Fenicios y hebreos pertenecieron a un conjunto de civilizaciones de la costa oriental del mar Mediterráneo, en una zona conocida como el corredor sirio-palestino, la cual era considerada una zona estratégica para las rutas comerciales que influyó en la forma de vida de cada grupo.
Fenicios
Hebreos
Ubicación
Franja costera de Canaán. Actual territorio de Líbano, Israel y parte de Siria.
Migraron de Mesopotamia a Canaán. Actual territorio de Palestina.
Período de asentamiento
Alrededor del 1000 a. C.
Alrededor del 1800 a. C.
Tipo de gobierno
Monarquía.
Monarquía.
Organización política
Reyes, nobles, comerciantes, pueblo y esclavos.
Patriarcas, jueces y reyes.
Idioma
Fenicio-púnico.
Hebreo.
Economía
Comercio, navegación, agricultura, explotación forestal y producción de vino.
Producción agropecuaria, pastoreo, comercio, exportación de metales, marfil, aceites y vinos.
Religión
Politeístas. Sus principales divinidades eran Baal (el Sol) y Astarte (la Luna.)
Monoteísta. Creen en un solo Dios llamado Yahveh.
Arte
Esculturas, cerámicas, joyas y objetos de metal con influencia egipcia.
Arte fue abstracto y geométrico. Destaca la literatura y la arquitectura.
Personajes de interés
Rey Ahiram, rey Hiram I, rey Sidón Echmounazor II, Elisa de Tiro, entre otros.
Abraham, Isaac, Jacob, Josué, Salomón, entre otros.
Aportes
Alfabeto, escritura y letra de cambio.
Religión monoteísta y la redacción de antiguo y nuevo testamento.
Por siglos, los seres humanos han sido víctimas de uno de los fenómenos sociales más complejos y perniciosos de la historia: la discriminación. Ésta nació al creer que las diferencias individuales o grupales hacían inferiores y atacables a los que eran “distintos” con respecto a sus semejantes.
¿Qué es discriminar?
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra discriminar como:
Seleccionar excluyendo.
Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.
Según esta primera acepción y desde un punto de vista semántico, el término “discriminar” no es negativo, es decir, no tiene un uso político, jurídico o sociológico que resulte peyorativo. Simplemente equivale a separar o distinguir, por ejemplo, una persona puede discriminar entre un medio de transporte, ya sea bus, taxi o metro.
Contrario a la primera definición, la segunda tiene un alcance más amplio en un sentido social y político. Aquí, discriminar implica tratar de una manera diferente a un individuo por motivos de religión, raza, sexo o discapacidad. Por lo tanto, una persona es discriminada cuando se trata de manera desigual en base a distinciones injustificadas y arbitrarias como su color de piel.
Los prejuicios: base de la discriminación
Un prejuicio se forma al emitir una opinión o juzgar con antelación a una persona que no se conoce bien. Es decir, es una opinión preconcebida y sin alguna base objetiva sobre una persona o grupo de personas, lo que trae como consecuencia la discriminación de éstos.
características generales de la discriminación
Es una conducta aprendida que se reproduce hasta ser una práctica cotidiana.
Sin importar la causa, siempre tendrá el mismo resultado: negar la igualdad de trato y violar los derechos humanos.
Categoriza a los seres humanos.
Genera daños físicos, psicológicos, materiales y morales a la persona discriminada.
Formas de discriminación
Se puede discriminar por discapacidad, edad, embarazo, género, orientación sexual, origen étnico y religión. Algunos ejemplos de estas formas de discriminación en el mundo son los siguientes:
En España, la encargada de un bar expulsó a un grupo de personas entre las que estaban algunas con discapacidad intelectual con la excusa de que éstos afectaban de negativamente la imagen del local.
En Estados Unidos e Inglaterra, se ha demostrado que existe más probabilidad de ceder entrevistas laborales a candidatos jóvenes en lugar que a los mayores.
En 2018, una mujer empacadora fue obligada a firmar una licencia no remunerada por estar embaraza, de lo contrario perdería su trabajo a largo plazo en la corporación.
Importantes empresas tecnológicas han sido demandadas por sus ingenieras, quienes afirman tener una compensación económica inferior a la de los empleados varones.
En 2009, fue presentado un proyecto de ley antihomosexual en Uganda. De ser aprobado, podría aplicarse pena de muerte a personas homosexuales que sean VIH positivo y aplicarse graves penalizaciones a cualquier individuo, medio de comunicación o empresa que apoye los derechos LGBT.
En 1993, el adolescente Stephen Lawrence fue asesinado en un ataque por motivos raciales mientras esperaba un autobús.
¿Cómo se presenta la discriminación?
Discriminación directa
Es producida cuando de manera directa y explicita se aplica un trato diferente a un individuo basado en distinciones injustificables como el sexo, la religión o el color de piel.
El sujeto activo, o quien discrimina, lo hace de forma racional e intencional en plena conciencia del acto de rechazo que causa en otras personas (sujetos pasivo).
¿Sabías qué...?
La discriminación puede ser de jure, cuando se encuentra establecida en la ley, y de facto, cuando es provocada por la interacción entre seres humanos.
Discriminación indirecta
Ocurre cuando inicialmente la acción discriminatoria no aparenta serlo. Generalmente tiene un contenido político y se establece en normas y reglamentos institucionales, así como en los gustos que socialmente se han extendido. Un ejemplo de este tipo de discriminación sería que en una planilla para ingresar a un puesto laboral preguntaran el color de ojos.
Escala Allport de discriminación
Gordon Allport fue un psicólogo estadounidense reconocido por sus trabajos sobre el desarrollo de la personalidad. La escala que lleva su nombre es un método que mide el nivel de prejuicios y el sesgo social en una escala del 1 al 5.
Nivel 1
Antilocución
Ej: Discursos de incitación al odio o chistes ofensivos a un grupo minoritario.
Nivel 2
Evitación
Ej: Aislamiento o exclusión de uno o varios individuos a un lugar.
Nivel 3
Discriminación
Ej: Negar servicios, empleos o educación a una persona.
Nivel 4
Ataque físico
Ej: Daños a propiedades o ataques vandálicos a la minoría.
Nivel 5
Exterminio
Ej: Exterminar a un grupo de personas como la “solución final” u holocausto.
Principio de igualdad
Es uno de los valores más destacado por la comunidad internacional. Constituye la columna vertebral de la la teoría de los derechos humanos y su importancia radica en el beneficio del desarrollo igualitario de una sociedad.
La conquista de América no estuvo motivada únicamente por el afán de extender el dominio político español y el deseo de obtener metales preciosos; también fue impulsada por un fuerte propósito evangelizador y misionero. Sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica participaron ya en las primeras expediciones de conquista: su misión específica era convertir y educar en el catolicismo a los indígenas. De este modo, antes de partir hacia América, los sacerdotes y religiosos debían jurar fidelidad al rey de España y ser considerados funcionarios del Estado. Comenzaba así lo que sería una discutida epopeya histórica: la evangelización de los pueblos indígenas americanos. Por la acción de alrededor de veinte mil misioneros y de sus ayudantes, a lo largo de tres siglos se evangelizarían catorce millones y medio de kilómetros cuadrados en un periodo de tiempo que, desde el punto de vista histórico, puede considerarse breve.
