La administración de Francisco de Paula Sanz

Francisco de Paula Sanz fue el gobernador de Potosí durante el mandato de varios virreyes del Virreinato del Río de la Plata. Se convirtió en una figura controvertida hasta su muerte en 1810 a manos de los independentistas, período en el que se destacó, más que sus predecesores, en la particular gerencia de su territorio.

¿QUIÉN FUE?

Paula Sanza fue nombrado gobernador intendente de Potosí en 1788. Desde este cargo se convirtió en una figura controvertida, ya que, por un lado, se describe como una persona altruista y generosa, de gran apoyo a las obras de caridad y con una capacidad administrativa sobresaliente que otorgó grandes riquezas y beneficios al territorio; mientras que, por otra parte, demostró una crueldad sin precedentes en contra de los hombres de los pueblos originarios subordinados, a los cuales hacía trabajar hasta la muerte, y una brutal represión de las iniciativas independentistas.

ESTRATEGIAS ADMINISTRATIVAS

Entre sus estrategias administrativas destacó el fortalecimiento de la actividad de las minas de plata de Potosí, que para entonces se encontraba en decadencia, al reorganizar las estructuras operativas e introducir nuevas técnicas: mejoró la amalgamación de los minerales, limitó el uso del limitado mercurio utilizado para la extracción de plata, optimizó el traslado de material desde la península y disminuyó el número de trabajadores indígenas empleados, a costa de una mayor carga de trabajo.

A través del Código Carolino, un documento que reflejaba el programa a llevar a cabo con respecto a las minas, hacía referencia a limitar la libertad de los dueños de las instalaciones que procesaban el mineral extraído al asignar una tasa máxima a los alquileres y al aumento en el número de trabajadores, plan que fue rechazado en 1797.

¿Sabías qué?
El Cerro Rico, montaña ubicada en Potosí y bajo administración de Paula Sanz en su momento, fue la mayor mina de plata de la época colonial entre los siglos XVI y XVIII, pues alrededor del 80 % de la plata de todo planeta provenía de aquí.
Cerro Rico, en Potosí.

Pedro Antonio Olañeta y la batalla de Tumusla

Pedro Antonio Olañeta fue un destacado militar español reconocido por defender de manera abierta y absoluta el sistema realista, por lo que se convirtió en un obstáculo constante para la causa patriota durante la guerra de la independencia latinoamericana. Esta resistencia terminó cuando Olañeta murió en la última de las batallas del Alto Perú: la de Tumusla.

Antecedentes

Pedro Antonio Olañeta nació en 1770 en el antiguo territorio español de Vizcaya, bajo el seno de una familia de comerciantes que se mudó a Suramérica y que logró instalarse cómodamente en diferentes regiones del Alto Perú y el Virreinato del Río de la Plata, una profesión que Olañeta no tardó en adoptar y que le aportó grandes riquezas y propiedades. Al mismo tiempo, se unió a la milicia de Potosí en su juventud, donde pronto consiguió escalar posiciones.

El gran cambio en su vida inició con la Revolución de Mayo en 1810, con una nueva y poderosa dirección en Buenos Aires dispuesta a liberar del yugo de la Corona española al continente y que forzaría a las regiones a elegir bandos; Olañeda, luego de reflexionarlo, se decantó por apoyar a los realistas, pues un cambio en este sistema podría perjudicar su acomodada situación. Desde entonces se desempeñó como un líder militar realista en diversas batallas contra los independentistas, especialmente aquellas destinadas a detener los avances que estos realizaban para tomar el control de las tierras del Alto Perú.

La batalla de Tumusla

La batalla de Ayacucho determinó la derrota de las principales fuerzas realistas y dio pie a la independencia de Perú. Sin embargo, un sector de los españoles no aceptó estos resultados, incluido Olañeta. Él mismo se dirigió con sus tropas al Alto Perú para ofrecer una última resistencia desesperada contra los patriotas. Sin embargo, el coronel Carlos Medinaceli, uno de los hasta entonces subordinados de Olañeta situado en estas tierras, se reveló a favor de los patriotas. Al enterarse, Olañeta salió de inmediato a enfrentarlo, mientras su ahora enemigo reforzaba su ejército en Cotagaita con otros simpatizantes de la causa.

