La revolución rusa

La revolución rusa fue uno de los acontecimientos decisivos de la historia del siglo XX. De hecho, y tal como escribió el historiador Eric Hobsbawm, “la revolución fue universalmente reconocida como un suceso que conmocionó al mundo”, al punto que sigue siendo objeto de estudio y uno de los hechos más apasionadamente discutidos por la historia contemporánea. Inducida por la Primera Guerra Mundial, la revolución tuvo dos fases claramente separadas: la primera, en febrero de 1917, en la cual se consigue, tras la caída del régimen zarista, la proclamación de otro régimen de origen burgués y constitucional que no solucionaría los problemas del país. La segunda fase se da en octubre y en ella un partido marxista, el bolchevique, conquista el poder político; será la primera vez en la que triunfa una revolución comunista en todo un país.

Cartel que representa la Revolución Rusa.

EL IMPERIO ZARISTA

La autocracia zarista gobernaba un enorme país atrasado en el que la industrialización sólo había alcanzado a algunos núcleos urbanos. La ineficacia de esa monarquía se reflejaría cuando en 1905 el Imperio cae derrotado en la guerra contra Japón que pondría fin a la expansión rusa en Extremo Oriente. Ese mismo año, una revolución fallida sacudió los cimientos del régimen zarista y puso en evidencia la inestabilidad de las bases en las que se sustentaba.

A partir de ese momento, Rusia viviría importantes transformaciones económicas. Aunque los campesinos analfabetos seguían siendo mayoría, las reformas de Sergei Witte, ministro del zar Nicolás II, favorecieron una intensa industrialización urbana y el nacimiento de un proletariado pobre y combativo. Esta sociedad en transformación chocaba con una autocracia en la que el poder absoluto del Zar se sustentaba en la todopoderosa Ojrana, el cuerpo de la policía secreta del régimen desde finales del siglo XIX.

Por lo demás, diversos grupos clandestinos luchaban contra la monarquía rusa. Entre ellos, destacaba un pequeño grupo de marxistas revolucionarios dirigidos por Lenin (Vladimir Illich Uliánov): los bolcheviques, representaban una facción del Partido Socialdemócrata Ruso en el que confluía una visión radical del marxismo con la disciplina de una organización clandestina. Tras la derrota de la Revolución de 1905, los bolcheviques mantenían su estrategia por el establecimiento de una dictadura de obreros y campesinos demandando, en el plano organizativo, mantener las estructuras clandestinas del partido. Todo esto conduciría a la escisión de los mencheviques (miembros de la minoría), quienes pretendían tratar de formar un partido legal y abogar por una liquidación progresiva del zarismo hacia una revolución burguesa, en la que el tercer Estado compartiera el poder.

¿Sabías qué...?
Lenin sobrevivió a un intento de asesinato en agosto de 1918.
Batallón de soldados rusos en un entrenamiento durante la Primera Guerra Mundial.

En este contexto, el inicio de la Primera Guerra Mundial fue dañino para Rusia. Toda la economía se orientó en abastecer al frente, con lo cual las consecuencias pesaron sobre obreros y campesinos que vieron más recortados sus ingresos y, además, fueron movilizados para el frente. La situación del ejército ruso era lamentable, estaba mal abastecido y las comunicaciones impedían cualquier ataque serio al enemigo. La carestía llevaría así a una subida espectacular de los precios y a la congelación de los salarios, lo que aumentaría las protestas. De esta manera, en un país atrasado, el esfuerzo bélico y la escasez de alimentos y combustible derrumbarían la moral de guerra de la población; habría que añadir, además, el número de muertos que hacia finales de 1916, se estimaba en tres millones de rusos. Rusia se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para la agitación revolucionaria.

Al descontento social, se le unió la impopularidad del zar Nicolás II, que se había puesto personalmente al frente del ejército ruso y que era considerado por la población como el responsable máximo de la catástrofe de la guerra. En estas circunstancias, la oposición demócrata se vería obligada a pedir una monarquía constitucional; la situación sería tan desesperada que en 1917 estalla una revolución que acaba con el poder del zar.

Zar Nicolas II junto a su tropa.

EL PRIMER ACTO REVOLUCIONARIO: FEBRERO DE 1917

Antes de continuar se debe tener presente que las fechas utilizadas a lo largo de este artículo están basadas en el calendario ortodoxo, que lleva 13 días de retraso con respecto al calendario occidental. En marzo de 1917 (febrero en el calendario juliano), las protestas espontáneas de la población de Petrogrado (San Petersburgo), derivaron en una insurrección revolucionaria iniciada con una huelga de metalúrgicos y obreros textiles. Estos movimientos de protesta aumentarían considerablemente día a día, a lo que el zar no le da importancia; no es consciente de que en caso de una sublevación, las tropas con las que contaba en San Petersburgo eran de reciente reclutamiento, por lo tanto, de dudosa fidelidad. Los días 26 y 27 de febrero serían claves: tras días de movilizaciones, el zar movilizó la guarnición militar de la ciudad para sofocar la rebelión. Los soldados resistieron las primeras tentativas de confraternización y mataron a muchos manifestantes. Sin embargo, durante la noche, parte de la compañía se sumaría progresivamente a los insurgentes, que pudieron de esta forma armarse mejor. Todos los regimientos de la guarnición de Petrogrado se unirían a la revuelta. Fue el triunfo de la revolución. Bajo la presión del Estado Mayor, el zar Nicolás II abdicó el 2 de marzo.

Rebeldes durante la Revolución Rusa

En pocos días la autocracia zarista se derrumbó. Dos poderes contrapuestos: el gobierno provisional liberal burgués y los soviets de obreros y soldados pugnarían por el poder en los meses posteriores. La tragedia de la guerra mundial seguía golpeando al pueblo ruso. Tres acontecimientos marcarían el fin del zarismo:

• La negativa de los diputados de disolver el parlamento y la conformación de un Comité provisional de la Duma Estatal, formado por los partidos burgueses liberales del Bloque Progresista, encargado de convocar elecciones a una Asamblea Constituyente y tratar de restablecer el orden.

• La constitución del Soviet de Petrogrado de Diputados Obreros y Soldados, usualmente llamado Soviet de Petrogrado, establecido como representante de los trabajadores de la ciudad y de los soldados de la guarnición de la capital, controlado por los partidos obreros (mencheviques, bolcheviques y socialistas revolucionarios).

• El rechazo al trono de Miguel Romanov, Gran Duque de Rusia y hermano del zar, quien detentaba los derechos sucesorios. La dinastía Romanov llegaría a su fin y se proclamaba la República.

LOS INICIOS DEL GOBIERNO PROVISIONAL

El periodo posterior a la abdicación del zar fue entusiasta, pero de confusión. Ante el vacío de poder, el gobierno provisional sucedió al zarismo rápidamente, mientras que la revolución ganaba profundidad y la masa de trabajadores y campesinos se politizaba. Durante ese tiempo Rusia viviría una situación en la cual se vería inmersa en una “dualidad de poderes”. Dos instituciones pugnarían por dominar una situación caótica marcada por la guerra, la crisis económica y el derrumbamiento de las instituciones políticas. Por un lado, el Gobierno provisional controlado por los liberales moderados del Partido Democrático Constitucional (KD o Kadete). Encabezado por Mijaíl Rodzianko, un ex oficial del zar, monárquico y rico terrateniente, desde el 15 de marzo su dirección fue tomada por Georgi Lvov, un liberal progresista. Este gobierno establecería las libertades políticas, pero decidió esperar a que la Asamblea Constituyente que debía elegirse abordara las cuestiones de mayor importancia. Los soviets surgirían por toda Rusia, dominados por los mencheviques y los socialistas revolucionarios; aunque tenían gran apoyo popular, los mencheviques renunciarían a tomar el poder pues dudaban de la madurez rusa para emprender una revolución social radical.

El Gobierno provisional era un gobierno débil. Sus primeras medidas fueron decretar una amnistía política, la promesa de convocar una Asamblea constituyente y la intención de continuar la guerra; se vería desbordado tanto por los partidarios de restablecer el régimen zarista como por las masas populares, quienes veían insuficientes esas medidas y pedían, sobre todo, la firma de la paz. El Gobierno debía enfrentarse con pueblos que pedían una mayor autonomía o, incluso, la independencia. Los soviets irían adquiriendo cada vez mayor poder y controlarían todas las comunicaciones. En este clima político se produce el regreso del exilio de Lenin. Líder de los bolcheviques, hace públicas sus ideas en las llamadas Tesis de abril, afirmando que la burguesía ya no era capaz, en los países recientemente industrializados, de asumir el papel revolucionario que había desempeñado en el pasado. Consideraba que sólo se podría detener la guerra y asegurar las conquistas de la Revolución de Febrero dando todo el poder a los sóviets. Se negaba a prestar cualquier tipo de apoyo al Gobierno Provisional, demandó la confiscación de las tierras y su posterior redistribución entre los campesinos, el control obrero sobre las fábricas y la transición inmediata a una república de sóviets.

Entretanto, la guerra continuaba y los desastres que padecía el pueblo ruso minaron la fortaleza de las posturas más moderadas que virarían al extremismo. Hacia mediados de julio, los soldados, hartos la guerra, empezaron a desertar; el frente ruso fue desmoronándose. La situación también se agravaría debido a una espectacular subida de precios, lo que provocaría protestas obreras y un clima de gran tensión social. Los movimientos independentistas se extenderían por Polonia, Finlandia, el Cáucaso y Ucrania y gran parte de la alta burguesía se opondría a la aprobación de nuevos impuestos sobre la producción para financiar la guerra.

El 3 de julio se produce un levantamiento obrero por las derrotas en la ofensiva que el entonces Ministro de Guerra Aleksandr Kérenski manda en Galitzia. Éste sería duramente reprimido, en especial sobre los bolcheviques: muchos líderes, entre ellos Lenin, tuvieron que partir al exilio. Los regimientos de artilleros que habían apoyado la revolución se disolvieron, siendo enviados al frente en pequeños destacamentos, al tiempo que los obreros eran desarmados. Como consecuencia de este levantamiento, Giorgi Lvov es sustituido por Kérenski.

Lenin, durante la Revolución Rusa en 1917.

Kérenski subiría al poder el 17 de julio. Sin embargo, no tendría poder real debido a un gobierno cada vez más orientado a la izquierda y cada vez más necesitado de ceder ante el sóviet de Petrogrado. De hecho, debió soportar el Golpe de Estado organizado por el general Lavr Kornílov, quien intentaría restaurar el régimen zarista. Para sofocar el alzamiento militar, Kérenski solicitaría la ayuda de todos los partidos revolucionarios, aceptando la liberación y el rearme de los bolcheviques. Con ello perdería el apoyo de la derecha, que no le perdonó el haber sofocado el intento de golpe; tampoco obtendría apoyo desde la izquierda, que lo consideraría demasiado indulgente en cuanto a las represalias hacia los cómplices de Kornílov; mucho menos tendría el apoyo de la extrema izquierda bolchevique. Kerenski, solo, se muestra impotente frente a un clima social insostenible: bajo esta situación se produce el levantamiento de octubre.

Lenin arengando en el Congreso Soviético durante la Revolución Rusa.

LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE

La situación excepcional de la guerra, el derrumbamiento del aparato del Estado con deserciones masivas de soldados, el descrédito de las opciones más moderadas y el activismo disciplinado de los bolcheviques explica cómo una minoría marxista radical consiguió hacerse con el poder en las capitales rusas hacia octubre de 1917. Tras muchas dudas por parte de los dirigentes bolcheviques, Lenin decidió actuar; la coyuntura era oportuna por el descrédito y el aislamiento del Gobierno provisional. La operación fue rápida: la noche del 25 de octubre guardias rojos y soldados afines se hicieron con el control de San Petersburgo, la capital de invierno. Desde el acorazado Aurora se controló el Palacio de Invierno, sede del Gobierno. El gobierno de Kerenski huye y los bolcheviques se hicieron con el poder en Petrogrado y otras ciudades del país. Los soviets aumentarían su importancia y fueron la base para la creación del nuevo Estado.

Marcha en Petrogrado (actual San Petersburgo) durante la Revolución Rusa.

El Gobierno provisional fue destituido y sus miembros huyeron o fueron arrestados. Lenin se puso al frente de un gobierno de los Comisarios del Pueblo basado en un partido de doscientos mil miembros que proclamaba su dominio sobre un Estado de más de ciento setenta millones de habitantes. El Congreso de los soviets reunido en aquel momento decidió apoyar y aceptar al nuevo gobierno. Sin embargo, muchos mencheviques y socialistas revolucionarios protestaron y dimitieron antes de aprobar un golpe de Estado ilegal. Los sóviets ratificarían la creación de un Consejo de Comisarios del Pueblo, constituido en su totalidad por bolcheviques, como base del nuevo gobierno, a la espera de la celebración de una asamblea constituyente. Una vez llegados al poder, los bolcheviques tendrían que hacer frente a graves problemas tanto económicos como sociales, crear nuevas instituciones, lograr la paz en la Primera Guerra Mundial, y, ante todo, afrontar una guerra civil en el interior contra los que no son partidarios de su régimen.

En las horas siguientes, el nuevo ejecutivo aprobaría dos decretos con los que buscaba el apoyo de las clases trabajadores:

• Uno de los primeros decretos fue, tal y cómo había prometido Lenin, la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Para ello se firma una paz provisional con los imperios centrales que, finalmente, se concretaría el 3 de marzo de 1918 con el Tratado de Brest-Litovsk. Lenin veía en ello la única posibilidad de que se consolidara la revolución bolchevique en Rusia.

• En tanto, sobre la tierra, se decreta la anulación de la deuda de los campesinos y el reparto, sin indemnización, de las grandes propiedades. En otro orden de cosas se suprimen títulos y privilegios: todos serían considerados ciudadanos de la República Soviética de Rusia.

Lenin trataba así de afianzar su poder. Sin embargo, hacia enero de 1918, no pudo evitar que se celebrasen las prometidas elecciones a la Asamblea Constituyente. El resultado fue claro: los bolcheviques sólo consiguieron un cuarto de los diputados en una asamblea donde los socialistas revolucionarios eran mayoritarios. La respuesta del gobierno de los Comisarios del Pueblo fue fulminante: la Guardia Roja disolvió la Asamblea el 5 de enero de 1919. En adelante, el gobierno de Lenin basó la legitimidad de su gobierno en los soviets, controlados férreamente por los bolcheviques. Se trataba de justificar la dictadura comunista y presentarla como una democracia basada en los soviets.

Lenin arengando en el Congreso Soviético durante la Revolución Rusa.