UNA EVANGELIZACIÓN AL AMPARO DE LA CORONA
La evangelización de América se inició por hombres todavía considerados medievales. De acuerdo con la tradición medieval, el Papa Alejandro VI concedía a los Reyes de España el poder sobre las tierras recién descubiertas junto con la tarea de evangelizar el Nuevo Mundo con el envío de misioneros. En consecuencia, los reyes españoles se sintieron responsables de la cristianización de los pueblos americanos, hasta el punto de entender que el cumplimiento de esa obligación de evangelizar legitimaba su soberanía temporal sobre dichos pueblos.
De esta manera, la integración de los pueblos en el conjunto de la Monarquía hispana no estaría conseguida mientras no se lograra su conversión al cristianismo. Sería justamente el carácter misionero lo que dispararía la capacidad de la Monarquía hispana para conocer, contactar y entrar en diálogo con los diversos pueblos, lo que la dotaría de un sentido verdaderamente integrador, quedando plasmado políticamente como un conjunto de pueblos con personalidad jurídica propia, pero unidos bajo la obediencia al mismo rey y bajo la común fe católica. Para los misioneros, sólo la integración de los pueblos indígenas en el conjunto de la Monarquía garantizaba que su primera conversión pudiese encontrar los medios para madurar en una organización cristiana que pudiera desarrollarse en el futuro.
¿Sabías qué...?
Juan Pablo II fue el primer papa polaco en la historia, y el primero no italiano desde 1523.
Ya desde el segundo viaje de Cristóbal Colón a América, los Reyes Católicos se preocuparon por el establecimiento de la Iglesia en las nuevas tierras y, en efecto, entre los viajeros de entonces marcharía un primer grupo de sacerdotes bajo la dirección de fray Bernardo Boil, fraile nombrado vicario pontificio para las Indias, es decir, representante personal del Papa. Desalentado por las dificultades de trato, tanto con los indios como con Cristóbal Colón, fray Bernardo Boil renuncia pronto al gobierno eclesiástico de las tierras descubiertas y regresa a España.
Los reyes optan por un cambio de sistema para la fundación de la Iglesia en América y, por lo tanto, para la evangelización del Nuevo Mundo. Solicitan al Papa el derecho de Patronato; de este modo, los reyes desisten del envío de nuevos vicarios apostólicos, tomando ellos directamente, a través de sus órganos ordinarios de gobierno, un control más directo de la vida eclesiástica americana. Se concedía al rey el derecho de presentar para su nombramiento canónico a todas las personas que ocuparían puestos eclesiásticos en las Indias; a cambio, la Corona debería financiar todo el establecimiento de la Iglesia en esas tierras. En el ejercicio de este derecho de patronato, los reyes españoles, fundamentalmente desde Felipe II, van a exceder las facultades expresamente concedidas, para tratar de dirigir, o al menos supervisar, la totalidad de la vida eclesiástica en América.
LOS MISIONEROS
Una empresa como la que hemos descrito requería la acción de misioneros comprometidos y capaces. De hecho, los religiosos que afrontaron esta evangelización eran en su mayoría hombres de entre 25 y 35 años, herederos de la reforma eclesiástica española impulsada por los Reyes Católicos. No cualquiera era enviado a las Indias: se requería la autorización de sus superiores, la decisión personal voluntaria, y el permiso del Consejo de Indias. Había una severa selección de los religiosos.
Entre las órdenes mendicantes destacaron los franciscanos, dominicos, agustinos y mercedarios. La Compañía de Jesús, que llegó ya avanzado el siglo XVI, actualizó los métodos misionales y se destacaría por la eficacia en la conversión y cristianización de los indígenas. También los obispos se dedicaron prioritariamente a la misión entre los indios hasta aproximadamente 1570. Desde esta fecha, la atención pastoral a los fieles cristianos de sus diócesis y, eventualmente, la ocupación de cargos públicos, les dejó menos tiempo para la prédica. El clero secular también se ocupó de la conversión indígena, aunque su ocupación principal sería la atención de la población ya cristiana.
Los fieles laicos (españoles, criollos e indígenas) también aportarían mucho a la conversión de los pueblos autóctonos y, sobre todo, al nacimiento y desarrollo de una cultura cristiana. Tampoco faltaron funcionarios y pobladores españoles con vivo celo por la conversión de los indígenas. Debemos mencionar también la labor misionera de los mismos indígenas una vez convertidos: muchos de ellos actuaron como colaboradores de los misioneros haciendo de traductores y auxiliares en la prédica.
En definitiva, entre los protagonistas de la primera evangelización americana encontramos grandes miserias y altos testimonios de solidaridad, bajas ambiciones y entregas desinteresadas. De todas maneras, a pesar de sus limitaciones, esos hombres lograron transmitir el Evangelio a las culturas indígenas.
MÉTODOS PARA LA EVANGELIZACIÓN
Los misioneros necesitaron ingeniar y aplicar nuevos métodos para su tarea, distintos a los que se conocían en Europa. En la búsqueda de esos métodos supieron inspirarse tanto en la propia tradición misional de sus órdenes religiosas, como en el Evangelio mismo. No obstante, los misioneros recurrieron al estudio y conocimiento directo de la realidad americana para deducir de ella la metodología evangelizadora más adecuada. En esta búsqueda de métodos, estudiaron las lenguas y culturas indígenas y tradujeron los textos bíblicos a cada dialecto en particular. Otro recurso fue la apelación a la Corona para que diese indicaciones a la población española, de modo que se creasen circunstancias más favorables para la evangelización, y para que arbitrase en las diferencias internas del clero, haciendo luz también sobre prácticas misioneras. Por último, un recurso importante en esa búsqueda y aplicación de nuevos sistemas fueron las obras escritas por los misioneros más veteranos, verdaderos manuales prácticos para la acción.
Entre los métodos practicados conviene recordar que, para llevar adelante la evangelización, la Corona española ordenó la creación de las llamadas reducciones de indios, que eran territorios habitados exclusivamente por aborígenes y administrados por un pequeño número de sacerdotes. Aplicaron diversos medios para captar la atención del indio a través de formas atractivas de predicación y de una organización pedagógica de sus contenidos. Otras formas fueron la refutación teórica de las religiones primitivas y la extirpación de la idolatría, que no estuvo ausente de excesos. Una vez lograda la conversión, se continuaba con las clases de catequesis, para que los convertidos no volvieran a la religión antigua y para que progresaran en el conocimiento y práctica de la fe y moral cristianas.
El Imperio Bizantino se originó como consecuencia de la división del Imperio Romano, realizada por Teodosio en el año 395. Este imperio lograría así sobrevivir a la amenaza germánica que había hecho sucumbir al Imperio Romano de Occidente en el año 476 y lograría perdurar por más de diez siglos hasta 1453; año en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla.
Bizancio y Occidente se distanciaron progresivamente, a pesar de contar con un pasado común y con muchos puntos de contacto, conformando universos distintos. De hecho, en el terreno político contuvieron por largos siglos el avance del Islam sobre Europa oriental.
Los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograrían fusionar la cultura de griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres orientales y occidentales. De esta manera, conservaron adquisiciones de la antigüedad y las reelaboraron bajo nuevas formas. Por lo demás, aunque hablaban griego, se autodenominaban romanos para así indicar su carácter de herederos del antiguo y prestigioso Imperio Romano.
