Este tremendo relato de supervivencia y humanismo revela también una de las facetas narrativas más intensas de Gabriel García Márquez, conjugando ficción y realidad sobre ese personaje que pasó diez días en una balsa: Luis Alejandro Velasco.
“Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre.”: ese es el título completo de esta obra que constituye una de las muestras del singular estilo de Gabriel García Márquez, el gran escritor colombiano que se encuentra entre las plumas más respetadas del siglo XX. Esta narración donde el escritor afirma su singular estilo, encuentra la particularidad de ser una obra que no se puede desligar de ninguna forma de la realidad, que a menudo ofrece una relectura sobre lo acontecido.
Pero ¿en qué consiste la obra? Tal como lo dice el extenso título completo (prácticamente un irónico epígrafe, recordemos la trayectoria periodística del escritor) se trata de un relato donde un personaje con nombre y apellido, Luis Alejandro Velasco, sobrevive sin ningún tipo de vívere arriba de una balsa. El relato se enmarca dentro del género denominado “no-ficción”, tomando un hecho de la realidad y explotándolo en un mundo ficcional donde personaje y persona se encuentran a menudo superpuestos. Esto quiere decir que Velasco no sólo es un náufrago que fue enterrado el mes de agosto del año 2000 en Bogotá, es también el personaje inmortal que sobrevive en la obra literaria a los múltiples pormenores que se le presentan en el mar Caribe. Aquí, más que a la persona Velasco, se asemeja a cualquier protagonista ficcional.
EL RELATO DEL RELATO
Relato de un náufrago apareció originalmente en el año 1955 a través de las hojas del diario El espectador, de Colombia. Fue publicado en 14 entregas consecutivas bajo el título “La verdad sobre mi aventura” que, para afirmar el verosímil, iba firmado por el mismo Luis Alejandro Velasco. El texto estaba basado en las experiencias que había sufrido este sobreviviente de la tormenta en el Caribe que había azotado al destructor colombiano Caldas, provocando la desaparición de 8 marineros. O, al menos, esa era la versión oficializada.
El náufrago, que había pasado diez días en una balsa sin bebida ni comida alguna, había sido recibido con toda la pompa: condecorado de forma ilustre, declarado héroe nacional, besado por la reinas de la belleza e incluso había aparecido en varios comerciales. Pero, una vez trascendió la verdad a través de las entregas que iba realizando García Márquez, resultó tener consecuencias tanto para el náufrago como para el escritor. Es necesario contextualizar que en ese momento la libertad de prensa en Colombia se encontraba limitada por estar bajo el yugo de la dictadura militar del general Gustavo Rojas Pinilla, y por esta razón las consecuencias de la verdad fueron aún más impactantes.
¿En qué consistía esa “verdad”?: pues, a través del relato de Velasco se daba a conocer que no existió una tormenta tropical. El naufragio del Caldas se había dado por fuertes vientos regionales y una carga demasiado abultada de distintos aparatos domésticos como heladeras, estufas o lavarropas, que habían cargado los marineros en el puerto de Mobile en Alabama. Tal como plantea su autor en la autobiografía Vivir para contarlo, la causa de que ocho marinos se cayeran por la borda respondió a “la sobrecarga de aparatos domésticos mal estibados en la cubierta de una nave de guerra”. Entonces, lo que aparecía como un relato de supervivencia y aventuras, también se había transformado en un relato de denuncia contra la corrupción. La trascendencia de esta nueva versión llevo al gobierno de Pinilla a emitir nuevos comunicados indicando que la única versión oficial era la correspondiente a la tormenta tropical, pero no por ello censuró la versión que García Márquez publicaba en El Espectador. Más bien, las consecuencias se vieron poco después: el escritor comenzó a sufrir el acoso de personas cercanas al poder que le manifestaban que le hacía el “juego” al comunismo, mientras que el glorioso sobreviviente fue expulsado terminantemente de la marina.
A largo plazo las consecuencias inmediatas fueron aún más graves, sintiéndose amenazado García Márquez se exilió a París mientras que el náufrago tuvo que sobrevivir en el anonimato en base a empleos mal pagos.
EL LEGADO
Como vemos, la escritura de los artículos en El espectador fueron polémicos y determinaron consecuencias inmediatas para sus actores. Sin embargo, no termina aquí. Si bien en el año 55 García Márquez era un joven y conocido periodista, apenas conocido tímidamente como escritor (La hojarasca se publicó ese mismo año y había publicado algunos cuentos en ese mismo diario), a finales de la década del 60 su situación era bastante distinta. La publicación de Cien años de soledad en 1967 había implicado su consagración definitiva y había cobrado fuerza la corriente literaria denominada como “Boom latinoamericano”, que disparó el interés por las obras de los escritores más reconocidos de Latinoamérica. Ante las necesidades editoriales, se compila el material surgido de El espectador en el 55 y se le da un nuevo formato de novela, con un prólogo que redefine el marco de la obra.
Sin embargo, en este mismo prólogo García Márquez no dejaría de manifestar su parecer respecto a la nueva publicación del relato, aunque esta vez con su nombre y apellido:
“Si ahora se imprime en forma de libro es porque dije sí sin pensarlo muy bien, y no soy hombre con dos palabras. Me deprime la idea de que a los editores no les interese tanto el mérito del texto como el nombre con que está firmado, que muy a mi pesar es el mismo de un escritor de moda”
En este mismo prólogo comenta lo que fue del náufrago y su actual aspecto y trabajo, con lo cual redimensionaba lo acaecido tras la publicación de los artículos en el 55. Por otro lado, tras la publicación del libro el autor decidió cederle los derechos a Velasco por “motivos humanitarios” y porque entendía que el relato correspondía a la persona que lo había experimentado. Sin embargo, esta condición no iba a extenderse por tanto tiempo: el anuncio de la posibilidad de una adaptación cinematográfica con estrellas taquilleras anunciada en los medios, llevó al Nobel colombiano a detener la publicación del libro y a luchar por la propiedad intelectual del texto. El hecho de que Velasco se viera impedido de negociar la propiedad intelectual de Relatos de un náufrago lo llevó a demandar al escritor colombiano y, en un mediático enfrentamiento legal, García Márquez quedo como el único dueño de los derechos del libro.
El náufrago murió finalmente a los 66 años producto de un tumor, pero antes de morir decidió dejar en claro que se arrepentía de la demanda realizada contra el escritor: “Le pido perdón a Gabo porque considero que perjudiqué su imagen. Fue por eso que me quitó los derechos. Espero que sea el momento para que las regalías que tú me has cobrado por tanto años me ayuden en los gastos que no sufraga la sanidad de las Fuerzas Militares de Colombia”.
EL VALOR LITERARIO
Si bien no se encuentra entre las obras más importantes del autor, lo cierto es que se trata de un relato donde se resaltan las virtudes creativas de García Márquez. La elegancia de la adjetivación, la ficcionalización de algunos pasajes donde se advierte su sello y una estructura donde los detalles aparecen reorganizados para generar el suspenso necesario, son algunos de los recursos que demuestran la maestría del autor para volcar su experiencia literaria en una experiencia real.
Los libros han sido desde siempre una ventana a mundos nuevos de conocimiento y entretenimiento. El teatro, lejos de ser la excepción, es además un recurso potencial para la puesta en escena.
La literatura es en general una manifestación artística sumamente íntima y personal, tanto para el escritor como para el lector. El primero debe lidiar con las palabras para realizar una narración en la que se encuentran sentimientos, sensaciones y experiencias entrelazados en una narración, un trabajo de codificación en el que necesariamente se omite información para enfocar la mirada del segundo hacia un punto más o menos común.
El lector deberá lidiar con ese texto dando lugar a que su imaginación reúna los datos que se van brindando y los transforme en espectáculos internos y, de esta manera, pueda ir percibiendo el paisaje que se esconde más allá del muro de los párrafos. El trabajo de elaboración que realiza es entonces mucho más intenso que el que debe ejercitarse con un entretenimiento más pasivo, como por ejemplo, el teatro, en el que ciertas variables ya estarán dadas por la presencia de actores, el desenvolvimiento que tengan, el trabajo escenográfico, etc.
La comparación puede parecer anecdótica debido a que se trata de expresiones artísticas completamente diferentes. Sin embargo, durante la extensión de este artículo veremos cómo se encuentran estrechamente vinculadas por un género literario tan antiguo como movilizador: el teatro.
Arriba el telón
El término teatro procede del griego theatrón, que significa “lugar para contemplar”. Forma parte de las artes escénicas, específicamente como una rama relacionada con la actuación, donde se cuentan historias frente a una audiencia. Para ello, combina discursos, gestos, sonidos, música y escenografía.
Por otra parte, el teatro es también una categoría literaria que comprende las obras concebidas en un escenario y el edificio donde se representan las piezas teatrales.
Nos encontramos frente a tres acepciones diferentes del mismo término, aunque la relación que existe entre ellas permite (y prácticamente obliga) a tomarlas siempre en conjunto. Por ejemplo, una obra de teatro puede ser leída en la comodidad del hogar, pero no podemos ignorar que el autor ha concebido los personajes paraque sean encarnados por actores sobre un escenario. Esta particularidad es característica de este género literario.
Necesario es entonces diferenciar entre texto dramático o teatral y hecho teatral. El primero es una categoría literaria, que si bien ha sido pensada para ser recreada en un escenario, puede no alcanzar este objetivo y ser disfrutada de todos modos independientemente de ello. El hecho teatral es la puesta en escena del texto teatral.
Otra característica del teatro como género literario es su disposición en forma de diálogos, en prosa o en versos, con acotaciones que indican la distribución de los actores y las particularidades de la escenografía, incluyendo la intensidad de las luces, etc. La descripción es necesaria para que pueda ser representada lo más fielmente posible y para ello el texto proporciona las palabras que los personajes dicen y señala los lugares donde actúan.
Para diferenciar bien estas dos expresiones artísticas se habla de drama, cuando se hace referencia al texto, esto es, una versión constituida completamente por elementos lingüísticos, y de teatro cuando se habla de la puesta en escena.
Por esta razón, hay quienes sostienen que la dramática es el único género no exclusivamente literario. Según esta posición, las acotaciones que indican movimientos, expresiones faciales, gestos, tonos de voz, etcétera, no formarían parte del texto literario. Por esta razón, puede decirse que la dramática tiene una faceta literaria (el texto teatral, lo que dicen los personajes), y otra que es espectáculo (la actuación, la escenografía).
El drama
La palabra drama es un vocablo con significación griega que comprende acción y representación, por lo cual su sentido completo sería ‘‘ acción representada”. Esta expresión artística comprende los contrastes y contradicciones de la vida humana; debido a ello se pueden hallar presentes la muerte, el humor, la pasión, el mal, la alegría, la bondad… En definitiva, el amplio abanico de la existencia diaria.
A diferencia de otros géneros literarios, como el narrativo y el lírico, el drama se presenta por medio de diálogos. Otras características son que no necesita la presencia de un narrador, predomina la función poética y suele valerse de las conativas o apelativas.
Al leer cualquier obra dramática encontraremos que suelen presentar un conflicto humano entre fuerzas contrarias. A medida que avance la historia el conflicto se irá resolviendo por los participantes a través de acciones. Denominamos a este proceso acción dramática y sus principales características son:
– Está organizada en torno a un conflicto.
– Los personajes participan en él.
– Se presenta en un mundo ficticio.
La estructura dramática
El drama posee una estructura común a todas las obras. En primera instancia, al inicio, se presenta el conflicto, fragmento en el cuál se conocen las partes que se oponen en la historia y sus motivos. Generalmente, esto ocurre en el primer acto.
A partir de este punto comienza el desarrollo, donde los enfrentados toman medidas para alcanzar sus objetivos. Dos movimientos opuestos se dan en esta instancia:
a) Tensión dramática: las fuerzas opuestas se confrontan directamente pero el problema no llega a resolverse.
b) Distensión dramática: tras un instante de relajación vuelve a darse el enfrentamiento que nos acerca al desenlace.
Pasada esta instancia se entra en el momento de clímax, término que también es utilizado en otras expresiones artísticas. Se trata del momento de mayor tensión en la obra, tras el cual se posibilita la conclusión del conflicto.
En el último tramo encontramos el desenlace: los intereses de una de las partes se impone y triunfa por sobre la otra, arribando a la solución del conflicto que se planteó al inicio. Se encuentra siempre en el último acto.
La tipología de los personajes
Además de una estructura, encontraremos una determinada tipología de los personajes. La presencia de un protagonista es universal debido a que en él se centra la atención de la obra. Este personaje se encuentra directamente involucrado en el conflicto y es el encargado de llevar a cabo la acción principal.