Desde un principio, los comunistas, como empezaban a ser denominados los bolcheviques, fueron estableciendo las bases de la dictadura. En diciembre de 1917, antes de la disolución de la Asamblea, un decreto había creado la Cheká, la primera de las organizaciones de inteligencia política y militar soviética, dirigida por Feliks Dzerzhinsky. Las demás fuerzas políticas, incluyendo a mencheviques y socialistas revolucionarios, serían prohibidas y perseguidas.

La iglesia y el proceso evangelizador en Latinoamérica

La conquista de América no estuvo motivada únicamente por el afán de extender el dominio político español y el deseo de obtener metales preciosos; también fue impulsada por un fuerte propósito evangelizador y misionero. Sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica participaron ya en las primeras expediciones de conquista: su misión específica era convertir y educar en el catolicismo a los indígenas. De este modo, antes de partir hacia América, los sacerdotes y religiosos debían jurar fidelidad al rey de España y ser considerados funcionarios del Estado. Comenzaba así lo que sería una discutida epopeya histórica: la evangelización de los pueblos indígenas americanos. Por la acción de alrededor de veinte mil misioneros y de sus ayudantes, a lo largo de tres siglos se evangelizarían catorce millones y medio de kilómetros cuadrados en un periodo de tiempo que, desde el punto de vista histórico, puede considerarse breve.

UNA EVANGELIZACIÓN AL AMPARO DE LA CORONA

La evangelización de América se inició por hombres todavía considerados medievales. De acuerdo con la tradición medieval, el Papa Alejandro VI concedía a los Reyes de España el poder sobre las tierras recién descubiertas junto con la tarea de evangelizar el Nuevo Mundo con el envío de misioneros. En consecuencia, los reyes españoles se sintieron responsables de la cristianización de los pueblos americanos, hasta el punto de entender que el cumplimiento de esa obligación de evangelizar legitimaba su soberanía temporal sobre dichos pueblos.

De esta manera, la integración de los pueblos en el conjunto de la Monarquía hispana no estaría conseguida mientras no se lograra su conversión al cristianismo. Sería justamente el carácter misionero lo que dispararía la capacidad de la Monarquía hispana para conocer, contactar y entrar en diálogo con los diversos pueblos, lo que la dotaría de un sentido verdaderamente integrador, quedando plasmado políticamente como un conjunto de pueblos con personalidad jurídica propia, pero unidos bajo la obediencia al mismo rey y bajo la común fe católica. Para los misioneros, sólo la integración de los pueblos indígenas en el conjunto de la Monarquía garantizaba que su primera conversión pudiese encontrar los medios para madurar en una organización cristiana que pudiera desarrollarse en el futuro.

¿Sabías qué...?
Juan Pablo II fue el primer papa polaco en la historia, y el primero no italiano desde 1523.
La integración de los pueblos indígenas era garantía de que su conversión pudiera desarrollarse posteriormente.

Ya desde el segundo viaje de Cristóbal Colón a América, los Reyes Católicos se preocuparon por el establecimiento de la Iglesia en las nuevas tierras y, en efecto, entre los viajeros de entonces marcharía un primer grupo de sacerdotes bajo la dirección de fray Bernardo Boil, fraile nombrado vicario pontificio para las Indias, es decir, representante personal del Papa. Desalentado por las dificultades de trato, tanto con los indios como con Cristóbal Colón, fray Bernardo Boil renuncia pronto al gobierno eclesiástico de las tierras descubiertas y regresa a España.

Los reyes optan por un cambio de sistema para la fundación de la Iglesia en América y, por lo tanto, para la evangelización del Nuevo Mundo. Solicitan al Papa el derecho de Patronato; de este modo, los reyes desisten del envío de nuevos vicarios apostólicos, tomando ellos directamente, a través de sus órganos ordinarios de gobierno, un control más directo de la vida eclesiástica americana. Se concedía al rey el derecho de presentar para su nombramiento canónico a todas las personas que ocuparían puestos eclesiásticos en las Indias; a cambio, la Corona debería financiar todo el establecimiento de la Iglesia en esas tierras. En el ejercicio de este derecho de patronato, los reyes españoles, fundamentalmente desde Felipe II, van a exceder las facultades expresamente concedidas, para tratar de dirigir, o al menos supervisar, la totalidad de la vida eclesiástica en América.

Un sacerdote bendice a un grupo de indígenas. Los jesuitas, por ejemplo, enseñaron a los indígenas diversos oficios artesanales y estimularon en ellos el estudio de instrumentos musicales y el canto coral.
Imagen alusiva a una reducción de indios. En general, estas misiones se autoabastecían e intercambiaban el excedente de su producción con misiones establecidas en zonas distantes. Además, algunos productos elaborados eran comercializados en varias colonias americanas.

LOS MISIONEROS

Una empresa como la que hemos descrito requería la acción de misioneros comprometidos y capaces. De hecho, los religiosos que afrontaron esta evangelización eran en su mayoría hombres de entre 25 y 35 años, herederos de la reforma eclesiástica española impulsada por los Reyes Católicos. No cualquiera era enviado a las Indias: se requería la autorización de sus superiores, la decisión personal voluntaria, y el permiso del Consejo de Indias. Había una severa selección de los religiosos.

Entre las órdenes mendicantes destacaron los franciscanos, dominicos, agustinos y mercedarios. La Compañía de Jesús, que llegó ya avanzado el siglo XVI, actualizó los métodos misionales y se destacaría por la eficacia en la conversión y cristianización de los indígenas. También los obispos se dedicaron prioritariamente a la misión entre los indios hasta aproximadamente 1570. Desde esta fecha, la atención pastoral a los fieles cristianos de sus diócesis y, eventualmente, la ocupación de cargos públicos, les dejó menos tiempo para la prédica. El clero secular también se ocupó de la conversión indígena, aunque su ocupación principal sería la atención de la población ya cristiana.

Los fieles laicos (españoles, criollos e indígenas) también aportarían mucho a la conversión de los pueblos autóctonos y, sobre todo, al nacimiento y desarrollo de una cultura cristiana. Tampoco faltaron funcionarios y pobladores españoles con vivo celo por la conversión de los indígenas. Debemos mencionar también la labor misionera de los mismos indígenas una vez convertidos: muchos de ellos actuaron como colaboradores de los misioneros haciendo de traductores y auxiliares en la prédica.

En definitiva, entre los protagonistas de la primera evangelización americana encontramos grandes miserias y altos testimonios de solidaridad, bajas ambiciones y entregas desinteresadas. De todas maneras, a pesar de sus limitaciones, esos hombres lograron transmitir el Evangelio a las culturas indígenas.

MÉTODOS PARA LA EVANGELIZACIÓN

Los misioneros necesitaron ingeniar y aplicar nuevos métodos para su tarea, distintos a los que se conocían en Europa. En la búsqueda de esos métodos supieron inspirarse tanto en la propia tradición misional de sus órdenes religiosas, como en el Evangelio mismo. No obstante, los misioneros recurrieron al estudio y conocimiento directo de la realidad americana para deducir de ella la metodología evangelizadora más adecuada. En esta búsqueda de métodos, estudiaron las lenguas y culturas indígenas y tradujeron los textos bíblicos a cada dialecto en particular. Otro recurso fue la apelación a la Corona para que diese indicaciones a la población española, de modo que se creasen circunstancias más favorables para la evangelización, y para que arbitrase en las diferencias internas del clero, haciendo luz también sobre prácticas misioneras. Por último, un recurso importante en esa búsqueda y aplicación de nuevos sistemas fueron las obras escritas por los misioneros más veteranos, verdaderos manuales prácticos para la acción.

Entre los métodos practicados conviene recordar que, para llevar adelante la evangelización, la Corona española ordenó la creación de las llamadas reducciones de indios, que eran territorios habitados exclusivamente por aborígenes y administrados por un pequeño número de sacerdotes. Aplicaron diversos medios para captar la atención del indio a través de formas atractivas de predicación y de una organización pedagógica de sus contenidos. Otras formas fueron la refutación teórica de las religiones primitivas y la extirpación de la idolatría, que no estuvo ausente de excesos. Una vez lograda la conversión, se continuaba con las clases de catequesis, para que los convertidos no volvieran a la religión antigua y para que progresaran en el conocimiento y práctica de la fe y moral cristianas.

La conversión de los indígenas al cristianismo fue llevada a cabo, en su gran mayoría, por dominicos, franciscanos y jesuitas, tres órdenes religiosas que tuvieron fuerte presencia en América.

Procesos nucleares

La palabra nuclear ha quedado identificada como un elemento destructivo, sin embargo resulta una tecnología que también dio numerosos beneficios. Conozcamos las luces y las sombras que implicó este avance para la humanidad.

La tecnología nuclear apareció en el siglo XX tras una serie de investigaciones y descubrimientos que se llevaron a cabo en laboratorios modestamente provistos de equipos, con el propósito de dilucidar de forma lógica los fenómenos físicos que ocurrían y que a la fecha aún no tenían explicación.

La física nuclear es una ciencia, rama de la física, que apareció luego de múltiples investigaciones realizadas por el físico francés Henri Becquerel (1852 – 1908) tras encontrar un hecho sorprendente, notando que algunos átomos parecían cambiar de una especie a otra espontáneamente. En un principio realizó experimentos con sal de uranio y observó que en el proceso se velaban placas fotográficas, por ello realizó varios ensayos bajo distintos escenarios concluyendo que la intensidad de la misteriosa radiación era aparentemente siempre la misma. Sorprendido por lo que observó siguió realizando experimentos donde sólo tenía claro un hecho: esa sal emitía una extraña radiación todo el tiempo. Al ver que tras varias horas o semanas, incluso meses, seguía emitiendo energía de la nada, entendió que la fuente de tal energía no parecía agotarse en lo más mínimo.

Pierre y Marie Curie profundizaron sobre el hallazgo de Becquerel y lograron importantes avances en el estudio de la radioactividad.
Henry Becquerel, físico que descubrió la radioactividad a partir de varios experimentos.

Develando el misterio

Cuando Becquerel publicó sus resultados los esposos Marie (1867 – 1934) y Pierre Curie (1859 – 1906), conocidos físicos de la época, iniciaron una ardua labor para tratar de explicar de forma cuantitativa los fenómenos observados por Becquerel. Lograron obtener resultados satisfactorios gracias a un aparato que había sido diseñado por Pierre Curie llamado electrómetro, que era capaz de medir corrientes eléctricas muy débiles.

De esta manera se descubre que la radiación emitida por la sal de uranio ionizaba el aire, siendo un efecto producido por la muestra de dicha sustancia. A partir de las observaciones llegaron a la conclusión de que era una propiedad de la materia y recibió el nombre de radiactividad, propiedad que no dependía de la forma física o química en la que se encontraban los átomos radiactivos, dando lugar a que Marie Curie determine que se trataba de una propiedad atómica. Tras varios años de investigación el matrimonio logró aislar material radiactivo como el polonio y el radio; logrando con sus estudios consagrarse con el Premio Nobel de física en 1903, compartido con Henri Becquerel.

Al trabajar con elementos radiactivos los científicos se percataron de la aparición de nuevos elementos que no se encontraban cuando se inició el experimento, es decir, los elementos desaparecían y aparecían otros nuevos. Este suceso violaba los principios básicos de la química.

Por otro lado, cuando comenzaron a hacerse investigaciones sobre este tipo de materiales no se conocían los efectos peligrosos que ellos tenían sobre los seres vivos. Solo algunos de ellos pudieron observarse en la época, como las quemaduras ocasionadas por el radio al tener contacto directo con la piel, llevando a que este material sea transportado en una caja de plomo para prevenir lesiones. Posteriormente estos elementos perjudiciales sobre el ser humano comenzaron a prevenir a los científicos sobre la posibilidad de que estos materiales sean utilizados con fines bélicos, como efectivamente sucedió.

Tras años de investigación y de estudio de diversos elementos radiactivos, hoy en día se sabe que la radiactividad es un fenómeno físico-químico en el cual los elementos químicos radiactivos son capaces de emitir radiaciones que poseen ciertas características como la capacidad de atravesar cuerpos opacos, impresionar placas fotográficas o ionizar gases, entre otros.

¿Sabías qué...?
Adelfa es la flor nacional de Hiroshima, fue la primera en florecer luego de la explosión de 1945.

Los procesos nucleares

Se entiende como procesos nucleares a una variedad de reacciones en las que se producen cambios en el núcleo del átomo, bien sea en el número de protones, neutrones o en el estado de energía del núcleo. Este término también se aplica a procesos que involucran colisiones entre núcleos. Muchos núcleos tienen una combinación de neutrones y protones que no conllevan una configuración estable, por consiguientes son núcleos inestables o radiactivos que tienden a aproximarse a una configuración estable liberando ciertas partículas.

Tales partículas observadas a finales del siglo pasado fueron denominadas partículas α y β. Las partículas alfa son núcleos de helio y están compuestas por dos protones y dos neutrones, es decir, cuando un núcleo emite una partícula alfa su número másico (A) disminuye en cuatro unidades mientras su número atómico (Z) disminuye en dos. Por esta razón el núcleo nuevo o núcleo residual corresponde a un elemento distinto, por ejemplo el radio activo emite partículas alfa. Las partículas β son electrones (-e): cuando un núcleo emite este tipo de partículas su número másico no se altera pero su número atómico aumenta en una unidad. También existe la posibilidad de que un núcleo emita positrones con una carga +e, teniendo el nuevo núcleo un número atómico menor en una unidad; a estos dos tipos de desintegración radiactiva se les designa como β = γ β+.

Venciendo la repulsión coulombiana dos núcleos pueden llegar a quedar muy cerca uno del otro, llevando a un agrupamiento de los nucleones y dando lugar a una reacción nuclear en la que se reagrupan las moléculas. Para generar reacciones nucleares usualmente se bombardea un núcleo que sirve de blanco con un proyectil nuclear como neutrones, protones (nucleón) o núcleos ligeros (como las partículas alfa).

Las reacciones nucleares son básicamente procesos de choque en donde se debe conservar la energía, la carga, el número de nucleones y el momento angular. Para hacer cálculos de sus propiedades o características se necesita tanto la mecánica newtoniana como la relativista. Cuando ocurren las reacciones nucleares la energía que se libera de los átomos se debe a que una pequeña masa de éstos se destruye, convirtiéndose en energía en forma de radiación y calor.

Fisión y fusión nuclear

Existen dos tipos de procesos por los cuales se puede liberar esta energía del núcleo atómico: la fisión y la fusión.
La fisión es un proceso de reacción nuclear que consiste en la división de un núcleo pesado, como el uranio o plutonio, en dos fragmentos de tamaño similar. Para que ocurra esto es necesario una cierta cantidad de energía proveniente del exterior, pudiéndose obtener de la energía cinética de una partícula que colisione o choque con el núcleo atómico; en la práctica la partícula usada es el neutrón que, debido a que carece de carga eléctrica, puede atravesar el campo electrostático que rodea al núcleo, cayendo sobre esté y fragmentándolo, liberando neutrones y también energía.

