J. L. Borges y Bioy Casares

La literatura argentina es una de las más fértiles, destacadas e influyentes de nuestro idioma. Desde sus inicios ha ocupado un valioso lugar dentro de la historia social y cultural del país y del continente. Dos de sus más importantes representantes son los porteños Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

J. L. Borges Bioy Casares
Nombre de nacimiento Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Adolfo Vicente Perfecto Bioy Casares
Retrato
Fecha de nacimiento 24 de agosto de 1899 15 de septiembre de 1914
Lugar de nacimiento Buenos Aires, Argentina Buenos Aires, Argentina
Fecha de fallecimiento 14 de junio de 1986 8 de marzo de 1999
Lugar de fallecimiento Ginebra, Suiza Buenos Aires, Argentina
Ocupación Escritor, principalmente de cuentos, poesía y ensayos. Se destacó en la literatura fantástica. Escritor, principalmente de cuentos, poesía y ensayos. Se destacó en la literatura fantástica.
Otras ocupaciones Traductor, crítico, bibliotecario, editor y profesor. Periodista, editor y guionista.
Primeros años Nació en una familia acomodada y recibió una educación esmerada. Desde pequeño se interesó por la literatura gracias a una biblioteca familiar. Nació en una familia acomodada y recibió una educación esmerada. Desde pequeño se interesó por la literatura gracias a una biblioteca familiar.
Educación Realizó sus estudios secundarios en el Collège Calvin de Ginebra, Suiza. Realizó sus estudios secundarios en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza de Buenos Aires. Tiempo después abandonó la Universidad de Buenos Aires.
Amistad Conoció a Adolfo Bioy en 1932, con quien comenzó una amistad que se mantendría de por vida. Juntos escribieron muchas obras bajo distintos seudónimos, como Benito Suárez Lynch y Honorio Bustos Domecq. Conoció a Jorge Luis Borges en 1932, con quien comenzó una amistad que se mantendría de por vida. Juntos escribieron muchas obras bajo distintos seudónimos como Benito Suárez Lynch y Honorio Bustos Domecq.
Primera publicación Poesía – Fervor de Buenos Aires (1923) Cuento – Prólogo (1929)
Obras notables
  • Historia de una eternidad (1936).
  • Ficciones (1944).
  • El Aleph (1949).
  • El informe de Broodie (1970).
  • El libro de arena (1975).
  • Siete noches (1980).
  • La invención de Morel (1940).
  • Plan de evasión (1945).
  • La trama celeste (1948).
  • El sueño de los héroes (1954).
  • Diario de la guerra del cerdo (1969).
  • Dormir al sol (1973).
Obras en colaboración (J. L. Borges y Bioy Casares)
  • Seis problemas para don Isidro Parodi (1942).
  • Los mejores cuentos policiales (1943) Antología de cuentos policiales.
  • Dos fantasías memorables (1946).
  • Un modelo para la muerte (1946).
  • Cuentos breves y extraordinarios (1955) Antología de relatos breves.
  • Libro del Cielo y del Infierno (1960) Antología de textos.
  • Crónicas de Bustos Domecq (1967).
  • Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977).
  • Seis problemas para don Isidro Parodi (1942).
  • Los mejores cuentos policiales (1943) Antología de cuentos policiales.
  • Dos fantasías memorables (1946).
  • Un modelo para la muerte (1946).
  • Cuentos breves y extraordinarios (1955) Antología de relatos breves.
  • Libro del Cielo y del Infierno (1960) Antología de textos.
  • Crónicas de Bustos Domecq (1967).
  • Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977).
Premios
  • Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires (1929).
  • Gran Premio de Honor de la SADE(1944).
  • Premio Nacional de Literatura (Argentina, 1956).
  • Premio Formentor (1961).
  • Premio Internacional de Literatura (1961).
  • Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1962).
  • IX Premio de Poesía de la ciudad de Florencia (1965).
  • Premio Jerusalén (1971).
  • Premio Internacional Alfonso Reyes (1973).
  • Premio Cervantes (1980).
  • Premio Mundial Cino Del Duca (1980).
  • Premio Ollin Yoliztli (1983).
  • Premio Konex (1984).
  • Premio Municipal de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires (1941).
  • Premio Nacional de Literatura (Argentina, 1963 y 1970).
  • Gran Premio de Honor de la SADE (1975).
  • Premio Esteban Echeverría (1984).
  • Premio del Instituto Latinoamericano de Roma (1985).
  • Premio Lilia del Instituto Italo-Latinoamericano de Roma (1986).
  • Premio Capri (Italia, 1988) .
  • Premio Miguel de Cervantes (España, 1990) .
  • Premio Rioplatense Rotary Club de Montevideo (1992).
  • Premio Konex (1984 y 1994).
  • Premio Roger Caillois (Francia, 1995).
  • Premio Maestro del Arte (Buenos Aires, 1998).
Otras distinciones
  • Elegido miembro de la Academia Argentina de Letras (1955).
  • Recibió un doctorado honoris causa de:
    • Universidad de Columbia (1971).
    • Universidad de Yale (1971).
    • Universidad de Oxford (1971).
    • Universidad de Michigan (1972).
    • Universidad de la Sorbona (1977).
    • Universidad de Harvard (1981).
  • Se le otorgó la Orden del Sol (Perú, 1965).
  • Recibió la insignia de Caballero de la Orden del Imperio Británico (1965).
  • Fue nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1973.)
  • Fue nombrado miembro honorario de la American Academy of Art and Letter de Nueva York y del Instituto de Artes y Letras de Estados Unidos (INAL) (1917).
  • Recibió la Orden Bernardo O’Higgins (Chile, 1976).
  • Recibió la Orden del Mérito (República Federal de Alemania, 1979).
  • Recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio (España, 1983).
  • Ganó el Libro del Mes (Octubre) del “Club del Libro”, por Plan de evasión (1945).
  • Recibió el Laurel de Plata (Rotary Club de Buenos Aires) (1974).
  • Se convirtió en miembro de la Legión de Honor de Francia (1981).
  • Fue nombrado miembro honorario de PEN Club Internacional (1986).
  • Fue nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1986).
  • Recibió un doctorado honoris causa de:
    • Universidad Stendhal de Grenoble (1993).
    • Universidad Gabriele D’Annunzio de Chieti, Pescara, Italia (1988).
  • Fue nombrado Personalidad Emérita de la Cultura Argentina (1996).

 

Citas
  • “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”.
  • “Si la literatura no fuera más que un álgebra verbal, cualquiera podría producir cualquier libro, a fuerza de ensayos y variaciones”.
  • “El pasado es arcilla que el presente labra a su antojo. Interminablemente”.
  • “Llega un momento en la vida en que, haga uno lo que haga, solamente aburre. Queda entonces una manera de recuperar el prestigio: morir”.
  • “La eternidad es una de las raras virtudes de la literatura”.
  • “La vida es una partida de ajedrez y nunca sabe uno a ciencia cierta cuándo está ganando o perdiendo”. 