A su vez, la presencia de un antagonista suele ser igual de relevante. Se trata del segundo personaje más importante y su oposición directa al protagonista es el nudo que moviliza la trama.
Los personajes secundarios pueden encontrarse a favor del protagonista o del antagonista y contribuyen en general a la parte que representan para que alcance sus objetivos. Además, le brinda a la obra un nuevo punto de vista permitiendo que no se polaricen las perspectivas del conflicto.
Otro recurso común en las tragedias griegas son los personajes colectivos. Se trata de grupos sociales como el pueblo y los soldados, y tienen la función de darle un contexto a la obra.
Los subgéneros del drama
El drama tiene subgéneros definidos por los temas que tratan y el modo en que lo hacen. De esta manera, pueden encontrarse al menos tres clasificaciones, entre las más importantes: la tragedia, la comedia y el drama.
El primero de ellos presenta una trama que a menudo finaliza con la muerte del protagonista o su destierro. Además, lo encontraremos como hilo conductor a través de diferentes episodios que irá viviendo en el siguiente orden:
a) Primero se lo muestra encarnando los valores promovidos por la sociedad.
b) Llegado a un punto de la historia, el protagonista comete una falta o error terrible, en la mayoría de los casos movilizado por la “hybrys”, un concepto griego que puede traducirse como desmesura y que alude a la soberbia. Se trata de la principal falta para dicha civilización y puede caracterizarse como la violencia que ejercen los poderosos sobre los débiles.
c) A causa de su error, el personaje inicia su caída promovida como un castigo de los dioses.
d) De esta manera se cumple su destino, un irremediable final generalmente anunciado que no puede evitarse.
e) Finalmente, los espectadores se ven afectados por lo ocurrido. Este proceso, denominado catarsis, provocaría por medio de la compasión y el miedo la purificación del alma causada por esas pasiones.
El segundo subgénero al que aludimos es la comedia. En estas historias los protagonistas se enfrentan con dificultades de la vida cotidiana movidos por sus propios defectos, pero a diferencia de lo que ocurre en la tragedia, los desenlaces son felices y concluyen con un escarnio de la debilidad humana.
El protagonista representa a una persona común y corriente, pero se exaltan ciertas características para generar el humor en la obra. De esta manera, el personaje puede ser un mentiroso, un charlatán, un fanfarrón, un pícaro, etc., o puede contar con varios de estos atributos a la vez. Es además un ser inocente e inconsciente, lo que lo diferencia completamente del protagonista prototípico de las tragedias, quien posee un profundo sentido ético.
El conflicto aparece también siguiendo otra estructura, ya que es la poca virtud del protagonista la que lo suele desencadenar, y el desenlace, que como se anunció es feliz, lo es para todos los personajes salvo para aquel que encarna el defecto que debe ser castigado.
En cierta forma, este subgénero vuelve a presentar una finalidad moralizadora, pero a diferencia de lo que ocurre en la tragedia, la comedia busca enternecer al público por todos los medios y lograr que se divierta.
Finalmente, debe mencionarse al drama como subgénero. Básicamente, se encuentra en el medio de los dos anteriores. Las pasiones se presentarán sin la misma intensidad que aparecen en las tragedias y a veces se intercalan elementos cómicos. La conclusión puede ser desgraciada, pero no es indispensable que así sea.
el hecho teatral
La estrecha relación que existe entre el teatro como género literario y su puesta en escena obliga a mencionar algunas características del hecho teatral propiamente dicho, antes de concluir la nota.
El hecho teatral surge únicamente de la representación, en la cual se traslada a la realidad escénica una obra dramática. Cuando en una obra el texto no tenga la capacidad de ser representado estamos hablando de una obra literaria; cuando esta puede llegar a ser representada, estamos hablando de una obra teatral.
Por todo lo que hemos venido desarrollando hasta aquí, puede anticiparse que los elementos que conforman el hecho teatral son múltiples, aunque no todos poseen la misma jerarquía o trascendencia. Sin embargo, sólo dos de ellos son imprescindibles en cualquier obra: un actor que haga un papel y un espectador que lo escuche. Veamos en qué consisten y qué elementos acompañan.
1) Los actores: Dan vida a los personajes del texto dramático, a quienes ceden su voz, su alma y sus sentimientos. Es uno de los elementos esenciales en el teatro, por lo que debe tener mucha sensibilidad, buena voz, mejor memoria y una correcta dicción.
2) Público: El hecho teatral es un fenómeno eminentemente social. La plenitud del hecho teatral se produce a través de la compenetración entre actores y público en un mismo estado anímico. Todo el trabajo de creación y representación que ejecutan respectivamente dramaturgos o autores, directores y actores, tienen como último destino el de ser contemplados por un público, sin cuya presencia y participación no hay teatro posible.
3) El texto dramático: es el que estructura la representación.
4) Espacio teatral: Es el espacio físico donde se desarrolla la representación. No exige, forzosamente, un escenario preparado y modelado a tal efecto.
5) Director: Estudia la obra en su totalidad y coordina el funcionamiento del elenco teatral.
6) Elementos escénicos: Contribuyen (decorado, escenografía, luces, efectos sonoros) a crear la ilusión de realidad y dar vida al texto dramático.
EL TEATRO COMUNICA, ESTABLECE UN VÍNCULO DE IDENTIFICACIÓN ENTRE LOS PERSONAJES Y EL PÚBLICO ALCANZANDO UNA FIBRA SENSIBLE DEL ALMA. ESTE NIVEL DE EMPATÍA HACE QUE LOS DRAMATURGOS AL PONER LAS PALABRAS EN EL CUERPO DE LOS ACTORES GENEREN EMOCIONES MUY DIFÍCILES DE LOGRAR EN OTRO ÁMBITO. ESA ES LA MAGIA DEL TEATRO, Y A PESAR DE LAS DIFERENCIAS ESTILÍSTICAS ENTRE CULTURAS SIGUE DESPERTANDO LAS EMOCIONES QUE HACEN A NUESTRA CONSTITUCIÓN COMO SERES HUMANOS.
¡Vamos a escribir! Si queremos redactar un mensaje y que la gente nos entienda debemos saber articular los signos de puntuación. Éstos son una de las herramientas esenciales para poder realizar todo tipo de escritos correctamente.
La estructura de los textos que se escriben cotidianamente obedecen a una numerosa cantidad de reglas ortográficas que permiten su comprensión, facilitan su lectura y ordenan sus ideas de forma tal que puedan ser accesibles a todo aquel que las conozca. La puntuación forma parte de este conjunto de normas y es una herramienta indispensable para reproducir la entonación, los silencios y las pausas que producimos cuando hablamos. La utilización incorrecta de estos signos puede generar ambigüedad o cambiar toda la interpretación de una frase, por lo que aprender a utilizarlos bien es una tarea de suma importancia.
El punto (.)
Al tratarse de un signo de puntuación que se encuentra necesariamente en toda oración, el punto es uno de los primeros que se aprende a utilizar y con el que menos errores se presentan. Se utiliza para indicar una pausa que se produce al final de un enunciado o la terminación de una composición. Siempre que una palabra le siga deberá ser escrita con mayúscula, marcando de esta manera el inicio de una nueva oración.
Existen tres tipos de puntos diferentes que es necesario diferenciar:
1) Punto y seguido: se usa para separar oraciones que integran un párrafo y que pertenecen al mismo grupo de argumentación. Luego se debe seguir escribiendo en el mismo renglón o, si el espacio lo impide, continuar en el que se encuentra inmediatamente por debajo sin dejar sangría.
2) Punto y aparte: se utiliza para separar dos párrafos que suelen desarrollar contenidos diferentes. Siempre que se utilice se debe continuar escribiendo en una línea inferior dejando sangría al comienzo.
3) Punto final: se usa para cerrar un texto.
A modo de ejemplo, puede observarse en el siguiente fragmento del cuento de Horacio Quiroga, “Las medias de los flamencos”, cómo los signos cumplen diferentes funciones en relación con el lugar del texto en el que es utilizado:
“A veces se apartan de la orilla, y dan unos pasos por la tierra, para ver cómo se hallan. Pero los dolores del veneno vuelven en seguida, y corren a meterse en el agua. A veces el ardor que sienten es tan grande, que encogen una pata y quedan así horas enteras, porque no pueden estirarla. Esta es la historia de los flamencos, que antes tenían las patas blancas y ahora las tienen coloradas. Todos los peces saben por qué es, y se burlan de ellos. Pero los flamencos, mientras se curan en el agua, no pierden ocasión de vengarse, comiéndose a cuanto pececito se acerca demasiado a burlarse de ellos.”
En el primer párrafo se puede evidenciar la presencia de dos diferentes usos del punto. En las primeras dos oportunidades se trata de un punto y seguido, pero hacia el final de la última oración aparece un punto y aparte. Nótese que es éste último el que finaliza el párrafo y el que se utiliza para cerrar una idea, mientras que los primeros simplemente separan oraciones y contenidos más concretos.
El punto final, en cambio, se presenta al final del extracto, junto a las comillas de cierre, para indicar el término del texto. En el mismo párrafo (el segundo) pueden observarse en dos oportunidades más cómo se utiliza el punto y seguido.
Existe un cuarto uso que puede hacerse del punto para indicar la presencia de una abreviación. Para ello se coloca a continuación de una de ellas y se sigue escribiendo en minúscula sobre la misma línea como se observa en los siguientes ejemplos:
Sr. en lugar de señor. Etc. en lugar de etcétera. Prof. en lugar de profesor.
La coma (,)
Otro signo de puntuación que se utiliza con mucha frecuencia es la coma. Sirve para indicar una pausa breve que se produce dentro de un enunciado, aunque la misma puede tener varios usos:
1) Separar varias palabras en una enumeración: “No te olvides de comprar manteca, harina, pan, azúcar y queso”.
2) Separar el nombre de la persona a la que nos dirigimos del resto de la oración: “Lucia, tráeme los libros que están sobre la mesa”.
3) Separar el apellido del nombre cuando se escribe invertido: “Pérez García, Lucas”.
4) Indicar una aposición que aclara información del sujeto: “Jorge Luis Borges, el escritor argentino, escribió muchísimos textos”.
5) Introducir aclaraciones: “Marianela, que está estudiando periodismo, será la nueva directora del periódico”.
6) Cuando hay una elipsis: “Mi hermano compró un cancionero para la guitarra y mi hermana, la última novela de García Márquez”.
La elipsis es la supresión de un término de la oración. Se quita ese término para evitar ser reiterativo y porque sin ese término la oración se comprende igual. En el ejemplo, observamos que en vez de escribir nuevamente el verbo “compró”, se coloca una coma.
7) Cuando ha sido invertido el orden normal de la oración: “Cuando se despertó, ya todos habían desayunado”.
El punto y coma (;)
A diferencia de los signos de puntuación ya vistos, el punto y coma representa una pausa mayor a la coma pero inferior al punto. A pesar de no ser utilizado tan frecuentemente, su uso bien específico es necesario en las siguientes ocasiones:
1) Al separar los elementos de una enumeración cuando ya existen algunas comas: “Mónica, mi prima, traerá el postre; Oscar, las bebidas y Lucrecia preparará la cena”.
2) Delante de las palabras “pero”, “sin embargo”, “no obstante”, etc., es decir, en oraciones coordinadas adversativas cuando en el enunciado existen otras comas. “Hoy hay sol; no obstante, debes abrigarte porque hace frío”.
3) Para separar dos oraciones con significados relacionados: “Enrique, eufórico, corría hacia el cine; sus amigos no sabían dónde estaba”.
4) Cuando a una oración le sigue otra antecedida de conjunción: “Jugaron por horas con sus primos, saltaron, bailaron, jugaron a las escondidas, se disfrazaron; y cuando llegó el momento de volver a casa estaban todos dormidos”.
Los dos puntos (:)
Este signo sirve para detener el discurso y llamar la atención sobre la información que le continuará. Puede utilizarse en los siguientes casos:
1) Después del saludo de las cartas: “Queridos tíos: ”
2) Después de anunciar una enumeración: “Estas son mis comidas preferidas: pizza, papas fritas, arroz y pollo al horno”.
3) Para introducir el discurso directo: “María me dijo: “¡Cuidado! ¡Ese perro te va a morder!”
4) Para introducir una aclaración al discurso anterior: “Se ha quedado sin fichas: no podrá seguir jugando”.
Los puntos suspensivos (…)
Los tres puntos, o puntos suspensivos, se utilizan para indicar que una enumeración no está completa (puede sustituirse por “etc.”) o para indicar que un enunciado está incompleto:
“Ayer visitamos el jardín, el palacio, las fuentes…”
También sirve para generar suspenso, misterio o intriga:
“Oímos unos ruidos extraños en la calle. Entonces miramos… y era el camión de un circo”.