Ver este proceso de forma natural es raro y existen dos propiedades que hacen de la fisión un proceso importante para su aplicación en la práctica, una es que ocurre liberación de energía y la otra es que hay liberación de neutrones. Es decir, si el proceso es tal que después de cada fisión ocurre la liberación de aproximadamente dos neutrones, entonces al menos uno de los nuevos neutrones produce otra fisión y así sucesivamente, resultando un proceso autosostenido o una reacción en cadena.

Si en cada etapa del proceso de reacción nuclear más de un neutrón por fisión produce una nueva fisión, el número crece exponencialmente resultando una reacción en cadena divergente, que es lo que sucede en una bomba atómica. Si la reacción en cadena del uranio se produce a un ritmo acelerado se convertirá en una gran explosión, como ocurre con las armas nucleares.

Pero si en promedio sólo se produce un neutrón por fisión, resulta una reacción en cadena uniforme que se puede mantener bajo condiciones controladas. Este es el principio que se utiliza en los reactores nucleares, donde pueden iniciarse, mantenerse y controlarse tales reacciones nucleares de fisión en cadena. Estos se construyen para la producción de energía y realizar investigaciones, entre otras aplicaciones.

La fusión nuclear es el proceso inverso a la fisión nuclear. Consiste en la formación de un núcleo pesado a partir de dos núcleos ligeros que chocan entre sí, ocurriendo la unión de éstos y obteniéndose en general cuatro veces más energía que en la reacción de fisión. Para que esta reacción sea posible es necesario vencer la repulsión electrostática o coulombiana que existe entre los núcleos igualmente cargados, para llegar a situarse lo más cerca posible uno del otro y así se produzca la acción consolidante necesaria.

Para que tenga lugar la fusión de numerosos núcleos es esencial que estén a una elevada temperatura, lo que genera un problema técnico debido a que no se conoce ningún material que soporte temperaturas superiores a los 3.400 0C. A esta temperatura un material resistente como el tungsteno se vuelve líquido y es posible construir un recipiente que contenga tales partículas en reacción.

Debido a las elevadas temperaturas se crea un nuevo estado de la materia, el plasma, en el que existe un absoluto desorden de electrones e iones. Por las altas temperaturas, los núcleos están privados de todos sus electrones y la sustancia consiste en una mezcla neutra de núcleos cargados positivamente y electrones negativos. El gran problema radica en confinar el plasma, aunque en la actualidad se investigan métodos para contener tal combustible termonuclear.

Luces y sombras

El gran potencial de la energía nuclear es utilizado hoy en día para dos fines principalmente: los militares o bélicos, que hacen uso de la liberación de gran cantidad de energía por fisión o fusión, y los no militares.

Memorial de la Paz de Hiroshima, testimonio del horror de la guerra y las consecuencias del uso de armas nucleares.

El historial del uso bélico de las armas nucleares tiene un punto inicial en los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki, ataques nucleares por parte de Estados Unidos en el año 1945 contra el Imperio de Japón que conllevaron el final de la Segunda Guerra Mundial. La bomba que se lanzó sobre Hiroshima tenía una masa pura de uranio activo -235U, un isótopo raro- y la energía liberada fue de unos 1014 J o 20 kilotones de TNT. Por otro lado, la bomba que fue arrojada sobre Nagasaki estaba compuesta de plutonio-239, un elemento sintético que se encontraba rodeado de explosivos que cuando detonaban provocaban una onda de choque que comprimían el material, ocasionando la fisión nuclear de reacción acelerada.

A raíz de estos hechos murieron miles de personas, algunas de forma inmediata y otras miles luego de las explosiones debido a quemaduras, radiación y la falta de personal médico o el desconocimiento de cómo tratar a los sobrevivientes. Las explosiones traen varios efectos aparejados, como la radiación en forma de calor, la radiación nuclear directa y la indirecta.

Prueba de detonación nuclear en el estado de Nevada, Estados Unidos, en 1957.

La explosión de un arma nuclear conlleva a un frente de onda esférico que se expande rápidamente ocasionando un súbito incremento y descenso de la presión del aire, produciendo la destrucción de edificaciones incluso a más de un kilómetro del estallido. La radiación de calor también es una onda que decrece debido a la absorción de la atmosfera. Pero incluso a dos kilómetros de donde se haya originado la explosión nuclear de una bomba de 20 kilotones, es capaz de generar quemaduras de tercer grado e incendiar materiales inflamables. La radiación nuclear directa está conformada por neutrones y radiación gamma (g) que decrece exponencialmente, pero que son igual de letales que las explosiones o quemaduras. A largo plazo esta radiación provoca un aumento de los casos de cáncer, leucemia y malformaciones en los fetos, entre otras afecciones. Finalmente, la radiación nuclear indirecta se debe a los productos radiactivos de la reacción nuclear de fisión, que son vaporizados por la explosión cayendo al suelo como una lluvia radiactiva. Si bien parte de este material se desintegra en la atmósfera, hay materiales como el 90Sr (Estroncio) que cuando cae puede concentrarse en los huesos y producir cáncer óseo.

Sin embargo, no todo lo que rodea a reacciones nucleares está ligado a la maquinaria bélica. En el área de la medicina se lograron avances significativos en el campo de la medicina nuclear, pudiéndose tratar de forma exitosa diversas enfermedades, tumores cancerígenos y se construyeron aparatos como el de resonancia nuclear magnética, radiología convencional y tomógrafos computarizados. Las reacciones de fusión, que son las generadoras de la energía de las estrellas, llevaron a la obtención industrial de la energía a través de procesos nucleares.

La radiología es uno de los avances médicos más significativos del siglo XX, facilitando el diagnóstico utilizando imágenes.

Historia del automóvil

Hace más de cien años, el sueño del hombre de viajar en un vehículo autopropulsado se hizo realidad. Ahora bien, es sumamente difícil sintetizar la historia del automóvil. De hecho, se pueden identificar diferentes etapas; en ellas podemos observar cómo se produjo la evolución de los diferentes modelos, desde los más antiguos hasta los más actuales. En este artículo entonces haremos un rápido repaso del progreso histórico del automóvil, desde la época de los carruajes hasta el concepto moderno de automóvil, pasando por el motor de combustión interna, sus patentes de invención y observaciones del desarrollo de la industria automotriz.

¿Sabías qué...?
En Estados Unidos hay 765 automóviles por cada 100 habitantes.

PRIMEROS AÑOS

La idea de un vehículo capaz de moverse por sí solo aparece en las máquinas ideadas por Roberto Valturio hacia el siglo XV, de las que es posible hallar documentación amplia en su tratado De Re Militari (1472). Sin embargo, estos carros, al igual que los de su contemporáneo Mariano da Siena, empleaban fuerzas naturales para moverse. La fuerza muscular era multiplicada por un ingenioso juego de transmisión; la alternativa se suministraba por un ventilador de cuatro palas y un sistema de engranajes que movía las ruedas.

Ahora bien, el carro automotor no se esboza como proyecto sino hasta los siglos XV y XVI, cuando Leonardo Da Vinci en su Codex Atlanticus proyecta un vehículo movido por un sistema de relojería, con resortes que proveen la potencia necesaria. En la misma obra se explica el sistema de transmisión de esa fuerza a las ruedas; muchas de las teorías de Leonardo se refieren a la aplicación de principios mecánicos a la locomoción. Por ello, cabe recordar que éste fue el nacimiento de los engranajes epicíclicos que, con los siglos, encontrarían múltiples aplicaciones en los automotores.

Otro tanto ocurre con los desarrollos de Gerolamo Cardano: el más famoso de ellos es un dispositivo que permite conservar la horizontalidad mediante dos ejes que giran en ángulo, dispositivo que actualmente se usa en millones de vehículos, conocido hoy como junta o suspensión de cardano; También son importantes los avances del ingeniero militar Agostino Ramelli, en los que se analizan cojinetes de cigüeñales con muñones desfasados a 180º.De hecho, Ramelli construyó, en 1588, un carro anfibio movido por cigüeñales propulsados por varios hombres.

Así las cosas, son innumerables los intentos por resolver el problema de la locomoción, que se fueron acumulando a través de las centurias. La fuente de potencia era el vapor, o se intentaba con el viento, o se ensayaba con la conversión de diferentes formas de tracción a sangre. No obstante, una conclusión es certera: fue Leonardo quien intentaría erigir un vehículo apto para el transporte individual, y también sería él quien intentaría crear el aeroplano.

LOS PIONEROS

El primer intento para reemplazar la tracción a sangre fueron los vehículos propulsados a vapor. Se cree que los experimentos iniciales de producir los vehículos a vapor se llevaron a cabo en China, a fines del siglo XVII, pero los registros documentales más antiguos sobre el uso de esta fuerza motriz datan de 1769, cuando el escritor e inventor francés Nicholas-Joseph Cugnot presentó el primero de ellos. Era un triciclo de unas 4,5 toneladas, con ruedas de madera y llantas de hierro, cuyo motor estaba montado sobre los cigüeñales de las ruedas de un carro para transportar cañones. Era interesante como innovación pero muy poco útil; incluso su prototipo se estrellaría y una segunda máquina quedaría destruida en 1771, aunque la idea sería retomada y desarrollada en Inglaterra en los años siguientes. De hecho, hasta 1840 se construirían en ese país más de 40 coches y tractores propulsados a vapor. Para 1836 circulaban regularmente unas 9 diligencias a vapor, capaces de transportar cada una entre 10 y 20 pasajeros a unos 24 km/h.

Con todo, este período de crecimiento sería relativamente breve. Así las cosas, el motor de combustión interna seguiría siendo desarrollado de manera independiente por inventores e ingenieros en países como Alemania, Francia y Estados Unidos. Por su parte, Inglaterra inventó el concepto de vehículo autopropulsado hacia 1830, aunque su política apoyó al crecimiento ferroviario. El resultado sería desperdiciar la oportunidad de marcar, desde el principio, una soberanía absoluta en la industria automotriz.

La búsqueda se concentraba en alguna forma más práctica de mover los coches autopropulsados. Y la solución aparecería nuevamente en Europa en 1860, cuando el belga Etienne Lenoir patentó en Francia el primer motor a explosión capaz de ser usado; sobre ideas aparecidas en Inglaterra a fines del siglo XVIII. El camino estaba trazado, pero habrían de pasar otros seis años hasta que el alemán Gottlieb Daimler construyera en 1866 el primer automóvil propulsado por un motor de combustión interna. Su prototipo era un gigante de casi dos toneladas de peso que fue presentado en la Exposición de París de 1867 por su patrón, el industrial alemán Nicholas August Otto. Esta presentación sería la base de la nueva industria.

Dibujo de los primeros motores de combustión interna.

EL CONCEPTO MODERNO DE AUTOMÓVIL

Tras años de trabajo, fue el mismo Daimler quien ideó una variante de apenas 41 kg que sería el precursor de todos los motores a explosión que siguieran. Sobre esta planta motriz, el ingeniero mecánico Karl Benz diseñaría el primer vehículo utilizable impulsado por un motor de combustión interna; era un pequeño triciclo que comenzó a funcionar a principios de 1885 y fue patentado el 26 de enero de 1886. El mismo Benz presentó un primer automóvil de cuatro ruedas con su marca en 1893 y construyó un coche de carrera en 1899. Pero si bien su empresa había sido pionera, a principios del nuevo siglo había quedado algo relegada por negarse a incorporar los adelantos más modernos logrados por otros precursores, como Daimler y su socio, Wilhelm Maybach. Todo lo cual hizo que en 1926 se fusionara con la Daimler Motoren Gesellschaft para integrar la Daimler-Benz, que sería la predecesora de la famosísima Mercedes Benz.

Con los primeros años del siglo XIX se agudiza la competencia entre las nacientes fábricas y también la preocupación por mejorar los diferentes sistemas del automóvil, como frenos, amortiguadores, carburación, transmisión y arranques. El neumático había sido inventado en 1875 por el escocés Robert W. Thompson, pero ya lo había mejorado un veterinario compatriota suyo, John Boyd Dunlop, quien en 1888 patentó y desarrolló el primer neumático con cámara de aire para ser utilizado en automóviles y bicicletas. En 1897 y luego de años de esfuerzos, Robert Bosch conseguiría desarrollar un magneto de encendido de aplicación práctica y, casi simultáneamente, comenzaría a funcionar el motor de autoencendido de Rudolf Diesel, que no requería de un sistema eléctrico de ignición. De paso, digamos que el combustible para los motores comunes no era problema, porque otro alemán, el profesor de química Eilhard Mitscherlich había descubierto la bencina en 1833, con lo cual ya estaba disponible un nuevo hidrocarburo líquido: la gasolina o nafta.

¿Sabías qué...?
En 1898 el récord de velocidad en un auto era de 62.78 km/h.

LA EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ

Era una época prolífica para el automóvil. En las postrimerías del siglo XIX, un joven francés llamado Louis Renault armó su primer auto en un taller instalado en los fondos de la casa de sus padres. Así, con 21 años, construyó su primer automóvil modificando un triciclo De Dion, añadiendo una rueda y una transmisión mediante una junta de cardano de su invención, y dotándolo de una caja de cambios de 3 velocidades y reversa.

Por su parte, hacia1892, el norteamericano Henry Ford armó su primera máquina rodante con motor a nafta y en 1908 lanzó el Ford T, que presentaba una gran cantidad de innovaciones. El modelo tenía el volante a la izquierda, siendo esto algo que la gran mayoría de las otras compañías pronto copiarían; todo el motor y la transmisión iban cerrados, los cuatro cilindros estaban encajados en un sólido bloque y la suspensión funcionaba mediante dos muelles semi-elípticos. El automóvil era muy sencillo de conducir y, más importante, fácil de reparar. Su nombre acapararía la fama sólo cuando, a partir de 1913, disminuyó significativamente los costos al instalar en su fábrica de Highland Park la primera cadena de montaje, el proceso se denominaba así porque una cadena metálica se enganchaba en el chasis para su armado. Ford vendería 15.000.000 de unidades de su modelo Ford T entre 1908 y 1928 y su marca sólo sería batida en 1972 por otro popular automóvil, el Volkswagen Sedán, oficialmente llamado Volkswagen Tipo 1 (y también conocido como Escarabajo).