 

Homero y Virgilio

La historia de la cultura y el arte ha sido definida por personas de gran talento, cuyas producciones han impactado  de forma determinante en generaciones posteriores. Tal es el caso de los legendarios poetas Homero y Virgilio, cuyas obras, aún en épocas diferentes, se han convertido en la inspiración y el origen de toda la literatura occidental.

Homero Virgilio
Nombre de origen Ὅμηρος Hómēros (griego antiguo). Publius Vergilius Maro (latín).
Fecha de nacimiento Alrededor del siglo VIII a. C. 15 de octubre del año 70 a. C.
Fecha de defunción Alrededor del siglo VIII a. C. 21 de septiembre del año 19 a. C.
Procedencia Grecia (nació en Turquía, según algunos relatos). Italia (Roma).
Lengua materna Griego antiguo. Latín.
Ocupación Aedo (una combinación entre poeta y músico). Poeta.
Géneros
  • Epopeyas.
  • Epopeyas.
  • Poesía pastoral.
  • Poesía didáctica.
Temas e inspiración de sus obras Principalmente la historia y los mitos griegos, además de algunos relatos cómicos. Historia y mitos griegos y romanos, la naturaleza, anécdotas y vida de los hombres de su tiempo. La Eneida de Virgilio está fuertemente inspirada en La IlíadaLa Odisea de Homero.
Estilo El conocido como “estilo homérico”, destacado por poseer una extensa serie de características únicas en sus versos. Poesía reconocida por sus versos estilizados y la agradable armonía que formaban entre sí sus palabras, lo que hacía considerar a sus composiciones como perfectas.
Obras más representativas
  • La Ilíada.
  • La Odisea.
  • Las Bucólicas.
  • La Eneida.
  • Las Geórgicas.
Otras obras destacadas
  • Batracomiomaquia.
  • Himnos homéricos.
  • Margites.
  • Ciclo épico (según algunos historiadores).
  • Appendix Vergiliana.
  • La Copa.
  • Las Elegiae in Maecentatem.
  • El Moretum.
Frases célebres
  • “La juventud tiene el genio vivo y el juicio débil”.
  • “Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y bailar que de hacer la guerra”.
  • “Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra”.
  • “El amor conquista todas las cosas; démosle paso al amor”.
  • “Los dioses ayudan a los hombres que se ayudan a sí mismos, y esto es mediante el trabajo”.
  • “Pueden los que creen que pueden”.

Literatura barroca y literatura romántica

La literatura barroca y la romántica tienen en común el hecho de ser literaturas de ruptura: la primera cuestionaba la herencia optimista y racionalista del Renacimiento; la segunda se alzó contra la Ilustración y los ideales estéticos neoclásicos. Sin embargo, también tienen muchas diferencias. 

  Literatura barroca Literatura romántica
Definición Es el conjunto de obras literarias (poesía, novela, teatro) producidas en Europa e Hispanoamérica durante el siglo XVII, las cuales poseen unos rasgos en común. Es el conjunto de obras literarias (poesía, novela, teatro) producidas en Europa e Hispanoamérica durante el siglo XVIII y la primera mitad del XIX, las cuales poseen unos rasgos en común.
Características generales
  • Abundante empleo de los recursos literarios, lo que resulta en formas expresivas elaboradas y complejas.
  • Predominan los sentimientos de desilusión, desengaño y melancolía, los cuales se expresan a través de ironías y sarcasmos.
  • Entrelaza lo trágico y lo cómico.
  • Refleja los acontecimientos más destacados del siglo XVII, como el hambre, la peste y el auge de la espiritualidad.
  • Búsqueda de lo nuevo y extraordinario para excitar la sensibilidad y la inteligencia y provocar la admiración.
  • El subjetivismo individual y el capricho personal en lugar de las normas clásicas.
  • Tendencia a la exageración, a superar todo límite; la noción de que en lo inacabado reside el supremo ideal de una obra artística.
  • Ve en la vida rural y la vuelta a la campiña un refugio para la originalidad y la pasión artística, contrapuesto a la frialdad racional de las ciudades industrializadas.
  • Aboga por la libertad de creación y pensamiento, sin patrones ni estereotipos.
  • Valora lo nacional, lo individual y lo popular. Recupera tradiciones locales olvidadas, a las que opone al “progreso” encarnado en las ciencias.
  • Encuentra en la inspiración una vía de conexión entre el artista y la trascendencia, y la opone a la profesionalización del arte y los preceptos ilustrados que pretendían hallar patrones para la creación estética.
  • La literatura romántica hace hincapié en el individualismo y el subjetivismo. De allí surgió un interés en el interior del hombre y los misterios del subconsciente.
Poesía Surgen dentro de la poesía barroca dos tendencias estilísticas diferentes:

  • Conceptismo: da más importancia al fondo que a la forma. La poesía conceptista es poesía de contenido, es asociación ingeniosa entre palabras e ideas. Opera especialmente sobre el pensamiento abstracto, para lo cual se sirve de ingeniosas antítesis y paradojas. Su principal representante es Francisco de Quevedo.
  • Culteranismo: presenta complejidad en el orden sintáctico, es decir, altera el orden normal de la colocación de las palabras en la frase. Emplea un vocabulario muy ornamental y ostentoso. Su principal representante es Luis de Góngora.
  • Uno de sus temas preferidos es el amor apasionado, que siempre conduce a un trágico destino.
  • Otro tema común es la muerte, única forma de escapar a la dura realidad y el rechazo, concebida como la liberación del alma.
  • Innova a nivel de métrica. Se crean nuevas estrofas, como la octavilla aguda, o bien se ensaya con combinaciones novedosas de versos cortos y largo, o se rescatan géneros poéticos medievales, como el romance.
Novela Durante el Barroco nace la novela picaresca. Se trata de un género satírico, que se define sobre todo por el protagonista, el pícaro, un joven de la clase de los sirvientes que vive en varias ciudades y tiene aventuras y desventuras con diferentes amos. El pícaro aprende desde muy pequeño a ser astuto y a buscarse la vida. Sus preocupaciones principales son, primero tener de comer, y después, si puede, progresar. Una obra representativa de este tipo de novela es Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán.
  • Se describe la naturaleza en sus más pequeños detalles. Por ejemplo, se habla del sonido de los ríos, los pájaros y los perfumes de las flores. Con frecuencia, estas descripciones son una metáfora de los sentimientos del autor.
  • Las novelas del Romanticismo se caracterizan por describir los tormentos de un individuo, las luchas que atraviesa en la búsqueda del amor y debido a su inadecuación en el mundo.
Teatro
  • Durante el período se pone en boga la Tragicomedia, un género que entrelaza lo dramático y lo cómico.
  • Se escriben autos sacramentales, que son breves piezas en las que se representa un relato bíblico.
  • Desde el Renacimiento, se creía decididamente que una obra teatral debía tener una sola acción principal, un único escenario y los acontecimientos debían suceder en el mismo día. En el Barroco se rompe con esta regla. Muchas de las obras del período tienen más de un escenario o transcurren en un lapso de tiempo del relato mayor a un día.
  • Busca en el pasado (relatos mitológicos, leyendas medievales) la respuesta para problemas del presente.
  • Rechazó las tres unidades de narración: tiempo, lugar y acción. Los autores escribían sin restricciones y usaban diferentes escenarios.
  • Por primera vez, se escriben en prosa los parlamentos de los personajes.
Principales representantes
  • Francisco de Quevedo
  • Luis de Góngora
  • Tirso de Molina
  • Pedro Calderón de la Barca
  • Lope de Vega y Carpio
  • Sor Juana Inés de la Cruz
  • Victor Hugo (1802 – 1885)
  • William Wordsworth
  • Friedrich Schiller
  • Gustavo Adolfo Bécquer
  • Jorge Isaacs
  • John Keats
  • Lord Byron
  • Edgar Allan Poe
Ejemplos “Ninfa, de Doris hija, la más bella,

