Francisco de Paula Sanz fue el gobernador de Potosí durante el mandato de varios virreyes del Virreinato del Río de la Plata. Se convirtió en una figura controvertida hasta su muerte en 1810 a manos de los independentistas, período en el que se destacó, más que sus predecesores, en la particular gerencia de su territorio.
¿QUIÉN FUE?
Paula Sanza fue nombrado gobernador intendente de Potosí en 1788. Desde este cargo se convirtió en una figura controvertida, ya que, por un lado, se describe como una persona altruista y generosa, de gran apoyo a las obras de caridad y con una capacidad administrativa sobresaliente que otorgó grandes riquezas y beneficios al territorio; mientras que, por otra parte, demostró una crueldad sin precedentes en contra de los hombres de los pueblos originarios subordinados, a los cuales hacía trabajar hasta la muerte, y una brutal represión de las iniciativas independentistas.
ESTRATEGIAS ADMINISTRATIVAS
Entre sus estrategias administrativas destacó el fortalecimiento de la actividad de las minas de plata de Potosí, que para entonces se encontraba en decadencia, al reorganizar las estructuras operativas e introducir nuevas técnicas: mejoró la amalgamación de los minerales, limitó el uso del limitado mercurio utilizado para la extracción de plata, optimizó el traslado de material desde la península y disminuyó el número de trabajadores indígenas empleados, a costa de una mayor carga de trabajo.
A través del Código Carolino, un documento que reflejaba el programa a llevar a cabo con respecto a las minas, hacía referencia a limitar la libertad de los dueños de las instalaciones que procesaban el mineral extraído al asignar una tasa máxima a los alquileres y al aumento en el número de trabajadores, plan que fue rechazado en 1797.
¿Sabías qué?
El Cerro Rico, montaña ubicada en Potosí y bajo administración de Paula Sanz en su momento, fue la mayor mina de plata de la época colonial entre los siglos XVI y XVIII, pues alrededor del 80 % de la plata de todo planeta provenía de aquí.
Eustaquio Díaz Vélez fue un líder militar argentino que participó tanto en las guerras de la independencia latinoamericanas como en otros conflictos militares anteriores y posteriores a esta época. Entre sus participaciones se destacan las históricas batallas que lo introdujeron al mundo militar: las invasiones inglesas.
Contexto histórico
Las invasiones inglesas fueron una serie de eventos militares que tuvieron lugar en el Río de la Plata y Buenos Aires a principios del siglo XIX. Estas invasiones fueron protagonizadas por fuerzas británicas en dos ocasiones, en los años 1806 y 1807 respectivamente, con el objetivo de apoderarse del territorio correspondiente al Virreinato del Río de la Plata, en un contexto marcado por las guerras napoleónicas que involucraban a gran parte de Europa.
Primera invasión inglesa
La primera invasión ocurrió en 1806, cuando una expedición británica comandada por el general William Beresford desembarcó en Buenos Aires y tomó la ciudad.
Durante esta etapa, Díaz Vélez se incorporó por primera vez al escenario militar con 23 años al unirse a la milicia local del Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires, actividad que realizaba de forma paralela a la de mercader. Aquí se puso al servicio de Santiago de Liniers, con el cual derrotó a las tropas británicas y logró reconquistar la capital. Luego de este suceso, se unió a la Legión de Patricios con el grado de ayudante segundo, ascenso otorgado por su valor y capacidad de liderazgo.
Segunda invasión inglesa
Al año siguiente, en 1807, las tropas británicas realizaron una segunda ofensiva a Buenos Aires bajo el mando del general John Whitelocke. Sin embargo, las defensas argentinas no permitieron que la ciudad fuese tomada de nuevo.
Díaz Vélez fue uno de los defensores de la ciudad junto a los Patricios, comandados por Cornelio Saavedra, gracias a lo cual lograron la rendición definitiva de los invasores europeos. Sus proezas durante estas invasiones, sumadas a la defensa del ahora virrey Liniers ante fuerzas rebeldes que intentaron derrocarlo, le otorgaron el ascenso a capitán y posteriormente a teniente coronel graduado.