De la aparición de los grandes autos surgió, como inevitable consecuencia, una pléyade de modelos que incorporaron mejoras en diversos sentidos. Tal vez, las más notables se refieran a los esfuerzos, esta vez más consistentes, por lograr líneas aerodinámicas más eficientes. De hecho, los incrementos de peso y potencia elevan los consumos. Por lo demás, junto a Renault y Ford habría de nombrarse también a otros pioneros que forjaron la historia del automóvil: Ettore Bugatti, Ferdinand Porsche, Armand Peugeot, André Citroën, Ferrucio Lamborghini, Enzo Ferrari. Gracias a ellos y a quienes los siguieron se originó la era del auto moderno, ése que aún hoy, más o menos aerodinámico, vemos andando por la calle.

La primera revolución industrial

Durante la segunda mitad del siglo XVIII se iniciaría en Inglaterra un proceso de profundas transformaciones económicas y sociales, conocido como Revolución Industrial. Al principio, los cambios fueron lentos y pasaron inadvertidos para la mayor parte de la población, pero tiempo después se consideraron revolucionarios por la profundidad de las transformaciones que impulsaron en la organización del trabajo, las relaciones sociales, la relación con la naturaleza, la ideología y los sistemas políticos. Así, este movimiento tecnológico y científico permitió al ser humano entrar en posesión de nuevos medios y elementos, que hicieron más viable la producción, el desarrollo y superación cultural y económica del hombre y de la sociedad en general.

Los trabajos agrícolas se optimizaron mediante la implementación de nuevas tecnologías. La máquina comienza a reemplazar al hombre y éste migra a la ciudad para emplearse en la industria.

CAUSAS

En este proceso de cambio constante y crecimiento continuo intervienen varios factores que se combinan y potencian entre sí, por lo que no puede hablarse de un único hecho. Así, las invenciones técnicas y los descubrimientos teóricos, el adelanto en el comercio internacional, la expansión colonial durante el siglo XVII, la creación de nuevos mercados financieros y la acumulación de capital son fuertes catalizadores de un tiempo en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad.

La existencia de controles fronterizos más intensos evitó la propagación de enfermedades, disminuyendo así la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. De esta manera, hubo un considerable aumento de la población que permitió mayor eficacia en la producción de alimentos y alentó a aquellos que no pudieron encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria. Por ende, se originó un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas.

CARACTERÍSTICAS

La primera Revolución Industrial se caracterizó por lo siguiente:
A) La mecanización de la industria y de la agricultura.
B) La aplicación de la fuerza motriz en la industria.
C) El desarrollo del sistema fabril.
D) El aceleramiento de los transportes y las comunicaciones.
E) El aumento notable del dominio capitalista en toda la actividad económica.

DEL TALLER A LA FÁBRICA

Los primeros cambios se registraron en la actividad manufacturera, sobre todo en la producción de textiles. Los modestos instrumentos empleados para el hilado o el tejido, en una por entonces insignificante producción, fueron reemplazados por telares mecánicos impulsados por energía hidráulica. Así fue como surgió el primer instrumento hábil, la denominada Spinning Jenny, una potente máquina inventada en 1765 por James Hargreaves que reproducía mecánicamente los movimientos del hilador utilizando una rueca con la que podía trabajar con varios husos al mismo tiempo. De esta manera, la combinación de la máquina de vapor con los telares mecánicos permitió aumentar notablemente el volumen de producción y la productividad del trabajo.

Spinning Jenny.

Los dueños de las nuevas máquinas eran, en su mayoría, comerciantes que abastecían los mercados europeos y coloniales y controlaban la fabricación de paños en las áreas rurales. Hacia las últimas décadas del siglo XVIII, estos burgueses comenzaron a construir edificios de gran tamaño, denominados fábricas. Allí instalaron los nuevos telares mecánicos y concentraron todo el proceso de producción de textiles. Los trabajadores concurrían a las fábricas y cumplían largas jornadas de trabajo; como pago, recibían un salario. Así, las fábricas constituyeron la base de la nueva organización económica.

¿Sabías qué...?
Los romanos conquistaron a Bretaña en el año 43.

La invención de la máquina de vapor por James Watt en 1712, posiblemente fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución Industrial. Al funcionar continuamente, no era necesario que estuviera ubicada cerca de un río o un arroyo, tal como los molinos que funcionaban gracias a la energía hidráulica, ni tampoco dependía de las condiciones climáticas, como los molinos de viento. De hecho, hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal al reemplazar el carbón vegetal por el coque -un combustible sólido formado por la destilación de carbón calentado a grandes temperaturas sin contacto con el aire- como reductor y fuente de energía en los altos hornos, lo que facilitó el desarrollo de la industria siderúrgica.

James Watt.

Fue durante la Revolución Industrial que nuevos métodos para la utilización del mineral de hierro se generalizaron. De este modo, la abundancia de carbón mineral en Inglaterra posibilitó a ese país el poder sustituir las máquinas hechas de madera por las de material de hierro. No obstante, sería recién en la llamada Segunda Revolución Industrial que Henry Bessemer crearía un método innovador de transformación del hierro en acero. Así, debido a su resistencia y su bajo costo de producción, el acero logró sustituir al hierro, transformándose en un metal básico para la fabricación de herramientas.

Por otra parte, hacia la primera mitad del siglo XIX los sistemas de transporte y de comunicación desencadenaron las primeras innovaciones. Así fueron surgiendo los primeros barcos a vapor (creado por Robert Fulton en el año 1807) y la locomotora de vapor (creada por George Stephenson en el año 1814), el recubrimiento de piedra en las carreteras (John Loudon McAdam), el telégrafo (inventado por Samuel Morse en el año 1836). Con todo, también se fueron instaurando las primeras iniciativas en el campo de la electricidad, como el descubrimiento de la ley de corriente eléctrica o ley de Ohm (experimentada por Georg Simon Ohm hacia 1827), y el estudio del electromagnetismo (descubierto por Michael Faraday en el año 1827), que fueron clave para el desarrollo de la Revolución Industrial.
En el sector textil la competencia entre ingleses y franceses permitió el perfeccionamiento de los telares. Así, el tejedor y comerciante francés Joseph Marie Jacquard participó en el desarrollo y dio su nombre al primer telar programable con tarjetas perforadas, mientras que Josue Heilmann inventó la primera máquina para el peinado de algodón. Por lo demás, el acero se convertiría en una de las más valorizadas materias primas. Hacia 1856, en los hornos de Siemens-Martin se llevó a cabo el proceso inventado por Sir Henry Bessemer para la transformación de hierro en acero. Así pues, la industria bélica presentó avances significativos.

APOGEO DEL CAPITALISMO

A medida que se desarrollaban las nuevas industrias, también se fueron sentando las bases de un modo distinto de organización de la producción y del trabajo, al que se lo conoce como capitalismo. Las antiguas sociedades integradas con capitales familiares fueron cediendo ante la aparición de las grandes sociedades anónimas, indispensables para costear los gastos que demandaban los medios necesarios para la producción. De este modo, se fue afirmando progresivamente un sistema económico en el que se diferenciaron dos nuevas clases sociales: los obreros industriales asalariados, que aportaban su fuerza de trabajo, y la burguesía, integrada exclusivamente por los propietarios del capital, es decir, de los medios necesarios para la producción: fábricas, máquinas, herramientas, tierras y dinero.
Con todo, colaboraron en ello diversos factores, como la libertad de enriquecimiento que benefició a quienes poseían la capacidad empresarial, así como la economía de mercado basada en el libre juego de la oferta y la demanda en la fijación de precios y salarios. De hecho, en los primeros tiempos de la industrialización, una parte de las ganancias de los capitalistas resultaba de la diferencia entre el costo de la producción y el precio de venta.

REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

A partir del primer tercio del siglo XVIII, los sistemas de explotación tradicional de la tierra fueron modificándose como consecuencia de la aparición paulatina de innovaciones técnicas y de cambios en la distribución de la propiedad. Estas novedades se experimentaron por primera vez en el condado de Norfolk, ubicado al este de Inglaterra, difundiéndose luego hacia los demás países mediterráneos, en los que las innovaciones fueron más tardías y consistieron, sobre todo, en una mejora, diversificación y ampliación de los regadíos. De hecho, en aquellas zonas de Europa con mayor densidad de población se fueron generando nuevas técnicas, por lo que suele decirse que la creciente demanda de productos agrícolas llevó a una intensificación de los cultivos y a la concentración de la propiedad de la tierra.

El progreso técnico agropecuario se basaba ahora en la rotación de cultivos, que abarcaba tres o cuatro años, sin dejar en barbecho. Es decir que se plantaban cereales en años alternos y plantas forrajeras en los años intermedios. De esta manera, la rotación continuada implicó la inclusión de nuevos cultivos en el ciclo, en los que la tierra se regeneraba sin necesidad de dejar de producir. La incorporación del hierro mejoró de forma progresiva al utillaje agrícola, perfeccionando tanto forma como estructura. Con estas innovaciones la Revolución Industrial posibilitó cambios y ofreció nuevos recursos técnicos.

Este conjunto de innovaciones perjudicó notablemente a los campesinos, sobre todo a jornaleros y pequeños propietarios. Suprimidas las zonas comunales de pastos, reducido el bosque e incapaces de hacer frente a la competencia de las máquinas, sus posibilidades de subsistencia eran mínimas. En muchos casos, la única solución posible era la venta de propiedades a los terratenientes y el éxodo rural hacia las ciudades, que dio lugar a su proletarización. Este fue el precio de la modernización de las explotaciones.

Fábrica de rieles de acero.

TRANSFORMACIONES SOCIALES

La industrialización no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como el traspaso de la población del campo a la ciudad y el crecimiento sostenido de la población. No obstante, también se fueron generando serias consecuencias ambientales, ejemplificadas con el deterioro del ambiente y la degradación del paisaje y con la explotación irracional de la tierra.

Así las cosas, la concentración de las fábricas en las ciudades provocaría el crecimiento de los centros urbanos, adonde muchos campesinos y artesanos se dirigieron en busca de empleo. Por ello, el crecimiento de las ciudades inglesas de Londres, Manchester y Liverpool fue una de las consecuencias más significativas de la industrialización inglesa del siglo XIX.

NACIMIENTO DEL PROLETARIADO

Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades. El campesino se fue desvinculando del señorío feudal y se convirtió en un jornalero cuyo trabajo se retribuyó con un salario, mientras que el artesano que trabajaba su propio taller se trasladó a las fábricas en calidad de obrero asalariado y pasó a depender del propietario de las máquinas. De esta manera, la concentración de industrias en las ciudades provocó el crecimiento de los centros urbanos como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de nuevos contingentes.

Londres en el siglo XIX.

Estos nuevos obreros industriales se establecieron en los alrededores de las fábricas, generalmente ubicadas en los suburbios de las ciudades. No obstante, la carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada socialmente, a tal punto que debían vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene; aumentando así el hacinamiento y las malas condiciones de vida, y favoreciendo la propagación de epidemias y enfermedades contagiosas.

A ello también se sumaban sus propias condiciones laborales, en donde las jornadas de trabajo eran muy extensas, llegando a veces a más de 14 o 15 horas diarias y en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción.

CRECIMIENTO DE LA BURGUESÍA

Como contraste, al proletariado industrial fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado de acuerdo con la oferta y la demanda. En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente, logrando que su situación de privilegio social se basara fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre.

Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica, estos empresarios obtenían grandes riquezas no sólo como resultado de la diferencia entre el costo de la producción y el precio de venta sino, además, pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros. En consecuencia, el principal conflicto de esa época fueron los reclamos para obtener salarios más altos y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo.

CONSECUENCIAS

Tal como vimos, la Revolución Industrial tuvo importantes consecuencias en el mundo. Ahora bien, si bien es cierto que otorgó enormes ventajas en el incremento de la producción, también es cierto que ocasionaron problemas de orden socioeconómico que, más tarde, darían carácter fundamental a las luchas sociales y a las reivindicaciones del trabajador asalariado. Por ello, podemos mencionar como consecuencias de este proceso las que siguen a continuación:

A) El desplazamiento del hombre por la máquina, que realiza la labor en menos tiempo y a menor costo.
B) El abaratamiento de los costos de producción y de transporte.
C) La creación de empresas monopólicas: las nuevas técnicas industriales, a diferencia de las antiguas, necesitaron de la creación de empresas de gran envergadura y la concentración de la población en extensas aglomeraciones urbanas.
D) La aparición, por consiguiente, de grandes centros fabriles. En este sentido, las grandes metrópolis se convirtieron en lugar de cita de la sociedad industrial.
E) La construcción y exportación de maquinarias propias de los países más industrializados hacia aquellos que buscan incrementar su desarrollo mejorando su infraestructura y desarrollando vías de comunicación.
F) El nacimiento de lo que se constituirá en el proletariado industrial.
G) La aparición de un mercantilismo impuesto con notable rapidez. Se hizo necesario que cada país industrial desarrolle su imperio colonial que dependiese de sí mismo y formase una extensa y compleja unidad comercial autosuficiente, protegida, en caso de ser necesario, por barreras aduaneras contra la competencia exterior.

La dominación colonial en América

Posteriormente a la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492 con el apoyo de la Corona de Castilla, hacia finales del siglo XV comenzaría lo que se dio en llamar la colonización europea de América. A partir de ahí, tanto el Imperio español como el Imperio portugués y, desde comienzos del siglo XVII, el Imperio Británico (1607), Francia (1608) y los Países Bajos (1625), conquistaron y colonizaron una gran parte del territorio americano, sometiendo a sus pobladores nativos.

El Imperio español y el Imperio portugués fueron los primeros en realizar la conquista, y se asentaron principalmente en el sur de Norteamérica, Centroamérica y en el área andina de Sudamérica. A su vez, España fue la potencia que mayor presencia colonial impuso en América. En el Caribe, dominaría fundamentalmente Cuba, La Española, Puerto Rico, Jamaica, e incluiría a la península de Florida dentro de sus posesiones caribeñas. Desde los asentamientos antillanos, tomó posesión por la fuerza de los grandes Estados existentes en América en ese momento: en América del Norte llegó a apropiarse del Imperio azteca, en el actual México, estableciéndose en sus ciudades. A partir de ahí controló una gran parte de América Central. Con todo, desde Panamá emprendió la conquista de la zona andina de América del Sur hasta la zona central del actual territorio chileno. Al mismo tiempo, en busca de la Sierra de la Plata y las tierras del Rey Blanco, se fundaron ciudades en el estuario del Plata y sobre las márgenes de los ríos Paraná y Paraguay.