LA EXTENSIÓN DEL IMPERIO
Las fronteras del Imperio Bizantino fueron fijadas, en un principio, por el emperador Teodosio en el año 395, cuando había dividido el Imperio Romano. Así, estaba formado por la península Balcánica, Asia Menor, Siria y Egipto. Estas últimas eran las provincias más pobladas, más ricas y con mayor tradición cultural. Sin embargo, los límites del imperio estuvieron sujetos a constantes fluctuaciones, que dependían de la capacidad de resistencia interna y del vigor de las potencias rivales. Así, cuando en el siglo VII, el imperio perdió a manos de los árabes Siria y Egipto, la pérdida fue compensada por el grado de homogeneidad que se ganó. De este modo, integrado el imperio por distintas etnias y culturas, sólo lo unían la religión y el acatamiento al emperador.
EL IMPERIO DE JUSTINIANO
Desde la caída del Imperio Romano de Occidente, los gobernantes bizantinos añoraban los tiempos en que este imperio dominaba todo el mar Mediterráneo. Uno de ellos, el emperador Justiniano (527-565) constituyó un fuerte Estado centralizado e intentó restaurar toda la grandeza del viejo imperio. Hijo de un campesino, tuvo una excelente formación gracias a su tío, el emperador Justino, que lo nombraría sucesor. De este modo, una vez en el trono, Justiniano compartió la idea de que el mundo cristiano, así como tenía una sola religión y una sola Iglesia, debía tener también una única autoridad política: el emperador bizantino.
Con estas ideas dirigió sus miras hacia Occidente, que en manos de reyes germánicos se había alejado de la influencia imperial. De hecho, llevaría a cabo un ambicioso plan de conquistas con la cual se apoderaría del reino vándalo instalado en África; más tarde venció a los ostrogodos que dominaban la península itálica y, por último, ocupó el sur de Hispania, desplazando temporalmente a los visigodos. No obstante, más trascendencia tuvo la reforma interior del Estado bizantino, que buscaba renovar las bases en las que se asentaba el Imperio. Para ello reformaría la administración central, residente en Constantinopla, que supervisaba a los funcionarios de provincia.
Además, decidió mejorar las leyes, con lo cual encargó a su colaborador, el jurista Triboniano, la redacción del Código de Derecho Civil, o Corpus Iuris Civilis, común para todos los habitantes del imperio. Por otra parte, Justiniano mejoró la situación de la hacienda pública y de la recaudación de impuestos, para sostener una organización civil y militar más eficiente.
La época de Justiniano no sólo destaca por sus éxitos militares o por la recopilación de leyes. Bajo su reinado, Bizancio vivió una época de esplendor cultural, a pesar de la clausura de la Academia de Atenas en el 529. Aquí se fueron destacando, entre otras, las figuras de los poetas Nono de Panópolis y Pablo Silenciario, el historiador Procopio, y el filósofo Juan Filopón. Sin embargo, el esplendor de la época encuentra su mejor ejemplo en una de las obras arquitectónicas más célebres de la historia del Arte: la iglesia de Santa Sofía, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.
LOS SUCESORES DE JUSTINIANO: TIEMPOS DIFÍCILES
Poco después de la muerte de Justiniano, los bizantinos perdieron gran parte de sus posesiones conquistadas en Europa occidental. El agotamiento de recursos les impediría afrontar el avance de los ávaros, eslavos y búlgaros, que presionaban para internarse en los Balcanes. Los persas, por su parte, se adentraban cada vez más en las provincias orientales. Sin embargo, fue surgiendo un nuevo, y acaso más temible, adversario llegado desde Arabia: los musulmanes. En pocos años, estos últimos ocuparon Siria, Palestina y el norte de África, las mejores tierras agrícolas y las ciudades más ricas y comerciales del imperio, quedaron reducidas entonces a Grecia, Constantinopla, Asia Menor y algunas regiones de Italia.
Para defenderse, los sucesores de Justiniano crearon provincias fronterizas, gobernadas por militares, y entregaron tierras a los campesinos a cambio de que sirvieran en los ejércitos. De esta forma, los generales tuvieron cada vez más poder, y el imperio se militarizó. Este sistema de defensa fue efectivo y permitió frenar el avance musulmán en Asia menor, derrotar a los búlgaros que atacaban por el Norte y extender la influencia de Bizancio sobre los pueblos eslavos desde los Balcanes hasta Kiev. Sobre estas bases, hacia el siglo IX, accedió al trono una dinastía de emperadores macedónicos que gobernaría durante más de dos siglos y produciría un renacimiento del Imperio.
Sin embargo, durante el siglo XI, el Imperio Bizantino vio nacer un nuevo y mayor peligro: los turcos selyúcidas, que se apoderarían de parte de Asia Menor y de Palestina. Las guerras afectaron duramente la economía y cultura bizantinas: muchas ciudades fueron destruidas o abandonadas, la población disminuyó, y el comercio y la producción artesanal se debilitaron. Estos acontecimientos marcaron el inicio de la decadencia de Bizancio, que concluyó en 1453, cuando los turcos otomanos ocuparon Constantinopla.
EL ESTADO IMPERIAL
Los bizantinos concebían al Estado imperial como parte del plan de Dios para el mundo. De la misma forma que Dios era único, sólo podía existir en la Tierra una única autoridad política: el emperador. Así, el imperio constituía una monarquía teocrática en la que el soberano estaba revestido de autoridad absoluta. Por esta razón, su ascenso al trono era bendecido por el patriarca de Constantinopla. Con todo, la sede del gobierno era el palacio, un enorme edificio que conformaba una especie de ciudad dentro de la misma ciudad.
Así las cosas, para su acción de gobierno, el emperador contaba con tres instrumentos:
• La burocracia civil, conformada por funcionarios y profesionales de la administración pública, cuyas características eran su reglamentación estricta y una específica diferenciación de funciones y jerarquías.
• El ejército, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades, y en donde en las zonas de frontera se completaba con los estratiotas, soldados campesinos a los que se pagaba mediante entrega de tierras.
• La Iglesia bizantina, que a diferencia de lo que ocurría en Occidente se encontraba subordinada al emperador. Esta característica se conoce con el nombre de césaro-papismo.
¿Sabías qué...?
Bizancio fue la única potencia estable en la Edad Media.
LA RELIGIÓN
La sociedad bizantina era profundamente religiosa. De hecho, todo quehacer humano estaba impregnado de sentimiento religioso. Así, el particular modo de concebir la religión provocaría que se suscitaran querellas religiosas que envolvieron en sus discusiones a gran parte de la sociedad. Esto ocurrió con el monofisismo, una corriente religiosa que sostenía que Cristo poseía una sola naturaleza, la divina, y que contrariaba a la posición cristiana ortodoxa, que invocaba una doble naturaleza de Cristo: humana y divina. Así pues, el monofisismo tuvo hondo arraigo en Siria y Egipto, hecho que estimuló el separatismo de estas provincias y facilitaría la posterior conquista árabe.
Con todo, en el siglo VIII se suscitaría otra querella promovida por los iconoclastas. Éstos sostenían que las imágenes religiosas llevaban a prácticas supersticiosas, porque se adoraba en ellas a la imagen representada y no a Dios. Además, los iconoclastas buscaban disminuir el poder económico y social de los monjes. Ahora bien, como los iconoclastas fueron protegidos y estimulados por algunos emperadores, se inició un distanciamiento con el Papado romano, que se oponía a los iconoclastas. Este proceso culminaría así con el cisma entre la cristiandad occidental y la oriental, en el 1054. En tanto que la primera aceptaba como jefe espiritual al Papado romano, Oriente reconocía al patriarca de Constantinopla.
