El líquido cefalorraquídeo es una especie de cojín que amortigua el cerebro y la médula espinal ante una lesión repentina. Examinar esta sustancia es de gran importancia para el diagnóstico de enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central, razón por la que se realiza el análisis LCR.
¿Qué es?
Consiste en un grupo de pruebas de laboratorio que evalúan las sustancias químicas del líquido cefalorraquídeo, como proteínas, glucosa, etc. Este análisis sirve para diagnosticar enfermedades del cerebro y la médula espinal, así como otras afecciones neurológicas.
Líquido cefalorraquídeo (LCR)
Es un líquido transparente que fluye dentro y alrededor del cerebro y la médula espinal, que forman el sistema nervioso central.
Controla las acciones del cuerpo, por ejemplo, la capacidad de pensar, respirar, moverse, etc.
Reduce la flotabilidad del cerebro, proporciona nutrientes y ayuda a la eliminación de sustancias y subproductos metabólicos.
¿cómo se realiza?
Primeramente se obtiene una muestra de líquido cefalorraquídeo a través de un procedimiento llamado punción lumbar.
Tomada la muestra, se envía al laboratorio para su análisis.
Punción lumbar
Para realizar la punción lumbar, el paciente se acuesta de lado o se sienta en una mesa. El especialista limpia la espalda e inyecta un anestésico; posteriormente, inserta una aguja delgada entre dos vértebras de la zona inferior de la columna para extraer una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo.
¿Qué puede diagnosticar?
Enfermedades infecciosas del cerebro y la médula espinal, como la meningitis y encefalitis.
Trastornos autoinmunes, como el síndrome de Guillain-Barré y la esclerosis múltiple (EM).
Para poder comprender el orden y el sentido de las oraciones que pronunciamos y escribimos, existen dos formas muy importantes de estudiar gramaticalmente las palabras: según la función que éstas cumplen dentro de dicha oración o según la clase a la que pertenecen. Estos métodos de estudio de la lengua se conocen respectivamente como análisis sintáctico y análisis morfológico.
Análisis sintáctico
Análisis morfológico
Descripción
Es un tipo de estudio gramatical en donde se agrupa y clasifica a las palabras o grupos de palabras según la función que cumplan en la oración.
Es un tipo de estudio gramatical en donde se agrupa y clasifica a las palabras de una oración de forma independiente según el tipo de palabra o categoría que posea.
Objeto a analizar
Oración.
Oración.
Criterio de clasificación
Según la función gramatical de las palabras o grupos de palabras de la oración.
Según el tipo de las palabras de la oración.
Terminología utilizada a la hora de clasificar
Sintagmas.
Categoría gramatical.
Forma de evaluación de las palabras
De forma individual o agrupadas según sea el caso.
Al realizar un análisis de riesgo se considera la probabilidad de que ocurran eventos adversos causados por procesos naturales o por actividades humanas malintencionadas o inadvertidas, y así poder identificar su daño potencial.
DEFINICIÓN DE RIESGO Y PELIGRO
Peligro
Es cualquier cosa que tiene el potencial de causar daño y su identificación es sólo el primero de una serie de pasos para evaluar el peligro que una sustancia o actividad puede representar en una circunstancia particular.
¿Qué tipos de peligros hay?
Biológicos: bacterias, virus, plantas, animales y humanos.
Químicos: sustancias tóxicas que tienen diferentes propiedades físicas y químicas.
Físicos: radiación, campos magnéticos, presiones extremas y ruido, etc.
Psicosociales: estrés, violencia, etc.
Seguridad: resbalones, tropiezos, protección inadecuada, mal funcionamiento o averías de algún equipo que se manipule.
Riesgo
Es la probabilidad de que un peligro cause daño. Se trata de determinar qué tan nociva es una sustancia o a cuánto tiempo puede estar expuesta una persona en una determinada actividad.
Categorización del riesgo
El nivel de riesgo a menudo se clasifica según el daño potencial o el efecto adverso para la salud que puede causar el peligro, la cantidad de veces que las personas están expuestas y la cantidad de personas expuestas.
¿Sabías qué?
La exposición a las fibras de asbesto en el aire siempre se clasificará como alto riesgo, porque una sola exposición puede causar una enfermedad pulmonar potencialmente mortal.
¿Cómo se evalúan los riesgos?
Identificar los peligros y los factores de riesgo que pueden causar daños.
Analizar y evaluar el riesgo asociado con ese peligro.
Determinar formas adecuadas para eliminar el peligro o controlar el riesgo cuando el peligro no se puede eliminar.
PELIGROS NATURALES
Un peligro natural es una amenaza de un evento de la naturaleza que tendrá un efecto negativo en los humanos. Este efecto negativo es lo que llamamos un desastre natural.
Los peligros naturales son el resultado de procesos naturales que han operado a lo largo de la historia
Los procesos más peligrosos son también los procesos geológicos que afectan a los humanos todo el tiempo, pero son más notables cuando causan la pérdida de vidas o propiedades.
Entre los peligros naturales y posibles desastres a considerar se encuentran:
Temblores: eventos sísmicos que se producen por la liberación de energía en el interior de la tierra.
El Reventador, un estratovolcán activo de Ecuador, ha tenido al menos 16 períodos eruptivos desde 1541 y su última erupción ocurrió en diciembre de 2017.
Tsunamis: perturbaciones que se generan en los océanos u otros cuerpos de agua tras la formación de una serie de olas gigantes.
Derrumbes: ocurren cuando en una montaña la tierra se mueve, se cae o se desplaza por la pérdida de su estabilidad.
Inundaciones: se originan cuando el agua sube mucho de nivel en ríos, mares, lagunas y lagos, y cubre los lugares que normalmente están secos.
Sequías: producidas por falta de precipitaciones en un determinado lugar. Como consecuencia, la flora no se desarrolla, los suelos se vuelven infértiles y los animales se deshidratan.
Huracanes: masas de diferentes vientos que, a modo de torbellinos, atraviesan lugares de manera impetuosa.
Tornados: columnas de aire violentamente giratorias que se extienden desde la base de una tormenta hasta el suelo.