Los dos ejércitos se encontraron a orillas del río Tumusla el 1° de abril de 1825. Los hombres de Olañeta eran más numerosos y estaban mejor armados, pero la estrategia de Medinaceli fue superior, pues logró abatir al líder realista y con ello debilitar y desmoralizar sus tropas, hasta finalizar el combate a las 7 de la tarde con la victoria patriota. Gravemente herido, Olañeda aceptó la derrota y falleció al día siguiente.

¿Sabías qué?
El rey Fernando VII de España nombró a Olañeta como virrey del Río de la Plata en 1825. Sin embargo, esto ocurrió tres meses después de su fallecimiento y sin el conocimiento del rey sobre este suceso, por lo que su investidura nunca pudo efectuarse.
Retrato de Pedro Antonio Olañeta.

Sacerdote constituyente

Manuel Villarán Loli fue un destacado clérigo y político peruano que dedicó su vida al servicio público y al activismo social. Su incansable labor como sacerdote católico lo llevó a ser elegido diputado y se convirtió en un influyente actor político y social de su época. Su legado perdura como un ejemplo de integridad e idealismo y dejó una huella imborrable en la historia del Perú.

Escudo Nacional del Perú.

1800

Ingresó al Seminario de Santo Toribio en Lima.

1808

Obtuvo el grado de bachiller en Cánones en la Universidad de San marcos.

1815

Logró el doctorado en Sagrada Teología en la misma universidad.

1820

Alcanzó el doctorado en Leyes y fue ordenado sacerdote.

1821

Participó en la firma del Acta de la Declaración de la Independencia en su calidad de profesor de San Marcos.

1824

Fue designado como miembro de la comisión para redactar el estatuto de la universidad de Trujillo y recibió la medalla cívica por sus servicios a la causa libertadora.

1833

Fue elegido diputado constituyente por Huaylas.

1839

Presidió el Congreso General de Huancayo, que ratificó la Constitución de 1839.

AMISTAD CON LOS LIBERTADORES

La amistad de Manuel Villarán Loli con Simón Bolívar y José de San Martín fue un lazo histórico que se consolidó durante la lucha por la independencia de América del Sur. Durante este período, estableció estrechos lazos con Bolívar y San Martín, quienes eran reconocidos como los principales líderes independentistas de la región. Villarán fue un leal colaborador de San Martín y también mantuvo una buena relación con Bolívar, su amistad se basaba en su compromiso compartido con la independencia de América del Sur y la creación de naciones soberanas y democráticas en la región. La amistad entre estos tres personajes fue un ejemplo de generosidad, respeto y patriotismo que dejó una huella profunda en la historia de América del Sur.

¿Sabías qué?
Manuel Villarán Loli fue el líder inaugural de la Convención Nacional del Perú, un órgano constituyente que se estableció en Lima el 12 de marzo de 1834. Villarán encabezó la primera sesión y después fue seleccionado de forma unánime para presidir la convención, cuyo propósito era elaborar una nueva constitución y calmar la situación política del país. A pesar de esto, su gestión fue breve ya que tuvo que hacer frente a la oposición de los militares y la amenaza de una invasión boliviana. Finalmente, renunció a su cargo el 12 de abril de 1834, siendo sucedido por Tomás Diéguez de Florencia.

Letra del himno de José Ignacio de Sanjinés

José Ignacio de Sanjinés fue un poeta, educador, abogado y político boliviano reconocido por ser el autor de la letra del Himno nacional de Bolivia. De Sanjinés plasmó su fervor patriótico en la letra de su composición, mismo que, tras muy ligeras modificaciones, reproduce actualmente el país y lo representa.

José Ignacio de Sanjinés

José Ignacio de Sanjinés nació 1786 en Potosí, en el Virreinato del Río de la Plata. Se instaló en Sucre desde su juventud, donde se graduó como abogado en 1812. Luego se convirtió en representante nacional de Potosí en las Asambleas Deliberante y Constituyente de 1825 y 1826 para la recién formada patria independiente de Bolivia.

Fue el autor de la letra del himno nacional del país, mientras que Leopoldo Benedetto Vincenti compuso la melodía. El himno se estrenó por primera vez al público el 18 de noviembre de 1845 en la ciudad de La Paz, frente al Palacio de Gobierno, y en 1851 el presidente Manuel Isidoro Belzú decretó esta composición como el himno oficial del país.