CONSTANTINOPLA: LA NUEVA ROMA
Contrariamente a lo que sucedió en Europa occidental, las ciudades del Imperio bizantino prosperaron como centros administrativos, comerciales e industriales. A su vez, el centro más importante era su capital, Constantinopla, cuya trascendencia se debería, en gran parte, a su situación geográfica. Fundada en el año 330 en honor del emperador reinante Constantino el Grande, en ella confluían diversas rutas terrestres y marítimas. Así las cosas, debido a su emplazamiento, Constantinopla era fácilmente defendible. Un sistema de murallas terrestres y marítimas, la convirtió en una fortaleza casi inexpugnable. Fue, por mucho tiempo, una de las ciudades más pobladas del mundo, con numerosos y lujosos edificios públicos y gran cantidad de iglesias, pero la crisis producida en el imperio a partir del siglo XI causaría el descenso de su población.
CAUSAS DE SU DECADENCIA
En sus últimos siglos de existencia, el Imperio viviría una lenta y paulatina decadencia. Varias son las causas: una de ellas fue la invasión de los turcos selyúcidas en el siglo XI, que privaría al imperio de la zona más rica: el Asia Menor. Ahora bien, aun aquellos territorios que conservaban los emperadores se hallaban en una situación de inseguridad debido a las continuas incursiones de servios, búlgaros y otros pueblos bárbaros. De este modo, la agricultura redujo su producción, con lo cual Constantinopla debió alimentar a su población con productos importados. A su vez, los grandes dominios aumentaron sus dimensiones y, en ellos, los campesinos trabajaban en condiciones muy duras que los llevaron a la miseria, al abandono de los campos y a la rebelión. Otra causa de la decadencia fue el declinar del comercio. Los bizantinos descuidaron su armada, y el tráfico comercial cayó paulatinamente en manos de venecianos y genoveses.
La ruina del Estado bizantino se hizo inevitable, ya que sus principales fuentes de ingresos, los impuestos a las
tierras y los derechos de aduana, eran cada vez menores. Minado en sus bases, el Imperio debió ceder territorios
a distintas potencias. Por último, sufrió la invasión de los turcos otomanos. Cuando en el 1453 éstos tomaron
Constantinopla, el Imperio se hallaba reducido prácticamente sólo a la capital.
Esta civilización misteriosa y fascinante que data de hace más de 5000 años constituye uno de los pilares sobre los cuales se ha constituido uno de los legados más importantes de la humanidad. Su historia continúa asombrando a arqueólogos que encuentran en este territorio una fuente de descubrimientos interminable que continúa revelando incógnitas.
ORIGEN
En el origen de esta civilización tiene un papel preponderante el Río Nilo, que con sus 6695 kilómetros de longitud garantizó una tierra rica y fértil. Tuvo su comienzo con la unificación de varias poblaciones agrícolas que se dispusieron a lo largo del valle del Nilo en el 5500 a.C., dedicándose también a la ganadería. Durante este período que se inició en la etapa denominada predinástica (correspondiente al período entre el 4000 y el 3000 antes de Cristo) se asentó la cultura Naqada, de la cual se han hallado distintas piezas de cerámica. Entre los avances de esta etapa se destacan algunas construcciones y el uso del mortero de cal. El estado unificado fue obra de Menes, primer faraón, que se encargo de unir tanto al Alto como al Bajo Egipto en el año 3150 a.C., dando lugar a las dinastías.
¿Sabías qué...?
Los egipcios y los mesopotámicos se pueden considerar como los padres de la ciencia, ya que desde finales del milenio IV a.C., desarrollaron unos conocimientos que sirvieron de base a los griegos.
CRONOLOGÍA
La civilización del Antiguo Egipto permaneció a lo largo de un período de más de 3000 años que por lo general se acuerdan entre la unificación del estado por parte del primer faraón en el 3150 a.C. hasta el 31 a.C., año que con la conquista del Imperio romano implicó el fin del Egipto Ptolemaico y la desaparición del Egipto unificado. Si bien no existe un acuerdo respecto a la exactitud de las fechas, se ha establecido una división por períodos histórico que comienza en una etapa correspondiente al origen, el Período Predinástico, que va del 5500 a.C. al 3200 a.C., que luego da lugar al Período Arcaico.
PERIODO ARCAICO (3100 a.C. – 2700 a.C.)
Durante este período la capital histórica de Nejen (capital del Alto Egipto) se traslado a la ciudad de Menfis por la proximidad con el delta del Nilo. Se trato de una etapa con un marcado carácter militar, que se manifestaba en la defensa del ataque de los grupos nómadas que asolaban la frontera occidental, además de un proceso de expansión donde se absorbieron las ciudades de Elefantina y Siena. Se explotaron lo yacimientos minerales de la región y se afirmo la asimilación entre el Alto y el Bajo Egipto. A lo largo de este período gobernó la primera y segunda dinastía, a los que se considera unificadores de Egipto en un largo proceso que se inicia con la figura mítica de Menes, o el primer faraón en la lista cronológica de reyes, Narmer (3050 a.C.). Desde el punto de vista religioso se trata del origen de figuras como el dios benefactor Osiris, o de la lucha entre Horus y Seth.
IMPERIO ANTIGUO (2700 – 2250 a.C.)
Menfis pasa a ser durante esta etapa la capital del Antiguo Egipto, de hecho la denominación Egipto proviene del nombre del principal templo (Hat Ka Ptah) en Menfis, que los griegos tradujeron como Aegyptos. También implicó la consolidación del sistema político, cultural y religioso; iniciándose con la tercera dinastía y extendiéndose hasta las séptima y octava dinastía inclusive. Las pirámides, colosales monumentos representativos de esta cultura, fueron construidas de forma numerosa para la sepultura faraónica durante esta etapa, siendo ejemplos representativos los casos de los faraones Keops (Gran Pirámide de Gizah), Kefrén (Pirámide de Jafra) y Micerino (Pirámide de Micerino). Sin embargo, el desgaste generado en la administración por la construcción de estos monumentos, fue uno de los factores que llevaron a debilitar la imagen del sector gobernante y a gestar un fuerte proceso de descentralización llamado Primer Período Intermedio. El faraón Pepy II fue el último faraón de importancia de esta etapa.
PRIMER PERIODO INTERMEDIO (2250 – 2050 a.C.)
Periodo donde cobró relevancia el papel de los Nomos, subdivisiones territoriales de Egipto que eran administradas por unidades administrativas llamados nomarcas. La debilidad de la monarquía en el final del Imperio Antiguo por la mala administración y la larga permanencia de Pepy II en el poder. Por otro lado, una serie de invasiones asiáticas y hambrunas fortalecieron el poder de los nomarcas y quitaron protagonismo a la realeza. Sin embargo, esto no indica que se trate de una etapa de decadencia, ya que hubo un marcado interés por la literatura y un crecimiento de las clases medias en ciudades como Heracleópolis y Tebas. Esta etapa abarca a las dinastías VII, VIII, IX, X y XI y finaliza cuando Mentuhotep II unifica a todo Egipto bajo su mando.