El guión
Existen dos tipos diferente de guión, cada uno con su forma y uso particular:
– Guión largo (_): poseen una función parecida a la del paréntesis pero se usan con frecuencia en oraciones explicativas. Además pueden utilizarse para abrir y cerrar un inciso dentro de un paréntesis.
– Guión corto (-): se utiliza para unir en vez de separar. Cada una de las palabras unidas por el guión seguirá conservando su significado individual. Por ejemplo: Ese muchacho es de origen ítalo-argentino.
Interpretando según la puntuación
Leyendo las siguientes oraciones nos damos cuenta de la real importancia que tienen los signos de puntuación. Se observa cómo cambia el significado si ponemos la coma en un lado o en otro.
1. Quien escribe, sus malos recuerdos espanta.
2. Quien escribe sus malos recuerdos, espanta.
La primera oración tiene la pausa luego de “Quien escribe”, entonces nos da entender que los malos recuerdos los logra espantar la persona que escribe. En cambio, en la segunda oración la coma está puesta luego de “Quien escribe sus malos recuerdos”, por lo que nos hace entender que aquella persona que se dedica a escribir sobre sus malos recuerdos, genera espanto en los lectores.
Auténtico emblema de la literatura infantil, la obra del autor francés no está sin embargo exenta de polémica. ¿Continúan siendo sus cuentos un material para niños o se trata de obras que en este momento les pueden resultar perjudiciales?
“Caperucita Roja” o “La Bella Durmiente” son algunas de esas obras inmortales que han formado parte del crecimiento de los niños de generación en generación. Mencionarlos es recordar una serie de imágenes con las que se ha asociado a estos relatos a través de la historia, siendo versionados y modificados numerosas veces y llevados a formatos que su autor original jamás habría imaginado como el cómic, el cine o la televisión. Pocos conocen que semejante legado literario corresponde a Charles Perrault, escritor francés del siglo XVII que dio forma a la mayoría de los relatos archiconocidos dentro de su compilación Mamá Oca (o Ganso). Aquí conocemos algunos de sus relatos, la influencia que ejercieron y porque en la actualidad su vigencia genera polémica.
La obra de Perrault
Mencionar la obra de Perrault es particularmente engañoso. En verdad, su obra estuvo más circunscripta a los ámbitos académicos y políticos que a la literatura. Sin embargo, la razón por la cual se lo conocerá a lo largo de los siglos es la compilación de sus cuentos que fueron escritos esporádicamente recogiendo la tradición oral de los campesinos franceses. Este detalle es importante: los cuentos de Perrault ya se encontraban referenciados antiguamente, aunque a menudo tenían personajes distintos o se alteraban detalles que podían resultar muy crudos, formando parte de lo que se denomina como relatos orales y leyendas que pasaban de boca en boca generacionalmente, por lo general realizadas con un fin aleccionador.
Los cuentos que todos conocemos son, como se mencionó, resultado de varias compilaciones. Los primeros en difundirse fueron “La paciencia de Griselda”, “Los deseos ridículos” y “Piel de Asno” que comenzaron a aparecer a partir de 1691 en publicaciones como antologías o diarios, finalmente publicados en un volumen en 1694. El rasgo formal característico de estos relatos es que se encontraban escritos en verso y a menudo cuentan con temáticas más crudas y adultas que los cuentos en prosa que aparecerán después.
De un manuscrito de 1695 de su autoría surgen los relatos más conocidos popularmente a la posteridad: “La Bella Durmiente”, “Caperucita Roja”, “Barba Azul”, “El gato con botas” y “Las hadas”. Serán publicados luego, más prolijamente, en una compilación a la que se llamó como Histoires ou Contes du Temps passé que, según la traducción, se ha conocido como Historias y cuentos de tiempos pasados o Cuentos de antaño, subtitulado Comme un conte de la Mere Oye, es decir, “como un cuento de Mamá Oca” (o Ganso, según la traducción). A esta edición aparecida en 1697 se le agregó tres relatos: “Cenicienta”, “Riquete el del copete” y “Pulgarcito”. La intencionalidad del autor con estos relatos era apuntar a los niños en un tono didáctico, en la línea de la corriente de pensamiento del didactismo racionalista de escritores y filósofos como Moliere, Jean de la Fontaine o Racine. La figura de “Mamá Oca” marcaba esta intención en el subtitulo: esta figura es un falso autor de los cuentos que corresponde a una citación que se hacía en la tradición oral francesa al comenzar un relato, de esta forma Perrault daba un marco conocido para los niños sin alienarlos por el hecho de que el relato sea escrito en lugar de ser contado.
En líneas generales podríamos definir a la obra de Perrault desde tres perspectivas que caracterizan a sus relatos:
• No hay un distanciamiento fantasioso que se ponga tan de manifiesto, como si se solía hacer en los relatos orales. Si bien el autor no marca lugares o momentos específicos en el tiempo, si da a entender en sus descripciones un determinado sector social (por lo general, el campesinado) que era reconocible para el lector como contemporáneo y cercano a su realidad a pesar de las criaturas o sucesos maravillosos.
• El pensamiento racionalista que parte de la lógica cartesiana se puede ver en la relación de causa y efecto que toma relieve en la forma en que actúan los personajes, en particular las hadas, como es el caso del accionar metódico del hada madrina en Cenicienta.
• El tono irónico de la narración que se advierte principalmente en las moralejas con doble sentido tenía también dos destinatarios: el primero era el niño, al que se le advertía de los peligros que le acechaban; y el segundo era el adulto, al cual se le exponía una realidad con ironía. Esto era semejante al de otros autores del neoclasicismo francés como Moliere en obras teatrales como El burgués gentilhombre.
Los cuentos
Los cuentos de Perrault aparecidos en distintas compilaciones tienen, originalmente, bastantes diferencias respecto a los cuentos que conocemos hoy en día, pero eran más acordes al momento histórico en el que se encontraba viviendo el escritor. El más célebre de los relatos suavizados es “Caperucita Roja”. Recordemos su trama:
Una niña que se encuentra entre las más bonitas de un pueblo es enviada por su madre a llevarle unas tortas a su abuela, para agasajarla y ver cómo se encuentra por una enfermedad que le aqueja. Un lobo la acecha para devorarla pero no encuentra la oportunidad para hacerlo y, por lo tanto, intenta entrar en confianza con caperucita para saber adónde se dirige. Al averiguar que iba a lo de su abuela se la devora y se hace pasar por ella, para engañarla. Tras pedirle a caperucita que se acerque a su cama la devora luego de un diálogo algo humorístico. Y aquí termina. No hay cazador, ni salvación de último momento. En realidad, la versión que más conocemos es la versión de los hermanos Grimm, del siglo XIX, que cuenta con un tono más suavizado debido a la inclusión de un final feliz y la omisión de temas adultos que se encontraban en el original. El paso a mediados del siglo XX hizo que incluso esta versión sea suavizada, principalmente por la agresividad en la forma de deshacerse del lobo.
Probablemente el caso de “Caperucita Roja” sea el más paradigmático, pero hay importantes modificaciones en otros relatos o, en todo caso, con el paso del tiempo se los ha ocultado deliberadamente por sus temáticas, a pesar de la popularidad que pudieran haber alcanzado en su momento. Otro ejemplo es el de “La Bella Durmiente”, originalmente llamado “La Bella Durmiente del bosque”, que dista en su final bastante del de la popular versión de Disney: además de implicar un casamiento no reconocido por la realeza, mantenido en secreto por el príncipe, el personaje de la reina era en verdad una ogresa que cuando ve la oportunidad decide devorarse a la protagonista y sus jóvenes hijas. Al enterarse, el príncipe acude para salvar a sus hijos y su amada de semejante tragedia, dando finalmente un final feliz a pesar de la ferocidad a la que se ven expuestos. “Barba Azul” dejó de considerarse un cuento para niños por las referencias a los asesinatos de sus mujeres. “La paciencia de Griselda” se torna controvertida por el sufrimiento al que se ve expuesta su protagonista por iniciativa del marido. En “Pulgarcito” no sólo hablamos de padres abandónicos sino también de un ogro despiadado que desea comerse a los niños que hospedaba y en su lugar termina degollando a sus hijas. Aún más grave resultan las moralejas, que contienen un tono que el autor pudo haber considerado convenientes en los salones de finales del siglo XVII, pero que en este momento resultan inapropiadas para niños.
Ante este panorama se han tomado distintas posiciones. Ya a finales del siglo XIX se había apuntado contra lo inapropiado o anticuado que podía resultar el mensaje de sus cuentos. Las razones de esta apreciación la encontramos, por ejemplo, en la enorme diferencia respecto a la época en que fueron concebidas en el sistema educativo: el miedo era vital en la educación y los castigos corporales eran aceptados, por ejemplo, razón por la cual suena lógico que los castigos a los malos hábitos o acciones sean castigados contundentemente en sus cuentos. Autores como el analista Wilhelm Stekel (1868 – 1940) apuntaron no sólo contra Perrault sino también contra los hermanos Grimm al indicar ya a comienzos del siglo XX que los cuentos “habría que reeditarlos para niños de todas las edades y eliminar las crueldades o, al menos, atenuarlas”. Otras voces indicaron que lo ideal sería no hacer esas modificaciones sino sacarlos de circulación, y tomarlos como referencia histórica de la literatura infantil en esa época y sus fines moralizantes.
Sin embargo, algunas corrientes modernas postulan la necesidad de difundir estos cuentos sin modificaciones porque le dan al niño indicaciones para superar miedos que son comunes en la infancia. La presencia del conflicto en estos relatos es también señal de que ese conflicto puede ser solucionado, trasladando esta visión a su vida. Además, el tono escapista que se ha visto en los elementos maravillosos de la narración (por la presencia de hadas o brujas, por ejemplo) puede ser también visto como una forma de aceptar el universo interior del niño. En todo caso, y más allá del debate, la obra de Perrault continúa siendo una influencia ineludible en el campo de la literatura infantil y sus cuentos continúan siendo, en su esencia, parte de las nuevas generaciones.
El autor
Charles Perrault nació en 1628 en París, Francia. Perteneciente al sector de una burguesía acomodada se destacó rápidamente en las letras, iniciando sus estudios en derecho en 1637. Ocupó diversos cargos como funcionario, consiguiendo ser uno de los secretarios más solicitados por la realeza. A partir de 1680 abandonó su carrera como funcionario y se desempeñó más activamente en la escritura, escribiendo en 1687 un célebre poema titulado El siglo de Luis el Grande. En 1697 publicó su obra más famosa, Historias y cuentos de tiempos pasados, que contiene sus cuentos más conocidos. Murió también en la ciudad de París, en 1703.
Las oraciones están formadas por un sujeto y un predicado. El sujeto es la parte de la oración que nos indica quién realiza la acción y su fragmento principal es un sustantivo. El predicado es la acción realizada por el sujeto y su elemento más importante es el verbo, un adjetivo, un sustantivo, un adverbio o un verboide.
El predicado es un elemento básico en una oración que indica lo que se dice respecto al sujeto. Puede estar formado por una sola palabra o por un grupo de ellas. Los predicados en la lengua castellana se pueden clasificar de varias maneras; por ejemplo, según la palabra que funciona como núcleo podremos distinguir entre predicado verbal y no verbal.
PREDICADO VERBAL
Puede tener como núcleo (N) un verbo copulativo (ser, estar, parecer, semejar, etc.) o un verbo no copulativo o predicativo.
La oración se define como la menor unidad del habla humana que transmite un mensaje completo.
Sujeto
Predicado verbal
Los niños
están jugando
N (verbo copulativo)
Los niños
jugaban en el parque
N (verbo no copulativo)
Como se puede observar dentro del predicado verbal existen otras palabras o construcciones que tienen por objetivo modificar el núcleo. Éstas se podrán reconocer por medio de tres procedimientos:
a) La valencia: si modifican al verbo y a otra clase de palabra a la vez. b) La rección pronominal: cuando admiten ser reemplazadas por un pronombre. c) La transformación: cuando cambia la función sintáctica si modificamos la voz verbal.
Los modificadores verbales son los siguientes:
Objeto directo (O.D): indica el objeto o ser sobre el cual recae directamente la acción del verbo. Puede aparecer solamente cuando el verbo está en voz activa. Sólo modifica al verbo y puede ser reemplazado por los pronombres personales lo, los, la, las, según el género y número del O.D. Ejemplo: Comí una milanesa / La comí. Además, al modificar la voz del verbo de activa a pasiva el O.D se transforma en sujeto. Ejemplo: Lucía comió tres caramelos. (Voz Activa – “comió tres caramelos” es el predicado) / Tres caramelos fueron comidos por Lucía. (Voz Pasiva – “Tres caramelos” es el sujeto)
Sujeto
Predicado verbal
Ella
miróuna película.