Impacto de asteroides: si el asteroide golpea la Tierra, una gran cantidad de polvo es arrojado a la atmósfera, y si golpea en el agua, habrá un aumento en el vapor de agua de la atmósfera.
FACTORES DE RIESGO ANTRÓPICOS
El riesgo es característico de la relación entre humanos y procesos geológicos. El riesgo de los peligros naturales, si bien no puede eliminarse, puede entenderse de tal manera que se logre minimizar el peligro para los humanos.
Los seres humanos a veces podemos influir en los desastres naturales, como por ejemplo, cuando se coloca un dique de contención deficiente que conduce a una posible inundación. Otras veces los desastres son generados por acción directa, como en los derrames de petróleo y otros materiales tóxicos, la contaminación, los accidentes masivos de automóviles o trenes y los choques de aviones.
Riesgos por el comportamiento humano:
Aludes o avalanchas humanas.
Vandalismo.
Sabotaje.
Daño colectivo.
VULNERABILIDAD AL PELIGRO
La vulnerabilidad se refiere a la forma en que un peligro o desastre afectará la vida y la propiedad de las personas. Se tienen en cuenta:
La proximidad a un posible evento peligroso.
La densidad de población en el área proximal al evento.
La comprensión científica del peligro.
La educación de las personas y la conciencia sobre el peligro.
La existencia de sistemas de alerta temprana y líneas de comunicación.
La disponibilidad de infraestructura de emergencia.
Los estilos de construcción y códigos de construcción.
Los factores culturales que influyen en la respuesta pública a las advertencias.
RECURSOS PARA DOCENTES
Artículo “Erupción volcánica”
Uno de los fenómenos naturales más peligrosos es la erupción de un volcán debido a su fuerte impacto sobre las poblaciones aledañas y los riesgos asociados.
Artículo “Los excesos y los peligros en la juventud”
Los jóvenes son los más vulnerables ante la posibilidad de cometer excesos, debido a que están en una etapa de la vida repleta de cambios: biológicos, psicológicos y sociales.
Al realizar un análisis de riesgo se considera la probabilidad de que ocurran eventos adversos causados por procesos naturales o por actividades humanas. Se presentan dos términos relacionados: el peligro, que se refiere a cualquier cosa que tiene el potencial de causar daño, y el riesgo, que es la probabilidad de que un peligro cause daño. Entre los peligros naturales y posibles desastres se encuentran: temblores, erupciones volcánicas, tsunamis, derrumbes, inundaciones, sequías, huracanes y tornados. Los seres humanos a veces pueden influir en los desastres naturales y otras veces los desastres son generados por su acción directa, como en los derrames de petróleo y materiales tóxicos.
Catástrofes naturales e inducidas
Las catástrofes naturales como las inundaciones, las tormentas, los terremotos, los huracanes, los incendios forestales, las sequías y las erupciones volcánicas pueden causar grandes pérdidas económicas y humanas. Sin embargo, algunos desastres son causados por el hombre, como las explosiones, la mayoría de los incendios y la liberación de sustancias tóxicas al medio ambiente. Ejemplos de grandes catástrofes fueron los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, el accidente de Chernóbil en 1986, el terremoto de Valdivia en 1960 y el terremoto de Japón en 2011.
Los sismos
El movimiento en zonas estrechas a lo largo de los límites de las placas causa la mayoría de los terremotos. La mayor parte de la actividad sísmica ocurre en tres tipos de límites de placa: divergentes, convergentes y transformantes. La escala de Mercalli describe la intensidad de un terremoto en función de sus efectos observados y la escala de Richter describe la magnitud del terremoto según las ondas sísmicas que lo causan. Un tsunami es una serie de grandes olas generadas por un movimiento brusco en el fondo del océano. Todas las regiones oceánicas del mundo pueden experimentar tsunamis, pero en el océano Pacífico y en sus mares secundarios hay una ocurrencia mucho más frecuente de tsunamis grandes y destructivos.
Los huracanes
Los huracanes son sistemas de tormentas masivas que se forman sobre las cálidas aguas del océano y se mueven hacia la tierra. Las posibles amenazas de huracanes incluyen poderosos vientos, fuertes lluvias, inundaciones costeras e interiores, tornados y deslizamientos de tierra. La anatomía de un huracán es simple: ojo, pared del ojo, bandas de lluvia, diámetro y altura. Los ciclones tropicales se clasifican según la velocidad (mph) de los vientos sostenidos en: depresión tropical, tormenta tropical y huracán. Los ciclones tropicales ocurren sobre el océano en áreas cercanas al ecuador. Esto se debe a la influencia del agua cálida.
Los tornados
Los tornados son fenómenos violentos de la naturaleza formados por una gran columna giratoria de aire con vientos que alcanzan hasta 480 km/h. Antes de que se desarrollen las tormentas eléctricas, se genera un cambio en la dirección del viento por el aumento en la velocidad y en la altura que crea un efecto de giro horizontal invisible en la atmósfera inferior. La escala de Fujita se utiliza para asignar a un tornado una calificación basada en la velocidad estimada del viento y los daños relacionados. Hay 6 categorías de tornados desde F0 hasta F5 en términos del daño que hacen. El país con mayor ocurrencia de tornados durante el año es Estados Unidos.
El vulcanismo
Un volcán es un respiradero o fisura en la corteza terrestre a través del cual se expulsan materiales como lava, cenizas, rocas y gases. Las partes de un volcán son: cráter, magma, flanco, conducto, cumbre y garganta. Se pueden formar diferentes tipos de volcanes, entre ellos están los estratovolcanes, los volcanes en escudo, los respiraderos de fisuras, los conos de ceniza y las calderas. América Latina es una de las regiones volcánicas más activas, con más de 3.000 volcanes en su territorio de los cuales 14 están activos. A largo plazo, la emisión de gases volcánicos modifica la composición de la atmósfera y si los gases alcanzan altitudes más altas, los efectos son particularmente fuertes y duraderos.
A la hora de comunicarnos es necesario seguir una serie de normas fundamentales para que aquello que queremos transmitir tenga sentido. Para verificar que estas normas se siguen, existe un tipo de estudio que se encarga de clasificar gramaticalmente las palabras de una oración. Este estudio es conocido como análisis sintáctico.