LETRA DEL Himno

Coro:

De la Patria, el alto nombre,

en glorioso esplendor conservemos,

y en sus aras, de nuevo juremos:

¡Morir antes que esclavos vivir!

I

¡Bolivianos!: el hado propicio,

coronó nuestros votos y anhelo;

es ya libre, ya libre este suelo,

¡ya cesó su servil condición!

Al estruendo marcial que ayer fuera

al clamor de la guerra horroroso,

siguen hoy en contraste armonioso,

dulces himnos de paz y de unión.

II

Loor eterno a los bravos guerreros

cuyo heroico valor y firmeza,

conquistaron las glorias que empiezan

¡hoy Bolivia feliz a gozar!

Que sus nombres el mármol y el bronce

a remotas edades transmitan,

y en sonoros cantares repitan:

¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!

III

Aquí alzó la justicia su trono

que la vil opresión desconoce,

y en su timbre glorioso se goce

¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!

Esta tierra inocente y hermosa

que ha debido a Bolívar su nombre,

es la Patria feliz donde el hombre

¡goza el bien de la dicha y la paz!

IV

Si extranjero poder algún día

sojuzgar a Bolivia intentare,

al destino fatal se prepare

!como el injusto que en Ingavi sucumbió!

Que los hijos del grande Bolívar

han ya mil y mil veces jurado,

morir antes que ver humillado

¡de la Patria el augusto pendón!

¿Sabías qué?
El Himno nacional de Bolivia sufrió unas muy ligeras modificaciones en su composición en 1852, principalmente en el orden de las estrofas. Desde entonces continúa igual desde hace más de 150 años.
Sello postal de Bolivia en representación del himno, con José Ignacio de Sanjinés y Leopoldo Benedetto Vincenti.

Homenaje a Eduardo Abaroa Hidalgo

Eduardo Abaroa Hidalgo fue un contador y empresario boliviano reconocido en el país por el patriotismo con el que participó durante la guerra del Pacífico luego de ofrecerse como voluntario para integrar la milicia de civiles. Este desempeño lo hizo merecedor de una gran cantidad de homenajes y reconocimientos póstumos.

Antecedentes

Al estallar la guerra del Pacífico en 1879, la cual enfrentó a los aliados de Bolivia y Perú contra Chile, las fuerzas bolivianas reclutaron un grupo de civiles para conformar una milicia que aumentara su poder ofensivo. Eduardo Abaroa Hidalgo fue de los primeros en ofrecerse voluntario, a pesar de no poseer experiencia militar previa. Allí, demostró un gran entusiasmo y tenacidad como la mano derecha del líder de las milicias Ladislao Cabrera durante la guerra.

El mismo año, durante el combate de Calama, se enfrentó solo a las tropas enemigas hasta su último aliento, pues la mayoría de combatientes bolivianos estaban heridos o se habían retirado al verse superados en número. El coronel chileno enemigo reconoció el valor y el patriotismo de Abaroa y pretendió perdonarlo, pero se vio forzado a terminar con su vida por la impasible amenaza que resultó ser el boliviano.

Homenajes

Luego de su muerte, el Ejército de Chile rescató su cuerpo y fue enterrado con honores militares en dicho país; en Bolivia fue condecorado con el grado póstumo de coronel en honor a sus hazañas, fue tratado como un héroe de guerra y, desde entonces, se utilizó su nombre para bautizar instalaciones y localidades del país. En el aniversario número 73 de su muerte, en 1952, el gobierno de Bolivia repatrió sus restos para regresarlos y enterrarlos nuevamente en su país natal.

Algunos de los lugares más destacados que llevan su nombre son la provincia de Eduardo Abaroa en el departamento boliviano de Oruro, la plaza Eduardo Abaroa, que está además adornada con una estatua de bronce con su imagen, y la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa. Además, su rostro se encuentra impreso en sellos postales y en los billetes de 500 pesos bolivianos.

Asimismo, cada 23 de marzo se celebra en Bolivia el Día del Mar, donde se conmemora la pérdida de la porción de territorio sufrida tras la guerra del Pacífico y se rinde homenaje a Eduardo Abaroa con el aniversario de su fallecimiento.

