Michael Jordan es un exbasquetbolista estadounidense, nacido el 17 de febrero de 1963 en la ciudad de Brooklyn. Para muchos es sin duda el mejor jugador de la historia de este deporte.
En 1981 ingresó en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, y ya al año siguiente era elegido mejor jugador de la temporada.
En 1984 fue miembro de la selección de Estados Unidos, ganando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, experiencia que repitió en los Juegos de Barcelona de 1992.
El mismo año fue fichado por los Chicago Bulls, equipo en el que permaneció a lo largo de toda su carrera deportiva y con el cual obtuvo seis campeonatos de la NBA. Máximo encestador en diez temporadas, obtuvo un promedio de 32 puntos por partido, récord absoluto de la NBA, y fue elegido mejor jugador en 1988, 1991, 1992, 1996 y 1998.
En octubre de 1993, tras el asesinato de su padre, abandonó la competición, pero regresó a la NBA en marzo de 1995. Anunció de nuevo su retirada en 1999, pero en 2001, con 38 años, regresó a la competición, y dos años más tarde volvió a retirarse.
Considerado el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, dentro de la cancha destacó por su rapidez, elegancia e inteligencia, y fuera de ella, por su sencillez y honestidad.
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, nació en la ciudad de Caracas el 23 de noviembre de 1962, en el seno de una familia trabajadora. Durante su primera juventud fue militante de las organizaciones izquierdistas Ruptura y Liga Socialista. En ese tiempo asimiló su formación cristiana a las ideas marxistas.
Entre 1991 y 1998 trabajó como conductor en el Metro de Caracas, cuyo sindicato llegó a dirigir. En 1993 encabezó una delegación de trabajadores que se entrevistó con el teniente coronel Hugo Chávez, en prisión tras la rebelión militar de 1992; desde entonces, el futuro líder del movimiento bolivariano sería el principal referente político de Maduro. Además, el actual mandatario contrajo matrimonio con la abogada de Chávez, Cilia Flores, quien más adelante alcanzaría la presidencia de la Asamblea Nacional.
A partir de 1993, Maduro se convirtió en un fiel seguidor de Hugo Chavez(foto).
Miembro destacado del Movimiento V República (fundado por Chávez en 1997, tras su salida de prisión), Maduro fue elegido diputado de la Asamblea Constituyente de 1999, autora de la Constitución bolivariana de Venezuela. Al año siguiente obtuvo un escaño de diputado de la Asamblea Nacional (2000); cámara que presidió entre 2005 y 2006, año en que Chávez -presidente de la República desde 1999- lo nombró ministro de Relaciones Exteriores. Como titular de esta cartera, que desempeñó hasta 2013, Maduro impulsó el desarrollo de organismos internacionales de integración latinoamericana, como el ALBA (Alianza Bolivariana para América), la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y UNASUR (Unión de Naciones de América del Sur), así como el ingreso de Venezuela en el Mercosur.
Tras las elecciones presidenciales de octubre de 2012, el otrora líder sindical fue nombrado vicepresidente de la República.
En diciembre de 2012 se agravó el cáncer padecido desde hacía meses por el presidente Chávez, quien hubo de someterse a nuevos tratamientos en La Habana (Cuba). El mandatario declaró que, en caso de quedar incapacitado, Maduro debería relevarle en la jefatura del Estado venezolano hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Esta instrucción divergía del texto constitucional, que confiaba el cargo transitorio al presidente de la Asamblea Nacional.
Nicolas Maduro fue elegido vicepresidente el 10 de octubre de 2012. Asumió como presidente el 5 de marzo de 2013, tras el fallecimiento del presidente electo Hugo Chávez.
Como resultado de tal directriz, una vez fallecido Chávez (5 de marzo de 2013), Maduro asumió la jefatura de Estado y de gobierno en calidad de “presidente encargado”.
Los comicios preceptivos para la restauración de la normalidad democrática tuvieron lugar el 14 de abril de 2013. En las urnas, Maduro se impuso al candidato de la oposición, el liberal Henrique Carriles, por menos de 250.000 votos. A pesar de las denuncias de fraude esgrimidas por Capriles, el Consejo Nacional Electoral reconoció la validez de los resultados y proclamó presidente al sucesor político de Chávez.
El futbolista más popular de Argentina nació el día 30 de octubre de 1961 en Lanús, aunque todos lo identifiquen como “el Pelusa” de Villa Fiorito, donde transcurrió su infancia y desde donde saltó a la fama.
A los nueve años inició su romance con el fútbol, cuando actuaba en un equipo infantil conocido como Los Cebollitas. Don Diego, su padre, regentaba una canchita en el barrio y dirigía el equipo Estrella Roja, al que Diego hijo accedió siendo adolescente y a despecho de sus compañeros de más edad. Estudió en el colegio comercial Avellaneda, pero no terminó el primer año del secundario pues pasaba sus horas haciendo jueguitos -casi malabares- con la pelota.
