Existe un pueblo que habita entre el río Meta y el río Guaviare en Colombia, y en las riberas del río Orinoco en Venezuela: se trata de los piapocos. Aunque su población es de aproximadamente 3.000 personas, su cultura y tradiciones forman parte del invaluable legado de los pueblos originarios de América.
Ubicación
El pueblo piapoco se localiza en territorios correspondientes a Colombia y a Venezuela. En la parte colombiana se ubican en varias localidades, especialmente en los departamentos Meta y Vichada, mientras que en el territorio venezolano se ubican en las riberas del río Orinoco en el estado Amazonas.
Origen del nombre
En el idioma piapoco la palabra Dzase (Cháse) significa “tucán” y debido a que este pueblo se identifica con el ave, ellos mismos se autodenominan Dzase que podría traducirse como “gente del tucán”, una traducción de esa palabra dio origen al término “papioco”. Otro término usado para referirse a esta tribu es el de wenaiwika, que quiere decir “gente”. También existen otras denominaciones para este pruebo como enaguas, yapaco, cumanaica y cuipoco, entre otros.
Organización social
Los piapocos mantienen una organización familiar bajo una autoridad patriarcal y presentan un sistema de clanes patrilineales, se agrupan en cinco fratrías con un ancestro mítico común y con un territorio específico. Los dirigentes de cada fratría se ubican a la cabeza de su sistema organizacional, es decir, representan la mayor autoridad política del grupo y se encargan de tomar las decisiones más importantes.
Esta tribu practica la exogamia con otros clanes y con pueblos vecinos en la cual se prohíbe que miembros de un mismo clan contraigan matrimonio.
Los misioneros católicos sucedidos después por los misioneros evangélicos influyeron considerablemente en la dinámica cultural de esta tribu. Actualmente, la mayoría de los piapocos se consideran evangélicos y han abandonado muchas de las prácticas culturales originales. Una de ellas la figura del chamán, que en algunas comunidades ha sido sustituida por el capitán, término que hace referencia al pastor de la comunidad y su aparición fue fomentada por los grupos misioneros evangélicos.
Lengua
La lengua piapoco forma parte de una de las grandes familias lingüísticas de América: el arawak. De acuerdo a los últimos censos, la población piapoco se ha reducido y con ello lo ha hecho su lengua también, que actualmente se encuentra en peligro de extinción.
Cosmología
La creencia original del pueblo piapoco sostiene que Furna Minali o Kuwai permitió que este mundo fuera habitable al derrotar a una anaconda carnívora denominada Kemeine, a la que envió después al espacio. Kuwai organizó a la sociedad humana y le otorgó a cada pueblo su idioma.
Vivienda
Originalmente, los piapocos se dedicaban a la caza y a la recolección de frutos silvestres y llevaban un estilo de vida seminómada, lo que hacía que sus viviendas fueran refugios primitivos elaborados con palmas.
Actualmente, el estilo de vida de este pueblo ha cambiado, sus viviendas se construyen para que sean más permanentes que en el pasado ya que ahora se dedican a la agricultura como una de sus principales actividades económicas y por ello se asientan en un lugar fijo. Las paredes de sus casas pueden estar hechas de barro o de palma.
Economía
Los piapocos comparten sus actividades económicas en tres rubros básicos: la agricultura, la caza y la pesca. En el ámbito agrícola podría decirse que sus principales cultivos son la yuca y el maíz, sin embargo, también producen otros vegetales como el frijol, la piña, el ají y el plátano, entre otros.
La pesca proporciona una buena fuente de proteínas durante el verano y es realizada en ríos, caños y lagunas, de donde logran recolectar peces, ranas, tortugas y camarones. De igual forma, los hombres de la tribu cazan animales de la fauna endémica como venados, dantas, babillas y ciertas especies de aves.
Los miembros de la tribu también practican actividades pecuarias como la cría de gallina, de cerdos y de ganado vacuno que usan principalmente para su consumo.
Las mujeres de la etnia practican la alfarería y producen ollas y tazas de barro que luego comercializan. Por otro lado, tanto hombres como mujeres elaboran hamacas de fibra de palmas para fines personales o comerciales. De este modo, la artesanía también forma parte de la economía de este pueblo.
Hoy en día, la migración interna e internacional de los pueblos indígenas es un tema inevitable para cualquier grupo académico, gubernamental o de defensa.
Entre los grupos de migrantes indígenas más famosos están los mayas de Guatemala que huyeron de su país durante la guerra civil en América Central y se han establecido desde entonces en América del Norte, y los Otavalos del Ecuador, que emigraron a Colombia, Chile, Argentina y Brasil para buscar mejores oportunidades económicas.
Definición de pueblos indígenas
Las comunidades, pueblos y naciones indígenas son aquellas que, aunque tienen una continuidad histórica con sociedades pre-invasoras y pre-coloniales que se desarrollaron en sus territorios, se consideran distintas de otros sectores de las sociedades que prevalecen en esos territorios. Forman en la actualidad sectores no dominantes de la sociedad y están decididos a preservar, desarrollar y transmitir a las generaciones futuras sus territorios ancestrales y su identidad étnica, como base de su prolongación como pueblos, de acuerdo con sus propios patrones culturales, instituciones sociales y sistemas legales.
¿Sabías qué...?
En el 2009 el Foro Permanente para los Asuntos Indígenas de las Naciones Unidas informó que había más de 370 millones de indígenas en unos 90 países de todo el mundo.