¿Qué es el análisis sintáctico?
El análisis sintáctico es el estudio de la organización de las oraciones según la función gramatical que las palabras desempeñan en ésta. Así, por medio del análisis sintáctico podemos descifrar y comprender un número infinito de oraciones, además de poder clasificar los elementos que las componen.
Diferencia entre análisis sintáctico y análisis morfológico
Estos tipos de análisis suelen ser motivo de confusión al momento de estudiar. A pesar de que poseen varias semejanzas, cada tipo de análisis sigue su propio criterio y se utilizan para determinar aspectos diferentes.
El análisis morfológico identifica las categorías gramaticales, o lo que es lo mismo, los distintos tipos de palabras que contiene una oración, de forma individual. Estos son los sustantivos, adjetivos, verbos, etc.
Por su parte, el análisis sintáctico se encarga de categorizar la función gramatical que poseen estas palabras en la oración, tanto sus funciones individuales como de las secciones en las que dicha oración se puede dividir, secciones conocidas como sintagmas.
Dicho de otro modo, el análisis morfológico determina el tipo de las palabras de una oración, mientras que el análisis sintáctico determina el papel que éstas juegan en dicha oración.
Elementos que debes conocer antes de realizar un análisis sintáctico
En cuanto a su organización sintáctica, una oración se divide esencialmente en diferentes tipos de sintagmas y a su vez en dos grandes partes que serán las que contengan los elementos que se analizarán: el sujeto y el predicado.
Sintagmas:
Los sintagmas son la palabra o el grupo de palabras en las que se divide gramaticalmente una oración, y que se clasifican según la función que desempeñen. Esta función dependerá del elemento principal del sintagma, llamado núcleo (N), que es la palabra más representativa de este y la palabra que determinará el tipo de sintagma al que pertenece. Finalmente, este núcleo va acompañado por lo general de otra u otras palabras que lo complementan para así formar todos juntos el sintagma, excepto en los casos en los que este sintagma está formado por una única palabra. Estos se clasifican en los siguientes tipos:
Sintagma nominal (SN):
Tipo de sintagma cuyo núcleo es un sustantivo, o un pronombre que sustituya a este sustantivo. Este núcleo suele ir acompañado de un determinante(det), que son palabras que se colocan justo antes del núcleo (generalmente artículos), y de los complementos o modificadores del nombre, que son palabras ubicadas generalmente después del núcleo. Estos últimos pueden ser adyacentes (ady) si son adjetivos que complementan al núcleo (ej: la pera verde), o aposiciones(apos) en caso de ser otros sustantivos quienes lo complementen (ej: la profesora María).
En la mayoría de los casos, el sujeto de la oración es en sí mismo un sintagma nominal, pero el predicado también puede contener uno o más sintagmas nominales según sea el caso. Ejemplo:
El autor de la famosa novela firmó los libros
En este ejemplo, “el autor de la famosa novela” y “los libros” son dos sintagmas nominales, pues sus núcleos son sustantivos. Estos núcleos son “autor” y “libros”, respectivamente.
Sintagma adjetival (SAdj):
Tipo de sintagma cuyo núcleo es un adjetivo. En ocasiones este adjetivo puede ir acompañado de uno o dos modificadores que lo complementen, generalmente adverbios, interpretados en el análisis como cuantificadores (cuant). También son conocidos como intensificadores. Ejemplo:
Tu tío es bastante alto
En este ejemplo, “bastante alto” es un sintagma adjetival. El adjetivo “alto” es el núcleo del sintagma, mientras que el adverbio “bastante” es el cuantificador.
Sintagma adverbial (SAdv):
Tipo de sintagma cuyo núcleo es un adverbio. Al igual que en los sintagmas adjetivales, el núcleo del sintagma adverbial puede ir acompañado de un cuantificador, el cual será otro adverbio. Ejemplo:
Mi casa está muy cerca
En este ejemplo, “muy cerca” es un sintagma adverbial. El adverbio “cerca” es el núcleo del sintagma, y el otro adverbio, “muy”, el cuantificador que lo complementa. Resulta sencillo identificar cuál es el adverbio más importante dentro del contexto y cuál es el adverbio complementario, por lo que también resulta sencillo saber cuál es el núcleo entre ambos. Después de todo, es posible decir “mi casa está cerca”, pero es incoherente decir “mi casa está muy”.
Sintagma preposicional (SP):
Tipo de sintagma cuyo núcleo puede ser un sustantivo, un adjetivo o un adverbio, que debe tener delante una preposición. Así, el sintagma preposicional puede poseer las mismas características de los otros tipos de sintagmas anteriormente vistos, con la única diferencia de la presencia de esta preposición, que servirá como un puente o conector entre dos sintagmas. Al momento de realizar el análisis, esta preposición se identifica como un enlace(enl). Ejemplo:
Ricardo le entregó una carta misteriosa a su compañera
En el ejemplo, “a su compañera” es clasificado como un sintagma preposicional. Adquiere las mismas características de un sintagma nominal (con el sustantivo “compañera” como su núcleo), pero en esta ocasión, la preposición “a” se encuentra presente. Ésta conecta el sintagma preposicional con el sintagma nominal que lo precede, es decir, “una carta misteriosa”.
Sujeto (S):
El sujeto de una oración indica la persona, animal, cosa o estado de existencia que realiza la acción del verbo. Para identificar el sujeto de una oración hay que hacerse la pregunta de qué, quién o quiénes realizan la acción del verbo de determinada oración. La respuesta que obtengamos, será el sujeto. Ejemplo:
El niño corre
Aquí el sujeto es “el niño”, pues es él quién corre, es decir, el que realiza la acción de correr.
Al igual que los sintagmas, el sujeto también posee un núcleo, que será el que determine la condición de sujeto. Este núcleo puede ser un sustantivo o los pronombres que puedan sustituir a este sustantivo, por lo que el resto de palabras que lo complementen (usualmente artículos) también formarán parte del sujeto, como lo muestra el ejemplo anterior. En ese caso, el artículo “el” forma parte del sujeto que complementa al sustantivo “niño”, que es el núcleo del sujeto.