N O.D
Complemento agente (C. Ag.): el Complemento Agente es un modificador verbal que puede aparecer solamente en voz pasiva. Modifica únicamente al verbo y no permite ser reemplazado por un pronombre. Dicho complemento, se transforma en sujeto al cambiar la voz del verbo de pasiva a activa. Ejemplo: El perro gris fue encontrado por Álvaro. (Voz Pasiva) / Álvaro encontró el perro gris. (Voz Activa) Como podemos ver, el complemento agente irá siempre encabezado por la preposición “por”.
Sujeto
Predicado verbal
Las actrices
fueron peinadaspor Ana.
N C. Ag.
• Cuidado: muchos modificadores pueden estar encabezados por “por” pero no son Complemento Agente.
Objeto Indirecto (OI): se refiere al objeto o ser sobre el que recae la acción del verbo de forma indirecta. Es un modificador que puede aparecer tanto en voz activa como en voz pasiva. Al igual que los anteriores, modifica solamente al verbo y puede ser reemplazado por los pronombres personales le o les. Ejemplo: Laura preparó galletas para su novio/ Laura le preparó galletas.
Con el cambio de voz activa a pasiva el objeto directo no modifica su función. Ejemplo: Laura preparó galletas para su novio. Las galletas fueron preparadas por Laura para su novio. Como podemos observar, los objetos indirectos van encabezados por las preposiciones “a” o “para”.
• Cuidado: existen otros modificadores que también pueden estar encabezados por estas mismas preposiciones.
Sujeto
Predicado verbal
El maestro
leeel cuentoa sus alumnos.
N O.D O.I
Muchas veces nos planteamos la utilidad del análisis de oraciones ¿Para qué ahondar en la estructura de una u otra oración? Tal vez se deba a que el estudio de la lengua como sistema es un proceso complejo, tan complejo como la misma lengua ¿es esto necesario? No es necesario si lo que pretendemos es utilizar pobremente las herramientas comunicativas que tenemos a nuestro alcance; si queremos utilizar en todo su potencial una herramienta tan versátil como el lenguaje, no nos queda más remedio que estudiarlo exhaustivamente y, para ello, es necesario el análisis sintáctico de oraciones. Saber cómo se estructura nuestro idioma nos lleva a emplearlo eficientemente a nuestro favor.
Predicativos: modifican al verbo y a un sustantivo o pronombre al mismo tiempo. El sustantivo o pronombre podrá formar parte del núcleo de sujeto (Predicativo Subjetivo) o de algún objeto que esté dentro del predicado (Predicativo Objetivo).
a. Predicativo Subjetivo (PS): son aquellos predicativos que concuerdan en género y número con el sujeto. Si se cambian estas categorías en el sujeto, cambian en el predicativo, y esto nos permite reconocerlos. Ejemplo: El muchacho habla apurado. La muchacha habla apurada. Los muchachos hablan apurados.
Sujeto
Predicado verbal
Gabriel
escriberápido.
N P.S
• Cuidado: ¡No confundirlos con los Objetos Directos! A pesar de que en algunos casos estos predicativos puedan ser reemplazados por “lo”, no se trata del mismo pronombre con el que se reemplazaría el OD. En éstos, dicho pronombre varía en género y número, mientras que en los predicativos no varía. Por ejemplo: OD masculino plural: Comí caramelos. / Los comí. PS masculino plural: Mis primos son arrogantes. /Mis primos lo son. Los diferenciaremos de los circunstanciales porque concordarán en género y número con el sujeto, mientras que los segundos no. Ejemplo: Él camina lentamente / Nosotros caminamos lentamente. Circunstancial Él camina lento / Nosotros caminamos lentos. Predicativo
b. Predicativo Objetivo (PO): Son aquellos predicativos que concuerdan en género y número con el objeto directo. Si se cambian estas categorías en el objeto, cambian en el predicativo, y esta es la única manera de reconocerlos. Ejemplo: Dejaron desenchufado el refrigerador. / Dejé desenchufadas las luces.
Sujeto
Predicado verbal
Pedro
encontrópintada la pared.
N P.O
• Cuidado: ¡No confundirlos con un Modificador Directo del núcleo de Objeto Directo! El Modificador Directo es reemplazado por el pronombre junto con el núcleo del OD. En cambio, el Predicativo Objetivo no se reemplaza junto al Objeto Directo. Ejemplo: Compró los libros de historia. / Los compró. Objeto Directo Tenía la ropa limpia. / La tenía limpia. Predicativo Objetivo Además, es importante tener en cuenta que el Predicativo Subjetivo nunca se transformará en Sujeto si se cambia la voz verbal, mientras que el Objeto Directo sí. ¡No confundir con un Circunstancial!
Circunstancial: los circunstanciales son modificadores que señalan alguna circunstancia en que ocurre la acción del verbo. Modifican únicamente al verbo. Si se pasa de voz activa a pasiva sigue funcionando como circunstancial: Ellos visitaron a los abuelos el lunes. / Los abuelos fueron visitados por ellos el lunes.
Hay de varios tipos y se averiguan con preguntas concretas.
Complemento Circunstancial de….
Abreviatura
Se le pregunta al verbo…
Lugar
(C.C.L)
¿Dónde?; puede ser adverbio de lugar.
Tiempo
(C.C.T)
¿Cuándo?; puede ir precedido por preposición o adverbio de Tiempo.
Modo
(C.C.M)
¿Cómo?; o un adverbio de Modo.
Causa
(C.C.Cau.)
¿Por qué?
Finalidad
(C.C.F)
¿Para qué?
Compañía
(C.C.Com)
¿Con quién?
Instrumento
(C.C.I)
¿Con qué?
Materia
(C.C.Mat.)
¿Con que está hecho?
Cantidad
(C.C.C)
¿Cuánto?
Negación
(C.C. Neg.)
Cuando hay una partícula negativa.
Afirmación
(C.C.A)
Cuando hay una partícula afirmativa
Si algún complemento circunstancial no lo podemos incluir en la lista anterior lo llamaremos simplemente (C.C)
Sujeto
Predicado verbal
Juana
anotó6 puntos.
N C.C.C.
Sujeto
Predicado verbal
Él
trabajóayer.
N C.C.T
Sujeto
Predicado verbal
Ellos
jugaronsuavemente.
N C.C.M
PREDICADO no VERBAL
El predicado no verbal es aquel en el cual el núcleo no es un verbo, sino un adjetivo, un sustantivo o un adverbio. Para poder tener una estructura bimembre con predicado no verbal, el sujeto tiene que estar expreso. En estas oraciones la coma no es imprescindible.
Ejemplos:
Predicado nominal
Sujeto
Muy simpáticas,
(Adjetivo)
aquellas muchachas
Sujeto
Predicado nominal
Los árboles
aquí
(Adverbio)
Tipos de predicado no verbal
Ejemplos
Nominal: su núcleo es un adjetivo, un sustantivo o una construcción encabezada por una preposición. Se puede reconocer porque en la oración suele hallarse una coma, que puede reemplazarse por los verbos ser o estar.
Ellos, soñadores. (Ellos son soñadores)
N
Las rosas, flores hermosas. (Las rosas son flores hermosas)
N
El café, de Colombia. (El café es de Colombia)
N
Adverbial: su núcleo es un adverbio o un circunstancial.
El obelisco, en Buenos Aires.
N
Objeto: el verbo elidido no es un verbo copulativo (tener, hacer, etc.)
¿Ironías a mí?
N
Ironías me dicen a mí.
O.I.
¿Ellos, miedo a la oscuridad?
N
¿Ellos tienen miedo a la oscuridad?
O.D.
Verboidal: su núcleo es un verboide.
¿Yo, hablar en clase?
N
El artista, aplaudido por el público.
N
Los alumnos, estudiando.
N
PON APRUEBA TUS CONOCIMIENTOS
Distingue el núcleo del predicado en las siguientes oraciones. Si te animas, te invitamos que analices todas las construcciones que aparecen en el predicado verbal.
1- María juega en el parque. 2- El presidente, repudiado por el pueblo. 3- Los muros fueron pintados por los jóvenes. 4- Ellos comieron postres. 5- Mario agradeció a Ernesto. 6- Ellas, alegres. 7- Él cocinó ayer. 8- Mis primos son arrogantes. 9- Los maestros trabajaron arduamente. 10- Él encontró 10 monedas.
SOLUCIONES
1- Juega, núcleo – en el parque, C.C.L I 2- Repudiado, núcleo. I 3- Fueron pintados, núcleo – por los jóvenes, complemento agente. I 4- Comieron, núcleo – postres, O.D I 5- Agradeció, núcleo – a Ernesto, O.I I 6- Alegres, núcleo. I 7- Cocinó, núcleo – ayer, C.C.T I 8- Son, núcleo – arrogantes, Predicativo Subjetivo I 9- Trabajaron, núcleo – arduamente, C.C.M I 10- Encontró, núcleo – 10 monedas, C.C.C
Desde pequeños, nuestra introducción a los relatos viene de la mano del universo fantástico. Los cuentos de hadas están poblados de criaturas que adoramos, nos aterrorizan y nos llevan suavemente al mundo de la imaginación y la fantasía. Conozcamos en detalle a estos personajes que nos encantaron desde la niñez.
“Había una vez…” son tres palabras que quedaron grabadas para siempre en nuestra memoria escuchando cuentos de hadas. Lo maravilloso pasó a formar parte de nuestra vida desde que tenemos uso de razón pero, si debemos remontarnos a los orígenes de estos relatos de fantasía, indefectiblemente tenemos que comenzar con los mitos.
DIFERENCIA ENTRE MITO, LEYENDA Y CUENTO MARAVILLOSO
Los mitos son relatos anónimos tradicionales, transmitidos de generación en generación. Es una narración transformada por la fantasía de los pueblos a lo largo del tiempo en la que aparecen elementos maravillosos que explican determinados sucesos. El origen del universo, de los seres humanos y los fenómenos naturales son explicados a través de estas narraciones que todavía nos deleitan; son la cosmovisión, el registro de una cultura.
A diferencia de los mitos, las leyendas son hechos que tienen una base real y se relacionan con el pueblo que le dio su origen; debido a esto, suelen aparecer descripciones detalladas de la geografía. Las leyendas tratan de dar una explicación acerca de la existencia o el origen de algunos seres, de la Madre Tierra, de los territorios, etc. El conflicto entre los seres reales se soluciona con la intervención de fuerzas sobrenaturales como dioses, duendes, magos y elementos de la naturaleza con poderes especiales.
¿Sabías qué...?
La tradición oral de los cuentos de hadas llegó mucho antes que la forma escrita.
En tanto, se llama cuento de hadas o maravilloso a todo tipo de narraciones que incluyen aventuras maravillosas, aún cuando muchas veces las hadas no aparecen en el cuento. Muchos cuentos de este tipo coinciden con algunos mitos. La diferencia está en que los protagonistas del mito son seres divinos, mientras que en el cuento son seres humanos, aunque aparezcan seres sobrenaturales como adversarios o ayudantes mágicos. Además, los mitos son historias con un componente sagrado en el que se cree, lo que no ocurre con los cuentos. Pero entre ambos hay manifestaciones comunes que se remontan a tiempos muy lejanos ya que algunas prácticas culturales se revelan en los cuentos; la creencia de que la vida estaba ligada a un objeto exterior, por ejemplo.
Las relaciones entre mitos y cuentos es un hábito muy extendido ya que ambos forman parte de una herencia cultural remota. Los mitos y cuentos se diferencian en su función social; el mito sacraliza y el cuento entretiene. Además, los mitos tienden al desenlace trágico mientras que los cuentos maravillosos tienen un final feliz la mayoría de las veces.
Las características principales de los cuentos maravillosos son:
• Espacio y tiempo indeterminados: los hechos suceden en lugares indefinidos como “un país lejano”. No hay datos precisos para fijar la acción en una época determinada.
• Pocas descripciones: los personajes y los escenarios son mínimamente caracterizados, quizá algún rasgo destacado como único atributo.
• Uso de fórmulas y repeticiones: muchos cuentos comienzan con fórmulas fijas, como “Había una vez…” y se suelen reiterar algunos elementos: el protagonista tiene que pasar por tres pruebas o recibe tres regalos o dones. Esto tal vez se deba a las exigencias que implican su trasmisión oral.
LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL: CRIATURAS FANTÁSTICAS, AVENTURA E IMAGINACIÓN
En la segunda mitad del siglo XVIII aparecía la literatura infantil como género independiente y se iría desarrollando con el correr del siglo XX.
En sus primeros tiempos eran pocos los que tenían acceso a los libros y a la lectura: leer era un privilegio. La cultura estaba enclaustrada en palacios y monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso pretendían inculcar buenas costumbres y creencias religiosas.
