Gregoria Apaza fue una de las más importantes figuras indígenas femeninas dentro de los levantamientos indígenas que precedieron a la época de la guerra de la independencia. Esta líder se destaca en especial por su participación durante el histórico sitio de La Paz y la conquista de Sorata.
Junto a su cuñada Bartolina Sisa y su hermano Julián Apaza, también conocido como Túpac Katari y líder principal de la revolución en ese momento, Gregoria Apaza llevó a cabo el sitio de La Paz el 13 de marzo de 1781, donde comandaron a decenas de miles de combatientes de los pueblos aimara y quechua para invadir los límites de la ciudad y cortar toda comunicación con el exterior, lo que resultó en la muerte de muchos de los sitiados por el hambre y los enfrentamientos. Los líderes se instalaron en El Alto de La Paz para organizar desde allí la operación.
A mediados del período de 109 días que duró el primer cerco de La Paz, Gregoria marchó a Pampahasi bajo el cargo de general, donde se instaló y desde donde comandó la invasión a la localidad de Sorata. Para ello ideó una estrategia en donde utilizó un río del lugar para crear una represa, de manera que se formaran torrentes de agua que impactaran con fuerza sobre sus enemigos y provocaran una inundación. Gracias a ello y a la imbatible dirección de sus tropas, Gregoria conquistó Sorata con éxito.
Cabe destacar que fue durante este tiempo que la general inició una relación sentimental con Andrés Túpac Amaru, otro destacado líder indígena. Sin embargo, tras la conquista de Sorata, Andrés tuvo que partir a Azángano, por lo que la pareja tuvo que separar sus caminos por primera y última vez.
Mientras tanto, en La Paz, Túpac Katari había sido capturado el 17 de octubre por las tropas españolas del comandante José Reseguín. Al enterarse de esta noticia, Gregoria armó su ejército en Sorata y partió hacia la ciudad como refuerzo, solo para encontrar ella también la derrota. Así, Gregoria fue apresada por más de medio año hasta su ejecución en 1782.
¿Sabías qué?
El 5 de septiembre es reconocido como el Día Internacional de la Mujer Indígena. Se eligió esta fecha por ser la misma en la que fueron ejecutadas Gregoria Apaza y su cuñada Bartolina Sisa, las dos principales representantes femeninas de la comunidad, distinguidas por su valor y su papel en la historia.
En la segunda mitad del siglo XVIII iniciaron lo que serían las primeras insurrecciones suramericanas en tierras bolivianas contra la administración de la Corona española a manos de los pueblos originarios del lugar. Estos levantamientos fueron iniciados por Tomás Katari, uno de sus más importantes líderes.
Antecedentes
El mestizo Blas Bernal había cometido varios abusos en contra de la comunidad indígena de Chayanta en 1777, como robos en la recaudación de sus impuestos y la apropiación del título de cacique que, por derecho, le pertenecía a Tomás Katari. Este último y su compañero Tomás Achu partieron hacia Buenos Aires para denunciar estos abusos con el virrey del virreinato del Río de la Plata, Juan José Vértiz. Este atendió a sus quejas y les prometió que investigaría el caso, por lo que Katari regresó satisfecho a su hogar.
¿Sabías qué?
Durante los años que precedieron a los levantamientos indígenas, los españoles le habían prohibido a estos montar a caballo. Es por esto que Katari y Achu se vieron obligados a realizar su trayecto desde Chayanta a Buenos Aires a pie, motivo por el que el viaje que duró varios meses.
El levantamiento
Al regreso de Katari y Achu en 1779, comenzó una nueva serie de altercados contra el corregidor de Chayanta y amigo de Bernal, Joaquín de Alós, quien encarceló a Katari en varias ocasiones y se negó a devolverle sus derechos, momentos donde el líder indígena logró salir de su arresto gracias a la turba enfurecida de sus seguidores que, equipados con palos y herramientas, demandaban su libertad. Así, Katari continuó con sus demandas, dentro de las cuales incluyó una reducción de los impuestos y el cese de las mitas, nombre que recibían los trabajos forzosos que su pueblo era obligado a realizar.
El episodio más violento y decisivo de las disputas ocurrió durante el último encarcelamiento de Katari, donde Alós, acompañado por un gran ejército, le disparó a Tomás Achu. El pueblo, enfurecido, asesinó a todos los soldados españoles y exigió la libertad de Katari a cambio de la vida y la posición política de Alós, quien se vio obligado a renunciar y huir.
La Audiencia de Charcas otorgó la libertad y reconoció el cargo de Katari, pero a la vez anunció una recompensa por su captura. Esto se efectuó en enero de 1781, donde un grupo de milicianos españoles lograron capturar al líder indígena y lo ataron de pies y manos para lanzarlos por un precipicio en Chataquilla. La noticia de su muerte se extendió por toda la comunidad, y otros líderes lograron continuar con la rebelión por varios meses más.