¿Sabías qué?
Eustaquio Díaz Vélez fue uno de los personajes independentistas nacidos en Buenos Aires, capital del aquel entonces Virreinato del Río de la Plata, en tener una gran participación en las Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú junto al Ejército del Norte, por lo que actualmente se le valora y rinde homenaje tanto en Argentina como en Bolivia.
José Fernando de Abascal fue el antepenúltimo virrey del Perú antes la caída de la entidad territorial en 1824. Fue conocido por su gran decisión, astucia y capacidad de mando, por lo que, pese a su naturaleza empática y diplomática, se convirtió en el mayor obstáculo de la revolución independentista durante sus funciones.
1806
Tomó su nuevo cargo de virrey de Perú, con sede en Lima, el 26 de julio de 1806. Había sido designado a este puesto en 1804, pero solo pudo ejercerlo dos años después debido a que fue secuestrado por los ingleses y tuvo que tomar un camino más largo que el original tras su liberación para llegar a su destino, lo que le permitió un contacto mucho más prolongado e íntimo con las tierras hispanoamericanas; esto, sumado a su ya rica experiencia en pasadas campañas militares, lo convertían en una persona sumamente preparada para ocupar el cargo de virrey.
1809
Iniciaron los primeros estallidos de la revolución hispanoamericana, con levantamientos ocurridos a lo largo del año en diferentes puntos del por aquel entonces Alto Perú, como Quito, La Paz y Chuquisaca. Abascal demostró ser el virrey más astuto y capaz de su época, pues a pesar de que estas regiones no pertenecían a su administración, envió rápidamente tropas a detener con éxito cada una de estas insurrecciones en defensa de la administración española.
1810-1815
Comenzó una de las insurrecciones más importantes de la época independentista en 1810, la Revolución de Mayo, en donde la Junta de Buenos Aires destituyó al virrey del Río de la Plata Baltasar Hidalgo de Cisneros y tomó el poder, lo que a su vez encendería nuevamente la chispa de la revolución en varios puntos del Alto Perú y posteriormente en Chile. Como contramedida, Abascal reformó el Ejército y anexó temporalmente algunas provincias del Alto Perú a su intendencia para un mayor control fronterizo, de manera que el virreinato del Perú se convirtió en el cuartel principal de la llamada contrarrevolución.
Dentro del ciclo de conquistas y reconquistas entre patriotas y realistas, la dirección de Abascal logró frenar los avances enemigos de cada región rebelde y conseguir eventualmente las más importantes victorias. Entre ellas destaca la memorable batalla de Rancagua en 1814, considerada la más grande derrota de los patriotas de Chile.
1816
Solicitó ser sustituido en sus funciones como virrey y regresó a España el 16 de octubre, donde recibió el grado de capitán general. Su antiguo cargo fue ocupado por Joaquín de la Pezuela.
¿Sabías qué?
A pesar de las acciones militares a las que se vio obligado a recurrir y su lealtad a la Corona española, Abascal es descrito como una persona de gran tacto y con un ferviente deseo por el bien público, fuese cual fuese su nacionalidad. Es por ello que estableció varias políticas que desarrollaron la cultura, salud, educación, seguridad y derecho social de su virreinato.
A finales del siglo XV, el Imperio español creó los virreinatos, instituciones locales y administrativas para el gobierno. Después del descubrimiento de América, los virreyes fueron los representantes personales del rey de España y manejaron grandes territorios, entre esos los del virreinato del Perú y los del virreinato del Río de La Plata.
Virreinato del Perú
Virreinato del Río de La Plata
Territorio
El virreinato abarcó los territorios de las actuales repúblicas de Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay y Uruguay; así como el área oeste y sur de Brasil y el sur de Venezuela.
El virreinato abarcó zonas territoriales de las actuales repúblicas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Período
1542-1824
1776-1814
Capital
Lima (1542 – 1821) y Cuzco (1821 – 1824)
Buenos Aires
Idioma
El español era el idioma oficial, pero también se hablaba quechua, aimara y otras lenguas nativas.