Debutó en Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976, diez días antes de cumplir 16 años. Siguió jugando en Argentinos Juniors hasta 1980, y un año después lo hizo en Boca Juniors, para dar un salto internacional en 1982, contratado por el Fútbol Club Barcelona, de España. Una hepatitis y una lesión importante perjudicaron su rendimiento y en 1984 pasó al Nápoles italiano, con el que conquistó la copa de la UEFA (1989) y cuya camiseta llevó hasta 1991. Su carrera internacional culminó en Sevilla, España, donde realizó la temporada 1992-1993.
Es uno de los mayores ídolos de la historia de Boca Juniors
Para entonces había lucido su magia en la selección juvenil argentina, que ganó el campeonato mundial de esa categoría en Japón (1979), y en la de categoría máxima, que se alzó con el campeonato del mundo disputado en México (1986) -donde, en la final, la selección Argentina, llevada de su mano, venció a Inglaterra- y el subcampeonato, en Italia (1990). Integró asimismo la selección que participó en Estados Unidos (1994), pero, al dar positivo en un control antidopaje, fue suspendido.
Cuando regresó a Argentina tras su experiencia europea actuó en el club rosarino Newell’s Old Boys (1993-1994) y tras cumplir la suspensión impuesta en 1994 por la autoridad futbolística internacional (FIFA) volvió a vestir la camiseta de Boca Juniors, en una temporada irregular en cuanto a sus presentaciones. Maradona hizo también algunos intentos de actuar como director técnico.
Tras su retirada en 1997, Maradona ha sido comentarista deportivo, directivo de Boca Juniors y presentador de televisión. El Pelusa ha sabido emocionar a los amantes del fútbol y se ganó un lugar en la historia de este deporte. La canción que compuso Fito Páez (Dale alegría a mi corazón) y el tango Mago Diego, de Enrique Bugatti, son algunos de los homenajes que sus compatriotas le han dedicado. En 2008 fue nombrado director técnico de la selección argentina de fútbol. Fallece el 25 de noviembre de 2020, luego de sufrir una descompensación cardíaca en su residencia (Dique Luján, Argentina).
El sistema feudal es la organización social, política y económica basada en los feudos que se extendió por Europa tras la caída del Imperio romano de occidente y que predominó en los siglos IX-XV.
En los primeros siglos de la Edad Media, Constantinopla era el centro de la economía mediterránea. En el siglo VIII, el núcleo del Mediterráneo oriental se trasladó a las ciudades musulmanas de Damasco, primero, y Bagdad, después, mientras que la economía occidental se orientaba hacia un reforzamiento de los contactos con los germanos del norte. Dado que escaseaba el dinero y la agricultura era pobre, la ganadería constituía la principal fuente de riqueza.
La base de la nueva estructura económica fue el latifundio, laico o eclesiástico. Los pequeños propietarios cedían sus tierras a cambio de protección, lo cual solía comportar la pérdida de su libertad. Así aparecieron los siervos, que constituían la gran masa de la población campesina y estaban sujetos a las cargas y las reglas que les imponía el señor. De éstas, las dos más características eran la capitación, impuesto personal, y el formariage, prohibición de contraer matrimonio sin el permiso señorial. Más tarde, se les consideró también adscritos al predio en que trabajaban. Esta categoría servil estaba compuesta por los pequeños propietarios libres, los antiguos colonos y los esclavos.
Los villanos pagaban al señor un censo o renta fija por la tierra que cultivaban bajo contrato. En teoría eran libres, aunque estaban sujetos a muchas de las prestaciones de trabajo, monetarias o en especie de los anteriores. La nobleza constituía la cima de la pirámide jerárquica de la sociedad. Por encima de ella sólo se hallaba, aunque a menudo sólo fuera nominalmente, el rey.
Se les llamaba ‘siervos’ a los campesinos sujetos a las tierras en las que trabajaban. No podían desplazarse de la misma y la gran parte de su cosecha iba a parar a las manos del señor feudal
Evolución del feudalismo
A lo largo del siglo IX, el sistema de relaciones feudales empezó a evolucionar y a extenderse a todas las capas sociales. La debilidad progresiva del poder central facilitó la adquisición de prerrogativas por parte de los señores y vasallos y los beneficios tendieron a convertirse en bienes hereditarios. Los condes dividieron el honor o alodio, en tenencias, repartiéndolas entre sus vasallos. Y éstos, convertidos a su vez en señores, pudieron procurarse sus propios vasallos concediéndoles en feudo una parte de sus tenencias.
