. En general, estos compuestos se deben tomar durante cinco días seguidos y solo son efectivos si comienzan a administrarse antes de que hayan transcurrido 24 horas tras haber realizado el coito vaginal. Estos compuestos actúan modificando las características de la mucosa uterina, impidiendo la implantación de la célula huevo.

Los anticonceptivos hormonales tienen la ventaja de no interferir en el juego sexual y de no requerir ninguna preparación especial para emplearlos. Además, constituyen el método anticonceptivo más seguro que existe después de la esterilización, y, a diferencia de esta, su efecto no es irreversible. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes. En primer lugar, requieren la prescripción médica y un control ginecológico anual. Además, pueden causar algunos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, aumento de peso, dolor de cabeza, crecimiento de vello o acné. Finalmente, los anovulatorios orales de administración diaria, que son los de uso más extendido, deben tomarse con regularidad, evitando los olvidos.

Por otra parte, los anticonceptivos hormonales están contraindicados en algunos casos, como ocurre ante la existencia de ciertos trastornos cardiovasculares o en mujeres fumadoras de más de 35 años de edad. Además, su uso no está recomendado durante la adolescencia, cuando el aparato genital femenino aún no ha completado su maduración.

La interrupción voluntaria del embarazo

La interrupción voluntaria del embarazo, o aborto inducido, consiste en aplicar diversos tipos de técnicas con el objetivo de evitar el desarrollo del embrión. El aborto inducido no es un método anticonceptivo, ya que no está dirigido a impedir la fecundación, la implantación o el desarrollo de la célula huevo, sino a imposibilitar que el embrión, ya formado, continúe desarrollándose. No obstante, la legislación de numerosos países occidentales lo contempla como un último recurso para evitar el nacimiento de un hijo no deseado.

Existen diversos métodos para realizar el aborto inducido. Los más empleados son la aspiración del contenido del útero mediante una cánula especial y el raspado quirúrgico, que se realiza con una cucharilla que se introduce en el interior de dicho órgano. Por otra parte, en algunos países se ha comercializado un fármaco, denominado RU-486, que se administra por vía oral e inhibe la acción de la progesterona, y que actúa frenando el embarazo y produciendo, a la vez, unas contracciones uterinas que ocasionan la expulsión del contenido de este órgano.

El aborto impide que el embrión continúe su desarrollo normal.

 

El aborto inducido, cuando se lleva a cabo de forma legal, en condiciones aceptables de higiene y por profesionales responsables, no suele dar lugar a complicaciones de importancia, aunque algunas mujeres experimentan una reacción depresiva que requiere una ayuda psicológica puntual. Sin embargo, cuando se realiza de forma clandestina e incontrolada, las complicaciones no son infrecuentes.

Esterilización

La esterilización es una técnica quirúrgica destinada a impedir la procreación, que puede practicarse en el hombre o en la mujer y que tiene efectos irreversibles.

La esterilización masculina, o vasectomía, es una intervención quirúrgica muy sencilla, que consiste en seccionar y ligar los conductos deferentes, que conducen los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra. En el individuo vasectomizado se mantienen la libido, la erección, la eyaculación y el orgasmo; pero su semen no contiene espermatozoides, de manera que no es capaz de fecundar un óvulo.

La esterilización femenina, o ligadura de trompas, es la intervención quirúrgica equivalente a la vasectomía, pero realizada en la mujer: consiste en seccionar y ligar las trompas de Falopio, por las que los óvulos descienden desde los ovarios hacia el útero. Al estar estos conductos bloqueados, la mujer ya no puede procrear, pero sus ciclos sexuales, menstruaciones, libido y orgasmos no se alteran.

La esterilización es irreversible. Provoca que la procreación entre el hombre y la mujer no pueda ser alcanzada.

La esterilización es un método anticonceptivo irreversible, y por ello se indica en personas que no desean tener más hijos o en mujeres de más de 35 años de edad, momento a partir del cual resulta cada vez de más riesgo el embarazo. Por otra parte, es el método anticonceptivo más eficaz: su índice de fallos es casi inexistente.