En otros casos, el sujeto puede encontrarse ausente de una oración, bien porque lo sobreentendemos o porque se trata de una oración con verbo impersonal y por lo tanto no tiene sujeto. Cuando esto ocurre, decimos que hay un sujeto omitido o sujeto gramatical. Así pues, el sujeto omitido es aquel que no aparece explícito o expresado en la oración. Ejemplos:
Me dijeron que viniera (se asume que el sujeto que se omite es “ellos”)
Se cayó en la salida (se asume que el sujeto que se omite es “él” o “ella”)
Predicado (P):
El predicado de una oración es toda aquella sección de la oración que no corresponde al sujeto. Se caracteriza especialmente porque, así como el sustantivo es el núcleo del sujeto, el verbo es núcleo del predicado, y todas aquellas palabras que lo complementen formarán parte de dicha sección. Ejemplo:
Tomás ganó tres medallas de oro
Todo lo que se dice de Tomás (sujeto), es el predicado; tanto lo que hizo, ganó, como aquello en lo que recae su acción. ¿Qué ganó? Tres medallas de oro.
Cabe destacar que el predicado también se clasifica como sintagma verbal(SV) al momento de realizar el análisis, pues es a la vez un conjunto de palabras que tienen como núcleo a un verbo.
El predicado, además, puede ser de dos tipos: nominal o verbal, y esto dependerá de la naturaleza del verbo:
– Predicado nominal (PN):
Tipo de predicado que consta de un verbo copulativo (ser, estar o parecer) y que se encarga de establecer una unión entre el sujeto y el atributo(atr) del predicado, es decir, el elemento que le atribuye una cualidad al sujeto y que concuerda con este en género y número:
Enrique esuna gran persona
“Una gran persona” es el atributo, pues describe al sujeto por medio del verbo copulativo “es”.
– Predicado verbal (PV):
Tipo de predicado que posee un verbo no copulativo y que puede ir acompañado de los llamados complementos, es decir, elementos sobre los cuales recae la acción y que la complementan. A diferencia del atributo, estos no describen propiamente una cualidad del sujeto y, según el caso, su presencia puede ser opcional. Podemos encontrar tres tipos de complementos básicos:
Complemento directo (CD):
Es la persona, animal, cosa o estado de existencia sobre quien recae directa e inmediatamente la acción del verbo. Por ejemplo:
Vanesa diseña los vestidos
Las palabras “los vestidos” es el complemento directo porque la acción de “diseñar” cae directamente sobre estas. ¿Qué diseña? Los vestidos. Cabe destacar que estas pueden sustituirse por los pronombres “lo”, “la”, “los” o “las”: Vanesa los diseña.
Complemento indirecto (CI):
Este indica la persona, animal, cosa o estado de existencia sobre quien recae la acción pero de forma indirecta, es decir, en quien recae la acción luego de haberla sufrido antes un complemento directo. Por ejemplo:
Ronald regala flores a Karen
Karen es la persona que recibe la acción pero sólo después de haberla recibido antes el complemento directo, es decir, la palabra “flores”.
Es necesario aclarar que este complemento indirecto siempre irá acompañado de la preposición “a”. Por otro lado, el mismo puede sustituirse por los pronombres ‘le’, ‘les’, ‘me’, ‘te’, ‘se’ o ‘nos’: Ronald le regala flores / Ronald se las regala.
Complemento circunstancial (CC):
Indica las diferentes circunstancias en las que se puede realizar la acción del verbo. Pueden sustituir al complemento directo o añadirlo junto a este para complementarlo. Las circunstancias que expresa este complemento pueden ser de tiempo, modo, lugar, cantidad, causa o finalidad, compañía e instrumento.
Los diferentes componentes del sujeto y el predicado pueden estar ubicados en diferentes lugares de la oración, aunque es común que todos los elementos del sujeto se ubiquen justo antes del predicado. En ocasiones, incluso, el sujeto puede encontrarse justo en el medio de dos componentes del predicado.
El futbolista llegó al estadio ayer
¿Sabías qué...?
Se han realizado análisis sintácticos en los textos de la Biblia. Esto, con el objetivo de entender su correcta interpretación y significado según la situación histórica y cultural de la época de su origen.
Tipos de oraciones
Una vez finalizado el análisis de los componentes de la oración es momento de analizar a la oración en sí. Esta se puede clasificar en base a cuatro criterios, que a su vez se subdividen en otros tipos:
Según el número de verbos
Oraciones simples: aquellas que sólo poseen un verbo en su predicado.
Oraciones compuestas: aquellas que poseen más de un verbo y por lo tanto más de un predicado.
Según la naturaleza del predicado
Oraciones copulativas: aquellas oraciones simples que poseen un predicado nominal.
Oraciones predicativas: aquellas oraciones simples que poseen un predicado verbal. Estas pueden ser transitivas si poseen complemento directo o intransitivas si no lo poseen.
Según la voz del verbo
Oraciones activas: aquellas que se encuentran en voz activa, es decir, cuando la acción del verbo la realiza el sujeto de la oración.
Oraciones pasivas: aquellas que se encuentran en voz pasiva, es decir, cuando la acción del verbo la realiza el complemento directo de la oración.
Según la intención del hablante
Oraciones enunciativas: aquellas que informan o comunican sobre un hecho. Pueden ser afirmativas o negativas.
Oraciones interrogativas: aquellas que formulan una pregunta.
Oraciones exclamativas: aquellas que expresan enérgicamente emociones, como sorpresa, alegría o disgusto.
Oraciones imperativas: aquellas que imponen una orden.
Oraciones desiderativas: aquellas que manifiestan un deseo. Suelen contener la palabra “ojalá”.
Oraciones dubitativas: aquellas que enuncian una duda o incertidumbre.
Oraciones de posibilidad: aquellas que exponen la posibilidad de algún hecho.