Los reyes o las personas con mayor poder (señores feudales) eran los dueños de las tierras y se quedaban con la mayor parte de su producción
Señores y vasallos
Desde los tiempos merovingios, los pequeños propietarios (hombres libres) buscaron la protección de un señor feudal poderoso. De este modo, y gracias al juramento de fidelidad en el que le ofrecían sus servicios, se convertían en sus vasallos, a cambio de lo cual el señor los ponía bajo su protección y les otorgaba un feudo o beneficio (homenaje). Los vasallos reales, hombres libres, debían servir ante todo como caballeros en las huestes del señor, aunque además solían prestar servicios administrativos y judiciales. Era costumbre que algunos vasallos prestaran servicios domésticos y el incumplimiento de este uso podía acarrearles la reducción a la esclavitud. El señor quedaba obligado a proteger y mantener a sus vasallos, hacerles justicia y garantizar la integridad de los bienes que les cedía en feudo.
Hundimiento del sistema feudal
La multiplicación de relaciones entre señores feudales y vasallos modificó sus respectivas obligaciones y a la larga originó el hundimiento del sistema feudal. El deseo de poseer más beneficios llevó a algunos a hacerse vasallos de varios señores y a subinfeudar luego las tierras conseguidas. El establecimiento de vasallos en los lugares donde se requería mayor vigilancia fue una de las consecuencias más importantes del feudalismo, contribuyó a la expansión del sistema y significó la aparición de variantes o peculiaridades locales. A partir del siglo XI, el sistema feudal empezó a desintegrarse.
Hipólito Yrigoyen ocupó la presidencia hasta 1922, año en que lo sucedió Marcelo Torcuato de Alvear (1868-1942). Aunque ambos eran radicales y habían luchado juntos en las duras batallas políticas desde finales del siglo XIX, eran también personalidades muy diferentes. La posteridad, de hecho, ha recogido imágenes más bien opuestas de ambos.
A Yrigoyen se lo ve como una especie de dios Jano con dos caras: para unos fue el artífice del fin de un régimen “falaz y descreído”, según él definía a los gobiernos de la oligarquía; para otros, fue un caudillo ignorante y demagogo, ejemplo de los peores vicios de la democracia. A Alvear, en cambio, se lo suele ver como uno los grandes presidentes del viejo régimen, y su política se considera asimilable con los vicios y las virtudes de aquél.
En cualquier caso, ambos se enfrentaron a parecidos problemas, derivados de su intención de poner en pie y consolidar las instituciones democráticas, y de conducir por los nuevos canales del voto universal la representación, la negociación de intereses y las demandas de reforma de la sociedad que el radicalismo había asumido como bandera.
Inesperada decisión
La tendencia reformista y democratizadora del radicalismo caracterizaba contemporáneamente a otros países de América Latina: a Uruguay, con el presidente Batlle y Ordóñez; a Chile, con Arturo Alessandri; a Perú, con el movimiento del APRA, que, aunque no triunfó, conmovió las estructuras oligárquicas; a México, aunque mediante una revolución sangrienta, con los acontecimientos que eliminaron el régimen oligárquico que se había prolongado desde el período colonial hasta la caída de Porfirio Díaz.
A pesar de pertenecer a partidos distintos, Yrigoyen (foto) eligió a Marcelo Torcuato de Alvear como su sucesor.
En Argentina, la Constitución Nacional impedía la reelección presidencial. De modo que Yrigoyen debía buscar un sucesor, y esperar los seis años que gobernaría éste para poder presentarse nuevamente como candidato. Inesperadamente, Yrigoyen propuso a Marcelo T. de Alvear. La propuesta resultó sorprendente, porque Alvear no pertenecía a los círculos yrigoyenistas, estaba vinculado al sector del patriciado radical y era considerado por la elite como uno de los suyos.
Pero la decisión, como es obvio, no había sido arbitraria. Alvear, alejado de la conducción directa del partido, dado que por entonces se desempeñaba como embajador en Francia, debía necesariamente mantenerse fiel al líder que lo había elegido. Por otra parte tendría a su lado, como vicepresidente, a Elpidio González, un yrigoyenista histórico.
Negociaciones y pactos
La designación de Alvear puede interpretarse además como un intento de acercamiento al grupo patricio nacido de la revolución de 1890, y que condujo, con Alem, a la escisión que dio lugar al nacimiento de la UCR. Es posible que Yrigoyen y los hombres cercanos a él buscaran con este gesto aliviar las tensiones de los sectores agroexportadores que no eran hostiles al radicalismo; ello habría permitido un reagrupamiento de fuerzas en las filas partidarias.
La candidatura de Alvear se impuso con facilidad, obteniendo el 40 por ciento de los votos emitidos. El radicalismo ganó en todas las provincias a excepción de San Juan y Mendoza, donde los partidarios de dos disidentes, Cantón y Lencinas respectivamente, representaban movimientos de fuerte arraigo local.