Métodos anticonceptivos de barrera

Los métodos anticonceptivos de barrera son aquellos que, mediante un mecanismo físico, impiden la unión del óvulo y el espermatozoide. Existen tres tipos.

Preservativo o condón

El preservativo o condón es una funda de látex que se coloca sobre el pene antes de realizar el coito, impidiendo que el semen entre en contacto con el aparato genital femenino.

Un preservativo correctamente utilizado es eficaz en un 99,9 %.

El preservativo posee varias ventajas como método anticonceptivo. En primer lugar, es fácil de emplear, es relativamente económico y no requiere prescripción médica. Además, es un método relativamente eficaz para prevenir embarazos no deseados, especialmente si se utiliza conjuntamente con sustancias espermicidas. Por otra parte, es útil para la prevención de diversas enfermedades de transmisión sexual, como es el caso del SIDA. En general, está especialmente recomendado en las relaciones sexuales esporádicas y en los adolescentes.

El diafragma

El diafragma es una especie de gorro de látex que se coloca en el fondo de la vagina, cubriendo y obstruyendo la entrada del cuello uterino, y que impide que el semen se introduzca en el útero.

Los diafragmas no son desechables, sino que pueden usarse durante varios meses, hasta un máximo de dos años. Existen diversas medidas de diafragmas, que se adaptan a la anatomía de la mujer que los usa, y conviene que sea un especialista quien decida cuál es la medida adecuada para cada persona.

El diafragma evita que el semen se introduzca en el útero.

El diafragma es relativamente fácil de emplear y no interfiere en el funcionamiento normal del aparato genital femenino. No obstante, es conveniente que lo seleccione un especialista y que la mujer se someta a un control ginecológico con cierta periodicidad. En general, tiene las mismas ventajas, inconvenientes e indicaciones que el preservativo. Sin embargo, su eficacia es algo inferior, incluso cuando se emplea con espermicidas.

Las sustancias espermicidas

Las sustancias espermicidas son productos farmacéuticos que tienen la propiedad de inmovilizar o destruir los espermatozoides y que, tras introducirse en la vagina, impiden que estos se mantengan viables y penetren en el útero.

Las sustancias espermicidas, que se presentan en forma de óvulos, tabletas vaginales, gel, crema y aerosol, deben introducirse en la vagina entre algunos minutos y una hora antes del coito. Siempre debe leerse atentamente el prospecto del producto, ya que su forma de empleo y la duración de su efecto son variables. Por lo general, su efecto dura entre 30 y 120 minutos. Tras la eyaculación, debe dejarse pasar un espacio de dos horas, como mínimo, antes de lavarse la vagina, de manera que su efecto se mantenga el máximo tiempo posible.

Las sustancias espermicidas pueden generar ardor, tanto en la mujer como en el hombre.

Los espermicidas tienen la ventaja de ser completamente inocuos y de fácil manejo. La única desventaja que poseen es que, a veces, producen una sensación de quemazón, tanto en el varón como en la mujer. Su eficacia es mediana, pero muy buena cuando se usa conjuntamente con los preservativos, y buena cuando se emplea junto con el diafragma.

Métodos anticonceptivos basados en la continencia periódica

Los métodos basados en la continencia periódica se basan en evitar el coito vaginal durante los días del ciclo menstrual en que se podría producir la fecundación. En cada ciclo menstrual existe un período fértil durante el cual, de realizarse un coito, podría producirse la fecundación, y un período no fértil, durante el cual la fecundación no es posible.

Los óvulos sólo se mantienen viables hasta 24 horas después de la ovulación, y los espermatozoides sólo pueden sobrevivir hasta un máximo de 72 horas dentro del aparato genital femenino. Así, el período fértil comprende desde tres días antes de la ovulación hasta un día después de ésta, y dura, en total, cuatro días. Por el contrario, el período no fértil se inicia un día después de la ovulación y se extiende hasta tres días antes de la siguiente ovulación, comprendiendo un total de 24 días.