El español era el idioma oficial, pero también se hablaba quechua, aimara y otras lenguas nativas.
Rey
Carlos I (1542 a 1556)
Fernando VII (de derecho) (1808 – 1824)
Carlos III (1776 a 1788)
Fernando VII (de derecho) (1808 – 1814)
Origen
En 1534, los españoles terminaron la conquista del Perú, acto que también dio fin al Imperio inca e inicio a un conflicto entre los conquistadores. Para terminarla, el rey Carlos I firmó la creación del virreinato del Perú en sustitución de las antiguas gobernaciones.
El virreinato del Perú ocupaba una gran región, lo que dificultaba las tareas del gobierno. Razón por la que se dividió el territorio y se creó un nuevo virreinato. También influyó la ambición de Portugal sobre la Banda Oriental y el auge comercial que tenía Buenos Aires.
Historia
Primer virrey
Fue Blasco Núñez Vela, nombrado el 1° de marzo de 1543. Su autoridad fue limitada y al poco tiempo fue asesinado por Pizarro.
Reparto de Guaynamarina
Pedro de la Gasca eliminó unas gobernaciones y redistribuyó las encomiendas en el Perú para restablecer el orden.
Nuevo virrey
Francisco Álvarez de Toledo fue nombrado virrey. Su mandato fue considerado el más eficiente.
Conflicto con los mapuches
Los mapuches no aceptaban el dominio español y lucharon por su territorio. Los españoles enviaron cientos de tropas para la campaña contra los mapuches en la guerra de Arauco.
Reformas borbónicas
España cambió de dinastía a la casa Borbón, la cual limitó el poder de las autoridades del virreinato y reforzó el control del ejército desde la ciudad.
Reducción del territorio
Las reformas borbónicas provocaron la reducción del virreinato y dos nuevos virreinatos aparecieron: el de Nueva Granada y el del Río de La Plata.
Poca importancia comercial
Las decisiones tomadas por la Corona causaron la caída comercial del virreinato. Y Lima perdió su condición como principal ciudad de las colonias españolas en América.
Independencia
Los movimientos de emancipación se expandieron por todos los territorios del virreinato durante el siglo XIX. Aunque había resistencia española, ya en 1820 Guayaquil proclamaba su independencia.
Fin del virreinato
La segunda década del siglo XIX marcó la emancipación de Chile y Perú. Con la batalla de Ayacucho en 1824 ganada por Sucre frente a los realistas el virreinato del Perú llegó a su fin.
Primer virrey
El 27 de julio de 1776, el rey nombró a Pedro Cevallos como virrey, gobernador de Madrid y capitán general del corregimiento del Cuyo.
Expedición de Cevallos
Expedición militar que pretendía acabar con las incursiones portuguesas y disuadir a los ingleses para que atacaran los puertos.
Nuevo virrey
Cevallos terminó su misión y el 29 de junio de 1778 recibió el mando como virrey Juan José Vértiz y Salcedo.
Intendencias
Este virreinato se dividió en 8 intendencias por una Real Ordenanza promulgada en 1782. Al año siguiente se estableció la Real Audiencia de Buenos Aires.
Invasiones inglesas
Inglaterra intentó tomar el territorio de Buenos Aires en dos ocasiones, pero fueron derrotados y obligados a abandonar por completo la región.
Bonaparte y José I
Estos personajes enviaron a Sassenay para que jurara lealtad al monarca impuesto por la ocupación francesa, pero sus exigencias fueron negadas.
Revolución de Chuquisaca
El gobernador fue destituido y se formó una Junta de Gobierno. La rebelión se extendió a La Paz, acto conocido como el Primer Grito Libertario de América.
Revolución de Mayo
Los rebeldes, aún en el virreinato, desacataron Semana de Mayo, lo que resultó en la destitución del virrey Baltasar Hidalgo y la sustitución por la Primera Junta de Gobierno. Allí inició la desintegración del virreinato.
Fin del virreinato
La lucha entre los independentistas y los realistas fue continua. En junio de 1860 España reconoció la independencia de Argentina, y luego las de Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Organización política
Rey español, la máxima autoridad.