En las oraciones compuestas, que poseen más de un verbo, la oración completa se divide en proposiciones, es decir, fragmentos de la oración con su propio núcleo verbal y por lo tanto su propio predicado cada uno. Estas oraciones se dividen en tres tipos:
Oración compuesta coordinada: aquella cuyas proposiciones están conectadas por una conjunción que se identifica en el análisis como un nexo (nx), usualmente la palabra “y”. Cabe destacar que el nexo puede encontrarse en cualquier tipo de oración y en cualquier lugar de esta, mientras tenga sentido gramatical.
Oración compuesta yuxtapuesta: aquella cuyas proposiciones no se encuentran conectadas por nexos. Generalmente estos están divididos por signos de puntuación.
Oración compuesta subordinada: aquella en donde una de sus proposiciones depende de otra proposición principal para tener sentido gramatical, y cuya unión forma una oración completa sintácticamente correcta.
Lista de abreviaturas
Sujeto: S
Predicado: P
Predicado nominal: PN
Predicado verbal: PV
Núcleo: N
Verbo: V
Complemento directo: CD
Complemento indirecto: CI
Complemento circunstancial: CC
Sintagma nominal: SN
Sintagma verbal: SV
Sintagma adjetival: SAdj
Sintagma adverbial: SAdv
Sintagma preposicional: SP
Determinante: det
Adyacente: ady
Aposición: apos
Cuantificador: cuant
Enlace: enl
Nexo: nx
Pasos para realizar un análisis sintáctico
Una vez aclarados los términos podemos comenzar a realizar el análisis sintáctico, en donde se señalarán las funciones sintácticas de los elementos de la oración a través de abreviaturas:
1. Localizar e identificar el verbo de la oración. En base a este se identificarán el resto de elementos de la oración.
Los
peatones
cruzaron
las
calles
de
la
ciudad
V
2. Identificar el sujeto y el predicado de la oración, en base a la localización del verbo y del núcleo del sujeto. Se debe tener siempre en cuenta que el verbo debe tener concordancia de género y número con el sujeto, en caso de que no sea un sujeto omitido. Indicar además si se trata de un predicado nominal o verbal.
Los
peatones
cruzaron
las
calles
de
la
ciudad
V
S
PV
3. Identificar los diferentes tipos de sintagmas de la oración. Con ello, además, identificar cada uno de los componentes que conforman la oración. Si el sujeto y el predicado en sí también pueden clasificarse como sintagmas, colocar las abreviaturas al mismo nivel de estos y separar ambas categorías con una barra lateral.
Los
peatones
cruzaron
las
calles
de
la
ciudad
det
N
det
N
enl
det
N
V
SN
SP
S/SN
PV/SV
4. Identificar los complementos directos, indirectos y circunstanciales o el atributo, según sea el caso, que se encuentran en el predicado de la oración. Estos se colocan junto a los sintagmas identificados previamente, separados entre sí por una barra lateral.
Los
peatones
cruzaron
las
calles
de
la
ciudad
det
N
det
N
enl
det
N
V
SN/CD
SP/CC
SN/S
SV/PV
5. Finalmente, identificar el tipo de oración según los cuatro tipos de criterio en los que puede clasificarse. En este último caso no se utilizan abreviaturas:
El análisis sintáctico también es importante en el mundo digital. El parser, o también conocido como analizador sintáctico, es un programa informático que analiza la sintaxis de los símbolos de un determinado lenguaje de programación para posteriormente llevar a cabo otros procesos.
A lo largo de los años, la sociedad se ha visto en la necesidad de establecer criterios de clasificación que le den orden y sentido a aquello que comunicamos; por ejemplo, clasificar una palabra según su significado o su forma y estructura. Es aquí donde entran, respectivamente, los análisis semántico y morfológico de la lengua.
Semántica y análisis semántico
Antes de poder definir el análisis semántico, primero debemos saber qué es la semántica. La semántica es todo aquello referente al estudio y posterior comprensión del significado de las palabras, frases, oraciones, párrafos e incluso símbolos, aplicados en un lenguaje natural o artificial.
Así pues, el análisis semántico es el proceso de agrupar estructuras sintácticas como oraciones, frases o párrafos como un todo, para luego relacionar cada palabra del conjunto con su significado lingüístico y así darle un sentido global; dicho de otro modo, es el acto de procesar el significado de cada palabra de un texto para la comprensión del significado práctico del contexto de dicho texto.
Morfología y análisis morfológico
Tal y como en el caso anterior, es necesario identificar antes el significado de la morfología de las palabras. En lingüística, la morfología de las palabras consiste en su forma y estructura; se refiere a las distintas variantes que puede presentar cada palabra y dependerá de las unidades gramaticales por las que esta esté formada.
Por lo tanto, el análisis morfológico es el estudio a nivel estructural de las palabras que se encuentran dentro de una oración o un texto; cómo están formadas, cómo se construyen, a qué tipo o categoría pertenece, la relación que comparten entre sí dentro de un mismo idioma o lenguaje, y la función gramatical que cumplen en el texto según dicha estructura.
¿Qué hay tener en cuenta para realizar un análisis semántico?
Ya que el objetivo del análisis semántico es comprender el significado de una frase o párrafo dentro de un idioma determinado, el primer y fundamental paso para poder realizar esto consiste en identificar el significado de cada palabra de forma individual para luego relacionar y comparar estos significados con otros de forma que el contexto en el que se sitúan pueda cobrar sentido. Estas relaciones entre palabras se dividen en los siguientes criterios de clasificación semántica:
Hiperonimia e hiponimia:
Consisten en dos criterios de clasificación que establecen entre sí una cierta jerarquización semántica, pues el significado de una palabra, conocida como hiperónimo, abarca o incluye el significado de otras palabras, conocidas como hipónimos. Ambos criterios de clasificación establecen una relación en donde un conjunto de palabras son versiones más específicas (hipónimos) de otro término cuyo significado es más general y ambiguo (hiperónimo).
Ejemplos: Hiperónimo: animal.
Hipónimos: perro, gato, elefante, caballo, león, etc.
Hiperónimo: color.
Hipónimos: azul, rojo, verde, violeta, amarillo, etc.
Hiperónimo: fruta.
Hipónimos: naranja, pera, manzana, uva, plátano, etc.