adora, que vio el reino de la espuma.

Galatea es su nombre, y dulce en ella

el terno Venus de sus Gracias suma.

Son una y otra luminosa estrella

lucientes ojos de su blanca pluma:

si roca de cristal no es de Neptuno,

pavón de Venus es, cisne de Juno”.

 

Luis de Góngora

Soledad primera (fragmento)

 

 “Volverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!” 

 

Gustavo Adolfo Bécquer

Rima (fragmento)

 

 

Renacimiento y Barroco

Se trata de dos de los períodos históricos más importantes de la historia de Occidente. Durante los mismos, las artes y la filosofía experimentaron un progreso no visto desde la Antigüedad clásica. Sin embargo, Renacimiento y Barroco son períodos muy diferentes entre sí. 

Renacimiento Barroco
Filosofía
  • Se desarrolló el Humanismo, una filosofía que toma como foco de atención al propio ser humano.
  • Se revalorizó la cultura clásica, a la que se consideraba la cúspide de la civilización occidental.
  • Se comenzó a defender la razón como única vía para alcanzar la verdad.
  • Imperaba la conciencia de que el hombre es un ser imperfecto, lleno de defectos, pero se pretendió hallar belleza en esa imperfección.
  • No valoró la cultura clásica, sino lo original, lo sofisticado, lo complejo.

 

Arquitectura
  • Las edificaciones eran diseñadas de acuerdo a los modelos grecolatinos. Estaban divididas en secciones proporcionadas, armónicas entre sí. En la arquitectura reinaba la homogeneidad y la claridad.
  • Algunos ejemplos son: la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, la Iglesia de Santa María Novella, el palacio de Carlos V en Granada y la catedral de Jaén.
  • No se apreciaba la claridad y la regularidad, sino que más bien se sobrecarga la estructura con detalles que dan la sensación de algo caótico, especialmente en columnas, arcos, estatuas, bajo y altorrelieves. Mostraban predilección por las paredes curvas.
  • Algunos ejemplos son: el Palacio Real de Madrid, la catedral de Santiago de Compostela, el palacio de Versalles y la basílica de San Pedro.
Pintura
  • Se perfeccionó la perspectiva.
  • Surgió un nuevo estilo de pintura: el óleo.
  • Se buscaba representar la anatomía humana con máximo detalle.
  • Se representaba al hombre y su entorno, pero de manera idealizada y armónica.
  • Algunos pintores de este período son: Leonardo da Vinci, Michelangelo y Rafael.

La Gioconda, de Leonardo da Vinci, una de las obras más importantes del arte universal.

 

  • El pintor del Barroco no buscaba representar la realidad con exactitud, sino de acuerdo a su personal forma de percibirla y experimentarla.
  • Se enfocaba en el ser humano, pero en seres humanos concretos, imperfectos, sin idealizarlos.
  • Algunos pintores de este período son: Diego Velázquez, Caravaggio, Bernini, Rembrandt.

 

Rembrandt riendo, de Rembrandt.

 

Música
  • Se caracterizó por su textura polifónica, apegada las leyes del contrapunto y con cierto legado procedente del canto gregoriano.
  • Se inventó uno de los grandes géneros musicales: la ópera.
  • Surgió la tonalidad, la sonata y el concierto; se comenzó a usar el bajo continuo.
Poesía
  • Sus temas predilectos fueron el amor, la belleza y aspectos mitológicos recuperados de las civilizaciones clásicas.
  • Algunos poetas de este período fueron Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega y Petrarca.
  • Sus temas más frecuentes fueron el desengaño, el pesimismo ante la vida, la desesperación, el amor y el inconformismo.
  • Poetas notables del Barroco fueron Luis de Góngora, Francisco de Quevedo y Sor Juana Inés de la Cruz.

 

Épica y lírica

En la historia de la cultura occidental, la poesía ha desempeñado principalmente dos funciones: narrar de una manera agradable y conmovedora relatos que poseen importancia para una comunidad en particular, y expresar los sentimientos y emociones de un individuo. En este cuadro comparamos la poesía de la comunidad (épica) con la poesía del individuo (lírica).

Épica Lírica
Estructura Narra en verso las hazañas de grandes héroes o episodios míticos.

 

Es una poesía íntima a través de la cual el poeta expresa sus sentimientos más profundos.
Punto de vista del autor El poeta escribe en tercera persona. No habla de sí mismo. El protagonismo recae sobre los hechos narrados y sus héroes. El tema principal es el poeta mismo: sus sentimientos, sus preocupaciones, sus tristezas y alegrías. Escribe en primera persona.
Tiempo Relata hechos del pasado histórico o mítico. Se refiere a situaciones que afectan al poeta en presente.
Autoría La mayoría de los poetas épicos han quedado en el anonimato. Es una poesía individual, por lo cual el autor se identifica con nombre y apellido.
Obras representativas
  • La ilíada
  • Cantar de Mio Cid
  • Amadís de Gaula
  • Tirante El Blanco
  • Sonetos, de Garcilazo de la Vega.
  • Cantos, de Giacomo Leopardi
  • Rimas, de Gustavo Adolfo Bécquer
  • Altazor, de Vicente Huidobro

Verso y prosa

Durante la Antigüedad, la forma predilecta de expresión fue el verso. De esta forma se escribían no sólo canciones y obras de teatro, sino también crónicas históricas y relatos legendarios. Con la llegada de la época moderna, la prosa comenzó a tomar el protagonismo, mientras que el verso fue relegado casi exclusivamente al campo de la poesía lírica.