La composición del gabinete reflejaba, precisamente, la presencia mayoritaria del ala patricia del partido, lo que no dejó de provocar protestas entre los militantes de clase media. Estas designaciones y esas protestas no eran casuales. Los grupos aristocráticos impusieron dos condiciones para cooperar con Alvear: que no se produjeran intervenciones federales en las provincias y que el gasto público estuviera estrictamente controlado por el Congreso. Esta última exigencia implicaba el abandono por parte de Alvear de las prácticas que habían sido moneda corriente durante la presidencia de Yrigoyen, sobre todo la del aumento del gasto público por decreto, para financiar el otorgamiento de cargos públicos. Una exigencia que, por otra parte, se hacía más acuciante que nunca, ya que en 1921 -es decir, poco antes de abandonar el poder- había incrementado aún más el presupuesto para cubrir el gasto público.
Marcelo Torcuato de Alvear asumió la presidencia el 12 de octubre de 1922
Gestión económica inicial
La composición del gabinete de Alvear parecía responder a las exigencias de los sectores conservadores. Por otra parte, para cubrir el déficit dejado por la gestión de Yrigoyen, el gobierno se vio obligado a recurrir a préstamos de corto plazo, lo que originó una deuda flotante.
Al comienzo de su gestión, Alvear pareció inclinarse por una solución drástica, que parecía anunciar despidos masivos en la administración pública. Pero, seguramente después de prever las consecuencias políticas de semejante medida, prefirió actuar con mayor cautela y adoptar otras opciones, como la de incrementar los ingresos fiscales con el aumento de los impuestos a las importaciones.
Esto, sin embargo, no dejó de provocar nuevas dificultades. Las importaciones se habían reducido, y esas restricciones generaron problemas en el terreno laboral. Entre otras frustraciones, Alvear debió dar marcha atrás en un proyecto de jubilaciones para algunos grupos de trabajadores del sector privado.
De todas formas, la repercusión del descenso de las exportaciones no fue muy importante, debido a la expansión de la agricultura, sobre todo de los cultivos industriales, que gozaban de precios sostenidos en el mercado mundial. Esto compensó la menor competitividad coyuntural de los tradicionales productos ganaderos. Sin embargo, los saldos de la balanza comercial no lograron una estabilidad definitiva. Fueron inferiores a los del boom de la época de la Primera Guerra Mundial y de la posguerra, pero muy superiores a los del período anterior a la guerra.
Gestión económica final
En los últimos años de la gestión de Alvear, el presupuesto ya no presentaba déficit, las reservas de oro habían aumentado, el peso argentino era una moneda respetada en el extranjero y el país había recuperado su crédito externo. Los créditos tomados en el exterior tuvieron como consecuencia el aumento de la deuda externa, cosa que no preocupaba excesivamente al gobierno, confiado en el buen futuro de la economía nacional.
El aumento de las tasas de importación supuso cierta política proteccionista en favor de la industria. Aunque estas medidas no se habían tomado con la intención de favorecer la producción nacional -lo que se buscaba en realidad era obtener fondos para financiar las políticas sociales-, ésa fue su consecuencia real más destacada. Ello tuvo una importancia adicional, dado que en ese período se profundizó la rivalidad entre los capitales ingleses y norteamericanos por el control de las inversiones en el país. Los capitales de Estados Unidos se volcaron sobre la industria, mientras los provenientes de Inglaterra siguieron interesados preferentemente en el sector servicios y en el financiero.
Crisis del radicalismo
Una de las cuestiones políticas de mayor envergadura durante la presidencia de Alvear fue la de las divisiones producidas en el seno del partido gobernante. Las diferencias internas dentro del partido radical se sumaron a las que se producían entre el aparato de éste y el gobierno, alcanzando su punto crítico en 1923, cuando comenzaron a circular rumores acerca de los proyectos de restricción del gasto público.
Alvear hizo una serie de concesiones a los comités partidarios, que lo distanciaron de los miembros conservadores de su gabinete ministerial. Se produjeron algunas renuncias, que de todas formas no llegaron a calmar la oposición de los yrigoyenistas. A fines de 1923, incluso la propia figura de Alvear comenzó a ser cuestionada por sus correligionarios.
Ese mismo año fue designado ministro del Interior Vicente Gallo, figura notoria del denominado grupo Azul de la UCR, que mantenía estrechas relaciones con otra personalidad importante de ese sector, Leopoldo Melo. Gallo se convirtió rápidamente en el líder de la tendencia antiyrigoyenista, también denominada “antipersonalista”.
El partido estaba formalmente dividido. La denominación que adoptaron los escindidos tendió a marcar sus diferencias con la metodología política del patronazgo, que favorecía a los miembros de los comités partidarios. Sin embargo, Gallo no vaciló en recurrir a las mismas técnicas que Yrigoyen para lograr el apoyo popular, lo cual lo llevó hasta presionar a Alvear para el restablecimiento del patronazgo.