Consejo de Indias, administradora de las colonias.
Virrey, representante del rey.
Audiencias, tribunal de justicia superior del virreinato.
Corregimiento e intendencia, zonas administrativas del virreinato.
Cabildos, administradores de las instancias más pequeñas.
Curacazgo, jefe político de los ayllu.
Rey español, la máxima autoridad.
Intendencias, también llamadas provincias.
Virrey, representante del rey.
Gobernadores intendentes, nombrados por el rey.
Corregidores y cabildos, administradores de las instancias más pequeñas.
Organización social
Españoles peninsulares, quienes ocupaban los cargos principales del virreinato.
Criollos, hijos de españoles nacidos en el virreinato.
Clase media, formada por españoles y criollos son fortuna.
Curacas, representaban la clase alta de la República de los indios.
Mestizos, producto de la unión entre españoles, nativos y negros.
Esclavos, clase social más desfavorecida.
Clase alta, compuesta por españoles. Estaban allí los altos funcionarios, dignatarios, comerciantes y terratenientes.
Clase baja, formada por la población de castas de mezcla.
Esclavos, principalmente africanos trasladados a América como manos de obra.
Gauchos, especialista en el trabajo con el ganado.
Nativos, aunque legalmente no podían ser esclavizados, eran usados como mano de obra barata.
Economía
Basada principalmente en la minería, la agricultura, la ganadería y el comercio.
Basada principalmente en la actividad extractiva-exportadora. Destacaba la ganadería, la minería y el comercio.
Entre 1806 y 1807 se llevaron a cabo dos intentos de invasiones inglesas por la conquista del virreinato del Río de La Plata, que para ese entonces pertenecía a la Corona española. Ambas acciones militares estuvieron enmarcadas en la guerra anglo-española y acabaron con la derrota de las tropas inglesas.
Primera invasión
Segunda invasión
Fecha
1806
1807
Lugar
Buenos Aires, dominada por España para entonces.
Buenos Aires, dominada por España para entonces.
Beligerantes
Virreinato del Río de la Plata.
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.
Virreinato del Río de La Plata.
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.
Comandantes Virreinato del Río de La Plata
Rafael de Sobremonte
Santiago de Liniers
Juan Martín de Pueyrredón
Martín de Álzaga
Pascual Ruiz Huid
Rafael de Sobremonte
Santiago de Liniers
Juan Martín de Pueyrredón
Martín de Álzaga
Pascual Ruiz Huid
Comandantes Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
William Carr Beresford
Denis Pack
Home Riggs Popha
John Whitelocke
Samuel Auchmuty
Charles Stirling
Fuerzas Virreinato del Río de La Plata
8.000 criollos y 3.000 milicianos.
Alrededor de 7.000 hombres.
Fuerzas Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
Alrededor de 1.600 soldados con 100 acompañantes.
Más de 12.000 soldados.
¿Qué sucedió?
Primer ataque inglés
Las tropas inglesas llegaron a la bahía de Montevideo en junio de 1806. Para finales de mes ya habían desembarcado en Quilmes, cerca de Buenos Aires.
Huida del virrey
Al conocer la llegada de los ingleses, el virrey Sobremonte huyó de Buenos Aires hacía Córdoba. Los vecinos motivaron su destitución. El 27 de junio, la ciudad se rindió ante Reino Unido. La bandera de los ingleses permaneció 46 días allí.
Contraataque
Montevideo inició un plan para expulsar a los invasores y al poco tiempo había unido fuerzas con Santiago Liniers, al mando del gobierno bonaerense. Atacaron el 12 de agosto y lograron la retirada de los británicos.
Ataque a Montevideo
Los ingleses retomaron su plan inicial, esta vez, la ofensiva empezó por Montevideo. En enero de 1807 sitiaron por mar y tierra la ciudad, luego fue tomada.
Batalla en Buenos Aires
Liniers fue nombrado virrey y el Cabildo organizó la resistencia tras lo sucedido en Montevideo. A finales de junio de 1807 los ingleses llegaron a Buenos Aires. Finalmente, y luego de una confusa batalla, lo ingleses fueron derrotados.