Monosemia:
Consiste en el criterio de clasificación que abarca el grupo de palabras que poseen un único significado, por lo que siempre hacen referencia al mismo ser, objeto o hecho único y específico dentro de cualquier contexto en el que se encuentren.
Ejemplos: abogado, teléfono, paraguas, sandía, átomo, mesa, etc.
Homonimia y polisemia:
Consisten en dos criterios de clasificación en donde una misma palabra puede tomar significados diferentes según el contexto en el que esté situada. Se diferencian entre sí en que en palabras homónimas, dos significados de orígenes etimológicos distintos coincidan en manifestarse como una misma palabra de idéntica pronunciación y en muchos casos de idéntica estructura, mientras que en la polisemia, a pesar de tener distintos significados, la palabra posee un único origen etimológico.
Ejemplos:
Homonimia: llama (animal; luz producida por combustión), vaca y baca (animal; soporte usado en vehículos), lengua (órgano; sistema de comunicación), hola y ola (saludo; onda de agua).
Polisemia: canino (animal; diente), estrella (cuerpo celeste; artista), planta (vegetal; parte inferior del pie), sierra (herramienta; elevación de terreno).
Meronimia y holonimia:
Consisten en dos criterios de clasificación, en donde el significado de una palabra (merónimo) consiste en la descripción de una de las partes que pueden conformar el significado o representación de otra palabra (holónimo). No deben confundirse con la hiperonimia y la hiponimia.
Ejemplos:
Holónimo: bicicleta.
Merónimos: rueda, pedal, sillín, manillar, etc.
Holónimo: árbol.
Merónimos: tronco, hojas, ramas, raíces, etc.
Holónimo: esqueleto.
Merónimos: peroné, omóplato, cráneo, costilla, etc.
Sinonimia:
Criterio de clasificación en donde dos o más palabras estructuralmente distintas poseen el mismo significado.
Criterio de clasificación en donde la palabra analizada en cuestión, dentro del contexto, adquiere el significado literal y objetivo que indica el diccionario.
Ejemplo: la naranja es rica en vitamina C – la palabra “naranja” se refiere, tal y como figura en el diccionario, a la fruta cítrica obtenida del árbol del naranjo.
Connotación:
Criterio de clasificación en donde la palabra analizada en cuestión, dentro del contexto, adquiere un significado subjetivo, distinto al del diccionario, que dependerá de lo que la persona que la utiliza quiera decir.
Ejemplo: mi hermano encontró a su media naranja – la palabra “naranja” adquiere un significado distinto a su significado literal, pues en este caso hace referencia a una pareja sentimental con la que se tiene mucho en común.
Una vez establecida la relación entre las palabras es necesario realizar un segundo análisis al texto para así identificar el sentido que este adquiere como un todo, determinar si el texto cobra un sentido literal o metafórico, y reconocer el idioma en el que es plasmado.
¿Qué hay tener en cuenta para realizar un análisis morfológico?
Para analizar morfológicamente un texto es necesario identificar las categorías gramaticales que lo componen, es decir, cómo se clasifica cada palabra según su estructura y, a su vez, la función que cumple dicha palabra en base a dicha estructura. Para este análisis se toman en cuenta los siguientes tipos de palabras:
Adjetivo:
Es el conjunto de palabras que se utilizan para describir al sustantivo y atribuirle una determinada característica.
Ejemplos: redondo, alto, rojo, corto, suave, rubio, inteligente, etc.
Adverbio:
Es el conjunto de palabras que modifican o califican un adjetivo, verbo, otro adverbio u oraciones para expresar tiempo, lugar, circunstancia, manera, cantidad, causa, grado, etc.
Ejemplos: ayer, bastante, rápidamente, también, nunca, debajo, etc.
Artículo:
Es el conjunto de palabras utilizadas junto a un sustantivo para determinarlo, señalarlo y especificarlo gramaticalmente. Comparten con éste su género y su número.
Ejemplos: él, la, los, las, un, una, unos, unas.
Conjunción:
Es el conjunto de palabras, invariables morfológicamente, que se utilizan para conectar palabras, ideas y oraciones dentro de un texto.
Ejemplos: sin embargo, y, más, pero, ya, que, etc.
Preposición:
Es el conjunto de palabras, invariables morfológicamente, usualmente cortas, que se utilizan para conectar distintos tipos de palabras entre sí de forma que el conjunto resultante complemente la idea del texto y genere un sentido gramatical.
Ejemplos: a, ante, para, hacia, hasta, según, sin, etc.
Pronombre:
Es el conjunto de palabras que pueden funcionar por sí mismas como un sustantivo sin que este último esté presente, y que se refieren a los participantes en el texto o a alguien o algo mencionado en otra parte del texto.
Ejemplos: él, ella, nosotros, nuestro, tuyo, vosotros, este, eso, etc.
Sustantivo:
Es el conjunto de palabras diferentes a los pronombres que se utilizan para nombrar e identificar a cualquier clase de persona, animal, lugar, hecho o cosa.
Ejemplos: perro, casa, silla, ordenador, amistad, pelota, España, Juan, etc.
Verbo:
Es el conjunto de palabras utilizadas para describir una acción, ocurrencia o estado del sujeto. Los verbos son alterados morfológicamente para indicar quién realiza la acción y cuándo es realizada.
Ejemplos: vivir, trabajar, comer, correr, construir, escalar, escuchar, etc.
Ejemplo de análisis morfológico
El gato maúlla en la sala
El: artículo (definido, masculino, singular)
gato: sustantivo (común, masculino, singular)
maúlla: verbo (3° persona, singular, presente de indicativo del verbo maullar)
en: preposición
la: artículo (definido, femenino, singular)
sala: sustantivo (común, femenino, singular)
¿Sabías qué...?
Una palabra puede presentar una estructura morfológicamente correcta, pero sin tener ningún sentido semántico en el idioma castellano, caso conocido como “palabra agramatical”. Algunos ejemplos de estas palabras sin sentido son “desdormir” e “imbello”.
Los orígenes de la semántica y la morfología
La palabra “semántica” fue utilizada por primera vez entre los siglos XIX y XX por quien es considerado su padre y fundador, el filólogo francés Michel Bréal. Así mismo, la palabra “morfología” se atribuye al poeta y escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien muchos años antes la utilizó para describir el estudio de la estructura de los seres vivos.
Podemos conocer la historia de la tierra a través del estudio de los fósiles, es decir de los restos de organismos que vivieron en el pasado prehistórico. Allí se guardan muchos secretos y son los paleontólogos los encargados de descifrar los misterios de cientos de millones de años atrás.
Antes de responder a la pregunta cómo se estudian los fósiles vamos a ver qué son, cómo se forman, qué ciencia se encarga de su estudio y finalmente qué herramientas se emplean para su abordaje.
Los fósiles son los restos o despojos de plantas o animales muertos que vivieron en el pasado prehistórico. No han sufrido el proceso de putrefacción porque han atravesado un proceso que les ha permitido conservar sus partes duras. Es por esta razón que un fósil puede encontrarse en un hueso, en el que las partes porosas han sido rellenadas con minerales, como carbonato de calcio o sílice, depositados por aguas subterráneas; y así adoptar un aspecto de piedra.
Generalmente los fósiles se encuentran en rocas sedimentarias, allí la conservación es posible porque no se han visto expuestas a altas temperaturas y fuertes presiones que podrían haberlos destruido.
Las rocas sedimentarias son producidas por el lento depósito de materiales que se van albergando en una cuenca sedimentaria (fondo marino, orillas de lago, pantanos, desembocaduras de río, etc.). Junto a estos depósitos pueden quedar sepultados los cadáveres de animales o plantas, que después de un lento proceso físico – químico, denominado diagénesis, los materiales y los cadáveres pasan a constituir parte de la roca.
Si bien existen diferentes procesos de fosilización, la mayoría se forma al quedar el organismo, ya muerto, entre sedimentos, generalmente bajo el agua. En estas condiciones, las partes carnosas se descomponen y desaparecen rápidamente; en cambio, las partes duras, como los huesos, permanecen.
Para que el proceso de fosilización surja efecto, es necesario un entierro rápido que habitualmente se da por sedimento hídrico. Luego, comienza un proceso químico que da lugar a la sustitución de los compuestos orgánicos por otros inorgánicos conocidos como mineralización. Los minerales habitualmente implicados en este proceso son: sílice, carbonato cálcico, pirita, fosfato cálcico y otros fosfatos y sulfatos. Hay diferentes procesos de fosilización, y una manera sencilla de comprenderlos puede ser examinando los tipos de fósiles existentes:
Huesos y dientes: son las partes duras del animal y resisten los procesos normales de descomposición que atacan y descomponen las partes blandas del cuerpo.
Gastrolitos: son piedras que se han encontrado en la vía digestiva de algún animal. Muchos vertebrados, como los dinosaurios, consumían estas piedras para facilitar la digestión; en la actualidad las gallinas suelen emplear esta técnica.
Huevos y nidos: si bien son difíciles de encontrar se ha hallado restos de cáscara de huevo.
Coprolitos: se denomina así al excremento fosilizado. A partir de su estudio se pueden obtener datos sobre la alimentación del animal.
Icnofósiles: son las estructuras preservadas en rocas sedimentarias que registran actividad biológica. Brindan datos sobre la morfología del organismo productor y su relación con el entorno.
La paleontología
La Paleontología es la ciencia que estudia la evidencia de la vida en el pasado a través de los fósiles. Como ciencia, nació en el sigo XVIII, con Georges Cuvier, zoólogo francés, quien reconstruyó especies fósiles desconocidas a partir del estudio de sólo algunos fragmentos óseos.
Esta ciencia se encarga de determinar las condiciones de vida de los restos animales y vegetales, y también cómo murieron, cómo se acumularon y cómo se fosilizaron. Aquí confluyen dos ciencias, la biología y la geología, ya que investiga las características de vida de la antigüedad y distribución en la escala geológica.
Para determinar la época en que vivieron esos restos, los profesionales en esta materia recurren a pruebas con sustancias llamadas elementos radioactivos, como el uranio y el carbono. Existen algunos métodos para determinar la edad de un fósil:
Carbono 14: el carbono 14 está presente en la atmósfera. El carbono por lo general tiene una masa atómica de 12, pero la de su isótopo radiactivo es de 14; el mismo es absorbido por las plantas y animales durante su vida.
Cuando mueren comienza el proceso de fosilización y la transformación de los átomos de carbono 14 en nitrógeno. Midiendo la cantidad de carbono 14 y de nitrógeno que hay en el fósil, se puede conocer la edad aproximada de ese fósil. Este método tiene sus limitaciones y se basa en el tiempo que se puede determinar con este método el cual es de hasta 45.000 o 50.000 años.
Potasio – Argón: por medio de la lenta transformación del isótopo radiactivo potasio en el gas inerte argón se puede determinar la antigüedad de hasta unos 5.000.000 de años.
Uranio – Torio: usa las propiedades de las vidas radiactivas medias del uranio 238 y torio 230. Es de gran utilidad en el periodo 500.000 – 50.000 años antes del presente.
El trabajo de los paleontólogos
1. Planificación
Antes de salir a buscar fósiles, los paleontólogos deben determinar los objetivos de la expedición. Aquí se debe definir qué se investigará, cuál es el lugar apropiado para buscar, quiénes estarán involucrados, qué elementos emplearán, cómo lo financiarán, etc.
2. Prospección
En esta etapa se busca pero no se extrae. En este sentido, se realiza una exploración para determinar si el lugar cuenta con yacimientos de interés. Además se verifica la geología de la zona en torno al tipo y edad de las rocas.
3. Extracción de fósiles
Dependiendo del tamaño de la pieza se las extrae a mano, con pinzas, o con otras herramientas (cinceles, martillos, pincel) para separarlas de las rocas en las que están incrustadas.
Antes de lavar cualquier resto se hace una cuadricula en el lugar: se divide todo el terreno donde hay fósiles en cuadrados iguales y se hace un dibujo de lo que hay allí. También se sacan fotos.
Algunas veces se elaboran férulas de yeso sobre los restos con el objetivo de transportarlos sin que se rompan o desarticulen las piezas.
4. Limpieza
Requiere de mucha dedicación y cuidado separar el fósil de la roca en que se encuentra. Se debe procurar no dañar la pieza, es una tarea minuciosa que puede llevar años. Esta actividad se realiza en el taller de preparación. En algunas ocasiones, el material es limpiado con ácidos.
5. Análisis
Cuando el material está completamente limpio se realiza un análisis profundo a través de la observación. Las piezas pueden ser examinadas con microscopio o cortes para conocer sus características internas, tomografía computada, etc.
6. Publicación científica
Una vez que se han recopilados suficientes datos se realiza una publicación para dar a conocer el hallazgo.
En el centro de la biología y otras ciencias, como la química, la física, la geología y la psicología, se encuentra un enfoque de solución de problemas llamado método científico. Los científicos hacen diferentes preguntas para encontrar respuestas que sean lógicas y apoyadas por pruebas.
Ya sea que se realice un proyecto de feria de ciencias, una actividad científica en el aula, una investigación independiente o cualquier otra investigación acreditada de manera práctica, los pasos del método científico servirán de ayuda para enfocar la pregunta científica, así como también, para trabajar con las observaciones y datos para responderla tan bien como sea posible.
Pasos del método científico
El método científico es una forma sistemática de aprender sobre el mundo que nos rodea y responder a las preguntas. El número de pasos varía de una descripción a otra, principalmente cuando los datos y análisis se separan.
Propósito/pregunta: se hacen preguntas sobre las observaciones.
Investigación: se recopila información y se realiza la investigación de los antecedentes. Se deben escribir las fuentes para poder citar las referencias.
Hipótesis: se forma la hipótesis que es un tipo de suposición educada sobre lo que se espera; se crea una descripción tentativa de lo que se ha observado y luego se hacen predicciones basadas en esa hipótesis.
Experimentación: se prueba la hipótesis y las predicciones mediante la realización de un experimento que se puede reproducir. El experimento se debe repetir varias veces para asegurar de que los primeros resultados no fueron un accidente.
Análisis de los datos: se registran las observaciones y se analiza el significado de los datos. A menudo se crea una tabla o gráfico de los mismos. Los científicos encuentran frecuentemente que sus predicciones no fueron exactas y su hipótesis no fue apoyada, y en tales casos comunicarán los resultados de su experimento y después volverán a construir una nueva hipótesis y predicción, basadas en la información que aprendieron durante su experimento. Incluso si encuentran que su hipótesis fue apoyada, es posible que deseen probarlo de nuevo de una manera diferente.
Conclusión: en esta parte se acepta o rechaza la hipótesis y se modifica si es necesario. Se comunican los resultados
A pesar de que el método científico se muestra como una serie de pasos, se debe tener en cuenta que la nueva información o el pensamiento crítico del científico podría hacer que vuelvan a repetir los pasos en cualquier momento durante el proceso, con la finalidad de crear un respaldo.
Algunas bases fundamentales del método científico
La hipótesis debe ser comprobable y falsificable. Lo último significa que debe haber una posible respuesta negativa a la hipótesis.
La investigación debe incluir razonamiento deductivo y razonamiento inductivo.
Un experimento debe incluir una variable independiente (que no cambia) y una variable dependiente (que sí cambia). Al cambiar o controlar la variable independiente se registra el efecto que tiene en la variable dependiente.
Un experimento debe incluir un grupo experimental y un grupo de control. El grupo control es el que compara el grupo experimental.
Teorías y leyes científicas
El método científico y la ciencia en general pueden ser algo complejas. Una teoría casi nunca se demuestra, aun cuando muchas de éstas se convierten en leyes científicas. Un ejemplo serían las leyes de conservación de la energía, que es la primera ley de la termodinámica, la cual afirma que la energía no puede ser creada ni destruida, solo cambiada en forma.
¿Sabías qué...?
En el caso de las ciencias humanas y sociales, los fenómenos no solo no se pueden repetir controlada y artificialmente, sino que son irrepetibles, como es el caso de la historia.
Una ley solo describe un fenómeno observado, pero no explica por qué el fenómeno existe o lo que lo causa. En la ciencia, las leyes son un punto de partida, donde los científicos pueden hacer las preguntas: ¿por qué? y ¿cómo?
Esto no significa que las teorías no sean significativas. Para que una hipótesis se convierta en una teoría, las pruebas rigurosas deben ocurrir, típicamente a través de disciplinas múltiples por grupos separados de científicos. Decir que algo es “solo una teoría” es un término que no tiene relación con la ciencia.
En ciencia, una teoría es considerada como el marco para observaciones y hechos.
Hipótesis científica
Es el bloque de construcción inicial en el método científico. Una hipótesis también incluye una explicación de por qué la suposición puede ser correcta. Para que una hipótesis se denomine hipótesis científica tiene que ser apoyada o refutada a través de una experimentación u observación cuidadosamente elaborada.
Cuando escribimos un artículo de opinión, lo que hacemos es plantear y argumentar nuestra manera de pensar sobre una temática. De esta manera, la intención es lograr la reflexión del lector y también convencerlo.
Primero, se suele plantear un problema para luego ofrecer una posible solución.
Para comenzar, debes planificar:
Piensa en un problema que resulte de tu interés y, a modo de borrador, escribe tus puntos de vista sobre el mismo.
Busca soluciones para ese problema, detállalas en un borrador.
Dedícate a conseguir argumentos tales como citas, ejemplos, acontecimientos, estadísticas, etc., que sostengan tus opiniones.
Llegó el momento de redactar:
Introducción: en el comienzo, expone el tema que vas a tratar y presenta tu opinión sobre el mismo.
Problema: continúa tu redacción con el detalle de las consecuencias que trae dicho problema, y las situaciones potenciales que podrían darse a futuro.
Justifica: ya planteada la solución, debes avocarte a justificarla. Para ello aprovecha todos los argumentos que conseguiste con anterioridad.
Conclusión: en el final, resume nuevamente tu punto de vista y la solución al problema planteado.