Charles Perrault publicó en Francia sus famosos Cuentos de mamá Ganso –el título de origen era Cuentos de antes pero con este subtítulo es conocido en todo el mundo– en los que compilaba relatos populares franceses, italianos y de la tradición de leyendas célticas. “Piel de asno”, “Pulgarcito”, “El gato con botas”, “La Cenicienta” y “Caperucita Roja” aparecen en esta obra. Con estos cuentos maravillosos Perrault introdujo el mundo de las hadas en la literatura infantil. Siguiendo las huellas de Perrault, se hicieron populares Madame D’Aulnoy y Madame Leprince de Beaumont; esta última escribió “El almacén de los niños”, un volumen en el que se incluye una de las narraciones más admirables de la literatura fantástica, “La Bella y la Bestia”.
Pero las historias que realmente triunfaron en toda Europa fueron las de Las mil y una noches, que se tradujeron al francés en once tomos. Los filósofos y pensadores de la época comenzaron a considerar que el niño necesitaba su propia literatura.
A comienzos del siglo XIX, se aprecia un auge de la fantasía. Los escritores buscarían inspiración en la literatura popular rastreando en cada lugar de sus respectivos países antiguas leyendas que recuperarían para los niños. Así surgieron grandes escritores que se convertirían en clásicos de la literatura infantil.
Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm escribieron sus Cuentos para la infancia y el hogar, en los que aparecen personajes que se harían famosos en todo el mundo: Pulgarcito, Barba Azul, Blancanieves… o Cenicienta y Caperucita, que ya se habían hecho conocidas en la versión de Perrault del siglo anterior.
Hans Christian Andersen fue el gran continuador de la labor de los hermanos Grimm; sus Cuentos para niños gozaron de un éxito impresionante y durante toda su vida no dejaría de publicar relatos en los que conjugaba su sensibilidad para tratar los sentimientos de los más variados personajes —La sirenita, El patito feo, El soldadito de plomo, La vendedora de fósforos y tantos otros— con la más alta calidad literaria.
Pero la suprema combinación de fantasía y humor la aportaría Lewis Carrol con su “Alicia en el país de las maravillas”. Oscar Wilde continuaría la tradición romántica de los cuentos de hadas con sus obras “El príncipe feliz”, “El gigante egoísta” y “El ruiseñor y la rosa”, entre otros.
E. T. A. Hoffmann escribió Cuentos fantásticos en los que lo extraordinario se unía a lo maravilloso, como ocurría en “El cascanueces” o “El cántaro de oro”. Otro de los grandes protagonistas de la literatura infantil universal aparece también por esas fechas: “Pinocho”, del escritor italiano Carlo Collodi, un muñeco de madera que termina convirtiéndose en un niño de carne y hueso. Collodi consiguió un personaje atractivo y universal que adelantaba las nuevas tendencias de la literatura infantil del siglo XX.
Por otra parte, hacia 1904, James M. Barrie publicó en Londres uno de los cuentos más famosos del mundo, Peter Pan, la historia del niño eterno que no quiere crecer.
Algunos libros han significado un punto de referencia fundamental, tanto para los niños como para los adultos, como bien lo ejemplifica El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Escritores como Michael Ende en Momo y La historia interminable y Selma Lagerlöf (premio Nobel de Literatura) con El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia, han revolucionado la literatura infantil con su creatividad y su fantasía.
La literatura infantil se nutre también de las aventuras. El género de aventuras es una narración que deriva directamente de la épica, y consta de andanzas protagonizadas por uno o más héroes. Dado que no cuenta con una ambientación específica, genera argumentos de variada temática. Las tramas suelen representar un modelo legendario nacido en las antiguas sagas mitológicas. En este género se suele buscar la máxima atención de los lectores, prolongando situaciones peligrosas, posponiendo una solución. Los personajes arquetípicos de la aventura recrean el juego romántico, el compromiso con los valores morales y la lucha por restaurar la justicia.
Dada las posibilidades del relato fantástico, los personajes y situaciones que se plantean suelen constituir un desafío a la imaginación. Una de las manifestaciones más increíbles de ello es el despliegue de criaturas fantásticas en la trama de las historias. Veremos algunas de ellas para conocerlas mejor y apreciar cada uno de sus detalles.
MITAD HUMANO, MITAD ANIMAL
Nuestra relación con los animales es antiquísima. No existen prácticamente historias en las que no estén incluidos. Tal vez por ello algunas criaturas fantásticas fusionan características animales con características humanas, como en el caso del Minotauro en la mitología griega.
Una de las criaturas fantásticas más conocidas es el centauro, un ser con cuerpo de caballo y el torso, brazos y cabeza de hombre. Vive en equilibrio con la naturaleza por lo que se lo encuentra inmerso en ella. Son seres de gran fuerza y su sociedad está formada por tribus. El antropólogo y escritor Robert Graves teorizó con que los centauros de la mitología griega habían sido producto de una secta prehelénica que pudiera considerar al caballo un tótem. Otros postulan que podrían provenir de la primera reacción de una cultura que no hubiera montado caballos –como el mundo egeo minoico– hacia los nómadas que sí lo hacían; tales jinetes parecerían mitad hombres mitad caballos. Las hembras de la especie se llaman centáurides.
¿Sabías qué...?
J. K. Rowling redactó los primeros párrafos de Harry Potter y la piedra filosofal en servilletas en un viaje a Escocia.
Las sirenas también entran en esta hibridez entre humano y animal: son hermosas mujeres-pez con una voz muy bella. Una historia dice que habrían sido seres humanos en el pasado, pero fueron convertidos en pez por poderes desconocidos; su parte inferior es la de un pez con cola y escamas. Los machos son conocidos como tritones, y sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes. Las sirenas suelen salir a la superficie y tumbarse sobre rocas a entonar sus cantos. El canto de la sirena es único. Según la leyenda, muchos marineros encontraron la muerte al escuchar ese canto tan sugerente pues sus embarcaciones encallaban entre las rocas. La sirena representa la seducción y la esclavitud a los placeres carnales.
CRIATURAS BASADAS EN ANIMALES
Muchos seres fantásticos son una composición de diferentes animales conocidos.
El unicornio es un animal mágico de carácter noble, puro y espiritual. Su aspecto es el de un caballo joven, generalmente blanco, con un cuerno en espiral. Ha sido símbolo de la inocencia y la fortaleza en varias culturas. Sin embargo, a pesar de los numerosos textos que lo nombran, su procedencia no está clara. Se cree que son inmortales, su longevidad es debida a la magia de su cuerno del que se piensa que es magia en estado puro. Es resistente a los conjuros maléficos y al veneno; puede transportarse si percibe peligro. Es un ser retraído que permite pocos contactos. Solamente se muestra ante doncellas de corazón puro, este hecho es aprovechado para capturarlos. Una vez que el unicornio permite que se lo toque se convierte en una montura tan leal que protege a su jinete con su propia vida.
Los dragones son inmensos reptiles alados pertenecientes a una de las razas más antiguas que existe en la mitología. Son famosos por su enorme figura y por sus cualidades mágicas. El poder de un dragón va en aumento con los años, de manera que los dragones adultos son, posiblemente, las criaturas más poderosas dentro del mundo mitológico. Son seres independientes que rara vez viven en comunidad. Prefieren tener su propia guarida, generalmente una cueva grande, donde guardar sus pertenencias y preciados tesoros. Su piel es escamosa y con los años se va haciendo más dura.
Independiente de su inteligencia, un dragón es un ser con los sentidos muy agudos y se caracterizan por su ataque a través del aliento. El vuelo del dragón es ágil a pesar de su gran tamaño; es un ser mágico que tiene la capacidad de lanzar conjuros. Durante los años se han definido dos grupos principales entre los dragones: los buenos y los malvados.
Pero en este punto tenemos que hacer una distinción entre la concepción del dragón occidental y el dragón oriental. En Oriente el aspecto del dragón varía, es una fusión de serpiente y ave pero, además, es una representación del poder. Se consideran seres favorables y benévolos, símbolos de dominio espiritual y temporal asociados con la sabiduría, el vigor y las fuerzas creadoras de la naturaleza. Sus adoradores los reverencian en los inmensos templos que existen dedicados a ellos. Antiguamente, los chinos se creían descendientes de los dragones, y los nacidos en el año chino del dragón gozan con una bendición preferente pues disfrutarían de buena salud, riqueza y una larga vida.
Un pegaso es un caballo alado de naturaleza mágica: inteligente, sensible y salvaje. Se trata de una criatura muy tímida –al igual que el unicornio– que sólo puede ser domada por jinetes de buen corazón. Detectan el mal y no sirven a quien intenta domarlos con fines viles. Suelen ser blancos, aunque también se conocen pegasos marrones y negros, todos seres afables y nobles.
Cuenta la leyenda que Perseo, hijo de Zeus, decapitó a Medusa, una de las tres gorgonas, y de su cuello brotó Pegaso. A pesar de los intentos que muchos hicieron por domarlo, sólo Belerofonte lo consiguió gracias a una brida mágica que le ofreció la diosa Atenea en sueños. Belerofonte y Pegaso cosecharon grandes proezas, hasta que Belerofonte se comparó con los mismos dioses y trató de volar hasta el monte Olimpo para unirse a ellos. Pegaso derribó a Belerofonte antes de conseguirlo y Zeus lo recompensó dándole alojamiento en los establos del Olimpo, otorgándole el rayo y el trueno como símbolos de su poder. Pegaso pasó a ser una constelación que se encuentra entre la constelación de Piscis y la de Andrómeda.
SERES FANTÁSTICOS HUMANOIDES
Los elfos son humanoides de apariencia frágil y delicada, orejas puntiagudas, piel pálida y ojos almendrados. Viven cientos de años y a pesar de ser menos corpulentos que los humanos, tienen mayor destreza en sus movimientos. Un elfo puede pasar desapercibido en un bosque ya que son grandes conocedores del lugar. Tienen desarrollada la visión nocturna y es famosa su habilidad con el arco. Los elfos suelen vivir en campamentos de no más de 200 elfos y en su sociedad existen pocas normas.
El gigante es una criatura que se caracteriza por poseer un tamaño y fuerza descomunales. Aparece en infinidad de leyendas. Los antiguos creían que eran capaces de romper montañas y provocar avalanchas, o de secar un río entero bebiendo de su caudal.
Fueron creados del Caos en el mismo momento en el que se definieron los cuatro elementos de la vida, el bien y el mal. Durante siglos, los dioses intentarían someter a los gigantes y esto derivaría en violentas e interminables batallas. Se pensaba que los terremotos y aludes eran consecuencia de las brutales luchas de los gigantes. Con el tiempo, consiguieron desterrarlos a la Tierra definitivamente, aunque no todos los gigantes corrieron la misma suerte. Algunos se sometieron a la voluntad de los dioses y se les permitió permanecer en el cielo y en las nubes. Se extendieron por todo el mundo, por lo que aparecen en las leyendas de prácticamente todas las culturas que se conocen.
Una de las razas de gigante más conocida en la mitología griega son los cíclopes. Gigantes de un solo ojo dedicados a la herrería, forjadores de los rayos de Zeus y de las más increíbles armas de los dioses.
El principal rasgo de un gigante es su tamaño: se pueden encontrar ejemplares de unos 4 metros hasta los que pueden rozar los cien. Son seres solitarios, pero se unen para las cacerías y los saqueos. Prefieren las luchas cuerpo a cuerpo y confían en su fuerza. Se dice que la única forma de acabar con un gigante es cortándole la cabeza, aunque un golpe certero como el que lanzó David a Goliat puede ser efectivo, por más difícil de lograr.
Duendes. Su nombre se deriva del árabe duar, el que habita, el habitante. A veces también son llamados trasgu. Estos seres pequeños suelen vivir en los bosques. En cuanto a su personalidad, pueden ser tímidos, discretos y silenciosos pero otras veces les gusta bromear usando los objetos que poseen los seres humanos. Generalmente son nobles y serviciales pero también existen algunos que pueden ser bastante pícaros. Les encanta danzar en verano bajo la luz de la luna y se dice que en invierno bailan junto a las casas y juegan con los grillos mientras la gente duerme.
Hace mucho tiempo las personas creían que los duendes ayudaban a que el trigo madurara, que todo lo verde creciera y que pintaban el bosque de distintos colores a la llegada del otoño. También creían que si se enojaban, las flores se morían y las cosechas se dañaban, por lo que las primeras flores, los primeros frutos y las primeras espigas de trigo eran dejados sobre una piedra plana como regalo para los duendes y antes de comer, les echaban un poco de pan o gotas de leche o cerveza en la chimenea. Al estar compuestos de materia más sutil que física, permanecen siendo invisibles y, cuando lo desean, se manifiestan ante los humanos en las horas que no hay luz solar.
