En fecha tan temprana como 1592 los quiteños protagonizaron la primera manifestación de inconformidad con el orden de cosas impuesto por los colonizadores españoles. El motivo fue la decisión de la metrópoli de aplicar un impuesto del 2 % a las compras y las ventas que se realizaran. Esto se conoció con el nombre de las alcabalas.
El orden político y social de Quito
Con la espada y la cruz España dominó América.
Conquista y evangelización fueron dos procesos que marcharon juntos en América Latina. Con los conquistadores llegaron también los religiosos, quienes organizaron, en esos primeros años, la Diócesis de Quito que, dirigida por un obispo, se encargaría de administrar religiosamente el territorio. El primer obispo, García Díaz Arias, tomó posesión en 1550.
¿Sabías qué...?
Alcabala es una palabra que proviene del árabe (alqabála) que significa: “El contrato, el impuesto concertado con el fisco”.
En el terreno legal y político se instituyó la Real Audiencia de Quito, en 1563. Esta formó parte del Virreinato de Perú. La máxima autoridad era el Presidente. El primero de ellos fue Hernando de Santillán, quien se posesionó al año siguiente de creada la Audiencia.
Francisco de Toledo, Virrey del Perú, tomó medidas que consolidaron y fortalecieron el orden político del virreinato y, en especial, de la Audiencia de Quito, que llegó a ser una de las más importantes del Continente. Toledo gobernó desde 1569 hasta 1581.
Real Cédula
Por Real Cédula expedida en noviembre de 1591 se dispuso el pago de un nuevo impuesto, del 2% sobre las ventas y permutas, por parte del Rey de España, Felipe II. La orden llegó a Quito un año después de promulgada. Se empezaría a cobrar a partir del 15 de agosto de 1592. El valor recaudado se utilizaría para proteger de los ataques de piratas y corsarios a las flotas que llevaban el oro y la plata sustraída de América hacia España.
Manuel Barros, presidente de la Real Audiencia de Quito en los años noventa, se mostró como un defensor de los indígenas, tomando algunas decisiones que los favorecieron. Por su parte, el Cabildo protestó contra la medida, el Presidente impuso el cobro y tomó prisionero al delegado del Cabildo, Alfonso Moreno Bellido. El pueblo, enardecido, rompió las rejas de la prisión y lo liberó. El conflicto tomó un rumbo cada vez más tenso, especialmente luego del asesinato de Moreno. Luego de pasados unos meses, se acordó utilizar un mediador y se comenzó el pago del impuesto.
¿Sabías qué...?
En la legislación existente en la época feudal, el quindenio era un tipo de impuesto similar a las alcabalas.
La Real Audiencia vs el Cabildo
Los hechos
El pueblo sublevado se levantó en armas para luchar por sus derechos, pero los españoles tomaron las mejores posiciones en la ciudad, evitando el triunfo de aquellos que protestaban contra la decisión de la Corona.
La Real Audiencia ignoró los reclamos populares, hechos a través del Ayuntamiento, por lo que se dirigieron a Alonso Moreno y Bellido, a fin de que actuara como intermediario entre las partes en conflicto y que se impidiera la ejecución del nuevo impuesto.
Las alcabalas
La Revolución de las Alcabalas, en sus inicios, tuvo motivaciones justas, pero luego se convirtió en una avalancha de crímenes injustificados.
Se realizaron reuniones secretas, que finalmente fueron descubiertas por el presidente Barros de San Millán y comunicadas al Virrey de Perú. Por este motivo, fueron enviadas tropas a para eliminar la amenaza de los sublevados.
Se perdió una batalla, pero no la guerra
El 28 de diciembre de 1592 un disparo que salió de uno de los arcabuces utilizados en la Audiencia mató a Moreno y Bellido. Esa fue la chispa que encendió los ánimos represivos. Pocos escaparon de la persecución.
No obstante, cuando el Rey y el Consejo de Indias tuvieron conocimiento de los sucesos y las injusticias que se estaban cometiendo, se opusieron a esos métodos.
Quito, ciudad rebelde
A los patriotas se les ahorcó en las noches para que a la mañana siguiente sus cadáveres fueran vistos por los vecinos de la ciudad como escarmiento.
Los principales líderes fueron apresados y condenados a la pena capital sin juicios adecuados. La Rebelión de las Alcabalas terminó sin resultados positivos para los quiteños, pero fue una muestra de su rebeldía y el primer intento por despojarse del dominio colonial.
Se considera a América como un solo continente. Históricamente, la dependencia entre América Anglosajona y América Latina ha sido mutua. Sin embargo, poseen notables diferencias, ya sean éstas culturales, políticas, económicas y sociales, las cuales analizaremos en este artículo.
América Anglosajona
Canadá y Estados Unidos son países anglosajones porque fueron antiguas colonias Británicas, por lo tanto hablan en inglés y francés. Sin embargo, el término no es del todo preciso porque amplios territorios que la integran como California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevadas, Utah, Colorado, Florida, Luisiana, y parte de Canadá fueron colonias francesas o españolas, y no son, por tanto de origen anglosajón.
Es más, en Quebéc el francés es la única lengua oficial. La población es eminentemente urbana, más del 75% de la población vive en ciudades y sus periferias. Las personas que viven en los suburbios poseen casa propia y van a sus trabajos en autos. Tiene un desarrollo armónico de todos sus sectores económicos y grandes recursos naturales. Está favorecida además por la abundancia de carbón y minerales de hierro.
La base de la economía es la industria. Las locomotoras, el material ferroviario, los electrodomésticos, las computadoras y el sector automotor son industrias ampliamente desarrolladas. La esperanza de vida es de 75 años. Las actividades agrícolas y ganaderas son de alto rendimiento debido al uso de tecnología adecuada y a que la mayoría de las tierras son de riego. La mayoría de la población es de origen europeo que habla inglés o francés y tiene minorías de población americana nativa. En fin, los países de América Anglosajona tienen un alto nivel de vida y desarrollo industrial y científico.
América Latina
Desde la frontera del río Bravo entre México y Estados Unidos hasta Tierra del Fuego en Argentina se aplica el término “latino” hace referencia a todas las lenguas Románicas. La población es mayoritariamente rural; la urbana no alcanza el 50% de la población total.
Tiene una tasa de urbanización de crecimiento rápido, donde se han creado metrópolis inmensas, rodeados de barrios o cinturones de miseria. Tiene desigualdades sociales en la población y la ocupación de las tierras es dispareja. Tiene también grandes recursos económicos, pero su economía es pobre. La base de su economía se encuentra en los sectores primarios como la ganadería, agricultura y minería, pero la gran mayoría de estos recursos son mal aprovechados por la falta de tecnología avanzada. La industria es principiante y está mal equipada. La esperanza de vida es de 65 años. La ganadería y la agricultura tienen rendimientos deficientes, debido a que el uso de la tecnología es reducido en tales actividades. La población es predominantemente mestiza, de indígena y europeo. También hay mestizaje de origen afroamericano. En fin, los países latinoamericanos aún no han alcanzado un alto grado de desarrollo industrial y científico, pero existen interesantes perspectivas positivas.
En la actualidad tres países latinoamericanos integran grupo de ESTADOS G-20 (Grupo de 19 países desarrollados más la Unión Europea) con economías emergentes agrupan junto a los países industrializados los países con mayor ingreso per cápita y PBI muy altos: Argentina, Brasil y México.
Brasil forma parte del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica) las potencias emergentes polarizando otra forma de poder político económico mundial, se proyecta que próximamente Argentina pasará a integrarlo también.
Diferencias
Las diferencias culturales, políticas, económicas y sociales que existen entre la población del noreste con la del resto del continente americano hacen que se divida en dos grandes regiones denominadas América Anglosajona y América Latina. La distribución lingüística es el punto de partida para la diferenciación. En América Anglosajona predomina la población que habla el inglés, de la familia lingüística germana de origen sajón. Los países latinoamericanos, en cambio, hablan en su mayoría español y portugués, que derivan de la familia románica o latina.
Desarrollo y subdesarrollo
La diferencia fundamental entre América Latina y América Anglosajona es que la primera se compone de países subdesarrollados, mientras que la otra se compone de países desarrollados. Los países subdesarrollados tienen dependencia económica, social y política de otro Estado para satisfacer las necesidades básicas de su población. En general, las naciones subdesarrolladas tienen baja renta por habitante, la mayoría de sus habitantes se dedican a actividades agropecuarias y hay muy poco desarrollo industrial, existe escaso nivel de ahorro e inversión, en cuanto a la distribución del capital, existen grandes diferencias en la población y una población con problema de subalimentación, analfabetismo y alta tasa de mortalidad.
Por el contrario, un país desarrollado satisface las necesidades básicas de sus habitantes: salud, alimento, vivienda, educación y facilita las oportunidades para abastecer las necesidades secundarias, asegurando prosperidad a la población. Las naciones desarrolladas tienen un gran desarrollo urbano, un potente dominio económico, político y social sobre otra nación, una industrialización acelerada y mejores condiciones de vida en general.
Durante décadas, los arqueólogos sostuvieron que los primeros seres humanos entraron a América sobre el puente del Estrecho de Bering hace unos 13.000 años. Pero en 1976 se hizo un descubrimiento en Chile que obligó a que esa conclusión fuera reescrita: Monte Verde.
¿Qué es Monte Verde?
Es un yacimiento arqueológico ubicado en la Región de Los Lagos, al sur de Chile que fue descubierto por primera vez en 1976. El sitio está a unos 500 kilómetros al sur de Santiago.
Las ruinas de Monte Verde están muy bien conservadas y representan un pequeño asentamiento de 20 a 30 personas que vivían en 12 chozas. La llama extinta, los mariscos, una variedad de vegetales y frutos secos, y lo más asombroso, un trozo todavía reconocible de carne de mastodonte, fueron recuperados en el sitio y representan la dieta de los ocupantes.
Historia de un gran hallazgo
Hasta hace pocos años, la mayoría de los arqueólogos creía que los Clovis eran los primeros seres humanos en llegar a América, y que se extendieron a través de Norteamérica. Tal creencia ha sido refutada por el hallazgo de Monte Verde en Chile, que fue ocupado por lo menos mil años antes del asentamiento de los Clovis más antiguos.
Por razones que aún no están muy claras, hace aproximadamente 13.000 años la superficie de agua de Monte Verde se elevó e inundó el campamento, lo que obligó a los habitantes a marcharse. Luego se formó una turbera que asfixió el lugar pero lo protegió del ataque bacteriano y los cambios destructivos de la humedad.
Hallazgos arqueológicos
La turba que se formó en Monte Verde conservó todo lo que dejó la gente:
Herramientas
Se encontró una gran variedad de herramientas de madera, como palos de excavación, lanzas y un mortero. También se recuperaron instrumentales hechos de piedra.
Cimientos de las casas
La madera y los materiales de al menos 12 estructuras se conservaron en el sitio. Los cimientos estaban hechos de troncos y tablones sostenidos con estacas de un tipo diferente de madera que apoyaban habitaciones de 3 a 4 metros de largo por cada lado. Se presume que colocaron postes verticales para sostener un armazón de troncos cubierto por pieles de animales.
¿Sabías qué...?
El gonfoterio es un animal mamífero extinto, ancestro del elefante, cuyos restos fosilizados se encontraron en Monte Verde durante las primeras excavaciones.
Plantas comestibles
Las plantas eran extremadamente importantes en la dieta del pueblo de Monte Verde. Alrededor de 42 especies comestibles han sido identificadas en el lugar, entre ellas patatas silvestres, bambúes, champiñones, semillas de juncos, bayas, frutos secos y una gran cantidad de frutas exóticas. Debido a que muchas de estas son de especies que maduran a lo largo del año, se presume que el sitio fue ocupado durante ese período de tiempo. Otra evidencia de la importancia de los vegetales en la dieta de la gente de Monte Verde es el gran número de piedras para moler encontradas allí.
Otro hallazgo
Monte Verde no es el único sitio que pone en duda el paradigma tradicional. En 1997, un grupo de científicos encabezado por la Dra. Anna Roosevelt del Museo de Campo de Chicago, anunció los resultados de sus excavaciones en la Caverna de la Roca Pintada de la Amazonia brasileña, donde encontraron los restos de un antiguo campamento, huesos de animales y fosas de frutas que datan de más de 11.000 años.
Plantas medicinales
Los restos de unas 22 especies de plantas fueron recuperadas del sitio; el análisis reveló que eran especies no comestibles idénticas a las utilizadas hoy por los pueblos nativos locales para la cura de enfermedades. Quizás la gente de Monte Verde también las usó con este fin.
Huesos de animales
Los huesos estaban bien conservados; la mayoría provenía de mastodontes, un pariente cercano pero extinto del mamut y del elefante. Uno de los huesos todavía tenía un pedazo de carne unido a él.
Huella humana
Una sola huella, la de un niño pequeño, se conservaba en el lodo arenoso cerca de un hogar.
Ruptura de paradigmas
Monte Verde da una imagen general de la vida en América que hasta hace poco se relacionaba con otras teorías e interpretaciones sobre sus primeros ocupantes. Como se señaló anteriormente, el paradigma tradicional afirma:
Las personas entraron por primera vez a América hace 12.000 años, aproximadamente.
Los primeros americanos, los paleoindios, vivieron principalmente como grupos móviles pequeños de grandes cazadores.
La evidencia en Monte Verde contradice el primer punto y difiere marcadamente del segundo punto. Las fechas de radiocarbono de hace 13.000 años de Monte Verde indican que los humanos ya habían cruzado el estrecho de Bering anteriormente. Además, los materiales orgánicos de Monte Verde indican que las plantas eran extremadamente importantes en su dieta y que vivían en un lugar durante todo el año, lo que contrasta con las imágenes tradicionales de los paleoindianos como hábiles cazadores.
Los pueblos indígenas pueden contribuir significativamente al debate sobre la agricultura familiar gracias a su riqueza de conocimientos tradicionales, espiritualidad y comprensión de la gestión de los ecosistemas.
Los pueblos indígenas son un grupo muy diverso adaptado a vivir en muchos ambientes diferentes, pero siempre en estrecha relación con la naturaleza; comparten varios elementos claves en sus medios de subsistencia que los distinguen. Con respecto a sus sistemas alimentarios, éstos combinan la recolección, la caza y el cultivo.
El trabajo se realiza a través de la reciprocidad; la unidad productora es la comunidad o el clan y dependen de recursos comunales como bosques, lagos, ríos, tierras y pastos.
Importancia de la agricultura Indígena
Los agraristas han trabajado la tierra durante miles de años y encontraron soluciones naturales para hacer frente a condiciones adversas. Protegieron las semillas de las plantas, lo que aseguró una amplia variedad de cultivos disponibles, utilizaron plantas para repeler las plagas y emplearon métodos ecológicos para mejorar la calidad del suelo.
En el siglo XX, la agricultura comenzó a depender en gran medida de los “milagros” de la industria moderna, la incorporación de productos químicos, el monocultivo y otros métodos dañinos. Sin embargo, las comunidades indígenas de todo el mundo continuaron con sus métodos tradicionales y antiguos, y los transmitieron de generación en generación según las necesidades de la comunidad y las condiciones climáticas.
Descubrimiento de la antigua sabiduría indígena
En siglos pasados, la cultura de Tiahuanaco habitó una región en las montañas andinas cerca del lago Titicaca en Bolivia, en una elevación de más de 12.000 pies, donde utilizaron un sistema de riego avanzado que ayudó a alimentar a una población numerosa.
Las pistas de esta tecnología agrícola antigua fueron encontradas en la década de 1980 por un equipo de arqueólogos. Las más visibles fueron pequeñas ondulaciones encontradas a través de las llanuras, indicadores de un complejo sistema de canales, riego y drenaje.
¿Sabías qué...?
El conocimiento indígena es un recurso inmensamente valioso que proporciona a la humanidad ideas sobre cómo las comunidades han interactuado con su entorno cambiante.
A medida que los arqueólogos desenterraron este antiguo paisaje, creció la comprensión de su profundo significado agrícola.
Técnica waru waru para cultivar
Esta tecnología se basa en la modificación de la superficie del suelo para facilitar el movimiento y el almacenamiento del agua, y aumentar el contenido orgánico del suelo. Este sistema de riego para manejo del suelo se desarrolló por primera vez en el año 300 a. C., antes del surgimiento del Imperio Inca. Más tarde, fue abandonada tras el descubrimiento de tecnologías de riego más avanzadas. Sin embargo, en 1984 en Tiahuanaco, Bolivia y Puno, Perú, se restableció el sistema que se conoce en la región como Waru Warn, que es el nombre tradicional Quechua para esta técnica.
La técnica acuñada waru waru por los lugareños no sólo ha aumentado la productividad y la seguridad de los cultivos, sino que además, las pequeñas parcelas de tierra que utilizan las comunidades locales, no causan gran impacto al medio ambiente circundante.
Con la recuperación de esta técnica, los agricultores no sólo aseguran un futuro más próspero y saludable para sus hijos, sino que también proporcionan inspiración para que el resto del mundo redescubra la sabiduría de sus raíces indígenas.
Agricultura aborigen en América
La conexión entre cultura y tierra tiene como modelo la agricultura indígena a través de prácticas de cultivo de alimentos que se adaptan a ambientes específicos y que trabajan en contraposición con procesos naturales. Las prácticas agrícolas tradicionales de los nativos americanos ejemplifican esta relación.
En América del Norte, los pueblos indígenas combinaron el maíz, los frijoles y la calabaza para crear un policultivo que actualmente se conoce como “las tres hermanas”. En las regiones húmedas, los agricultores cultivaron estas mismas plantas en montículos elevados para mejorar el drenaje, mientras que en el árido oeste plantaron en jardines deprimidos y bordeados para capturar la lluvia.
A lo largo de las Américas, los agricultores indígenas combinaron cultivos intercalados y agroforestería para producir altos rendimientos de cultivos en pequeños espacios. Por ejemplo, en las regiones montañosas de los continentes los agricultores cultivan cafetales. Éstos son sombreados con varios pisos de árboles frutales altos que forman la capa superior, cafetales en la capa intermedia y las plantas más pequeñas como chiles, cebollinos y chayotes cerca del suelo.
A lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur, los agricultores indígenas utilizaron una gama de sofisticados sistemas hidráulicos para convertir una región geográfica climáticamente extrema en un paisaje productivo.
Conservación de la biodiversidad
El papel del conocimiento indígena en la preservación de la biodiversidad es esencial para el desarrollo humano; este conocimiento sobre los recursos fitogenéticos es una herramienta invaluable en la búsqueda de nuevas formas de conservar y utilizar estos recursos para beneficiar a las comunidades locales.
En las montañas construyeron miles de hectáreas de terrazas que redujeron la erosión, y en las mesetas excavaron jardines hundidos que redujeron el escurrimiento. En las tierras bajas propensas a inundaciones construyeron miles de plataformas elevadas con canales para mejorar el drenaje y proteger sus campos de las inundaciones repentinas. En los valles más secos de la costa construyeron campos hundidos para capturar el agua de lluvia.
En general, estas prácticas fueron sostenibles y perduraron durante miles de años hasta que fueron interrumpidas por conquistas y asentamientos coloniales. Mientras que los cultivos indígenas americanos se introdujeron en colonias y en todo el mundo, los métodos de producción de los agricultores indígenas fueron en su mayor parte evitados por las sociedades occidentales y colonizadoras durante más de 500 años.
La crónica que relata el atentado de Berruecos, en el cual muere Antonio José de Sucre, describe sin proponérselo todo cuanto representaba el Mariscal para la política de la América independentista. Las hipótesis en torno al esclarecimiento del asesinato arrojan tantos nombres como títulos de diversa naturaleza pudo cosechar este hombre. El 4 de junio de 1830 no sólo cae abatido El Héroe de Ayacucho y El Redentor de los Hijos del Sol, también muere el “hombre más importante de Colombia” después del Libertador. Su captor principal pudo haber sido cualquiera: José María Obando, Juan José Flores o el propio Francisco de Paula Santander, pues para los intereses políticos que cada uno de ellos defendía, por su cuenta o en alianza con los otros, Sucre era su principal amenaza. Los acontecimientos decretarían así la desaparición de un gran político y estadista, el cual, en medio de las luchas caudillistas y nacionalistas, siempre se mantuvo aliado al Proyecto de la Gran Nación Colombiana.
La tesis que más anima para comprender la vida de Antonio José de Sucre es la que sostiene que el personaje “vivió y murió por la política, o lo que es lo mismo, por el poder”, dice Inés Quintero. Su biografía transcurre casi en su totalidad en el ámbito de la esfera pública y los acontecimientos que la construyen serán, por lo tanto, inseparables de aquellos que marcaron la independencia de Hispanoamérica y el derrumbamiento de la Gran Colombia. Claro está que los sucesos en cuestión deben comprenderse tanto más como una lucha por el poder económico y político, cuanto menos como un episodio de guerras justicieras. La guerra era, en este sentido, uno de los instrumentos políticos de la emancipación y Sucre estuvo en las más importantes, como, por ejemplo, en la de Ayacucho.
Pero no es menos cierto afirmar que Sucre era mucho más que un soldado entrenado para la guerra. Su ascenso a general no sólo ocurriría por sus virtudes militares, sino por su visión política. Comulgaba con las ideas de Bolívar, defendía la idea de la gran potencia colombiana y apostaba por la modernización de las sociedades americanas.
La carrera militar del también llamado Libertador del Sur, la inicia Antonio José de Sucre desde muy joven y quizá sin saber que estaba formándose exactamente para ello. Después de haber realizado sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, en la ciudad natal de Cumaná, se trasladó a Caracas, donde ingresó en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires. Como joven perteneciente al sistema militar de la monarquía española, se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al ritmo de sus estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. Estos conocimientos y principios serán vitales para el desempeño de Sucre en una carrera que estaba a punto de comenzar. Estalla la revolución de 1810 en Caracas.
Las clases dirigentes de Cumaná, entre las que se encontraba la familia Sucre y Alcalá, se hallaban en la tarea de organizar el gobierno local, toda vez que se pronunciaran a favor de Caracas. Su madre, Manuela de Alcalá, había muerto cuando él tenía siete años, pero su padre, Vicente Sucre, era uno de los organizadores de la Junta Suprema y de la milicia en esa ciudad; junto a él, su vasta familia. Es fundamentalmente por esta razón que Sucre marcha hacia Cumaná para formar parte de la Comandancia de armas del gobierno recién constituido, en calidad de subteniente del Cuerpo de Milicias Regladas del Ejército de Oriente. “Empezada la revolución diría Bolívar de Sucre, se dedicó a esta arma y mostró desde los primeros días una aplicación y una inteligencia que lo hacían sobresalir entre sus compañeros. Por esta razón, una vez empezada la guerra en 1811, es convocado al Estado Mayor del Ejército de Miranda, sirviendo a su mando hasta 1812. Entre tanto, se pierde la Primera República.
La lealtad hacia Bolívar
La participación de Sucre en la empresa de reconquista de los territorios orientales, adelantada por los generales Mariño, Piar, Bermúdez y Valdés, y su posterior servicio al Estado Mayor General de Oriente, entre 1814 y 1817, le significaron al joven oficial, no sólo el desarrollo de sus habilidades y destrezas militares (“En los célebres campos de Maturín y Cumaná diría Bolívar de Sucre, se encontraba de ordinario al lado de los más audaces, rompiendo las filas enemigas, destrozando ejércitos contrarios, con tres o cuatro compañías de voluntarios que componían todas nuestras fuerzas. La Grecia no ofrece prodigios mayores”), sino además una toma de postura política frente a las diferencias que existían entre los generales orientales y Bolívar. Más tarde, todo ello se traduciría en el compromiso de Sucre con el futuro político de la Gran Nación Colombiana.
La Guerra de Independencia continuaba y en 1815, tras la derrota de Cumaná y Maturín, Sucre pasó a la isla de Margarita, desde donde, a raíz del desembarco de las fuerzas expedicionarias de Pablo Morillo, se trasladó a Cartagena. Bajo las órdenes de Lino Pombo, participó en la defensa de esta ciudad como ingeniero auxiliar. En diciembre se dirigió a Haití, en compañía de los generales José Francisco Bermúdez y Carlos Soublette, y luego a Trinidad, donde permaneció durante varios meses.
Se extendía la Guerra de Independencia y Venezuela debía decidir en relación con la unidad de sus ejércitos. El general realista, el Pacificador Pablo Morillo, avanzó por los territorios, y las contradicciones entre los generales venezolanos no permitían dar con una estrategia para propugnar la reconquista. En este marco de circunstancias regresó Sucre, en 1816, dispuesto a unirse definitivamente al Ejército Libertador, y a declarar su alianza y lealtad, únicas e irrevocables, hacia Bolívar. En octubre de 1817, a propósito de los acontecimientos de Cariaco, marchó junto al general Rafael Urdaneta para pelear en Guayana al lado de Bolívar. Los argumentos de su adhesión al Libertador se encontraban asociados al principio del orden y las jerarquías que debían guardarse en el interior de los ejércitos; “Yo no dudo que el general Mariño se convertirá al orden, no encuentro otro árbitro sino éste o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria”. Bolívar le confiere el grado de coronel. Posteriormente, con motivo del triunfo en Boyacá, asciende a general de brigada. Una vez nombrado jefe del Estado Mayor General y ministro interino de Guerra y Marina, fue designado para participar en las negociaciones de armisticio y regularización de la guerra, que se debían adelantar con El Pacificador: “Este tratado es digno del alma del general Sucre; la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron” diría Bolívar, a propósito del resultado favorable de las conversaciones. Mientras tanto, la Gran Colombia es decretada en Angostura, y nuevas exigencias, políticas y militares, se le imponen a Sucre como jefe del ejército en la famosa Campaña del Sur.
La campaña tenía como objetivo liberar los territorios correspondientes a la Real Audiencia de Quito y promover su adhesión a Colombia. Esta conquista era de vital importancia para la nueva nación, pues debía consolidar su hegemonía. La misión de Sucre no fue fácil, en vista de la diversidad de intereses implicados en aquella guerra. Las provincias de Quito y Guayaquil se habían alzado en armas en contra del gobierno español; y si bien todos estaban de acuerdo con la Independencia, no todos estaban a favor de la adhesión a Colombia; algunos pugnaban por la unión con Perú, en vista de las relaciones comerciales, y otros preferían la Independencia llamada “absoluta”, es decir, la autonomía. Guayaquil era una de las principales adversarias de la adhesión, pero sin embargo necesitaba el apoyo del Ejército Libertador. Sucre llegó con las tropas en su ayuda, y firmó un armisticio con los españoles que le permitiría formar un ejército digno para la contienda; simultáneamente, pactó con los guayaquileños acerca de cómo debía ser llevada a cabo la conformación y manutención del llamado Ejército del Sur. Mientras durara el armisticio, el ejército se nutriría por recursos, tanto humanos como económicos, procedentes de Colombia, pero estaría claro que conforme se fueran reclutando hombres de la región, el ejército comenzaría a depender de los recursos locales. El 24 de mayo de 1822 se llevó a cabo la batalla de Pichincha, al occidente de Quito, en la cual cayó abatido el ejército realista. Pocas horas después, Melchor de Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito, firmó la capitulación. Sucre se convirtió en el Libertador de las provincias del sur de Colombia, y junto a Bolívar fue recibido con todos los honores en Quito. Se creó entonces el Departamento de Quito como una extensión del territorio de la Gran Colombia.
La liberación del Perú
El siguiente movimiento politicomilitar en la campaña del sur consistía en la liberación del Perú. El gobierno de la Gran Colombia tenía muy claro que debía neutralizar este territorio en pro de su hegemonía; esta provincia se encontraba aún en poder de los realistas, aunque su independencia hubiera sido decretada por San Martín en 1820. Se sabía además de las pretensiones que tenía el gobierno peruano respecto a los territorios del Departamento de Quito. Sucre fue enviado a Lima y el general Santa Cruz, al alto Perú; el objetivo era estrictamente militar, y por eso Sucre aceptaría no intervenir en sus asuntos internos. La empresa no era fácil, pues la disposición hacia la libertad no era ampliamente compartida, y además existía desconfianza entre los ejércitos colombianos y del sur, por causa del poder sobre el territorio que se estarían jugando.
La batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, sería el último triunfo de Bolívar en América. A Sucre le quedaba aún trecho por recorrer. Liberada Lima, fue enviado en auxilio al Alto Perú. Después de la travesía, las tropas se hallaban desmejoradas físicamente; se trataba de la campaña de invierno en la sabana del Alto Ande. Sucre dispuso de todos los recursos para la dotación de hospitales y se encargó personalmente de la supervisión de los pacientes. Mientras tanto, diseñaba la estrategia junto al general Santa Cruz; la penetración de la selva del Jauja resultaba la alternativa más loable, porque pese a su elevado riesgo, su consecución sería definitoria. Bolívar se hallaba enfermo en Pativilca y Sucre era el general en jefe de la misión; se encontraba en desventaja numérica respecto al ejército realista comandado por el teniente coronel José de Canterac. La contienda duraría sólo una hora, tiempo suficiente para que la brillante estrategia de Antonio José de Sucre terminara con el último bastión de los españoles en tierra americana. Ahora le quedaba a Sucre decidir sobre los destinos del Alto Perú; la República de Bolivia estaba a punto de crearse.
Teniendo en cuenta la experiencia de las intervenciones realizadas en el Departamento de Quito y en el Bajo Perú, Sucre tomó la decisión de convocar en mayo de 1825, en el alto Perú, una asamblea constituyente para que fuera a través de la consulta pública que se decidieran los destinos de las provincias. En ellas se presentaron tres tendencias claramente delimitadas: una a favor de la anexión al Río de La Plata, otra a favor de la anexión a Perú, y la tercera a favor de la Independencia absoluta. La propuesta triunfadora resultó ser la tercera, y se solicitó al Libertador que redactase una Constitución para la nueva nación. Se creó de esta manera la llamada República de Bolivia, como un régimen de carácter mixto, entre democracia y monarquía, con un presidente vitalicio, cuatro poderes y tres cámaras. Sucre fue decretado presidente de la nueva nación.
Por una América Moderna
Un ensayo de sociedad moderna estaba en la mente de Sucre, quien no tardó en redactar un proyecto de acción que en la práctica tendría poca viabilidad en tanto que su “finalidad dice Inés Quintero era adecuar la compleja y tradicional realidad altoperuana cuya composición social, estructura económica e instituciones obedecían a los rígidos intereses y jerarquías de la dinámica heredada del orden, para convertirla en una sociedad moderna ajustada a los principios del modelo liberal europeo”. Esta era la filosofía que sostuvo la lucha emancipadora de América, cuyos efectos en el ejercicio práctico de la misma se sienten incluso hoy en día, y han sido, paradójicamente, los de haber conformado sociedades híbridas en las cuales coexisten estructuras modernas y tradicionales. Dicho efecto lo vería, en su momento, el gran pensador americano Simón Rodríguez, quien, aparte de haberse desempeñado como superintendente de Educación en Bolivia durante esa época, era un gran crítico con el hábito de “imitar” los esquemas de organización social europeos; decía Rodríguez que si algo debía imitarse de Europa, era la forma como los europeos se dedicaron a “inventar” sus propias sociedades; “o inventamos o erramos” escribió el pensador. Sucre no lo entendía así y el programa de gobierno intentaría reformas profundas y radicales en el orden político, económico, social, cultural, administrativo, burocrático, educativo, en la salud, en la organización del espacio y en las instituciones.
La implantación del programa no tardaría en despertar resquemores, los cuales, al agudizarse, se transformarían en una revuelta que expulsaría a Sucre del poder. Aparte del debilitamiento del Ejército Libertador, estuvo claro que las causas más eficientes estuvieron asociadas a los dos grandes planes adelantados por el programa de Sucre. El 18 de abril de 1828 estalló una revuelta en Chuquisaca, promovida por el batallón de Granaderos del cuartel de San Francisco. Sucre fue herido en su brazo derecho, lo cual le impidirá ejercer las funciones de gobierno, encargándole al general José María Pérez de Urdinenea que le sustituya.
Penúltimo balance en la vida política
La evaluación que haría Sucre respecto a sus dos años de presidencia sitúa las causas de su defenestración política en factores asociados a la pugna por el poder, la ignorancia y la descomposición del propio sistema societario. Explicaría a Bolívar en fecha previa a su renuncia: “Nuestros edificios políticos están construidos sobre arena, por más solidez que pongamos en sus paredes, por más adornos que se le hagan, no salvaremos el mal de sus bases”. La sensación de frustración y de asqueamiento hacia la vida pública lo llevaría a manifestar su deseo de retirarse; sin embargo, lo esperaban nuevas batallas, nuevas misiones de negociación, y la propia muerte.
La noticia del atentado contra Bolívar en Colombia, en septiembre de 1828, irrumpió en la naciente vida conyugal del mariscal en Quito quien había contraído matrimonio con Mariana Carcelén, marquesa de Solanda, y le condujo a desdecirse en su decisión de retirarse a la vida privada. La vivencia de Sucre de la noticia no fue sino un indicador más de la fatalidad que, para él, estaría a punto de cernirse sobre la República Colombiana. La Gran Colombia estaba a punto de morir; Sucre lo sabía pero se animó a luchar hasta el final. Por eso, al pronunciarse en torno al atentado, apoyó a Bolívar en su decisión de haberse declarado Dictador de Colombia: el orden debía prevalecer ante todo. Casi simultáneamente, Perú le declaró la guerra a Colombia y Sucre fue designado para dirigir el batallón que haría frente a esta situación. Esta vez tendría que luchar en contra de sus antiguos aliados de la guerra emancipadora. Sin mayores dificultades, sin embargo, venció a los peruanos en la batalla de Tarquí, el 27 de febrero de 1829. Decidió emprender entonces una nueva retirada y regresó al lado de su esposa; juntos se residencian en la hacienda de Chishince, en Quito.
La frustración de la Gran Colombia
El último respiro de Colombia, sin embargo, demandaría del Mariscal su presencia en el Congreso Admirable, el cual se celebraría a comienzos de 1830. Colombia debía decidir su destino, y Sucre, como representante de la provincia de Cumaná, fue nombrado presidente del evento. Sus propuestas se encontraban orientadas al diálogo y la concertación con los departamentos que todavía conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba la comisión que iría a Venezuela, que para la fecha había decidido desconocer la Constitución de Colombia y la autoridad de Bolívar, para negociar la reversión de la decisión. Sucre emprendió viaje hacia Venezuela, pero fue detenido en Cúcuta por las autoridades venezolanas; debía permanecer en esa ciudad hasta que llegaran los emisarios del gobierno con quienes debía dialogar.
El diagnóstico que hizo Sucre de la situación colombiana le sugirió dos puntos clave para la negociación en favor del mantenimiento de la unidad; en función de ellos, propuso a Venezuela, además de acogerse a la Constitución colombiana, que ningún general o ex general del Ejército Libertador pudiera ejercer cargos de presidente en los departamentos; en el trasfondo, su intención era contradecir el rumor de que él o Bolívar estuvieran aspirando al cargo. Todo fracasó, y Sucre abandonó Colombia invadido por una profunda frustración: “Colombia sentenció Sucre dirigiéndose a un amigo está condenada a ser un caos y un barullo. Cae uno del porrazo de un militar y si tiene fuerzas para levantarse, lo espera un fraile con su excomunión; y si por casualidad guarda uno alguna bendición apostólica de reserva para escaparse, lo espera un demagogo con su cuchilla popular; y si es tan afortunado que evade los peligros, lo aguarda en el término un rentista que lo lleva a vender en un estanco. Entre tanto se hace todo en nombre de la libertad y de las leyes. Si no me equivoco, es ésta una ligera, pero exacta pintura de nuestro estado; y tan exacta, que puede Vd. imprimirla en alguna gaceta de Gobierno”.
Ya tan sólo animado por el reencuentro con su esposa y con su primogénita, emprendió el regreso a Quito. En el camino se produjo el atentado de Berruecos. Como autores materiales fueron señalados José Erazo y Apolinar Morillo, quien diez años más tarde fue apresado y fusilado por esta causa. Los autores intelectuales quedarán en la incógnita del olvido, regocijándose en la confusión de una América ya emancipada pero sometida a la pugna entre las fuerzas nacionalistas, regionalistas y las de la Gran República; de cualquiera de las primeras pudo haber procedido su verdugo, pues para cada una de ellas, Sucre era su principal enemigo. “¡Ha muerto el Abel de Colombia!”, diría el Libertador desde su exilio; con lo cual, la muerte de la Gran Colombia no tenía sino que ser decretada.
Es una enfermedad transmitida por la picadura de mosquitos infectados de los géneros Culex y Aedes. Los mosquitos adquieren el virus, fundamentalmente, a partir de aves infectadas. Afecta principalmente a los humanos, a los equinos y a algunas aves.
Los virus del Nilo Occidental se encuentran en gran parte del mundo (África, partes de Asia y Europa, la región del Mediterráneo, Medio Oriente, Australia y América)
¿Cuáles son los síntomas?
Aproximadamente el 80 % de las personas infectadas permanecen asintomáticos; el 20 % tiene síntomas similares a los de la gripe. Menos del 1 % desarrolla meningitis, encefalitis o parálisis aguda, pero algunos de estos casos son mortales u ocasionan discapacidad permanente.
En particular en los adultos mayores, este virus puede causar una grave enfermedad que afecta el tejido cerebral. En su forma más grave, puede causar daño neurológico permanente y puede ser fatal. Entre los síntomas de la encefalitis (inflamación del cerebro) se cuentan la rápida aparición de fuerte dolor de cabeza, fiebre alta, rigidez del cuello, confusión, pérdida de conciencia (coma) o debilidad muscular.
¿Cómo se transmite?
Se transmite por la picadura de mosquitos que se han infectado al picar a un ave portadora del virus.
No se transmite de persona a persona, pero podría transmitirse vía trasfusión de sangre, transplante de órganos, y se han registrado casos aislados de transmisión transplacentaria y de probable transmisión por la leche materna.
¿Cómo se trata?
El tratamiento es para tratar los síntomas. En algunos casos se puede requerir la internación.
¿Cómo se puede prevenir?
No existe vacuna para prevenir la enfermedad. Las medidas de prevención incluyen evitar el contacto con mosquitos usando medidas de protección personal, es decir utilizar repelente y vestir ropa de mangas largas y pantalones largos.
¿Qué se puede hacer para a reducir la exposición a los mosquitos?
Para evitar el contacto y la proliferación de mosquitos en la casa:
Colocar mallas protectoras o mosquiteros en las puertas y ventanas. Reparar o reemplazar las que tengan rasgaduras o agujeros.
Eliminar todos los recipientes que puedan acumular agua que no tengan utilidad o bien colocarlos boca abajo. Si se utilizan para almacenar agua, mantenerlos tapados.
Limpiar las canaletas frecuentemente (especialmente en primavera y otoño) para evitar que se tapen y acumulen agua.
Limpiar las piscinas exteriores con cloro, si no están en uso, vaciarlas y mantenerlas cubiertas.
Cambiar el agua de los bebederos de animales cada tres o cuatro días.
Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina) http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48-temas-de-salud-de-la-a-a-la-z/452-fiebre-del-nilo-occidental#sthash.PrfmMun6.dpuf