  Verso Prosa
Definición Es un conjunto de palabras sometido a ritmo y, en muchos casos, a la métrica y a la rima. Forma de expresión habitual. No está sometida a la cadencia ni a la medida.
Estructura Los textos escritos en verso se estructuran en estrofas. Los textos en prosa se dividen en párrafos.
Rima y métrica En muchos casos, los versos presentan rima (asonante o consonante) y un número recurrente de sílabas. Pero también existen los versos libres que no poseen métrica ni rima. Nunca muestra métrica ni rima. Más aún, la rima se percibe como un defecto (cacofonía).
Géneros
  • Poesía lírica
  • Poesía épica
  • Tragedia griega
  • Drama isabelino 
  • Cuento
  • Novela
  • Ensayo
Principales exponentes
  • William Shakespeare
  • Garcilaso de la Vega
  • Arthur Rimbaud
  • Pablo Neruda
  • Miguel de Cervantes
  • Fedor Dostoievsky
  • Edgar Allan Poe
  • Jorge Luis Borges
Ejemplos “Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor”. 

Jorge Manrique. De Coplas a la muerte de su padre.

“Ese cuerpo, señores, que con piadosos ojos estáis mirando, fue depositario de un alma en quien el cielo puso infinita parte de sus riquezas. Ese es el cuerpo de Grisóstomo, que fue único en el ingenio, solo en la cortesía, estremo en la gentileza, fénix en la amistad, magnífico sin tasa, grave sin presunción, alegre sin bajeza, y, finalmente, primero en todo lo que es ser bueno…”.

 

Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha.

Literatura hispanoamericana: del Renacimiento al Modernismo

La vasta extensión americana ha dado luz a una de las expresiones artísticas más sublimes a través de la literatura. Producto del feroz choque entre el Viejo y el Nuevo Mundo, esta expresión ha dado lugar a nuevas formas que identificaron a la América hispana.

Antes de internarnos en un tema tan extenso como complejo es preciso definir qué es lo que entendemos como literatura hispanoamericana, una definición que puede resultar tan abarcadora como confusa. Específicamente, con literatura hispanoamericana de lo que estamos hablando es de la obra literaria que fue concebida en aquellos pueblos de habla hispana en Norteamérica, Centro América, el Caribe y Sudamérica, teniendo en cuenta que deba estar escrita en español.

De esta forma se integra al Viejo Mundo europeo con su herencia cultural al Nuevo Mundo con su cultura originaria a través del lenguaje adoptado a lo largo de los siglos por el sangriento proceso de conquista y colonización primero, y la creación de los estado nación después. Esta herencia puede apreciarse en los rasgos que identificaron e hicieron que esto no aparezca meramente como una contribución de otros tiempos, sino como la herencia de una cosmovisión completamente distinta y única que definió la historia de cada territorio. Por lo tanto, plumas tan ilustres como la de El Inca Garcilaso de la Vega, Sor Juana Inés de la Cruz, Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda o Gabriel García Márquez, entre otros, se encuentran hermanados por este complejo proceso histórico y no sólo por el idioma que comparten entre sí.

Conociendo esto, ahora sí, nos internamos en la apasionante historia de la literatura hispanoamericana, desde las primeras manifestaciones en el Renacimiento hasta el primer movimiento que tuvo su origen en Latinoamérica: el Modernismo.

El Renacimiento

La primera fase de la literatura hispanoamericana se puede enmarcar dentro del Renacimiento, que se caracterizó por la preeminencia del movimiento Humanista. El Humanismo comenzó en Italia en el siglo XV y se extendió al resto de Europa en el siglo XVI. Este movimiento es netamente antropocéntrico, es decir, existe una revaloración de la cultura clásica grecolatina por lo que el hombre pasa a ser centro de las reflexiones filosóficas. Dios ya no será el centro ni la razón de todas las cosas sino que la mirada humana tendrá algo que decir al respecto. Se caracteriza por el auge de las artes y la importancia central que toma el hombre. Son siempre obras de gran riqueza en las que la novela se convierte en el género más cultivado, apareciendo también la lírica y el teatro. Hay que destacar la invención de la imprenta en el siglo XV, que trae con ella una democratización de la literatura acercándola por fin al pueblo.

La crónica

La obra que a menudo se entiende como fundacional de la literatura hispanoamericana dista de haber sido pensada como una obra artística. Su intención era, al contrario, cumplir con una función, una utilidad, pero a pesar de ello el diario del Viaje de Cristóbal Colón o las Crónicas de Indias han adquirido con el paso del tiempo un valor estético que influyo a numerosos escritores a la posteridad. Como se entiende a partir del nombre se trata de crónicas, narraciones objetivas que describían exhaustivamente el paisaje que Colón y otros navegantes encontraban a su paso. Otras figuras que se destacaron en este género fueron fray Bartolomé de las Casas, Hernán Cortés y Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que a menudo incurrían en elementos fantásticos para explicar aquello que desconocían y minimizaban los actos de violencia hacia los pueblos aborígenes (salvo el caso excepcional de Bartolomé de las Casas, cuyos documentos sirvieron de denuncia). Aquí vemos un ejemplo de los rasgos que definen a las crónicas de Colón, creyendo haber encontrado Cipango (Japón):

Colón y Fray Bartolomé de las Casas, dos de las figuras históricas que con sus documentos inauguraron la literatura hispanoamericana.
Martes, 23 de octubre
“Quisiera hoy partir para la isla de Cuba, que creo que debe ser Cipango, según las señas que dan esta gente de la grandeza de ella y riqueza, y no me detendré más aquí ni…esta isla alrededor para ir a la población, como tenía determinado, para haber lengua con este rey o señor, que es por no me detener mucho, pues veo que aquí no hay mina de oro; y al rodear de estas islas ha menester muchas maneras de viento, y no vienta así como los hombres querrían (…)”

La epopeya

Desde la perspectiva del colonizador la llegada a América era una gesta heroica que aparecía retratada como la conquista de una tierra indómita, lejana y salvaje. Es así que surgieron varias obras destinadas a realzar en un tono épico las campañas que se realizaban en el continente americano. Una de las obras más emblemáticas es La araucana, de don Alonso Ercilla y Zúñiga (1533 – 1594), donde narra el enfrentamiento entre españoles y mapuches en la Guerra de Arauco, abrevando en la mitología clásica para describir el conflicto (se encuentran referencias a La Eneida o La Odisea, por ejemplo).