Características de los migrantes indígenas
Es difícil hacer generalizaciones sobre los migrantes indígenas, ya que provienen de tantos lugares y tienen diferentes niveles de reconocimiento en sus países de origen. Mientras que la mayoría son hombres, un número creciente de mujeres ha comenzado a emigrar por su cuenta para unirse a sus maridos, hermanos y padres.
Cada vez son más los grupos indígenas migran para buscar mejores oportunidades económicas, aunque la persecución sigue para muchos. Un nuevo factor que afecta el movimiento de los grupos indígenas fuera de sus tierras tradicionales es la degradación ambiental, que por una parte ha estado relacionado con el cambio climático.
Migración interna
La migración de las zonas rurales a las zonas urbanas, que a menudo conduce a la migración internacional, es una característica común de los migrantes indígenas. Estos movimientos normalmente siguen dos caminos: desplazamiento de sus tierras y migración económica a regiones más desarrolladas dentro del país de origen.
En las Américas, la migración indígena hacia las ciudades se inició en la década de 1950, ya que en su mayoría los hombres abandonaron el hogar en busca de trabajo. A finales de la década de 1990, las mujeres indígenas de América y Asia habían comenzado a unirse al flujo, a menudo eran empleadas domésticas.
Migración Internacional
Una vez que los pueblos indígenas se han mudado dentro de su país de origen, muchos comienzan a emigrar al extranjero. Sus caminos incluyen participar en programas de trabajadores temporales, ingresar ilegalmente a un país u obtener el estatuto de refugiado.
En América Latina, Otavalos y Quechuas de Ecuador y Perú han emigrado en la región andina, entre Perú, Bolivia y Ecuador, para buscar mejores oportunidades económicas. También se han establecido en Italia y España, donde llegan como turistas pero trabajan sin documentos desde principios de los años noventa.
Mantener lazos
Al igual que muchos migrantes, los pueblos indígenas mantienen fuertes vínculos con sus comunidades de origen una vez que se trasladan al extranjero. Estos vínculos sirven para muchos propósitos, que incluyen la producción de recursos culturales para fortalecer las culturas indígenas, la membresía y el mantenimiento de las costumbres.
En el caso de los pueblos indígenas perseguidos, algunos grupos han buscado refugio de la reubicación forzada, campañas políticas y esfuerzos para destruir sus culturas y poblaciones. Casos bien documentados incluyen a los mayas de Guatemala que huyeron durante la guerra civil de los años ochenta en ese país y se establecieron en el sur de México, en California y en Florida.
México
El territorio de México moderno era el hogar de numerosas civilizaciones indígenas antes de la llegada de los conquistadores europeos; los Olmecas, los Zapotecos y los Mixtecos, que dominaban las montañas de Oaxaca y el istmo de Tehuantepec, los Mayas en Yucatán y los Aztecas que, desde su capital central en Tenochtitlan, dominaban gran parte del centro y sur del país.
Guatemala
Muchos de los pueblos indígenas de Guatemala son de herencia maya. Otros grupos son Xinca y Garífuna.
Nicaragua
Los Misquitos son nativos americanos en Centroamérica. Su territorio se expande desde Cabo Cameron, Honduras, hasta Río Grande, Nicaragua, a lo largo de la costa Misquito.
A lo largo de los siglos los Misquitos se han casado con esclavos escapados que han buscado refugio en comunidades misquitas. La sociedad misquita tradicional estaba altamente estructurada, con una estructura política definida. Había un rey pero no tenía poder total.
Argentina
Los primeros indicios de presencia humana en la Argentina se encuentran en la Patagonia y datan de 11.000 a. C. En 1480, el Imperio Inca bajo el imperio del emperador Pachacutec lanzó una ofensiva y conquistó el actual noroeste argentino, integrándolo en una región llamada Collasuyu. Las zonas central y meridional, la Pampa y la Patagonia, estaban dominadas por las culturas nómadas, unificadas en el siglo XVII por los mapuches.
Bolivia
La cultura de Tiwanakan se desarrolló en el extremo meridional del lago Titicaca. Esta cultura, centrada alrededor y nombrada para la gran ciudad de Tiwanaku, desarrolló técnicas arquitectónicas y agrícolas avanzadas. Los Moxos en las tierras bajas orientales y los Mollos, al norte de la actual ciudad de La Paz, Bolivia, también desarrollaron sociedades agrícolas avanzadas que se habían disipado en el siglo XIII.
El colapso de la influencia de Tiwanakan resultó en el surgimiento de los Aymaras, un pueblo beligerante que vivía en pueblos fortificados, tenían una capacidad extraordinaria para adaptarse a las condiciones climáticas únicas de la región.
Brasil
Los registros de fósiles encontrados en Minas Gerais muestran evidencia de que el área ahora llamada Brasil ha estado habitada por poblaciones indígenas, durante al menos 8.000 años. Los restos arqueológicos indican un patrón complejo de acontecimientos culturales regionales y de migraciones internas.
Cuando llegaron los primeros exploradores europeos, todas las partes del territorio estaban habitadas por tribus indígenas semi-nómadas, que subsistían en una combinación de caza, pesca, recolección y agricultura.
Colombia
Hoy en día, los pueblos indígenas de Colombia abarcan al menos 85 culturas distintas y más de 1.378.884 personas.
Uno de ellos es la cultura muisca, un subconjunto del grupo étnico Chibcha más grande, famoso por su uso del oro, que llevó a la leyenda de El Dorado. En el momento de la conquista española, los Chibchas eran la civilización indígena más grande entre los incas y los aztecas.
Los dos principales grupos lingüísticos que dominaron el territorio ahora conocido como Colombia durante el período precolombino fueron los Caribes y los Chibchas.