Victoria rioplatense
Los bonaerenses no se conformaron con la retirada de las tropas inglesas, sino que también exigieron al libertad de Montevideo. La rendición británica se firmó el 7 de julio, y con ello acabó el dominio sobre la capital uruguaya.
Resultado
Victoria bonaerense, dominada por España.
Victoria bonaerense, dominada por España.
Causas
La Revolución Industrial trajo consigo un significativo avance tecnológico en Inglaterra, por lo que era necesario un aumento de producción y materia prima. Razón por la que fueron atraídos hacia Buenos Aires, la cual contaba con una importante actividad económica.
La necesidad de una nueva colonia, pues se había perdido el dominio sobre el territorio de Estados Unidos.
El bloqueo comercial impuesto por Napoleón Bonaparte a Reino Unido imposibilitaba la llegada de materia prima a su territorio.
Consecuencias
Los criollos de el Río de La Plata se organizaron de tal manera que pudieron derrotar a Inglaterra.
Se inició la idea de independencia de Argentina por parte de los habitantes de Buenos Aires, ya que pudieron defenderse por su cuenta, sin la ayuda del virrey.
Inglaterra cambió la estrategia e inició una relación diplomática con el virreinato del Río de La Plata para su beneficio comercial.
El virreinato constituyó la máxima expresión territorial y político-administrativa que existió en la América española. Debido a las grandes extensiones de sus posesiones en América, la Corona Española recurrió entonces a la división por virreinatos y así garantizar el dominio y la autoridad real en el nuevo continente.
CAUSAS DE SU CREACIÓN
Conforme los conquistadores fueron ganando tierras para la corona española también fueron en aumento sus peticiones de cargos ya que la corona los recompensaba otorgándoles títulos de gobernadores y capitanes generales, aunque pronto se haría evidente que podían llegar a surgir fuertes señoríos en sus posesiones indianas.
La inexistencia de fronteras entre las primeras gobernaciones y su continua expansión gracias a la suma de conquistas daría lugar a que surgieran conflictos entre los gobernadores. Para controlar esta situación y para unificar regiones se planteó la necesidad de crear una instancia superior que garantizara la unidad y cohesión de los nuevos territorios. Así, dentro de la institución virreinal quedaron comprendidas las demás instancias de gobierno y administración: las audiencias, las gobernaciones, las alcaldías mayores o corregimientos y los municipios o cabildos.
EL VIRREY
El virrey era el título con el que se conocía al responsable de administrar y gobernar, como representante y en nombre de la corona española, un país o una provincia. De este modo, y ejerciendo plenamente las prerrogativas regias, su figura tuvo especial importancia por la enorme acumulación de territorios que, debido a su dispersión y la imposibilidad de comunicaciones rápidas, no podía gestionarse de forma centralizada.
Así las cosas, el virrey poseía atribuciones administrativas, militares, judiciales y financieras. En su persona, pues, reunía tres atribuciones: gobernador, capitán general y presidente de la audiencia, cargos que debía desempeñar en el marco de una compleja relación con las demás autoridades.
EL VIRREINATO COLOMBINO
En primera instancia, el primer virreinato otorgado en América recayó en la figura de Cristóbal Colón, según consta en las Capitulaciones de Santa Fe concedidas por los Reyes Católicos antes de que el famoso almirante iniciara su primer viaje rumbo a las Indias. Así como en su condición de almirante le correspondía el mando y la jurisdicción sobre las aguas de la Mar Oceánica (hoy Océano Atlántico), en su calidad de virrey ejercería el poder sobre las tierras descubiertas y por descubrir.
Sin embargo, el llamado Virreinato colombino tuvo una corta duración, ya que desde un primer momento los Reyes Católicos restringieron las facultades del almirante, y pese a que su hijo Diego obtuvo el cargo de manera honoraria, terminó extinguiéndose definitivamente en 1536.