El Barroco

Esta corriente literaria se dio a fines del siglo XVII y comienzos del XVIII; es una extensión del Renacimiento pero con una perspectiva negativa que devino de la crisis mundial, tanto económica como social. En este período Europa, especialmente España, parece querer ocultar la crisis social: los intelectuales y el pueblo mismo utilizan un lenguaje rebuscado, oscuro y difícil de comprender. Se habla del barroco como la expresión de lo inútil pues se pierde el sentido del texto y se vuelve un juego de inteligencia donde es importante la belleza de la palabra y la conjugación de palabras extrañas: sobresale la búsqueda de la novedad y de lo extraño. La palabra barroco tuvo inicialmente la concepción de ser algo exagerado y extravagante. Por otro lado, a diferencia del humanismo hay una descentralización del hombre, cultivando el escepticismo social y la búsqueda de respuestas en la religión.

Poesía

Durante esta etapa se destacó de forma excepcional la escritura de sor Juana Inés de la Cruz (1651 – 1695), que con su poesía lírica logro elaboradas estructuras influenciadas por el culteranismo de Góngora (utilizando recursos como el hipérbaton, la perífrasis, la intertextualidad, etc.). Otros poetas que fueron asimilados dentro del barroco fueron el español Bernardo de Balbuena (1562 – 1627) y el argentino Luis de Tejeda y Guzmán (1604 – 1680).

Teatro

Durante la etapa barroca el teatro comenzó a destacarse en tierra americana a través de la pluma de, nuevamente, sor Juana Inés de la Cruz, con obras como Amor es más laberinto. Sin embargo, la figura excluyente fue Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza (1580 – 1639), que con sus obras se vuelca a una finalidad moralizadora y edificante, como en el caso de La verdad sospechosa.

Sor Juana Inés de la Cruz, gran poetisa hispanoamericana de ideas progresistas que defendió el papel de la mujer en su formación intelectual.

Neoclasicismo

El Neoclasicismo del siglo XVIII es una corriente literaria y artística europea que representa un retorno a los valores clásicos greco-romanos, buscando ese equilibrio y serenidad que los caracterizaban. Existe también un interés por reformar al ciudadano, educarlo para el Estado (Didactismo), distribuyéndose rápidamente desde Francia a España y luego al continente americano. La literatura neoclásica refleja los conflictos políticos, económicos y religiosos, la búsqueda de la independencia y la autenticidad del pueblo. Aspiraba, a diferencia del Barroco, el predominio de la razón. Los escritores eran partidarios de los movimientos independentistas y de las ideas de la Ilustración, caracterizándose por exaltar los ideales del pueblo de libertad e igualdad.

Andrés Bello, autor humanista y emblema revolucionario de Hispanoamérica que se encuentra entre las figuras intelectuales más importantes del continente.

Poesía

Durante esta etapa se destacan tres nombres que fueron los que lograron mayor relevancia. Estamos hablando del ecuatoriano José Joaquín Olmedo (1780 – 1847), que expone su retorno a las formas clásicas en obras como el poema épico Canto a Bolívar, publicado en 1825; el venezolano Andrés Bello (1781 – 1865), que cuenta con una extensa obra y dos poemas que demuestran la cuidada estructura de su poesía con la Alocución a la poesía (1823) y la Agricultura en la zona tórrida (1826); y el cubano José María Heredia (1803 – 1839), que preanuncia el romanticismo en la descripción de la naturaleza impetuosa y el fervor de su melancolía en la Oda al Niágara (1824).

Prosa

Dentro de esta forma de narrativa se destaca de forma casi exclusiva al mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi (1776 – 1827), que manifiesta en su obra un claro fin didáctico y expone la problemática política, ética y social de su tiempo. Tal es el caso de obras como La Quijotita y su prima (1818) o Noches tristes y día alegre (1818).

Teatro

En esta manifestación fue fundamental la influencia de figuras como los franceses Nicolás Boileau (1636 – 1711) y Moliere (1622 – 1673). Debido a que solamente en México y Lima se representaban comedias, resulta lógico que el epicentro de esta actividad se encuentre en esos países. Se destaca el dramaturgo mexicano Manuel Eduardo de Gorostiza (1789 – 1851), que desarrolló un estilo influenciado por el dramaturgo español Leandro Fernández de Moratín (1760 – 1828), abocado tanto al disfrute como a la instrucción moral. Entre sus obras más relevantes se encuentran Las costumbres de antaño (1819) o Tal para cual o las mujeres y los hombres (1819). Por otro lado, en Lima se destacaba la figura del peruano Pedro Peralta y Barnuevo (1663 – 1743), que denota los principales rasgos del neoclasicismo en obras como Afectos vencen finezas (1720). También en esta época se representa la obra Ollantay, de la cual se desconoce el origen, pero contiene una temática neoclásica donde se conjuga el lenguaje hispánico con el mundo incaico.

Romanticismo

El Romanticismo es el movimiento literario que se originó a fines del siglo XVIII hasta mediados del XIX. Constituye una vuelta a la imaginación, abandonándose la frialdad del Neoclasicismo. Los sentimientos, la imaginación y la percepción individual son el núcleo de la nueva literatura de esta época. Tal como ocurriera con el nacimiento del Neoclasicismo que surgió reaccionando al exceso del Barroco; podemos decir que esta corriente se originó por el exceso de apego a las normas que caracterizó al Neoclasicismo: el mundo pasó del Absolutismo y Neoclasicismo a la democracia y el Romanticismo; de la estética a la emoción.

Este movimiento fue una revolución artística que aún perdura en nuestros días y, para ello, fueron necesarias tres revoluciones: la revolución industrial en Inglaterra que dio paso a la burguesía, la revolución francesa bajo la consigna de igualdad, libertad y fraternidad y la revolución americana que inspiraría el nacionalismo de todo un continente.

La Revolución Francesa, la Revolución Industrial y la Independencia de Estados Unidos fueron los sucesos que fomentaron el romanticismo en las letras hispanoamericanas.

Poesía

El romanticismo encontraría en torno a la zona del Río de la Plata algunas de las voces más elocuentes de este movimiento. Sin lugar a dudas, una de las figuras excluyentes es el argentino Esteban Echeverría (1805 – 1851), escritor perteneciente a la Generación del 37 que además de destacarse en la prosa logró el reconocimiento con su poema épico La cautiva (1837), donde se advierte una marcada dicotomía entre la civilización y la barbarie y un prototipo de héroe romántico característico de este movimiento (María). También de la región rioplatense van a surgir las figuras de los poetas argentinos José María Gutiérrez (1809 – 1878) y José Marmol (1817 – 1871). En Uruguay se destaca la figura de Adolfo Berro (1819 – 1841), notable poeta que murió prematuramente, a los 22 años.