IMPERIO MEDIO (2050 – 1800 a.C.)
Una vez efectuado el proceso de unificación por parte del gobernante tebano Mentuhotep II se inicia esta etapa, que constituye un periodo de prosperidad y abundancia. Es a lo largo de estos años que se logra una importante expansión del Imperio Egipcio y se aplican algunos avances tecnológicos a partir de proyectos de irrigación. Por otro lado se fortalecen los lazos con poblaciones cercanas para fortalecer vínculos económicos con África, Asia y la zona mediterránea. Se trata de una etapa que comprende a las dinastías XI y XII, finalizando con la derrota de los egipcios en mano de los hicsos, pueblos conformados por libios y cananeos que aprovecharon las internas políticas del faraón Amenemhat I.
SEGUNDO PERIODO INTERMEDIO (1800 – 1550 a.C.)
Esta etapa se encuentra dominada principalmente por poblaciones hicsas, que son las encargadas de los procesos de descentralización que se gestaron, definiendo como capital a Avaris (actual Tell el-Daba). Durante este periodo de dominación extranjera se introduce el uso del bronce e instrumentos bélicos como arcos o armaduras. Abarca desde las dinastías XIII a la XVII y finaliza con la declaración de la independencia por parte de los dirigentes egipcios de Tebas.
TERCER PERIODO INTERMEDIO (1070 – 656 a.C.)
Durante esta etapa se da una división política entre el Alto y el Bajo Egipto: por un lado se encontraba Tanis en el Bajo y Tebas en el Alto. Esta fragmentación dio lugar a un fortalecimiento del poder de los sacerdotes en distintas regiones de Egipto y se practica una oleada expansionista que llega hasta los territorios de Palestina e Israel, siendo célebre la captura de los tesoros del Rey Salomón. Sin embargo, las internas políticas que se dieron entre las dinastías XXII y XXIII dieron lugar a una crisis que los hizo presa de otra potencia contemporánea, Asiria, dando lugar a una larga serie de enfrentamientos.
¿Sabías qué...?
Los egipcios llevaban a cabo la práctica de la momificación porque creían en la inmortalidad del espíritu humano.
POLÍTICA
La figura central del poder político en el Antiguo Egipto era el faraón, que en la escala jerárquica se encontraba en el centro de la vida egipcia. Su importancia radicaba en que se lo consideraba un dios vivo (Horus) al que se había dotado de forma de hombre. Era innombrable y su carácter sagrado era tal que no se le podía mirar a los ojos. A partir de su figura se ramificaba un complejo estado administrativo que tenía la función de organizar a cada uno de los sistemas que integraban el reinado. En la escala jerárquica continuaba el cargo de Visir o Primer Ministro, que era el encargado de representar al faraón en la administración de los asuntos estatales, que a su vez se subdividía en varias subdelegaciones como el transporte de mercancías o la recaudación de impuestos. Para el visir trabajaban los escribas y los funcionarios, cuya tarea burocrática consistía en la escritura en papiros de todo aquello que sea de relevancia para la administración. Este modelo se replicaba en los gobiernos locales correspondientes a los nomos.
A menudo el sacerdocio exigía desde los nomos la autonomía para descentralizar el poder, cuestión que llevo a fuertes disputas civiles.
CULTIVOS
Además de las ventajas aportadas por las obras hidráulicas, que derivaron en las primeras manifestaciones de aritmética y geometría aplicada, los pobladores del delta mejoraron también el laboreo de los campos utilizando la fuerza animal para arrastrar los pesados arados de madera. Gracias a esto, la civilización egipcia fue una de las primeras en hacer del cultivo del cereal, principalmente trigo, cebada y sorgo, una labor cotidiana, sistemática e intensiva. El grano conseguido se almacenaba en tinajas y otros contenedores de barro y se utilizaba para la elaboración de pan y, tras su fermentación, cerveza.
EL CAMPESINADO
La mayoría de los egipcios cultivaba los campos. De esta manera, la actividad agrícola era fundamental, pero su ciclo no ocupaba todo el año, de manera que los campesinos podían ser obligados a trabajar en las obras de irrigación o en la construcción de templos, palacios o sepulcros de los reyes. También podían integrar los contingentes militares que resguardaban las fronteras egipcias de los ataques de los nómadas libios o asiáticos, o de los nubios del sur.
Estos “servidores” no eran libres en el sentido tradicional de la palabra, pero tampoco pueden considerarse como esclavos, ya que no eran propiedad de ningún noble ni podían ser comprados ni vendidos. Muy por el contrario, a cambio de cumplir sus obligaciones con el faraón recibían una paga e incluso podían ser ascendidos. Además, como los talleres y el comercio dependían directamente también del estado, los artesanos y mercaderes formaron parte durante siglos de esta masa de “trabajadores voluntarios”.
EL SISTEMA DE RECAUDACIÓN
El departamento de impuestos, organizado en una eficiente red de agencias presentes a lo largo de todo el país, regulaba los tributos y cargas que los propietarios de bienes debían pagar al estado. Todo parece indicar que los títulos de propiedad de la tierra ya estaban bien documentados en el Imperio Antiguo y que existían dos clases de propiedades: las pertenecientes al faraón y las que se hallaban en manos privadas y debían rendir cuentas al soberano.
El gobierno impuso diversos impuestos que, al no existir moneda, eran pagados en especie, con trabajo o mercancías. De esta forma, los tributos en especie eran guardados en los almacenes reales y servían para pagar un salario a los funcionarios, mantener los costosos cultos realizados por los sacerdotes y construir obras públicas de todo tipo.
RELIGIÓN
En líneas generales se puede hablar de dos factores que definieron a la religión egipcia: por un lado la inmortalidad del alma y por el otro la creencia en los dioses.
• La inmortalidad
La creencia de que los egipcios contaban con dos partes espirituales, el ka, la fuerza vital, y el ba, la parte espiritual, llevo a establecer que la unión de estas partes se daba una vez terminada la vida en la tierra. Por tal razón existía una búsqueda de preservar el cuerpo a través de distintos procesos que respondían al sector social al que pertenecían. Así, mientras los sectores más precarios debían enterrar a sus muertos en el desierto, donde el calor y la arena secaban los cuerpos; los sectores nobles y acaudalados podían ser objeto del complejo sistema de momificación, que consistía en la extracción de los órganos para luego cubrirlo con resinas que lo preservaban, cubriéndolo luego con lino. A menudo eran enterrados junto a sus riquezas que serían trasladadas al más allá. El corazón permanecía en el cuerpo del muerto porque se trataba de la garantía de entrada al reino de Osiris, si Anubis juzgaba que el corazón era indigno lo enviaba al monstruo Ammit que lo devoraba, pero si lo consideraba “apto” podía continuar su viaje.
• Creencia en los dioses
El panteón egipcio es uno de los más ricos de la antigüedad, pudiendo llegar a reunir un número de casi 2000 divinidades. Este número se logra debido a que en el momento en que se realizó la unificación del estado egipcio, ya existían deidades locales que fueron absorbidas. A lo largo de la historia el panteón fue modificado numerosas veces, llevando a que en las primeras etapas cobren más relevancia Ptah y el mito de Horus y Seth, mientras que en dinastías posteriores se quiso instalar a Amón-Ra bajo un sistema monoteísta. En los nomos se adoraban dioses particulares de la región pero, además, existían dioses menores que convivían cotidianamente en cada hogar. Los egipcios creían que el espíritu de los dioses se encontraba alojado dentro de los templos que se les dedicaban, que a menudo se trataba de monumentos colosales colmados de riquezas, con una estatua del dios correspondiente.