EL VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA
Tras la destrucción del Imperio Azteca y el sometimiento de los nativos, los conquistadores españoles se dispusieron a derribar la antigua capital azteca, Tenochtitlán, y fundar una nueva ciudad de aspecto europeo, la actual Ciudad de México, que se convertiría en la capital del Virreinato de Nueva España. De este modo, y con la construcción de la nueva capital, España puso especial énfasis en la europeización de los territorios recién conquistados, introduciendo instituciones políticas occidentales, con el objetivo de afianzar su dominio en la región. Una vez derribados los últimos vestigios de dominación indígena a manos de Hernán Cortés, designado como Capitán General de la región, la metrópoli decidió constituir estos nuevos territorios como un virreinato, delegando la función de virrey sobre Antonio de Mendoza, en 1536.
En su máxima extensión, el Virreinato de Nueva España ocupó toda América Central y las Antillas, y llegó a abarcar territorios propios del centro y sur de los actuales Estados Unidos y Filipinas. Ahora bien, el impacto demográfico producido tras la conquista sería enorme. De hecho, un alto porcentaje de la población nativa moriría a causa de las enfermedades traídas desde Europa, tales como la viruela o la tuberculosis. Por otra parte, los sistemas de trabajo forzado a los que fueron sometidos los indígenas aceleraron el retroceso demográfico iniciado durante los primeros años de la conquista.
En el plano económico, en el Virreinato de Nueva España obtuvo especial relevancia la minería y el comercio. Asimismo, otras actividades importantes fueron la agricultura (maíz, cacao y otros productos originarios de la antigua Mesoamérica), y la ganadería (introducida por los europeos, quienes trajeron la mayor parte de los animales criados).
El descubrimiento de numerosos yacimientos mineros captó entonces la atención de la Corona, que inmediatamente dispuso su explotación. De estos yacimientos, pues, se extraían materiales tales como el oro, la plata, el cobre y el hierro. Con todo, la creación de ciudades mineras, en torno a las minas, produjo el surgimiento de nuevas explotaciones agrícolas y ganaderas dedicadas a su abastecimiento. Las principales minas de Nueva España fueron la de Zacatecas (1546), Pachuca (1552), Fresnillo y Guanajuato (1554), y finalmente San Luis Potosí (1592).
Por su parte, la regulación comercial quedaría en manos de la Casa de Contratación con sede en Sevilla. De hecho, el monopolio y las políticas proteccionistas impuestas por la metrópoli impidieron el óptimo desarrollo por todo el virreinato. El comercio directo con otras zonas del imperio estaba prohibido, con lo cual muchas medidas proteccionistas conducirían al apogeo de actividades ilícitas tales como la piratería o el contrabando.
EL VIRREINATO DE NUEVA GRANADA
El Virreinato de Nueva Granada abarcó los actuales territorios de Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela. Fue creado mediante Real Cédula el 27 de mayo de 1717 uniendo la Real Audiencia de Quito, la Capitanía General de Venezuela y la Real Audiencia de Santa Fe. De hecho, la Corona se vio obligada a constituir este nuevo virreinato por dos razones principales: era la zona más importante de producción aurífera y su estratégica posición le permitía enfrentar con efectividad el contrabando y la piratería. La ciudad de Bogotá, pues, pasó a ser la capital del nuevo virreinato, convirtiéndose de esta manera en uno de los principales centros de actividad de las posesiones del imperio en América.
Su fundación obedece a la nueva política borbónica de reorganización administrativa y de reforma y modernización de los sistemas de extracción y comercialización de materias primas obtenidas de las colonias. De existencia intermitente, el Virreinato de Nueva Granada fue disuelto y vuelto a formar en numerosas ocasiones: tras su primera fundación en 1717, fue disuelto por dificultades económicas en 1724; refundado en 1740, fue nuevamente disuelto por los independentistas que se hicieron con el poder en 1810 y recuperado por Fernando VII en 1816. Finalmente, sería reemplazado por una nueva entidad, la Gran Colombia, tras ser definitivamente disuelto por los independentistas en torno a 1822.