¿Sabías qué?
Cada vez que se hace mención a Eduardo Abaroa, es casi obligatorio mencionar las legendarias palabras que pronunció en sus últimos instantes de vida y que lo hicieron pasar a la historia. Durante el combate de Calama, en la guerra del Pacífico, Abaroa fue herido de gravedad y acorralado por el enemigo, el cual le exigió rendirse. La respuesta de Abaroa ante tal demanda, y a la vez sus últimas palabras documentadas, fue la siguiente: “¡Que se rinda su abuela!”.
Imagen del Eduardo Abaroa Hidalgo en el billete de 500 bolivianos.

Eustaquio Díaz Vélez y las invasiones inglesas

Eustaquio Díaz Vélez fue un líder militar argentino que participó tanto en las guerras de la independencia latinoamericanas como en otros conflictos militares anteriores y posteriores a esta época. Entre sus participaciones se destacan las históricas batallas que lo introdujeron al mundo militar: las invasiones inglesas.

Contexto histórico

Las invasiones inglesas fueron una serie de eventos militares que tuvieron lugar en el Río de la Plata y Buenos Aires a principios del siglo XIX. Estas invasiones fueron protagonizadas por fuerzas británicas en dos ocasiones, en los años 1806 y 1807 respectivamente, con el objetivo de apoderarse del territorio correspondiente al Virreinato del Río de la Plata, en un contexto marcado por las guerras napoleónicas que involucraban a gran parte de Europa.

Primera invasión inglesa

La primera invasión ocurrió en 1806, cuando una expedición británica comandada por el general William Beresford desembarcó en Buenos Aires y tomó la ciudad.

Durante esta etapa, Díaz Vélez se incorporó por primera vez al escenario militar con 23 años al unirse a la milicia local del Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires, actividad que realizaba de forma paralela a la de mercader. Aquí se puso al servicio de Santiago de Liniers, con el cual derrotó a las tropas británicas y logró reconquistar la capital. Luego de este suceso, se unió a la Legión de Patricios con el grado de ayudante segundo, ascenso otorgado por su valor y capacidad de liderazgo.

Segunda invasión inglesa

Al año siguiente, en 1807, las tropas británicas realizaron una segunda ofensiva a Buenos Aires bajo el mando del general John Whitelocke. Sin embargo, las defensas argentinas no permitieron que la ciudad fuese tomada de nuevo.

Díaz Vélez fue uno de los defensores de la ciudad junto a los Patricios, comandados por Cornelio Saavedra, gracias a lo cual lograron la rendición definitiva de los invasores europeos. Sus proezas durante estas invasiones, sumadas a la defensa del ahora virrey Liniers ante fuerzas rebeldes que intentaron derrocarlo, le otorgaron el ascenso a capitán y posteriormente a teniente coronel graduado.

¿Sabías qué?
Eustaquio Díaz Vélez fue uno de los personajes independentistas nacidos en Buenos Aires, capital del aquel entonces Virreinato del Río de la Plata, en tener una gran participación en las Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú junto al Ejército del Norte, por lo que actualmente se le valora y rinde homenaje tanto en Argentina como en Bolivia.
Retrato de Eustaquio Díaz Vélez.

José Miguel Lanza y la republiqueta de Ayopaya

José Miguel Lanza fue un destacado líder militar de la revolución boliviana, con grandes participaciones durante las batallas contra los realistas españoles y uno de los firmantes del acta de independencia del país. Gran parte de su presencia en la guerra está respaldada por la agrupación militar que lideró hasta el final: la republiqueta de Ayopaya.

Orígenes

El término “republiqueta” designa una agrupación de guerrilleros revolucionarios con ideales y objetivos independentistas durante la guerra de independencia de Bolivia, ubicados en diferentes regiones del antiguo Alto Perú. La republiqueta de Ayopaya concretamente se encontraba distribuida en una superficie de más de 1.000 km situada entre La Paz, Cochabamba y Oruro, y provista de su propia pero primitiva organización política y social.

Por su parte, José Miguel Lanza inició su carrera militar al unirse al Ejército del Norte en 1810, con el que participó en muchas batallas a partir de entonces contra los ejércitos realistas.