Por su parte, Portugal se apropiaría de la mayor parte de la franja costera atlántica de la región norte de América del Sur, que más tarde originaría el Estado de Brasil. Inglaterra establecería trece colonias en la franja costera atlántica norteamericana, además de asentarse en algunas islas caribeñas. Francia ocuparía la actual Guayana Francesa en Sudamérica (aún bajo su dominio), Luisiana en el Golfo de México, algunas islas del Caribe, y la región canadiense de Québec. En tanto, los países Bajos establecerían colonias en Norteamérica (cuyo asentamiento más reconocido era Nueva Ámsterdam, que luego sería Nueva York), norte de América del Sur (Guyana holandesa, hoy Surinam) y algunos asientos en islas caribeñas, más precisamente en las Antillas y Aruba.

DOMINACIÓN COLONIAL HISPANA

En 1494, en la localidad española de Tordesillas (actualmente en la provincia de Valladolid), Isabel I y Fernando II, reyes de Castilla y Aragón respectivamente, y Juan II, rey de Portugal, se comprometieron a respetar una serie de cláusulas destinadas a repartirse las zonas de conquista y anexión del Nuevo Mundo. La primera y principal establecía una línea imaginaria de demarcación, de polo a polo, distante 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. A partir de entonces, todo lo que se descubriera al Este de dicha línea pertenecería a la corona de Portugal, mientras que lo encontrado al Oeste correspondería a Castilla y Aragón.

Tratado de Tordesillas.
¿Sabías qué...?
Los españoles llevaron técnicas de entretejido textil a su continente.

EL CONTROL POLÍTICO DE LAS COLONIAS

Durante el siglo XVI, la monarquía española se propuso fortalecer el control político sobre sus nuevos territorios americanos. Con este fin, crearía instituciones y nombraría autoridades dedicadas exclusivamente al gobierno de las colonias americanas. Algunas de estas instituciones tenían su sede en España y otras en territorio americano.

AUTORIDADES COLONIALES EN ESPAÑA

• La Casa de Contratación, creada en 1503, encargada de legislar y de controlar el comercio y la navegación, desde y hacia las colonias.
• El Consejo de Indias, creado en 1519, encargado del gobierno y la justicia colonial.

AUTORIDADES COLONIALES EN AMÉRICA

• La autoridad más importante era el Virrey, que representaba al rey de España y administraba los Virreinatos, nombre que recibieron los extensos territorios en que se dividieron las colonias españolas para su gobierno.
• Para ejercer la justicia en los Virreinatos se crearon las Audiencias. Los fallos de estos tribunales podían ser apelados ante el Consejo de Indias.
• En las zonas de frontera con otros imperios coloniales y en las regiones más alejadas de los centros de poder colonial se establecieron Gobernaciones. Como consecuencia de la lejanía y el aislamiento respecto de las principales autoridades coloniales, cada gobernador asumió simultáneamente facultades ejecutivas, militares y judiciales.

LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS

Después de la conquista de los Estados azteca e inca y el sometimiento de otros pueblos originarios, los conquistadores tomaron los tesoros de oro y plata guardados en los templos indígenas. Posteriormente, se dedicaron a la búsqueda de yacimientos de metales preciosos. Los principales centros mineros estaban ubicados en el cerro de Potosí, en el Virreinato del Perú, y en Zacatecas, en el Virreinato de Nueva España.

El proceso de extracción y posterior refinamiento de la plata exigió importantes inversiones de capital para la adquisición de herramientas y la construcción de obras hidráulicas que evitaran la inundación de las minas. Por su parte, hacia la segunda mitad del siglo XVI, la introducción del proceso de amalgama para separar la plata de otros minerales provocaría un notable aumento de la producción minera.

Así, como consecuencia del descubrimiento y la explotación sistemática de las minas de oro y plata, durante el siglo XVI la monarquía española obtuvo una inmensa cantidad de metales preciosos. La riqueza americana sirvió para abastecer a los ejércitos españoles, mantener la burocracia administrativa y obtener, por medio del comercio internacional, los bienes de lujo consumidos por la nobleza.

Imagen actual de la mina de Cerro Rico, en Potosí (Bolivia).

LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO EN LAS COLONIAS ESPAÑOLAS

Los colonizadores españoles emplearon a los indígenas como mano de obra en las distintas actividades económicas.
Así, para la explotación de las minas de Potosí se organizaría el sistema de la mita, por el cual cada comunidad indígena de la región fue obligada a enviar a una parte de sus miembros a trabajar por turnos rotativos. Además, era una organización de trabajo que se extendería también en el mercado interno, ya que desarrolló internamente una economía de mercado con productos y servicios para España.

En las minas también trabajaban los yanaconas, indígenas que se habían desvinculado de sus comunidades y habían sido tomados al servicio de algunos españoles. Otros indígenas trabajaban en la producción de metales en forma independiente y recibían como pago una pequeña parte del metal extraído.

Otra forma de explotación del trabajo indígena era la encomienda. Según este sistema, la Corona asignaba a un español un determinado número de nativos que debían trabajar para él. A cambio, el encomendero se comprometía a proporcionar a los indígenas protección y cuidados y a educarlos en la fe cristiana.

Con todo, en el Virreinato de Nueva España no se implementó el sistema de la mita. Muchos españoles y mestizos pobres participaron en la producción de plata junto con grupos de indígenas del sur y el centro de México, que migraron hacia las zonas mineras para trabajar a cambio de un salario o una porción de metal.

¿Sabías qué...?
Durante los siglos XV y XVI, Portugal fue una potencia económica, social y cultural mundial.

DOMINACIÓN COLONIAL PORTUGUESA

Durante el siglo XVI, los portugueses extendieron su dominio por las costas del actual territorio del Brasil. Allí fundaron las primeras ciudades-puerto: San Salvador, Río de Janeiro y Pernambuco. Ahora bien, la monarquía portuguesa ejercería sobre sus colonias americanas un control menos directo que la Corona española. De este modo, para organizar el territorio colonial sobre la costa atlántica, en 1530, el rey Juan III lo dividió en quince capitanías y designó al frente del gobierno de cada una a miembros de la corte imperial.

De esta manera, comenzaría la colonización portuguesa de América, motivada por razones económicas y estratégicas. Por una parte, dentro de las razones económicas, la merma en las ganancias en el comercio con el Oriente y las nuevas posibilidades mercantiles que la propia dominación permitía; entre las razones estratégicas, la principal era combatir las ambiciones españolas y/o francesas por ese territorio.

Con todo, a principios del siglo XVI, una expedición portuguesa recorrería las costas brasileñas al norte del río Amazonas. Los exploradores encontraron allí una gran cantidad de árboles de cuya corteza podía extraerse una sustancia apropiada para teñir tejidos, a la que llamaron palo brasil. Los indígenas de la zona talaban los árboles y se los entregaban a los portugueses, quienes los llevaban a Europa, donde se procesaba la madera y se obtenía la tintura. Así, los portugueses organizaron un sistema comercial que se caracterizaba por el tráfico intercontinental de productos que se obtenían sin necesidad de grandes inversiones de capital, ni asentamientos permanentes en las áreas productivas.

Con la llegada y conquista de América, por parte de los europeos, se trazaron planes de expansión que exigían mano de obra barata. Comenzó así el comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio negrero.

Los principales productos comercializados eran el palo brasil, especias, sedas y esclavos capturados en las costas africanas.

Ya en el siglo XVIII, los colonizadores portugueses comenzarían a organizar el cultivo del azúcar, cuya producción se desarrolló en los territorios del actual nordeste brasileño, sobre todo en la capitanía de Bahía. A su vez, los portugueses intentaron someter a la población indígena nómada que vivía en la región con el fin de emplearla como fuerza de trabajo en las haciendas azucareras. Para ello, organizaron compañías militares o bandeiras que se establecieron para realizar expediciones al interior del territorio y de la selva amazónica. Gran parte de esa población fue esclavizada, aunque no fueron suficientes para la mano de obra. Ante esta situación, a partir de 1530, los propietarios de las plantaciones recurrieron al uso de nativos africanos que habían sido reducidos a la esclavitud y trasladados al Brasil.

La producción del azúcar se realizaba en el ingenio. Este era el nombre que recibía el conjunto integrado por la hacienda donde se cultivaba la caña de azúcar, las herramientas empleadas para molerla y procesarla, y los almacenes donde se guardaba. Sus poderosos propietarios fueron conocidos como señores de ingenio.

Por lo demás, la exploración y colonización del interior del Brasil tuvo gran impulso a partir de 1693, cuando se descubrió oro en la región de Minas Gerais. Durante la primera mitad del siglo XVIII, la economía brasileña estuvo basada en la explotación y exportación de este metal precioso.

DOMINACIÓN COLONIAL INGLESA, FRANCESA Y HOLANDESA

Sin dudas, tanto franceses como holandeses e ingleses participaron de la empresa colonizadora en América. Así, además de buscar un paso hacia Oriente por el norte del continente, se proponían disputarles a España y Portugal el comercio (legal o de contrabando) con las colonias americanas y contar con productos para exportar a Europa.

Desde 1534, los franceses explorarían la costa atlántica del actual territorio de Canadá. En 1608, Samuel de Champlain remontó el río San Lorenzo, donde fundó la ciudad de Québec. El territorio fue conocido como Nueva Francia. En esa época, la principal explotación económica de la zona eran las pieles de castor que los comerciantes franceses compraban a los indígenas; con ellas se hacían sombreros que luego eran vendidos en Europa. La Corona francesa encargó a los jesuitas la evangelización de las comunidades indígenas que vivían en esas tierras.

En 1581, los holandeses se independizaron de España y crearon la Compañía de las Indias Orientales, encargada de organizar empresas comerciales y de colonización. Los holandeses fueron los principales adversarios de los portugueses, y disputaron sus posesiones en América, Asia y África. Así, hacia 1623, compraron a los indígenas una porción de territorio en América del Norte. Años más tarde, los ingleses conquistaron la ciudad y le pusieron el nombre de Nueva York.

Por su parte, los ingleses siguieron navegando las costas del norte de América para pescar bacalao, una de sus principales exportaciones. A principios del siglo XVII, en 1606, establecieron la primera colonia en tierra americana: Virginia. Con todo, intentarían establecer colonias que no poseían las características del rígido sistema feudal europeo. Hacia 1820 llegarían colonos conocidos como puritanos, que se habían marchado de Inglaterra perseguidos por sus ideas religiosas. Se los llamaba así porque reclamaban a la Corona británica y a la Iglesia oficial (la anglicana) una religiosidad más profunda y mayor austeridad. Por lo demás, la colonización también tuvo motivaciones económicas. De este modo, a lo largo del siglo XVII, en las colonias del noreste (Massachusetts), la principal actividad económica sería la agricultura para el abastecimiento interno. Las colonias del sureste (Virginia, Carolina y Georgia), en cambio, se especializaron en la producción de tabaco, algodón y azúcar para la exportación. Estos productos eran cultivados en grandes plantaciones que empleaban mano de obra esclava.

Con todo, las islas del Caribe fueron disputadas y repartidas por todas las potencias coloniales. Las plantaciones de azúcar y tabaco serían los principales cultivos que habrían de desarrollar.

Esclavos trabajando en los campos de algodón, en América del Norte. Varias de sus colonias se especializaron en la producción para la exportación.

La revolución cubana

La Revolución Cubana fue un hecho histórico que marcaría al pueblo de Cuba, Latinoamérica y al resto del mundo. Tuvo sus orígenes en el fracasado asalto al cuartel Moncada que Fidel Castro lideró el 26 de julio de 1953, cuyo objetivo era derrocar la dictadura de Fulgencio Batista. A raíz de ese incidente, Castro creó el Movimiento 26 de Julio, a través de una estrategia guerrillera; su propósito sería instaurar un gobierno nacionalista y antiimperialista en enero de 1959. Convertido en jefe indiscutible del movimiento revolucionario, reorientó la política y economía cubana hacia el bloque comunista soviético. Por su parte, Ernesto Che Guevara se convertiría en un mito de la revolución al morir en Bolivia en 1967, intentando extender la experiencia guerrillera.

Plaza de la Revolución, La Habana.

ANTECEDENTES

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 efectuado por el general Fulgencio Batista es el antecedente político más inmediato del estallido de la revolución cubana de 1959. La dictadura fue reconocida por los Estados Unidos, país que intervenía en la política cubana desde 1902 ya que tenía inversiones económicas que resguardar. El reconocimiento de la dictadura se debió al recelo que le habían suscitado los regímenes moderados de izquierda de Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás. Batista estrenó su régimen autoritario prometiendo la erradicación de la corrupción y del comunismo que, a su juicio, eran las dos amenazas de la prosperidad económica que se vivía; ninguna se erradicó. Uno de los reductos antigubernamentales más activos sería la Universidad de la Habana; allí, un grupo de jóvenes estudiantes de izquierda intentaría acometer un golpe de Estado el 26 de julio de 1953.

Su líder, Fidel Castro, organizaría un ataque al cuartel militar de Moncada en Santiago de Cuba iniciando una rebelión generalizada en contra de la dictadura; en la refriega los conspiradores fueron apresados. Unos meses después, Batista reorganizaba su gobierno ampliando la participación del ejército. El proceso abierto contra los golpistas por conspiración y desorden público se celebró en agosto de 1953. Fidel Castro asumió su defensa con un alegato en favor de los derechos humanos y de la potestad de luchar contra las tiranías terminando con la frase: “¡Condenadme, no importa! ¡La historia me absolverá!”. Castro pidió el retorno de la democracia, elecciones libres y libertad de expresión. El tribunal lo condenaría a quince años de cárcel, aunque el 5 de mayo de 1955, Castro se beneficiaría de una amnistía política y viajaría a México, en donde plantea una nueva estrategia contra el régimen de Batista.

¿Sabías qué...?
El retrato fotográfico del Che, hecho por Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas en el mundo.

LA LUCHA ARMADA

Batista ganó unas elecciones con el retiro de sus opositores por falta de transparencia en los comicios; inauguraba así su cuarto gobierno. En 1956 la mayor conspiración contra Batista sería el desembarco de Castro en la isla el 2 de diciembre junto a unos ochenta estudiantes y exiliados; todos fundadores del Movimiento 26 de julio. Su manifiesto, el “Plan de México”, lo describe como un movimiento insurreccional amplio, abierto a la incorporación de otras organizaciones revolucionarias; dispuesto a acabar con la tiranía para restablecer la democracia. Entre quienes firmaron el acta se encontraba Ernesto Guevara, apodado el Che, quien no ocultó nunca su filiación comunista.

El desembarco del “Granma” permitió a Castro y a sus acompañantes refugiarse en Sierra Maestra, zona desde donde organizarían la resistencia armada. Las simpatías que despertaba la guerrilla castrista en 1957 con su prédica liberadora, sus ataques a los puestos militares y el mito nacionalista que identificaba a sus líderes, haría que al movimiento se sumaran grandes sectores de la población. Desde Santiago de Cuba, los rebeldes lanzaron el 12 de julio de 1957 un nuevo manifiesto con los grupos políticos afines insistiendo en que la razón del movimiento era acabar con el régimen de Batista y sus violaciones de los derechos humanos.