Fuera de la región rioplatense encontramos a la gran poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814 – 1873), al chileno Guillermo Blest Gana (1829 – 1904) y al colombiano Rafael Pombo (1833 – 1912). Por otro lado, el retorno a la búsqueda de una identidad y el interés por el folklore se verá en la poesía gauchesca del siglo XIX, que encuentra uno de sus representantes más ilustres con el argentino José Hernández (1834 – 1886) y su Martín Fierro.

Prosa

Esencialmente, en los escritores románticos de prosa se destaca la búsqueda de plasmar la independencia intelectual respecto a Europa, dando lugar a una auténtica literatura nacional.

Además del mencionado Echeverría (que en prosa se va a destacar por El matadero), otra figura fundamental del romanticismo va a ser el argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811 – 1888), que con su obra Facundo o Civilización y Barbarie (1845) mantiene la dicotomía discursiva del romanticismo, incluyendo un profundo estudio sociológico e histórico donde aparece el enfrentamiento de federales y unitarios. El argentino José Marmol, con su obra Amalia, también se destacaría por la firme oposición al gobierno de Juan Manuel de Rosas. En Chile surge el nombre de José Victorino Lastarria (1817 – 1888), que adquiere gran relevancia gracias a su novela Don Guillermo.

Otros nombres que ilustrarían el romanticismo hispanoamericano son en Colombia Eugenio Díaz (Manuela) y Jorge Isaacs (María); el mexicano Ignacio Manuel Altamirano (Clemencia, El Zarco); en Bolivia Nataniel Aguirre (Juan de la Rosa); en República Dominicana Manuel de Jesús Galván (Enriquillo); en Ecuador Juan León Mera (Cumandá o un drama entre salvajes), quien fue influido fuertemente por Chateaubriand (1768 – 1848); y el argentino Eduardo Gutiérrez (Juan Moreira).

Teatro

En el teatro romántico cobra mayor relevancia el costumbrismo y se pierde el decoro neoclásico para adquirir mayor naturalidad. Entre los nombres que se destacan se encuentran los chilenos Daniel Barros Grez (1834 – 1904) y Salvador Sanfuentes (1817 – 1860), el colombiano Luis Vargas Tejada (1802 – 1829) y el argentino Martiniano Leguizamón (1858 – 1935). Es célebre y revolucionaria la adaptación de la obra Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez (1851 – 1889) por parte del uruguayo José “Pepe” Podestá (1858 – 1937), dando inicio a la representación de elementos criollos en la escena teatral.

Un punto de quiebre: el Modernismo

El Modernismo es el primer movimiento literario con origen en América Latina y es principalmente poético. Nace a finales del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX, influido por el Parnasianismo y el Simbolismo francés (la búsqueda de la perfección y la expresión simbólica respectivamente) además de la línea anglosajona norteamericana de la mano de Edgar Allan Poe y Walt Whitman.

El imaginario de la obra modernista se va a caracterizar por una libertad formal que se ve en la métrica que compone sus poemas y el color de sus frases. De esta forma se trata de un movimiento que cuestiona y finaliza con la rigidez poética, renovando el vocabulario en el proceso y llevando la expresión metafórica a su máxima expresión, empleando la musicalidad a partir de la melodía de sus versos.

Entre las figuras fundamentales de este movimiento se encuentra el cubano José Martí (1853 – 1895), que con su obra influenciada por el simbolismo logró textos como Ismaelillo o sus Versos libres, prefigurando las bases del modernismo. Sin embargo, es imposible pensar este movimiento sin mencionar la figura del poeta nicaragüense Rubén Darío (1867 – 1916) y, más específicamente, su obra Azul…, donde aparecen motivos mitológicos y se exaltan los sentidos, la música y la búsqueda de una identidad plenamente americana. Es Darío quien logra consolidar las bases del modernismo a partir de su obra, apelando a una marcada subjetividad, la búsqueda de originalidad, el universalismo, la sensualidad y la evasión del mundo material.

Rubén Darío y José Martí, dos de las figuras fundacionales del modernismo y escritores fundamentales que con su obra se emanciparon del continente europeo.

En Argentina se destacó la figura de Leopoldo Lugones (1874 – 1938) y Enrique Larreta (1875 – 1961); en Uruguay Julio Herrera y Reissig (1875 – 1910); en Colombia José Asunción Silva (1865 – 1896); en México Manuel Gutiérrez Nájera (1859 – 1895) y Amado Nervo (1870 – 1919); en Perú José Santos Chocano (1875 – 1934) y Clemente Palma (1872 – 1946); en Venezuela Manuel Díaz Rodríguez (1871 – 1927) y en Chile Augusto d´Halmar (1882 – 1950).

La poesía lírica

La literatura se compone de tres tipos textuales, la narrativa, la lírica y el drama. La poesía es un género que se caracteriza por exponer el mundo interno del autor; es una forma personal y subjetiva, donde su creador manifiesta con lirismo, los triunfos y pesares de su vida, entre otros temas. La poesía se compone de una estructura específica: estrofa, verso y rima.

Nociones sobre literatura

En la literatura existen tres tipos textuales que juntos, se encargan de darle definición al arte de la palabra escrita. Estos géneros, a su vez, componen un gran conjunto de géneros, que comparten la misma intención comunicativa pero desde diferentes ángulos. Dichos tipos textuales son la narrativa, la lírica y el drama y cada uno tiene características particulares que al unirse, conforman la naturaleza maleable, subjetiva, lúdica e intensa de lo literario. La narrativa, se encarga de contar los hechos de historias reales o ficticias relatadas por un personaje llamado narrador (que puede ser protagonista, omnisciente o testigo). La lírica, manifiesta los deseos, pensamientos, necesidades, emociones y sentimientos del autor, por una voz que se denomina el yo lírico. Y el drama, consiste en la aparición escénica de personajes, donde se busca representar los conflictos originados entre realidades diversas creadas desde el guión.

Representación dramática.

La lira

La palabra lírica, tiene su raíz en el nombre de un instrumento antiguo que usaban los griegos para acompañar sus historias, que comúnmente eran recitadas en las plazas y lugares públicos. La lira, proviene del vocablo griego λυρική, lyriké; y éste de λύρα, lýra, y es un instrumento musical de cuerda, usado por los antiguos, compuesto de varias cuerdas tensas en un marco, que se pulsaban con ambas manos. Debido a esto, la poesía se relaciona con los cantos que los autores componían para recitar en un espectáculo.