Alvear cedió a esos reclamos sólo en parte, aceptando un aumento limitado del presupuesto. En cambio, se negó a ordenar intervenciones federales para desalojar a los yrigoyenistas de las provincias. El presidente quiso imponer su autoridad para lograr la reunificación partidaria, pero hacia finales de 1925 era evidente que los yrigoyenistas no habían podido ser desplazados.
Gallo renunció como ministro del Interior al fracasar en la tentativa de sumar a los ministros más conservadores en favor de una expansión del gasto público destinada a combatir a los yrigoyenistas. Además, los “antipersonalistas” no lograron apoyos consistentes, salvo en Santa Fe, su baluarte tradicional. En 1926, ya nadie parecía dudar que Yrigoyen volvería a ser el candidato radical a la presidencia.
Otro elemento importante en el panorama político de la época fue la escisión que se produjo en el seno del socialismo, que dio lugar a la formación del Partido Socialista Independiente. Integrada por algunos de los militantes más antiguos del viejo partido, esta formación estaba dispuesta a establecer alianzas con los conservadores y los “antipersonalistas”.
Alvear fue, junto a Leandro N. Alem, uno de los creadores de la Unión Cívica Radical.
Las características físicas de todas las personas no son fruto del azar sino que vienen regidas por las leyes de la herencia, las cuales fueron descubiertas por Mendel a mediados del siglo XIX y luego olvidadas, y redescubiertas a comienzos del siglo XX.
Mendel, el padre de la genética
Hasta 1866 nadie había intentado explicar de modo científico algo tan evidente como la transmisión de caracteres de padres a hijos. Johann Gregor Mendel fue un religioso checo que vivió gran parte de su vida en un convento de la República Checa. Conocedor del cálculo de probabilidades, realizó multitud de cruzamientos entre plantas de guisantes. A partir de ellos observó cómo se distribuían caracteres o rasgos concretos para intentar descubrir las leyes que rigen su transmisión.
A partir de los resultados de sus observaciones, Mendel formuló tres conclusiones conocidas con el nombre de leyes de Mendel y que constituyen la base de la genética actual.
A pesar de su importancia, los trabajos de Mendel no fueron tomados en consideración por la comunidad científica hasta transcurridos alrededor de 50 años.
Mendel formuló tres leyes que hoy en día constituyen la base de la genética actual
Algunos conceptos básicos
La información responsable de los caracteres hereditarios se encuentra en los genes. Un gen es un fragmento de ADN (o ARN en algunos virus) que lleva la información para un carácter. En la época de Mendel no se conocía la biología molecular; lo que en la actualidad se denomina gen es lo que Mendel en su día denominó factor hereditario: unidad en que se transmite el material genético.
Pueden existir distintas versiones de un mismo gen, llamadas alelos; por ejemplo, un cierto gen determina el color de la flor de guisante. Pero este gen presenta varias versiones o alelos, lo que significa que uno determinará la aparición del color rojo en la flor, y otro, la del color blanco.
Los organismos diploides tienen los cromosomas ordenados por parejas, y por ello presentan también dos versiones de un mismo gen, es decir, dos alelos para un mismo carácter.
Para llegar a sus conclusiones, Mendel debió realizar una multitud de experimentos con plantas guisantes.
Si los dos alelos son iguales, el individuo es homocigótico; si son distintos, heterocigótico.
En los individuos homocigóticos para un gen está claro que se expresará el carácter determinado por el alelo que posee. Siguiendo con el ejemplo de la flor del guisante, un individuo que presenta dos alelos iguales que significan color rojo (homocigótico) va a presentar todas sus flores únicamente de color rojo.
¿Qué ocurre en un individuo heterocigótico, es decir, con dos versiones distintas de un mismo gen?
Pueden ocurrir dos cosas:
a) Uno de los alelos “anula” el efecto del otro. Al primero se le denomina alelo dominante; al segundo, alelo recesivo. Los alelos dominantes se suelen expresar con letras mayúsculas; los recesivos, con las correspondientes minúsculas.
Existen muchos caracteres dominantes, es decir, que se manifiestan también en los individuos heterocigóticos: el color blanco de la lana del borrego, los ojos rojos de la mosca Drosophila y el pelo corto en los conejos, entre otros.
En el caso del ser humano, algunos ejemplos de caracteres dominantes son: la piel oscura, el pelo rizado y la capacidad de enrrollar la lengua.
Algunas enfermedades están determinadas por un alelo dominante, como la calvicie prematura en el sexo masculino o la acondroplasia que supone un menor desarrollo de los huesos largos de las extremidades.
Sin embargo, la mayoría de las enfermedades humanas son debidas a un alelo recesivo. Las más conocidas son el albinismo, que consiste en la falta de pigmentación tanto en la piel como en el pelo, y la galactosemia: los niños que la padecen son incapaces de digerir el azúcar presente en la leche, por lo que acumulan sustancias tóxicas que darán lugar, entre otros síntomas, a retraso mental y cataratas. Estos efectos son, sin embargo, fáciles de prevenir si la enfermedad se detecta a tiempo y se les suministra una dieta carente de leche y de todos los derivados de ésta que posean lactosa.