En 1809, cuando se instauró la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito, el recién nombrado ministro de Gracia y Justicia Manuel Rodríguez de Quiroga redactó un comunicado que expresaba los motivos del movimiento y las razones por las que los pueblos cercanos debían solidarizarse con la causa. Si bien esta Junta no duró mucho tiempo, el texto forma parte del archivo histórico que fundamenta la independencia del Ecuador.
la proclama
Pueblos de la América:
La sacrosanta ley de Jesucristo y el imperio de Fernando VII perseguido y desterrado de la península, han fijado su augusta mansión en Quito. Bajo el Ecuador han erigido un baluarte inexpugnable contra las infernales empresas de la opresión y la herejía. En este dichoso suelo, donde en dulce unión hay confraternidad, tienen ya su trono la paz y la justicia: no resuenan más que los tiernos y sagrados nombres de Dios, el rey y la patria. ¿Quién será tan vil y tan infame que no exhale el último aliento de la vida, derrame toda la sangre que corre en sus venas y muera cubierto de gloria por tan preciosos e inexplicables objetos? Si hay alguno, levante la voz, y la execración general será su castigo: no es hombre, deje la sociedad y vaya a vivir con las fieras. En este fértil clima, en esta tierra regada antes de lágrimas y sembrada de aflicción y dolores, se halla ya concentrada la felicidad pública. Dios en su santa Iglesia y el Rey en el sabio gobierno que le representa, son los solos dueños que exigen nuestro debido homenaje y respeto. El primero manda que nos amemos como hermanos, y el segundo anhela por hacernos felices en la sociedad en que vivimos. Lo seremos, paisanos y hermanos nuestros, pues la equidad y la justicia presiden nuestros consejos. Lejos ya los temores de un yugo opresor que nos amenazaba el sanguinario tirano de Europa. Lejos los recelos de las funestas consecuencias que traen consigo la anarquía y las sangrientas empresas de la ambición que acecha la ocasión oportuna de coger su presa. El orden reina, se ha precavido el riesgo y se han echado por el voto uniforme del pueblo los inmóviles fundamentos de la seguridad pública. Las leyes reasumen su antiguo imperio; la razón afianza su dignidad y su poder irresistibles; y los augustos derechos del hombre ya no quedan expuestos al consejo de las pasiones ni al imperioso mandato del poder arbitrario. En una palabra, desapareció el despotismo y ha bajado de los cielos a ocupar su lugar la justicia. A la sombra de los laureles de la paz, tranquilo el ciudadano dormirá en los brazos del gobierno que vela por su conservación civil y política. Al despertarse alabará la luz que le alumbra y bendecirá a la Providencia que le da de comer aquel día, cuando fueron tantos los que pasó en la necesidad y en la miseria. Tales son las bendiciones y felicidades de un gobierno nacional. ¿Quién será capaz de censurar sus providencias y caminos? Que el enemigo devastador de la Europa cubra de sangre sus injustas conquistas, que llene de cadáveres y destrozos humanos los campos del antiguo mundo, que lleve la muerte y las furias delante de sus legiones infernales para saciar su ambición y extender los términos del odioso imperio que ha establecido: tranquilo y sosegado, Quito insulta y desprecia su poder usurpado. Que pase los mares, si fuese capaz de tanto: aquí le espera un pueblo lleno de religión, de valor y de energía. ¿Quién será capaz de resistir a estas armas? Pueblos del continente americano, favoreced nuestros santos designios, reunid vuestros esfuerzos al espíritu que nos inspira y nos inflama. Seamos unos, seamos felices y dichosos, y conspiremos unánimemente al individuo objeto de morir por Dios, por el Rey y la patria. Esta es nuestra divisa, esta será también la gloriosa herencia que dejemos a nuestra posteridad.
Fuente: Romero, José Luis y Romero, Luis Alberto (1977). Pensamiento político de la emancipación (1790-1825) Tomo I. Biblioteca Ayacucho.
Las desigualdades son un obstáculo para el desarrollo de un país, tanto a nivel social, como económico y político. En Guatemala, esta desigualdad afecta principalmente a los pueblos indígenas y a las poblaciones rurales. El marco legal que lucha contra esta discriminación se muestra a continuación.
DECRETO NÚMERO 81-2002
En el año 2002, el Congreso de la República de Guatemala decretó la Ley de Promoción Educativa Contra la Discriminación, esto de conformidad con el artículo 66 y 71 de la Constitución de la República que indican que “el Estado de Guatemala reconoce, respeta y promueve la forma de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización y lenguas o dialectos de los diversos grupos étnicos” y que “es obligación del Estado de Guatemala el proporcionar y facilitar la educación a sus habitantes sin discriminación alguna”.
Asimismo, este decreto se enmarcó en la Convención Relativa a la Lucha contra la Discriminación en la Esfera de la Enseñanza aprobada por la Conferencia General de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial; y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; todas aprobadas por el Presidente de la República de Guatemala.