PRINCIPALES DIVINIDADES
• Amón: representa al calor del sol como energía vivificante, simbolizando la germinación de las semillas y la vida renaciente. Era patrono de la ciudad de Tebas, donde era venerado como divinidad magna y creador de todas las cosas.
• Ra: demiurgo, su nombre es el nombre del Sol y es el dador de vida, responsable del ciclo de la muerte y la resurrección. Era representado como un hombre con cabeza de halcón, sobre la cual portaba el disco solar. Sus cuatro facultades se denominaban Hu (el gusto y la palabra), Maa (la visión), Sedyem (el oído) y Sia (el entendimiento y el tacto).
• Isis: esposa de Osiris que fue denominada como “Gran diosa madre”, además de “Diosa de la maternidad y del nacimiento”. Es representada a través de la Luna y su animal consagrado es la vaca. Simbolizaba a la fertilidad de la tierra de Egipto y era fecundada anualmente por las crecidas del río Nilo.
• Osiris: hermano y esposo de Isis, es el dios egipcio de la resurrección, símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo. Fue el que animó y fecundó a toda la naturaleza, civilizó a Egipto, fundó la ciudad de Tebas y educó al pueblo en las leyes, artes y agricultura. Casi siempre aparece momificado, con un rostro verde o negro que indica su nexo con la vegetación y con el ciclo de la vida y la muerte.
• Horus: es representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, con la doble corona. Hijo de Osiris e Isis, su figura simboliza al sol naciente.
• Anubis: hijo de Neftis, aparece representado como un dios con cabeza de chacal que frecuentemente acompaña a Isis. Se trata del dios consagrado de los muertos que conducía a las figuras desencarnadas al otro mundo, siendo el guardián de las momias y el cuidador de los sepulcros.
• Bast: entre sus funciones se encontraba la de proteger al hogar, simbolizando el calor fecundante del sol. Era representada con la forma de un gato doméstico o como una mujer con cabeza de gato.
• Khnum: es representado como hombre con cabeza de carnero y sus atributos los hacen el dios alfarero que modelaba con lodo del Nilo a las personas.
• Seth: también denominado Tifón, es el hermano de Osiris y personifica al mal, la esterilidad y al hombre que actúa de forma brutal o impía. Su patronazgo se extendía a la violencia irracional representada por las sequías, las guerras y las tormentas.
• Ptah: se trata de la deidad de Menfis, representado con una barba recta y un sudario. Sus poderes sanadores se debían a que era conocido como el “dueño de la vida”, además de ser protector de los arquitectos y los artesanos.
• Thot: tenía cabeza de ibis y se caracterizaba por su inteligencia, que le dio la inspiración divina a la creación del universo. Fue el inventor de la escritura, patrón de los escribas, de las artes y las ciencias.
¿Sabías qué...?
Los egipcios usaban semanas de 10 días, pero nosotros hemos heredado las semanas de 7 días de los romanos.
EL PERÍODO MONOTEÍSTA
Un intervalo corto del monoteísmo conocido como atonismo ocurrió bajo el reinado de Amenofis IV, que cambió su nombre por Akhenatón, enfocado en la deidad egipcia del sol Atón. En su intento por imponerlo en todo el país, Akhenatón proscribió la veneración de otros dioses, llegó incluso a destruir los templos dedicados a Amón y construyó una nueva capital, Amarna.
Sin embargo, el cambio religioso perduró solamente hasta que fue destronado, restableciéndose luego el antiguo culto a Amón. Por ser este cambio muy impopular fue rápidamente proscrito. Ahora bien, tras la extinción del Imperio Nuevo, Amón fue desplazado por el culto a los dioses locales. Ante el desprestigio de los faraones, el pueblo prefirió aquellos dioses y espíritus personales y la magia, aunque la fe en la vida eterna hizo renacer el culto a Osiris.
El panteón egipcio original perduró como fe dominante, hasta la imposición del cristianismo copto y, posteriormente, del Islam. Asombrosamente, el pueblo egipcio apenas opuso resistencia a la difusión del cristianismo, debido a que encontraron satisfactorias sus promesas de salvación personal y sus enseñanzas sobre igualdad social. El fin de la religión egipcia llegó en el siglo IV, cuando el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio Romano.
LA TUMBA DE TUTANKHAMÓN
El nombre de Tutankhamón resulta famoso para todo el mundo por el excepcional descubrimiento de su tumba y su rico ajuar funerario encontrados en el Valle de los Reyes el 4 de noviembre de 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter. Dado el incalculable valor y la cantidad de los objetos hallados, constituye uno de los descubrimientos arqueológicos con más publicidad de la historia de la egiptología.
La relevancia que posee Tutankhamón no se debe a los acontecimientos de su reinado, que fue breve e intrascendente comparado con el de otros grandes reyes como Tutmosis III o Ramsés II sino que en nuestro tiempo se produce con el tardío descubrimiento de su tumba real, hasta el momento la única encontrada con un ajuar funerario tan variado, numeroso, bien conservado y prácticamente intacto.
Son acciones que realizan los seres humanos con motivo de rendir homenaje o pedir perdón a un ser divino. Pueden ser variadas, desde sacrificios que impliquen una modificación en las conductas habituales, como el ayuno, hasta la muerte.
Desde épocas ancestrales el ser humano ha deseado complacer a sus dioses para evitar su ira, resarcir culpas o solicitar favores. Dentro de las costumbres de muchos pueblos se incluyen los sacrificios, entre las culturas prehispánicas se hallan vestigios que permiten comprender cómo eran sus actividades sociales y religiosas.
Los sacrificios pueden clasificarse de acuerdo a que exista o no derramamiento de sangre, en el primer caso se denominan cruentos y en el segundo incruentos. Es necesario comprender estos conceptos para identificar qué tipo de prácticas realizaba cada cultura.
MUNDO ANTIGUO
Fenicia y Cártago
Sus habitantes realizaban sacrificios cruentos, entre ellos los de víctimas humanas, en especial infantes. El ritual incluía la cremación de los cadáveres, cuyas cenizas eran colocadas en urnas y ofrecidas a los dioses en el lugar sagrado denominado tophet.
Luego del siglo IV a.C. se prefería dar la vida de animales para la mayoría de los sacrificios. Pero en ocasiones, como derrotas en batallas, se mataban infantes para calmar el enfado de los dioses. En el año 310 a.C. se habrían sacrificado 500 niños procedentes de familias destacadas en Honor a Baal-Hammon, ya que los cartagineses creían que no tenían su amparo debido a que los griegos los habían vencido en la lucha.
Israel
Los israelitas repudiaban los sacrificios humanos realizados por los fenicios, aunque en sus antiguas tradiciones se presentan este tipo de prácticas. Sin embargo, por lo general acostumbraban sacrificar animales.
La sangre del animal se esparcía en el altar destinado para la realización de dicho ritual, y allí mismo se quemaba la grasa del cadáver. Estas partes no podían ser consumidas por el hombre porque les pertenecían a Yavé (Dios). Los sacerdotes consumían el pecho y el anca derecha.