En la cultura griega, existen varias versiones y dioses a los que se adjudica la creación del instrumento de cuerda, entre ellos, los dioses del Olimpo el mensajero Hermes. También se le atribuye la creación a Polimnia, hija de Zeus y Mnemósine, tenida como la musa de la poesía lírica. Pero según los griegos, era la musa Erato (del griego Ερατώ, «Amable» o «Amorosa») quien representaba la poesía amorosa y se encargaba de tocar la lira, su nombre tiene la misma raíz que Eros, dios de los deseos sexuales, el amor y la fertilidad. La poesía amorosa es conocida también por algunos autores como poesía lírica aunque el término resulta algo redundante pues el lirismo caracteriza al tipo textual que también puede clasificarse como macro-género.

Erato, era la musa que inspiraba el amor, y se decía
que era la encargada de tocar la lira.

La poesía amorosa, historia y definición

Como gran parte de la literatura occidental, ésta tiene sus orígenes en la Antigua Grecia, más específicamente en la isla de Lesbos, de donde provienen los poetas Safo y Alceo, pertenecientes a los nueve poetas líricos de la Antigüedad: Anacreonte (lírica monódica, VI siglo a. C.), Alcmán de Esparta (lírica coral, siglo VII a. C.), Estesícoro (lírica coral, VI siglo a. C.), Íbico (lírica coral, VI siglo a. C.), Simónides de Ceos (lírica coral, siglo VI a. C.), Baquílides (lírica coral, siglo V a. C.), Píndaro (lírica coral, siglo V a. C.).

¿Sabías qué...?
En la Antigüedad, los poetas eran personas anónimas, consideradas figuras casi divinas, profetas que anunciaban presagios celestiales.
Pintura de escritores griegos.

La lírica se caracterizaba, por ser una especie de acto cantado, donde un intérprete se disponía a recitar acompañado del sonido de una lira. Las emociones y sentimientos que experimentaba a través de sus experiencias, era la exteriorización de su mundo interior a través del canto y acompañamiento musical, principalmente de la lira. También podía observarse el uso de otros instrumentos como la flauta o sencillamente, la presentación de una persona recitando sin música, los hechos del poema. La poesía amorosa, es un género que expresa las experiencias y forma de ver el mundo del poeta, su estado anímico, pero desde un punto de vista personal. Los temas principales son el amor, el desamor, la vida en sociedad y la pérdida de algo o alguien. Durante los cantos, se observaba una entonación especial que le daba a los poemas un ritmo determinado, que en métrica se conoce como rima.

En la Antigüedad existieron dos formas poéticas: la lírica y la épica. Mientras que una expresaba el mundo interior de un autor; la otra contaba las hazañas de héroes y guerras.

Dios del amor y la fertilidad, Eros.

GÉNEROS DE LA POESÍA GRIEGA

Los poetas antiguos, desarrollaron cuatro tipos de poesía, a saber:

La lírica monódica: era cantada por una sola persona, y se desarrolló mayormente en la isla de Lesbos, por los poetas Safo y Alceo entre los siglos VII y VI a. C. Los temas de este tipo de lírica están ligados a las ceremonias religiosas, el lenguaje es refinado y de tendencia aristocrática, es decir, los poemas se inclinaban a contar experiencias relacionadas con la labor política y económica, debido a que sus principales exponentes fueron aristócratas de su región. De entre las demás formas líricas, la monódica expone temas más íntimos ligados al quehacer personal de sus autores.

La lírica coral: uno de sus principales representantes fue Píndaro. Esta lírica era recitada por un coro, y anunciaba temas afines con el destino, el hombre y la divinidad y la relación que podía establecerse entre dichas realidades. En la lírica coral, el mito y la vida del hombre, encuentran una fusión intrínseca.

La lírica yámbica: a diferencia de la monódica y la coral con sus temas y lenguaje refinado, trataba temas populares en un tono de burla o sátira, que buscaba producir una reflexión o exponer una crítica social. Sus principales exponentes griegos fueron Arquíloco, Semónides e Hiponacte.

Dos de los más famosos guerreros épicos, héroes de la Ilíada son Ayax y Aquiles representados en esta pintura.

La lírica elegíaca: fue una lírica inclinada a expresar temas de duelo, se cantaba en ceremonias luctuosas o fúnebres. Su característica más sobresaliente, es que se trataba de un tipo de lamento en virtud de alguna pérdida: de un ser querido, de la vida entre otros.

Safo: Nació en 650/610 a.C. en la actual Mitilene (Lesbos). Murió en 580 a. C. en Léucade.
¿Sabías qué...?
No fue hasta la Edad Media que se designó el adjetivo de lírico a los poemas de la Antigüedad grecolatina.

ELEMENTOS QUE CONSTITUYEN LA POESÍA: FONDO Y FORMA

Fondo

El “yo” lírico En literatura, la voz que relata el poema no es considerada la misma que la de su autor. Se trata de un ser independiente, creado por el autor, que cuenta algo. El yo lírico es esa voz que nos relata sus experiencias.
El temple anímico Se trata de la situación anímica en la que se encuentra el yo lírico, es decir, el estado emocional que expresa en el poema: felicidad, nostalgia, tristeza, etc.
Motivo lírico Es el tema que se desarrolla en el poema, el hecho que expone el yo lírico.
Objeto lírico Es la persona, cosa o situación de la que se habla en el poema: la distancia, el amado, la familia, etc.
Lenguaje lírico Es el tipo de lenguaje que utiliza el autor para construir el poema. En el lenguaje lírico se incorporan el uso de figuras literarias: metáforas, símiles, hipérboles, etc.

 

El “Yo” lírico: un hombre que sufre la ausencia de su amada.
El temple anímico: nostalgia, tristeza.
Motivo lírico: la ausencia de la mujer amada.
Objeto lírico: la amada.

Forma

 

La poesía

El término poesía proviene del griego poiesis, que significa “creación”. Desde la cultura grecolatina, poetas y estudiosos han tratado de definir el concepto de poesía y de explicar su origen, propiedades y funciones, así como las peculiaridades del lenguaje poético. Con el transcurso del tiempo, la poesía se asocia a toda creación literaria en la que el lenguaje poético aparece moldeado y sujeto a las leyes del ritmo métrico y de la rima.

¿Lo sabías? El término poesía surge del término griego “poiesis”, que significa “creación”.

Características de la obra poética

La poesía tiene tantas posibilidades de manifestación que harían falta cientos de páginas dedicadas únicamente a este género para exponer todas sus formas, reglas, posibilidades y recursos. A modo de ejemplo, destacaremos que puede ir desde formas sujetas a rima y métrica, como el soneto, hasta versos libres, sin rima ni medida establecida; los poemas pueden estar formados por estrofas o no… La mejor forma de conocer la poesía es leerla con frecuencia y, a la hora de escribirla, contar con libertad total más allá de toda regla, o bien observarlas cuando se considere oportuno para lograr el resultado esperado.