En su primer artículo, se establece que “los ministerios de Educación y de Cultura y Deportes promoverán y difundirán, el respeto y la tolerancia hacia la Nación guatemalteca que es pluricultural, multilingüe y multiétnica. Asimismo promoverán y difundirán programas tendientes hacia la eliminación de la discriminación étnica o racial, de género y toda forma de discriminación, con el objeto de que todos los guatemaltecos vivamos en armonía”.
ACUERDO GUBERNATIVO 390-2002
Este acuerdo crea la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas en Guatemala. En su primer artículo se fija que esta comisión “tendrá a su cargo la formulación de políticas públicas que tiendan a erradicar la discriminación”.
Dentro de sus funciones, se establece que “deben asesorar y acompañar a las distintas instituciones y funcionarios del Estado, así como a la de instituciones privadas, para desarrollar mecanismos efectivos en el combate a la discriminación y el racismo que se da contra los pueblos indígenas en Guatemala”.
También deben “formular políticas públicas que garanticen la no discriminación y el racismo contra los indígenas y dar seguimiento a su ejecución”, “monitorear las políticas de las instituciones privadas y sugerir criterios a adoptar para afrontar positivamente el problema de la discriminación” y “llevar registro de denuncias de casos de racismo y discriminación, y canalizarlos a las instituciones competentes”.
ACUERDO GUBERNATIVO 143-2014
Este acuerdo estuvo enmarcado en la Constitución de la República, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Ley del Organismo Ejecutivo. Aprueba la Política Pública para la Convivencia y la Eliminación del Racismo y la Discriminación Racial, la cual está bajo la responsabilidad de la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas en Guatemala (CODISRA).
Su artículo 3 establece la obligatoriedad que tienen todas las instituciones públicas que tengan atribuciones y funciones relacionadas con la política pública aprobada a cumplir con la misma, para este efecto se deberán coordinar sus acciones con la CODISRA.
PUNTO RESOLUTIVO 2-2012
El Congreso de la República de Guatemala, en consideración a la situación de vulnerabilidad que sufren millones de niñas en todo el mundo y en especial en Guatemala, donde muchas niñas han sufrido menosprecio por razón de su género y su edad, resolvió:
“Primero: manifestar y hacer público su apoyo incondicional y solidaridad a las niñas guatemaltecas que han padecido violencia o discriminación por el hecho de pertenecer al género femenino y por su edad.
Segundo: expresar que nuestro país se une a la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la cual se establece el día 11 de octubre como ‘Día Internacional de la Niña’, para poner en relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de las niñas, y prevenir y erradicar la doble discriminación –por género y edad- que sufren en la actualidad.
Tercero: hacer un llamado general a la tolerancia y en especial instar a las autoridades y organizaciones relacionadas con la niñez y la salud, para unirse y generar una campaña de información masiva, para que se divulgue por los distintos medios de comunicación e informen a toda la población guatemalteca sobre la necesidad de proteger y cuidar a las niñas, para evitar que sigan siendo marginadas y discriminadas en la familia y en la sociedad, y lograr que desde la niñez las mujeres se sientan respetadas, reconocidas y que sus contribuciones a la sociedad sean valoradas”.
Junto a los Andes centrales, en los actuales territorios de Perú, Bolivia y Ecuador, se desarrollaron diversas civilizaciones originarias que, a partir de los estudios arqueológicos llevados a cabo durante el siglo XX, se hicieron conocidas como civilizaciones andinas.
Estas civilizaciones surgieron al norte de la costa central sudamericana hacia el cuarto milenio a. C. a partir de las aldeas de pescadores y agricultores que se instalaron allí como parte de un largo proceso iniciado al finalizar la última glaciación de Wisconsin. Posteriormente, a partir del siglo II a. C. se circunscribieron al occidente peruano y boliviano, el Norte Chico de Chile y zona del Noroeste argentino, correspondientes a las sub áreas Central y Centro-Sur del Área Cultural Andina. En el siglo XV, el Tahuantinsuyo abarcaría un territorio mayor hacia el norte.
Características
En esta región se desarrollaron sociedades de gran complejidad política y cultural (como inca, moche, tiahuanaco, huari o nazca) entre el tercer milenio antes de Cristo y el año 1532, cuando se desata la Conquista del Perú.
La civilización andina fue una de las civilizaciones prístinas, es decir, que se originaron de forma autónoma a otras (como Mesopotamia en el Viejo Mundo y Mesoamérica en el Nuevo Mundo).
El desarrollo de la civilización andina se dio a través de un largo proceso cuyas etapas responden a secuencias que la arqueología muestra con claridad, tanto en sus espacios de asentamiento cuanto en sus épocas e influencias interregionales, y aunque en algunos casos —como consecuencias de la diversidad ambiental y la utilización de recursos ecológicos distintos— las culturas regionales se muestran con características más o menos diferentes, tienen en común mucho más de lo que se puede observar en la decoración de las vasijas o en las particularidades de la arquitectura; a un nivel antropológico, esas sociedades actuaron frente a su hábitat en la solución de sus necesidades y configuraron un original y unitario proceso de desarrollo social y político.