EL VIRREINATO DEL PERÚ
El Virreinato del Perú sería la entidad político-administrativa fundada en 1542 tras el sometimiento del Imperio Inca. Así, en su máxima extensión, abarcaría territorios que actualmente se corresponden con Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, y parte de Argentina y Chile. De este modo, los primeros asentamientos comenzaron a desarrollarse tras la captura de Cuzco, principal ciudad inca, por parte de Francisco Pizarro, en 1534.
Fruto del choque de intereses entre los distintos conquistadores, el virreinato vivió cuarenta años de caos administrativo, principalmente como consecuencia del desigual reparto de la tierra. No obstante, a mediados del siglo XVI, Francisco de Toledo, virrey del Perú, lograría encauzar la situación y establecer un marco administrativo estable, que se prolongaría durante todo el período colonial.
Quizás una de las particularidades más significativas del Perú estuvo en la temprana explotación de los metales preciosos, cuyo centro más importante fue el cerro rico de Potosí, descubierto por los españoles en 1545.
Durante el siglo XIX, época en la que se suceden los distintos alzamientos independentistas a lo largo del continente, el Virreinato del Perú se mantendría como principal bastión de los realistas, hasta su disolución, en 1824, tras la Batalla de Ayacucho. Asimismo, el Perú sería también testigo de los alzamientos de Túpac Amaru II y Túpac Katari, precedentes de la futura emancipación latinoamericana.
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
El Virreinato del Río de la Plata fue creado en 1776 por orden de Carlos III. Nacido de una escisión del Virreinato del Perú, integró los territorios de las gobernaciones de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán y Santa Cruz de la Sierra, el corregimiento de Cuyo de la Capitanía General de Chile y los corregimientos de la provincia de Charcas. De este modo, abarcó los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay, y partes del sur de Brasil y el norte de Chile. Su capital se situó en Buenos Aires, fundada en 1580 por Juan de Garay.
Las causas de la creación de este virreinato surgieron de la necesidad de la metrópolis de defender sus posesiones al sur del continente de las ambiciones de otras potencias coloniales, como Inglaterra y Portugal. Al encontrarse toda esta zona bajo administración del Virreinato del Perú, el tráfico entre Lima y Buenos Aires era muy lento y hacía difícil organizar la defensa de Buenos Aires en caso de un eventual ataque.
La economía en este virreinato seguía el modelo extractivo-exportador, y al igual que el resto de los virreinatos y la propia metrópolis, se mostró ajeno a la proto-industrialización surgida en el siglo XVIII. La ganadería, asentada principalmente en Buenos Aires, constituyó una importante actividad económica. Por su parte, la minería no ocupaba el lugar preferencial que poseía en el resto de los virreinatos, aunque la actividad minera se limitaba a una serie de yacimientos explotados en la actual Bolivia, y desde el puerto de Buenos Aires se exportaban enormes cantidades de oro y plata llegadas, principalmente, del Alto Perú. El comercio, centrado en la exportación de ganado y derivados, cereales, oro y plata, estaba fuertemente regulado por la metrópolis, lo cual favoreció la proliferación de actividades contrabandistas. La actividad comercial estaba en manos de unos pocos españoles, los cuales a su vez, detentaban gran parte del poder político.
A finales del siglo XVII, el estado español se había consolidado; el comercio y la producción en sus colonias americanas se habían estancado, las deudas de España habían aumentado y sus rivales imperiales habían crecido mucho, especialmente los ingleses, holandeses y franceses.
Estas fueron razones suficientes para que, bajo el gobierno de los Borbones, se crearan una serie de reformas destinadas a revitalizar el estado y el imperio.
¿Qué son las reformas borbónicas?
Las reformas borbónicas fueron una serie de cambios administrativos, políticos, militares y religiosos que la Corona española, bajo el nombre de la Casa de Borbón, realizó con el objeto de promover el desarrollo económico y comercial.
Causas
Las reformas fueron necesarias para ayudar a modernizar la tecnología y la manufactura en España y también para ayudar a establecer la supremacía española sobre el creciente poder de los criollos que eran las élites locales en el Nuevo Mundo.
Las causas principales de estas reformas en los diferentes ámbitos se describen a continuación:
Reformas económicas
Uno de los principales objetivos de las reformas borbónicas era aumentar la producción de productos primarios de exportación en las colonias, el comercio dentro de estas y en España.