Grecia Clásica
Los habitantes de las polis griegas realizaban diversos rituales religiosos, en los cuales estaban presentes los sacrificios. Éstos se efectuaban en sitios de veneración, como los templos, que eran lugares sagrados ubicados en zonas importantes de la ciudad.
En los templos se hallaban altares, que podían ser utilizados por el pueblo cualquier día. Además de los templos, los griegos destinaban un lugar de su casa para rendir culto y también colocaban mojones que representaban dioses y se ubicaban en sitios variados, como bosques, ríos, etc. Es así que podemos comprender la importancia de la espiritualidad para dicha cultura.
Con respecto a los sacrificios, realizaban incruentos y cruentos. Entre los primeros se destaca la ofrenda de alimentos (vegetales y cereales), que se podían quemar o no para entregárselos a un dios. En el caso de los cruentos, era común el sacrificio de animales, que tenía normas establecidas para su realización dependiendo del santuario en el que se llevara a cabo el ritual.
¿Sabías qué...?
En la Antigua Grecia existían ciudadanos, no ciudadanos y esclavos, siendo los primeros quienes tenían todos los derechos.
Una práctica común era desollar al animal, dando partes a los dioses (por ejemplo los huesos) que ascendían al dios mediante la incineración y repartiendo la carne entre los hombres. Con ella se preparaban banquetes que se realizaban en el santuario, también podía ser entregada a los hombres para que la llevasen a sus hogares. Únicamente los ciudadanos tenían permitido realizar sacrificios.
La hecatombe era el sacrificio de 100 bueyes y se realizaba en ocasiones especiales, como por ejemplo la sucesión de desgracias en un mismo periodo. Con él se esperaba apaciguar a los dioses.
Antigua Roma
Del mismo modo que en Grecia, se seleccionaban los animales de acuerdo al dios a quien se desease adorar. A los dioses que consideraban superiores, les ofrecían animales blancos, al resto de otro color. Siendo negras las víctimas otorgadas a los dioses subterráneos.
El ritual consistía en la quema de incienso sobre el altar y la purificación de los asistentes rociándolos con agua preparada para tal fin. Estas acciones eran realizadas por el sacerdote, quien comprobaba que la víctima no tuviese ninguna mancha o defecto.
El animal se colocaba sobre el altar y allí se lo degollaba o estrangulaba. Posteriormente se quemaban sus huesos y grasa, se bebía su sangre y se consumía su carne entre los presentes. En ocasiones se sacrificaban varios animales a la vez, con la creencia de que era de más agrado para los dioses. También realizaban hecatombes cuando consideraban que los dioses así lo deseaban.
En los hogares se realizaban sacrificios que no incluían matar animales, allí se ofrecían alimentos y vinos.
La souvetaurilia consistía en el sacrificio de un toro, un cerdo y una oveja. Generalmente era ofrecido al Dios Marte.
Tanto en Grecia como en Roma consideraban a los sacrificios humanos como actos de barbarie, pero aun así existen registros de que se han realizado algunos. Por ejemplo, en Roma se llevó a cabo el sacrificio de una pareja de galos junto a otra de griegos, con motivo de evitar una invasión en el año 226 a.C.
MESOAMÉRICA
Aztecas
La práctica de sacrificios era muy común en dicha cultura. Tenían muchos templos para la realización de ceremonias religiosas, pero el más importante se denominaba Templo Mayor y se encontraba en Tenochtitlán. Allí se ofrecían vidas a los dioses, entre los que se destacan Huitzilopoctli y Tlaloc. El derramamiento de sangre era considerado como una forma de que los dioses estuviesen en paz y los protegieran, evitando que recayeran males sobre ellos, como catástrofes.
Comúnmente se sacrificaban prisioneros que habían sido capturados en las guerras, este es un motivo por el cuál durante las batallas preferían llevar a los enemigos como ofrendas al dios y no terminar con su vida durante la contienda. Tenían la creencia de que los seres sacrificados se convertirían en aves o mariposas.
Las víctimas de sacrificios también podían ser esclavos o algunos jóvenes de ambos sexos. El motivo por el cual los aztecas realizaban estas prácticas era por temor al fin del mundo y a que el Sol no apareciese más en el horizonte.
Mayas
Consideraban que el alma era inmortal, siendo privilegiadas aquellas de los sacerdotes, guerreros muertos en combate, las mujeres que fallecían al dar a luz y aquellas personas que morían por suicidio.
Generalmente realizaban ayunos para purificarse, en el caso de los sacerdotes y sus ayudantes, debían abstenerse también de alimentos como la carne y la sal. La oración también era una práctica habitual, del mismo modo que hacer penitencias.
En cuanto a los sacrificios, implicaban torturas y/o muerte, las víctimas solían ser esclavos, prisioneros y niños. En los rituales, se incluían danzas y entre las formas de dar muerte se encontraban las siguientes:
Flechazos.
Extracción del corazón.
Fuego.
Entre los sacerdotes mayas existían varías categorías, una de ellas comprendía a los nacones quienes eran los encargados de abrir el pecho a la víctima y extraerle el corazón, esta actividad la realizaban durante toda su vida. Los chaques sujetaban los brazos y las piernas de la persona sacrificada y cuando se la incineraba, ellos encendían el fuego. También existían otros tipos de sacerdotes con funciones específicas, como ejercer la medicina.
Incas
Los cerros pertenecientes al Imperio Inca brindan numerosos restos arqueológicos que hacen referencia a sacrificios. Los incas realizaban la capaccocha, que consistía en el sacrificio de niños con características físicas que ellos consideraban perfectas.
Capaccocha: O gran sacrificio, consistía en una procesión en la cual se trasladaban ídolos, junto a niños y ofrendas como figuras de oro, ganado, etc. Se dirigían hacia donde habitaba el Inca y allí se consultaba a los ídolos acerca del futuro, los sacerdotes respondían en nombre de ellos y luego el Inca enviaba las ofrendas a los cuatro suyus (Chinchasuyu, Cuntinsuyu, Collasuyu y Antisuyu) para la realización de los sacrificios. Las ofrendas se prendían fuego y a los niños generalmente los ahorcaban para luego enterrarlos junto a artículos de oro y plata.
Los sacrificios principalmente se realizaban para el dios Hacedor, aunque también rendían culto al Sol, la Luna, el Trueno y la Tierra.
¿Sabías qué...?
En los sacrificios de animales, los sacerdotes les revisaban las vísceras de las víctimas y cualquier defecto era considerado mal augurio.
SACRIFICIOS EN LA ACTUALIDAD
Con el paso del tiempo los sacrificios se transformaron en acciones que se realizan sin el daño a la vida. Las diversas religiones utilizan diversos sacrificios incruentos con fines sagrados, el sacrificio de la misa es uno de ellos. Éste lo realizan los católicos y representa el sacrificio de la cruz, donde el pan y el vino representan el cuerpo y sangre de Cristo .
Los ayunos y abstinencias son considerados sacrificios, como el caso de los musulmanes, quienes durante el mes de Ramadán realizan ayuno entre el amanecer y el atardecer. Dicho ayuno es uno de los pilares del Islam.
Los judíos realizan el ayuno en Yom Kippur, con el fin de demostrar un arrepentimiento sincero y pedir perdón. Para ellos es el día más sagrado del año, la abstinencia de bebida, alimento, limpieza corporal, etc., se realiza desde el ocaso hasta el anochecer del día siguiente.