Perú
La mayoría de los peruanos son indígenas o mestizos, de ascendencia mixta indígena, africana, europea y asiática. Perú tiene la población indígena más grande de América del Sur y sus tradiciones y costumbres han dado forma a la manera en que los peruanos viven y se ven hoy en día.
Los pueblos indígenas amazónicos, como Urarina, Bora, Matsés, Ticuna, Yagua, Shipibo y Aguaruna, desarrollaron complejos sistemas chamánicos de creencias antes de la Conquista Europea del Nuevo Mundo.
A pesar de que el Perú declaró oficialmente su carácter multiétnico y reconoce al menos seis docenas de dialectos, que incluyen el quechua, el aymara y el hegemónico español, la discriminación y el peligro del lenguaje desafían a los pueblos indígenas en este país.
El jaguar es el más grande de los felinos americanos, su característico pelaje lo ha convertido en uno de los animales más codiciados en el mercado ilegal de las pieles, lo que llevó a la disminución considerable de la población, hasta ubicarse en la lista de especies en peligro de extinción.
El jaguar, también conocido como yaguaraté o pantera, es un felino de cuerpo robusto y musculoso, cabeza grande, hocico corto y amplio, ojos color marrón claro y orejas pequeñas. Su característica más resaltante es su piel, la cual está cubierta de pelo corto de color amarillo y marrón cobrizo en el dorso, mientras que en la parte interna del pecho y extremidades es de color blanco, además tiene manchas negras que cubren su cuerpo con un patrón único.
Ficha taxonómica
Clase:
Mammalia
Orden:
Carnivora
Familia:
Felidae
Género:
Panthera
Especie:
Phantera onca
Nombre común:
Jaguar
Distribución y hábitat
El jaguar habita diferentes tipos de bosques: tropicales, lluviosos y de montaña, entre otros; también viven en pantanos y manglares.
La distribución histórica del jaguar abarca gran parte del continente americano, desde Estados Unidos hasta la Argentina. Lamentablemente, el hábitat natural del jaguar se ha visto afectado por la acción humana, lo cual, sumado a la caza indiscriminada, ha provocado que en la actualidad los jaguares ocupen sólo el 30 % de su distribución histórica.
¿Sabías qué...?
El billete de 500 pesos en Argentina tiene una imagen del yaguareté.
Alimentación
El jaguar es un animal carnívoro y depredador que se alimenta de una gran variedad de animales. Dentro de su dieta hay mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, entre otros.
Los jaguares son solitarios y territoriales, por tanto no cazan en grupo. Normalmente asechan a su presa hasta encontrar la oportunidad idónea para atacarlos. Este felino cuenta con una de las mandíbulas más potentes del mundo de los animales carnívoros.
El yaguareté marca su territorio mediante arañazos en la corteza de los árboles, los cuales realiza con sus patas delanteras.
¿Sabías qué...?
El jaguar o yaguareté es un animal nocturno
Reproducción
El apareamiento puede ocurrir en diferentes épocas del año, aunque el número de nacimientos es mayor en época de lluvias.
La hembra alcanza la madurez sexual a los dos años de edad, mientras que en los machos ocurre a los tres o cuatro años. Una vez que la hembra está en la época de celo empieza a atraer a los machos mediante marcas de orina y rugidos, es común que varios jaguares respondan a la señales enviadas por la hembra, lo que conlleva una competencia en la que el macho dominante gana.
Una vez que ocurre la fecundación, la hembra se aleja del macho. La gestación dura 110 días aproximadamente, pueden tener hasta cuatro cachorros, aunque lo más común son dos. El parto generalmente ocurre en refugios como huecos, cuevas o madrigueras ubicadas cerca de afluentes de agua dulce. Al momento del nacimiento los cachorros pesan de 600 a 900 g y dependen enteramente de la madre ya que son ciegos. Ésta los protege y amanta hasta los seis meses, posteriormente los cachorros cazan con su madre hasta cumplir los dos años de edad, momento en el cual se vuelven independientes.
El misterio de las panteras
La denominada pantera negra no es más que un jaguar con una condición genética denominada melanismo, en la cual se produce un exceso de pigmentación que les da a estos jaguares una apariencia atípica. A simple vista parecen ser completamente negros, aunque de cerca se puede observar que en realidad tienen el pelaje más oscuro pero conservan sus manchas características.
El sueño de Bolívar de hacer de América una sola nación tuvo su expresión en el proyecto de la Gran Colombia. En medio de las luchas por la independencia se logró la unidad, en un solo gobierno, de lo que hoy son las repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Inicialmente recibió el nombre de Colombia, pero los historiadores, para distinguirla de lo que en la actualidad es ese país, le llamaron la Gran Colombia.
Bolívar, el principal promotor
La idea de unir en una sola nación los pueblos que iban adquiriendo su independencia de España fue de El Libertador. Lo que es actualmente Colombia constituyó el llamado Distrito del Centro, hasta que en 1830 pasó a llamarse República de Nueva Granada. En 1861 retoma su nombre original, Colombia, que se empleó en honor a Cristóbal Colón, considerado el descubridor de América.
La fundación
En 1819, en la localidad de Angostura, se reunió el Congreso que recibió ese nombre, en el que ocurren dos hechos importantes: la designación de Simón Bolívar como Presidente de la República y la unión de Venezuela y Nueva Granada. Luego fueron anexados los territorios de lo que hoy es Ecuador, de este modo, se constituyó lo que se conoció como la Gran Colombia.
El territorio
La Gran Colombia abarcó los territorios de Colombia, Venezuela y Panamá al norte, y Guayaquil y la cuenca del río Amazonas por el sur.