Los ciclos menstruales no duran siempre 28 días, y la ovulación no se produce en todos los casos el día 14 de cada ciclo. Por ello, en la práctica, al emplear estos métodos, el período de continencia o abstención del coito vaginal debe extenderse a unos 6 o 7 días, para garantizar un margen mínimo de seguridad.

El período fértil comprende desde tres días antes de la ovulación y hasta un día después de la misma.

Existen diversos métodos para establecer el período de continencia. El más empleado es el método del calendario, o método de Ogino, mediante el cual se puede predecir la fecha de la ovulación teniendo en cuenta las fechas de ovulación de los ciclos precedentes. Este cálculo se realiza apuntando, durante doce meses seguidos, la fecha del primer día de cada regla, considerándolo como el primer día del ciclo menstrual. Para establecer las fechas en que se puede producir el período fértil se resta 18 al número de días que ha durado el ciclo más corto y 11 al número de días que ha durado el ciclo más largo. La primera de las cifras obtenidas es la fecha del ciclo menstrual en que debe comenzar la continencia, y la segunda, la fecha en que acaba el período de continencia.

Otro método para establecer el período de continencia es el registro de la temperatura basal, que consiste en registrar la temperatura del cuerpo diariamente, y se basa en el hecho de que, durante la ovulación y en los días posteriores, la temperatura corporal se incrementa unas décimas por encima de la normal. También existe el método de Billings, que consiste en observar las características del flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual, y se basa en que en el momento de la ovulación el flujo vaginal es más abundante y líquido que en el resto del ciclo.

Durante la ovulación, y en los días posteriores, la temperatura corporal se incrementa unas décimas.

Estos métodos poseen la ventaja de ser naturales y resultar económicos, pero requieren un largo período de preparación y entrenamiento y una gran dosis de disciplina. Además, la abstinencia de coito vaginal durante períodos repetidos a menudo comporta trastornos emocionales. Por todo ello, su índice de fracasos es bastante elevado.

Los métodos basados en la continencia periódica son muy económicos, pero deben ser llevados a cabo a la perfección, ya que pueden no ser tan eficaces.

Michael Phelps

Michael Phelps nació en Baltimore (Maryland, Estados Unidos) el 30 de junio de 1985. En su ciudad natal cursó las enseñanzas primaria y secundaria. Practicó diversos deportes antes de decidirse por la natación, disciplina en la que comenzó a destacar a los 10 años. Su portentosa complexión, con 195 cm de talla y un desarrollo muscular excepcional, aportaban las condiciones físicas óptimas para una triunfal carrera deportiva.

En 2000, con solo 15 años se clasificó para participar en los Juegos Olímpicos de Sidney (Australia), donde adquirió experiencia en la alta competición. Al año siguiente (2001) logró su primer triunfo internacional: el oro en la prueba de 200 m mariposa en el Mundial de Fukuoka (Japón). En 2002, convertido ya en uno de los plusmarquistas más jóvenes de la historia, conquistó cinco metales en los Juegos Panpacíficos de Yokohama (Japón): tres oros (200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (200 m mariposa y 4×200 m libres), lo que consolidó su candidatura a favorito en el certamen mundial que se celebraría en Barcelona (España) el año siguiente.

Las expectativas se cumplieron y Phelps ganó seis preseas en el Campeonato del Mundo de Barcelona de 2003: cuatro oros (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (100 m mariposa y 4×200 m libres). No obstante, la definitiva consagración del nadador tuvo como escenario los Juegos Olímpicos de Atenas (Grecia) de 2004, en los que ganó ocho medallas: seis oros (400 m estilos, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos bronces (200 m libres y 4×100 m libres). Ese mismo año ingresó en la Universidad de Maryland, donde cursó la carrera de Deportes, publicidad y administración hasta 2008.