Ese proceso, desde la llegada de los primeros grupos de cazadores-recolectores a finales del Pleistoceno, hasta la conquista española, cubre alrededor de 12.000 años, y atravesó distintos estadios de evolución cultural definidos en términos antropológicos (sociedades igualitarias o segmentarias, sociedades de jefatura, Estados prístinos, Estados expansivos o de conquista, Imperios regionales), para culminar en el Imperio universal que representó para la región el Estado Inca.
Historia
Luego de un largo período de cazadores y recolectores (llamado Periodo Lítico) y de otra etapa donde se descubren gradualmente la ganadería y la agricultura (Arcaico Temprano y Medio) aparece una etapa donde las aldeas se organizan admirablemente hasta construir templos y plazas. Lo que parecen ser una multitud de pequeños Estados teocráticos de sustento agrícola, comparten entre sí algunas características comunes, como tener objetos rituales donde se representan seres humanos con rasgos de felino o serpiente, o construcciones similares (pirámides en U, plazas circulares hundidas etc.). La definición más amplia denomina a esta etapa Formativo.
¿Sabías qué...?
Cuzco fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1983.
La etapa más detallada se distingue entre el llamado Arcaico Tardío, el Período Inicial (“inicial” porque es cuando aparece la cerámica, objeto fundamental para la cronología arqueológica andina) y el Horizonte Temprano (1200 a. C. – 200 a. C., que se refiere a un momento donde gran parte de los Andes está incluida por la misma cultura). Otros autores fusionan algunas características para hablar de un Horizonte Formativo, una etapa en donde, en un territorio muy amplio de los Andes centrales, se dan las mismas características culturales, influidas por templos como Chavín de Huántar.
Luego de ello sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o “Período de las culturas regionales” (Lumbreras) las más usadas. Como el arte de esta etapa es de altísima calidad se le ha llamado también Periodo Clásico.
Después de la regionalización se produce un nuevo período de integración cultural que se extiende entre los años 600 y 1100. Se supone, promovido por dos Estados: el Imperio Wari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Wari. En otras cronologías es la última etapa del Período Clásico.
En el siguiente período (1100-1532) los procesos anteriores se repiten, por lo que es llamado Período Posclásico. Así, en una primera etapa (1100-1450) parte de la influencia de la cultura dominante decae y resurgen las tradiciones regionales nuevamente con diferencias culturales muy marcadas. En general las zonas altoandinas sufren una ruralización y las de la costa se vuelven más sofisticadas, pero si algo comparten la mayoría de estas sociedades es su militarismo. Se le llama a esta etapa Intermedio Tardío o Período de los Estados Regionales entre otros. Finalmente una nueva y brevísima integración regional (1450-1532) dirigida por unos de esos Estados (el de los incas) da origen a una etapa conocida como Horizonte Tardío.
Rasgos comunes
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la “Co-tradición peruana” como rasgos culturales comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Todos usaron el palo de cavar, el destripaterrones y la taclla (arado de pie andino).
Uso de grandes y complejos sistemas de irrigación.
Uso intensivo de andenes en las regiones montañosas.
Uso de las mismas técnicas de deshidratación y almacenaje de alimentos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura, turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un “vocabulario común” que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Origen de la civilización andina
Al respecto existen tres teorías: la de Max Uhle (Teoría Inmigracionista: difusionista), la de Julio C. Tello y Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y la de Federico Kauffmann Doig (teoría aloctonista o difusionista).
Estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la ciudad-estado de Caral, en el valle de Supe, provincia de Barranca, al norte de Lima, la cual evidentemente es mucho más antigua que la civilización Chavin.
La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944), sostuvo que fue en la costa. Proto Chimú y Proto Nazca, habrían sido los primeros centros de alta cultura, “derivados de la cultura maya”. De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa “existían primitivos pescadores”.
La teoría autoctonista (evolucionista) de Julio C. Tello (1880–1947), sostenía que Chavín de Huántar, fue la alta cultura andina más antigua, con iniciadores que provenían de la selva amazónica peruana. Después de un desarrollo local, dicha cultura se dispersó hacia otros lugares como Sechín, Moxeke, Cupisnique, Paracas, etc. Rafael Larco Hoyle (1901–1966), fue otro autoctonista. Creía que la alta cultura andina se originó en la costa, en Cupisnique o valle de Nepeña (región La Libertad). Desde allí se habría difundido a la sierra “portando el felínico”.
La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928), sostiene que la primera cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5.000 años.