Existe una variedad increíble de duendes, aunque su número ha disminuido ya que también a ellos les afecta el progreso de los hombres. Se dice que en lugares alejados de las ciudades todavía es posible encontrarlos.
La palabra hada procede del latín “fata“, derivado a su vez del vocablo “fatum“, que significa el hado o el destino. En la Edad Media eran definidas como divinidades o fuerzas desconocidas que obraban irresistiblemente sobre las demás divinidades y sobre los hombres y los sucesos. El término “fée” del francés, tiene similar procedencia, y de él derivaron las palabras inglesas fey y fairie, que con el correr de los tiempos sufrieron variaciones en su ortografía pasando por: fayerye, fayre, faerie, faery y fair.
En su definición etimológica, se entiende por hada al ser fantástico con forma de mujer a la cual se le atribuyen poderes mágicos. Para los sajones la palabra “ferie” hace referencia al mundo de las hadas como entidad, se refiere a un lugar geográfico. En español se convierte en “féerico“, que significa maravilloso o fantástico, aplicándolo a, por ejemplo, la música féerica o de las hadas.
El mundo de la hadas es una mezcla de embeleso, belleza, pero también de fealdad, de superficialidad, de humor, malicia, alegría e inspiración, de recelo, risa, amor y tragedia. Es mucho más rico de lo que, por lo general, nos induce a creer la literatura infantil y es, además, un mundo en el que hay que penetrar con suma cautela, pues no hay nada que más enoje a las hadas que los seres humanos que se mueven curiosamente por sus dominios. Bajo su embrujo puede desarrollarse el amor y también el abandono y la muerte. Al igual que los humanos viven en un universo de contradicciones.
William Shakespeare, en su obra Hamlet, sentencia que existen sobre la Tierra más cosas de las que alcanza a percibir la imaginación; lo fantástico es invisible a los ojos. La creencia en la existencia de las hadas es común a las más diversas culturas, encontrando su origen en los mitos y leyendas de cada una de ellas.
Una de las tantas historias sobre ellas sostiene que son ángeles caídos o idólatras muertos, que no han sido suficientemente buenos para entrar en el paraíso ni tan malos como para entrar en el infierno, obligados a vivir a mitad de camino.
Otro relato cuenta que cierta vez estaba Eva a orillas de un río bañando a sus hijos cuando escuchó que Dios le habló. Temerosa, ocultó a los hijos que todavía no había bañado, para que Él no los viera. Dios entonces le preguntó si con ella estaban todos sus hijos y Eva respondió que sí. Entonces Dios le advirtió que aquellos que había ocultado, quedarían ocultos para siempre a los ojos de los hombres y fueron esos niños los que se convirtieron en hadas o elfos.
La ubicación de estos seres elementales ha sido inconstante con el correr de los tiempos y las culturas. Para los irlandeses, alguna vez se han encontrado en el horizonte y otras bajo sus propios pies, alguna vez en tierras montañosas y otras en una isla mágica en el medio del mar, o debajo del océano. Para otras culturas, en cambio, se los puede encontrar en el ambiente natural, en una planta, un árbol, la tierra, un lago, en la brisa, el sol, en el perfume de las flores y todo lo natural que nos rodea. En una palabra, el aire, el agua, la tierra y el fuego son los cuatro elementos que contienen a los Espíritus Elementales. Incluso existe un tipo de hadas conocidas como Damas Verdes que cuidan un árbol específico durante toda su vida: por lo general son árboles antiquísimos.
En el mundo mágico, existen protagonistas destacados que no pertenecen a la categoría de criaturas fantásticas: son los hechiceros y brujas. Ellos son seres humanos que cuentan con poderes especiales, instrumentos y conocimientos profundos. Como los seres humanos, pueden trabajar para el bien o para el mal ya que, al igual que nosotros, pueden utilizar su talento de una u otra forma.
LA FANTASÍA EN NUESTROS DÍAS
Los seres fantásticos en la literatura son numerosos, tantos como la imaginación alcanza; de los más oscuros a los más luminosos. Jorge Luis Borges, escritor argentino especialista en literatura medieval e inglesa, publicó un pequeño Bestiario junto a Margarita Guerrero; el Manual de Zoología fantástica de 1957. En publicaciones posteriores cambiaría su nombre a El Libro de los Seres Imaginarios y se añadirían 34 textos más. En éste, además de incluir animales y bestias del folklore conocido, se incluyeron seres imaginados y soñados por artistas y escritores; entre ellos Franz Kafka y Edgar Allan Poe.
Por su parte, el artista contemporáneo Ciruelo –Gustavo Cabral, ilustrador argentino nacido el 20 de julio de 1963 y uno de los máximos referentes sobre fantasía épica– es uno de los más célebres especialistas en dragones.
Con todo, los géneros de terror y épico nos enseñan las más alucinantes criaturas, desde Alien, el octavo pasajero –creado por H. R. Giger–, hasta los hipogrifos, basiliscos, fénix e innumerables seres de Harry Potter y El Señor de los Anillos o los fantásticos seres de Avatar.
El género de fantasía está proliferando rápidamente en la actualidad ya que el mismo nos lleva a mundos increíbles y está saturado de infinitas posibilidades: la utopía está al servicio del relato que nos sumerge en un universo en donde magos, brujas, hadas y seres fantásticos conviven recorriendo el camino del héroe con cada lector o espectador. En un mundo en el que la lógica vuelve árida a la imaginación infantil, estas historias nos regresan a la niñez y cargan de sentido nuestra vida despertando los sueños dormidos.
Escrita en forma de diálogo entre Sócrates y otros personajes, La República está considerada como la obra de mayor peso que ha dejado Platón, el famoso filósofo griego. El nombre viene del griego, y su traducción es “ciudad-estado”.
El célebre pensador griego se propone con esta obra ahondar en dos temas fundamentales como son lo justo y lo injusto. Su objetivo es demostrar la necesidad moral, tanto para el Estado como para el individuo, de ajustar su conducta a la justicia, según la virtud, siguiendo la idea del bien como principio de buen orden para las sociedades y para las almas. Allí residen para Platón la felicidad pública y privada.
Con este propósito Platón sigue un plan que por momentos se interrumpe por la libertad que se permite en los diálogos. Pero con la misma facilidad retoma su idea principal en la que considera al Estado como una persona moral semejante a la humana, salvo en sus proporciones. A grandes rasgos el filósofo griego muestra la propia naturaleza y los efectos inmediatos de la justicia.
Para él solo se llega a una sociedad perfecta y dichosa cuando la política se subordina a la moral. Desde ese presupuesto parte a observar la relación con el alma, considerando a ésta como gobierno del individuo. Indagando llega al mismo resultado, un alma alcanza la dicha cuando es justa. Eso lo lleva a concluir que tanto el Estado como el individuo que accionan impulsados en un principio opuesto al de justicia, serán más desgraciados cuanto más injustos.
Esa es la ley de las sociedades y de las almas, con la virtud y la felicidad unidas de la misma manera que están unidas la desgracia y los vicios. Para Platón esta es una ley cuya sanción suprema corresponde a una vida futura, por lo que dedica a probar en el libro diez, último de la obra, que el alma es inmortal
LA OBRA
Platón expresa en la obra su idea del arte, lo político, la sociedad, la justicia, la inmortalidad, la virtud, el bien y el mal, y lo hace en forma de diálogo entre los personajes.
Dada su extensión, se cree que en realidad se trata de un compilado de diálogos que expresan su pensamiento respecto de problemas que considera fundamentales. Platón comenzó su trabajo en La República entre los años 390 y 385 a. C., para terminarla posiblemente entre 385 y 370 a. C., que fue su periodo de madurez. Allí, en su obra monumental, Platón expone su idea del Estado ideal, el deber ser para que el hombre alcance la felicidad y desarrolle su moralidad.
El ámbito en que se desarrolla la obra es la casa de Polemarco, hijo de Céfalo, en el Pireo, en el mes de junio en un día caluroso. Allí se reúnen los personajes que animan el diálogo.
Personajes
Sócrates (470-399 a. C.):
Maestro de Platón y creador del método denominado mayéutica (arte de alumbrar los espíritus), con cuya aplicación conseguía que sus interlocutores descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Este filósofo, casado y con tres hijos, es el personaje principal de los diálogos.
Céfalo:
Muerto probablemente en el 439 a. C., este hijo de Lisanias y padre de Lisias, Polemarco y Eutidemo, aparece solamente en el libro I haciendo un elogio de la ancianidad y deslizando el tema de la justicia como concepto comercial.
Lisias (459-380 a. C.):
Nacido en Atenas se dedicó a la oratoria, comenzando a los 15 años con sus estudios de retórica. En el año 404 a. C. fue privado, tanto él como su hermano Polemarco, de todas sus posesiones por los “Treinta Tiranos” que por entonces controlaban la ciudad.
Cuando asesinaron a Polemarco escapó y se refugió en una población vecina. Pudo regresar a Atenas en el 403 a. C. cuando cayeron los tiranos y se restableció el gobierno democrático. Desde entonces se ganó la vida escribiendo discursos para litigante, en tanto continuaba con los negocios de su padre y emprendía acciones legales contra los responsables de la muerte de su hermano. Se cree que no tenía una buena relación con Platón.
¿Sabías qué...?
Platón, en su juventud, se habría interesado por artes como la pintura, la poesía y el drama.
Polemarco:
Este aficionado a la filosofía y la política, fue asesinado por defender la democracia durante el gobierno de los “Treinta Tiranos” (gobierno en el que Platón tenía familiares). Aparece en el libro I planteando la idea de justicia de los poetas. Idea que también sostenía Simónides y que puede entenderse como una concepción de la justicia en tiempos de guerra.
Eutidemo:
Tercer hijo de Céfalo del que se tiene poca información.
Trasímaco:
A este sofista y orador, lo moral y lo político sólo le interesaban incidentalmente. Era un pensador con muchos conocimientos, producto de una sólida formación. En su aparición en el Libro I establece una analogía entre el hombre justo, al que siempre le va mal, y el hombre injusto, que saca provecho de todas las cosas. Junto a él aparecen dos de sus admiradores.
Carmántides:
Hijo de Qeréstrato, discípulo de Sócrates, participó de la batalla de Targelías en el 400 a. de C.
Clitofonte:
Hijo de Aristómino y discípulo de Sócrates, partidario de una oligarquía moderada, participó de los acontecimientos del 411 a. C. cuando se estableció el llamado gobierno de los Cuatrocientos.
Adimanto:
Se cree que su padre, Aristón, descendía de los primeros reyes de Atenas, en tanto su madre, Perictione, descendía de Dropides, miembro de la familia del legislador del siglo VI a. C., Solón. Era hermano mayor de Platón.
Glaucón:
Hermano menor de Platón, era considerado un “hombre de mundo”, enamoradizo y amante de los animales y la música. Del Libro II en adelante se convierten casi en los únicos interlocutores de Sócrates.
Temática
Estructurado en diez libros, cada uno tiene sus temas principales que son tratados en los diálogos.
Libro I: Análisis de la justicia hecho por Céfalo, Polemarco y Trasímaco.
Libro II: Introducción a la justicia, censura de los poemas inapropiados y posibilidad de la guerra con fines necesarios.
Libro III: Estudio de la educación de los guardianes, la analogía del médico y el juez y la elección de los gobernantes del Estado.
Libro IV: Las virtudes, el Estado ideal y la justicia.
Libro V: Observaciones sobre la educación de la mujer y los hijos y una analogía entre el filósofo (amante de la epísteme) y el filodoxo (amante de la doxa).
Libro VI: Consideraciones sobre los filósofos y la analogía del bien y el sol.
Libro VII: “El mito de la caverna”, ciencias para llegar al uso de la dialéctica y poder servirse del mundo inteligible y cronología del plan de estudios.
Libro VIII: Los cinco modelos de organización política y las cinco formas del alma.
Libro IX: El tirano y el hombre feliz.
Libro X: Consideraciones sobre la poesía y el destino final de las almas.
EL AUTOR
Aristocles Podres, apodado “Platón” (“el de los hombros anchos”), era hijo de una familia perteneciente a la aristocracia ateniense, los Glaucón. Su padre era Aristón y su madre Perictione.
Sus años de juventud transcurrieron influidos por la guerra del Peloponeso. A los 21 años integró el círculo de Sócrates, quien produjo un viraje en su pensamiento filosófico. Al morir su maestro, en el año 399 a. C., se refugió en Megara durante un tiempo y allí comenzó a escribir sus diálogos filosóficos.
