¡Vamos a escribir! Si queremos redactar un mensaje y que la gente nos entienda debemos saber articular los signos de puntuación. Éstos son una de las herramientas esenciales para poder realizar todo tipo de escritos correctamente.
La estructura de los textos que se escriben cotidianamente obedecen a una numerosa cantidad de reglas ortográficas que permiten su comprensión, facilitan su lectura y ordenan sus ideas de forma tal que puedan ser accesibles a todo aquel que las conozca. La puntuación forma parte de este conjunto de normas y es una herramienta indispensable para reproducir la entonación, los silencios y las pausas que producimos cuando hablamos. La utilización incorrecta de estos signos puede generar ambigüedad o cambiar toda la interpretación de una frase, por lo que aprender a utilizarlos bien es una tarea de suma importancia.
El punto (.)
Al tratarse de un signo de puntuación que se encuentra necesariamente en toda oración, el punto es uno de los primeros que se aprende a utilizar y con el que menos errores se presentan. Se utiliza para indicar una pausa que se produce al final de un enunciado o la terminación de una composición. Siempre que una palabra le siga deberá ser escrita con mayúscula, marcando de esta manera el inicio de una nueva oración.
Existen tres tipos de puntos diferentes que es necesario diferenciar:
1) Punto y seguido: se usa para separar oraciones que integran un párrafo y que pertenecen al mismo grupo de argumentación. Luego se debe seguir escribiendo en el mismo renglón o, si el espacio lo impide, continuar en el que se encuentra inmediatamente por debajo sin dejar sangría.
2) Punto y aparte: se utiliza para separar dos párrafos que suelen desarrollar contenidos diferentes. Siempre que se utilice se debe continuar escribiendo en una línea inferior dejando sangría al comienzo.
3) Punto final: se usa para cerrar un texto.
A modo de ejemplo, puede observarse en el siguiente fragmento del cuento de Horacio Quiroga, “Las medias de los flamencos”, cómo los signos cumplen diferentes funciones en relación con el lugar del texto en el que es utilizado:
“A veces se apartan de la orilla, y dan unos pasos por la tierra, para ver cómo se hallan. Pero los dolores del veneno vuelven en seguida, y corren a meterse en el agua. A veces el ardor que sienten es tan grande, que encogen una pata y quedan así horas enteras, porque no pueden estirarla.
Esta es la historia de los flamencos, que antes tenían las patas blancas y ahora las tienen coloradas. Todos los peces saben por qué es, y se burlan de ellos. Pero los flamencos, mientras se curan en el agua, no pierden ocasión de vengarse, comiéndose a cuanto pececito se acerca demasiado a burlarse de ellos.”
En el primer párrafo se puede evidenciar la presencia de dos diferentes usos del punto. En las primeras dos oportunidades se trata de un punto y seguido, pero hacia el final de la última oración aparece un punto y aparte. Nótese que es éste último el que finaliza el párrafo y el que se utiliza para cerrar una idea, mientras que los primeros simplemente separan oraciones y contenidos más concretos.
El punto final, en cambio, se presenta al final del extracto, junto a las comillas de cierre, para indicar el término del texto. En el mismo párrafo (el segundo) pueden observarse en dos oportunidades más cómo se utiliza el punto y seguido.
Existe un cuarto uso que puede hacerse del punto para indicar la presencia de una abreviación. Para ello se coloca a continuación de una de ellas y se sigue escribiendo en minúscula sobre la misma línea como se observa en los siguientes ejemplos:
Sr. en lugar de señor.
Etc. en lugar de etcétera.
Prof. en lugar de profesor.
La coma (,)
Otro signo de puntuación que se utiliza con mucha frecuencia es la coma. Sirve para indicar una pausa breve que se produce dentro de un enunciado, aunque la misma puede tener varios usos:
1) Separar varias palabras en una enumeración:
“No te olvides de comprar manteca, harina, pan, azúcar y queso”.
2) Separar el nombre de la persona a la que nos dirigimos del resto de la oración:
“Lucia, tráeme los libros que están sobre la mesa”.
3) Separar el apellido del nombre cuando se escribe invertido:
“Pérez García, Lucas”.