Los estudios de Mendel permiten la prevención de muchas enfermedades de trasmisión genética
b) Ambos alelos se expresan simultáneamente dando lugar a un carácter intermedio. Entonces se dice que son codominantes.
Otros casos que se han detectado en la naturaleza de codominancia son:
El color de la piel en los cobayas puede ser amarillo, crema o blanco. Los heterocigóticos, que presentan un alelo de cada tipo, son de color crema.
La forma del rábano puede ser larga, redonda u oval (este último caso es el heterocigótico).
En el caballo palomino, el color dorado se debe a la presencia de un par de alelos codominantes. Los correspondientes homocigóticos presentan colores castaño rojizo y crema, respectivamente.
En la reproducción sexual, dos gametos o células, una procedente del padre y otra de la madre, se fusionan para dar lugar a una célula huevo, a partir de la cual se desarrollará un nuevo individuo.
Estos gametos son haploides y, por tanto, sólo van a tener una versión de cada gen. Todos los gametos de un individuo homocigótico para un determinado gen son completamente iguales.
Ahora bien, en un individuo heterocigótico se pueden originar dos tipos distintos de gametos según el alelo concreto que porten.
Por último, cuando decimos que un individuo es BB (por ejemplo) estamos hablando de su genotipo (dotación genética concreta). Sin embargo, si nos referimos al carácter observable que ese genotipo determina, por ejemplo “color blanco”, estamos aludiendo a su fenotipo.
Fenotipo y genotipo de un organismo
El genotipo de un organismo es el conjunto de genes que presenta. El fenotipo, en cambio, es el conjunto de características observables, por ejemplo, ser rubio o moreno, etc. El genotipo no cambia durante la vida del individuo, mientras que el fenotipo sí lo hace, como sucede durante el crecimiento que cambia la apariencia del individuo o la exposición al Sol que hace que nuestra piel se torne más oscura.
A veces el genotipo no basta para determinar un fenotipo concreto, sino que tienen también que coincidir circunstancias ambientales concretas. Por ejemplo, hay enfermedades que parecen presentar una cierta predisposición a aparecer, pero exigen que se dé además alguna circunstancia ambiental como ciertos abusos alimentarios, contacto con determinados agentes infecciosos, etcétera.
Francis Galton (1822-1911) empleó los términos naturaleza y crianza para referirse a los papeles desempeñados por la herencia y el ambiente en la aparición de un determinado carácter.
Para expresar esta interacción entre los genes y el medio ambiente nace el concepto de heredabilidad. Por ejemplo, según este criterio, la heredabilidad del peso del huevo de las gallinas es del 60%, mientras que el número de huevos sólo presenta una heredabilidad del 20%. Otro ejemplo sería en la especie humana, donde la estatura tendría un 80% de heredabilidad, mientras que la aptitud aritmética, un 12%.
Por otra parte, cabe destacar que determinados fenotipos resultan de la interacción de varios genes distintos. Muchas veces estos genes tienen efectos aditivos: la diferencia en la pigmentación de la piel entre blancos se debe a la acción de varios genes cuyos efectos se suman. Es un caso de herencia poligénica.
Se habla de alelos múltiples cuando, para un solo gen, existen más de dos alelos distintos. Lógicamente, cualquier organismo diploide sólo podrá llevar dos alelos. En los seres humanos uno de los casos más típicos es el del grupo sanguíneo (sistema ABO), para el cual existen tres versiones distintas de un gen: i, IA, IB; según las distintas combinaciones posibles entre ellos, aparecen individuos del grupo O, A, B y AB.
¿Lo sabías? Los estudios realizados por Mendel no fueron reconocidos sino hasta 50 años después de su publicación.
Johanne Gregor Mendel fue un importante biólogo nacido en Hyncice, actual República Checa, el 20 de Julio de 1822. Vivió hasta la edad de 61 años, falleciendo el 6 de enero de 1884, en Brno.
Primeros años
Su padre era veterano de las guerras napoleónicas y su madre, la hija de un jardinero. Tras una infancia marcada por la pobreza y las penalidades, en 1843 ingresó en el monasterio agustino de Königskloster, cercano a Brünn, donde tomó el nombre de Gregor y fue ordenado sacerdote en 1847.
Residió en la abadía de Santo Tomás (Brünn) y, para poder seguir la carrera docente, fue enviado a Viena, donde se doctoró en matemáticas y ciencias (1851). En 1854 se convirtió en profesor suplente de la Real Escuela de Brünn, y en 1868 fue nombrado abad del monasterio, a raíz de lo cual abandonó de forma definitiva la investigación científica y se dedicó en exclusiva a las tareas propias de su función.