Administrativamente se dividió en tres regiones: la antigua Capitanía General de Venezuela, la Audiencia de Santa Fe de Bogotá y la Audiencia de Quito, al norte, centro y sur, respectivamente.
La Gran Colombia adopta las ideas de la Revolución Francesa en su estructura de gobierno, con la división de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La forma republicana de gobierno, que fue representado por el Presidente de la República, los ministros y representantes de los diferentes territorios; el Congreso, como órgano legislativo y la Corte Suprema y los tribunales y jueces de toda la República.
Las decisiones se tomaban de manera unitaria y no federada, con el fin de mantener la integridad. Esta fue una decisión importante, ya que el ejemplo de otros países demostró que, con la existencia de caudillos e intereses contrapuestos, no se podía mantener y consolidar la unidad deseada.
A estos representantes se les denominó gobernadores e intendentes, según fuera de provincias o de municipios.
Francisco de Paula Santander
Bolívar, por sus extraordinarios méritos y su desprendimiento, fue nombrado Presidente, pero al marcharse a Perú para continuar la campaña independentista en el sur y conducir el gobierno, no pudo atender los asuntos colombianos, por lo que delegó en su Vicepresidente Santander para que quedara en su lugar.
Las ideas liberales con las que éste condujo el ejecutivo, traducidas en la práctica con la adopción de juntas proteccionistas a la agricultura, el libre comercio, la declaración de la ilegalidad del trabajo gratuito de los indígenas, el salario mínimo y los impuestos directos, así como la eliminación del tributo a los indígenas, preocupó a Bolívar, al considerar que estas medidas radicales provocarían malestar en las clases terratenientes que apoyaban al movimiento independentista.
El Congreso Anfictiónico
El principal enemigo de la independencia no lo constituyó la metrópoli, sino la falta de unidad de los líderes y caudillos criollos. A pocos años de fundada la Gran Colombia y liberados otros territorios, se hizo necesario tomar medidas para evitar el peligro que se cernía sobre los pueblos libres.
Bolívar, con una visión panamericanista, convocó a los gobiernos de los países constituidos al Congreso Anfictiónico de Panamá, en 1826. A pesar de los esfuerzos integracionistas de Bolívar no se lograron los objetivos de la convocatoria.
Ecuador: sacrificio y lucha
En la segunda década del siglo XIX, a Ecuador lo integraban Quito, Cuenca y Guayaquil. En 1822 se logró la independencia de Ecuador, pero se mantuvo la guerra al sublevarse la región de Pasto. Un año después se produce un levantamiento al mando del indígena Agustín Agualongo, un caudillo que combatió a favor del Rey de España. Bolívar lo derrota a mediados de julio, en Ibarra, donde fue fusilado.
Ecuador aportó grandes recursos y hombres para la independencia y liberación de Perú y Bolivia, así como para la paz de Pasto. Se estimó en tres veces mayor la contribución del Departamento Sur que la del resto de Colombia. Finalmente, el país quedó arruinado y la población disminuida a medio millón de habitantes.
¿Sabías qué...?
Perú y Bolivia nunca formaron parte de la Gran Colombia, aunque fueron independizadas por Simón Bolívar.
Conflictos internos
El resultado de la política de Santander, que fue anticipado por Bolívar, produjo en los latifundistas quiteños una afectación considerable en sus producciones, disturbios internos y limitaciones para el comercio. La presión sobre El Libertador para cambiar el rumbo de los acontecimientos no se hizo esperar.
A diferencia de Quito, donde se produjeron hechos de rechazo, Guayaquil se beneficiaba con las medidas de Santander y por ello mantuvieron su anexión a Colombia.
El auge de comercio con Perú por parte de Quito y Cuenca favoreció el resurgir de ideas autonomistas. Otro factor fue la desatención del gobierno central a los problemas y necesidades del sur, unido a la ausencia de la participación de líderes de esta región en el poder, ya que sólo ocupaban la presidencia y vicepresidencia granadinos y venezolanos.
Las banderas de la Gran Colombia
Gran Colombia poseyó tres banderas diferentes: La primera compuesta por tres franjas: amarilla, azul y roja, sobre la franja amarilla aparecían siete estrellas; la segunda mantuvo tres franjas, pero esta vez una más ancha en el centro, de color amarillo y en la parte superior e inferior sendas franjas de color rojo. La última y actual bandera de Colombia, retomó las franjas de la primera, pero sin las estrellas y con el escudo al centro.
La existencia de la Gran Colombia coincide con el período histórico en que se desarrollaron las Guerras por la Independencia Hispanoamericana. Surgió el 17 de diciembre de 1819, en el Congreso de Angostura. Tomó carácter constitucional el 6 de octubre de 1821, mediante la aprobación de una Carta Magna que rigió los destinos y definió la forma en que se estructuraría la nación. Entre los años 1828 y 1829 se desarrolló la Guerra con Perú. 1830 fue un año funesto para la existencia de la Gran Colombia, ya que el 6 y el 13 de mayo se le separaron Venezuela y Ecuador, respectivamente. Cronología de una República
La muerte de Bolívar, once años exactamente después de la fundación de su sueño, contribuyó a la disolución de la Gran Colombia, que ocurrió el 19 de noviembre de 1831.
El gobierno de la Gran Colombia
El primer presidente de la Gran Colombia, por elección y derecho propio, fue Simón Bolívar, desde 1819 hasta 1830, aunque en su estancia en Perú lo secundó Santander, desde el 1819 hasta el 20 de febrero de 1827. En 1830 sustituyeron a Bolívar, primero Domingo Caycedo, luego Joaquín Mosquera y, por último Rafael Urdaneta. Todos estos presidentes fueron militares y políticos.