4) Indicar una aposición que aclara información del sujeto:
“Jorge Luis Borges, el escritor argentino, escribió muchísimos textos”.
5) Introducir aclaraciones:
“Marianela, que está estudiando periodismo, será la nueva directora del periódico”.
6) Cuando hay una elipsis:
“Mi hermano compró un cancionero para la guitarra y mi hermana, la última novela de García Márquez”.
La elipsis es la supresión de un término de la oración. Se quita ese término para evitar ser reiterativo y porque sin ese término la oración se comprende igual. En el ejemplo, observamos que en vez de escribir nuevamente el verbo “compró”, se coloca una coma.
7) Cuando ha sido invertido el orden normal de la oración:
“Cuando se despertó, ya todos habían desayunado”.
El punto y coma (;)
A diferencia de los signos de puntuación ya vistos, el punto y coma representa una pausa mayor a la coma pero inferior al punto. A pesar de no ser utilizado tan frecuentemente, su uso bien específico es necesario en las siguientes ocasiones:
1) Al separar los elementos de una enumeración cuando ya existen algunas comas:
“Mónica, mi prima, traerá el postre; Oscar, las bebidas y Lucrecia preparará la cena”.
2) Delante de las palabras “pero”, “sin embargo”, “no obstante”, etc., es decir, en oraciones coordinadas adversativas cuando en el enunciado existen otras comas.
“Hoy hay sol; no obstante, debes abrigarte porque hace frío”.
3) Para separar dos oraciones con significados relacionados:
“Enrique, eufórico, corría hacia el cine; sus amigos no sabían dónde estaba”.
4) Cuando a una oración le sigue otra antecedida de conjunción:
“Jugaron por horas con sus primos, saltaron, bailaron, jugaron a las escondidas, se disfrazaron; y cuando llegó el momento de volver a casa estaban todos dormidos”.
Los dos puntos (:)
Este signo sirve para detener el discurso y llamar la atención sobre la información que le continuará. Puede utilizarse en los siguientes casos:
1) Después del saludo de las cartas:
“Queridos tíos: ”
2) Después de anunciar una enumeración:
“Estas son mis comidas preferidas: pizza, papas fritas, arroz y pollo al horno”.
3) Para introducir el discurso directo:
“María me dijo: “¡Cuidado! ¡Ese perro te va a morder!”
4) Para introducir una aclaración al discurso anterior:
“Se ha quedado sin fichas: no podrá seguir jugando”.
Los puntos suspensivos (…)
Los tres puntos, o puntos suspensivos, se utilizan para indicar que una enumeración no está completa (puede sustituirse por “etc.”) o para indicar que un enunciado está incompleto:
“Ayer visitamos el jardín, el palacio, las fuentes…”
También sirve para generar suspenso, misterio o intriga:
“Oímos unos ruidos extraños en la calle. Entonces miramos… y era el camión de un circo”.
El guión
Existen dos tipos diferente de guión, cada uno con su forma y uso particular:
– Guión largo (_): poseen una función parecida a la del paréntesis pero se usan con frecuencia en oraciones explicativas. Además pueden utilizarse para abrir y cerrar un inciso dentro de un paréntesis.
– Guión corto (-): se utiliza para unir en vez de separar. Cada una de las palabras unidas por el guión seguirá conservando su significado individual. Por ejemplo: Ese muchacho es de origen ítalo-argentino.
Interpretando según la puntuación
Leyendo las siguientes oraciones nos damos cuenta de la real importancia que tienen los signos de puntuación. Se observa cómo cambia el significado si ponemos la coma en un lado o en otro.
1. Quien escribe, sus malos recuerdos espanta.
2. Quien escribe sus malos recuerdos, espanta.
La primera oración tiene la pausa luego de “Quien escribe”, entonces nos da entender que los malos recuerdos los logra espantar la persona que escribe. En cambio, en la segunda oración la coma está puesta luego de “Quien escribe sus malos recuerdos”, por lo que nos hace entender que aquella persona que se dedica a escribir sobre sus malos recuerdos, genera espanto en los lectores.