Sus obras más conocidas
El núcleo de sus trabajos -que comenzó en el año 1856 a partir de experimentos de cruzamientos con guisantes efectuados en el jardín del monasterio- le permitió descubrir las tres leyes de la herencia o leyes de Mendel, gracias a las cuales es posible describir los mecanismos de la herencia y que fueron explicadas con posterioridad por el padre de la genética experimental moderna, el biólogo estadounidense Thomas Hunt Morgan (1866-1945).
En el siglo XVIII se había desarrollado ya una serie de importantes estudios acerca de hibridación vegetal, entre los que destacaron los llevados a cabo por Kölreuter, W. Herbert, C. C. Sprengel y A. Knight, y ya en el siglo XIX, los de Gärtner y Sageret (1825). La culminación de todos estos trabajos corrió a cargo, por un lado, de Ch. Naudin (1815-1899) y, por el otro, de Gregor Mendel, quien llegó más lejos que Naudin.
Gregor Mendel es reconocido por sus estudios sobre la hibridación vegetal
Las tres leyes descubiertas por Mendel se enuncian como sigue: según la primera, cuando se cruzan dos variedades puras de una misma especie, los descendientes son todos iguales y pueden parecerse a uno u otro progenitor o a ninguno de ellos; la segunda afirma que, al cruzar entre sí los híbridos de la segunda generación, los descendientes se dividen en cuatro partes, de las cuales una se parece a su abuela, otra a su abuelo y las dos restantes a sus progenitores; por último, la tercera ley concluye que, en el caso de que las dos variedades de partida difieran entre sí en dos o más caracteres, cada uno de ellos se transmite de acuerdo con la primera ley con independencia de los demás.
Para realizar sus trabajos, Mendel no eligió especies, sino razas autofecundas bien establecidas de la especie Pisum sativum. La primera fase del experimento consistió en la obtención, mediante cultivos convencionales previos, de líneas puras constantes y en recoger de manera metódica parte de las semillas producidas por cada planta. A continuación cruzó estas estirpes, dos a dos, mediante la técnica de polinización artificial. De este modo era posible combinar, de dos en dos, variedades distintas que presentan diferencias muy precisas entre sí (semillas lisas – semillas arrugadas; flores blancas-flores coloreadas, etc.). El análisis de los resultados obtenidos le permitió concluir que mediante el cruzamiento de razas que difieren al menos en dos caracteres, pueden crearse nuevas razas estables (combinaciones nuevas homocigóticas).
Reconocimiento
Pese a que remitió sus trabajos con guisantes a la máxima autoridad de su época en temas de biología, W. von Nägeli, sus investigaciones no obtuvieron el reconocimiento hasta el redescubrimiento de las leyes de la herencia por parte de H. de Vries, C. E. Correns y E. Tschernack von Seysenegg, quienes, con más de treinta años de retraso, y después de haber revisado la mayor parte de la literatura existente sobre el particular, atribuyeron a Johann G. Mendel la prioridad del descubrimiento.
Mendel falleció a la edad de 61 años, aún sin el reconocimiento que merecía.
Una familia de palabras (familia léxica o familia etimológica) está formada por un conjunto de palabras que comparten el mismo lexema o raíz y que, por lo tanto, tienen cierta relación de significado.
Para crear una familia de palabras debemos agregar a una raíz los diferentes lexemas que esta admita, tanto prefijos como sufijos. Podemos diferenciar diversos tipos de familias de palabras:
Relacionadas por su significado
Son aquellas palabras que poseen cierto significado en común o que se relaciona. Podemos distinguir entre:
Palabras primitivas: aquellas que dan origen a otras que surgirán de ellas. En el ejemplo anterior, la palabra primitiva es “educación”. A su vez, estas palabras están formadas por dos partes que no poseen significado por sí solas: una invariable (la raíz) y otra variable (la desinencia).
Palabras derivadas: son aquellas que se forman a partir de una primitiva, ya que poseen su misma raíz y su significado se relaciona con el de la otra. Son palabras derivadas de “educación”: educacional, educativo, educando, etc. Para derivar las palabras primitivas, usaremos:
Sufijos: que son terminaciones de palabras que no tienen significado por sí solas. Por ejemplo: -acional, -ativo, -ando, etc.
Prefijos: partículas que se pueden anteponer a una palabra para formar una nueva, relacionándose con el significado anterior o significando s contrario. Veamos algunos de los prefijos más comunes de nuestro idioma: a-, sub-, des-, extra-, in-, pre-, pro-, su-, sus-, bi-, geo-, bis-, ab-, ob-, obs-, biblio-, filo-, equi-, etc.
Una palabra derivada de “estudiar” es estudiante.
Aumentativos y diminutivos
Se trata de un tipo de sufijos muy especiales que aumentan (aumentativos) o disminuyen (diminutivos) el significado de una palabra. Algunos los sufijos aumentativos son: ote-ota- on -ona-aza-azo. Un ejemplo es camisa—–> camisón.