Según la arqueología estadounidense, “formativo”, es sinónimo de Neolítico o “alta cultura”. Para que una cultura llegue al “formativo”, debe haber tenido un desarrollo sostenido, desde los inicios de la revolución agrícola hasta que las comunidades aldeanas entran en crisis, por su complejidad, en su avance hacia un control administrativo central y estatista. En este quehacer, muchas veces se sucedieron guerras o luchas entre civilizaciones, que terminaron por tomar una de otras, algunos elementos que les servían e incorporarlas a su bagaje cultural; en otros casos fue un desarrollo individual, sin injerencia externa. Así las cosas, no se descarta influencia, por ejemplo en la cerámica, de culturas colombianas o centroamericanas.
¿Sabías qué...?
Los quechuas llegaban a Machu Picchu a través del Camino del Inca.
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser tomados como propios, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-Bolivia).
Hoy en día, la migración interna e internacional de los pueblos indígenas es un tema inevitable para cualquier grupo académico, gubernamental o de defensa.
Entre los grupos de migrantes indígenas más famosos están los mayas de Guatemala que huyeron de su país durante la guerra civil en América Central y se han establecido desde entonces en América del Norte, y los Otavalos del Ecuador, que emigraron a Colombia, Chile, Argentina y Brasil para buscar mejores oportunidades económicas.
Definición de pueblos indígenas
Las comunidades, pueblos y naciones indígenas son aquellas que, aunque tienen una continuidad histórica con sociedades pre-invasoras y pre-coloniales que se desarrollaron en sus territorios, se consideran distintas de otros sectores de las sociedades que prevalecen en esos territorios. Forman en la actualidad sectores no dominantes de la sociedad y están decididos a preservar, desarrollar y transmitir a las generaciones futuras sus territorios ancestrales y su identidad étnica, como base de su prolongación como pueblos, de acuerdo con sus propios patrones culturales, instituciones sociales y sistemas legales.
¿Sabías qué...?
En el 2009 el Foro Permanente para los Asuntos Indígenas de las Naciones Unidas informó que había más de 370 millones de indígenas en unos 90 países de todo el mundo.
Características de los migrantes indígenas
Es difícil hacer generalizaciones sobre los migrantes indígenas, ya que provienen de tantos lugares y tienen diferentes niveles de reconocimiento en sus países de origen. Mientras que la mayoría son hombres, un número creciente de mujeres ha comenzado a emigrar por su cuenta para unirse a sus maridos, hermanos y padres.
Cada vez son más los grupos indígenas migran para buscar mejores oportunidades económicas, aunque la persecución sigue para muchos. Un nuevo factor que afecta el movimiento de los grupos indígenas fuera de sus tierras tradicionales es la degradación ambiental, que por una parte ha estado relacionado con el cambio climático.
Migración interna
La migración de las zonas rurales a las zonas urbanas, que a menudo conduce a la migración internacional, es una característica común de los migrantes indígenas. Estos movimientos normalmente siguen dos caminos: desplazamiento de sus tierras y migración económica a regiones más desarrolladas dentro del país de origen.
En las Américas, la migración indígena hacia las ciudades se inició en la década de 1950, ya que en su mayoría los hombres abandonaron el hogar en busca de trabajo. A finales de la década de 1990, las mujeres indígenas de América y Asia habían comenzado a unirse al flujo, a menudo eran empleadas domésticas.
Migración Internacional
Una vez que los pueblos indígenas se han mudado dentro de su país de origen, muchos comienzan a emigrar al extranjero. Sus caminos incluyen participar en programas de trabajadores temporales, ingresar ilegalmente a un país u obtener el estatuto de refugiado.
En América Latina, Otavalos y Quechuas de Ecuador y Perú han emigrado en la región andina, entre Perú, Bolivia y Ecuador, para buscar mejores oportunidades económicas. También se han establecido en Italia y España, donde llegan como turistas pero trabajan sin documentos desde principios de los años noventa.
Mantener lazos
Al igual que muchos migrantes, los pueblos indígenas mantienen fuertes vínculos con sus comunidades de origen una vez que se trasladan al extranjero. Estos vínculos sirven para muchos propósitos, que incluyen la producción de recursos culturales para fortalecer las culturas indígenas, la membresía y el mantenimiento de las costumbres.
En el caso de los pueblos indígenas perseguidos, algunos grupos han buscado refugio de la reubicación forzada, campañas políticas y esfuerzos para destruir sus culturas y poblaciones. Casos bien documentados incluyen a los mayas de Guatemala que huyeron durante la guerra civil de los años ochenta en ese país y se establecieron en el sur de México, en California y en Florida.
México
El territorio de México moderno era el hogar de numerosas civilizaciones indígenas antes de la llegada de los conquistadores europeos; los Olmecas, los Zapotecos y los Mixtecos, que dominaban las montañas de Oaxaca y el istmo de Tehuantepec, los Mayas en Yucatán y los Aztecas que, desde su capital central en Tenochtitlan, dominaban gran parte del centro y sur del país.
Guatemala
Muchos de los pueblos indígenas de Guatemala son de herencia maya. Otros grupos son Xinca y Garífuna.
Nicaragua
Los Misquitos son nativos americanos en Centroamérica. Su territorio se expande desde Cabo Cameron, Honduras, hasta Río Grande, Nicaragua, a lo largo de la costa Misquito.
A lo largo de los siglos los Misquitos se han casado con esclavos escapados que han buscado refugio en comunidades misquitas. La sociedad misquita tradicional estaba altamente estructurada, con una estructura política definida. Había un rey pero no tenía poder total.
Argentina
Los primeros indicios de presencia humana en la Argentina se encuentran en la Patagonia y datan de 11.000 a. C. En 1480, el Imperio Inca bajo el imperio del emperador Pachacutec lanzó una ofensiva y conquistó el actual noroeste argentino, integrándolo en una región llamada Collasuyu. Las zonas central y meridional, la Pampa y la Patagonia, estaban dominadas por las culturas nómadas, unificadas en el siglo XVII por los mapuches.
Bolivia
La cultura de Tiwanakan se desarrolló en el extremo meridional del lago Titicaca. Esta cultura, centrada alrededor y nombrada para la gran ciudad de Tiwanaku, desarrolló técnicas arquitectónicas y agrícolas avanzadas. Los Moxos en las tierras bajas orientales y los Mollos, al norte de la actual ciudad de La Paz, Bolivia, también desarrollaron sociedades agrícolas avanzadas que se habían disipado en el siglo XIII.
El colapso de la influencia de Tiwanakan resultó en el surgimiento de los Aymaras, un pueblo beligerante que vivía en pueblos fortificados, tenían una capacidad extraordinaria para adaptarse a las condiciones climáticas únicas de la región.
Brasil
Los registros de fósiles encontrados en Minas Gerais muestran evidencia de que el área ahora llamada Brasil ha estado habitada por poblaciones indígenas, durante al menos 8.000 años. Los restos arqueológicos indican un patrón complejo de acontecimientos culturales regionales y de migraciones internas.
Cuando llegaron los primeros exploradores europeos, todas las partes del territorio estaban habitadas por tribus indígenas semi-nómadas, que subsistían en una combinación de caza, pesca, recolección y agricultura.
Colombia
Hoy en día, los pueblos indígenas de Colombia abarcan al menos 85 culturas distintas y más de 1.378.884 personas.
Uno de ellos es la cultura muisca, un subconjunto del grupo étnico Chibcha más grande, famoso por su uso del oro, que llevó a la leyenda de El Dorado. En el momento de la conquista española, los Chibchas eran la civilización indígena más grande entre los incas y los aztecas.
Los dos principales grupos lingüísticos que dominaron el territorio ahora conocido como Colombia durante el período precolombino fueron los Caribes y los Chibchas.
Perú
La mayoría de los peruanos son indígenas o mestizos, de ascendencia mixta indígena, africana, europea y asiática. Perú tiene la población indígena más grande de América del Sur y sus tradiciones y costumbres han dado forma a la manera en que los peruanos viven y se ven hoy en día.
Los pueblos indígenas amazónicos, como Urarina, Bora, Matsés, Ticuna, Yagua, Shipibo y Aguaruna, desarrollaron complejos sistemas chamánicos de creencias antes de la Conquista Europea del Nuevo Mundo.
A pesar de que el Perú declaró oficialmente su carácter multiétnico y reconoce al menos seis docenas de dialectos, que incluyen el quechua, el aymara y el hegemónico español, la discriminación y el peligro del lenguaje desafían a los pueblos indígenas en este país.
Los recursos naturales de nuestro planeta constituyen la base del sustento, la cultura y la identidad de los pueblos indígenas; muchos de ellos viven en áreas ricas en recursos vivos y no vivos, que incluyen bosques con abundante biodiversidad, agua y minerales.
Hoy en día, la supervivencia e integridad de estos pueblos requiere el reconocimiento de sus derechos a los recursos encontrados en sus tierras.
Demanda mundial de recursos naturales
Por la actual globalización económica, en el último cuarto de siglo se ha generado una búsqueda a gran escala de combustibles fósiles y recursos minerales por parte de las empresas mineras, pero estos son cada vez más escasos. Esta búsqueda ha llevado a la industria extractiva a regiones cada vez más vulnerables y remotas del planeta, donde predominan los grupos indígenas.
La creciente demanda mundial de productos básicos que se extraen de los recursos naturales, junto con años de precios históricamente altos, particularmente a partir del 2000, han generado decenas de proyectos extractivos.
Los proyectos de mega minería son muy intensivos, el costo de extracción es enorme y puede tomar muchos años en obtener rendimientos significativos de la inversión.
¿Sabías qué...?
Se estima que el 85 % de las áreas protegidas designadas en América Central están habitadas por pueblos indígenas.