Los sacrificios religiosos están acompañados de oraciones y ceremonias con el fin de homenajear a Dios, pedir perdón y agradecer los dones recibidos.
Una de las primeras civilizaciones fue la Mesopotamia antigua, que limitaba al norte con montañas, al suroeste con los desiertos de Arabia y Siria, y al este con la meseta de Irán. Su nombre significa “tierra entre los ríos” por estar ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates.
La ciudad y los inventos
El desarrollo de Mesopotamia trajo nuevos inventos que fueron heredados por otras civilizaciones, los inventores más grandes fueron los sumerios. A ellos les debemos la escritura cuneiforme y el desarrollo del arado. Este avance en la agricultura permitió utilizar el ganado como fuerza de arrastre, lo que ayuda a trabajar grandes extensiones de terreno en poco tiempo.
Organización social y política
La ciudad se organizaba en dos grandes grupos: los poderosos y los débiles. El primero estaba compuesto por los sacerdotes que gobernaban la ciudad, poseían las tierras, organizaban el ejército y se encargaban de la justicia. Entre ellos había uno que era el rey. En este grupo también se encontraban los escribas, que eran aquellos ciudadanos privilegiados que sabían leer y escribir.
En el grupo de los más débiles se encontraban los campesinos, pastores, artesanos y soldados, quienes trabajaban para el rey y conformaban la mayoría de la población. Además se encontraban los esclavos que eran prisioneros de guerra o personas con deudas.
Religión
La religión en esta civilización atravesó por varias etapas, en cada una de ellas se adoraron diferentes dioses. En el año 4000 a. C. los fenómenos de la naturaleza eran considerados divinidades y su culto estaba dirigido a la fertilidad.
Alrededor del año 3000 a. C., los dioses poseían forma humana, parecían hombres y todos eran adorados por igual. No existía uno mayor a otro. A partir del año 2000 a. C. la religión tuvo un cambio, aparecieron conceptos como el perdón y el pecado, y entre los dioses había uno superior a todos. En este período se construyeron templos donde se ofrecían sacrificios a los dioses.
Dioses
El principal dios era An, considerado dios del cielo. La diosa de la tierra era Ki, Enlil era el dios del aire y Enkie el dios del agua.
Actividades económicas
Principalmente se desarrollaron cuatro sectores de la economía: la agricultura, que con la abundancia de agua se vio favorecida, la ganadería, la artesanía y el comercio fundamentaron la ciudad, especialmente al complementar la agricultura.
Si descubres que el pueblo hebreo fue uno de los primeros en Oriente Medio en creer en un solo Dios, ¿te sorprenderías? Pues sí, y no sólo eso, también fue la cuna de tres de las principales religiones del mundo: judaísmo, cristianismo e islamismo. Varios sucesos y personajes de la religión hebrea han sido representados en películas, pinturas y otras expresiones artísticas.
El pueblo hebreo
Los hebreos se establecieron en Mesopotamia alrededor del año 616 a. C. Son los ancestros de los judíos y los israelitas. Eran nómadas, vivían en tiendas y se encargaban de rebaños de cabras, ovejas, asnos. Sus comunidades cambiaron totalmente con el nacimiento del patriarca Abraham, quien los condujo a una tierra prometida por su Dios, donde encontrarían tierras fértiles para vivir y establecerse.
Patriarcas: padres en la fe
La religión hebrea sigue los pasos y las leyes de sus patriarcas. El primero de ellos fue el patriarca Abraham, es considerado el primer hebreo. A los 75 años oyó la voz de Dios que le ordenaba dejar la tierra de Ur y dirigirse a la tierra prometida (Canaán), además de prometerle una gran descendencia y ser considerado “Padre de las naciones”. Con su esposa Sara tuvo a su hijo Isaac, con su esclava Agar, tuvo a Ismael. La descendencia de estos hijos dio origen a las diferencias entre judíos (hijos de Isaac) y árabes (hijos de Ismael).
Monoteísmo
La religión hebrea se basa en el monoteísmo, es decir, la creencia en la existencia de un solo Dios. Ésta es una de las características principales de la religión hebrea, porque los pueblos vecinos y otras culturas adoraban a diferentes dioses, y construían imágenes para sus templos y ritos.
Los hebreos hablaban de un solo Dios que no se debe representar en imágenes y que cuida de la creación.
Pueblo elegido
El pueblo hebreo cree que Dios los ha escogido entre todos los pueblos de la Tierra para que dé a conocer la voluntad de su Dios a toda la humanidad. Para esto, su Dios hace la promesa a Abraham de hacer de sus hijos una nación grande. Esta promesa queda representada en la circuncisión de los varones, como señal de ser del pueblo escogido.
Moisés y Egipto
Las tierras de los hebreos en Canaán sufrieron de sequía, por lo que tuvieron que emigrar a Egipto, donde quedaron esclavizados por un faraón. Moisés, que significa “salvado de las aguas”, fue el patriarca escogido por Dios para liberar al pueblo hebreo de las manos del faraón.
Cuenta la historia que el faraón ordenó matar a todos los varones hebreos. La madre de Moisés lo salvó al colocarlo en una canasta en el río. La hija del faraón encontró la canasta y adoptó a Moisés. Al crecer, Moisés debió huir de Egipto por haber asesinado a un capataz que maltrataba a un hebreo
Cuando Moisés fue adulto, Dios se le apareció en forma de un árbol (zarza) que ardía en fuego pero no se consumía. Moisés recibió la misión de liberar a los hebreos, entonces fue ante el faraón para exigirle dejar ir a su pueblo, el faraón no escuchó a Moisés. Para probar al faraón su poder, Dios envió 10 plagas sobre Egipto. Luego de estas plagas, el faraón dio la orden de dejar en libertad a los hebreos. Moisés guió a los hebreos por el desierto, al atravesar el mar Rojo.
La ley
La alianza que Dios hizo con los hebreos tiene una ley. Esta ley toma en cuenta el comportamiento de las personas al trabajar, rezar y estar en casa. Además, marca cómo debe relacionarse el hombre con Dios y con su pueblo.
Estas leyes se resumen en los 10 mandamientos que fueron dados por Dios a Moisés:
No tendrás a otro Dios que a mí.
No harás imágenes de lo que hay en el cielo, en la Tierra, ni en las aguas, ni debajo de la tierra.
El término “parto respetado” o “parto humanizado” hace referencia a una modalidad de atención del parto caracterizada por el respeto a los derechos de los padres y los niños y niñas en el momento del nacimiento. Es decir en consonancia con las necesidades y deseos de la familia que va a dar a luz.
Cuando se habla de parto humanizado, se habla de generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.
¿Cuáles son esos derechos?
La Ley de Parto Humanizado Nº 25.929, promueve que se respete a la familia en sus particularidades –raza, religión, nacionalidad- y que se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas.
La madre tiene derecho:
A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las alternativas distintas si es que existen.
A ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
Al un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.
A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
A elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.
Toda persona recién nacida tiene derecho:
A ser tratada en forma respetuosa y digna.
A su inequívoca identificación.
A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia.
A la internación conjunta con su madre en sala.
A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.
El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:
A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
A un consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice al niño o niña
A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida
A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.
Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina)