La batalla de Aroma fue uno de los enfrentamientos armados ocurridos durante los primeros años del proceso de independencia de Bolivia. Además de significar una importante victoria para los patriotas, esta batalla también formalizó al escuadrón de soldados que, en el futuro, evolucionaría hasta convertirse oficialmente en el Ejército de Bolivia.
PRIMER EJÉRCITO DE BOLIVIA
La unidad de soldados formada por Esteban Arze y Francisco del Rivero tras la revolución de Cochabamba es considerada el primer ejército creado para defender los intereses independentistas de los territorios del Alto Perú y que combatió por primera vez contra las fuerzas españolas en la conocida batalla de Aroma en 1810, por lo que a su vez se considera el precursor del actual Ejército de Bolivia.
Sin embargo, el Alto Perú estaba formado por ciudades con cierto grado de autonomía bajo la jurisdicción de la entonces Real Audiencia de Charcas, a su vez sometida al dominio español. Esto cambió cuando dichas regiones del Alto Perú lograron su independencia y se unieron para formar una sola nación que bautizaron como República de Bolivia el 3 de octubre de 1826. Así, la fuerza militar formada durante los eventos de la batalla de Aroma se convirtió oficialmente en el Ejército del Estado.
PRINCIPALES ACCIONES
Tras su independencia, el Ejército de Bolivia se ha encargado de defender al país ante fuerzas externas e internas hostiles y entregarse al servicio de su constitución. Entre sus primeras acciones destacan el impedimento de una posible invasión del Imperio de Brasil en 1825 y su participación contra el Ejército peruano que intervino el país en 1828 y que resultó en la expulsión de Antonio José de Sucre del poder.
Actualmente existe poca información oficial sobre los detalles exactos de la institución, pero se estima que dispone de entre 26.000 a 60.000 unidades de infantería y decenas de unidades de artillería y transporte.
¿Sabías qué?
El Ejército de Bolivia corresponde a las fuerzas militares terrestres del país y fueron las primeras en ser formadas, ya que nacieron a partir de las tropas terrestres que combatieron en la batalla de Aroma. Junto a la Armada de Bolivia, formada por sus fuerzas navales, y la Fuerza Aérea de Bolivia, estas tres instituciones militares conforman en su totalidad las Fuerzas Armadas de Bolivia.
Fue uno de los mejores cuerpos militares del bando realista de la Gran Colombia mientras ocurrían las batallas por la independencia sudamericana. Este ejército, con el tiempo, se separó de los objetivos colonialistas de los españoles y pasó al Ejército Libertador. Fueron parte de este batallón León de Febres-Cordero, Luis Urdaneta y Miguel de Letamendi, quienes participaron en la independencia de Guayaquil.
CREACIÓN
El 17 de diciembre de 1813, el caudillo realista José Antonio Yáñez unió a aproximadamente 500 hombres para crear un batallón que nombró Numancia. Se trataba de un batallón realista en tierras venezolanas, integrado mayoritariamente por venezolanos, que servía al Ejército de España.
INICIOS
El Numancia tuvo una participación destacada durante la guerra de Independencia de Venezuela, especialmente en el período histórico conocido como “guerra a muerte” en la Segunda República de Venezuela.
En 1814, tras la muerte Yáñez, el batallón actúo de forma sobresaliente en la batalla de Arao, lucha en la que salieron victoriosos. Al año siguiente, el coronel Sebastián de la Calzada reestructuró al escuadrón al añadir nuevas fuerzas para dividirlo en tres grupos: primer, segundo y tercer batallón de Numancia.
El segundo y el tercero estuvieron en Nueva Granada durante la guerra de Independencia hasta 1819, cuando las fuerzas patriotas de Simón Bolívar los vencieron y capturaron. Por el contrario, el primer batallón de Numancia fue enviado a Perú bajo el comando de Pablo Morillo para reforzar las fuerzas realistas de la región.
CONSPIRACIÓN
Después de una larga y penosa travesía para llegar a Perú, los miembros del primer batallón del Numancia empezaron a sentirse disgustados y desconfiados de sus superiores realistas. Esta situación fue aprovechada por los patriotas peruanos, que intentaron persuadirlos para que se cambiaran de bando.
¿Sabías qué?
La primera conspiración fue descubierta en 1820. Los oficiales Miguel Letamendi, León Febres Cordero y Luis Urdaneta complotaron para sublevarse, pero los realistas los persiguieron y deportaron a Guayaquil, donde los patriotas venezolanos actuaron en su proceso de independencia.
PASE DEL NUMANCIA
Gracias a la incitación de los capitanes Tomás de Heres y Ramón Herrera, el 2 de diciembre de 1820, el batallón Numancia se rebeló contra las autoridades españolas en Perú y se pasó de bando.
El general José de San Martín, quien para entonces era el líder de la revolución independentista en el Perú, aprobó con gusto este hecho. De este modo, en un evento simbólico, el Numancia pasó a formar parte del Ejército Unido Libertador del Perú. Esto se llevó a cabo al cruzar el puente de Huaura.
¿Sabías qué?
San Martín rebautizó al escuadrón y llamó batallón Fiel a la Patria. Luego, cuando se integró a la división de la Gran Colombia, cambió su nombre a Voltígeros de la Guardia. Finalmente, el ejército fue disuelto en 1829 por el general Rafael Urdaneta.
También llamada Junta Protectora de Quito o Ejército de Guayaquil, fue una tropa militar creada después de la independencia de Guayaquil para lograr la liberación de otros pueblos de la Real Audiencia de Quito. Estuvo comandada por el coronel Luis Urdaneta, con León de Febres Cordero como jefe de Estado Mayor
FORMACIÓN
La independencia de Guayaquil se logró el 9 de octubre del 1820, con este suceso se rompieron los lazos entre la Provincia de Guayaquil y el Imperio español. Después de redactar el acta de independencia, la recién organizada Junta de Gobierno provisional pretendía expandir las intenciones emancipadoras hacia otros poblados cercanos, como Quito y Cuenca. De este modo, en noviembre de 1820, se creó la División Protectora de Quito.
La División Protectora de Quito estaba conformada por los batallones Libertadores, Vengadores, Voluntarios de la Patria y Daule, entre otros, bajo el mando directo del coronel Luis Urdaneta y con el coronel León de Febres Cordero como jefe de Estado Mayor.
TRAYECTORIA
Batalla de Camino Real
Fecha: 9 de noviembre de 1820
Lugar: sector de Camino Real, cerca de Bilován, Ecuador
Resultado: victoria guayaquileña
Primera batalla de Huachi
Fecha: 28 de noviembre de 1820
Lugar: sector de Huachi Grande, a las afueras de Ambato, Ecuador
Resultado: victoria realista
Batalla de Yaguachi
Fecha: 19 de agosto de 1821
Lugar: Cantón de Yaguachi, Provincia del Guayas, Ecuador
Resultado: victoria independentista
Segunda batalla de Huachi
Fecha: 12 de septiembre de 1821
Lugar: Huachi Grande, cerca de Ambato, Ecuador
Resultado: victoria realista
Batalla de Tanizagua
Fecha: 3 de enero de 1821
Lugar: Guaranda, provincia de Bolívar, Ecuador
Resultado: victoria realista
Batalla de Pichincha
Fecha: 24 de mayo de 1822
Lugar: faldas del volcán Pichincha, Quito, Ecuador
Resultado: victoria independentista, toma de Quito
¿Sabías qué?
El 6 de abril de 1821, Antonio José de Sucre llegó a Guayaquil y lideró la División Protectora de Quito para partir a Yaguachi.
FIN DE LA DIVISIÓN
Tras la batalla de Pichincha, Sucre entró a la ciudad de Quito y, meses después, en julio, Guayaquil se incorporó a la Gran Colombia. Bajo este contexto, se ordenó la desintegración de la División Protectora de Quito.
Carlos de Montúfar, hijo de Juan Pío de Montúfar (presidente de la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito y precursor de la independencia nacional) fue un coronel y patriota ecuatoriano, considerado uno de los libertadores del país. Su carrera militar inició durante su permanencia en España y terminó en el territorio de la actual Colombia, mientras era coronel y ayudante general del ejército de Simón Bolívar.
Batalla de Bailén (1808)
Tras la invasión napoleónica a España, se inició la guerra de la Independencia española. Montúfar participó en la batalla de Bailén como ayudante del principal jefe militar español, el general Francisco Xavier Castaños. España salió victoriosa y Napoleón tuvo su primera derrota militar.
Sitio de Zaragoza (1808)
Fueron dos asedios ocurridos en la ciudad de Zaragoza. Allí pelearon las tropas del primer Imperio francés de Napoleón Bonaparte contra las fuerzas españolas de la dinastía Borbón. Terminó con la retirada de las fuerzas francesas.
Batalla de Somosierra (1808)
Los franceses obtuvieron la victoria en este conflicto y Napoleón logró ingresar a Madrid. No obstante, la participación de Montúfar destacó por su heroísmo.
¿Sabías qué?
La Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino eligió a Montúfar como comisionado regio en Ecuador, donde la revolución quiteña debilitaba el dominio colonial. El objetivo era llevar la paz a su país y guíar a los líderes hacia el nuevo sistema constitucional del Imperio español. Al llegar a Quito, Montúfar fue arrastrado por las filas revolucionarias, decidió unirse a la causa patriota y luchar contra los españoles.
Batalla de El Panecillo (1812)
Este cruel combate se llevó a cabo en el cerro El Panecillo de Quito, donde se enfrentaron las tropas realistas de Toribio Montes y Sámano y los defensores de Quito comandados por Carlos de Montúfar. Resultó en la victoria realista y Montúfar se vio obligado a salir de la ciudad.
Los escapes de Montúfar
Tras huir de Quito, Montúfar se trasladó a la ciudad de Ibarra. A finales de 1812 fue capturado y desterrado a España. Allí logró escaparse y viajar hasta Panamá, donde se incorporó a las fuerzas del libertador Simón Bolívar.
Batalla de la Cuchilla del Tambo (1816)
En este conflicto lucharon las tropas independentistas de Nueva Granada y las tropas de la Corona española en Popayán, Colombia. La derrota de los patriotas representó el fin de la Primera República. Montúfar fue capturado, condenado a muerte y ejecutado por la espalda por ser considerado un traidor.
Con este nombre se bautizó el movimiento liderado por el general José de San Martín, quien llevó a cabo el proceso de independencia de Argentina, Chile y Perú. Las campañas militares que dirigió San Martín entre 1814 y 1817 dieron más fuerza a las facciones que apoyaban los movimientos independentistas.
El llamado ejército del Norte de Argentina, bajo el mando del General Manuel Belgrano, había luchado contra las fuerzas realistas del Alto Perú. En octubre de 1813, Belgrano fue derrotado en la batalla de Ayahuma y San Martín fue enviado para relevarlo.
¿Sabías qué...?
En enero de 1813, San Martín derrotó a una pequeña fuerza española que había perseguido asentamientos en el río Paraná. Esta victoria es una de las primeras para los argentinos contra los españoles.
Tomó el mando en enero de 1814 y decidió que sería una tontería atacar cuesta arriba en el Alto Perú fortalecido. Consideraba que un plan de ataque mucho mejor sería cruzar los Andes en el sur, liberar a Chile y atacar al Perú por mar desde el sur.
Invasión desde Chile
San Martín aceptó la gobernación de la Provincia de Cuyo en 1814 y se instaló en la ciudad de Mendoza, que en ese momento recibía a numerosos patriotas chilenos que iban al exilio después de la aplastante derrota en la Batalla de Rancagua. Los chilenos se dividieron entre sí, y San Martín tomó la decisión de apoyar a Bernardo O’Higgins.
Mientras tanto, en el norte de Argentina, el ejército del norte había sido derrotado por los españoles, lo que demostraba claramente que la ruta al Perú a través del Alto Perú sería demasiado dificultosa.
El Ejército de los Andes
San Martín comenzó inmediatamente a reclutar, equipar y perforar el Ejército de los Andes. A finales de 1816 tenía un ejército de unos 5.000 hombres, que incluía una mezcla de infantería, caballería, artillería y fuerzas de apoyo. Él reclutó oficiales y aceptó gauchos resistentes en su ejército, generalmente como jinetes. Los exiliados chilenos eran bienvenidos y nombró a O’Higgins como su subordinado inmediato. Había incluso un regimiento de soldados británicos que lucharían valientemente en Chile.
Logia Lautaro
San Martín fue uno de los líderes de la Logia Lautaro, un grupo secreto, masónico, dedicado a la libertad completa para toda América Latina. Se sabe muy poco acerca de sus rituales o incluso de su membresía, pero formaron el corazón de la Sociedad Patriótica, una institución que aplicó presión política para una mayor libertad e independencia.
Cruce de los Andes
En enero de 1817, el ejército partió y las fuerzas españolas en Chile lo esperaban. La travesía era ardua, ya que los soldados de la planicie y los gauchos luchaban contra el frío y las altas altitudes, pero la planificación meticulosa de San Martín dio sus frutos y perdió relativamente pocos hombres y animales.
Batalla de Chacabuco
Ocurrió el 12 de febrero de 1817 y fue una victoria ganada por patriotas sudamericanos sobre los realistas españoles al norte de Santiago, Chile.
El Gobernador, Casimiro Marcó del Pont, envió todas las fuerzas disponibles bajo el mando del General Rafael Maroto para mantener al ejército de los Andes fuera de Santiago; sin embargo, el resultado fue una enorme victoria patriótica, Maroto fue derrotado completamente y perdió la mitad de su fuerza, mientras que las pérdidas de los patriotas eran insignificantes. Los españoles huyeron de Santiago y San Martín cabalgó triunfalmente en la ciudad a la cabeza de su ejército.
Batalla de Maipú
San Martín todavía creía que para que Argentina y Chile fueran verdaderamente libres, los españoles debían ser removidos de su bastión en Perú. Cubierto de gloria desde su triunfo en Chacabuco, volvió a Buenos Aires para conseguir fondos y refuerzos.
Las fuerzas realistas y españolas en el sur de Chile se habían unido con refuerzos y amenazaban a Santiago. San Martín se hizo cargo de las fuerzas patriotas una vez más y se encontró con los españoles en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818. Los Patriotas aplastaron al ejército español, donde mataron a unos 2.000, capturaron alrededor de 2.200 y tomaron toda la artillería española.
Hacia Perú…
Con Chile por fin seguro, San Martín podría fijar su mirada en Perú. Comenzó a construir una marina para Chile, lo que resultó una tarea difícil, ya que los gobiernos de Santiago y Buenos Aires estaban prácticamente en bancarrota. Era difícil hacer que los chilenos y los argentinos vieran los beneficios de liberar al Perú, pero San Martín tenía un gran prestigio para ese entonces y fue capaz de convencerlos.
En agosto de 1820, partió de Valparaíso con un moderado ejército de unos 4.700 soldados y 25 cañones, bien provisto de caballos, armas y alimentos.
Liberación de Perú
San Martín había liberado Chile y Argentina al sur, y Simón Bolívar y Antonio José de Sucre lo habían liberado Ecuador, Colombia y Venezuela, por lo que sólo quedaba Perú y la actual Bolivia bajo el dominio español.
Mediante el uso de la imprenta, San Martín comenzó a bombardear a ciudadanos del Perú con propagandas pro-independencia. Mientras esto ocurría, su ejército se acercaba a Lima.
Capturó a Pisco el 7 de septiembre y a Huacho el 12 de noviembre. El pueblo de Lima, que temía un levantamiento de esclavos e indios más de lo que temía el ejército de argentinos y chilenos en la puerta, invitó a San Martín a la ciudad. El 12 de julio de 1821 entró triunfalmente en Lima a los aplausos de la población.
El 28 de julio de 1821 Perú declaró oficialmente la independencia y se dispuso a establecer un gobierno. Su breve gobierno fue iluminado y marcado por la estabilización de la economía, la liberación de los esclavos, la libertad de los indios peruanos y la abolición en las instituciones de la censura y la inquisición.
La invasión de España por Napoleón en 1808 fue el acontecimiento que finalmente desencadenó la lucha por la independencia de América Latina de España y ya para 1810, Simón Bolívar lideró una campaña bélico-militar que inició en lo que se conocía como Nueva Granada y finalizó con la independencia de Perú y Bolivia.
En esta corriente se libraron las famosas batallas de Boyacá en Colombia, la Batalla de Carabobo en Venezuela y la Batalla de Pichincha en Ecuador, que luego desembocó en la Independencia de Perú y finalizó el yugo de la Corona española.
¿Sabías qué...?
El ataque que realizó Bolívar en contra de la Nueva Granada es considerado uno de los más osados en la historia militar.
Batalla de Boyacá
El escenario para una de las mayores batallas jamás combatidas en nombre de la independencia en Colombia fue el puente de Boyacá, que se encuentra ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá.
Ocurrió el 7 de agosto de 1819 y no sólo puso fin a las violentas disputas por el poder en territorio colombiano, sino que también consolidó el camino de independencia que el país había fijado el 20 de julio de 1810.
Todo comenzó con una serie de batallas encabezadas por la Campaña de Independencia dirigida por Simón Bolívar, que resistió a la Reconquista española en 1819. Después de superar una serie de obstáculos, el Ejército Patriota fue victorioso en Gámeza (11 de julio) y en Pantano de Vargas (25 de julio), eventos clave para los resultados de la Batalla de Boyacá.
Bajo el mando de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y el comando de José Antonio Anzoátegui, tropas patriotas, formadas por 2.850 criollos, mulatos, indígenas, combatientes y combatientes negros, asaltaron al Ejército Real que contaba con 2.670 hombres encabezados por el coronel José María Barreiro.
Después de un combate de seis horas, las tropas de la independencia ganaron y obtuvieron la sumisión de los españoles, que fueron tomados como prisioneros.
Batalla de Carabobo
La batalla de Carabobo se libró el 24 de junio de 1821 durante la Guerra de Independencia venezolana.
En Carabobo, Bolívar lideró su ejército numéricamente superior de unos 6.500 efectivos, incluidos voluntarios de las Islas Británicas, hasta la victoria sobre los españoles comandados por el general Miguel de La Torre. El general José Antonio Páez, sus llaneros y los voluntarios británicos e irlandeses derrotaron a la derecha española mientras la caballería patriótica aplastó su centro.
La victoria decisiva de los patriotas venezolanos finalmente llevó al reconocimiento de la independencia de este país de España.
Batalla de Pichincha
El 24 de mayo de 1822, las fuerzas rebeldes sudamericanas bajo el mando del general Antonio José de Sucre y las fuerzas españolas encabezadas por Melchor Aymerich se enfrentaron en las laderas del volcán Pichincha, a la vista de la ciudad de Quito, Ecuador.
Manuela Sáenz
La batalla de Pichincha también marcó la apariencia militar de esta mujer, una nativa que se unió a las fuerzas de Sucre para luchar en esta batalla, donde le concedieron el grado de teniente y luego pasó a ser una comandante importante de la caballería en batallas posteriores. Ella es más conocida hoy por lo que sucedió después de la guerra, conoció a Simón Bolívar y los dos se enamoraron.
Esta histórica batalla fue una de las muchas que más tarde se les dio el nombre de “las guerras de la independencia de América del Sur” y, al igual que con muchos otros países sudamericanos, fue el ejército patriota el que salió victorioso.
La batalla fue una gran victoria para los rebeldes que destruyeron de una vez por todas el poder español. El pueblo de Quito pudo reclamar la independencia y establecer su propio gobierno, que posteriormente llegó a abarcar todas las jurisdicciones administrativas que se habían agrupado.
Batallas de Junín y Ayacucho
Simón Bolívar y Antonio José de Sucre marcharon hacia los Andes peruanos para combatir las dos batallas más importantes de la independencia peruana.
La batalla de Junín – 6 de agosto de 1824
En 1824, Bolívar marchó a las tierras altas peruanas con un ejército de 9.000 soldados y logró atrapar por sorpresa a la fuerza enemiga más pequeña de sólo 6.000 hombres al mando del general José de Canterac, cerca del lago Junín.
La batalla se libró principalmente con espadas y lanzas manejadas por la caballería argentina e inglesa que perseguía al ejército de Canterac mientras intentaba retirarse de las fuerzas revolucionarias que le superaban en número. Con 500 soldados perdidos, la derrota fue relativamente pequeña en términos materiales.
Sin embargo, la contienda había desmoralizado dramáticamente a las fuerzas leales españolas y hasta 3.000 de sus soldados se perdieron por deserción, enfermedad o traición durante su retirada de regreso a Cusco.
La batalla de Ayacucho – 9 de diciembre de 1824
Después de la victoria en Junín, Simón Bolívar colocó el mando del ejército en manos de su general de confianza, Antonio José de Sucre. Sucre ya había ganado una serie de importantes batallas por las fuerzas revolucionarias durante las campañas del norte en Gran Colombia.
Sucre contraatacó a una fuerza lealista española mayor que le superó en número, equipada con diez veces su artillería. Él era un gran estratega militar y comprendió cómo podía usar el terreno para ganar a pesar de la aparente desventaja.
El ejército revolucionario de Sucre derrotó completamente a las fuerzas leales y más adelante, el virrey español José de la Serna y sus generales fueron hechos prisioneros. Los términos oficiales de rendición fueron traídos y exigieron que todas las fuerzas españolas fueran expulsadas del Perú.
La batalla de Ayacucho sería posteriormente conocida como la victoria final decisiva, no sólo para la independencia de Perú, sino para la independencia de todas las antiguas colonias españolas en América del Sur.