Por sus conocimientos y habilidades los griegos lo llegaron a considerar como hijo de Apolo, y hacían circular la leyenda que durante su infancia las abejas habían anidado en sus labios como profecía las dulces palabras que salían de ellos.
Platón pudo seguir el juicio de su maestro Sócrates, pero no su ejecución, hecho que lo entristeció profundamente y de lo que dejó testimonio en sus primeros escritos que registran la memoria de su maestro. Incluso se ha dicho que muchas de sus reflexiones sobre la ética intentaban terminar con las injusticias que tanto habían afectado a Sócrates.
En el año 396 a. C. comenzó un viaje por Egipto y otros lugares de África e Italia en busca de conocimientos. En Cirene conoció a Aristipo y al matemático Teodoro y en Magna Grecia entabló amistad con Arquites de Tarento y se interiorizó en las ideas de los seguidores de Parménides.
LAS ETAPAS
Escrita en forma de diálogos, su obra pertenece a cuatro etapas diferentes:
1. A su trabajo de este tiempo lo caracterizan los llamados diálogos socráticos o de juventud. Allí vuelca sus preocupaciones éticas. Se notan en ellos las influencias de Sócrates. Las más destacadas son: Apología de Sócrates, Critón, Protágoras, Cármides, Laques y Eutifrón.
2. Sigue una época de transición caracterizada por cuestiones políticas y por la incipiente aparición de la Teoría de la Reminiscencia y la filosofía del lenguaje. Se destacan: Gorgias, Menón, Crátilo, Menéxeno, Eutidemo, Hipias Menor e Hipias Mayor.
3. La madurez o diálogos críticos. Aquí Platón introduce explícitamente la Teoría de las Ideas y desarrolla con más detalle la de la Reminiscencia. Igualmente se trata de distintos mitos. Destacan: El Banquete, Fedón, La República y Fedro.
4. De la vejez o diálogos críticos. En esta fase revisa sus ideas anteriores e introduce temas sobre la naturaleza y la medicina. Destacan: Teeteto, Parménides, Sofista, Político, Filebo, Timeo y Leyes.
Unos años después, hacia el 388 a. C. viajó por Sicilia y Siracusa, donde aprendió muchas de las cuestiones inherentes al gobierno que luego desarrollaría en La República. Pero sus ideas, irreverentes con el poder, lo llevaron a prisión.
Llegó incluso al mercado de esclavos, donde fue reconocido por Aníceris de Círene, quien lo compró para devolverle la libertad.
Después de recobrar su libertad, se estableció en una finca en las afueras de Atenas.
¿Sabías qué...?
Platón fundó la Academia y la misma funcionó ininterrumpidamente hasta que fue destruida por los romanos.
Allí fundó un centro especializado en filosofía y cultura conocido como Academia. El nombre se debía al anterior dueño de la finca, Academo. Su Academia estuvo vigente de manera ininterrumpida hasta que fue clausurada por Justiniano I en el 529 d. C. quien la consideraba una amenaza para la propagación del cristianismo. Allí se formaron numerosos intelectuales de aquel tiempo, entre ellos Aristóteles.
Otros filósofos influyeron sobre el pensamiento de Platón. De Pitágoras tomó las nociones sobre armonía numérica; de Anaxágoras la idea de que la inteligencia o la razón llena todo; de Parménides la unidad de todas las cosas y el concepto del alma. Allí, en su Academia, Platón murió en el año 347 a. C.
¿Qué sabes de los diccionarios? Si te interesa saber cómo se elaboran, cuál fue el primero de la lengua castellana, qué tipos de diccionarios existen y saber más y más, te invitamos a sumergirte en la siguiente lectura.
Los diccionarios no sólo sirven para resolver una tarea o para llevarlos a la escuela, tienen utilidad a lo largo de toda la vida. Quizás, muchos los consideren como largos listados de palabras. Pero, en realidad, son mucho más que eso y no sólo existen aquellos que definen las palabras de un idioma sino que también hay etimológicos, de combinaciones, de sinónimos y antónimos, ideológicos, etc.
Para comenzar a comprender su importancia, queremos compartir un relato que cuenta el lingüista y escritor español José Antonio Millán. Según dice, la Justicia de Vizcaya (provincia de España), condenó a unos jóvenes por llamar “cipayos” a unos policías. El primer juez que tomó la causa buscó la palabra en el Diccionario de la Academia, y observó que significaba: “soldado de la India de los siglos XVIII y XIX”. Esto no parecía un insulto y no los condenó. Pero más tarde, la corte volvió a tomar el diccionario y observó una segunda acepción: “Secuaz a sueldo”. Eso sí era un insulto. En consecuencia, los jóvenes fueron declarados culpables.
Así, podemos advertir que el diccionario se utiliza en distintas profesiones y podría ser esencial para resolver conflictos.
¿Sabías qué...?
¿Sabías que los primeros diccionarios eran simples glosarios de términos? No explicaban el significado de las palabras, tan sólo ofrecían palabras equivalentes o sinónimos.
El informe del Instituto Cervantes de 2013 precisa que el español es la segunda lengua del mundo por número de hablantes y el segundo idioma de comunicación internacional. Además, indica que es la segunda lengua más utilizada en las dos principales redes sociales del mundo:
Facebook y Twitter.
Cabe destacar que Covarrubias temía morir pronto, por lo que se apresuró a llevar la obra a imprenta. Pero, tras la publicación, continuó trabajando en el texto, y dejó un manuscrito de cerca de cuatrocientas páginas en el cual corregía algunas voces, ampliaba otras y añadía muchas más. Probablemente se proponía sacar una nueva versión.
No obstante, más allá de las observaciones, la obra constituye un hito en la historia de la lengua y la cultura española, pues es el primer diccionario monolingüe del castellano. Además, fue considerado por la RAE en 1713 como un referente de primer orden para la redacción de un gran diccionario del español. Posteriormente otros diccionarios tomaron como fuente al Tesoro de la lengua castellana o española.
LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Es una institución cultural que se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco (1650-1725), marqués de Villena, quien fue también su primer director. Junto con otras veintiuna Academias correspondientes en sendos países donde se habla español, conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Su objetivo es velar por el buen uso de la lengua española. Para esto se organiza en Pleno y, a su vez, en comisiones que se reúnen periódicamente para desarrollar diversas actividades y confeccionar obras y publicaciones.
El Pleno se ocupa de los asuntos generales relacionados con la actividad académica y la elaboración y revisión de las obras y proyectos en curso. En el desempeño de sus tareas, cuenta con la ayuda de la Junta de Gobierno y de las distintas comisiones. También cuenta con la cooperación del Instituto de Lexicografía, integrado por filólogos y lexicógrafos que realizan tareas de apoyo para la elaboración de las obras académicas.
DICCIONARIOS MONOLINGÜES
Si los diccionarios son clasificados de acuerdo a la información que contienen, se pueden distinguir dos tipos: los léxicos y los enciclopédicos.
• Léxicos: son los que explican los significados de las palabras, a excepción de los nombres propios. Éstos pueden ser de dos tipos: normativos o de uso.
– Normativos: son un compendio de las palabras y acepciones reconocidas por las autoridades académicas. El diccionario normativo más consultado es el de la RAE.
– De uso: reúnen las palabras y las acepciones que utilizan los hablantes y ofrecen, además, ejemplos e indicaciones que nos muestran el uso que habitualmente se hace de las palabras.
• Enciclopédico: además de ofrecer el significado de las palabras, contienen información general sobre países, ciudades, personajes de la historia, etc.
DICCIONARIOS ESPECIALIZADOS
Algunos diccionarios contienen información especializada referida a un determinado ámbito conceptual: biología, informática, economía, etc.
Entre los diccionarios especializados de lingüística cabe mencionar:
• Etimológicos: informan sobre la procedencia de las palabras.
• De combinaciones: muestran las combinaciones deunas palabras con otras en función de su significado.
• Sinónimos y antónimos.
• Fraseológicos: contienen las expresiones y locuciones más utilizadas.
• De dudas: reúne los términos en los que se suele cmeter mayor número de incorrecciones.
CÓMO USAR EL DICCIONARIO
Hay ciertas cuestiones que se deben considerar a la hora de consultar un diccionario. En primer lugar, es esencial saber que no se encuentran todas las palabras. Atención aquí: esto no quiere decir que falte el significado de una palabra, se refiere a que no se encuentran todas las variantes de una palabra. Por ejemplo: “correr” es un verbo que tiene diversas variables (corrimos, correremos, corran, etc.), entonces en el diccionario sólo se incluye en infinitivo.
Las formas que figuran son:
• El infinitivo de los verbos, tal como vimos en el ejemplo de “correr”.
• En el caso de los sustantivos y adjetivos, sólo se incluye el singular. Así, se puede corroborar que en un diccionario figura la palabra “mesa” o “lindo” pero no “mesas” o “lindos”.
• En los sustantivos y adjetivos que poseen la forma de masculino y femenino, sólo figura la forma masculina, y la terminación que corresponde al femenino. Por ejemplo: en el diccionario figura “secretario, ria”.
Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de buscar una palabra, es la diversidad de significados que puede tener. Cada uno de los significados recibe el nombre de acepción. Entonces, cuando una palabra tiene más de una acepción, se detallan todas ellas precedidas de un número. Veamos como ejemplo la definición que da la RAE de la palabra banco.
¿Sabías qué...?
Los primeros diccionarios eran copiados a mano y privilegio de una minoría.
BANCO
(Del fr. ant. bank, y este del germ. *banki). > Información etimológica 1. m. Asiento, con respaldo o sin él, en que pueden sentarse varias personas. 2. m. Madero grueso escuadrado que se coloca horizontalmente sobre cuatro pies y sirve como de mesa para muchas labores de los carpinteros, cerrajeros, herradores y otros artesanos. 3. m. cama (II del freno). U. m. en pl. 4. m. En los mares, ríos y lagos navegables, bajo que se prolonga en una gran extensión. 5. m. Conjunto de peces que van juntos en gran número. 6. m. Establecimiento público de crédito, constituido en sociedad por acciones. 7. m. Establecimiento médico donde se conservan y almacenan órganos, tejidos o líquidos fisiológicos humanos para cubrir necesidades quirúrgicas, de investigación, etc. Banco de ojos, de sangre 8. m. Arq. sotabanco (II piso habitable). > Información de uso 9. m. Geol. Estrato de gran espesor. 10. m. Ingen. Macizo de mineral que presenta dos caras descubiertas, una horizontal superior y otra vertical.
ADEMÁS DEL SIGNIFICADO
Hay diccionarios que, complementariamente con el significado de las palabras, ofrecen otra información. Por ejemplo: información etimológica (procedencia), categorial (si es verbo, sustantivo, etc.), léxica (sinónimos, antónimos, etc.) y de uso.
Siguiendo el ejemplo de la definición de la palabra banco, se puede observar que la RAE, por ejemplo, provee información etimológica y de uso.
El escritor argentino Miguel Cané es más conocido por su libro Juvenilia, pero su experiencia como ensayista y diplomático quedaría registrada en un libro ameno hoy ya olvidado: Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia (La Luz, 1907). Conozcamos en detalle esa faceta desconocida de este político y ensayista representante de la famosa generación del 80.
LA LITERATURA DE VIAJES
A mediados del siglo XVIII se pusieron en boga ciertos relatos, difundiéndose así una nueva literatura que tendría buena acogida en toda Europa: la literatura de viajes.
Este género había tenido su origen en los diarios de Cristóbal Colón y en las crónicas de los primeros adelantados a la conquista del Nuevo Mundo.
En el siglo XVI se leían las crónicas de aquellos primeros exploradores, y ya en el siglo XVII aparecería el relato de viajes de la mano del científico y naturalista sueco Carlos Linneo; ya no de exploración sino con propósitos científicos. Del mismo modo, Charles Darwin llegaría al canal de Beagle y su recorrido por la Patagonia daría lugar a su teoría de la evolución.
Sin embargo, el relato de viajes por excelencia sería el del viaje que realizara Alexander von Humbolt por el continente americano en vísperas de su independencia. Esta narración anclaría para siempre la imaginación europea en la idea del continente americano provisto de un componente salvaje y exótico; como tierra de posibilidades económicas con un sesgo definitivamente romántico.
LA EXPERIENCIA DIPLOMÁTICA EN RELATOS DE VIAJES
Los pocos trabajos literarios producidos por Miguel Cané son, en su mayor parte, ensayos. Su labor política en la diplomacia argentina lo llevaría a reunir una profusión de notas, crónicas y relatos de viajes. El más destacado de ellos es su escrito Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia de 1907. Lo curioso de este trabajo es que había sido publicado también como En viaje –edición europea– pero la publicación que se hizo en 1907 cambiaría el nombre original y cercenaría algunas partes, centrándose en el recorrido que hiciera por los países de Venezuela y Colombia.