Conocido ya como “el tiburón de Baltimore”, el estadounidense volvió a brillar en el Mundial de Montreal (Canadá) de 2005, en el que obtuvo cinco oros (200 m libres, 200 m estilos, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (100 m mariposa), así como en los Juegos Panpacíficos de Victoria (Australia) de 2006, donde conquistó cinco oros más (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres) y otra plata (200 m espalda).

Su carrera de triunfos prosiguió de modo espectacular en 2007. Ese año, Phelps subió a lo más alto del podio del Mundial de Melbourne (Australia) para recoger siete oros. Correspondieron a las finales de 200 m libres, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres.

Considerado ya el mejor nadador de la historia, Phelps despejó cualquier duda sobre su jerarquía al superar la legendaria plusmarca de su compatriota Mark Spitz (quien consiguió siete oros en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972). Así hizo el de Baltimore en los Juegos Olímpicos de Pekín (China) de 2008, donde venció en ocho pruebas: 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 200 m libres, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos.

Al año siguiente (2009) participó en el Mundial de Roma (Italia); allí conquistó cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (200 m libres). En 2010 obtuvo también cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) en los Juegos Panpacíficos de Irvine (California, Estados Unidos).

Galardonado con el World Swimmer of the Year Award (Premio al nadador mundial del año) en seis ocasiones (2003-2004 y 2006-2009), siguió cosechando triunfos en 2011, con ocasión del Mundial de Shanghai (China), en el que conquistó cuatro oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×200 m libres y 4×100 m estilos), dos platas (200 m libres y 200 m estilos) y un bronce (4×100 m libres).

En 2012 y con 27 años cumplidos, Phelps anunció su retirada de la alta competición, tras participar en los Juegos Olímpicos de Londres (Reino Unido). En este evento puso colofón a su carrera con cuatro oros (100 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos platas (200 m mariposa y 4×100 m libres), de modo que su palmarés deportivo sumó 22 medallas olímpicas (18 de oro) y 33 mundiales (26 oros), con 37 plusmarcas mundiales batidas a lo largo de su carrera. Estas cifras que lo convierten en el deportista más laureado de la historia.

Juan Manuel Fangio

Juan Manuel Fangio nació el 24 de Junio de 1911 en la ciudad de Balcarce, provincia de Buenos Aires, Argentina. Es, sin duda, el mejor automovilista de velocidad de la historia de dicho país y uno de los mejores de la historia.

Tras su exitoso paso por el turismo de carretera, Juan Manuel Fangio comenzó en 1949 su excepcional carrera como piloto en pruebas de circuito, que lo convirtió en uno de los nombres esenciales de la historia del deporte argentino. Se puede asegurar que en muchos rincones del mundo el nombre de Argentina se oyó por primera vez asociado a los trofeos automovilísticos ganados por este campeón irrepetible. Debutó aquel año en Mar del Plata, donde consiguió su primera conquista. Meses más tarde, en San Remo, Italia, obtuvo su primer triunfo europeo.

Fue campeón de la Fórmula 1 en cinco oportunidades.

Comenzó así su indiscutible hegemonía en la Fórmula 1, la más alta categoría de competencia automovilística internacional. En 1951, a bordo de un Alfa Romeo, ganó su primer título mundial, imponiéndose al italiano Alberto Ascari. El año 1954, con un Maserati primero y con un Mercedes Flecha de Plata después, ganó su segundo título, dejando en segundo lugar a otro gran piloto argentino: José Froilán González.

Al año siguiente, con el mismo modelo de vehículo, aventajó al británico Stirling Moss, uno de sus más enconados y persistentes rivales. En 1956 volvió a obtener la corona como piloto de Ferrari y al año siguiente, otra vez con Maserati, se consagró por quinta vez campeón del mundo, en una inolvidable faena en el circuito alemán de Nürburgring.

En 1958 se retiró de las competencias automovilísticas. Todavía a principios del siglo XXI seguía siendo el más ganador de los 22 argentinos que hasta entonces habían competido en Fórmula 1.