La Gran Colombia
En la Gran Colombia se estableció un gobierno presidencialista y una república unitaria.
El ejército de la Gran Colombia
En los inicios de la Gran Colombia el ejército lo componían alrededor de 30 mil hombres, de ellos la mitad eran milicianos.
¿Sabías qué...?
La Gran Colombia estaba habitada por 2.533.799 personas, de ellos 102.902 esclavos, 203.831 indígenas y 2.227.066 hombres libres.
La Marina contó con navíos y fragatas provistos de decenas de cañones. Radicó en Cartagena, ya que su fin era invadir Cuba y Puerto Rico para obtener su independencia, pero el estallar de la Guerra con Perú, fue una dificultad, ya que la mayor parte de las unidades se encontraban en el Caribe y su desplazamiento a las costas del Pacífico llevó tiempo.
Para Bolívar contar con un ejército fuerte era garantía política para mantener lo unidad ante los partidarios del liberalismo de Santander y de la dictadura que declaró frente al secesionismo de Venezuela y Ecuador.
Este fue un punto de discrepancia entre Bolívar y Santander. Para Bolívar era necesario mantener un ejército que garantizara la supervivencia de la Gran Colombia, mientras que Santander consideró la necesidad de reducir los gastos militares en función de beneficios económicos.
El Libertador
Nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783, en el seno de una familia acaudalada, por lo que pudo estudiar en Europa, más precisamente en España. Su primer matrimonio fue con María Teresa del Toro con la que tuvo una hija., pero la desgracia lo visitó pronto y perdió tanto a la niña como a su mujer.. A su regreso al país natal participó activamente en la Junta de 1810. Como político y militar llegó a ser el mayor líder de América al comandar un ejército que logró la independencia de grandes territorios. Su objetivo fue la unidad de los pueblos del continente. Murió en la ciudad de Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
Nació la República sin un instrumento jurídico que la normara. No es hasta que se celebró el Congreso de Cúcuta, en el año 1821, que se establecieron las pautas para el futuro de la Gran Colombia.Organización del estado
La primer decisión de los allí reunidos fue denominar a Bogotá como Capital de la República y a Caracas y Quito como sedes del poder judicial distrital en que éste se dividió. La Carta Magna reguló la forma de gobierno, la elección y la sustitución del poder ejecutivo.
El poder legislativo residió en el Congreso Nacional, integrado por el Senado y la Cámara de Representantes, que sesionaban una vez al año. Cada departamento era representado por 4 senadores, cada uno representando a 30 000 habitantes.
Cuatro secciones componían el poder ejecutivo: Interior, Finanzas y Aduana, Asuntos Extranjeros y Guerra y Marina.
Una república moderna
Entre los aspectos innovadores de la Gran Colombia se contaron el haber declarado el suelo y subsuelo como patrimonio del Estado; la nacionalización de las minas, como antecedente de las actuales nacionalizaciones y expropiaciones; la educación gratuita y la utilización de las iglesias como escuelas; la reforma agraria, el salarios en efectivo, las licencias de importación; regulación de las tasas de interés; prohibición de las deudas bancarias y la política cambiaria y de precios; la entrega de tierras a los militares, entre otros logros del gobierno que encabezó durante once años.
La Constitución de Colombia
La Constitución de Colombia se conoció como la Constitución de Cúcuta. Se decretó el 30 de agosto de 1821 y se publicó 13 días después, integrada por diez capítulos y 191 artículos.
Los ideales de Bolívar quedaron expresados en la Ley de Leyes que rigió en Colombia durante más de una década.
El pensamiento bolivariano en la Constitución
Abolición progresiva de la esclavitud.
Libertad de expresión.
Gobierno popular y representativo.
Tenían derecho al voto los mayores de 21 años, alfabetizados y con fortuna superior a 100 piastras.
Para ser senador se debía tener 30 años cumplidos, ser nacido en el territorio, tener propiedades por más de 4 mil piastras, una profesión liberal y 12 años residiendo en el país.
Para diputado se debía contar con 25 años de edad, poseer propiedades por 2 000 piastras o ejercer el magisterio y tener bienes raíces.
La religión oficial
El Estado y la Constitución reconocían como religión oficial la católica. El clero mantuvo sus privilegios, pero redujo sus ganancias para difundir la enseñanza y la educación.
La crónica que relata el atentado de Berruecos, en el cual muere Antonio José de Sucre, describe sin proponérselo todo cuanto representaba el Mariscal para la política de la América independentista. Las hipótesis en torno al esclarecimiento del asesinato arrojan tantos nombres como títulos de diversa naturaleza pudo cosechar este hombre. El 4 de junio de 1830 no sólo cae abatido El Héroe de Ayacucho y El Redentor de los Hijos del Sol, también muere el “hombre más importante de Colombia” después del Libertador. Su captor principal pudo haber sido cualquiera: José María Obando, Juan José Flores o el propio Francisco de Paula Santander, pues para los intereses políticos que cada uno de ellos defendía, por su cuenta o en alianza con los otros, Sucre era su principal amenaza. Los acontecimientos decretarían así la desaparición de un gran político y estadista, el cual, en medio de las luchas caudillistas y nacionalistas, siempre se mantuvo aliado al Proyecto de la Gran Nación Colombiana.