Líder de la republiqueta

José Miguel Lanza llegó a la localidad de Inquisivi en 1821 para incorporarse a la republiqueta; sin embargo, traía órdenes de sus superiores de fusilar y sustituir a José Manuel Chinchilla, líder de la agrupación para ese momento. Una vez ejecutadas las órdenes, se convirtió en el nuevo comandante en jefe y demostró ser el líder más eficiente que la republiqueta haya tenido. Organizó el ejército de una manera más práctica, asignó roles bien definidos que facilitaban la creación de estrategias militares, estableció salarios fijos y se ganó el respeto y la lealtad de sus hombres gracias a su temple, autoridad y entusiasmo.

Durante los años siguientes, Lanza se dedicó a frenar los avances españoles y debilitar sus fuerzas mediante tácticas de guerrilla al situar a los soldados en puntos estratégicos de los caminos de La Paz, Cochabamba y Oruro, ciudades a las que también ayudó a reconquistar en alianza con otros líderes patriotas.

Su última gran acción ocurrió poco después de la victoria de la batalla de Ayacucho a manos de Antonio José de Sucre, cuando se dispuso a tomar La Paz junto a su ejército en enero de 1825 para eliminar los últimos vestigios realistas.

La republiqueta de Ayopaya, como el resto de agrupaciones militares de la misma naturaleza, se disolvió a mediados del mismo año con la declaración de la independencia de Bolivia, momento en el que Lanza se convirtió en el primer presidente de la recién establecida provincia de La Paz.

¿Sabías qué?
El mismo diseño de la bandera que empleó José Miguel Lanza para representar a la republiqueta de Ayopaya fue utilizado posteriormente como símbolo del departamento y ciudad de La Paz, actual capital administrativa de Bolivia.
Bandera de la republiqueta de Ayopaya o bandera de La Paz.

José de la Riva-Agüero: primer presidente de Perú

José de la Riva-Agüero fue un destacado líder militar, político y escritor peruano que desempeñó un papel crucial en la independencia de su país y en la preservación de su rica herencia histórica y cultural. Con una carrera caracterizada por su valentía en el campo de batalla y su compromiso con la construcción de una nación libre y soberana. Riva-Agüero dejó un legado perdurable que marcó un punto de inflexión en la historia del Perú.

Retrato de José de la Riva-Agüero.

VIDA POLÍTICA

José de la Riva-Agüero provenía de una familia aristocrática y recibió una educación esmerada en diversas disciplinas, tanto académicas como militares. Durante la guerra de la independencia de América del Sur, Riva-Agüero se destacó como oficial del ejército patriota peruano y luchó en diversas batallas contra las fuerzas realistas. Tuvo una destacada actuación en la defensa de la ciudad de Lima en 1823, cuando las fuerzas independentistas derrotaron a los realistas.

Después de la independencia del Perú, Riva-Agüero ocupó varios cargos políticos y diplomáticos, entre ellos el de presidente de la República en dos ocasiones: fue presidente de Gobierno Provisorio en 1823 y de presidente de la República en 1824, se convirtió así en el primer líder del estado peruano en llevar el título de presidente de la República y usar la banda presidencial bicolor como símbolo de autoridad.

A pesar de haber asumido el poder a través de un golpe de Estado liderado por el ejército durante el motín de Balconcillo, que forzó al congreso a destituir la junta de gobierno encabezada por José de la Mar, su mandato fue breve y tumultuoso, enfrentó numerosas dificultades políticas y militares antes de ser reemplazado por el marqués de Torre Tagle.

OBRAS DESTACADAS

Riva-Agüero también desempeñó un papel importante en la histografía y la promoción de la cultura peruana. Algunas de las obras más destacadas incluyen:

• “Manifestación histórica y política de la revolución de América” (1818).
• “Constitución del Estado Libre de Arequipa” (1835).
• “Discurso sobre la esclavitud” (1836).
• “Manifiesto sobre la expedición española” (1864).

¿Sabías qué?
José de la Riva-Agüero, aparte de ser un líder militar y político, también era un destacado intelectual y escritor. Fue uno de los fundadores de la Academia Peruana de la Lengua, y demostró así su interés en promover la literatura y el idioma de su país.