El gobierno de Batista experimenta, desde 1957, varias crisis en su frente interno y externo que, poco a poco, intensifican su aislamiento. La primera estalla con la rebelión de un sector de la marina de guerra el 5 de septiembre de 1957; el entendimiento entre Batista y las fuerzas armadas había dejado de existir. Además, surgió la crisis económica provocada por la caída de los precios internacionales del azúcar. Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos llegaron a su punto más bajo con el embargo de armas que decretaría este último. La convocatoria de elecciones para julio de 1958 hizo evidente el descontento de los partidos políticos con Batista, a quien demandaron la plena restauración de la constitución reformista de 1940.

La difícil coyuntura política y económica hizo que las elecciones se realicen en noviembre de 1958; Castro y su grupo boicotearon el acto denunciándolo como fraude. En medio de la violencia triunfaría la candidatura oficial, a pesar de que se consideraba que Márquez Sterling había sido el verdadero triunfador. El gobierno dio por válidos los resultados y Batista transfirió el cargo a su sucesor a principios de 1959.

Hacia diciembre de 1958, Castro y los seguidores que se sumaron a su movimiento guerrillero acometieron la última ofensiva contra el régimen de Batista. En su recorrido hacia La Habana, las ciudades más importantes del país fueron cayendo bajo su control sin oponer mayor resistencia; el 31 de diciembre de 1959, ya se encontraban en las afueras de la capital. Presionado por los militares, Batista renunció al cargo y se exilió en República Dominicana. Los “guerrilleros barbudos” habían logrado su objetivo de derribar al dictador y Castro entró en La Habana el 8 de enero de 1959.

LA REVOLUCIÓN EN EL PODER

La revolución encontraría respaldo para su institucionalización internacional en el reconocimiento de Estados Unidos al presidente provisional Manuel Urrutia. Sin embargo, el asentamiento definitivo de la revolución comenzaría con el nombramiento del propio Fidel Castro como primer ministro el 16 de febrero. En medio de un amplio apoyo popular, éste prometió forjar la redención moral y la realización nacional en Cuba, pasando a ser secundarias sus demandas originarias de libertad política.

Las reformas sociales que decretó Castro durante su primer año de gobierno tuvieron un carácter moderado pero nacionalista. Después de hacer una visita no oficial a Estados Unidos, decretó la reforma agraria de 1959 que expropió los latifundios azucareros en manos de las compañías norteamericanas a las que se ofreció una compensación económica. El primer incidente político al que Castro se enfrentó fue el reemplazo del presidente Urrutia, por Osvaldo Dorticós el 17 de julio de 1959. Para forzar ese cambio, Castro presentó su renuncia al cargo de primer ministro, rectificándose tras el relevo de Urrutia.

A principios de 1960 se iniciaría el distanciamiento entre el régimen cubano y la administración norteamericana al reanudar Cuba sus relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética.

En mayo, Estados Unidos suspendió la ayuda económica que había prestado al régimen cubano y, dos meses después, redujo en un 95% la cuota de adquisición de azúcar cubana. El 2 de septiembre de 1960, Cuba canceló el pacto militar de defensa del hemisferio occidental que había firmado en 1947. A su vez, Castro nacionalizó más de ciento cincuenta empresas norteamericanas. Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1961 e inicia una ofensiva desestabilizadora apoyando la invasión de la isla en Bahía de Cochinos el 20 de febrero de 1961. Ante ese intento, el régimen cubano proclama el carácter socialista de la revolución. Cuba iniciaría así su alineación con el bloque soviético. Pero no sólo la política y la economía comenzaron a vincularse al socialismo, también en el plano de la colaboración militar las relaciones con Moscú se estrecharon. Ello provocó la crisis de los misiles, una situación de tensión mundial que estalló en octubre de 1962 al denunciar el presidente Kennedy la existencia en la isla de cohetes soviéticos de ofensiva. La posibilidad de un ataque directo del ejército norteamericano se apaciguó cuando el jefe de Estado soviético, Nikita Krushev, ordenó retirar dicho armamento.

¿Sabías qué...?
Castro entró al Libro Guiness de los Records por pronunciar el discurso más extenso en la historia de Naciones Unidas: 4 horas y 29 minutos.

Desde 1962, la revolución cubana en el poder experimentó varias etapas:

1) la etapa del camino al socialismo (1962-1985)
2) la fase de rectificación de errores (1986-1990)
3) el período especial (1991-1994)
4) el proceso de reforma económica (1995 en adelante).

La etapa del camino al socialismo representa los momentos de máximo apogeo del régimen castrista. En política interior, el mayor avance ocurre en el campo económico debido a una redistribución más equitativa de la riqueza y casi alcanzar el pleno empleo. Se logran importantes avances sociales al garantizarse los servicios básicos de educación, salud, vivienda y cultura. El Estado se convierte en el dueño de todos los bienes de producción y en el exclusivo inversionista en el país, supeditando toda su política económica a planificaciones quinquenales. Por último, la dependencia comercial que se forja con el bloque soviético a cambio de su asistencia militar y económica conduce al país a concentrarse en una actividad mono-productora: la siembra de azúcar.

Con respecto a la competencia política, ésta es impuesta en 1965 al reconocimiento legal de una única organización: el Partido Comunista Cubano. Los partidos políticos anteriores a 1959 fueron prohibidos. Cuba experimenta un permanente embargo comercial de Estados Unidos y es expulsada de la Organización de los Estados Americanos. La política internacional del régimen se torna agresiva cuando disemina su experiencia revolucionaria a otros países. En el continente americano tal liderazgo es asumido desde 1965 por Ernesto Che Guevara y su proyecto de descolonización sustentado en la teoría del “foquismo guerrillero”. Su muerte en Bolivia en 1967 interrumpiría el intento de internacionalizar la revolución en el continente; ésta se reanudaría a fines de los años setenta con el apoyo a las guerrillas nicaragüense y salvadoreña. En su empeño de exportar su revolución, Cuba trasladó el escenario de su influencia a África apoyando a los movimientos de liberación de Angola, Etiopía, Sierra Leona, Guinea Ecuatorial y Somalia entre los años sesenta y ochenta; bien a través de asesoría militar o mediante el envío de tropas.

Camilo Cienfuegos.

A partir de 1986, en coincidencia con los cambios liberalizadores que comienza a experimentar la Unión Soviética, Castro patrocina en la isla un camino inverso conocido como el “proceso de rectificación de errores”. Con este discurso se trata de detener la pequeña experiencia de apertura al mercado tolerada por el régimen a principios de 1980. Pero esta coyuntura se destacará por la primera crisis económica cubana debido a la drástica caída internacional de los precios del azúcar, ocurrida en 1985. Esta situación afectaría especialmente a la sociedad, tornándose cotidianas las campañas de racionamiento de bienes. En materia internacional, el fracaso de los movimientos de liberación nacional en África y la dificultad económica de mantener las tropas y subsidios hace retroceder a Castro en su idea de exportar la revolución.

El desmoronamiento del bloque soviético comenzado en 1989 afectaría drásticamente la política de Cuba. Asimismo, el colapso del comunismo en todos los países vinculados a la órbita soviética empeoraría su situación interna. La pérdida definitiva de la ayuda económica que recibía de la Unión Soviética, la extrema vulnerabilidad de su economía exportadora en los mercados internacionales y la prolongación del embargo norteamericano, hicieron presagiar la caída del régimen. Al decretar en 1990 el inicio del “período especial”, Castro no sólo se propuso salvar los logros sociales obtenidos por la revolución cubana sino también su propio régimen del partido único. Se decretó la reorientación de su comercio exterior y se incentivó el desarrollo de infraestructuras vinculadas al turismo. Se ejecutaron medidas liberalizadoras, al mismo tiempo que se permitieron las actividades laborales privadas. Ninguna de estas medidas ha podido evitar que el crecimiento económico cubano experimentara un retroceso significativo y que la mayoría de la población se empobreciera aún más.

Monumento al Che Guevara en Santa Clara, donde se encuentran enterrados sus restos.

La fase más reciente de la revolución cubana ha tomado el nombre de proceso de reforma económica. Oficialmente esta fase empezó en 1995, aunque ella no ha hecho más que matizar algunos de los cambios ocurridos tras la apertura económica y la descentralización exportadora iniciadas en 1992. Por lo demás, el régimen castrista sigue resistiéndose a impulsar una transición política a la democracia.

La Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento bélico internacional que se desarrolló entre el 28 de julio de 1914 y el 11 de noviembre de 1918. No sólo llegaría a convertirse en una “Guerra Total” sino que trascendería al ámbito mundial cuando intervinieron en ese conflicto naciones situadas en otros continentes. Por primera vez en la historia de la humanidad, una lucha armada involucraba a todas las grandes potencias del mundo, que se alinearían en dos bandos enfrentados: por un lado, los Aliados de la Triple Entente, y, por otro, las Potencias Centrales de la Triple Alianza.

Varios son los rasgos distintivos de la Primera Guerra Mundial con respecto a aquellos conflictos a los que le precedieron en el siglo XIX: su gran extensión, su larga duración, el empleo de un sofisticado armamento, la masiva movilización militar y civil, y el uso de la propaganda.

Todas las fuerzas en conflicto creyeron que la guerra iba a ser rápida y contundente. Sin embargo, una vez iniciadas las operaciones, se haría evidente que la contienda se convertiría en una lenta agonía que, por su magnitud y consecuencias, constituiría una brecha que separaría el siglo XX de todo lo precedente.

Ilustración digital del mapa de Europa durante la Primera Guerra Mundial.

CAUSAS

A finales del siglo XIX, el dominio sobre las colonias provocaría conflictos entre las potencias dominantes que se resolvían por acuerdos diplomáticos, o por guerras locales. Sin embargo, la diplomacia internacional iría variando. A medida que crecían las necesidades de expansión de las grandes potencias, las confrontaciones se hicieron incontrolables. Asimismo, era difícil resolver los conflictos en un escenario que se había ampliado.

ANTECEDENTES: tensiones entre las potencias europeas antes de la I Guerra Mundial.

1. Bismarck y la diplomacia europea de 1871 a 1890.

Otto von Bismarck había organizado las relaciones entre las distintas potencias europeas; su objetivo sería aislar a Francia para evitar un posible revanchismo por la pérdida de Alsacia y Lorena además de concertar alianzas con Austria-Hungría, Rusia, Italia e incluso con Gran Bretaña.

Bismarck perseguía como objetivo final la paz, aunque no dudó en utilizar la amenaza de guerra para forzar la firma de un tratado. Estas amenazas hacen que las potencias europeas inicien la carrera armamentística. Cuando Bismarck abandona la política, sus sucesores no serán lo suficiente hábiles para mantener estos objetivos y Rusia se aliará a Francia haciendo la guerra inevitable.

2. El caos de los Balcanes.

En la zona de los Balcanes, el Imperio otomano se desmembraba; por ello, todos los jóvenes países nacidos de su deterioro aspiraban a su independencia. Sin embargo, las dificultades eran muchas: los pueblos mezclados hacían de la zona un mosaico de lenguas y religiones; resultando imposible el nacimiento de Estados viables. Ante este caos, Serbia pretende la unión de todas las minorías para formar la Unión de los Eslavos del Sur o Yugoslavia.

A nivel internacional dos grandes potencias tienen ambiciones territoriales sobre la zona: Rusia busca una salida al Mediterráneo, por lo que apoya a Serbia; Austria-Hungría, en cambio, pretende extenderse hacia el sur. Las rivalidades entre ellas irían en aumento y entre 1908 y 1909 Rusia y Austria llegan casi a la guerra a causa de Bosnia, territorio que se incorpora a Austria y cuyo reconocimiento Alemania, aliada suya, exigía al zar. Rusia tendría que aceptar esta resolución, siendo humillada por ello. Esta rivalidad entre Rusia y Austria será una de las causas de la Guerra.

El conflicto reveló la maquinaria de terror paradójicamente surgida de los avances y el progreso de la ciencia y la tecnología. El intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra (fusiles, ametralladoras, gases venenosos, vehículos de combate, dirigibles, primeros aviones de guerra, y acorazados) modificarían la ciencia militar.

3. La crisis marroquí.

La rivalidad entre Alemania y Francia se manifiesta en Marruecos, zona sobre la que Francia pretende instaurar un protectorado y en la que Alemania tiene intereses comerciales. En definitiva, las crisis y rivalidades de los Balcanes y de Marruecos van a consolidar en Europa a dos bloques: Alemania aliada de Austria-Hungría y Rusia aliada de Francia.

CAUSAS PRÓXIMAS

1. Rivalidades territoriales.

Francia deseaba el territorio de Alsacia y Lorena que le había sido arrebatado por Alemania en 1871; la tensión aumentará cuando Alemania inicie una política de germanización sobre la población de lengua francesa de esos territorios. Por su parte, Polonia sigue repartida entre Rusia, Austria y Prusia por lo que, en la zona austríaca, el gobierno es tolerante con el nacionalismo polaco; en la zona prusiana (alemana), por el contrario, se prohíbe la lengua y se instalan colonos de habla alemana; y en Rusia, el zar alienta el nacionalismo para que Polonia se unifique e integre dentro del Imperio Ruso.

En los Balcanes se producen enfrentamientos conocidos como Guerras Balcánicas. Estos conflictos supusieron la expulsión definitiva del Imperio otomano de la península salvo en el extremo oriental de Tracia, el establecimiento de fronteras casi definitivas y el nacimiento de Albania como Estado independiente. Sin embargo, no se resolvieron las disputas territoriales entre los países balcánicos, manteniendo Bulgaria sus deseos de nuevas fronteras; Macedonia, Tracia y Dobruja serían objeto de competencia.

En el Imperio Austro-húngaro, los movimientos nacionalistas de los distintos territorios que componen ese Estado (húngaros, checos, eslovacos) aspiran a una mayor autonomía e incluso a la independencia. Este factor genera inestabilidad y es aprovechado por sus rivales.

2. Rivalidades militares.

Ante una posible guerra, todas las potencias se lanzaron a la carrera armamentística, por lo que el servicio militar es prolongado a tres años, multiplicándose el presupuesto del ejército. Francia y Gran Bretaña temían por el rearme alemán, pues disponía de un gran potencial industrial.

3. Rivalidades económicas.

Gran Bretaña había sido la gran potencia industrial de Europa hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, desde los inicios del XX, tiene que sufrir el desarrollo de la industria alemana y su sustitución en los distintos mercados europeos. Además, la política económica alemana era agresiva, con fuertes medidas proteccionistas que fomentaban la exportación y la conquista de mercados.