Antes de escribir poesía conviene que leas, de forma incansable, poetas de todas las épocas y estilos y que escribas de forma personal y mantengas una relación viva y sensible con lo que te rodea y con tu mundo interior.

El descubridor de la poesía

Se conoce como descubridor de la poesía al poeta francés Arthur Rimbaud, quien expreso que “la poesía es una manera especial de conocimiento, una especial visión de lo desconocido, de lo inaudito, de lo inefable”. Tanto en las obras poéticas como en el propio mundo interior es donde se encuentra la poesía; es el poeta el que debe descubrirla y desvelarla.

Arthur Rimbaud nació en Francia el 20 de octubre de 1854

Los géneros literarios

Los géneros literarios son los grupos en los que se incluyen aquellos textos que presentan unos rasgos semejantes, es decir, la manera en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido.

La cuestión de los géneros literarios ha propiciado una cierta polémica. Platón -al abordar la naturaleza de la poesía- distinguió tres géneros: la mimética (dramática), la lírica y la épica. Su discípulo, Aristóteles, partía de la existencia del género literario y consagró un libro, Poética, a estudiar los problemas que plantea la tragedia, que era uno de los géneros en que se dividía la poesía. Aristóteles diferencia los géneros según la forma métrica; según la categoría de los personajes, y según la duración de los acontecimientos. Posteriormente, la aparición de numerosas obras que no cumplían exactamente con los principios enunciados por los autores clásicos llevó a discutir la validez de la clasificación. A pesar de la oposición de muchos autores contemporáneos a que sus obras sean “encasilladas” dentro de un determinado género, la literatura continuó apelando a este recurso, desde las “novelas del Oeste” de la década de 1950 a la “novela histórica”, que alcanzó un gran auge alrededor de 1990.

El concepto de género literario es histórico, ya que se plantea en el momento en que surge un texto distinto a los clasificados con anterioridad. Por ejemplo, el surgimiento y reconocimiento de la novela como género se produce en la Edad Media. Aunque el concepto de género como tal ha tenido sus crisis, ya que ha cambiado y sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, la crítica moderna tiende a aceptar la existencia de los géneros como una institución.

Género narrativo

En los tratados de teoría literaria suelen estudiarse juntos una serie de textos que tienen como rasgo común la narración. Estos textos son la epopeya, el poema épico y la novela (ésta suele considerarse el género narrativo que sustituyó a la épica). La narrativa reúne las obras que relatan hechos reales o ficticios, estructurados dentro de unas coordinadas de espacio y tiempo, y la forma expresiva usada es, fundamentalmente, la narración.

Las novelas son narraciones ficcionales extensas.

A pesar de que todos los textos que se consideran dentro de este género tienen unas características comunes, existen diferencias entre ellos. Mientras que la epopeya es un producto de una edad heroica que refleja toda una etapa cultural, está escrita en verso y, sobre todo, es anónima, la novela lo está en prosa, suele surgir en períodos de decadencia y acostumbra tener un autor concreto.

El poema épico se diferencia de la epopeya en que es de origen individual, el resultado de la labor concreta de un poeta concreto y suele tener unos rasgos poéticos que son bastante distintos de los propios de la epopeya.

Género dramático o teatral

El término teatro procede del griego theatrón, que significa “lugar para contemplar”. El teatro es una rama del arte escénico relacionada con la actuación, donde se representan historias frente a la audiencia. Este arte combina discurso, gestos, sonidos, música y escenografía.

Por otra parte, el teatro es también una categoría literaria que comprende las obras concebidas en un escenario y el edificio donde se representan las piezas teatrales. Desde sus inicios el teatro acompañó al hombre en los momentos más significativos en los rituales chamánicos; cierto es que no puede hablarse de teatro propiamente dicho pero son los antecedentes que precedieron al desarrollo. En primer lugar debemos diferenciar entre texto dramático o teatral y hecho teatral. Como ya se especificó, el primero es una categoría literaria, una obra pensada para ser recreada en un escenario. El hecho teatral es la puesta en escena del texto teatral.

Uno de los antiguos teatros griegos.

El texto se caracteriza por estar dispuesto en forma de diálogo con acotaciones que indican la disposición de los actores, la escenografía e inclusive las luces; es la obra, el valioso aporte de la literatura al complejo hecho teatral. La obra de teatro se describe para ser representada, para que unos personajes creados por un dramaturgo sean interpretados por los actores. Además el texto proporciona las palabras que los personajes dicen y señala los lugares donde actúan, éste –conocido también como libreto – debe ser bastante claro, con un mensaje –o no – para el espectador, sencillo y que no abarque demasiados temas. Los textos dramáticos pueden ser escritos en forma dialogada, en prosa o en verso. La dramática es el único género no exclusivamente literario; las acotaciones que indican movimientos, expresiones faciales, gestos, tono de voz, etcétera, no forman parte del texto literario. Es decir, la dramática tiene una faceta literaria; el texto teatral, lo que dicen los personajes, y otra que es espectáculo; la actuación, la escenografía.

El drama es la expresión de los contrastes y contradicciones de la vida humana; debido a ello se pueden hallar presentes la muerte, el humor, la pasión, el mal, la alegría, la bondad, en definitiva, el amplio abanico de la existencia diaria. El drama no excluye ningún elemento que integra la vida de los seres humanos.

Las temáticas de los textos dramáticos son expresiones de la vida cotidiana.

Género lírico

Estos textos son definidos tradicionalmente como la expresión del mundo emotivo por medio de la palabra escrita u oral. El término griego «poiesis» significaba «crear» y se refiere a todo trabajo artesanal, incluido el que realiza un artista.

Los textos líricos se caracterizan por la subjetividad, es decir, el poeta nos ofrece una parte de su interior, de su visión de la realidad. Cualquier expresión de los sentimientos del autor ante la contemplación de la realidad puede ser considerada lírica: amor, pena, soledad, miedo, fracaso, alegría, desamparo, nostalgia… Esta expresión no puede hacerse de cualquier manera, sino que se suele ver sometida a una gran depuración estilística. Tal como Aristóteles planteara en su Poética, la lírica es el género en el que el autor expresa sus sentimientos y visiones personales.

 

Los poetas suelen expresar su visión de la realidad mediante sus textos.

Por ello, quizás la característica formal más reconocible de la poesía sea la de estar escrita en verso. Así pues, el poema es la unión de un fondo emotivo y sentimental y de unas determinadas características formales que lo caracterizan a simple vista, incluso ante los ojos de personas que no han leído nunca poesía. Sin embargo, con el tiempo, este modo de expresión se diversificó; podemos encontrar textos líricos escritos en prosa por lo que, su reconocimiento radica en la exposición en primer plano del mundo interno del artista.