La tesis que más anima para comprender la vida de Antonio José de Sucre es la que sostiene que el personaje “vivió y murió por la política, o lo que es lo mismo, por el poder”, dice Inés Quintero. Su biografía transcurre casi en su totalidad en el ámbito de la esfera pública y los acontecimientos que la construyen serán, por lo tanto, inseparables de aquellos que marcaron la independencia de Hispanoamérica y el derrumbamiento de la Gran Colombia. Claro está que los sucesos en cuestión deben comprenderse tanto más como una lucha por el poder económico y político, cuanto menos como un episodio de guerras justicieras. La guerra era, en este sentido, uno de los instrumentos políticos de la emancipación y Sucre estuvo en las más importantes, como, por ejemplo, en la de Ayacucho.
Pero no es menos cierto afirmar que Sucre era mucho más que un soldado entrenado para la guerra. Su ascenso a general no sólo ocurriría por sus virtudes militares, sino por su visión política. Comulgaba con las ideas de Bolívar, defendía la idea de la gran potencia colombiana y apostaba por la modernización de las sociedades americanas.
La carrera militar del también llamado Libertador del Sur, la inicia Antonio José de Sucre desde muy joven y quizá sin saber que estaba formándose exactamente para ello. Después de haber realizado sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, en la ciudad natal de Cumaná, se trasladó a Caracas, donde ingresó en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires. Como joven perteneciente al sistema militar de la monarquía española, se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al ritmo de sus estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. Estos conocimientos y principios serán vitales para el desempeño de Sucre en una carrera que estaba a punto de comenzar. Estalla la revolución de 1810 en Caracas.
Las clases dirigentes de Cumaná, entre las que se encontraba la familia Sucre y Alcalá, se hallaban en la tarea de organizar el gobierno local, toda vez que se pronunciaran a favor de Caracas. Su madre, Manuela de Alcalá, había muerto cuando él tenía siete años, pero su padre, Vicente Sucre, era uno de los organizadores de la Junta Suprema y de la milicia en esa ciudad; junto a él, su vasta familia. Es fundamentalmente por esta razón que Sucre marcha hacia Cumaná para formar parte de la Comandancia de armas del gobierno recién constituido, en calidad de subteniente del Cuerpo de Milicias Regladas del Ejército de Oriente. “Empezada la revolución diría Bolívar de Sucre, se dedicó a esta arma y mostró desde los primeros días una aplicación y una inteligencia que lo hacían sobresalir entre sus compañeros. Por esta razón, una vez empezada la guerra en 1811, es convocado al Estado Mayor del Ejército de Miranda, sirviendo a su mando hasta 1812. Entre tanto, se pierde la Primera República.
La lealtad hacia Bolívar
La participación de Sucre en la empresa de reconquista de los territorios orientales, adelantada por los generales Mariño, Piar, Bermúdez y Valdés, y su posterior servicio al Estado Mayor General de Oriente, entre 1814 y 1817, le significaron al joven oficial, no sólo el desarrollo de sus habilidades y destrezas militares (“En los célebres campos de Maturín y Cumaná diría Bolívar de Sucre, se encontraba de ordinario al lado de los más audaces, rompiendo las filas enemigas, destrozando ejércitos contrarios, con tres o cuatro compañías de voluntarios que componían todas nuestras fuerzas. La Grecia no ofrece prodigios mayores”), sino además una toma de postura política frente a las diferencias que existían entre los generales orientales y Bolívar. Más tarde, todo ello se traduciría en el compromiso de Sucre con el futuro político de la Gran Nación Colombiana.
La Guerra de Independencia continuaba y en 1815, tras la derrota de Cumaná y Maturín, Sucre pasó a la isla de Margarita, desde donde, a raíz del desembarco de las fuerzas expedicionarias de Pablo Morillo, se trasladó a Cartagena. Bajo las órdenes de Lino Pombo, participó en la defensa de esta ciudad como ingeniero auxiliar. En diciembre se dirigió a Haití, en compañía de los generales José Francisco Bermúdez y Carlos Soublette, y luego a Trinidad, donde permaneció durante varios meses.
Se extendía la Guerra de Independencia y Venezuela debía decidir en relación con la unidad de sus ejércitos. El general realista, el Pacificador Pablo Morillo, avanzó por los territorios, y las contradicciones entre los generales venezolanos no permitían dar con una estrategia para propugnar la reconquista. En este marco de circunstancias regresó Sucre, en 1816, dispuesto a unirse definitivamente al Ejército Libertador, y a declarar su alianza y lealtad, únicas e irrevocables, hacia Bolívar. En octubre de 1817, a propósito de los acontecimientos de Cariaco, marchó junto al general Rafael Urdaneta para pelear en Guayana al lado de Bolívar. Los argumentos de su adhesión al Libertador se encontraban asociados al principio del orden y las jerarquías que debían guardarse en el interior de los ejércitos; “Yo no dudo que el general Mariño se convertirá al orden, no encuentro otro árbitro sino éste o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria”. Bolívar le confiere el grado de coronel. Posteriormente, con motivo del triunfo en Boyacá, asciende a general de brigada. Una vez nombrado jefe del Estado Mayor General y ministro interino de Guerra y Marina, fue designado para participar en las negociaciones de armisticio y regularización de la guerra, que se debían adelantar con El Pacificador: “Este tratado es digno del alma del general Sucre; la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron” diría Bolívar, a propósito del resultado favorable de las conversaciones. Mientras tanto, la Gran Colombia es decretada en Angostura, y nuevas exigencias, políticas y militares, se le imponen a Sucre como jefe del ejército en la famosa Campaña del Sur.