El libro consta de catorce capítulos que describen la etapa en la que Miguel Cané estaría ejerciendo como diplomático argentino en ambos países durante los años de 1881 a 1883; en él cuenta brevemente su paso por Venezuela y pone mayor énfasis en Colombia. Además, junto a él relata la experiencia junto a su compañero de viaje y colaborador diplomático Martín García Merou, este último también perteneciente a la generación del 80.
Las descripciones son pormenorizadas y detalladas; es un panorama histórico-geográfico del país, sobre todo geográfico. Si bien no sigue un orden y se ven altibajos en la exposición, el estilo del autor está cargado de animación, de un acercamiento que establece una conexión con el lector.
En líneas generales, presenta la rudeza de la tierra y el clima, además de hacer un boceto de la capital colombiana: Bogotá. Miguel Cané se asombra por la poca cantidad de personas en una capital de origen español como aquella, en pleno siglo XVIII.
En su escrito queda plasmado el sentimiento religioso bogotano, como así también la hospitalidad y el carácter escéptico de su pueblo –según juicio del escritor–, destacando principalmente el valor del indio colombiano. De hecho, Cané realiza una semblanza del cachaco, algo así como el “calavera” porteño, los abundantes duelos en defensa del honor. Considera atractiva y espiritual a la mujer de Bogotá pero finalmente concluye que no es una ciudad que fuera apta como residencia para extranjeros aunque más tarde la calificara como “tierra de poesía”.
Ese conocimiento profundo de América puede verse en su visión de las “dos Américas”: la América atlántica del este, de características innovadoras, y la América pacífica del oeste, más conservadora. Ese concepto sería desarrollado en 1940 por el ensayista e historiador colombiano Germán Arciniegas en un estudio más detallado. Esta comparación de ideas es desplegada por el estudioso Emilio Carillas en 1986 quien, a su vez, opone al periodista y poeta Martín García Merou.
Miguel Cané publicaría su libro de viajes primero en el viejo continente porque allí existía un amplio mercado que había inaugurado Alexander von Humbolt. El mérito de estos escritos radicaría en que fueron los primeros consumados sin un fin científico o utilitarista. Viendo minuciosamente los escritos de Cané, el dejo sentimental y clasista se filtra en sus páginas; la repugnancia estética que le provoca la esclavitud habla de un espíritu con tendencia a las ideas liberales. De Venezuela dirá que es dueña de una delicadeza exquisita en sus letras y citará como prueba a Andrés Bello.
Como todo representante de la generación del 80 tiene al continente europeo como faro y vuelve sobre la dicotomía “Atraso vs. Progreso”. No verá demasiado piadosamente a Bolívar, a diferencia de Merou que lo piensa como hijo de la Revolución francesa en América. Y es que Miguel Cané hará algo que José Martí evitará: intentar comprender Venezuela, cayendo inevitablemente en las comparaciones con su propio país. Aunque el cariño que profesa por Colombia se trasluce en cada página.
“Esa simpatía responde a varias causas. En primer lugar, los recuerdos de la lucha de la independencia. Todos conocemos aquella rivalidad caballeresca, que tenía por teatro la vieja Lima, entre los oficiales colombianos y los argentinos, entre los vencedores de Boyacá y los vencedores de Chacabuco. Antagonismo de héroes, combates de cortesía, como habría dicho un heraldo de armas del siglo XV. Los colombianos tenían por jefe a Bolívar, los argentinos a San Martín y todos comprendían que esas dos glorias no cabían en el continente. Los colombianos traían marcadas en las heridas de la carne y muchos en las del corazón, las huellas del largo batallar en las llanuras de Venezuela y en los cerros granadinos contra la fuerza, la arrogancia y el valor español. Los argentinos recordaban la incomparable hazaña del paso de los Andes, cuando, en las alturas donde mora el cóndor, había librado combates inmortales.”
Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia, 1907, Capítulo XII, El regreso. Miguel Cané.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Miguel Cané nace en la actual Montevideo el 27 de enero de 1851. Sus padres fueron Miguel Cané y Eufemia Casares, y fue el segundo hijo del matrimonio. Su padre le trasmite la admiración por Europa y el gusto por la escritura. En 1863 ingresa al Colegio Nacional de Buenos Aires y el recuerdo de esos años originaría uno de sus mejores trabajos: Juvenilia (1882). Subtitulada Memorias de un estudiante, es un relato en primera persona; se trata de una obra marcada por la nostalgia, en la que el acento coloquial construye un puente sesgado e irónico al mundo de la infancia, un cuadro de las costumbres y los hábitos de la clase social argentina a la que pertenecía.
Darían forma a su personalidad la lectura de folletines y el contacto con el profesor y luego rector del Colegio Nacional, Amadeo Jacques. De hecho, Jacques lo acercaría al análisis de las modernas corrientes del pensamiento, en especial el Positivismo, haciéndolo un ávido lector. Más tarde se descubrirá ateo, melómano y periodista. El periodismo le aporta sencillez a su estilo y lo forma como cronista de su generación.
A los 17 años comienza su carrera de abogado y pasa a ser redactor de La Tribuna, lo que le posibilita que en febrero de 1870 acompañara a Domingo Faustino Sarmiento a Entre Ríos para entrevistarse con Urquiza. Poco después conoce Europa. En 1972 se doctoró en Jurisprudencia.
No cumplía aún los 20 años, cuando publica en La Tribuna una sección que titula “Párrafos”. Páginas breves, casi fragmentos. Esta designación inicial incluye toda la prosa de Cané. Casi todas sus obras son colecciones de artículos periodísticos nacidos en el mismo acontecimiento. Sus espontáneas páginas, sin reelaboración, deben leerse como una agradable charla entre el escritor y el lector.
Aunque Cané no escribe para las muchedumbres como sus admirados Dickens y Shakespeare, no restringe su auditorio sino que lo amplia e incluye al lector culto porteño.
En 1873 dirige El Nacional, que apoya a la candidatura presidencial de Nicolás Avellaneda. Con el triunfo de éste iniciará entonces su segundo viaje a Europa. A su regreso, se casa con Sara Beláustegui y será elegido diputado provincial. En 1876 ocupa una banca en el Congreso Nacional. Así, Cané desarrollaría una importante actividad política como legislador, intendente de Buenos Aires, ministro de Relaciones Exteriores y ministro argentino en París.
En 1876 edita sus Ensayos; en ese mismo año nace su primer hijo. Luego asumió la representación diplomática ante los gobiernos de Colombia y Venezuela, cargo en el que permanecería por dos años. Como resultado de esa salida del país surgió su libro En Viaje.
En 1898 presentó un proyecto legislativo que proponía deportar a los inmigrantes que tuvieran militancia política o sindical; propuesta conservadora y radical para alguien quien se describía con tendencias liberales. En 1900 fue nombrado decano de la Facultad de Filosofía y Letras.
No era un escritor profesional; hombre culto, distinguido, partidario del humor cargado de cierto escepticismo, escribió sobre las impresiones de sus viajes, de los países en los que le había tocado residir debido a sus cargos diplomáticos, de sus lecturas, y de los acontecimientos a los que fue testigo o protagonista; esos apuntes serían los que después formarían la mayor parte de su producción. No puede decirse que fuera un escritor que originara grandes obras literarias del canon pero su espíritu de hombre de mundo dejaría un registro que bocetaría de manera fiel el retrato de una época.
Falleció en Buenos Aires en 1905.
¡Cuántas dudas genera esta letra que no tiene sonido! ¿Se escribirá con H o sin H? En algunos casos es difícil darse cuenta, pero en esta nota les vamos a contar las reglas del uso de la H y algunas curiosidades.
La H es la octava letra del abecedario latino internacional, se caracteriza por no representar sonido alguno; aunque, suele aspirarse en la dicción de algunas zonas españolas y americanas y en determinadas voces de origen extranjero.
A mediados del siglo XVI se pronunciaba de modo muy parecido a como hoy se pronuncia la H aspirada inglesa. Esta aspiración aún se conserva como rasgo dialectal en Andalucía, Extremadura, Canarias y otras zonas de España y América.
¿Sabías qué...?
En ciertas lenguas y dialectos la h puede indicar la presencia de una aspiración.
En algunos casos, la aspiración llega casi a convertirse en una jota (J) y, muchas veces se ve reflejado en la escritura; sucede esto, por ejemplo, con el verbo jalar, variante de halar usada en varios países americanos, o con jolgorio, grafía hoy mayoritaria frente a la etimológica holgorio.
También la H se pronuncia con el sonido cercano al de la J, en algunos extranjerismos usados corrientemente en español (tomados, por lo general, del inglés o del alemán, pero también de otras lenguas como el árabe), así como en algunos nombres propios extranjeros y sus derivados. Ejemplos: hámster, holding, Hawái (hawaiano), Hegel (hegeliano), etc.
El mayor número de vocablos que llevan h en español está constituido por aquellos que la presentan al principio: hueso, hielo, huevo.
REGLAS
• Se escriben con H, las palabras que comienzan con los diptongos UE – UI – IA – IE. Ejemplo: hueso, huir, hiato, hierba, hierro.
• Las palabras que empiezan con hum-. Ejemplo: humedad, humo, humano, húmero.
• Las palabras que empiezan con los prefijos hidro-, hipo-, hemi-, homo-, hetero-, hiper-, hosp- Ejemplo: hidromasaje, hipopótamo, hemisferio, homogéneo, heterogéneo, hipermercado, hospedaje.
• En todas las palabras conjugadas de los verbos “hacer” y “haber”. Ejemplo: hizo, hicieron, harán, había, hubo, hay.
• Cuando las palabras son vocablos compuestos o derivados de otros que llevaban H: Ejemplo: deshacer (que viene de hacer), ahijado (de hijo), deshielo (de hielo).
Las únicas palabras que terminan con h son las interjecciones: ah, bah, eh, oh, uh.
¡PARA COMPLICARNOS UN POCO!
Tenemos que informarles que existen palabras que si las escribimos con H tienen un significado, pero si se la quitamos, tienen otro. Vamos a ver algunos ejemplos.
Ola: se refiere a las ondas de gran amplitud que se forman sobre la superficie del agua.
Ejemplo: las olas del mar. Hola: es el saludo. Ejemplo: Hola, buen día.
Izo: del verbo izar que significa hacer subir algo tirando de la cuerda de la que está colgado. Ejemplo: Los niños izaron la bandera. Hizo: del verbo hacer. Ejemplo: Mario hizo líos.
Onda: Se refiere a cada una de las elevaciones que se forman al perturbar la superficie de un líquido o, a las que de manera de eses, se forman natural o artificialmente en algunas cosas flexibles, como el pelo, las telas, etc. Ejemplo: Ella tiene el pelo ondulado. Honda: Es la cuerda para suspender un objeto o la tira de cuero, o trenza de lana, cáñamo, esparto u otra materia semejante, para tirar piedras con violencia.
Echo: del verbo echar. Ejemplo: La echaron de la reunión. Hecho: del verbo hacer. Ejemplo: El trabajo ya está hecho.
Ay: es una onomatopeya, es decir, la imitación lingüística de un sonido natural. Hay: es del verbo haber. Ejemplo: ¡Ay, qué dolor! Me he lastimado porque hay clavos.
Muchas de las palabras que se escriben con h intercalada proceden de otras palabras que comienzan con h, ejemplo: hacer-deshacer.
CURIOSIDADES
¿Por qué a los nativos de la India se les dice hindúes, si India se escribe sin H?
– Porque Hindú es quien profesa el hinduismo, la religión originaria de India.
¿Por qué decimos que una persona es de habla hispana cuando habla español?
– Porque hispano/a deriva de la voz latina “hispanus”. Adjetivo gentilicio de España.
¿Por qué existe la H, si es muda?
La H se encuentra presente en la escritura debido, generalmente, a razones de carácter etimológico, habiéndose derivado de la F latina.
¡PON A PRUEBA TUS CONOCIMIENTOS!
1- Detecta los errores en las siguientes oraciones. ¡Cuidado! Dos de ellas están bien escritas.
a- María es una niña de pelo hondulado.
b- Juan izo una torre con troncos.
c- Nadie hizo la tarea.
d- Gabriel echó al perro que le robó su comida.
e- La profesora prohibió que se juegue con la onda por resultar violenta.
f- Esteban decidió uir.
g- ¡Hay qué lástima!
2- Busca sinónimos con H de los siguientes vocablos:
1- a- María es una niña de pelo ondulado. b- Juan hizo una torre con troncos. c- Nadie hizo la tarea. (oración correcta) d- Gabriel echó al perro que le robó su comida. (oración correcta) e- La profesora prohibió que se juegue con la honda por resultar violenta. f- Esteban decidió huir. g- ¡Ay qué lástima!