La mayor preocupación de la Corona fue la minería, que proporcionó la mayor parte de los ingresos que fluyen en el tesoro español. En un esfuerzo por estimular la producción de plata, en 1736 la Corona redujo su impuesto por la mitad.
También ayudó a asegurar un precio más bajo para el mercurio, financió escuelas técnicas y bancos de crédito, dispensó títulos de nobleza a los propietarios de minas prósperas y facilitó la formación de gremios mineros.
Desde 1717, la Corona también creó monopolios estatales sobre la producción y el comercio de tabaco.
Las restricciones reales resultantes sobre la industria y la manufactura en las colonias humedecían gravemente la actividad empresarial colonial, con la excepción de los sectores de la minería, la ganadería y la agricultura orientados a la exportación.
En general, las reformas económicas de Bourbon lograron el objetivo de aumentar la producción, el comercio y los ingresos reales, al mismo tiempo que desmejoraban el sentido de lealtad y fidelidad de la élite y de los subordinados ante la Corona.
Reformas políticas y administrativas
De la mano de las reformas económicas, se produjeron una serie de medidas políticas y administrativas destinadas, una vez más, a aumentar el control real de las colonias. Una serie de reformas administrativas que consistieron en la construcción de dos nuevos virreinatos: el virreinato de Nueva Granada con Bogotá como capital, que fue abolido y luego reestablecido definitivamente en 1739 y el virreinato del Río de la Plata que tenía a Buenos Aires como capital, al cual se anexó el Alto Perú en 1776.
Después de una serie de inspecciones de 1765 a 1771, la Corona trató de debilitar el poder de los criollos, cuya influencia, había crecido demasiado.
La reforma administrativa más sustancial llegó en las décadas de 1760 y 1770, con la creación de una nueva burocracia, una especie de gobernación regional llamada la intendencia, que debía informar directamente al ministro de Indias.
El sistema de intendencia, que amenazaba la autoridad de virreyes y otros altos administradores, fracasó en gran parte, como consecuencia de la inercia institucional que se había desarrollado durante los dos siglos anteriores y la resistencia de los administradores a renunciar a su autoridad.
Reformas Militares
Especialmente después de la captura británica de Manila y La Habana en 1762, la Corona española trató de mejorar su poder militar en todo el imperio.
En general, las reformas militares fracasaron en el objetivo de fortalecer los lazos entre España y las colonias, mediante la creación de un gran cuerpo de oficiales criollos que más tarde resultarían instrumentales en las guerras de independencia.
Reformas Religiosas
En 1753, como parte del esfuerzo más amplio para reafirmar la supremacía real, la Corona negoció un convenio con Roma para tener una mayor autoridad real en la nominación y nombramiento de autoridades eclesiásticas.
La expulsión de unos 2.200 jesuitas de la América española repercutió por todo el imperio en 1767. Ésta fue una fuente crucial de desencanto entre muchos criollos de élite, lo que condujo a un nuevo enfrentamiento entre la Corona y aquellos cuyo apoyo necesitaría más para perpetuar su imperio americano.
Consecuencias
Todas estas reformas borbónicas económicas, administrativas, políticas, militares y religiosas tuvieron efectos múltiples y contradictorios que, en algunos niveles, acercaron las colonias a España y en otros profundizaron las divisiones.
Las reformas en general fracasaron en lograr los resultados deseados, principalmente al generar diversas quejas entre los criollos de élite contra la autoridad, lo que facilitó la formación de una identidad distintivamente americana y sentó las bases para las guerras de independencia después de la invasión napoleónica de Iberia en 1807 y 1808.
El Quinto Real
Fue un impuesto cobrado por la Corona española, principal fuente de beneficios que España obtuvo de sus colonias. Se fijó en 1504 para ser pagado por 10 años, pero en 1723 fue reducido casi uniformemente al diezmo (10 %). Aunque el quinto fue impuesto oficialmente sobre toda la producción de minerales, en la práctica se recolectó sólo en metales y piedras preciosas.