La campaña tenía como objetivo liberar los territorios correspondientes a la Real Audiencia de Quito y promover su adhesión a Colombia. Esta conquista era de vital importancia para la nueva nación, pues debía consolidar su hegemonía. La misión de Sucre no fue fácil, en vista de la diversidad de intereses implicados en aquella guerra. Las provincias de Quito y Guayaquil se habían alzado en armas en contra del gobierno español; y si bien todos estaban de acuerdo con la Independencia, no todos estaban a favor de la adhesión a Colombia; algunos pugnaban por la unión con Perú, en vista de las relaciones comerciales, y otros preferían la Independencia llamada “absoluta”, es decir, la autonomía. Guayaquil era una de las principales adversarias de la adhesión, pero sin embargo necesitaba el apoyo del Ejército Libertador. Sucre llegó con las tropas en su ayuda, y firmó un armisticio con los españoles que le permitiría formar un ejército digno para la contienda; simultáneamente, pactó con los guayaquileños acerca de cómo debía ser llevada a cabo la conformación y manutención del llamado Ejército del Sur. Mientras durara el armisticio, el ejército se nutriría por recursos, tanto humanos como económicos, procedentes de Colombia, pero estaría claro que conforme se fueran reclutando hombres de la región, el ejército comenzaría a depender de los recursos locales. El 24 de mayo de 1822 se llevó a cabo la batalla de Pichincha, al occidente de Quito, en la cual cayó abatido el ejército realista. Pocas horas después, Melchor de Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito, firmó la capitulación. Sucre se convirtió en el Libertador de las provincias del sur de Colombia, y junto a Bolívar fue recibido con todos los honores en Quito. Se creó entonces el Departamento de Quito como una extensión del territorio de la Gran Colombia.
La liberación del Perú
El siguiente movimiento politicomilitar en la campaña del sur consistía en la liberación del Perú. El gobierno de la Gran Colombia tenía muy claro que debía neutralizar este territorio en pro de su hegemonía; esta provincia se encontraba aún en poder de los realistas, aunque su independencia hubiera sido decretada por San Martín en 1820. Se sabía además de las pretensiones que tenía el gobierno peruano respecto a los territorios del Departamento de Quito. Sucre fue enviado a Lima y el general Santa Cruz, al alto Perú; el objetivo era estrictamente militar, y por eso Sucre aceptaría no intervenir en sus asuntos internos. La empresa no era fácil, pues la disposición hacia la libertad no era ampliamente compartida, y además existía desconfianza entre los ejércitos colombianos y del sur, por causa del poder sobre el territorio que se estarían jugando.
La batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, sería el último triunfo de Bolívar en América. A Sucre le quedaba aún trecho por recorrer. Liberada Lima, fue enviado en auxilio al Alto Perú. Después de la travesía, las tropas se hallaban desmejoradas físicamente; se trataba de la campaña de invierno en la sabana del Alto Ande. Sucre dispuso de todos los recursos para la dotación de hospitales y se encargó personalmente de la supervisión de los pacientes. Mientras tanto, diseñaba la estrategia junto al general Santa Cruz; la penetración de la selva del Jauja resultaba la alternativa más loable, porque pese a su elevado riesgo, su consecución sería definitoria. Bolívar se hallaba enfermo en Pativilca y Sucre era el general en jefe de la misión; se encontraba en desventaja numérica respecto al ejército realista comandado por el teniente coronel José de Canterac. La contienda duraría sólo una hora, tiempo suficiente para que la brillante estrategia de Antonio José de Sucre terminara con el último bastión de los españoles en tierra americana. Ahora le quedaba a Sucre decidir sobre los destinos del Alto Perú; la República de Bolivia estaba a punto de crearse.
Teniendo en cuenta la experiencia de las intervenciones realizadas en el Departamento de Quito y en el Bajo Perú, Sucre tomó la decisión de convocar en mayo de 1825, en el alto Perú, una asamblea constituyente para que fuera a través de la consulta pública que se decidieran los destinos de las provincias. En ellas se presentaron tres tendencias claramente delimitadas: una a favor de la anexión al Río de La Plata, otra a favor de la anexión a Perú, y la tercera a favor de la Independencia absoluta. La propuesta triunfadora resultó ser la tercera, y se solicitó al Libertador que redactase una Constitución para la nueva nación. Se creó de esta manera la llamada República de Bolivia, como un régimen de carácter mixto, entre democracia y monarquía, con un presidente vitalicio, cuatro poderes y tres cámaras. Sucre fue decretado presidente de la nueva nación.
Por una América Moderna
Un ensayo de sociedad moderna estaba en la mente de Sucre, quien no tardó en redactar un proyecto de acción que en la práctica tendría poca viabilidad en tanto que su “finalidad dice Inés Quintero era adecuar la compleja y tradicional realidad altoperuana cuya composición social, estructura económica e instituciones obedecían a los rígidos intereses y jerarquías de la dinámica heredada del orden, para convertirla en una sociedad moderna ajustada a los principios del modelo liberal europeo”. Esta era la filosofía que sostuvo la lucha emancipadora de América, cuyos efectos en el ejercicio práctico de la misma se sienten incluso hoy en día, y han sido, paradójicamente, los de haber conformado sociedades híbridas en las cuales coexisten estructuras modernas y tradicionales. Dicho efecto lo vería, en su momento, el gran pensador americano Simón Rodríguez, quien, aparte de haberse desempeñado como superintendente de Educación en Bolivia durante esa época, era un gran crítico con el hábito de “imitar” los esquemas de organización social europeos; decía Rodríguez que si algo debía imitarse de Europa, era la forma como los europeos se dedicaron a “inventar” sus propias sociedades; “o inventamos o erramos” escribió el pensador. Sucre no lo entendía así y el programa de gobierno intentaría reformas profundas y radicales en el orden político, económico, social, cultural, administrativo, burocrático, educativo, en la salud, en la organización del espacio y en las instituciones.