Obispo de la Independencia

Bartolomé María de Las Heras fue un sacerdote y abogado de España, ocupó los cargos de obispo del Cuzco y arzobispo de Lima. Durante la guerra de independencia del Perú, apoyó la Declaración de la Independencia y acompañó a San Martín en la proclamación solemne, pero también defendió los derechos de la Iglesia católica ante las autoridades republicanas. Fue conocido como un prelado ilustrado, interesado en la educación, la caridad y la reforma del clero.

Bartolomé María de Las Heras en la ceremonia de proclamación de la independencia del Perú.

VIDA SACERDOTAL

Se ordenó como sacerdote en 1768 y obtuvo su doctorado en Leyes y Cánones en la Real Universidad de Toledo. Cumplió funciones como predicador para los príncipes e infantes, examinador sinodal de la capilla real y vicario de los ejércitos españoles. En 1787 llegó a Perú como deán del Cabildo Eclesiástico de Huamanga, pero luego de una disputa con el obispo fue trasladado a La Paz con el mismo cargo.

OBISPO DE CUZCO

En 1789 fue designado obispo del Cuzco y consagrado en Arequipa en 1790. Durante su mandato, visitó más de cien parroquias, modernizó el seminario, estableció una cátedra de derecho civil y canónico, y brindo ayuda a los pobres y enfermos.

ARZOBISPO DE LIMA

En 1805, el Papa Pio VII lo ascendió a arzobispo de Lima, tomó posesión en 1806 y realizó una visita pastoral por toda la sierra peruana. Mantuvo su lealtad al rey de España durante la guerra de independencia, pero también buscó la paz y el diálogo con los rebeldes.

INDEPENDENCIA DEL PERÚ

Durante la guerra de la independencia, inicialmente se opuso a la rebelión, pero finalmente en 1821 firmó el Acta de Independencia del Perú en la solemne proclamación junto al general San Martín. Protegió los derechos y privilegios de la Iglesia contra las autoridades civiles y militares. Regresó a España en 1822, donde fue recibido con honores por el rey Fernando VII. Falleció al año siguiente en Madrid.

¿Sabías qué?
Toda la vida religiosa de Bartolomé María de Las Heras se desarrolló entre conflictos, logros y contribuciones significativas en ambas diócesis que lideró.

Manuel Pérez de Tudela y Vilchez

Fue un destacado prócer de la independencia del Perú. Participó activamente en el proceso de independencia, al colaborar con José de San Martín y redactar el acta de la independencia de Perú. También tuvo una carrera política destacada, considerado de tendencia conservadora, y fue admirado por su honradez, ingenio y erudición.

Acta de la Independencia del Perú.

1796

Obtuvo su título de abogado en la universidad de San Marcos.

1809 – 1820

Durante este período defendió a los patriotas acusados por su participación en actividades emancipadoras.

1821

Trabajo junto al libertador José de San Martín en la redacción  del acta de la independencia del Perú en una sesión de cabildo abierto el 15 de julio. Una vez establecido el Protectorado de San Martín, fue miembro de la Junta Censora de Imprenta, designado como Fiscal de la Alta Cámara de Justicia, además se unió a la Orden del Sol.

1822 – 1828

Fue diputado constituyente por Arequipa en dos períodos y promovió el sistema republicano de gobierno.

APOYO A RIVA-AGÜERO

Brindó un firme respaldo a José de la Riva-Agüero en su elección como primer presidente del Perú. Como destacado parlamentario, Pérez de Tudela reconoció las cualidades y capacidades de Riva-Agüero, y expresó su confianza en su liderazgo para guiar al país hacia un período de estabilidad y progreso.

1823

Fue desterrado a Chile tras enfrentar acusaciones de acercamiento con los españoles.

1826

Representó a su país como plenipotenciario en el Congreso de Panamá.

1840 – 1850

Ejerció como magistrado y presidente de la Corte Suprema de Justicia en tres mandatos, y en 1854 se desempeñó como ministro de Estado en los despachos de hacienda, gobierno y relaciones exteriores en varios gobiernos.

¿Sabías qué?
Manuel Pérez de Tudela es conocido por haber albergado en su casa a varios patriotas que luchaban por la independencia del Perú, así como por mantener comunicación secreta con el Libertador José San Martín. También se cree que redactó una falsa representación del cabildo del virrey José de la Sern que solicitaba negociar la paz con el fin de influir en la opinión pública a favor de la causa patriota.