Por otro lado, algunos de los sufijos diminutivos son: ito – ita – illo – illa – cito – cita – cillo – cilla. En este caso, un ejemplo podría ser camisa—–>camisita.
Palabras compuestas
Son aquellas que se forman a partir de dos palabras que, al unirse, forman una nueva con un significado que no está necesariamente relacionado con el de las otras. Por ejemplo: lavarropas, pararrayos, antesala, subibaja, etc.
Las palabras compuestas se forman a partir de dos palabras que, juntas, presentan un nuevo significado.
Suele pensarse a estos dos géneros literarios como sinónimos. Sin embargo, no tienen el mismo significado. En el siguiente artículo se detalla cada uno de ellos y se explican sus principales diferencias.
Los mitos son relatos anónimos, es decir, de autor desconocido y transmitidos de generación en generación por lo que se los considera tradicionales.
Es una narración de sucesos transformados por la fantasía de los pueblos a lo largo del tiempo; siempre aparecen en ellos elementos maravillosos que explican sucesos de la naturaleza o religiosos. El origen del universo, de los seres humanos y los fenómenos naturales son explicados a través de estas narraciones que todavía nos deleitan. Entonces, entendemos por mito a un relato antiguo, simbólico y de carácter religioso.
Los mitos intentan explicar sucesos de la realidad y/o religiosos.
La leyenda surge de la necesidad de diversos pueblos de explicar la existencia de algo. A diferencia de los mitos, los sucesos suelen basarse en hechos reales, que se transmitieron de generación en generación y que, además, se relacionan con el pueblo que le dio su origen. Debido a esto, suelen aparecer descripciones detalladas de la geografía del lugar.
Es una narración de un suceso maravilloso, que se basa en algo real pero transformado por la fantasía popular. Sus personajes pueden ser animales, dioses y seres humanos que tienen relaciones con esos dioses y a través de los cuales se realizan actos maravillosos. Los temas de las leyendas se agrupan en:
Religiosos: historias de justos y pecadores, pactos con el demonio, doctrina de reencarnación, episodios de la vida de santos.
De la naturaleza: caracteres de los animales, origen de las plantas y sus virtudes médicas, explicación de fenómenos atmosféricos, interpretación de las formas del relieve geográfico, entre otros.
Históricos: episodios guerreros, identificación de ruinas y monumentos, historias de linajes familiares, de la conquista, etc.
Sobrenaturales: sueños, alucinaciones, intervención de poderes mágicos, historias de ultratumba y numerosas versiones según la región.
Las leyendas surgen cuando algún pueblo siente la necesidad de explicar la existencia de algún objeto.
Se parecen a los mitos porque muchas veces explican creaciones pero son más terrenales, es decir, se conectan más con su pueblo y su lugar. Las leyendas tratan de dar una explicación acerca de la existencia o el origen de seres, de la Madre Tierra, de los territorios, etc. El conflicto entre los seres reales se soluciona con la intervención de fuerzas sobrenaturales como dioses, duendes, magos y elementos de la naturaleza con poderes especiales.
El término poesía proviene del griego poiesis, que significa “creación”. Desde la cultura grecolatina, poetas y estudiosos han tratado de definir el concepto de poesía y de explicar su origen, propiedades y funciones, así como las peculiaridades del lenguaje poético. Con el transcurso del tiempo, la poesía se asocia a toda creación literaria en la que el lenguaje poético aparece moldeado y sujeto a las leyes del ritmo métrico y de la rima.
¿Lo sabías? El término poesía surge del término griego “poiesis”, que significa “creación”.
Características de la obra poética
La poesía tiene tantas posibilidades de manifestación que harían falta cientos de páginas dedicadas únicamente a este género para exponer todas sus formas, reglas, posibilidades y recursos. A modo de ejemplo, destacaremos que puede ir desde formas sujetas a rima y métrica, como el soneto, hasta versos libres, sin rima ni medida establecida; los poemas pueden estar formados por estrofas o no… La mejor forma de conocer la poesía es leerla con frecuencia y, a la hora de escribirla, contar con libertad total más allá de toda regla, o bien observarlas cuando se considere oportuno para lograr el resultado esperado.
Antes de escribir poesía conviene que leas, de forma incansable, poetas de todas las épocas y estilos y que escribas de forma personal y mantengas una relación viva y sensible con lo que te rodea y con tu mundo interior.
El descubridor de la poesía
Se conoce como descubridor de la poesía al poeta francés Arthur Rimbaud, quien expreso que “la poesía es una manera especial de conocimiento, una especial visión de lo desconocido, de lo inaudito, de lo inefable”. Tanto en las obras poéticas como en el propio mundo interior es donde se encuentra la poesía; es el poeta el que debe descubrirla y desvelarla.
Arthur Rimbaud nació en Francia el 20 de octubre de 1854