4 Las causas psicológicas.

Algunos historiadores han señalado la importancia de los medios de comunicación para influir en el estado de ánimo colectivo manejando a la opinión pública; también fueron causantes del aumento de la tensión. Se cree que el aumento de efectivos en los distintos ejércitos estuvo motivado por ese clima. Alemania pasó de 621.000 hombres a 820.000 en un año, Austria pasó de 100.000 a 160.000, Francia logró unos efectivos de 750.000 hombres y Rusia 1.800.000. Junto con el aumento de efectivos también se produce el aumento de los impuestos para fines bélicos en casi todos los países; para justificarlo se bombardea con la idea de guerra inminente.

¿Sabías qué...?
Alemania terminó de pagar sus deudas por reparaciones de la primera guerra mundial el 3 de Octubre de 2010.

EL DESARROLLO BÉLICO

LOS BLOQUES CONTENDIENTES

Son las dos alianzas en las que se agrupaban los países europeos:

La Triple Entente: Francia, Reino Unido y Rusia.
La Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia.

Cada uno de ellos va a hacer esfuerzos para atraer a otros países y aumentar su potencial militar; tendrán que prometer concesiones territoriales y promesas difíciles de cumplir. Japón, por ejemplo, entró en la guerra en agosto de 1914 por los aliados, para quedarse con factorías de Alemania en Asia. Hacia noviembre, Turquía apoyaría a los imperios centrales: fue un duro golpe a los aliados pues la única salida de Rusia era por el Mar Negro y Turquía controlaba los estrechos que lo comunicaban con el Egeo. En mayo de 1915 entra Italia con los aliados, con la promesa de ciertas concesiones territoriales a costa de Austria.

Durante febrero de 1917 un acontecimiento decisivo dio un viraje completo al conflicto: la Revolución rusa. Ésta obligaría a abdicar al Zar Nicolás II, quedando Aleksandr Kérenski, quien continuaría en guerra contra Alemania. Sin embargo, en octubre estalla la revolución bolchevique que depuso al gobierno de Kérenski. La inestabilidad permitió a los alemanes un gran avance en Rusia. Los bolcheviques tomaron el control y firmaron el armisticio con los imperios centrales en el mes de diciembre. Así, para obtener la paz consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales.

Hacia abril de 1917 los Estados Unidos le declaran la guerra a los imperios centrales, dándole a la contienda el carácter mundial pero sus efectos no se sentirían sino hasta 1918. El hecho que motivó el ingreso de Estados Unidos en la guerra, fue el hundimiento del Lusitania, donde murieron 123 estadounidenses, por un submarino alemán. Los países que permanecerían neutrales a final de la guerra serían Suiza, los Países Escandinavos, Holanda y España.

Imagen alusiva al hundimiento del Lusitania. Ocurrido frente a las costas de Irlanda el 7 de mayo de 1915, fue uno de los mayores desastres navales ocurridos a un buque de línea durante la Primera Guerra Mundial.

LAS ETAPAS DE LA GUERRA

1. La guerra de movimientos (hasta diciembre de 1914).
En el frente oeste los alemanes ponen en marcha el plan Schilieffen e invaden Bélgica y una parte del norte de Francia; no contaban con la dura resistencia francesa, que frenaría a los alemanes en el río Marne, paralizando la ofensiva y estabilizando los frentes en trincheras. En el frente oriental, los rusos, mal equipados y con pésimas comunicaciones, son derrotados por los alemanes en Tanneberg. Tras la batalla de Lemberg, Austria sería derrotada y tendría que abandonar Serbia.

2. La guerra de posiciones (diciembre de 1914- febrero de 1916).
El fracaso del plan Schlieffen detiene a los alemanes y el frente se estabiliza en una guerra de trincheras; una guerra de desgaste basada más en la capacidad de abastecimiento de los frentes que en los avances militares. El prototipo de guerra de trincheras fue Verdún, donde los franceses resistieron penosamente el empuje alemán. Entretanto, los ingleses ganan la batalla naval de Jutlandia a los alemanes; en el Este los aliados fracasan al intentar abrir los estrechos turcos para comunicarse con Rusia.

3. Las novedades de 1917.
En el año 1917 cambia el panorama bélico. En el oeste, los Estados Unidos entran en la guerra tras varios incidentes con Alemania. Esto desequilibra la balanza a favor de los aliados, que así cuentan con grandes suministros de hombres, materiales y capitales. Mientras tanto, en el este, Rusia se retira de la guerra en noviembre tras el triunfo de la revolución bolchevique. Eso se confirma en febrero de 1918 con el tratado de Brest-Litovsk. El frente oriental queda eliminado.

4. El retorno a las grandes ofensivas (1918).
En el último año de la guerra todas las naciones hacen un esfuerzo supremo para lograr la victoria. Los alemanes, una vez eliminado el frente este, se van a centrar en el oeste, desde donde aumentará su empuje. Los aliados coordinarán todas sus fuerzas bajo el mando de Ferdinand Foch. Cuando los americanos intervienen, la inferioridad alemana es manifiesta y se produce el declive a partir de agosto con la derrota en Montdidier. En septiembre los generales alemanes Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff declaran la imposibilidad de resistir. Desde allí se acelera la caída de los alemanes. El 9 de noviembre, el kaiser Guillermo II huye de Alemania y se proclama la República de Weimar. El 11 de noviembre se firma el armisticio en el bosque de Compiègne, acaso el mayor avance de los alemanes que fueron frenados a tiempo por los refuerzos estadounidenses.

El conflicto se convirtió en una guerra de posiciones: los ejércitos se enterraban en trincheras protegidas por alambradas y terraplenes, con lo cual los soldados estuvieron sometidos a durísimas condiciones, mal alimentados, atacados por el frío, la suciedad, las ratas y los piojos. Así se libraron las más terribles y sangrientas batallas de la guerra que pese a su magnitud no consiguieron alterar el rumbo del conflicto.

EL DESARROLLO DEL CONFLICTO

• LOS PLANES ESTRATÉGICOS
Los dos bloques tenían estrategias para vencer al enemigo, elaboradas mucho antes del estallido del conflicto. Desde 1891, los alemanes disponen del plan Schlieffen para atacar a Francia: el acelerado ataque antes de que los rusos se organizaran; una vez neutralizado el frente francés, podrían dedicarse al frente ruso. Los franceses contaban con el Plan XVII desarrollado en 1911 por el general Joseph Joffre; el desarrollo de ofensivas a cualquier costo. Sin embargo, los franceses tendrían que defenderse para frenar a los alemanes.

El fracaso de estos dos planes permitiría que el conflicto se transformara en una guerra larga y, para intentar vencer al enemigo, se utilizaran varias tácticas:

a) de ruptura, para destrozar el frente enemigo;
b) de desgaste, por agotamiento de sus recursos (guerra de trincheras);
c) de división, la apertura de muchos frentes secundarios para fraccionar las fuerzas del enemigo.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

El 27 de Octubre de 1918 Alemania consintió en aceptar las negociaciones de paz y Guillermo II debió entregar el poder. En tanto, comenzaron los preparativos para la conferencia de Versalles en la cual los representantes de los países vencedores se reunieron para preparar el tratado definitivo de paz. Alemania quedaba obligada a reducir su ejército y armamento y a pagar fuertes sanciones económicas como reparación a los aliados. El antiguo territorio del Imperio alemán fue dividido por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, y responsabilizado por el conflicto. Este tratado produjo amargura entre los alemanes; fue la semilla inicial del próximo conflicto mundial.

Las consecuencias del enfrentamiento fueron:

• Pérdidas demográficas: Se cree que murieron en la guerra unos 12 millones de hombres. Alemania perdió 1.800.000, es decir, el 12 % de sus hombres entre 15 y 50 años; Francia 1.400.000, Gran Bretaña 750.000; y Rusia unos tres millones. A esto debemos añadir los millones de heridos y mutilados de guerra. El número de huérfanos fue elevadísimo. En muchos sitios se produjo superpoblación femenina.

• Pérdidas económicas: Los enemigos destruyeron infraestructuras y atacaron centros de producción; el costo de la contienda sería enorme. El país más afectado fue Francia donde se devastaron grandes superficies. Tras la guerra vendría el racionamiento, el hambre y la escalada de precios, además del pago de fuertes indemnizaciones de guerra de los países vencidos, hipotecando aún más su recuperación.

Uno de los mudos testigos del horror de la Primera Guerra Mundial es el cementerio ubicado en la saliente de Ypres. El monumento al fondo contiene restos sin identificar de miles de soldados.

• Transformaciones sociales: Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorristas, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad y se volvieron indispensables durante toda la guerra. Los cambios sociales estuvieron estrechamente ligados a la lucha política que emprendería el Liberalismo, el Comunismo y el Fascismo a lo largo del siglo XX.

A consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios -el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano- y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov. Se confirmaba el final del Absolutismo Monárquico y se transformó el mapa de Europa:

• el Imperio del zar se convirtió en la Rusia comunista (más tarde la URSS),
• el Imperio Otomano dio paso a Turquía (península de Anatolia y Constantinopla),
• el Imperio Austro-húngaro dio paso a los Estados de Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia, como nuevos países independientes.
• el Imperio alemán fue reemplazado por la República de Weimar.

El peso político de Europa decae y fue sustituido por el de otras potencias: Estados Unidos, Japón y, más tarde, la Unión Soviética. Las potencias vencedoras permitieron el incumplimiento de algunos de los términos establecidos en los distintos tratados de paz, lo que provocaría el resurgimiento del militarismo y del nacionalismo agresivo en Alemania además de los desórdenes sociales en gran parte de Europa; agudizó la crisis económica, hubo una fuerte agitación social y resurgieron movimientos bélicos producto de las disputas que habían quedado sin resolver.

La civilización Bizantina

El Imperio Bizantino se originó como consecuencia de la división del Imperio Romano, realizada por Teodosio en el año 395. Este imperio lograría así sobrevivir a la amenaza germánica que había hecho sucumbir al Imperio Romano de Occidente en el año 476 y lograría perdurar por más de diez siglos hasta 1453; año en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla.

Bizancio y Occidente se distanciaron progresivamente, a pesar de contar con un pasado común y con muchos puntos de contacto, conformando universos distintos. De hecho, en el terreno político contuvieron por largos siglos el avance del Islam sobre Europa oriental.

Los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograrían fusionar la cultura de griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres orientales y occidentales. De esta manera, conservaron adquisiciones de la antigüedad y las reelaboraron bajo nuevas formas. Por lo demás, aunque hablaban griego, se autodenominaban romanos para así indicar su carácter de herederos del antiguo y prestigioso Imperio Romano.

Restos de antigua muralla bizantina.

 

LA EXTENSIÓN DEL IMPERIO

Las fronteras del Imperio Bizantino fueron fijadas, en un principio, por el emperador Teodosio en el año 395, cuando había dividido el Imperio Romano. Así, estaba formado por la península Balcánica, Asia Menor, Siria y Egipto. Estas últimas eran las provincias más pobladas, más ricas y con mayor tradición cultural. Sin embargo, los límites del imperio estuvieron sujetos a constantes fluctuaciones, que dependían de la capacidad de resistencia interna y del vigor de las potencias rivales. Así, cuando en el siglo VII, el imperio perdió a manos de los árabes Siria y Egipto, la pérdida fue compensada por el grado de homogeneidad que se ganó. De este modo, integrado el imperio por distintas etnias y culturas, sólo lo unían la religión y el acatamiento al emperador.

EL IMPERIO DE JUSTINIANO

Desde la caída del Imperio Romano de Occidente, los gobernantes bizantinos añoraban los tiempos en que este imperio dominaba todo el mar Mediterráneo. Uno de ellos, el emperador Justiniano (527-565) constituyó un fuerte Estado centralizado e intentó restaurar toda la grandeza del viejo imperio. Hijo de un campesino, tuvo una excelente formación gracias a su tío, el emperador Justino, que lo nombraría sucesor. De este modo, una vez en el trono, Justiniano compartió la idea de que el mundo cristiano, así como tenía una sola religión y una sola Iglesia, debía tener también una única autoridad política: el emperador bizantino.

Con estas ideas dirigió sus miras hacia Occidente, que en manos de reyes germánicos se había alejado de la influencia imperial. De hecho, llevaría a cabo un ambicioso plan de conquistas con la cual se apoderaría del reino vándalo instalado en África; más tarde venció a los ostrogodos que dominaban la península itálica y, por último, ocupó el sur de Hispania, desplazando temporalmente a los visigodos. No obstante, más trascendencia tuvo la reforma interior del Estado bizantino, que buscaba renovar las bases en las que se asentaba el Imperio. Para ello reformaría la administración central, residente en Constantinopla, que supervisaba a los funcionarios de provincia.

Además, decidió mejorar las leyes, con lo cual encargó a su colaborador, el jurista Triboniano, la redacción del Código de Derecho Civil, o Corpus Iuris Civilis, común para todos los habitantes del imperio. Por otra parte, Justiniano mejoró la situación de la hacienda pública y de la recaudación de impuestos, para sostener una organización civil y militar más eficiente.

La época de Justiniano no sólo destaca por sus éxitos militares o por la recopilación de leyes. Bajo su reinado, Bizancio vivió una época de esplendor cultural, a pesar de la clausura de la Academia de Atenas en el 529. Aquí se fueron destacando, entre otras, las figuras de los poetas Nono de Panópolis y Pablo Silenciario, el historiador Procopio, y el filósofo Juan Filopón. Sin embargo, el esplendor de la época encuentra su mejor ejemplo en una de las obras arquitectónicas más célebres de la historia del Arte: la iglesia de Santa Sofía, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.

La Iglesia de San Marcos, en Venecia, se construyó en el siglo XI, durante la llamada segunda Edad de Oro del arte bizantino (siglos IX-XIII); el estilo de Bizancio influyó poderosamente en el arte románico europeo.

LOS SUCESORES DE JUSTINIANO: TIEMPOS DIFÍCILES

Poco después de la muerte de Justiniano, los bizantinos perdieron gran parte de sus posesiones conquistadas en Europa occidental. El agotamiento de recursos les impediría afrontar el avance de los ávaros, eslavos y búlgaros, que presionaban para internarse en los Balcanes. Los persas, por su parte, se adentraban cada vez más en las provincias orientales. Sin embargo, fue surgiendo un nuevo, y acaso más temible, adversario llegado desde Arabia: los musulmanes. En pocos años, estos últimos ocuparon Siria, Palestina y el norte de África, las mejores tierras agrícolas y las ciudades más ricas y comerciales del imperio, quedaron reducidas entonces a Grecia, Constantinopla, Asia Menor y algunas regiones de Italia.