La implantación del programa no tardaría en despertar resquemores, los cuales, al agudizarse, se transformarían en una revuelta que expulsaría a Sucre del poder. Aparte del debilitamiento del Ejército Libertador, estuvo claro que las causas más eficientes estuvieron asociadas a los dos grandes planes adelantados por el programa de Sucre. El 18 de abril de 1828 estalló una revuelta en Chuquisaca, promovida por el batallón de Granaderos del cuartel de San Francisco. Sucre fue herido en su brazo derecho, lo cual le impidirá ejercer las funciones de gobierno, encargándole al general José María Pérez de Urdinenea que le sustituya.
Penúltimo balance en la vida política
La evaluación que haría Sucre respecto a sus dos años de presidencia sitúa las causas de su defenestración política en factores asociados a la pugna por el poder, la ignorancia y la descomposición del propio sistema societario. Explicaría a Bolívar en fecha previa a su renuncia: “Nuestros edificios políticos están construidos sobre arena, por más solidez que pongamos en sus paredes, por más adornos que se le hagan, no salvaremos el mal de sus bases”. La sensación de frustración y de asqueamiento hacia la vida pública lo llevaría a manifestar su deseo de retirarse; sin embargo, lo esperaban nuevas batallas, nuevas misiones de negociación, y la propia muerte.
La noticia del atentado contra Bolívar en Colombia, en septiembre de 1828, irrumpió en la naciente vida conyugal del mariscal en Quito quien había contraído matrimonio con Mariana Carcelén, marquesa de Solanda, y le condujo a desdecirse en su decisión de retirarse a la vida privada. La vivencia de Sucre de la noticia no fue sino un indicador más de la fatalidad que, para él, estaría a punto de cernirse sobre la República Colombiana. La Gran Colombia estaba a punto de morir; Sucre lo sabía pero se animó a luchar hasta el final. Por eso, al pronunciarse en torno al atentado, apoyó a Bolívar en su decisión de haberse declarado Dictador de Colombia: el orden debía prevalecer ante todo. Casi simultáneamente, Perú le declaró la guerra a Colombia y Sucre fue designado para dirigir el batallón que haría frente a esta situación. Esta vez tendría que luchar en contra de sus antiguos aliados de la guerra emancipadora. Sin mayores dificultades, sin embargo, venció a los peruanos en la batalla de Tarquí, el 27 de febrero de 1829. Decidió emprender entonces una nueva retirada y regresó al lado de su esposa; juntos se residencian en la hacienda de Chishince, en Quito.
La frustración de la Gran Colombia
El último respiro de Colombia, sin embargo, demandaría del Mariscal su presencia en el Congreso Admirable, el cual se celebraría a comienzos de 1830. Colombia debía decidir su destino, y Sucre, como representante de la provincia de Cumaná, fue nombrado presidente del evento. Sus propuestas se encontraban orientadas al diálogo y la concertación con los departamentos que todavía conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba la comisión que iría a Venezuela, que para la fecha había decidido desconocer la Constitución de Colombia y la autoridad de Bolívar, para negociar la reversión de la decisión. Sucre emprendió viaje hacia Venezuela, pero fue detenido en Cúcuta por las autoridades venezolanas; debía permanecer en esa ciudad hasta que llegaran los emisarios del gobierno con quienes debía dialogar.
El diagnóstico que hizo Sucre de la situación colombiana le sugirió dos puntos clave para la negociación en favor del mantenimiento de la unidad; en función de ellos, propuso a Venezuela, además de acogerse a la Constitución colombiana, que ningún general o ex general del Ejército Libertador pudiera ejercer cargos de presidente en los departamentos; en el trasfondo, su intención era contradecir el rumor de que él o Bolívar estuvieran aspirando al cargo. Todo fracasó, y Sucre abandonó Colombia invadido por una profunda frustración: “Colombia sentenció Sucre dirigiéndose a un amigo está condenada a ser un caos y un barullo. Cae uno del porrazo de un militar y si tiene fuerzas para levantarse, lo espera un fraile con su excomunión; y si por casualidad guarda uno alguna bendición apostólica de reserva para escaparse, lo espera un demagogo con su cuchilla popular; y si es tan afortunado que evade los peligros, lo aguarda en el término un rentista que lo lleva a vender en un estanco. Entre tanto se hace todo en nombre de la libertad y de las leyes. Si no me equivoco, es ésta una ligera, pero exacta pintura de nuestro estado; y tan exacta, que puede Vd. imprimirla en alguna gaceta de Gobierno”.
Ya tan sólo animado por el reencuentro con su esposa y con su primogénita, emprendió el regreso a Quito. En el camino se produjo el atentado de Berruecos. Como autores materiales fueron señalados José Erazo y Apolinar Morillo, quien diez años más tarde fue apresado y fusilado por esta causa. Los autores intelectuales quedarán en la incógnita del olvido, regocijándose en la confusión de una América ya emancipada pero sometida a la pugna entre las fuerzas nacionalistas, regionalistas y las de la Gran República; de cualquiera de las primeras pudo haber procedido su verdugo, pues para cada una de ellas, Sucre era su principal enemigo. “¡Ha muerto el Abel de Colombia!”, diría el Libertador desde su exilio; con lo cual, la muerte de la Gran Colombia no tenía sino que ser decretada.