Para los gobiernos, el ingreso del sector extractivo contribuye significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) en los países en desarrollo. Los ingresos extractivos pueden utilizarse para financiar programas sociales de educación y alivio de la pobreza, como sucede en Brasil y Venezuela. Pero lamentablemente, a menudo también fomentan la corrupción, el conflicto y en el caso de los pueblos indígenas, un lento “genocidio cultural”.
Explotación a nivel mundial
En regiones como América Latina, los problemas que enfrentan las comunidades aborígenes están centrados en la minería y la tala; por ejemplo, en América del Norte la minería de alquitranes, en el Ártico hubo conflictos sobre parques eólicos y minería de hierro, mientras que en África se destinaron miles de hectáreas de tierra para corporaciones o gobiernos extranjeros.
Gran parte de los pueblos indígenas viven en Asia
La Fundación del Pacto de los Pueblos Indígenas de Asia, AIPP por sus siglas en inglés, señaló que dos tercios de los 370 millones de pueblos indígenas autoidentificados en el mundo viven en Asia y esas personas se encuentran actualmente marginadas y subordinadas económica, política y culturalmente.
Según el informe emitido, la causa de esta situación en la región está relacionada con la militarización, el saqueo de recursos, la reubicación forzada, el genocidio cultural y la discriminación en la vida cotidiana de los indígenas.
Como medida para mitigar esto, la AIPP llamó a los gobiernos de Asia a respetar la declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos.
Derechos y asuntos legales
Es seguro que los pueblos indígenas han sido reconocidos, pero lo que no escapa de la vista del mundo es que el reconocimiento legal no significa que se respeten los derechos, territorios, recursos y culturas de estos pueblos. Gobiernos, corporaciones, madereros, campesinos, ganaderos y muchos otros todavía codician sus tierras y recursos, además de que siempre encuentran las maneras de adquirirlos.
La emergencia toma la forma de desalojos de tierras, desplazamientos, violencia estatal y corporativa, y reubicaciones forzadas contra grupos indígenas. Tales conflictos en Centroamérica son frecuentes y violentos, pero rara vez se cubren en la prensa internacional.
Esta crisis sobre la tierra y los recursos naturales es lo que explica principalmente por qué los asuntos indígenas son también cuestiones ambientales y de desarrollo.
La jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos sobre el derecho de los pueblos indígenas a la propiedad comunal, ha incorporado explícitamente dentro del ámbito material de este derecho que los recursos naturales tradicionalmente utilizados por los pueblos indígenas y vinculados a sus culturas, incluidos los usos que son estrictamente materiales y otros usos de carácter espiritual o cultural, se deben respetar.
Conservación ambiental
Una cuestión de contención es la coincidencia y el conflicto entre las estrategias de conservación y los pueblos indígenas. El hecho de que las áreas habitadas por los pueblos indígenas a menudo también se consideren cruciales para la conservación ha sido foco de conflicto y debate.
A menudo se observa que los pueblos indígenas tienen una relación intuitiva con la naturaleza, una riqueza de conocimientos tradicionales y han utilizado las prácticas de manejo de recursos naturales durante siglos para preservar sus tierras.
Cultura Agrícola Avanzada
Los timotes y los cuicas, indígenas que poblaron los Andes venezolanos, emplearon métodos avanzados para vencer los obstáculos de la topografía del terreno. Para sus cultivos construyeron terrazas o andenes, técnica ideada por ellos con el fin de evitar la erosión y conservar la capa vegetal.
El papel de mayordomía de los pueblos indígenas apoya firmemente la posibilidad de colaboración con organizaciones de conservación para mantener la biodiversidad. Sin embargo, se ha sugerido que hay diferencias inherentes e irreconciliables en las agendas de los pueblos indígenas y los conservacionistas. Mientras que los primeros se preocupan principalmente por su bienestar económico y la protección de sus tierras para su propio uso, estos últimos quieren mantener la naturaleza intacta, en la que se priorizan las áreas protegidas y programas basados en la ciencia biológica y ecológica.
Los pueblos indígenas pueden contribuir significativamente al debate sobre la agricultura familiar gracias a su riqueza de conocimientos tradicionales, espiritualidad y comprensión de la gestión de los ecosistemas.
Los pueblos indígenas son un grupo muy diverso adaptado a vivir en muchos ambientes diferentes, pero siempre en estrecha relación con la naturaleza; comparten varios elementos claves en sus medios de subsistencia que los distinguen. Con respecto a sus sistemas alimentarios, éstos combinan la recolección, la caza y el cultivo.
El trabajo se realiza a través de la reciprocidad; la unidad productora es la comunidad o el clan y dependen de recursos comunales como bosques, lagos, ríos, tierras y pastos.
Importancia de la agricultura Indígena
Los agraristas han trabajado la tierra durante miles de años y encontraron soluciones naturales para hacer frente a condiciones adversas. Protegieron las semillas de las plantas, lo que aseguró una amplia variedad de cultivos disponibles, utilizaron plantas para repeler las plagas y emplearon métodos ecológicos para mejorar la calidad del suelo.