Para defenderse, los sucesores de Justiniano crearon provincias fronterizas, gobernadas por militares, y entregaron tierras a los campesinos a cambio de que sirvieran en los ejércitos. De esta forma, los generales tuvieron cada vez más poder, y el imperio se militarizó. Este sistema de defensa fue efectivo y permitió frenar el avance musulmán en Asia menor, derrotar a los búlgaros que atacaban por el Norte y extender la influencia de Bizancio sobre los pueblos eslavos desde los Balcanes hasta Kiev. Sobre estas bases, hacia el siglo IX, accedió al trono una dinastía de emperadores macedónicos que gobernaría durante más de dos siglos y produciría un renacimiento del Imperio.

Sin embargo, durante el siglo XI, el Imperio Bizantino vio nacer un nuevo y mayor peligro: los turcos selyúcidas, que se apoderarían de parte de Asia Menor y de Palestina. Las guerras afectaron duramente la economía y cultura bizantinas: muchas ciudades fueron destruidas o abandonadas, la población disminuyó, y el comercio y la producción artesanal se debilitaron. Estos acontecimientos marcaron el inicio de la decadencia de Bizancio, que concluyó en 1453, cuando los turcos otomanos ocuparon Constantinopla.

Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino.

EL ESTADO IMPERIAL

Los bizantinos concebían al Estado imperial como parte del plan de Dios para el mundo. De la misma forma que Dios era único, sólo podía existir en la Tierra una única autoridad política: el emperador. Así, el imperio constituía una monarquía teocrática en la que el soberano estaba revestido de autoridad absoluta. Por esta razón, su ascenso al trono era bendecido por el patriarca de Constantinopla. Con todo, la sede del gobierno era el palacio, un enorme edificio que conformaba una especie de ciudad dentro de la misma ciudad.

Así las cosas, para su acción de gobierno, el emperador contaba con tres instrumentos:

• La burocracia civil, conformada por funcionarios y profesionales de la administración pública, cuyas características eran su reglamentación estricta y una específica diferenciación de funciones y jerarquías.
• El ejército, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades, y en donde en las zonas de frontera se completaba con los estratiotas, soldados campesinos a los que se pagaba mediante entrega de tierras.
• La Iglesia bizantina, que a diferencia de lo que ocurría en Occidente se encontraba subordinada al emperador. Esta característica se conoce con el nombre de césaro-papismo.

¿Sabías qué...?
Bizancio fue la única potencia estable en la Edad Media.

LA RELIGIÓN

La sociedad bizantina era profundamente religiosa. De hecho, todo quehacer humano estaba impregnado de sentimiento religioso. Así, el particular modo de concebir la religión provocaría que se suscitaran querellas religiosas que envolvieron en sus discusiones a gran parte de la sociedad. Esto ocurrió con el monofisismo, una corriente religiosa que sostenía que Cristo poseía una sola naturaleza, la divina, y que contrariaba a la posición cristiana ortodoxa, que invocaba una doble naturaleza de Cristo: humana y divina. Así pues, el monofisismo tuvo hondo arraigo en Siria y Egipto, hecho que estimuló el separatismo de estas provincias y facilitaría la posterior conquista árabe.

Con todo, en el siglo VIII se suscitaría otra querella promovida por los iconoclastas. Éstos sostenían que las imágenes religiosas llevaban a prácticas supersticiosas, porque se adoraba en ellas a la imagen representada y no a Dios. Además, los iconoclastas buscaban disminuir el poder económico y social de los monjes. Ahora bien, como los iconoclastas fueron protegidos y estimulados por algunos emperadores, se inició un distanciamiento con el Papado romano, que se oponía a los iconoclastas. Este proceso culminaría así con el cisma entre la cristiandad occidental y la oriental, en el 1054. En tanto que la primera aceptaba como jefe espiritual al Papado romano, Oriente reconocía al patriarca de Constantinopla.

Una característica del arte bizantino fue representar a Cristo bendiciendo con la mano derecha, cuyos dedos índice y medio aparecen levantados.

CONSTANTINOPLA: LA NUEVA ROMA

Contrariamente a lo que sucedió en Europa occidental, las ciudades del Imperio bizantino prosperaron como centros administrativos, comerciales e industriales. A su vez, el centro más importante era su capital, Constantinopla, cuya trascendencia se debería, en gran parte, a su situación geográfica. Fundada en el año 330 en honor del emperador reinante Constantino el Grande, en ella confluían diversas rutas terrestres y marítimas. Así las cosas, debido a su emplazamiento, Constantinopla era fácilmente defendible. Un sistema de murallas terrestres y marítimas, la convirtió en una fortaleza casi inexpugnable. Fue, por mucho tiempo, una de las ciudades más pobladas del mundo, con numerosos y lujosos edificios públicos y gran cantidad de iglesias, pero la crisis producida en el imperio a partir del siglo XI causaría el descenso de su población.

Monasterios del monte Athos. Particularmente célebres, nada expresó mejor la intensidad de la vida religiosa del Imperio bizantino que la vitalidad de los monasterios. Los monjes gozaban de enorme popularidad, y muchos laicos acababan sus días en un convento al que donaban sus bienes.

CAUSAS DE SU DECADENCIA

En sus últimos siglos de existencia, el Imperio viviría una lenta y paulatina decadencia. Varias son las causas: una de ellas fue la invasión de los turcos selyúcidas en el siglo XI, que privaría al imperio de la zona más rica: el Asia Menor. Ahora bien, aun aquellos territorios que conservaban los emperadores se hallaban en una situación de inseguridad debido a las continuas incursiones de servios, búlgaros y otros pueblos bárbaros. De este modo, la agricultura redujo su producción, con lo cual Constantinopla debió alimentar a su población con productos importados. A su vez, los grandes dominios aumentaron sus dimensiones y, en ellos, los campesinos trabajaban en condiciones muy duras que los llevaron a la miseria, al abandono de los campos y a la rebelión. Otra causa de la decadencia fue el declinar del comercio. Los bizantinos descuidaron su armada, y el tráfico comercial cayó paulatinamente en manos de venecianos y genoveses.

La ruina del Estado bizantino se hizo inevitable, ya que sus principales fuentes de ingresos, los impuestos a las
tierras y los derechos de aduana, eran cada vez menores. Minado en sus bases, el Imperio debió ceder territorios
a distintas potencias. Por último, sufrió la invasión de los turcos otomanos. Cuando en el 1453 éstos tomaron
Constantinopla, el Imperio se hallaba reducido prácticamente sólo a la capital.

La inestabilidad política de Latinoamérica en el siglo XX

A lo largo del siglo XX Latinoamérica tuvo como característica la inestabilidad de sus regímenes políticos. La combinación de fuertes intereses encontrados e instituciones débiles, originaron la instauración de dictaduras, en un principio como hechos aislados, pero que en la segunda mitad del siglo se generalizaron conformando un entramado complejo.

Secuencia de dictaduras

Las dictaduras que se sucedieron durante la segunda mitad del siglo XX en el continente, no ocurrieron de manera aislada sino que formaron parte de un plan ideado y puesto en marcha desde los Estados Unidos por intereses económicos y políticos, con el objetivo de ampliar sus beneficios en base a un orden social logrado mediante acciones represivas y de control. Puede decirse entonces, que se trató de una secuencia de dictaduras, pues no fue otra cosa que una sucesión de hechos relacionados entre sí.

Para lograr su cometido, los grupos supranacionales que se movilizaron detrás de los golpes de estado contaron, en primer lugar, con la gestión de los gobiernos de Estados Unidos, sumado a la imprescindible colaboración de las fuerzas armadas de los países afectados, además de grupos empresariales locales dirigidos por sectores oligárquicos que actuaban en connivencia con los intereses extranjeros. Luego de concretar el golpe, el poder era ejercido por un civil, miembro de algún grupo económico importante, con el respaldo explícito de las fuerzas armadas, o bien directamente por un militar. Pero cualquiera fuera la modalidad, lo concreto era el desplazamiento de gobiernos elegidos de manera democrática, para remplazarlos por dictaduras que impusieron políticas que significaron un impresionante retroceso de las conquistas sociales y de la distribución de la renta.

CARACTERÍSTICAS

De lo dicho anteriormente se desprenden una serie de características comunes a las dictaduras instauradas entre los años 1964 y 1984, de las cuales Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, son claros ejemplos para entender el modus operandi de estas bandas que asaltaban el poder con el objetivo de transformar las estructuras políticas y económicas del país. Las características comunes que se observan son:

1. Actuaban en países con cierto desarrollo industrial como Brasil y Argentina, o con una estabilidad política histórica, como Chile y Uruguay.
2. Interrumpían procesos destacados por la amplia movilización popular.
3. Estaban encabezados por las Fuerzas Armadas, quienes ejercían un papel principal en el ejercicio del gobierno.
4.Tenían el apoyo de grupos que expresaban a las clases económicamente dominantes.
5. Contaban con un grupo de asesores y ejecutores especializados en diferentes cuestiones, tecnócratas por lo general formados en universidades estadounidenses, que no tenían ninguna experiencia política.
6. La pretensión de contar con un novedoso proyecto de restructuración de la sociedad con nuevas bases económicas y políticas, que en realidad sólo buscaba revertir los avances hechos en materia de participación en las decisiones por la población.
7. El reordenamiento forzado de la sociedad a través del uso de la fuerza.

EL SUBVERSIVO

Miradas sobre el ser “subversivo”: Los militares y quienes los apoyaban definían como “subversivo” a todas aquellas personas y aquellos actos que atentaban contra lo que creían eran valores “morales y espirituales de la civilización occidental y cristiana”. Dado que su concepción de esos valores era tan rígida como estrecha, “subversivo” podía ser tanto un intelectual o un militante marxista por sus ideas, como un rockero por su pelo largo; una joven que usaba minifalda, como una pareja divorciada; un defensor de la democracia, como un judío. Con tales argumentos, la represión del régimen se hizo cada vez más general e indiscriminada.

LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS

Las dictaduras aplicaron políticas económicas liberales, lo que implicó la reducción del estado mediante el despido de personal, la desinversión en salud y educación y la eliminación de los aranceles a la importación. La consecuencia fue la caída de las industrias locales y el aumento desmesurado de la desocupación, la pobreza y la indigencia. Esto se sumó a políticas monetarias que privilegiaron la especulación y facilitaron la fuga de capitales.
Para poder imponer estas políticas que iban en desmedro de la mayoría, reprimieron de manera violenta a las organizaciones sociales y sindicales, violando de manera sistemática los derechos humanos.

La política de apertura de la economía llevada a cabo por las dictaduras militares de la década de 1970, provocó el cierre de numerosas industrias que no lograron sobrevivir a la llegada masiva de productos importados.

LA VIOLACION DE LOS DERECHOS HUMANOS

Las dictaduras construyeron desde el Estado un fuerte aparato represivo, única manera de sostenerse en el poder en tanto aumentaban de manera progresiva, el desempleo, la pobreza, el analfabetismo, la desnutrición, hasta llegar a niveles sin precedentes.

La represión planificada y ejecutada por las dictaduras en ejercicio del poder estatal, consistió en la detención, desaparición y asesinato tanto de opositores como de todo aquel que significara un escollo para la concreción de sus objetivos. Para lograrlo anularon derechos civiles, maniataron la justicia y recurrieron a la delación y la tortura. El terror fue su arma más eficaz, cada ciudadano se transformó en una posible víctima.

En otro rasgo común a las dictaduras de los distintos países, las Fuerzas Armadas se presentaban en cada uno de ellos como exponentes y guardianes de un inexplicable “ser nacional”, reserva moral de la patria, en tanto utilizaban los métodos más execrables para la concreción no solo de sus políticas, sino también de sus negocios personales.

LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

La justificación de su accionar represivo se basó en la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, surgida del conflicto entre los países centrales del sistema capitalista, liderados por Estados Unidos, y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los países que se movían bajo su órbita. Como este enfrentamiento nunca tuvo una declaración de guerra formal, ni enfrentamiento bélico directo, recibió el nombre de Guerra Fría, e hizo que los Estados Unidos se abrogaran el derecho de intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos, como ya lo venían haciendo en Centroamérica y el Caribe.

Esta intervención se concretó tanto en lo económico como en lo militar, a través de las fuerzas armadas de cada país, cuyos oficiales recibieron además instrucción ideológica y adiestramiento en la guerra contrainsurgente.

Para la Doctrina de la Seguridad Nacional, cada conflicto social, cada reclamo laboral, cada demanda hecha al poder constituido, no era más que la acción de agentes comunistas al servicio de la U.R.S.S.

En realidad la doctrina nunca recibió oficialmente ese nombre porque tampoco fue redactada ni declarada oficialmente. Sin embargo es entendida como doctrina militar, que es un conjunto de proposiciones no necesariamente escritas que constituyen un corpus coherente que orienta el accionar militar en tiempos de guerra; cómo detectar enemigos, elegir aliados y evaluar recursos propios.

ESCUELA DE REPRESORES

General Jorge Rafael Videla (izquierda) y General Leopoldo Galtieri (centro derecha)
“Fundada en 1946, la Escuela de las Américas (S.O.A. por sus siglas en inglés) funcionó originalmente en Panamá, a orillas del Canal. Pero en 1984 fue trasladada a Fort Benning, en el estado de Georgia (EE.UU.). Se calcula que por ella pasaron más de 56 mil militares latinoamericanos, entre ellos, los ex dictadores argentinos Jorge Rafael Videla, Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Viola. Los impulsores y responsables del Plan Condor de los años ‘70 también fueron alumnos destacados, como el mismo Augusto Pinochet. La desprestigiada escuela cambió su nombre en febrero de 2001 por el de “Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad”, aunque sigue funcionando en el mismo edificio y con los mismos instructores, responsables de enseñanzas sobre torturas y represión. A lo largo de sus cincuenta y ocho años, el SOA ha entrenado más de 61.000 soldados latinoamericanos en técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar, y técnicas de tortura. Estos graduados han dejado un largo reguero de sangre y sufrimiento en los países donde han operado. Hoy día, la “nueva” Escuela de las Américas (WHISC) entrena mas de mil soldados cada año.

LOS IRÓNICOS DICTADORES

Asombra el desparpajo con que las dictaduras que se impusieron en América Latina sostenían un discurso en el que presentaban su intervención como una preparación hacia la “verdadera democracia”, de cuyo camino se había alejado el gobierno depuesto jaqueado por la crisis económica y las protestas sociales. En nombre de la democracia que decían defender, los gobiernos dictatoriales violaban todos sus principios, despreciaban la voluntad de las mayorías y anulaban o reemplazaban las Constituciones.