En el siglo XX, la agricultura comenzó a depender en gran medida de los “milagros” de la industria moderna, la incorporación de productos químicos, el monocultivo y otros métodos dañinos. Sin embargo, las comunidades indígenas de todo el mundo continuaron con sus métodos tradicionales y antiguos, y los transmitieron de generación en generación según las necesidades de la comunidad y las condiciones climáticas.
Descubrimiento de la antigua sabiduría indígena
En siglos pasados, la cultura de Tiahuanaco habitó una región en las montañas andinas cerca del lago Titicaca en Bolivia, en una elevación de más de 12.000 pies, donde utilizaron un sistema de riego avanzado que ayudó a alimentar a una población numerosa.
Las pistas de esta tecnología agrícola antigua fueron encontradas en la década de 1980 por un equipo de arqueólogos. Las más visibles fueron pequeñas ondulaciones encontradas a través de las llanuras, indicadores de un complejo sistema de canales, riego y drenaje.
¿Sabías qué...?
El conocimiento indígena es un recurso inmensamente valioso que proporciona a la humanidad ideas sobre cómo las comunidades han interactuado con su entorno cambiante.
A medida que los arqueólogos desenterraron este antiguo paisaje, creció la comprensión de su profundo significado agrícola.
Técnica waru waru para cultivar
Esta tecnología se basa en la modificación de la superficie del suelo para facilitar el movimiento y el almacenamiento del agua, y aumentar el contenido orgánico del suelo. Este sistema de riego para manejo del suelo se desarrolló por primera vez en el año 300 a. C., antes del surgimiento del Imperio Inca. Más tarde, fue abandonada tras el descubrimiento de tecnologías de riego más avanzadas. Sin embargo, en 1984 en Tiahuanaco, Bolivia y Puno, Perú, se restableció el sistema que se conoce en la región como Waru Warn, que es el nombre tradicional Quechua para esta técnica.
La técnica acuñada waru waru por los lugareños no sólo ha aumentado la productividad y la seguridad de los cultivos, sino que además, las pequeñas parcelas de tierra que utilizan las comunidades locales, no causan gran impacto al medio ambiente circundante.
Con la recuperación de esta técnica, los agricultores no sólo aseguran un futuro más próspero y saludable para sus hijos, sino que también proporcionan inspiración para que el resto del mundo redescubra la sabiduría de sus raíces indígenas.
Agricultura aborigen en América
La conexión entre cultura y tierra tiene como modelo la agricultura indígena a través de prácticas de cultivo de alimentos que se adaptan a ambientes específicos y que trabajan en contraposición con procesos naturales. Las prácticas agrícolas tradicionales de los nativos americanos ejemplifican esta relación.
En América del Norte, los pueblos indígenas combinaron el maíz, los frijoles y la calabaza para crear un policultivo que actualmente se conoce como “las tres hermanas”. En las regiones húmedas, los agricultores cultivaron estas mismas plantas en montículos elevados para mejorar el drenaje, mientras que en el árido oeste plantaron en jardines deprimidos y bordeados para capturar la lluvia.
A lo largo de las Américas, los agricultores indígenas combinaron cultivos intercalados y agroforestería para producir altos rendimientos de cultivos en pequeños espacios. Por ejemplo, en las regiones montañosas de los continentes los agricultores cultivan cafetales. Éstos son sombreados con varios pisos de árboles frutales altos que forman la capa superior, cafetales en la capa intermedia y las plantas más pequeñas como chiles, cebollinos y chayotes cerca del suelo.
A lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur, los agricultores indígenas utilizaron una gama de sofisticados sistemas hidráulicos para convertir una región geográfica climáticamente extrema en un paisaje productivo.
Conservación de la biodiversidad
El papel del conocimiento indígena en la preservación de la biodiversidad es esencial para el desarrollo humano; este conocimiento sobre los recursos fitogenéticos es una herramienta invaluable en la búsqueda de nuevas formas de conservar y utilizar estos recursos para beneficiar a las comunidades locales.
En las montañas construyeron miles de hectáreas de terrazas que redujeron la erosión, y en las mesetas excavaron jardines hundidos que redujeron el escurrimiento. En las tierras bajas propensas a inundaciones construyeron miles de plataformas elevadas con canales para mejorar el drenaje y proteger sus campos de las inundaciones repentinas. En los valles más secos de la costa construyeron campos hundidos para capturar el agua de lluvia.
En general, estas prácticas fueron sostenibles y perduraron durante miles de años hasta que fueron interrumpidas por conquistas y asentamientos coloniales. Mientras que los cultivos indígenas americanos se introdujeron en colonias y en todo el mundo, los métodos de producción de los agricultores indígenas fueron en su mayor parte evitados por las sociedades occidentales y colonizadoras durante más de 500 años.